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La Esquina Rosa
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MIGUEL ÁNGEL ROJAS conversa con MATEO PÉREZ
Mateo Pérez: ¿Por qué permaneció inédita por tanto tiempo la serie “La Esquina Rosa” y decidió exponerla recién en 2107 en la sala referentes de Artbo? Miguel Ángel Rojas: Porque, a pesar de tener intenciones similares a las fotos del Faenza, como el carácter voyerista y la mirada a mundos marginales, no hacía parte de la propuesta específica de los cinemas, que había sido una especie de tesis sobre mis propias experiencias en aquellos lugares del centro de Bogotá. Esta serie fue exhibida en la galería Sicardi en Houston y en la feria Armory en New York. Una vez conocida, los curadores de referentes la mostraron en ArtBo.
MP: Como en la serie Faenza, existe un riesgo que es latente en las fotografías y que carga la lectura de las mismas. ¿Esa adrenalina y suspenso constituía un motor del trabajo de esta época? MAR: En un principio si, pero en general las hacía con mucha concentración y cuidado, lo que convertía el momento en un ejercicio de la mente más que de las emociones.
MP: Es inevitable no relacionar la serie con películas como Blow Up o La Ventana Indiscreta, pero también con el cine del neorealismo italiano, con una manera de narrar la cotidianidad no desde la impostura, si no desde una mirada directa que pretende descubrir en los microrelatos de la calle la complejidad de la vida. ¿Es esta forma de mirar un estilo o una postura? MAR: Si, efectivamente el cine culto de la época está presente en ellas, al igual que el tiempo secuencial. Yo no diría que la mirada a esos lugares tan específicos definiera un “estilo”, se acerca más a una realidad determinada que les confiere un sello formal. Las soluciones técnicas a la precariedad de medios y a las condiciones de luz, al igual que el claroscuro y el grano de las imágenes, refuerzan ese sello formal que se acerca algo al concepto de estilo.
MP: Desde la década de los 50's, la fotografía documental comienza a fijarse en esas narrativas que se alejan de las guerras, de los grandes acontecimientos, para posarse sobre fenómenos sociales que deambulan en lo que ocurre en las familias, la calle y en lo ordinario. En la serie “La Esquina rosa” se entremezclan factores socioculturales de la ciudad, del campo, del país en la década de los 70's que describen de alguna manera el contexto en el que se vivía. ¿Cómo se podría entender este tipo de aproximación a la ciudad que se basa en lo cotidiano? MAR: Esta serie, se aleja de la mayoría de los registros urbanos de la época, en los que la casualidad es determinante. Estas fotos, las de la Esquina Rosa, son el producto de la observación constante de un lugar en el centro de Bogotá, en el que confluían varias realidades, como bien tu lo apuntas. Al igual que las series del Faenza, fueron logradas a través del tiempo y, en cierto sentido, son autorretratos. Recuerda que mi taller y mi trabajo como profesor universitario en esos años tenía esa localización.
MP: ¿Cómo podría describir el suspenso que generan estas miradas, estos cruces de personas en las calles, este fisgoneo y voyeurismo que la cámara misma suscita al siempre estar escondido, sin ser descubierto por los retratados? MAR: No del todo sin ser descubierto. De hecho, una pareja, en ellas, hizo ante la cámara una especie de performance. Ellos fueron muy conscientes de estar siendo observados. El suspenso, que significa el intervalo en el que la acción se expresa, pero en el que aún no se manifiesta abiertamente, queda, sin embargo, esperando el desenlace en algunas fotos fijas. Entonces, surgen preguntas como ¿van los obreros al prostíbulo? ¿Los mismos miran con odio o deseo al ejecutivo blanco? ¿Llegan o salen los niños indígenas del expendio de hortalizas? ¿Son parte de los habitantes y propietarios del lugar? ¿El joven de la camisa de flores es empleado de la casa de citas? ¿O ejerce la prostitución? La pareja que ejecuta la acción anteriormente citada, ¿está en realidad mostrando su amor? ¿Son pareja? ¿Las mujeres en camisola acaban de desayunar y luego irán a trabajar en la noche? ¿Son prostitutas?
MP: Las series de esta época son todas, si no me equivoco, hechas en el centro de la ciudad. El centro de Bogotá mutó rápidamente en la década del 70 y entró en un período de decadencia, producto de la transformación urbana y el desplazamiento de mucha gente que provenía del campo. ¿Qué opinas de esta vitalidad propia de las ciudades con respecto a las series desarrolladas durante esa época? MAR: El centro de la ciudad venía en decadencia desde el Bogotazo del 48. Algunas zonas como la Calle 19 , la Av. Jiménez y partes de la Carrera 10ma, se mantuvieron en un plano productivo, digamos civilizado. Pero, en general, el nomadismo de las clases altas que buscaban otros lugares más adecuados para residir o trabajar permitió la inclusión de sectores de la población que venían del campo o de la periferia de la ciudad a ¨colonizar¨ esos lugares en desuso. Tal es el caso de las salas de cine, que se convirtieron en lugares de proyección de ¨dobles¨ con horarios extendidos de 11 a.m. a 9 p.m. Recordemos que el Faenza, en sus orígenes, fue un teatro más que una sala de cine. Estos cambios poblacionales y funcionales no se dieron en forma total y entonces, en esos momentos, en esa esquina, confluían grupos diversos, desde habitantes del campo a estudiantes universitarios. Todas las clases sociales estaban presentes.