Muerte de la democracia por Franco "Bifo" Berardi

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NO_LIBROS, 2020 ww.nolibros.org Carrer de Vilafranca, 7, 08024. Gràcia, Barcelona - ES NO_LIBROS es fruto de un trabajo de investigación durante siete años por parte de Plana, festival de autopublicación en Brasil y parte de una reflexión sobre el exceso y la superproducción de libros. ISBN: 978-85-53109-21-0 Edición: Diego Posada, Lior Zisman Zalis y Bia Bittencourt Portada: Mantraste Revisión y preparación: Laura Del Vecchio Tipografía: Georgia La catalogación en los datos de publicaciones está disponible a petición. Primeira edición en NO_LIBROS: Abril 2020 4


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La ultra-derechización del mundo. El aparente regreso de un fascismo que en realidad nunca se ha ido. Las medidas antidemocráticas. Los estados-nación. Las disputas de poder. Los abusos de poder. El sistema carcelario. Las oficinas de extranjería. Los “cuidados compartidos”. Las quitas de custodia. El racismo estructural. El racismo recreativo. La misoginia. La legitimación de la violencia. El segundo estado. El para-estado. La pos-verdad. Los memes. Las fake news. Los acuerdos políticos. Los acuerdos económicos. Los acuerdos estéticos. La neoevangelización. La Constitución. La justicia. La Bíblia. El poder. La censura. El odio. La rabia. La empatía blanca. La de(s)colonización. El anticolonialismo. Las políticas neocolonialistas. La retórica post-colonial. La migración. La militarización. Los secuestros. Las fosas clandestinas. La redistribución de la violencia. El biopoder. La bio-lencia1. El extractivismo territorial. El extractivismo epistemico. La apropiación cultural. La masculinidad toxica. La incapacidad de ver de cerca y de lejos. La lucha de los movimientos sociales. La criminalización de los movimientos sociales. Las universidades. Las escuelas. Las jornadas. La vida en Marte. El cuerpo utópico. El trabajo esclavo. Las milicias. El “água”. La tierra. Las fronteras. La topía implacable. El capital fósil. El capitalismo gore. Las economias de la muerte. Los cambios climáticos. La crisis climática. La emergencia climática. El colapso climático. Los pastores. Los hacendados. La soya. El clima económico.

1. Véase Bio-Lencia Descolonial, Matar La Academia. Entrevista a JOTA Mombaça. 29 de junho de 2017. Disponble en https://www.contranarrativas.org/ entrevistas/2017/6/29/iuw9w95jbxq42wtfecjuqmq1ymlwdk

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Los interesses políticos. Los “tiempos” difíciles. Los tiempos impresionantes. Las banderas y las causas. El espetáculo. Los conceptos. La amazonia en venta. La amazonia en llamas. La Patagonia a 20 grados. Los feminicidios en América Latina. La profesora que la mataron dentro de la escuela. Las estudiantes violadas en las universidades. La moral. La buena costumbre. El silencio. La policia. El sistema patriarcal capitalista. El tercer sector. La 4T. Las políticas personalistas. El populismo. El neoliberalismo. La Humana y sus ropas “baratas”. El buen samaritano. Las carabelas. La utopía. La minería. Los ingleses. Los canadienses. La Noruega. La Reina Sofía. Finlandia y la mejor educación del mundo. El mundo en llamas. The anthropocene art. The forest art. The art in the age of... El pensamiento eurocéntrico. La razón pura. La razón “sucia”. Las invasiones. El proyecto histórico de las cosas. Las narrativas abusivas. Los ideales de conquista. El avanzo. El progreso. La ciencia. La opresión. El saque. La violación. La distopía. El estado colonial-violador. La blanquitud. El mestizaje. Las pedagogías del poder. Las “contrapedagogías de la crueldad”. Las instituciones. El saber. Los discursos del arte. Las luchas de la educación. La memória del fuego. El día del fuego. La humanidad. La sub-humanidad. La hermanapiedra. La montaña-padre. Los guaraní. Los araweté. Los Nahuas. Los Zapotecas. Los purépechas. Los mapuches. Los quechua. Los aymara. Las mona. Las mina. Las mana. Las preta. Las trava. El proyecto histórico de los vinculos. La necropolítica. Las tecnologías avanzadas. La inteligencia artificial. Los códigos. El capitalismo de vigilancia. El 10


capitalismo de rapiña. El lenguaje. La realidad. La ficción. El futuro. Las palabras mágicas2. La poesia. El “efecto democracia”. Boom! Las palabras mágicas, la poesía, el “efecto democracia” Monica Hoff En Brasil, Franco Bifo Berardi no es tan conocido como en el continente europeo. Y eso seguramente no es culpa ni de Brasil, tampoco de Bifo. Hay un océano al medio, para decir lo mínimo. Pasados entrelazados pero distantes. Un devenir Brasil de Europa complejo. Un devenir Europa de Brasil insuficiente. Proyecciones de un futuro que quizás no llegue pero que si llegara no sería lo mismo, lo sabemos. Sin embargo, frente a la imposibilidad de eximirse de las problemáticas del lugar donde vivo, es sobre todo desde esta geopoética abrupta y erótica, cordial y apocalíptica, barrocatropical y colonial-esclavista desigual y contrastante que escribo esta presentación. Quizás sea más fácil encontrarnos en nuestros desencuentros, pienso yo en un primer momento. Quizás sea más interesante empezar por el final, me propongo a mi misma. “Yo uso metáforas”, ha comentado Bifo en entrevista

2. La socióloga boliviana Silvia Rivera Cusicanqui llama palabras mágicas aquellas palabras que “tienen la magia de acallar nuestras inquietudes y pasar por alto nuestras preguntas”. Son palabras que damos por supuesto porque creemos que conocemos su significado; palabras que nos tranquilizan pero de una manera engañosa – tales como desarrollo, descolonización, mercado, etc. Véase CUSICANQUI, Silvia Rivera. Un mundo chíxi es posible. Ensayos desde un presente en crisis. Buenos Aires: tinta Limón, 2018. p. 40-41

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publicada el julio del año pasado, “metáforas como herramientas para la comprensión”3, lo complementa. Una de ellas es la poesía, presente en la última parte de esta conversación. La poesía no como construcción lírica sino como lo que nos posibilita asumir nuestra estupidez como humanidad y nuestro fin como realidad y, teniendo eso en cuenta, inventar otra manera de seguir adelante. O sea, la poesía como la capacidad de inventar lo que no existe pero que es posible. Algo que el educador brasileño Paulo Freire en algún momento de su vida ha identificado como “inéditos viables”, es decir como aquellos procesos no conocidos, pero de alguna manera deseados, que cuando suceden ya no son ellos mismos sino la realización en lo que antes tenían de inviables. Seguramente una poesía que contiene en sí misma una utopía, como lo comentan Diego Posada y Lior Zisman Zalis, conductores de esta conversación. Aunque la utopía no sea un término, o concepto, desde el cual el filósofo italiano busca estructurar su pensamiento. Todo lo contrario. Por lo menos así lo anuncia. Yo también uso metáforas, le podría decir a Bifo sin parpadear. Y por lo menos dos me han surgido al leer este juego de preguntas y respuestas: Mañana será más grande4, es la primera. El hombre desafortunadamente tiene que acabar5, es la otra. Si al principio parecen expresiones demasiado 3. Véase ¿Puede la poesía salvar el mundo? Una entrevista con Franco Berardi (Bifo), 22 de julio de 2019, disponible en https://latinta.com.ar/2019/07/p 4. Véase PINHEIRO-MACHADO, Rosana. Amanhã vai ser maior. O que aconteceu com o Brasil e possíveis rotas de fuga para a crise atual. São Paulo: Planeta do Brasil, 2019. 5. Véase CORLEONE, Clara. O homem infelizmente tem que acabar. Porto Alegre: Zouk, 2019.

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esperanzadoras, o mismo utópicas, les garantizo: son la más pura topía implacable – no al modo de Foucault sino de Shakira. Antipatriarcal, anticolonialista, antirracista y sin desarticular el culo - el culo como matéria y como metáfora; como el nudo que nubla la distinción entre identidad y identificación, deseo y política, para aquellos que vivimos entre Tijuana y el fin del mundo. El culo como cultura y “como aquello que manifiesta la historia de manera contundente, como el que habla aquello que es más cómodo ignorar”. Aquí, en este caso, como metáfora no solo de lo que nos acerca, sino principalmente de lo que nos aleja. Trátase de los títulos de dos libros publicados en Brasil a finales de 2019 escritos, respectivamente, por la antropóloga Rosana Pinheiro-Machado y la escritora Clara Corleone. Si en el primero, Pinheiro-Machado hace un análisis antropológico de las jornadas y movidas sociales realizadas en Brasil desde 2013, poniendo sobre la mesa términos aquí presentes como democracia, fascismo/comunidad, la ascensión de la “nueva” derecha, la crisis de la izquierda, neoevangelización/ identidad, capitalismo e imaginación política, lo hace a la luz de un proyecto (el colonial) que si no está presente en la conversación es porque su ausencia no sólo confirma un hueco histórico sino que se presenta también como un síntoma político de nuestras distancias; en el segundo lo que vamos a encontrar es una escritora tratando de desmontar la lógica patriarcal-colonial de la cordialidad, término reclamado por Bifo en la conversación, y elemento fundador del régimen de masculinidad, de los parámetros de comportamiento y del orden social en Brasil que ha funcionado siglos tras siglos 13


para identificarnos como una gente servil y alegre. Sin embargo aunque todo parezca tan distante entre nosotros, la verdad es que nunca hemos estado tan cerca: el hombre desafortunadamente tiene que acabar, no para que se resucite la democracia que quizás nunca haya existido verdaderamente, sino para que el mañana sea una posibilidad concreta y colectiva, por lo tanto grande. Y en eso seguramente estamos de acuerdo. Esta no es una conversación fácil ni dulce. Es una invitación a enojarse en muchos momentos, a ir para volver, a quedar en el abismo de la espera porque parece que hace falta algo, a buscar formas de contraponer un pensamiento sin destrozarlo, y sobre todo a repensarnos en nuestros universalismos. Pero cuando la habitamos desde sus huecos y desde lo que parece estar inconcluso sacamos su mejor. Leerla no nos pone en un lugar certero, absoluto o infalible, todo lo contrario. Es entrar en un campo interesante de identificaciones y desacuerdos - políticos, históricos, éticos y culturales - que nos hacen querer crear lo que sí ya existe pero que aún no fuimos capaces de verlo.

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introducción Lior Zisman Zalis y Diego Posada Un encuentro erotico, un menage, una orgia llena de protesis, juguetes y aparatos. El café, el microfono, el jugo de melocotón, el cuaderno, el boligrafo olvidado en el despacho, el tiempo y el ahora. Fue un encuentro de cuerpos hablantes en seducción elaborando lingüísticamente el deseo. No sé si matamos la democracia o si hemos declarado su muerte, pero asistimos un cuerpo enfermo, olemos su podredumbre. Esta conversación, que buscó a todo momento huir de su condición de entrevista, resulta de una necesidad de hacer de centinelas del porvenir. Acá, con Franco Bifo Berardi, asumimos una actitud de sospecha activa, positiva. Una sospecha inventiva que impone la necesidad de una mirada atenta al movimiento del presente. Una atención al cuerpo político, a sus órganos, sus fluidos y sus cortes. Los cuerpos con protesis, los relatos imunológicos y contraimunológicos de la construcción política contemporánea. Bifo, entre cafés con leche y cheescakes, acuchilla el presente y lo maldice. “Entonces me preguntas: ¿podemos esperar algo de la liberal democracia? Sí; se ha muerto. Eso es lo que podemos esperar.”. Ya lo sabíamos, pero sus palabras son filosas al mismo tiempo que nos devuelve la necessidad de leer el presente en la iminencia de una ascención de movimientos autoritarios con caracteristicas próprias. Pero dice que este es el menor de nuestros problemas. El autoritarismo del presente es algo que empieza desde antes y la democracia no es su solición, pero sí su condición de posibilidad. 17


Para volver a la democracia como espacio de esperanza, hay que pensarla como medotologia, ya que esto es lo que la democracia es, una metodologia. “La democracia no significa nada”, nos dice Bifo. Es cierto. No significa nada, es un campo, como el deseo. Si ponemos la esperanza en la democracia, estamos jodidas, una vez que la democracia misma es el terreno de las atrocidades del presente, en ella es que germinan los actuales genocidios: el asesinatos sistematico de inmigrantes en el Mediterraneo, de personas negras, trans, y sexodisidentes, de indígenas y líderesas sociales que defienden sus territorios del extractivismo colonial en Abya Yala. Oprimidas en todo el mundo mueren bajo el paraguas de la democrácia y de los derechos humanos. La inquietud es esta: ¿qué resta de potencia en una democracia en un mundo sin futuro? De la democracia a la sexualidad, de la sexualidad a la impotencia y el deseo. Bifo salta, camina y baila sobre los conceptos y enseña sobretodo que resistir no es la palabra y el camino, sino la invención. Hay que resistir, no hay dudas, pero inventar es la condición de posibilidad mismo de la potencia del deseo. Invención y poesia: “La poesía es la búsqueda de un nuevo ritmo entre la respiración individual y la respiración colectiva. [...] - y termina - La función del arte – no estoy seguro si el arte tiene una función– es de interpretar lingüísticamente lo que está inscrito como posibilidad, de desplegar lo posible para acumular fuerzas que nos permitan actualizar la realidad”. Experimentar el presente como un modo de habitar del cuerpo que interpreta las inscripciones de posibilidad. 18


Esta conversación se dio en el espacio en nuestra residencia de investigación sobre nuevos fascismos en latinoamerica (que posteriormente en nuestro grupo convenimos en llamar estudios antifascistas) en el Centro de Estudios y Documentación del MACBA. Bifo, que había sido nuestro maestro en el Programa de Estudios independientes (PEI) de este museo, estaba en Barcelona dando clases en el actual PEI. Agradecemos especialmente a Bifo por su generosidad al permitirnos compartir el tiempo para tener esta conversación, así como a la residencia del museo y al PEI por hacerlo posible.

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D. P. y L. Z. Hay una gran preocupación

en nombrar el presente –o la dicha ascensión de las nuevas derechas– como una ascensión del fascismo. También, tal vez, de un autoritarismo novedoso con sus particularidades, especificidades y

características

propias

que

reflejan

las

problemáticas contemporáneas. Muchos llaman de nuevos fascismos, nuevas derechas o entienden que no hay nada de nuevo en este proceso, sino más bien una repetición de un ciclo que ha empezado con la fundación misma del Estado nación. ¿Hay alguna novedad en estas nuevas formas de gobierno? ¿Cómo nombrarlos?

F. B. B. La cuestión sobre qué carácter tiene de la

derecha contemporánea ha sido muy debatida en Europa en los últimos años, sobre todo en Alemania, naturalmente. Miremos lo que ha sido el fascismo y el nazismo del siglo XX. El fascismo italiano, como el fascismo japonés, han sido fenómenos de expresión de una gloriosa confianza en el futuro de una nación, de un pueblo y de una supuesta raza blanca. Eso no existe hoy. El fascismo italiano, como un movimiento de jóvenes que se rebelaron contra la vieja burguesía, contra el viejo mundo, no existe actualmente. El fascismo ha sido la expresión de un profundo sentimiento de comunidad, 21


de una nación como comunidad verdadera e integral. Hoy somos exactamente lo contrario; la comunidad es una nostalgia, es anhelo de saudade, un recuerdo de algo que ya fue y que no existirá jamás, que no está nunca proyectado hacia el futuro. Aun así, decimos desesperadamente: ¿cómo podemos establecer un sentimiento de comunidad? ¿Cómo identificamos potenciales invasores y demás enemigos? No podemos considerar lo que ocurre actualmente como ‹‹fascismos›› en el sentido Martiano, Mussoliniano, joven, agresivo, masculino, glorioso, ¡futurista! Es el futurismo lo que ha desaparecido. Estamos en la época del dopo-futurismo. El futuro no existe, todos los saben. Cuando llamábamos a nosotros mismos punks en los años 70, eso sonaba como una provocación absurda –loca. Hoy, en la conciencia común de la población occidental, no existe un futuro, y por lo tanto, no podemos llamarlo fascismo.

Es, entonces, ¿nacionalsocialismo? Pues…

En 1962, Günther Anders, un filósofo que en mi

opinión fue un personaje muy importante y profético, en su libro Nosotros, los hijos de Eichmann, escribió que el Reich del futuro será mucho más perfecto que el Reich de Hitler. El Reich de Hitler, dice, ha sido una prueba de lo que es el Reich verdadero. El Reich verdadero se manifestará cuando la tecnología sea capaz de reemplazar los humanos en acciones 22


deshumanas. Auschwitz y Hiroshima fueron el principio del Reich que repercutirá en el siglo próximo. No estamos viviendo una situación que los fascistas llamaron de ‹‹la fuerza de la comunidad››. La fuerza de la tecnología permitirá hacer todo lo que no hemos podido hacer hasta entonces. Es aquí donde yace la raíz del problema de la impotencia contemporánea. La tecnología es fuerte, nosotros somos débiles. No obstante, aquí está también la realidad futura, donde la tecnología absorbe toda la potencia y los hombres son reemplazados en acciones deshumanas. Pero, ¿qué son las acciones deshumanas?

Aquí llegamos a lo que para mi es el punto fundamental

de la nueva realidad, más allá de la tecnología como fuerza decisiva. El punto fundamental está en lo que se podría llamar de etnonacionalismo.

Ante el declinio demográfico, la supuesta raza blanca

se dado cuenta de que el declinio es inevitable. Para evitarlo, en países como Francia y Polonia, y más recientemente en Italia, se ofrece dinero a las mujeres para que procreen. Lo que una vez dijo Mussolini al proclamar que ‹‹intentemos llenar las cunas››, no funciona –por muchos motivos que los demógrafos conocen. Cuando el número demográfico de mujeres es bajo, más allá de un cierto porcentaje, no se puede relevar sustancialmente la demografía de una comunidad. Además, la población blanca es vieja, sexualmente impotente y psíquicamente destrozada. No nacen niños en estas circunstancias. Por un lado, estamos en una situación de 23


declinio demográfico. Por el otro, de declinio técnico, porque casi todos tenemos smartphones. Desde otro ángulo, de declinio económico también, aunque sea un hecho mucho más difícil de ver porque la gente sigue consumiendo en todo el mundo, pese a que no de la misma manera.

Yo creo que la verdadera raíz de la agresividad

actual reposa en el etnonacionalismo, como una forma de nacionalismo que se identifica esencialmente en la raza. Mejor dicho, en la civilización blanca y cristiana. El problema entre Trump y Putin se ha analizado desde una manera superficial hasta ahora. No sé bien si Putin ha ayudado Trump a ganar las elecciones. Puede que sí, puede que no; esto es irrelevante. Lo que sí es relevante, es que la política rusa es aliada en cuestiones raciales, religiosas, y finalmente, nazistas. Rusos, americanos y europeos son aliados contra el mundo, y sus prácticas etnonacionalistas impulsan su resurgimiento. China, India, Latinoamérica y África devienen una amenaza a esta alianza.

Hay un tema muy doloroso en Europa Occidental; la

revuelta del Sur del mundo. Es una cuestión que se levantó en los años 60 por medio del Maoísmo, el pensamiento de Lin Biao. Lin Biao, el mano derecha de Mao Tse Tung, decía que en el futuro, las campanas del mundo estrangularían las ciudades. En otras palabras, decía que los pueblos oprimidos se unirían en contra del imperialismo global. Y no, ¡eso no ha pasado! La derrota del comunismo y del internacionalismo 24


ha abierto puertas a algo totalmente diferente. Es decir, el etnonacionalismo fascista de Rodrigo Duterte (Filipinas), de Narendra Modi (India), de Xí Jìnpíng (China), y de gran parte de los movimientos que no se pueden definir como anticolonialistas, pero aún así son nacionalistas que se posicionan en contra del Norte del mundo.

Frente a esto, yo veo una condición inminente de

guerra civil global, tendencial e irreversible. La migración se produce como consecuencia del empobrecimiento y del colonialismo, como un proceso antropológico imparable que no se manifiesta como una lucha de clase antiimperialista. Los migrantes que viven en Italia, por ejemplo, son sobreexplotados y aún así no logran organizarse como clase explotada. Se organizan como raza, como islámicos. El fenómeno del islamismo con un carácter terrorista y fascista, está vinculado con el hecho de que no hay un movimiento antiimperialista inserido en su discurso. El fin del comunismo ha sido el fin de la humanidad. Esta es mi opinión.

Nos gustaría reflexionar contigo sobre el lugar

de la democracia como un espacio de confrontación o un devenir político efectivo en contra de la ascensión de las nuevas derechas. En cambio, también lo podemos entender, justamente, como un régimen democrático neoliberal que abrió camino para este fenómeno. ¿Dirías que hay una relación entre el 25


modelo democrático neoliberal y la ascensión de las nuevas derechas en el mundo? Con respecto al horizonte político de acción, ¿sería la democracia un

modo

de

padronización,

aplastamiento,

homogeneización del modo de producción de luchas, de rebelión y de resistencia en contra de la desigualdad, el racismo, la violencia del estado, etc? Como si la democracia funcionara como un modo de producción de la política, condicionando y, al mismo tiempo, aplastando a otras formas de luchas y resistencias. ¿Cuál es el futuro de la democracia?

Pienso que el error más grande, o uno de los errores

más grandes del movimiento obrero de los años 50, 60 y 70 –pienso sobretodo en Italia, aunque se aplica también a otros países– ha sido el de identificar la democracia como un valor político. No lo es, y no lo es conceptualmente. La democracia es una metodología. Yo soy democrático a nivel metodológico pero no a nivel político cuando hablamos de política, de política social, de liberación, de paz, etc. La democracia no significa nada. La democracia significa la victoria de Adolf Hitler, de Jair Bolsonaro, de Donald Trump, de Matteo Salvini. Técnicamente, la democracia, a día de hoy, es fascismo. No estoy rechazando la democracia, estoy definiendo el concepto de democracia en su esencia metodológica. Pero, ¿qué contiene la metodología? Este es el problema. Los contenidos 26


añadidos a la liberal democracia de los últimos 50 años – incluidos también Tony Blair, François Hollande, Massimo d’Alema, y toda la izquierda que ha gobernado Europa, pero también Brasil y todo el mundo– han sido, fundamentalmente, la mano de hierro que ha organizado la agresión neoliberal global. Esto lo entendemos muy bien, sin embargo, en los años 90 cuando ya lo teníamos claro, no fuimos capaces de entender cuál era el papel de dichos progresistas. En verdad nunca fueron progresistas, eran liberales demócratas.

Bueno, ¡la liberal democracia está muerta! ¡Muerta!

No volverá. Sí, puede ser que Cristina gane las elecciones en Argentina, sinceramente lo deseo. Pero todo será muy dificil porque... porque hemos destrozado las condiciones mismas de una posibilidad de transformación social. Eso es importante porque, por ejemplo, en Italia el partido democrático ha sido el partido que ha diseñado las leyes racistas que Salvini está aplicando en la actualidad. Hace dos años, Marco Minniti, antiguo Ministro del Interior del Partido Democrático, hizo un proyecto de ley que criminaliza organizaciones nogubernamentales en misiones de rescate a inmigrantes en el Mediterráneo.

En su momento, hice una acción que llamé de

Auschwitz on the beach. La acción era en contra de Minniti, y ponía en evidencia su proyecto de ley que mataba a inmigrantes en el Mediterráneo diariamente. Luego después, Minniti ha perdido las elecciones, y en su lugar, Salvini entra. 27


Nada ha cambiado. Salvini aplica integralmente las decisiones democráticas de Marco Minniti. Ahora, estos demócratas, los mismos que han perseguido a los inmigrantes, se consideran anti-racistas. Es para reírse, nadie se los puede creer. Desde su voz, se escucha el vacío de sus palabras; es evidente. Esta es la razón por la cual no ganarán, no volverán. Puede que vuelvan, pero no cambia nada.

En Dinamarca, los socialdemócratas han ganado

las elecciones. ¿Sabes porqué? La líder del Partido Socialdemócrata, tres días antes de las elecciones, declaró que la derecha tiene razón sobre la cuestión de la inmigración. El problema está en que, a día de hoy, las diferencias entre las perspectivas sobre inmigración, tanto de la izquierda y como la derecha, no existen; son la misma cosa. Entonces, me preguntas: ¿podemos esperar algo de la liberal democracia? Sí; se ha muerto. Eso es lo que podemos esperar. En relación a estas nuevas derechas y todo

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Auschwitz on the beach


el movimiento neoliberal que se compara con los movimientos fascistas de los años 30, bajo tu perspectiva, la crisis de refugiados se parece al nazismo, casi como en Auschwitz. ¿Por qué lo ves más cercano al nazismo?

La masiva e incontrolable inmigración es una

aplicación más racional de lo que fue el principio de nazismo. El etnonacionalismo se ha vuelto más científico. Antes de empezar, lo siento mucho, pero tengo que decirlo: hay una diferencia fundamental que es la reivindicación del carácter judeo-cristiano de la civilización blanca. Eso es diferente de lo que propuso Hitler, porque como dice Anders Breivik, el mayor teórico del etnonacionalismo europeo, –y el representante más importante de la política europea, que ha matado 77 personas en marzo de 2011– Hitler fue un cretino porque no supo entender que los judíos son nuestros aliados en la guerra contra todos los demás. Es muy paradójico, muy doloroso. El problema es que Netanyahu no representa la mayoría de los judíos. La mayoría de los judíos escaparon de Israel en los años 90, y que en los años 00 viven en Alemania, EUA, Argentina, etc. Los judíos hitlerianos de Liberman y de Bibi Netanyahu, son parte del front nazista global. Tenemos que confrontar esta realidad.

Anders Breivik escribió un manifiesto por la

independencia Europea, que es el actual programa de la unión Europea. Mario Borghezio, diputado de la Liga Norte 29


de Matteo Salvini, se declaró en contra de la acción cometida por Anders Breivik, pero comparte sus palabras. Él y más cientos de millones de europeos. Es real, la mayoría de los europeos tienen la misma opinión de Anders Breivik. La política, tendencialmente la política de contención migratoria, tiene carácter nazista. Me pueden decir: no hay un millón de muertos como hubo en Auschwitz. Vale, de acuerdo. Esperemos cinco años y luego hacemos el recuento.

Me parece muy interesante tu análisis sobre

el campo de la sexualidad en relación al campo de la política de hoy. Utilizas un vocabulario que incluye la impotencia, el deseo y la eroticidad. ¿Cómo relacionas el campo de la sexualidad con el fracaso de la izquierda o la disputa de la izquierda por el poder? De la misma manera, ¿cómo podemos devenir sobre el campo sexual dentro del marco de fortalecimiento de las derechas y su presencia en los espacios públicos? Vemos una ocupación sistemática de la derecha en los espacios públicos; ellos se manifiestan, organizan marchas, salen a la calle. Están organizados. ¿Qué hay de sexual en esta ocupación del espacio público?

No tenemos que hablar de sexualidad, sino de deseo.

Hay deseo, hay placer y hay el campo de la sexualidad. Es el deseo que ahora me interesa en su ambigüedad, porque el 30


deseo no es una fuerza, sino un campo. Es un territorio. Es el territorio más importante de la lucha social; siempre lo fue. Por lo tanto, ¿qué es el deseo?

Es lo que las personas, la multitud, y la mayoría de

la gente lo percibe por medio de lo que las atrae, de lo que las identifica. El deseo es un campo de deteriorización constante, pero funciona también como el lugar de identificación donde ocurre el deseo mismo. Este campo es esencialmente sexual, en el cual hay muchas direcciones de territorialización, pero especialmente de dimensión sexual.

Hoy, en la dimensión sexual, como en los fascismos

del siglo XX, existe una emergencia de reafirmar una sexualidad masculina, agresiva y poderosa. Una sexualidad joven, y sobre todo, una sexualidad que contiene un horizonte futuro. Actualmente, la forma dominante de la sexualidad blanca occidental, representa la sexualidad de un pueblo viejo, mayoritariamente viejo. El ‹‹viejo››, no remite solo a la descomposición de la carne, pero también al rompimiento con el futuro, el disolverse de la espera por el futuro. Es casi como si la característica fundacional de la identidad de la raza blanca fuera la impotencia.

La palabra impotencia tiene muchos sentidos.

Significa la falta de poder político y de voluntad y actuación humana frente a la tecnología. La tecnología es super poderosa tal como una prótesis que sustituye un órgano biológico – el órgano es débil y se hace cada vez más impotente con el 31


tiempo. En cambio, la técnica, la prótesis, se hacen cada vez más poderosas y centrales.

No obstante, hay un otro nivel de impotencia que

es la impotencia deseante, la impotencia sexual. El campo del deseo está lleno de depresión. ¡Atención! Envejecer no significa necesariamente estar triste, el problema está cuando vinculas el deseo con la potencia sexual. El problema está en cómo desencadenar esta visión machista de que deseo significa potencia masculina.

¿Qué hay por detrás de eso?

Yo no tengo nada en contra de la potencia masculina

–de hecho, me gusta– pero hay otras dimensiones del deseo. Envejecer significa –puede significar o tendría que significar– descubrir otras dimensiones del placer, otras dimensiones del deseo. No lo logramos porque la identificación masculina blanca, occidental y judeo-cristiana, es totalmente vinculada a la potencia masculina y con la sumisión de la potencia femenina. Esto no puede funcionar y no funciona. ¿Cuál es el efecto producido? Una ola gigantesca de depresión y descortesía. La descortesía es otra cosa que, en mi opinión, nadie ha analizado. La cortesía y la descortesía me interesan muchísimo. ¿Qué es la cortesía? Es la capacidad de elaborar lingüísticamente el deseo. La cortesía se manifiesta cuando encuentras una persona y eres capaz de seducirla a través del 32


lenguaje. No importa cual es el desenlace sexual, esta es una relación de riqueza, de colaboración. Cuando uno no tiene la capacidad de elaborar su deseo lingüísticamente, lo que le queda es la violencia, la agresión. Nos encontramos en una situación en la que el lenguaje no existe en el campo del deseo. El lenguaje desaparece.

Se habla mucho de sexo a día de hoy, pero el sexo

no habla, está totalmente sujeto. La figura de Trump es una persona que no conoce el lenguaje humano, basta por leer sus mensajes. ¡Hay cinco, seis palabras y punto! Su relación con las mujeres la conocemos muy bien, porque ya la hemos escuchado. Dice ‹‹yo soy poderoso y le puedo tocar el culo››. Él es una persona que me produce pena porque no conoce algo fundamental en la relación de los seres humanos: la palabra.

La palabra, actualmente, es un contratiempo en el

campo sexual. Es esencialmente un problema de afasia, de incapacidad de elaborar el deseo lingüísticamente; aquí yace la cuestión contemporánea más dolorosa. A la vez, es también una indicación estratégica para uno de los problemas que has mencionado al principio: estamos buscando una dirección, hacia donde ir. La cortesía es una dirección como modalidad de relación entre los demás, pero también una herramienta de relación con los fascistas.

No se si conoces un libreto que se llama Come

si cura il nazi que he publicado en italia en los años 90. 33


Mi teoría estaba fundada en la idea de que el fascismo es, esencialmente, la desconexión de la palabra con el cuerpo. Nuestro trabajo político debe ser el de reactivar el cuerpo erótico y el cuerpo hablante con un programa político, no de sexualidad desencadenada. Se requiere una sexualidad que habla, una capacidad de reactivar la relación hablante entre seres sexuados…

...los movimientos de disidencia sexual, que

trabajan la sexualidad desde la perspectiva queer, tienen un problema de magnitud, de alcance y de cómo esa disidencia sexual puede rearticular y cuestionar el poder institucional...

No lo sé. Estamos hablando de una mutación

antropológica tan profunda que sus efectos se desarrollarán en los próximos 50 años. Desafortunadamente, en los próximos 50 años habrá también una guerra global. Un cataclisma climático y ambiental que ya empezamos a ver sus dimensiones. Un colapso psicótico de gran parte de la población, sobre todo, occidental.

El problema es apocalíptico, y la solución no la

tendremos en los próximos 6 meses o 5 años; es un problema del siglo XXI. Primero, debemos sobrevivir al siglo XXI. Segundo, reinventar el humano del siglo XXI.

El movimiento feminista, que no es único y central, 34


sino múltiple dentro de su diversidad, abre una perspectiva a largo plazo. Naturalmente, hay combates inmediatos contra la violencia y muchas otras cosas, pero el sentido principal del movimiento feminista tiene un carácter antropológico y epistemológico de abandonar la configuración histórica de la penetración y de la competitividad. La alternativa al ‹‹ganar o perder›› es, fundamentalmente, una alternativa de liberación; una alternativa a la normativa masculina. Este es el contenido esencial de la experiencia feminista, una solidaridad fraterna, sororal e integral.

No obstante, hay una cuestión muy complicada

sobre lo que nos falta. ¿Qué es lo que nos falta? La libertad la tenemos, en sobredosis –tal vez. ¿Igualdad? Claramente nos falta muchísima igualdad, pero ¿cómo podemos cambiar las cosas? Lo que nos falta, verdaderamente, es fraternidad. Es el placer del encuentro con el cuerpo del otro, el placer de relacionarse con el problema. El reequilibrio de la relación entre deseo y placer hace parte de la experiencia feminista.

Cuando hablo de experiencia feminista me doy

cuenta de que el feminismo ‹‹no›› es uno. Es decir, yo no creo que #metoo sea una buena experiencia. A mi me parece que el #meetoo es una experiencia vinculada a la ideología neoliberal de los derechos humanos, que sin embargo rechaza la violencia, pero se funda sobre una idea normativista y legalista de la verdad; del ‹‹sí sí›› y ‹‹no no››.

La idea del ‹‹sí sí›› y ‹‹no no››, de la relación entre 35


cuerpos y almas es de firmar una carta donde hay escrito el consentimiento del sí, estoy de acuerdo a follar contigo. Me parece que eso abre una puerta peligrosa, porque la riqueza del erotismo está, esencialmente, en la sensibilidad, la de asumir que hemos perdido. El #metoo tiene razón, pero no podemos considerar como una experiencia humana una situación en la cual hemos perdido la sensibilidad necesaria para interpretar una mirada.

En mi opinión, #niunaamenos es una experiencia

feminista más rica, donde los países barrocos se posicionan en contra de los países puritanos. En los países puritanos, donde la sensibilidad ha sido destrozada por la economía, por la identificación matemática económica de la palabra, la sensibilidad ha sido destrozada y se ha abierto la puerta a la monstruosidad que ocurre dentro de la experiencia #metoo.

El #niunaamenos pertenece a los países barrocos, y

mira que yo no soy propriamente fan del barroco. Todo lo contrario. En el interior de la cultura barroca hay muchas cosas malas, violentas, agresivas y fascistas. El barroco es muy fascista y el fascismo es muy barroco. Pero, en la complejidad del barroco, hay la posibilidad de reactivar una sensibilidad que nos hace falta.

Estábamos hablando sobre la sensibilidad

y tu utilizaste la expresión de la cortesía y la descortesía. Esta palabra a mi me remite mucho a 36


una performatividad de la nobleza colonial de Brasil. La dimensión cordial de la élite, que incluso Sérgio Buarque de Holanda utiliza la expresión ‹‹hombre cordial›› para explicar la manera de sobreponerse a las leyes y las prácticas del día a día como una manera de superar las obligaciones utilizando la conversación y la persuasión amistosa. Es casi como normativizar el caballero, el buen caballero.

Bueno, para mi la palabra cortés remite a lo que en

Italia se llama de Amor Cortés de Dolce Stil Nuovo –igual que en el área española, provenzal, italiana, toscana y sicilia. El Amor Cortés es una escuela poética y literaria que pone como tema central el problema de la cortesía como modalidad de elaboración lingüística del deseo. La literatura cortés de la que hace parte Guido Cavalcanti y Dante Alighieri, es el núcleo fundamental de la poesía italiana. Es interesante ver como la poesía italiana siempre identifica Italia como una figura femenina, Italia mia, ben ch’el parlar / Sia indarno a le piaghe mortali / Che nel’ bel corpo tuo spesse veggio. Hay una identificación femenina sistemática de la identidad nacional durante estos periodos.

La modernidad y el futurismo tienden a masculinizar

la identidad nacional. En cambio, la feminidad de la identificación nacional se vincula al origen cortés. La palabra cortés viene de la corte aristocrática, su origen es claramente 37


aristocrático. Sin embargo, el concepto de aristocracia es muy ambiguo. La palabra cracia, conceptualmente, nos es buena, pero ¿quiénes son los Aristoi?

Evidentemente, hay un origen clasista en la palabra

aristocracia. El uso que se da a la palabra aristocracia proviene justamente de la cultura cortés del Dolce stil novo donde los Aristoi son los que conocen el poder del lenguaje; el poder del lenguaje contra el poder de la fuerza. ¿Qué es lo que eso significa? Significa hablar de Aristoi, de los mejores –lo que claramente es un poco racista.

El problema que interpela el Dolce stil novo es el

que se revela por medio de la nobleza. De manera explícita, Guido Guinizelli, poeta italiano del siglo XII, escribe un poema muy importante para la cultura italiana, el Al cor gentil rempaira sempre amore (que es el título del primer verso). El Al cor gentil, es el cor aristocrático, el corazón donde el amor puede encontrar su lugar. No obstante, dice dis’ omo alter, Gentil per sclatta torno; lui semblo al fango, al sol gentil valore, que significa hombre austero, fascista. En finas líneas, dice: ‹‹yo soy aristócrata por generación, por la raza, por la pertenencia››, y sigue en lui semblo al fango, que básicamente representa la mierda, el fango, porque no ha entendido lo que gentile significa, lo que cortés significa. El cortés no tiene nada que ver con la sclatta, la pertenencia, el belonging, sino con la elección lingüística.

Hay una cuestión filosóficamente y políticamente 38


fundamental, que es el tema de la comunidad. ¿Qué es la comunidad? ¿Pertenecer o elegir? Si significa pertenecer, es racismo, fascismo, una comunidad que está basada en su origen. En cambio, si comunidad significa elegir a alguien porque te gusta, porque te gusta como te mira, como te habla, aquí nos encontramos con la comunidad del deseo, una comunidad esencialmente nomádica, no identificante, formada por personas que se encuentran, viven juntas porque se gustan y que se separan hacia otros caminos cuando lo deciden. ¿Entiendes la diferencia?

La cortesía, desde mi perspectiva, no es una definición

a nivel de pertenencia, sino el sentido de la elección. A partir de eso, me interesa lo que ha dicho Sérgio Buarque de Holanda sobre el hombre cordial. Igualmente, se puede malinterpretar la cortesía desde la perspectiva de pertenencia.

Según el sentido de Guido Guinizelli representado en

la poesía stilnovista italiana, para mi, la cortesía significa la capacidad de interpretar los signos lingüísticos como signos sexuales y los signos sexuales como signos lingüísticos.

La pertenencia y de la elección tienen relación

con lo que decías de la distinción entre identidad e identificación…

Claro. Cualquier tipo de obsesión identitaria como el

racismo, el fascismo y el nacionalismo, se fundan en la idea de que nosotros pertenecemos a una identidad. Yo no estoy de 39


acuerdo. No pertenecemos a una identidad, aunque existen efectos producidos por la identidad, pero son efectos, son productos de la identificación.

La identidad se funda en el hecho de que somos

blancos, o que somos italianos o que pertenecemos a una familia. En mi opinión, eso algo políticamente peligroso, pero no niego de que hayan personas que me gustan y las que no. Pese a que eso no sea algo relevante, no dependemos de una identidad familiar de pertenencia, sino de una identificación. Eso tiene mucho que ver con lo que Simondon relata en su discurso sobre la individualización. Cuando Simondon habla de identificación, habla de un proceso de formación de la individualidad. La individualidad no es algo originario, pero que se define a través de una negociación con el entorno. Lo mismo ocurre con la identidad; tampoco es originaria y dependiente de la pertenencia, la descubrimos con el pasar de nuestras vidas. ¿A través de qué? A través del deseo y del lenguaje. ¿Cuáles son los experimentos de resistencia en contra de las ultraderechas que en tu opinión resultan interesantes? Además, ¿qué es lo que podemos hacer ahora mismo?

Antes de nada, la palabra resistencia es una palabra

ambigua, porque resistir significa defenderse de algo que ya existe. Tomemos la democracia, por ejemplo. Yo no creo 40


que podemos resistir a eso, ¡ya lo hemos perdido todo! No ganaremos nada si nos planteamos recuperar lo que existió. Lo que necesitamos no es resistencia; es creación. A la vez, sé que existen algunos territorios en los que somos obligados a resistir. Hay algunas conquistas del pasado por parte de la civilización humana que tenemos que defender.

Desde mi perspectiva, hay formas de resistencia

que son eficaces. Por ejemplo, ciudades como Nueva York se están oponiendo a las leyes raciales y al acoso racial de la presidencia de Trump. Hay un dilema en la resistencia, pero no veo la resistencia como el problema central. El problema central está en lo que todavía no conocemos, y asimismo, no podemos esperar que lo que hemos conocido como democracia vuelva a existir. No volverá. Tenemos que inventar una nueva forma adaptada a la complejidad, al declinio y a la psicopatía del presente; nuevas formas que nos permitan crear prácticas sociales renovadas.

En tu pregunta hay otro factor que no se puede

ignorar; ¿cómo una acción puede ser eficaz? Esta una pregunta muy dura. Opino que el renacimiento de las ultraderechas representa la interpretación dominante subordinada al deseo blanco y fascista. Esta es la razón por la cual hemos perdido en la esfera masiva, y la razón por la cual ha ganado Trump y Bolsonaro.

¿Cómo podemos proteger nuevas formas de vida?

La experiencia norteamericana, en este sentido, es la más rica en mi opinión. En Italia, pequeños grupos protestan en 41


contra del avance de las ultraderechas, como por ejemplo, los que resisten en el mediterráneo en barcos autónomos, sustituyendo los barcos de las ONG que fueron prohibidos por Salvini de navegar. Hay formas de resistencia totalmente marginales en el mundo y yo no creo que resistiremos por mucho más tiempo, aunque sí creo que tenemos que inventar algo nuevo. Es como una ola; en algún momento se manifestará.

¿Crees que las prácticas artísticas tienen

algún rol en esto?

Las prácticas artísticas no son resistencia, son la

invención de algo nuevo. Cuando pensamos que las prácticas artísticas son resistencia, nos encerramos en el interior de un museo a la espera de que algo ahí dentro pueda sobrevivir. La cuestión no está sólo en la supervivencia. Muy bien, resistimos y sobrevivimos, pero lo que yo espero de la poesía, del arte, no es el acto de protegerse de la existencia del artista o de un pequeño grupo, ¡no! Es la invención de algo nuevo. Es así que yo entiendo el papel de la poesía a día de hoy. La poesía es la búsqueda de un nuevo ritmo entre la respiración individual y la respiración colectiva. De un nuevo ritmo entre la relación con lo que es posible, pero que no somos capaces de verlo.

¿En este sentido, ves en la poesía algo de 42


imaginación utópica? ¿De utopismo?

La palabra utopía es muy ambigua y muy peligrosa

porque si hablamos de utopía, hablamos, por definición, de algo que no puede existir y que existe desde una forma marginal. No es la utopía lo que me interesa, sino lo que es posible.

El posible es una palabra muy sutil. El posible

pertenece a la dimensión de lo real a través de una fuerza capaz de actualizarlo constantemente. El posible se actualiza por medio de la capacidad colectiva de interpretar lingüísticamente lo que es posible. ¿Qué es lo que es posible? Es posible trabajar menos, porque la tecnología nos permite trabajar menos. Sin embargo, las formas semióticas de interpretación de lo real son formas producidas por el capitalismo, por la propiedad privada y otras esferas opresivas que no nos permite ver lo que la tecnología nos hace posible. Creemos que nuestra tarea es la de estimular el crecimiento económico y el beneficio. Es aquí donde perdemos, donde la sociedad pierde y el capital gana.

La tecnología contiene esta posibilidad de liberación.

¿Qué es lo que nos puede aportar la posibilidad de liberación? ¿Cómo puede afectar la liberación en ámbitos como el del trabajo y la explotación?

La respuesta está en la actualización de esta

posibilidad.

Es

un

problema 43

semiótico,

lingüístico,


interpretativo, que está inscrito en la realidad pero que es invisible. La función del arte –no estoy seguro si el arte tiene una función– es de interpretar lingüísticamente lo que está inscrito como posibilidad, de desplegar lo posible para acumular fuerzas que nos permitan actualizar la realidad.

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Entrevista realizada en mayo de 2019 en Centre d’Estudis i Documentació del MACBA, Barcelona. NO_LIBROS, 2020 www.nolibros.org

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