EXPO BV - 25. Rubén Martín de Lucas

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EXPOSICIÓN

EL JARDÍN SALVAJE Rubén Martín De Lucas Del 20 de Diciembre de 2019 al 8 de Febrero de 2020


Por donde pisa mi caballo, no vuelve a crecer la hierba. - Atila -

Por donde pisa el hombre ya sólo crece el césped. - Rubén -


BLACK CLOUD 130 x 97 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino



EL JARDÍN SALVAJE Rubén Martín de Lucas

“El jardín salvaje” que aquí presento es una continuación de ese homenaje pictórico a la figura de Masanobu Fukuoka. A su filosofía, a su “Wu Wei”, ese concepto de la “no acción” o “no interferencia” que él aplicó a la agricultura natural y cuya importancia, a mi parecer, puede ser vital en nuestro futuro inmediato como especie. Pero antes de hablar de pintura y de seguir hablando de Fukuoka, quiero hablaros sobre como nuestra óptica condiciona nuestro comportamiento, tanto a nivel individual como a nivel de especie. Porque al final de eso va mi trabajo como artista, de la relación entre humanidad y territorio. Bien, como ya sabemos, el pensamiento, el habla y la acción están íntimamente interconectados. Se influyen mutuamente. Y no siempre somos sinceros en esos procesos. El hombre blanco es un experto en eufemismos. Un ejemplo: cuando yo era niño en la escuela, aquí en España, me hablaban del “Descubrimiento de América”, y todavía le insuflaban cierta épica a un episodio que se debería llamar la “Conquista de América” o incluso, siendo más realistas, el “Genocidio, sometimiento y expolio de las culturas nativas de América”. Tardé tiempo en darme cuenta de que la narrativa de la civilización que se impone, sea cual sea, dulcifica y edulcora la historia sobre la subyugación de la otra. Al fin y al cabo el que gana la “guerra” es el que cuenta luego la “Historia”.

Lo mismo ocurre con la relación entre humanidad y cuanto le rodea. ¿Cómo es nuestra relación con el entorno? De sometimiento. De sometimiento absoluto. Un hecho que lo ilustra: al 99,9% de las especies que hay sobre este planeta les iría mejor sin nosotros. Y esta realidad arroja una fotografía sobre nosotros en la que no salimos ni tan guapos, ni tan listos, ni tan buenos, como nos creíamos. Este comportamiento sometedor, al menos el de la civilización occidental cuya óptica se ha extendido a todos los rincones del planeta, viene dado por una serie de errores de “óptica” que condicionan nuestro comportamiento como especie. Nombraré dos: Error 1: Hablar de la naturaleza como si no fuéramos parte de ella. Como si fuéramos algo distinto, diferenciado, opuesto. Error 2: Dibujarnos en lo alto de una pirámide y pensar que todo lo demás está a nuestros pies. Como si pudiéramos disponer de ello a nuestro antojo. Esos errores condicionan nuestro comportamiento individual y colectivo. Aunque hace siglos que sabemos que el Sol no gira en torno a la Tierra, parece que la vida gira todavía en torno al hombre. A lo que nos rodea lo llamamos “recursos” y esa palabra es un dardo envenenado. Resulta que aquí el lenguaje, al menos en castellano, nos traiciona y revela nuestras intenciones. Así por ejemplo ya no hablamos de agricultura, sino de explotaciones agrícolas. Tampoco de ganadería sino de explotaciones ganaderas, igual que los bosques son ahora explotaciones forestales. Y para colmo nuestro particular epíteto para las personas trabajadoras: “recursos humanos”.


Coceptos que condicionan nuestro comportamiento

El gráfico más peligroso del mundo. La humanidad en la cúspide. Nos invita a pensar que todo está a nuestros pies y que podemos disponer de ello a nuestro antojo.

El gráfico anterior, invertido. Y con él nuestro discurso. Apoyándonos en él podríamos decir que estamos aquí gracias a todo lo demás. Y sentirnos agradecidos por ello.

Quizás la representación que más nos pueda ayudar. Hablar de nosotros como un nodo de un ecosistema donde todos los nodos y todas las relaciones tienen un profundo valor.


Y así, las hierbas que no nos sirven se convierten en “malas hierbas”, porque no nos resultan útiles y se empeñan en crecer y sobrevivir en cualquier lado. Y entonces las arrancamos o las fumigamos hasta erradicarlas. Otro ejemplo: los animales que se doblegan a nuestra voluntad prosperan: vacas, ovejas, gallinas…. quizás “prosperan” sea decir demasiado, pero al menos les instamos a multiplicarse. A otros animales les llamamos “alimañas” y les disparamos y envenenamos por comer gallinas u ovejas. Es decir, les aniquilamos por hacer lo mismo que hacemos nosotros. Aquellos otros animales que suponen un peligro para nuestra especie están jodidos, a menos que sean tan escurridizos como los pequeños insectos. De igual modo los animales que supongan un “recurso” están igual de jodidos, en 100 años nuestra población se ha cuadruplicado y nuestro hambre de carne, de pescado, es voraz. Y por último los animales cuya presencia nos resulta indiferente, éstos corren a esconderse, hasta las plantas correrían si pudieran, para guarecerse de nuestra guadaña en un exangüe territorio salvaje, menguante, rápidamente menguante. Adiós bosques. Adiós praderas. Hola césped. El césped. Qué gran imagen para hablar de nuestra civilización. Ese césped reluciente, uniforme, que tanto agua, tanto trabajo y tanto cuiudado necesita. Qué seductor es ese verde, tan homogéneo, que nos conforta y tranquiliza porque nos recuerda a lo “natural”. Pero no hay nada más antinatural que un césped o un campo de monocultivo y agricultura industrial. Ya hablaba

de esto en “El jardín de Fukuoka”. Esos lugares son los nuevos desiertos. Donde sólo una especie prospera y las demás están expulsadas. Qué lejos queda eso de la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas complejos. Nuestra civilización es como un cortacésped implacable. Podría llamarse Othar, como el caballo de Atila. Y nuestra historia puede terminar siendo la historia de una especie que transformó el paraíso en un reluciente jardín de césped. Vale, vale, Rubén, hasta aquí el lado oscuro, pero ¿Hay luz? - Si hay luz- ¿Y opciones para el futuro? - Las hay. Para ello hay que empezar con dos correcciones en esa óptica que condiciona nuestro comportamiento.Corrección 1. Empezar a hablar de la naturaleza como algo de lo que formamos parte. Romper esa distancia, mental, que hemos generado. Corrección 2. Olvidarnos del diagrama piramidal. Sustituirlo por una red de nodos y pensar en nosotros, la humanidad, como un nodo dentro una red compleja donde todos los nodos y todas las relaciones tienen un valor. Una vez corregida la visión en nuestra relación humanidad - entorno, y esto ha de ser global para que funcione, lo demás fluirá. ¿Como podemos revertir el daño que hemos hecho al rico ecosistema en el que vivimos? ¿Qué podemos hacer por él? Bien, pues lo más efectivo sería: NO HACER. Dicho de otro modo: dejar de hacer. Es decir, dejar de someter al territorio a una presión


feroz. Minimizar nuestra voracidad. Levantar el pié y dejar a la naturaleza hacer. Dejarle espacio, porque su poder de regeneración es tremendo. Y aprender de nuevo a observar y fluir con ella. Como ya nuestros ancestros cazadores recolectores sabían hacer. ¿Por qué? Porque miles de especies juntas siempre van a trabajar mejor que nosotros solos. La capacidad de la naturaleza para regenerase y abrirse paso es asombrosa. Un ejemplo: Chernobyl. La zona de exclusión se ha convertido en auténtico vergel en el que la vegetación y la vida animal lo ha invadido todo de nuevo. ¿Hay que volver a ser cazadores recolectores? No. Pero hay que cambiar los comportamientos que condicionan el uso del suelo. Desde la agricultura industrial a las filosofías extractivas. No todo es sacar. Hay que devolver. La economía circular es el camino. Un campo fundamental de actuación: la actividad agrícola. es la que más suelo ocupa en nuestra península ibérica. De esa agricultura aproximadamente un 70% está destinada a la elaboración de piensos para animales que luego nos comemos. Dejar de comer carne, o una reducción drástica, liberaría muchísimo suelo para la masa verde y la vida salvaje, además de mejorar nuestra salud al llevar una dieta de base vegetal. Más vegetación salvaje igual a más sombra, mejor absorción del agua por el terreno, redundando en el ciclo: más lluvia, más agua, más verde. Y al final también una mejor regulación del clima. Con una dieta más verde sale ganando el territorio, el clima, la vida salvaje y nuestra salud.

Respecto a las actividades agrícolas, que deben mantenerse para nuestra supervivencia, la introducción de las estrategias no intervencionistas como las de Masanobu Fukuoka: no arar, no quitar malas hierbas, no utilizar químicos, sembrar mediante nendo dango y devolver la paja al suelo: no sólo revertirían el agotamiento de suelo sino que lo mejorarían. También mejoraría la calidad de la cosecha, su carácter natural y orgánico y al final, también, nuestra salud. Masanobu Fukuoka se tiró más de 50 años aprendiendo que cosas podía dejar de hacer para seguir haciendo agricultura, con un esfuerzo mínimo, y que no sólo mejorasen los frutos de su cosecha sino también, el territorio, los animales, él mismo, su familia y aquellos que se acercaban a aprender de su práctica. El paralelismo con la situación global actual es evidente. En esta carrera de locos de “hacer, hacer, hacer” aún no nos hemos parado a pensar que quizás “dejar de hacer” y “fluir” es una estrategia mucho mejor que la de “hacer” y “controlar todo”. Mientras sigamos pensando solamente “qué es lo que podemos hacer” estamos condenados. Denotará que nuestra mirada sigue centrada en nuestro ombligo. Hay que pensar también en “qué debemos no hacer” o “dejar de hacer”. Y contar con la naturaleza como una aliada de la que formamos parte y con quién debemos fluir en lugar de subyugar.


Os animo a investigar sobre ese concepto oriental tan bonito llamado “Wu Wei”, y que guió a Masanobu Fukuoka en su camino hacia la agricultura natural y hacia una vida más sencilla y más plena. Os animo a leer y releer su libro “La revolución de una brizna de paja” porque en él hay lecciones de agricultura, sí, pero sobre todo lecciones de vida. Os animo a investigar sobre “permacultura” y a ver en internet la conferencia que dio Toby Hemenway, “Redesigning civilization”, en el banco de semillas de Petaluma, California, porque es muy reveladora. Os animo a cultivar el silencio. Os animo a quemar el cortacésped. A quemar vuestras corbatas. A quemar los zapatos de tacón. A andar descalzaos de vez en cuando A volver a sentir la tierra bajo los pies. El paraíso no es un jardín de césped. Es un jardín salvaje. Fluir y dejar fluir, Porque breve es el tiempo de las cerezas.



La naturaleza dejada sola estรก en perfecto equilibrio Masanobu Fukuoka


EL JARDÍN SALVAJE I 180 x 200 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE II 170 x 190 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE III 130 x 97 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE IV 130 x 97 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE V 130 x 97 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE VI 130 x 97 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE VII 19,5 x 24,5 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE VIII 19,5 x 24,5 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE X 24,5 x 19,5 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE XI 24,5 x 19,5 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE XII 24,5 x 19,5 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE XIII 24,5 x 19,5 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino


EL JARDÍN SALVAJE IX 22 x 27 cm acrílico, ceras y óleo sobre lino




RUBÉN MARTÍN DE LUCAS (Madrid 1977)

Exposiciones Individuales 2019

Iceberg Nations. Spring Gallery. Paris. Francia Stupid Borders. Lianzhou Museum of Photography. China Minimal Republics. Encontros da Imagem. Braga. Portugal De La Aldea Flotante a Iceberg Nations. Bea Villamarín, Gijón. España

2018

Iceberg Nations. AP Gallery. Martín Muñoz de Ayllón. Segovia. España. El Jardín de Fukuoka. Moret Art. A Coruña. España. El Jardín de Fukuoka. Galería BAT Alberto Cornejo. Madrid. España.

2017

Geometrías de una presencia efímera. CAB, Centro de Arte Contemporáneo Caja de Burgos. España.

2016

Stupid Borders. Palacio de Quintanar. Segovia. España. El Jardín de Fukuoka. Galería Bea Villamarín. Gijón. España. Perteneciendo a la Tierra. Ibiza Lab. AP Gallery. Ibiza. España. Vacaciones en el Mar. Galería Kafell. Zaragoza. España. Stupid Borders. CEART. Centro de Arte Tomás y Valiente. Fuenlabrada. España.

2015

Vacaciones en el Mar. Galería BAT Alberto Cornejo. Madrid. España. Stupid Borders. AP Gallery. Martín Muñoz de Ayllón. Segovia. España. The Floating Village. Galería Bea Villamarín. Gijón. España.

2014

A House on the Water. Galería Espacio Nolde. Navacerrada. Madrid. España.

2013

La Aldea Flotante. Lugadero. Sevilla. España.


Rubén Martín de Lucas

Exposiciones Colectivas 2019

2018 2017 2016

CANCIONES PARA UNA REVOLUCIÓN. Tabacalera, promoción del arte. Madrid HEL-PHOTO. Helsinki Photo Festival. Finalndia LAGOS PHOTO FESTIVAL. Nigeria CIRCULATION(S). Centquatre. Paris. Francia Art Madrid. ARTISTA INVITADO 2019. EMERGENTES. Encontros da Imagem. Braga. Portugal. Proyector. Festival de Video Arte. El Instante Fundación. Madrid. España. Festivale Internazionale Video Arte. Viareggio. Italia. Goaltending. CCCE Miami. Estados Unidos. Casa Leibniz II. Madrid. España.

Ferias de Arte 2019

ART MADRID. Palacio de Cibeles. Galería BAT Alberto Cornejo. España. JUSTMAD. Madrid. AP Gallery. España.

2018

ART MADRID. Palacio de Cibeles. Galería BAT Alberto Cornejo. España. JUSTMAD. Madrid. Galería Bea Villamarín & AP Gallery. España.

2017

ST-ART. Foire Européenne d’Art Contemporain. Strasbourg. Galería Bea Villamarin. ONE PROJECT. ART MADRID. Galería BAT Alberto Cornejo JUSTMAD. COAM, Madrid. Galería Bea Villamarín

2016

ART MADRID. Palacio de Cibeles. Galería BAT Alberto Cornejo. España. JUSTMAD. COAM, Madrid. Galería Bea Villamarín. España.

2015

ESTAMPA. Matadero Madrid. Galería BAT Alberto Cornejo. España. MARBELLA ART FAIR. Palacio de Congresos de Marbella. AP Gallery. España ART MADRID. Palacio de Cibeles. Galería BAT Alberto Cornejo. España. AFF LONDON BATTERSEA. Londres. Iona House Gallery. England.

2014

ESTAMPA. Matadero Madrid. Galería BAT Alberto Cornejo. España.


Rubén Martín de Lucas

Premios Tribew Prize y Premio del Público CIRCULATION(S) 2019. Paris. Francia Primer Premio. EMERGENTES 2018. International Photography Award. Encontros da Imagem. Braga. Portugal. Ganador de la Beca de producción Daniel Txopitea. Zarautz. España. Primer Premio. VII Premi Sant Jordi Belles Arts dels Països Catalans. Fundació Jaume Perelló. España Primer Premio. XVII Certamen de Pintura Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. España. Primer Premio. IX Certamen Fundación Barceló. Palma de Mallorca. España. Primer Premio. Govern Balear. III Trobada Internacional Palma Ciutat. Mallorca. España. Premio Adquisición IV Bienal de Pintura y Escultura. Diputación de Burgos. España.

Presencia en Colecciones Ministerio de Asuntos Exteriores de España. Fundación María Cristina Masaveu Peterson. Fundación Barceló. Fundación Axa Winthertur. Diputación de Burgos. Ayuntamiento de Madrid. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Obra Social La Caixa. Colección BBVA. Obra Social Caja Castilla-La Mancha. Obra Social Caja Segovia. Caja Círculo. Bankia. Centro de Arte Tomás y Valiente. Fuenlabrada. Madrid. CAB, Centro de Arte Fundación Caja de Burgos. En colecciones privadas de España, Francia, Inglaterra, Alemania, Suiza, Suecia, EE. UU., Sudáfrica, China, Hong Kong, Singapur.



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