Noelia

La magia de los sentidos Mi corazón latía demasiado deprisa. Cuánto más cerca estaba de él mis venas y mis arterias más esfuerzo realizaban para no estallar. A medida que me hablaba, mi cerebro no podía procesar toda esa información, estaba anonadada. Poco a poco, mi tímpano percibía aquellas hermosas palabras. Su pupila se dilataba sobre la mía, mis ojos se inundaban en su eterna mirada. Se acercaba, sentía la epidermis de sus manos sobre mi rostro. Mis cuerdas vocales no daban señal, simplemente un profundo silencio a nuestro alrededor.

El oxígeno no llegaba a mis pulmones, mis neuronas no paraban de conectarse. Cada minuto, cada segundo tendía a infinito. Sabía que había llegado ese momento que tanto había esperado. Nos aproximamos, mediante mi pituitaria amarilla percibía el aroma de su perfume. Finalmente, mis células sensoriales sintieron ese profundo beso que paró el tiempo.

Noelia 1ºBAC