LA CRÍTICA OPINA “Estructurada como una especie de 'road movie ferroviaria' (...) un conjunto de peripecias un tanto deslavazadas e ingenuas, aunque no carentes de interés"
2008-2009
(M. Torreiro: Diario El País)
Cuando los catastrofistas y pesimistas más simplones auguran un futuro cinematográfico globalizado, dominado por un solo modo de entender el arte (o negocio) de las películas, no hay mejor remedio que ver una película como Sud Express, que, como el tren al que alude, llega sin glamour ni estrellonas, pero bien cargado de pequeñas transgresiones, originalidades, libertades. En la misma línea de la aún inédita El taxista ful o de Veinte años no es nada (que no me digan que en la admirable cinta de Jordá no hay nada preparado o inducido, o sea, extras), esta obra a dos manos difumina y pervierte los límites entre la ficción y el documental, penetra en las casas más feas, las vidas más monótonas y las movidas más chungas para, pese a todo, extraer un poco de humor de todas y cada de unas la situaciones expuestas, y ofrecer una brizna de esperanza a tantos pobres de espíritu y bolsillo, ilusos, amargados o, directamente, enfadados. A esos que (aún) creen en el Futuro aunque no sea en Scope. Y los que ya hayan visto Sud Express pillarán el chiste... fácil.Para fans de los productos libres.Lo mejor: el taxista y alrededores. Lo peor: los cazadores. (Pere Vall, Fotogramas)
Sud Express Chema de la Peña, Gabriel Velázquez, 2005 Dimarts, 4 de novembre a les 19 h