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La “espiral negativa” que amenaza a la icónica ciudad de San Francisco
“Muy triste de escuchar eso. Muchas personas que conozco han sido gravemente agredidas. La violencia en San Francisco es espantosa”. San Francisco ha luchado con la falta de vivienda y las muertes por drogas en los últimos años. En una ciudad dependiente del sector tecnológico, la pandemia afectó su centro más que cualquier otro en Estados Unidos. Simplemente no ha podido recuperarse. Muchas veces oigo que las personas describen el centro de la ciudad como “muerto” o “silencioso”. Y en algunos vecindarios, la ciudad puede sentirse insegura, algo que la propia alcaldesa, London Breed, ha reconocido. Las áreas alrededor del Tenderloin (en el corazón de la ciu- dad) y SoMa (por South of Market) pueden llegar a sentirse distópicas, especialmente en las noches. Según las estadísticas policiales, la tasa de homicidios de San Francisco es bastante estable: 56 asesinatos el año pasado. 56 el año anterior. Este año, se está viendo algo parecido. La abrumadora mayoría de las víctimas de asesinato son hombres negros y latinos, según los datos policiales. Hasta ahora en 2023 ha habido 12 asesinatos en la ciudad. En los primeros tres meses del año pasado hubo 10. El número de asaltos también es parecido. Y cuando se compara con otras ciudades, San Francisco sale relativamente bien librada. Esto no es Ciudad Gótica.
Pero la opinión que expresa Elon Musk de que el crimen violento está en aumento es muy común. San Francisco es una ciudad relativamente pequeña. Su población es de alrededor de 800.000 personas. Y a diferencia de ciudades como Chicago, muchos de los barrios que se consideran “problemáticos” aquí están entrelazados con todo el distrito central de negocios. La sede global de Twitter, por ejemplo, está en Market Street, a pocas cuadras del Tenderloin. La compañía de pagos móviles Block también está cerca. Los problemas de San Francisco están a la vista, justo en el corazón de la ciudad. Para los políticos locales -desesperados por lograr que las empresas tecnológicas vuelvan a la ciudad- asesinatos como el de Lee son devastadores. Si las empresas tecnológicas influyentes deciden mantenerse alejadas y la gente empieza a irse, podría crearse una llamada “espiral negativa”. Uno de los periódicos locales más influyentes, el San Francisco Chronicle, hace poco advirtió que la ciudad podría estar en un “ciclo vicioso” y que podría “morir”. Si las empresas se alejan, cae la recaudación de impuestos. La gente usa menos el transporte público hasta que se vuelve insolvente, lo que dificulta aún más que los trabajadores de bajos y medianos ingresos lleguen a sus trabajos. Los costos laborales aumentan aún más y la ciudad tiene menos fondos para abordar desafíos como el crimen y el comportamiento antisocial.
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Es un hecho muy conocido, pero una nueva encuesta encuentra que alrededor de la mitad de los encuestados de cualquier forma utilizan un dispositivo electrónico la mayoría de las veces o cada vez que conducen. “Diría que es más bien frustrante que sorprendente”, señaló Adam Snider,, un vocero de la Asociación de Seguridad Vial de los Gobernadores (Governors Highway Safety Association, GHSA), una organización sin fines de lucro que no participó en el estudio, pero que emitió un comunicado de prensa tras su publicación. “Conducir distraído es algo increíblemente común”. En la encuesta, que fue llevada a cabo por el Instituto de Seguro para la Seguridad en las Carreteras (IIHS), se preguntó a más de 2,000 conductores con licencia qué tan de acuerdo estaban con docenas de afirmaciones diseñadas teniendo en cuenta el Modelo de Creencias de Salud (Health Belief Model). El modelo se describe como una teoría de cambio conductual desarrollada para comprender por qué algunas personas no adoptan una conducta de salud en particular. En general se aplica a la enfermedad o la prevención de las enfermedades, según el estudio. “Pienso que los resultados de este estudio de verdad iluminan hasta cierto punto los motivos por los que” las personas siguen usando sus teléfonos en sus coches, señaló la autora principal, Aimee Cox, asociada de investigación del IIHS. Cox dijo que parecen incluir “la necesidad, o la necesidad percibida, de responder a la familia o a los amigos, la necesidad de información, todas estas cosas que los teléfonos celulares modernos de verdad nos permiten hacer sin pensar en ello”. Aunque los conductores distraídos usan sus teléfonos mientras conducen porque no desean perderse de una llamada de sus hijos, por ejemplo, también afirman que animarían a sus familiares a no usar el teléfono. “Pienso que esto provee una oportunidad de verdad única de que, si podemos animar a esa comunicación y ese diálogo abiertos y seguros, podemos lograr que incluso los conductores adolescentes animen a sus padres a practicar unas conductas de conducción segura, y viceversa. Pienso que debe fluir en ambas direcciones”, planteó Cox. Los conductores distraídos acabaron con las vidas de al menos 3,000 personas en 2020, según una declaración publicada por el director ejecutivo de la GHSA, Jonathan Adkins. Esto representa un 8 por ciento de todas las muertes por el tráfico. Cada año, otras 400,000 personas resultan lesionadas, apuntó Snider, pero quizá sea un número mucho más alto, porque puede resultar difícil probar que la conducción distraída provocó un accidente. “Esto es algo que toda persona que se pone al volante tiene el poder de hacer, apagar su teléfono, dejar su teléfono, ponerlo en la guantera, conectarse a través de tecnologías incluidas en el vehículo”, observó Snider. Leer o enviar un mensaje de texto tarda unos 5 segundos, anotó Snider.
Por: John Albarenga Sports Editor/