Amatria 2015 (WIP)

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ME FALTA ALGO



Era ya madrugada y querían romper a bailar. Fueron directos al escenario grande, donde unos tipos llamados Bloody Beetroots daban a sus sentidos el estímulo necesario para continuar. Las sustancias que hacían efecto dentro de su cuerpo le hacían sentir una felicidad intensa y verdadera, pero también mermaban sus mente y su capacidad motora. Este estado le hacía extremadamente vulnerable a la banda de criminales organizados que acechaban desde la multitud. Sintió un empujón y manos dentro de sus bolsillos, al mirar a la masa de gente vio cientos de cabezas y le fue imposible identificar cuál merecía ser separada de su cuerpo. Sus amigos le consolaron, pero lo que le hizo indestructible de verdad fue ella, un nuevo amor mucho más fuerte que los anteriores, que emergía por fin detrás de la sospecha y se posicionaba como tal. Al llegar a casa se tumbó junto a ella y mirando su figura escorzada descubrió, para su sorpresa, que ayer le faltaban más cosas que hoy.


Bebe de la gente, tan diferente. Tú y yo, y yo lo rebelde, tú lo intermitente. Ir, venir, bailar, saltar, ajeno a lo que tenga que pasar. Que todo lo demás va. Puedo ser el aire, este me vale. Tú y yo, y yo de tu parte, tan brillante. Vi la luz, el vendaval, ajeno a lo que puedan intentar. Que todo lo demás va. Eh, me falta algo No será tan malo Eh, es la manera Oh, lo que me quema Lo que yo tenía, lo que querían. Tú y yo, y yo a la deriva, tú la caricia. Ir, venir, bailar, saltar, ajeno a lo que tenga que pasar. Que todo lo demás va. Pero sigo vivo, tiene sentido. Tú y yo, y yo sin lo mío, tú mi camino. Vi la luz, el vendaval, ajeno a lo que puedan intentar. Que todo lo demás va.


CHINCHES



Cuando llegó a la nueva ciudad el sol era radiante, la perspectiva era victoriosa para los ojos duchos en el arte del cálculo y la esperanza, pero lejana. Cuando entró por primera vez en la buhardilla de su amigo le pareció el mejor lugar del mundo, pues lo era, era su lugar, y era su camino. Tras dormir una semana allí y aclarar unos asuntos volvió a su ciudad para atar los últimos cabos y así poder trasladarse definitivamente. Estuvo jugando y creando entre las cajas de la mudanza, feliz hasta que una madrugada se despertó del dolor y la desazón. En su piel cuarenta y ocho picaduras explotaban sin pausa, metió las manos en hielo e intentó recordar qué había ocurrido. El colchón donde durmió una semana antes no era nuevo, y aquel barrio no era limpio. ¿Entonces ocurrió de verdad? Era cierto el cántico que oyó en sueños aquella noche en casa de su amigo, cuando una Chinche gorda y astuta le vio acostarse en su jardín, se subió a su oreja, y no sin antes llamar a sus amigas le cantó al oído:


Voy detrás de ti Deja que les diga a mis amigas que hoy hay fiesta en el jardín Es nuestro colchón Esta es nuestra casa y quien descansa es bajo nuestra condición Ven aquí, duerme tranquilo Todo lo que pido es diversión Échate a dormir Mientras te arropamos nos labramos con tu sangre un porvenir Es tu redención Nosotras te enseñamos que las cosas pueden ir mucho peor Alimentación Es lo que comemos, lo que somos va en la misma dirección Hoy descubrirás

La fiesta intravenosa más jugosa que cualquier actividad Interconexión Ahora llevas dentro algo nuestro y nosotras tu sabor Otra decepción Toda la armonía que sentías era pura distracción Deja que los días pasen Mira nuestro arte en erupción Viene la luna, y hay comidita, todas juntitas, en fila india. Me dan de lleno… Mar, que el mar, que el mar me lo decía Que la salida va a ser sólo la deriva.


EL GOLPE



Estuvo mucho tiempo metido en aquella cueva acompañado de aquellas esculturas, intentando descifrar las técnicas y los procederes con las que habían sido elaboradas. Antaño esas obras habían llevado la gloria y la abundancia a sus creadores. Las observó mucho tiempo, navegó por sus rincones hasta hacer un descubrimiento revelador: más allá del efímero brillo inicial que desprendían se hallaba el alma de las mismas, fuerte y poderosa, capaz de convocar a las masas, creada a partir de trozos de otras obras diferentes, modificados y pegados con un pegamento especial y determinante; el talento. Pasó tres años, con sus días y sus noches, metido en aquel agujero, y cuando salió de allí su cincel hablaba idiomas que pocos eran capaces de entender. Era poseedor de los trucos más ancestrales y su sabiduría se alzaba por encima de la mayoría de escultores de aquel reino de mediocridad, así que subió a la montaña, alzo su martillo y gritando al cielo se dispuso a dar... El Golpe.


Saltarme lo que soy, Tener lo que he querido siempre Saber a d贸nde voy, Por el golpe, busco el golpe T煤 no vas a verme fracasar Hoy le voy a dar algo especial Doy lo que sabe mejor por el golpe, busco el golpe


HAY MIEDO



Bajó la escalera vertical que separaba el colchón del resto de la estancia. Miró hacia la habitación abuhardillada y reparó en el rayo de sol que entraba por una de las ventanas del techo, era su primer abril en aquella buhardilla y la inclinación del sol brindaba por primera vez esa línea de luz en el interior del cuarto. Pasó toda la mañana jugando con contrapuntos y armonías, la histeria de la melodía revoloteaba sobre él mientras los rayos de sol pasaban de lado a lado de la habitación. Hacia el final de la obra llegó el clímax, de sus ojos brotaron lágrimas y de sus mente una reflexión: tenía miedo a lo desconocido pero esta vez lo desconocido era su camino. Y mirando atrás no era capaz de recordar una etapa más dulce.


Libre de la distancia de lo que ves a lo que alcanzas . Curva del recorrido con el sabor de mi destino. Arrasar cerca del umbral es la mejor opci贸n falta de valor. Hay miedo de la luz que da El fuego que quem贸 la balanza Al peso de mi voluntad Se vende el devenir de ma帽ana Sangre de mis demonios en el barniz de lo que toco. Salto que determina seguir aqu铆 o que te sigan.


LA BUHARDILLA



Era un cuarto piso sin ascensor. Para tender la ropa tenía que tumbarse en el suelo y sacar medio cuerpo fuera por la ventana de barrotes cortados que descansaba a ras del suelo del salón. Para fregar los platos necesitaba abrir las piernas o doblar el espinazo de forma extrema para que el techo no atacase su cabeza. Sólo se podía duchar en las dos direcciones de un mismo sentido pues dos vigas del techo impedían el giro mientras estaba de pie. El techo abuhardillado impedía mirarse en el espejo u orinar erguido. Por las mañanas correteaban insectos por el suelo. Para hervir necesitabas cuarenta minutos de tu vida. Dentro esperaba un amigo dispuesto a ayudar. Por la tarde el vidrio de la ventana teñía la luz interior de amarillo. Tenía la certeza de que aquel era su camino, y mientras lo estuviera recorriendo la magia haría que lo demás no importase.


Sube al cielo en escalera, llega hasta el umbral Puedo ver lo que esa puerta es en realidad Dejaré de tener el pasado en la retina Cambiaré para bien todo lo que nos derriba Ven a ver a la buhardilla todo lo que tú me pidas Hago de la luz del sitio colorido mi camino Las cucarachas saludan riendo Todo lo que soy es todo lo que tengo Chinches y pulgas se turnan mi cuerpo Todo lo que soy es todo lo que tengo



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