Y seguimos navegando por océanos infinitos donde las estrellas pareciesen brillar como multitud de pequeños ojos cósmicos. Bajo nuestros pies los sempiternos mares del planeta intercambian luz, fuerza y sonido, auténtica cuna primigenia de la vida en la Tierra. Nuestra nave, robusta, recia y tangible, se desenvuelve sin esfuerzo por ésta superficie en calma que es como un crista I vivo, las ta bias de un maravilloso escenario líquido que nunca presenta el mismo aspecto. Grandioso manto azul que puede ser turquesa, añil, acero marino. Sus múltiples facetas reflejan el estado anímico del perdurable cielo, eterno e infatigable amigo.
Nuestra travesía continua de manera sosegada, mientras en lo alto, por el Oeste, se asoma una gran estrella de Belén.elemento clave de éste momento tan especial del año. Nuestro Navideño número dos pretende ser un pequeño océano de papel para el lector de cabina o cubierta, para quien disfrute de la brisa marina o del cálido abrazo de butaca. Aquí encontrará