MIÉRCOLES 6 DE JULIO DEL 2011
48 Distritos
UNA HISTORIA DE SANT MARTÍ... Can Saladrigas ARCHIVO / FERRAN NADEU
más de viviendas para los trabajadores. En 1913, se constituyó la Sociedad Anónima de Servicios Industriales Saladrigas Freixa, que alquiló espacios a otras empresas. Sintes subraya en su libro el papel que, «como muchas otras fábricas catalanas», jugó Can Saladrigas en el cambio social de «incorporar a la mujer al trabajo remunerado, liberándola de su rol tradicional». El hecho de entrar muy jóvenes hizo que identifiquen la fábrica, apunta, como una «gran escuela de vida». Muy a pesar del reglamento que prohibía «blasfemar, cantar, silbar, leer periódicos, así como tener conversaciones ajenas a las del trabajo».
Del telar textil a las partidas de cartas Las trabajadoras de la antigua industria reviven aquellos años en el Casal d’Avis Taulat PILAR GARCÍA BARCELONA
Teresa Gisbert echa la partida cada tarde en el casal d’avis de Poblenou. «Aquí me juego la semanada», DIA GO bromea con un enviNA L diable humor a sus IV PERE 92 espléndidos años. RONDA LITORAL En su memoria, sorprendentemente a salvo de los estragos de la edad, se agolpan multitud de vivencias. Muchas de ellas, entre las paredes que ahora son testigo de su habilidad con la brisca. El casal Taulat ocupa una de las naves del antiguo complejo industrial de Can Saladrigas, donde Teresa entró a trabajar con solo 14 años, una edad nada temprana por aquel entonces. «Eso era la gloria. Mi madre --empleada también en Can Saladrigas-- tenía 7 cuando
empezó», se apresura a decir. «En el bar», señala, «estaban las máquinas de las bitllaires», el oficio que introdujo en el textil a Gisbert. «Ahí pasábamos por las canillas el hilo para hacer la tela de los tejidos», explica. La guerra civil planea sobre esos recuerdos. «En esas columnas nos apoyábamos para resguardarnos de los bombardeos», apunta. Este edificio con 153 años de historia, que hoy también alberga la biblioteca Poblenou-Manuel Arranz y un espacio para la imaginería festiva de Sant Martí, ha formado parte de la vida de gran parte de los vecinos del barrio. «Es un éxito poder conservarlo», destaca Joan Arumí, presidente del casal d’avis. «Muchos de los que trabajaron e hicieron de la fábrica su vida –como Teresa y algunas de sus compañeras de naipes— se han jubilado aquí, y para ellos esta es su segunda casa», añade. Y es
El edificio acoge una biblioteca y la imaginería festiva de Sant Martí
33 Pasado fabril 8 Can Saladrigas. ejemplo de integración de la mujer. que, pese a las estrecheces de la época, Gisbert rememora con cariño sus años en la empresa Mier, Rubín i Cia., instalada en Can Saladrigas, de donde se fue, ya como tejedora, a los 22. «Tenía el jefe ideal. Sabía mandar», dice con admiración. Antonio Saladrigas perteneció a una de las sagas de industriales textiles que a mediados del siglo XIX levantaron sus factorías en el Poble-
nou. En 1858, «estableció un pequeño negocio de blanqueo que tenía una plantilla de solo seis operarios», relata la historiadora Montserrat Sintes en el libro Can Saladrigas, 146 anys després. Memòria d’una fàbrica (2004). En 1883, después de distintas ampliaciones, un incendio destruyó parte del edificio y, al año siguiente, se contruyó en la calle Joncar el que hoy es memoria viva del barrio, ade-
El pasado reivindicativo de Poblenou, por la concentración de fábricas en el barrio, se alió con sus vecinos y la presión popular detuvo un plan para derribar el edificio en 1985, hasta que el ayuntamiento lo adquirió para preservarlo como equipamiento cultural en 1998. Teresa se enorgullece de logros sociales en los que tomó parte como los de la huelga de tranvías de 1951, que evitó la subida del precio del billete. «El hambre une», sentencia. Como cada tarde, hoy jugará a las cartas con Joana, otra extrabajadora de Can Saladrigas. «Ya quedamos pocas. Muy pocas», dice. H DÓNDE ESTÁ: Biblioteca Manuel Arranz: Joncar, 35 // Casal Taulat: Llull, 214-216
HAN PASADO 96 AÑOS ARXIU FOTOGRÀFIC DE BARCELONA
LA ACTUAL SEDE DEL DISTRITO DE SANT MARTÍ
ARCHIVO / CLAUDI PERRONE
Sant Martí q La plaza de Valentí Almirall presentaba este aspecto a principios del siglo pasado. La imagen de la que es ahora sede del distrito de Sant Martí fue captada, entre los años 1910 y 1915, por un autor no identificado que bautizó la fotografía como Ca la Vila. A la derecha, una imagen actual del emblemático edificio, en cuya fachada apenas se observan cambios significativos. ARXIU MUNICIPAL DEL DISTRICTE DE SANT MARTÍ: Avenida del Bogatell, 17, bajos. Cita previa: 93 221 94 44 (9-14 horas).
ecópolis
www.catalunyaconstruye.com
El monográfico de ecourbanismo para un milenio urbano
MIÉRCOLES 6 DE JULIO DEL 2011
50 Distritos
UN VECINO LLAMADO... Frederic Porta, periodista JONATHAN GREVSEN
Frederic Porta está encantado de pertenecer a un barrio que ha sabido dignificar y enorgullecerse de su pasado industrial dándole una utilidad en el presente. En el Poblenou, además, el periodista tiene espejos de su infancia en Tarragona.
«El Poblenou es un barrio trabajador, honesto y solidario» CARME ESCALES BARCELONA
entado en las tardes de verano en cualquier terraza del Poblenou, Frederic Porta es capaz de sentirse, por momentos, en dos lugares a la vez: en Barcelona y en Tarragona. El periodista nació en esta última ciudad y vivió allí hasta los 19 años. Las dos capitales guardan muchas semejanzas y ambas tienen una rambla que avanza hasta llegar al mar, «con unas farolas –asegura– iguales» a las que decoran e iluminan las plazuelas del Poblenou. El pequeño colmado, las paradas del mercado, pero también la vida asociativa de su barrio de Barcelona tienen mucho que ver en esos espejos que reflejan su pasado en la capital tarraconense. «El caliu está en la calle. En el Poblenou, hay un asociacionismo muy fuerte, que los nietos heredan de los abuelos», dice Porta. «Yo, aquí, tengo la sensación de vivir fuera de Barcelona», confiesa «De hecho, en las tiendas del Poblenou, es fácil escuchar: esto lo encontrarás en Barcelona», apunta.
S
El nombre de las personas Cuando Porta se refiere a pequeños comercios, habla de algo más que de comprar y vender. «Detrás de esos mostradores hay siempre una persona que ama el Poblenou», afirma. «Y aquí todo el mundo tiene nombre. Josep o Xavi, los quiosqueros; el restaurante del Ramon y la Rosa, Alex y Chon de la librería Etc...», cita. «El zapatero se llama Ferran y, cuando le llevo los zapatos de mis hijos, que los destrozan, si él me dice que no tienen arreglo, es que no lo tienen», cuenta. «Es que en muchos casos, el negocio viene ya de linaje y trae consigo una voluntad de hacerlo bien. Y los precios en el barrio son muy decentes», señala el periodista. En el pregón de la fiesta mayor del Poblenou del 2006, Frederic Porta –que también ha sido pregonero en las fiestas de Santa Tecla, en Tarragona– destacó la necesidad de no perder de vista todo lo rescatado del auténtico Poblenou para evitar que deje de ser el barrio de siempre. «El progreso no está reñido con la historia», declara alguien que, además, admira ese rescate del pasado que ha hecho
del Poblenou un ejemplo de renovación arquitectónica. «Hay 200 edificios emblemáticos catalogados que nos recuerdan el tiempo en el que en estas calles llovían pizcas de cuero de las fábricas de este pulmón industrial», señala Frederic Porta. El periodista parece sentir tanto orgullo de ser vecino del Poblenou como los oriundos. «Aquí se percibe mucho el orgullo de pertenencia. Este es un barrio hecho de tradiciones no escritas, de horchatas en el Tío Che,
de aperitivos en el Barlovento y del diario y el tortell de los domingos por la mañana», explica. Poblenou –dice este famoso vecino– no pierde vida durante el fin de semana. «La gente no tiene segunda residencia. Por lo tanto, cuando llega el viernes, no cargan el coche y se largan», dice Porta. «Este es un barrio trabajador, honesto y solidario», añade el periodista, que en la actualidad ejerce la profesión de manera autónoma, sin abandonar las colaboraciones periodísticas y como tertuliano, pero muy centrado en la asesoría en comunicación. Uno de los lugares elegidos por Frederic Porta para hacerse una foto es el Centre d’Imatgeria Festiva de Sant Martí. Está en el edificio Can Saladrigas, la antigua fábrica téxtil cuyo espacio, admirablemente recuperado, también acoge la biblioteca Poblenou-Manuel Arranz.
El saludo del loro
Asociacionismo ‘Gegants’, ‘gegantons’ y ‘diables’ FREDERIC PORTA PARTICIPA ACTIVAMENTE EN LAS FIESTAS DE SU BARRIO, DEL QUE DESTACA LA GRAN IMPLICACIÓN QUE HAY EN CADA GRUPO
Proximidad Comercio cercano EN TARRAGONA, PORTA VIVÍA CERCA DE UN MERCADO Y, EN EL POBLENOU, TAMBIÉN. APRECIA LA VIDA SOCIAL QUE TEJEN LAS TIENDAS DE BARRIO
Can Saladrigas El futuro del pasado industrial
Entre gigantes y cabezudos, el periodista reconoce a Maria y a Bernat, los gigantones que durante los festejos de mayo y en la fiesta mayor, en septiembre, recorren las calles, junto a la colla de dragones y diablos del Poblenou. De otro elemento del bestiario vecinal, El lloro del 36, conoce bien el origen. «El autobús 36 tenía su origen y final en una calle próxima a la rambla del Poblenou y, junto a la parada, había un loro de verdad que siempre saludaba». Así de auténticos son los detalles que hablan de ese cuadrante barcelonés que Frederic Porta califica de «barrio de verdad, auténtico y muy cosmopolita». Y quien lo afirma tiene,suficiente criterio para considerarlo así, ya que dejó su ciudad natal a los 19 años para estudiar Periodismo en Barcelona. El trabajo lo llevó a Madrid y sus ansias de perfeccionar el inglés, a Arizona, que le sirvió de puente a la corresponsalía que desempeñó en Nueva York, antes de regresar a Barcelona y echar su ancla en el Poblenou. «Ahora mi pueblo es este, porque aquí vivo y aquí crecen mis hijos», concluye. H
«POBLENOU FUE EL MANCHESTER CATALÁN», INDICA EL PERIODISTA. HOY, UNA DE SUS ANTIGUAS FÁBRICAS ES UNA BIBLIOTECA
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Tío Che La mítica horchatería de casi un siglo
Vídeo del recorrido con Frederic Porta, en www.elperiodico.com
Aire «La rambla marca el pulso de la vida del barrio» «EL BULLICIO DE LAS FURGONETAS ENTRE SEMANA SE SUSTITUYE EN DOMINGO POR LOS APERITIVOS EN LAS TERRAZAS», SEÑALA PORTA
«ESTA HORCHATERÍA ES UN ACENTO SOBRE EL POBLENOU», DICE FREDERIC PORTA. POSA, JUNTO A TERE, PROPIETARIA DEL CÉLEBRE ESTABLECIMIENTO