Muestra de Decusiones que Transforman

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Decisiones que transforman: Un estudio bíblico sobre nuevos comienzos Copyright © 2019 por Wendy Bello Todos los derechos reservados. Derechos internacionales registrados. B&H Publishing Group Nashville, TN 37234 Clasificación Decimal Dewey: 234 Clasifíquese: CRISTIANISMO / FE / GRACIA Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida ni distribuida de manera alguna ni por ningún medio electrónico o mecánico, incluidos el fotocopiado, la grabación y cualquier otro sistema de archivo y recuperación de datos, sin el consentimiento escrito del autor. A menos que se indique otra cosa, las citas bíblicas se han tomado de la versión Reina-Valera 1960® © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Usadas con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de las Sociedades Bíblicas Unidas y puede ser usada solo bajo licencia. Las citas bíblicas marcadas NVI se tomaron de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, © 1999 por Biblica, Inc. ®. Usadas con permiso. Todos los derechos reservados. Las citas bíblicas marcadas NTV se tomaron de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., 351 Executive Dr., Carol Stream, IL 60188, Estados Unidos de América. Todos los derechos reservados. ISBN: 978-1-5359-3655-2 Impreso en EE. UU. 1 2 3 4 5 * 22 21 20 19


Índice Acerca de la autora ���������������������������������������������������������������4 Introducción �������������������������������������������������������������������������5 Semana 1: El comienzo de la transformación �����������������6 Semana 2: Esperas, demoras y otras cosas

difíciles que pueden ser hermosas ���������������������������������22 Semana 3: ¡Estás completa! �����������������������������������������������36 Semana 4: Madres a la manera de Dios ������������������������ 50 Semana 5: Decisiones valientes �������������������������������������� 64 Semana 6: Cambiada por las decisiones �����������������������78

Guía para el líder ���������������������������������������������������������������� 92

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Acerca de la autora WENDY BELLO es conferencista y autora de libros como Una mujer sabia y Vivir en la luz. Su pasión es comunicar que la vida que Dios diseñó es plena y abundante, y que no hay mejor lugar para descubrirla que en el estudio de la Biblia y en su aplicación a la vida cotidiana. Wendy es parte del equipo de autoras de LifeWay Mujeres. También contribuye con otras publicaciones que apoyan el ministerio de mujeres. Es originaria de Cuba, pero vive en el sur de la Florida hace muchos años con su esposo y sus dos hijos.

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Introducción Se le atribuye a Albert Einstein esta frase: «Locura es hacer lo mismo una y otra vez, y esperar obtener resultados diferentes». Creo que de esta clase de locura hemos padecido todos en algún momento. Queremos que las cosas cambien, pero seguimos haciéndolas de la misma manera. Seguimos pensando de la misma manera, actuando de la misma manera. Es evidente que, si queremos lograr resultados diferentes, tenemos que cambiar lo que hemos estado haciendo. Necesitamos tomar una decisión que lleve a la transformación. Romanos 12:2 es un pasaje que memorizamos y citamos a menudo: No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta (NTV). Lo primero es entender que una vida transformada sigue el diseño de Dios. Lo segundo es saber que esta transformación comienza con Él. ¿Cuál es nuestra parte? Rendirnos y tomar decisiones que al final nos transformarán. ¿Cómo? Prestándole atención a su Palabra y obedeciéndola. La verdad es que quisiéramos que al comenzar a caminar con Cristo nuestra vida se transformara de inmediato, ¡pero no es así! Tenemos que vivir un proceso que en teología se llama santificación. De eso también trata este estudio, porque, cuando aprendemos a decidir a la manera de Dios, más nos parecemos a Cristo, y esa es la verdadera transformación. Quiero invitarte a estudiar las experiencias de varios personajes bíblicos, gente real como tú y yo, que enfrentaron sus propias decisiones y de las cuales tenemos mucho que aprender. En cada sesión nos ocuparemos de una decisión, ya sea para imitarla o para desecharla. Si se trata de lo segundo, buscaremos cómo reemplazarla. Será una trayectoria que haremos juntas. Así que ¡ánimo! Esto de renovar la mente y el corazón toma tiempo; pero, si alguna vez alguien te dijo que es imposible, permíteme decirte una de mis frases favoritas: «Árbol que nace torcido, ¡el poder de Dios lo endereza!». Vamos a descubrir una vida transformada.

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Semana 1

Esperas, demorasdey laotras cosas difĂ­ciles E l comienzo transformaciĂłn que pueden ser hermosas


Día 1

El comienzo de la trasformación Antes de adentrarnos en el estudio de los personajes bíblicos sus decisiones y cómo podemos imitarlas o no para vivir transformadas, quiero invitarte a explorar qué dice la Biblia sobre el proceso de renovar nuestra mente y cómo este tiene lugar. Hace un tiempo publiqué una imagen en las redes sociales con este mensaje: «Todo triunfo comienza por un cambio de actitud». La imagen reflejaba una mariposa, y con toda intención. ¿Alguna vez has considerado el proceso que atraviesa este precioso insecto? Tiene cuatro etapas y, aunque no tenemos tiempo aquí para analizarlo completamente, de seguro has escuchado el término que describe el proceso que sufre la oruga para llegar a ser una linda mariposa: metamorfosis. Es una palabra que viene del griego y significa ‘cambio, transformación’. Precisamente la misma palabra, pero en forma verbal, que aparece en Romanos 12:2. Según ese pasaje, ¿cómo dice Pablo que nos transforma Dios en personas nuevas?

Esta metamorfosis, al igual que en el caso de la mariposa, llevará un proceso que será diferente para cada persona. Y, como resultado, veremos un cambio en nuestra actitud. Como a la oruga, a nosotros también nos tocará «mudar la piel». Comencemos por leer Efesios 4:22-24. Aquí hay tres verbos en forma imperativa, es decir, un mandato. El primero es «despojaos»: desháganse, eliminen. ¿Qué es lo que Pablo nos manda a eliminar? La antigua manera de vivir, la naturaleza anterior… ¡porque no tiene cabida en la nueva vida que Cristo nos ha dado! Sabemos que, si en un saco de papas dejamos una papa podrida, el resto también se echará a perder. ¡Es necesario sacar la papa que está mala! Y nosotros tenemos que arrancar todo lo malo de nuestra vida anterior, pero ¿cómo? ¿Cómo nos deshacemos de algo que forma parte de nuestra esencia, esa naturaleza con la que vinimos a este mundo? ¿Será acaso posible? Veamos. ¿Cuál es el segundo mandato que Dios nos da por medio del apóstol en este pasaje?

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La NTV nos aclara un poco más la intención del versículo: En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes (4:23, NTV). Para que nuestra mente se renueve, y por ende nuestros pensamientos y actitudes que luego producirán decisiones, necesitamos dejar que el Espíritu de Dios se haga cargo. No podemos hacerlo por nuestra cuenta. ¡Eso es imposible! El ser humano no puede salvarse ni cambiarse a sí mismo. Podemos engañarnos por un tiempo, podemos pretender, fingir, adoptar nuevas filosofías, pero el ADN corrupto en algún momento asomará la cabeza. Para que ocurra un cambio en la mente y en el corazón, se necesita intervención divina. Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios (Ezeq. 11:19-20). Ahora bien, ¿cómo puede el Espíritu hacer esta obra transformadora? ¿Por dónde comienza? Leamos Juan 16:7-14. ¿Qué funciones principales se describen para la obra del Espíritu Santo?

En 1 Corintios 6:19, se nos demuestra que el Espíritu Santo no es una «fuerza», sino que es una persona que ahora vive de modo sobrenatural en cada creyente, con una función muy clara. Y parte de esa función es renovar nuestros pensamientos y actitudes, como ya vimos en Efesios 4. Ahora bien, si una actitud es el resultado de un pensamiento repetido, tenemos que reemplazar los pensamientos que han dominado nuestra mente durante años por otros que puedan producir nuevas actitudes y decisiones. A veces creemos que, al decirle sí a Jesús para que sea el Señor de nuestra vida, todo cambiará mágicamente, sin que nosotros tengamos que hacer nada. Lamento decirte que, aunque yo también quisiera que así fuera, no lo es. A pesar de que el Espíritu Santo viene a vivir dentro de nosotros, es un trabajo en equipo. Voy a explicarme. Veamos lo que dice 2 Corintios 10:5 en la NVI: Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. ¿Te das cuenta? Es un verbo en primera persona, nosotros llevamos cautivo todo pensamiento a Cristo. Pero ¿qué quiere decir llevar un pensamiento cautivo? ¿Cómo se hace? Es tomar nuestra mente de la mano y decirle por dónde ir. Tengo que entrenar mi mente a pensar en conformidad con la Palabra

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de Dios. ¿Se corresponden con ella mis pensamientos o se contraponen? Por ejemplo, si mi tendencia natural es preocuparme, ¿qué dice la Biblia de la preocupación? Si mi tendencia natural es criticar a otros, ¿qué me enseña Dios con respecto a juzgar? Si mi lucha es el temor constante, ¿qué dice la Palabra con relación a una actitud de temor? Esa es la única manera de llevar los pensamientos cautivos a Cristo, pero es un acto de la voluntad. Tengo que decirle a mi cerebro: «Estás yendo por un rumbo equivocado. No estás alineado con lo que Dios dice y, por lo tanto, tengo que enderezarte para que recuperes el rumbo correcto». Esto es así, literalmente. Nuestra mente (nuestras neuronas) se acostumbra a ciertos caminos y, cada vez que pensamos en algo, que ya hemos pensado antes, toma ese mismo camino. Ahora que estamos en Cristo y queremos actuar de manera diferente porque queremos vivir en la plenitud de vida que Él nos ofrece, tenemos que crear caminos diferentes en nuestro cerebro. Es curioso que hace varios siglos, cuando no se conocía nada de eso a nivel «científico», ya Dios nos estaba dando el método en su Palabra. Lee Filipenses 4:8. ¿Cuál es la invitación de Pablo? ¡Cambien el enfoque! Se nos invita a concentrarnos en cosas diferentes, a renovar la mente con cosas que dan vida y que, por supuesto, agradan a Dios. Nuestra mente necesita riendas; de lo contrario, querrá andar sola y llevarnos por caminos muchas veces confusos, distorsionados, contrarios a todo lo que Dios quiere para nosotros y nos enseña en su Palabra. Pero eso no lo puede hacer nadie más. Nos toca a ti y a mí. Es parte de la libre voluntad que Dios nos dio decidir en qué vamos a pensar. Si decido dejar que Dios renueve mi mente, podré revestirme con la nueva naturaleza, que es el tercer verbo en el pasaje de Efesios que mencionamos antes, y estaré lista para que en mi vida ocurra la trasformación. La Biblia nos enseña que, ahora que somos hijos de Dios, ¡tenemos la mente de Cristo! Así que no es una misión imposible lo que estamos considerando. ¡Sí podemos tener mentes transformadas, sí podemos pensar de otra manera, nuestras actitudes sí pueden cambiar y, por tanto, decidir de manera diferente! Para terminar, quiero invitarte a que hagas una oración y la escribas aquí. Usando lo aprendido en los pasajes bíblicos, pídele a Dios que comience, o continúe, el proceso de renovación de tu mente y actitudes.

¿Lo hiciste? Entonces comencemos a estudiar las decisiones que pueden trasformar nuestra vida.

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Día 2

La única muje r que lo tuvo todo Dice la Real Academia Española que una persona satisfecha es una persona complacida, contenta. Y satisfacción es lo que experimentamos cuando nuestros deseos y apetitos están saciados. Sin embargo, no hace falta indagar mucho para saber que la mayoría de las personas no se sienten satisfechas, aunque no lo digan. Tal vez debamos empezar por entender por qué vivimos en un mundo insatisfecho y cuándo comenzó todo este asunto de no sentirse realizado, que es la frase del momento. Cuando todo no es suficiente. La verdad es que en la Biblia no se dan muchos detalles de esta «varona», la primera mujer a quien su esposo, y no sus padres, le puso nombre. Ese nombre, que en hebreo sería Chavvah significa ‘vida o viviente’. Para nosotros es Eva. Su historia la puedes leer en Génesis del capítulo 1 al 4. Ella fue la única mujer que, literalmente, lo tenía todo. Piénsalo. Eva no necesitaba nada, en ningún sentido. No la conocimos ni hemos visto su foto; sin embargo, ya que fue Dios mismo quien la creó, estoy segura de que tenía la piel perfecta sin ninguna mancha, ni venas varicosas que le molestaran ni problemas de acné. Tampoco tenía que preocuparse por celulitis, canas o problemas con los dientes. Eva no tenía desajustes hormonales ni dolores de cabeza. Su medio era el ecosistema perfecto. Todo lo que comía era orgánico, sin fertilizantes ni químicos dañinos. La vejez no era parte de su diccionario ni tampoco la enfermedad. Y, como si fuera poco, ¡Eva tenía un esposo que solo tenía ojos para ella! En su mundo no había crisis económicas ni desempleo. Tampoco sabían qué era tener problemas de carácter o conflictos familiares. Eva vivía y caminaba en perfección, ¡lo tenía todo! Sin embargo, decidió cambiarlo por un engaño, y el resto es historia. Pero vayamos al día que transformó la vida de Eva y la de nosotras también. Todo comenzó por una conversación, un diálogo funesto en el que Satanás, disfrazado de serpiente, le hace una pregunta, y es en esa conversación donde encontramos la clave de la lección que Eva nos dejó. Lee Génesis 3:1-6. Una lectura detenida de este diálogo nos lleva a darnos cuenta de que en la primera pregunta hay una afirmación que en realidad es una mentira.

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¿Cuál es?

Dios les había dado acceso a todos los árboles de aquel jardín, con excepción de este al que la Biblia llama el árbol del conocimiento del bien y del mal, que, dicho sea de paso, no podemos afirmar que era un árbol de manzanas. Muchas veces nuestros problemas comienzan cuando una mentira del enemigo trata de desplazar la verdad de Dios. Satanás es el padre de mentiras; él sabe cómo disfrazarlas y en qué momento presentarlas. Si el arsenal de nuestra mente no tiene verdades suficientes, las mentiras encontrarán la manera de abrirse paso. La única manera de contrarrestar un engaño es usando el antídoto de la verdad. ¿Recuerdas la manera en que Jesús confrontó al diablo en el desierto durante aquellos 40 días? Encontrarás la respuesta en Mateo 4:1-11. ¿Cuál era la frase clave?

Estoy segura de que en su humanidad Él estaba más que vulnerable porque su cuerpo carecía de las fuerzas que los alimentos nos proveen. No sé tú, pero yo cuando tengo mucha hambre no suelo pensar muy bien. ¿Te imaginas el cansancio, la sed, el agotamiento? ¿Cómo pudo resistirlo? ¡Con el arma de la verdad! Para cada planteamiento que el diablo hacía, usando incluso la misma Palabra de Dios, el Señor le respondía con una verdad contundente. El diablo conoce la Biblia y no va a dudar en usarla si fuera necesario para tratar de engañarnos. Es por eso que tenemos que estudiarla, memorizarla, porque solo al conocer la verdad tenemos plena libertad, incluso de la mentira. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad (Juan 17:17). El problema con las mentiras es que no siempre las creemos de un día para otro. Es una cuestión de tiempo. Quizás es algo que has escuchado desde niña y, a fuerza de repetirse, se grabó en tu mente y tu corazón. Dado que lleva tanto tiempo contigo, ya no lo reconoces como mentira, lo crees como verdad. ¿Cómo puedes entonces identificar la mentira? Necesitas entender que, si eso que has creído no está alineado con lo que Dios dice en su Palabra, es una mentira. Veamos algunos ejemplos.

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Mentira: Estás aquí por accidente. ¿Qué dice Dios? Busca Salmos 139:16 y anota tu respuesta.

Mentira: Nunca cambiarás; seguirás siendo la misma. ¿Qué dice Dios? Busca 2 Corintios 5:15 y anota tu respuesta.

Mentira: Tu vida es un fracaso; no lograrás nada mejor. ¿Qué dice Dios? Busca Romanos 8:28 y Juan 10:10, y anota tu respuesta.

Estos son ejemplos sencillos, pero nos dan una idea de cómo obra el enemigo de nuestras almas y cómo necesitamos aprender a resistirlo. En su respuesta, Eva corrige a la serpiente y le indica que, en realidad, era solo un árbol el que no podían tocar. Entonces, ¿por qué desobedeció, por qué escuchó la mentira de Satanás y comió de aquel fruto? ¿Por qué se dejó engañar?

Analizando el relato, me atrevo a decir que el problema estuvo en las ansias de su corazón. De pronto, todo lo que tenía no le parecía suficiente; el contentamiento se había marchado. Dicho con otras palabras, esto fue lo que la serpiente le planteó: «No lo eres todo; puedes ser más; no te conformes; puedes tener más de lo que tienes». Cuando esa clase de pensamiento comienza a rondar nuestras mentes, ocurre inevitablemente lo que sucedió con Eva. Y tal y como pasó con ella, los resultados son funestos. ¿A qué me refiero? Eva quitó los ojos de su bendición, y la ambición quitó el lugar al contentamiento. Esa fue su decisión. ¿Dónde están puestos tus ojos hoy? ¿Qué clase de pensamientos están rondando tu mente? Te invito a hacer un inventario honesto de tu corazón y anotar aquí cuáles son los pensamientos más comunes en ti.

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