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Obs-Cu-Ra
JP: ¿En qué medida pensás que el hecho de ser vos misma migrante, francesa particularmente, juega a favor para acercarte a estas personas, establecer un vínculo y que se dejen fotografiar? Te lo pregunto pensando especialmente en la connotación positiva que tiene ser francesa en Argentina. AP: Para mí es un tema ser blanca, rubia, con cara de angelito, es algo que me cuestioné mucho con lo que hago. Tal vez, si lo vieras desde afuera, lo estarías criticando como “la chica rubia, progre y buena onda que va a fotografiar otros contextos”. Pero yo me pregunto, ¿qué hago, no lo hago? Yo hice un proceso muy fuerte desde que tengo mi DNI argentino para poder auto percibirme oficialmente como migrante, lo cual me costaba un montón justamente por ser francesa, como si yo no pudiese ser parte de ese grupo porque migré en otras condiciones, buscando sueños y no huyendo. Siempre pienso que se huye un poquito, pero no hui del hambre o de la violencia. Entonces siento que ese es mi punto de conexión y de entrada que me permite sentir que estoy hablando a la par con alguien con quien comparto cosas. Y lo estoy haciendo de la misma manera en el proyecto en El Salvador.
Mi familia también es migrante, mi mamá también migró, pero son todas cosas que terminé de entender hace un año. El Estado francés desarrolló con genialidad la capacidad de borrar las identidades complejas para generar la idea de que somos todos iguales ante la República. No importa de dónde venís, en teoría somos todos iguales. Yo soy francesa, me siento re francesa, pero mi historia es más compleja. La definición de migrantes engloba a todos los que emprenden un movimiento, tanto refugiados como expatriados, etc. Entonces, eso yo siento que me conecta. Entiendo que represento una migración europea idealizada, pero tengo concretamente los mismos problemas administrativos que los migrantes de otros países.
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Puedo tener una discriminación positiva por mi físico y nacionalidad, pero al mismo tiempo estoy muy angustiada por tener que renovar mi DNI ahora porque estoy con una figura compleja como corresponsal de prensa. No sabía cómo hacer el trámite, pero acudí a una asociación de mujeres migrantes que me están ayudando. El año pasado, en el Encuentro Nacional de Mujeres fui al taller de mujeres y migración y conocí a Migrar no es delito. Lloré en ese taller. Soy parte de las mujeres migrantes, sin quitar todo lo que connota mi apariencia física y mi origen cultural en cuanto a dominación en el mundo.
JP: ¿Pensás seguir trabajando sobre las particularidades urbanas y los problemas del barrio más allá del COVID-19? AP: Me puedo plantear seguir contando las historias de estas mujeres, tal vez no con tantas visitas por semana como ahora, pero sí siguiéndolas en el tiempo. La situación del barrio me desespera porque no veo solución y me siento medio inútil. Ahora, por ejemplo, no hay agua y quiero hacer algo con este tema. Sé que no va a llegar al agua al barrio por mi trabajo, pero es algo que me interesa. De hecho, este trabajo apunta a poder acercar la imagen de alguien que pensamos que es muy diferente y en realidad es una madre trabajadora como una. Por lo pronto, lo que quiero hacer cuando afloje un poco la pandemia es dar un taller de fotografía a las mujeres que están encargadas de prensa. Me parece lindo poder compartir eso, porque ellas están siempre sacando fotos y me consultan. Yo no sé hacer las cosas cortas, empecé por unas fotos y ya tengo nuevas ideas. Creo que esto va a durar.
EVELINE MEDEIROS
Fotografías BEATRIZ GRIECO, BRUNO ALENCASTRO, CAROLINE MULLER, EDUARDO SEIDL, EVELINE MEDEIROS, FELIPE MARTINI, GUILHERME SANTOS, JOSEU BRAUN, LEO SAVARIS, PEDRO ROCHA, RICARDO WOLFFENBUTEL, RODRIGO BLUM, URSULA JAHN. Texto BRUNO ALENCASTRO
Ancestro de la cámara fotográfica, la referencia más antigua de la cámara oscura se atribuye al filósofo chino Mozi, en el siglo V a.C. Pero es en el Renacimiento cuando se llega a utilizar como dispositivo óptico: una caja o habitación completamente oscura con una pequeña entrada. de luz proyecta, en la parte opuesta de esta apertura, una imagen invertida de la escena exterior.
Desde entonces, la técnica se ha utilizado para los más variados propósitos: la visualización de eclipses solares sin poner en riesgo la visión, ayudar a los pintores en la búsqueda de una representación más fiel y bidimensional del mundo, hasta que sirvió de inspiración para la primera fotografía de la historia, “Vista desde la ventana de Le Gras”, realizada durante una exposición de ocho horas desde la ventana del inventor francés Joseph Nicéphore Niepce, en 1826, en la ciudad de Saint-Loup -de-Varennes, Francia.
No es casualidad que la ventana como punto de vista sea un motivo recurrente a lo largo de la Historia del Arte. De “Mujer en una ventana” (1822), del alemán Caspar David Friedricha, La ventana, de Alfred Hitchcock (1954). De la espera al voyerismo. Hay muchas referencias, entre ellas Dalí, Picasso, Matisse, Magritté; la obra del fotógrafo cubano Abelardo Morell, que transforma ambientes cotidianos en escenarios surrealistas en su serie Camera Obscura.
Un lugar que comienza a ser resignificado por diferentes artistas contemporáneos de todo el mundo en tiempos de Covid-19. Hoy, la ventana representa la frontera y el abismo entre el mundo exterior y el interior. Libertad y encierro. Obs-cu-ra es la suma de todo. Una serie diseñada por el fotógrafo Bruno Alencastro desde la ventana del cuarto piso del departamento donde vive en el barrio de Copacabana en Río de Janeiro.
A partir de ahí, fue a las casas de otros 12 fotógrafos brasileños que aceptaron convertir sus casas en cámaras oscuras de gran formato y capturaron la vida en tiempos de pandemia. Cada uno con su singularidad. Logros y pérdidas. Deseos y privilegios. Miedos y esperanzas.
EVELINE MEDEIROS
FELIPE MARTINI
CAROLINE MULLER
EDUARDO SEIDL
PEDRO ROCHA
LEO SAVARIS
BRUNO ALENCASTRO
GUILHERME SANTOS