Lactancia artificial: Alimentación con biberón Son muchas las dudas que tienen los padres a la hora de pasar a la lactancia artificial. La leche maternizada provee una alimentación equilibrada. La leche en polvo para recién nacidos se hizo para sustituir la leche materna cuando una mujer no puede amamantar por razones físicas o médicas o porque decide no hacerlo.
Las leches maternizadas se elaboran para satisfacer las necesidades de los lactantes e igualar la leche materna en la mayor medida posible. Si elige alimentar a su bebé con mamadera, otros miembros de la familia, sobre todo el papá podrán colaborar y afianzar su vínculo con el recién nacido. No deben ser dañinas para el intestino inmaduro del lactante. Por eso, la composición, aún en el contenido de vitaminas y minerales, es controlada legislativamente en función de estrictas normas. Es posible igualar la leche materna, porque ésta tiene células vivas y otros componentes que no pueden reproducirse artificialmente. Pero las maternizadas cubren las necesidades nutricionales de la mayoría de los lactantes. Tipos de leche maternizada Casi todas las leches en polvo tienen leche de vaca o de soja. Se las conoce como formulas estándar y en general son bien toleradas por los lactantes. Para los pequeños que no pueden digerir, absorber ni procesar bien las formulas estándar hay disponibles leches especiales.
Similar a la leche materna: La leche de vaca tiene casi todos los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo, pero no en las proporciones convenientes para el ser humano. Sin embargo, los fabricantes pueden modificarla con facilidad en los porcentajes adecuados. Una vez que se ha modificado, la leche en polvo tiene una cantidad de calorías similar a la materia y en cantidades y proporciones similares de proteínas, grasas, lactosa (azúcar presente en forma natural en la leche), vitaminas y minerales. También se modifican las fórmulas de leche de soja, se les añaden algunos aminoácidos (componentes básicos de proteínas), para que se asemejen a la materna. Cantidades El recién nacido necesita de 500 a 700 mg diarios de leche hasta los seis meses, luego de 700 a 1000 mg hasta el año. Al principio sólo beberá de 30 a 60 ml y poco a poco llegará a 120-180 ml. Al comenzar a ingerir alimentos sólidos, puede tomar un biberón de 180 a 240 ml después de las comidas y otro al acostarse. Aumentar el tamaño de la tetina induce a la sobrealimentación y quizás un rápido aumento de peso o asfixia. Si el bebé rechaza la mamadera, es probable que haya saciado su hambre.
María Pilar Rojas Soy una mamá apasionada por sus hijos. Me interesan los temas sobre salud en niños, alimentación, piscología infantil, entretenimiento, recetas, decoración y tecnología. Amo el oficio de ser mamá
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