El victimismo, es un modo de legitimación social y político, una manifestación de deshumanización e inconvivencia humana esgrimida por el sionismo, con el objeto de justificar y perpetuar su existencia. Sustentado en mecanismos represivos y poseyendo el salvoconducto de los sentimientos de simpatíacompasión que ha generado su eterna postura de situarse como "el débil y perseguido" para la consecución de sus objetivos, ha recurrido invariablemente en la tergiversación de los hechos reales y el intercambio de papeles, con el fin de que la interpretación de todas las situaciones emitidas contra "el otro" en forma violenta, contra el pueblo palestino, siempre sean percibidas a los ojos del mundo, en clave víctima, proyectando hacia la sociedad palestina que resiste, el rol de victimarios. El victimismo, se basa en la premisa que no existe nada más que uno mismo, por lo tanto su funcionamiento psicológico se encuentra entrampado en etapas primitivas de desarrollo humano, tales como el narcisismo y egocentrismo. El victimismo sionista ha incurrido en la obtención de dividendos y rentas, legitimando la usurpación, asentamiento y expansión de un estado creado y basado en la explotación del holocausto, sin importarle el padecimiento y sufrimiento de mas de medio siglo, de desalojo del pueblo palestino desde su ancestral tierra, legitimando las mismas o peores prácticas a las que fueron sometidas diferentes comunidades y grupos, entre las cuales se encontraba, la comunidad religiosa judía. Con respecto a esto, Norman Finkelstein, norteamericano nacido en Nueva York, de religión judía, cuyos padres fueron los únicos sobrevivientes de la familia tras el guetto de Varsovia y las persecuciones nazis, ha afirmado en su reciente obra: "El impacto mas significativo del holocausto nazi ha sido, sin embargo en la cuestión Palestina. Los sionistas norteamericanos han explotado la persecución nazi contra los judíos para acallar cualquier critica contra Israel y sus políticas moralmente indefendibles. Esta tesis pro israelí ha calado en las elites norteamericanas" (1). Para este autor, los círculos sionistas han explotado con fines políticos y económicos el holocausto. Sin embargo, un análisis más profundo de la historia y dinámica del movimiento sionista, revela más allá de las afirmaciones de Finkelstein, que el sionismo no sólo ha explotado en beneficio propio el sufrimiento judío, sino más aún, fue partícipe y cómplice de él, con el fin de concretar su proyecto colonial en Palestina. T. Herzl, su fundador, ya en 1897 afirmó: " En París comencé a considerar de modo más amplio al antisemitismo, que ahora empiezo a comprender históricamente y a perdonar. Por otra parte, el antisemitismo, fuerza poderosa, aunque inconsciente entre las masas no perjudicará a los judíos. Considero que es un movimiento provechoso para el desarrollo del carácter judío" (2). De esta manera, Herzl vislumbró la utilidad del recurso antisemita para instrumentalizar a las comunidades judías. En enero de 1941, Abraham Stern, activista del terrorismo sionista en Palestina, propuso la creación de un pacto militar entre la llamada Organización Nacional Militar (ONM) Irgun Zvai Leumi y el gobierno nazi del Tercer Reich. El documento, conocido como " Documento de Ankara", fue descubierto después de la segunda guerra mundial, en los archivos de la embajada alemana en Turquía. El objetivo era estimular y evacuar a las masas judías a Palestina para establecer un estado en sus "fronteras históricas", en lo que por supuesto "colaboraría" y facilitaría el gobierno nazi a cambio del común interés por establecer un nuevo orden en Europa de acuerdo al concepto alemán, dado que los sionistas tomarían activo partido por los germanos en la guerra (3). En este contexto, se nos presenta la patología del sionismo. Primero, estimuló el antisemitismo en Europa, luego facilitó el holocausto judío, aliándose con el nazismo, para finalmente instrumentalizarlo política y económicamente. Hoy, la estrategia sionista se mantiene. Estimular el antisemitismo, para mantener la emigración de judíos y colonizar la totalidad de Palestina, eliminar al pueblo palestino generando un nuevo holocausto y a su vez acusar de antisemita a quién critique la genocida política de! "Israel". Es el patológico circulo del victimismo sionista, que sólo puede forjar un modelo de hombre mezquino, incapaz de aceptar, dialogar y comprender al otro, pues solo lo entiende como una herramienta para su destructivo e individual objetivo. El hombre como ser social, tiene inexorablemente incorporado a "los otros" en el "concepto de sí mismo", en sus roles y proyectos de vida, en la búsqueda de la plenitud y felicidad. Para nuestros roles, necesitamos de los roles complementarios y de la interrelación con los demás, en los ámbitos familiar, laboral, social. Así mismo, el ser humano es capaz de establecer una relación y diálogo consigo mismo, un diálogo interior que será constructivo o destructivo, de acuerdo al mundo interior de cada uno. El hombre se hace grande cuando logra salir de sí mismo, (equivalente al principio cristiano "ama a tu próximo como a ti mismo"), y se rebaja y deshumaniza cuando permanece centrado tan solo en sí mismo, en el egoísmo. Es en esta etapa de desarrollo psicológico humana, donde se ha situado el victimismo sionista, que además de ser primitiva, es incompatible con relaciones humanas crecederas y sanas, pues mantiene un estilo hostil de interacciones. En nombre de desgracias y sufrimientos ocurridos en el
pasado a las comunidades religiosas judías, se arroga una especie de inmunidad e impunidad con la cual justifica las conductas agresivas y violentas, transformándose en una fuente inagotable de todo tipo de resentimientos, ira, odio y deseos de venganza, y si alguien osa reprochar, interpretar o intentar elaborar esta actitud, es considerada una ofensa o actitud fóbica, por lo cual, inmediatamente se les adscribe los calificativo de "antisemita", o "judeofóbico", entrando en el juego del "chantaje moral" e instauración en el otro del sentimiento de culpa. En esta perspectiva : " Lo peor es cuando estos síndromes de persecución se traducen en airadas acusaciones contra los supuestos ofensores, suelen ser como el aviso de comienzo de una jugada maestra: acusar de una ofensa, ficticia, sencillamente para anticipar la que, bien real, pretenden ellos llevar a cabo. A partir de ahí, envuelven su agresión con un manto de candidez: lo único que hacen es defenderse."(4) Es decir, la actitud victimista supone la existencia de complots y hostilidad por doquier, como base para justificar su acción destructiva y su real intención de eliminar la existencia del otro. En el caso palestino, el victimismo sionista ha vislumbrado constantemente un complot, debido a la proyección de su propia hostilidad hacia el pueblo palestino, expresada en una distorsión paroxística, repetitiva y hábilmente esgrimida para justificar la apropiación de la Palestina histórica a través del mito "los árabes deseaban echar a los judíos al mar". Sin embargo, precisamente este mismo propósito, pero con los papeles intercambiados, ha sido el objetivo del sionismo desde un inicio, pues sustentado en una ideología racista y de exclusión ha "echado literalmente al mar", a las diferentes generaciones de palestinos, en las diversas oleadas de refugiados expulsados de sus tierras desde el año 1948 hasta nuestros días y que hoy pretende culminar ante la pasiva mirada de los ojos del mundo. Es así como dicha estrategia, introduciendo el errático y represivo concepto de "seguridad", ha servido como coartada para encubrir y enmascarar todos los crímenes cometidos contra el pueblo palestino, presentando su actual resistencia a la ocupación como "actos terroristas", mientras que el intento de exterminio de un pueblo a través de los asesinatos diarios, la permanente demolición de casas, la destrucción de cientos de miles de frutales y siembras, el sometimiento al hambre y la humillación aparecen como "actos de defensa". En síntesis, los verdugos han usurpado el lugar de las víctimas. Cuando se invocan de manera compulsiva, padecimientos pasados para justificar y de esta forma! avalar las conductas agresivas emitidas en el presente, buscando apropiarse de los argumentos para repetir, en cuanto puedan y como puedan las mismas acciones que lamentan haber sufrido, entonces, esa memoria y esos recuerdos dolorosos, se tornan patológicos, y por lo tanto perversos, reconstruyendo una memoria colectiva y un pasado errático. ".... Al crear Israel como refugio y patria de los judíos después de siglos de persecución y, en especial, al hacer el pacto faustiano con el imperialismo, los judíos que optaron por el sionismo negaron sufrimientos anteriores y convirtieron en fuerza su debilidad. Pero dicha fuerza, basada en el dominio, en la opresión y en la expulsión de otros, es inútil. El sionismo negó lo que se les había hecho a los judíos, pero no logró negar la propia negación y, por ello, repitió el pasado con una nueva serie de máscaras..."(5). La memoria colectiva puede ser enriquecedora y constructiva, cuando contiene elementos reparatorios para un duelo, pero cuando esa memoria se encuentra impregnada de distorsiones paroxísticas de la realidad, de mecanismos y reacciones sociales de tipo persecutorio y paranoide, impregnados de sentimientos de odio y rabia, buscando así reavivar un oscuro deseo de resarcimiento, entonces esta memoria se vuelve esclava del agravio y la violencia. En suma, el victimismo sionista atenta contra el pluralismo cultural, la tolerancia entre los pueblos, la aceptación de la legitimidad del otro, la posibilidad de coexistencia pacífica, ya que al sobreponer y sobredimensionar la propia existencia, busca la destrucción y eliminación del pueblo palestino. Una actitud sana, cuya convivencia armónica al contemplar "al otro", lo legitima, aún en la diferencia y cuyas pautas de socialización se construyen en base al reconocimiento mutuo, la cooperación y la solidaridad es indispensable para un reforzamiento positivo en el ámbito de las relaciones internacionales y para la generación de interacciones civilizadas entre las naciones. Nelly Marzouka Psicóloga Clínica, Universidad de Chile. Ricardo Marzuca. Historiador Magister en Educación (c) Universidad de Chile. 1) Finkelstein, Norman G The Holocaust Industry: Reflections on the Explotation of Jewish Suffering (Hardcover - July 2000). 2) The diaries of Theodor Herzl, translated and edited by M. Lewenthal. N. Cork, pp6-10. En: Ivanov, Iuri: " La burguesía sionista al descubierto",1971. 3) Ver: Schoenman, Ralph: " The Hidden History of Zionism", Veritas Press, Santa Barbara, California, 1988. 4) El riesgo del victimismo. En: Interrogantes.net 5) Kovel, Joel. La mala conciencia del Sionismo.En:Rebelión.org. septiembre de 2002.
"Yo soy el producto de vuestra tiranía. Vosotros habéis diseccionado las sobras de mi país en pequeños trozos que no son más que ghettos y campos de concentración. Me habéis cortado el agua y me habéis dejado sediento mientras que los israelitas se bañan en piscinas no lejos de donde vivo. Habéis arrancado mis árboles y profanado mis campos para impedir que me alimente yo y los míos. Habéis cortado el abastecimiento de las medicinas con las que tratar a los heridos, detenéis y humilláis a los palestinos e impedís el paso a los que necesitan atención médica haciendo que mi gente, que son vuestras víctimas, mueran en vuestras fronteras improvisadas. Vosotros asesináis a los míos diciendo al mundo que estáis defendiendo a vuestros ocupas. Tiráis a matar contra los niños que llenos de ánimo y valentía tiran piedras contra vuestro bien pertrechado ejército en nombre de la libertad. Vosotros torturáis a los niños y a los prisioneros, y tratáis de obligar y sobornar a mi gente para que se espíen y denuncien unos a otros. Demoléis nuestros hogares e impedís que nos ganemos la vida. Nos matáis por control remoto desde los helicópteros Apache americanos, y vuestros colonos que ocupan la poca tierra que nos habéis dejado tiran bombas a nuestras casas y en nuestras calles y atacan a nuestros niños y a nuestras mujeres con armas de fuego, palos y odio a raudales. Vosotros ocupáis mis tierras, y en las colinas manchadas de sangre posicionáis vuestros tanques y vehículos blindados para disparar a los niños que juegan en las calles. Os habéis apoderado de la "Orient House", mi único símbolo de la libertad que había sido donado por un hombre que vale más que todos los israelitas juntos, al tiempo que dejáis que los huérfanos pasen hambre justo al otro lado de la calle. Vosotros disparáis contra mis depósitos de agua y matáis a los palestinos de servicio cuya única misión en el momento de vuestras brutales masacres era patrullar las calles o simplemente tomar su última cena. Habéis cortado mi electricidad para poder asesinarme más fácilmente en las tinieblas de vuestras oscuras traiciones. Vosotros sois unos cobardes y tenéis miedo de unos niños palestinos que tiran piedras. Nunca los matáis a solas. Vagáis en grupos como jaurías de perros salvajes o incluso bestias peores. Vosotros nos habéis arrebatado toda esperanza, me habéis arrinconado en una esquina y me habéis despojado de todo lo que es humano. Sólo me queda reaccionar con ira y amargura. Lleno mi cuerpo de explosivos y busco un lugar donde detonarme. Y sí, mato a vuestros ciudadanos, pero este es el precio que tenéis que pagar por haberme negado mis derechos, los derechos propios de todos
los seres humanos que habéis anulado con la satánica opresión que ejercéis sobre mi gente. La verdad es que todo es muy sencillo. Dios creó iguales a los hombres y nadie es mejor que otro. Y sin embargo, habéis decidido que los judíos son mejores que los demás y que tenéis el derecho a invadir mis tierras cometiendo robos y violaciones esperando que encima os esté agradecido. Justo el otro día, un muchacho estaba almorzando. Uno de vuestros colonos que había venido de América tiró una bomba incendiaria en la casa del muchacho. Sus dos hermanos murieron en el acto. Pero él sobrevivió horriblemente desfigurado. Se llama Amar Emeera. Sus cicatrices han transformado lo que era un hermoso niño en un ser grotesco que ni siquiera parece humano. ¿Qué hizo este muchacho para ir por la vida de esta manera? Vosotros disparáis a los recién nacidos que van en los brazos de sus padres en los coches palestinos. Matáis a los niños palestinos que van o vienen de la escuela y matáis a los niños palestinos que se enfrentan a vuestro ejército con las manos vacías. A uno de estos niños, Muhammad Abu Arrar, le disparásteis y matásteis por protestar contra la invasión de su tierra. Los familiares palestinos del muchacho besaban el cuerpo sin vida mientras era llevado a la Franja de Gaza para ser enterrado. Vosotros matáis a los padres palestinos desarmados que se dirigen a comprar libros y cuadernos para la escuela de sus hijos. Ya no tenéis más excusas para las atrocidades que seguís cometiendo. Bombardeáis las casas de las familias palestinas, matáis en el acto a sus ocupantes y luego decís que las bombas eran del bando palestino; y ello a pesar de que las casas estaban a gran distancia del escenario de la lucha y de que los restos de las bombas hechas en América se encuentran entre los escombros de las casas demolidas. Vosotros estáis castigando sin piedad a 3 millones de palestinos, la mitad de los cuales son niños que viven en los escasos restos de su propia tierra. Y vosotros sabéis de sobra que su único deseo es librarse de vuestra bárbara crueldad. Vosotros decís al mundo que queréis paz en cada lugar y en cada instante, pero estáis tan lejos de la paz como la tierra lo estaría de un universo que viajase en la dirección contraria. Vosotros habláis de paz con las lenguas bífidas de vuestros líderes belicistas, y luego pretendéis sorprenderos cundo una bomba humana palestina decide explosionarse. Pero me temo que sólo estaréis a salvo de la amenaza de las bombas humanas cuando busquéis una paz justa y comprensiva y cuando pongáis fin a la invasión de las tierras de los habitantes indígenas de Palestina.
Hoy, cuando el designio imperial de EEUU pretende sustituir el ordenamiento legal internacional y sus principios por una hegemonía belici sta a ultranza, en los prolegómenos de una nueva guerra ilegal contra otro pueblo árabe -el de Irak-, la defensa del pueblo palestino adquiere una relevancia de primer orden para la comunidad internacional y muy especialmente para la solidaridad internacionalista, pues en la causa palestina se resume y condensa la amenaza que pesa sobre todos los pueblos del mundo: la dominación y el expolio, el sometimiento y la humillación. En 1977 la Asamblea General de Naciones Unidas (NNUU) declaró el 29 de noviembre Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino en reconocimiento a los derechos nacionales palestinos y a la inj ust ici a com eti da por la com uni dad internacional en Palestina a raíz de la creación del Estado de Israel en 1948. La ocupación ilegal de Israel es la responsable de la situación dramática que vive hoy el pueblo palestino y de la violencia que vive la zona. Por ello, condenamos categóricamente la determinación israelí de poner fin a la Intifada y a la resistencia palestina mediante las medidas criminales de castigo colectivo militares , administr ativas y económica simpuestas por Israel. Condenamos las acciones ilegales ejecutadas por el ejército israelí -brazo armado de los gobiernos de Israel- en los dos últimos años de Intifada contra toda la población palestina de los TTOO (territorios ocupados), entre ellas: los asesinatos de civiles (más de 2.040 muertes palestinas desde septiembre de 2000); los asesinatos extrajudiciales de los dirigentes del levantamiento popular y de sus activistas; las detenciones administrativas masivas (triplicadas en los últimos dos años); la reocupación militar de ciudades y aldeas de Cisjordania y Gaza; la imposición de toques de queda permanentes en ellas; la
intensificación del cierre ilegal de los TTOO (que mantiene a más de 4 millones de palestinos en una carencia económica, nutricional, sanitaria y laboral extrema sin precedentes); la demolición sistemática de viviendas -1.046 desde septiembre de 2000que han dejado a más de 7.844 palestinos sin hogar, la destrucción planificada de las cos ech as pal est ina s, los bom bar deo s indiscriminados, la privación del derecho a la educación, al trabajo y a la libertad de movimiento. Nuestro rechazo a la imposición de EEUU e Israel de modificar en su beneficio la representatividad política palestina a través del asedio y la aniquilación política y física de la direcci ón de la Autorid ad Palesti na repr esen tada en e l pr esid ente Ara fat. Reiteramos que sólo al pueblo palestino le c orresponde determinar libre y soberanamente su futuro, así como a elegir a sus representantes. Nuestro rechazo al proyecto sionista, que sigue siendo el fundamento, la esencia y objetivo del Estado de Israel, por su inherente condición racista y excluyente que ha perpetuado a través de la ocupación militar un sistema de apartheid en Palestina y que ha suplantado el proyecto nacional progresista, laico y democrático árabe palestino por un Estado colonial, militarizado, confesional y de exclusividad étnica judía, sujeto a la funcionalidad estratégica del neocolonialismo y de los intereses económicos y militares de EEUU en Oriente Medio. Condenamos muy particularmente la connivencia del sionismo y de la derecha cristiana fundamentalista de la actual Administración estadounidense, que convergen en sus intereses sobre Palestina para propic iar un nuevo ordena miento regional a través de la guerra y la ocupación de Irak, quebrando todos los principios legales de soberanía e independencia que reconocen y asumen todas las naciones del mundo salvo Israel y EEUU.
En el capitulo de hoy:
ESKORBUTO