19/06/2012
El alcoholismo es el consumo exagerado de alcohol, que ocasiona al bebedor problemas físicos, mentales, emocionales, laborales, familiares, económicos y sociales. Desafortunadamente, el consumo de alcohol aumenta de manera constante, sobre todo entre los jóvenes. Las defunciones por accidentes relacionados con el alcohol (choques, atropellamientos y suicidios) ocupan los primeros lugares entre las causas de muerte en muchos países.
El alcoholismo se divide en abuso de alcohol y dependencia del alcohol; si bien, esta diferenciación no es relevante desde el punto de vista clínico. El abuso de alcohol indica dependencia psicológica, es decir, la necesidad de consumir alcohol para el funcionamiento mental adecuado, junto con consumo ocasional excesivo y continuación de la ingestión alcohólica a pesar de los problemas sociales. La dependencia del alcohol abarca alteraciones similares junto con signos de mayor tolerancia (necesitar más alcohol para obtener el mismo efecto) o signos físicos de abstinencia alcohólica. El alcoholismo puede originarse debido a varios factores, entre los cuales figuran: una personalidad predisponente, inmadurez o incapacidad de relacionarse, presión social y estrés.
El alcohol puede originar serios problemas de salud, incluso cirrosis, demencia y destrucción de los músculos del corazón (cardiomipatía). Los alcohólicos tienen
mayor riesgo de accidentes, especialmente cuando están ebrios (borrachos). El alcoholismo afecta seriamente la relación del alcohólico con su familia, limita las aspiraciones profesionales del individuo y, finalmente, causa la muerte. Evite que los jóvenes y adolescentes beban. Las posibilidades de desarrollar este mal son mayores entre aquellas personas que comienzan a beber en edades tempranas.
Decimos que una persona tiene "problemas con el alcohol" cuando continúa bebiendo a pesar de que el consumo de alcohol está interfiriendo de forma negativa en su vida, ya sea en su salud, en su equilibrio psicológico, en su trabajo, en su vida familiar, en su imagen social, etc.
Los alcohólicos manifiestan las siguientes características: Beber para calmar los nervios, reducir la presión u olvidar preocupaciones Disminución del apetito Beber de un trago Mentir al respecto Beber a solas cada vez con mayor frecuencia Maltratarse a sí mismo o a otros después de haber bebido Emborracharse a menudo Necesitar más alcohol para conseguir el mismo efecto Carácter irritable, resentido o irracional si no se está bebiendo Tener problemas de salud, sociales o financieros debidos a la bebida
Agudo: Hábito Crónica: Dependencia
El consuno de alcohol se encuentra generalizado en nuestra sociedad mediante el uso de bebidas que lo contienen. Podemos distinguir en este consumo distintos niveles: *Uso: empleo moderado.
*Abuso: consumo reiterado. *Adicción: dependencia de la bebida, necesidad de ingerir cada vez mayores cantidades. El alcohol es una sustancia tóxica. Su abuso puede provocar: *Trastornos en el sistema digestivo; *Problema en arterias y venas; *Trastornos de carácter, irritabilidad, depresión, pérdida de la voluntad; *Problemas en la vida de relación: ausentismo laboral. El alcoholismo es una enfermedad, no un vicio; por lo tanto el tratamiento y la recuperación requieren la orientación y el apoyo de profesionales médicos. Con un consumo similar de alcohol algunas personas se enferman y otras no. Se calcula que el alcohol tiene que ver por lo menos con la mitad de los accidentes de tránsito. En nuestra provincia se encaran, cada vez con mayor frecuencia, campañas para evitar el abuso de bebidas alcohólicas.