LA TRÁGICA TARDE DE VERANO Era una tarde de verano y como haciendo la fotosíntesis, los dos echados en el prado mirando al centro del Sistema Solar. Y de repente, la intensa luz y su longitud de onda… le cegó. Yo preocupado le pregunté si estaba bien, pero su grito: ¡NO PUEDO VER! , me dejó claro que no. Quemó sus córneas cual magma fluye hacia el cráter. Milagrosamente apareció uno de nuestros amigos más oportuno que la lluvia en primavera y nos ayudó. Rápidamente la ambulancia le llevó, yo le miraba con mis ojos húmedos. La acetilcolina que recorría mis sinapsis me advertía, ¡temía que mi amigo no volviera a ver! Karim 4º ESO