Microrrelatos navideños- Biblioteca LBC

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El pequeño miraba las caras de mamá y papá. Este año, por fin, se los habían traído. Se sentó en medio de ambos y puso los rígidos brazos en torno a su cuello. Entonces, una lágrima de felicidad recorrió su mejilla: había estado esperando esas marionetas durante ocho años.

Alba Ibáñez López 2ºESO E


Merry Christmas The empty streets made it feel colder than the snow that covered them. It was Christmas Day and I could hear people singing in the church. I headed over there to meet my parents because they were waiting for me as every year, but I always arrive late intentionally. I finally saw that sinister and cold marble. “Merry Christmas”, I said. Carla Loubet Martínez 1ºBach A


El segundo espectro había convencido al Sr. Scrooge de que la vida es para disfrutarla y de que la felicidad es para compartirla. Se arrebujó en su raído chal un poco avergonzado de sí mismo y lamentando no tener un buen fuego encendido en Nochebuena. Ya se imaginaba la cara de sorpresa de su sobrino al día siguiente. Y la sonrisa de Tim, el hijo de su empleado, cuando abriese los regalos que iba a encargarse de hacer llegar a sus calcetines. Él también sonreía cuando empezó a sentir aquel frío mortal y un agudo dolor en el pecho. El Espíritu de las navidades futuras se materializó, pálido y gélido. Al ver a Ebeneezer Scrooge tendido en el suelo, volvió a disiparse francamente contrariado y maldiciendo al viejo avaro: ¡se había quedado sin incentivos!


¡Yo no maté a Santa Claus! ¡Yo no maté a Santa Claus!- Se decía a sí mismo el pequeño elfo tratando de buscar consolación en sus palabras. Su dolor era intenso, pero más intenso todavía el recordar aquella noche de cena Navideña. Aquel pastel que sus papilas gustativas se habían quedado sin degustar, ¡Y todo por culpa de ese viejo glotón! , que sin permiso alguno se lo había comido entero. Rudolf el reno (conocido posteriormente como Rudolf Hitler), declaró la Tercera Guerra Mundial, amenazando a la población de los elfos a convertirse al vegetarianismo. ¡Lindo regalo Navideño nos dejó Santa!- Pensaban los elfos con amargura. Y mientras tanto a lo lejos, escondido entre el helado paisaje, se observaba una cabeza de tez oscura riéndose entre dientes y murmurando….-Por fin nos quedamos sin competencia, 1-0 -. Ariana Sofía Herrera Quiñónez 3ºB


La noche más feliz Es una noche especial: cálida por fuera, pero fría por dentro. Las guirnaldas cuelgan del árbol, como dándole vida; la mesa luce, adornada por una preciosa figurilla de cristal en el centro, rodeada de elegantes y exquisitos platos. Todo parece perfecto, incluso el silencio. Aun estando arropada por una pila de regalos junto al calor de la chimenea, me siento desnuda, fría y vacía. Desearía darlos si a cambio recibiera una mínima dosis de cariño o unas tenues caricias. Sin embargo, me vuelvo a encontrar sola en esta noche, la más feliz del a. Y siendo esta la más feliz, quizás sean entonces mis lágrimas alegría e incierta la tristeza que me embriaga. Me asomo por la ventana y pienso: “¿qué será la Navidad”. Apuesto que algo más que luces y tiendas rebosantes. Seguro que el amor no se encuentra a los pies de un árbol... Dan las doce. Sigo esperando esa felicidad anunciada que todavía está por llegar. De nuevo, cierro los ojos e intento no pensar. La aguardaré hasta el año que viene. Carmen Sánchez Polo 2º Bach. C


Caridad navideña ¡La Navidad…hermosa época…! O eso es lo que dicen. Soy Cécil, un huérfano criado en la calle sin ayuda de nadie y sin la calidez familiar. Descubrí esta costumbre hace unos años, al encontrar a Shina. Yo estaba herido por correr huyendo de un señor al que le había robado un pedazo de un salado y tibio panecillo. Al verme se acercó preocupada y me auxilió sin darme tiempo a decir palabra. Me llevó a su casa, en la puerta había un abeto oscuro con adornos multicolor. “Despediremos a este año con una especiada y sabrosa cena”, dijo. Al llegar sus padres ella les pidió que prepararan comida para uno más y ellos respondieron con una sonrisa a mi cara de asombro. Me dieron ropa aterciopelada para cambiarme. Allí conocí la caridad, en esa casa donde me trataron como si me conocieran. Una melodiosa oración me sorprendió: “Cuando toquen las campanas serás parte de nosotros, podrás venir cuando quieras”. Nunca olvidaré eso que dije poco después: “Todo terminó. Las doce en el reloj”. Y es que no quería volver a estar en la silenciosa y fría calle. Ahora estoy en esta floral estancia, en casa de Shina. Isabel Castillo Pérez 2º ESO C


EL SENTIDO DE LA NAVIDAD

Estaba mi abuela Fina preparando la fiesta de Navidad, adornando la casa con el árbol y el belén, y organizando la comida que íbamos a tomar esos días cuando nos reuniéramos toda la familia. Entonces llegó mi primo Aitor de cinco años y le dijo a la abuela: - Abuela, ¿qué haces?. - Arreglando la casa, ya que pronto llega la Navidad, dijo mi abuela Fina. - ¿Y qué es la Navidad?, preguntó de nuevo mi primo Aitor De pronto mi abuela se quedó pensativa, pues no sabía cómo explicarle a un niño tan pequeño el sentido de la Navidad, entonces recordó la canción que hace mucho tiempo escribió su hermano Juan cuando tenía 8 años, en una Navidad lejana y recordándola como si fuera hoy mismo, empezó a cantar: “Atrolir, ascenfu, derjou, seplonta, kuyuja, lojubi, astichiu, visiu, leaul…., que pasa en mi pensamiento que habló sin pensar y digo hasta palabras que ni siquiera existen ya. Es que lo que quiero ni siquiera está en el Lild, ni el Día, Mercadona y Carrefour, ni en las rebajas del Corté Inglés, lo que quiero es, ¡quiero días de vacaciones y disfrutar en familia!, ¡ho, ho, ho hoo!, en España, en Armilla y toda Andalucía, ¡vacaciones y fiesta!, ¡ho, ho, ho, hoy es Navidad y Jesús va a nacer ya!. Comienza la cuenta atrás, mi corazón late mucho, ¡ho, ho,ho!, late a 300 por hora, es tiempo de fiesta, ¡ho, ho, ho, hoo!, es tan chula, tan chula es la fiesta que he preparado ya. ¡Feliz Navidad, Año Nuevo y Paz te lo deseo a ti!.” Cuando terminó la canción, Aitor sonreía y le dijo a la abuela: - Gracias, abuela. MARÍA RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, 2ºE


14 días de hipocresía Tiene gracia,tenemos 365 días al año para acordarnos de nuestra familia,ser buenos con el prójimo, hacer regalos a quien y cuando nos apetezca... Si tenemos esa cantidad de tiempo para hacer todo esto ¿por qué tenemos que dedicar catorce días al año a hacerlo?¿Por qué esa norma? ¿Qué es la Navidad? Una fecha, un compromiso, un negocio, una ilusión para muchos... La Navidad, una sucesión de hipocresía. Catorce días que dedicamos a limpiar


toda la suciedad acumulada en nuestras conciencias durante los demás días del año. Parece que solamente esos días nos acordamos de que hay gente en el mundo que sufre cada día los crudos reveses de la existencia. Hacemos regalos a nuestros parientes movidos por el fantasma del compromiso. Se nos llena la boca con el dichoso "¡Feliz Navidad!" cuando deberíamos preocuparnos de que nuestros allegados y el resto de personas fueran felices los 365 días del año y no solo dos semanas. La generosidad y la benevolencia son algo demasiado grande como para ponerlo en práctica solamente durante la Navidad. POSTDATA: no es mi intención quitarle la ilusión a nadie, ni mucho menos. Cada cual que haga lo que le apetezca en cada momento. Esto es solo una sincera y humilde opinión. Jordi López Contreras 1º Bach D



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