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Parte III LaS reGIONeS tUrร StICaS
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8 AMÉRICA DEL NORTE María Jesús Lago Ávila Carmen Vázquez Varela y Diego A. Barrado Timón
El Gran Norte Las Rocosas y las Cuencas Interiores La costa del Pacífico estadounidense Llanuras Americanas El entorno de los Grandes Lagos Los Apalaches y la Costa Atlántica El Golfo de México México
8.1 8.2 8.3 8.4 8.5 8.6 8.7 8.8
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Parte III: Las regiones turísticas
el enorme conjunto de américa del Norte, con más de 21 millones de km2, está repartido entre tan sólo tres países: estados Unidos, Canadá y México, superando cada uno de los dos primeros los 9 millones de km2. en este capítulo se engloba todo Canadá y la parte continental de estados Unidos (dejando fuera, por tanto, territorios del Pacífico como el estado de Hawái), así como México hasta el istmo de tehuantepec, con lo que el extremo sudoriental de este país, incluida la península del Yucatán, será analizado en el capítulo de américa Central y del Sur. Incluida por la OMt como una subregión dentro del conjunto del continente, américa del Norte es la segunda gran receptora de turistas internacionales tras europa, con un total de casi 85 millones de lle-
gadas en 1997, lo que supone más del 70% de todo el continente. De hecho, Canadá, México y estados Unidos son los únicos países americanos que se encuentran entre los diez primeros receptores mundiales, ocupando respectivamente los puestos noveno, octavo y segundo, lugar que estados Unidos intercambia con españa en los últimos años (figura 8.1). Se trata de un turismo preferentemente regional, puesto que el 71% procede del propio continente americano, seguido, muy de lejos, por europa Occidental. Pero si descendemos aún más en el análisis (figura 8.2), puede verse cómo de esos flujos regionales la mayor parte procede de la propia Norteamérica (67%), es decir, que se trata de movimientos entre estados Unidos, Canadá y México.
FIGURA 8.1. Llegadas de turistas internacionales a América del Norte. Fuente: OMT (1997).
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Capítulo 8: América del Norte
Asia Oriental y Pacífico 11% Europa 16%
Resto de América 6%
América del Norte 67%
FIGURA 8.2. Procedencia de los turistas internacionales a América del Norte en 1997. Fuente: OMT (1998).
Sin excepción, los tres países tienen a uno de sus vecinos como principal cliente, ya sea estados Unidos en el caso de México y Canadá (al ser la mayor potencia económica y demográfica, y presentar una extensa frontera con ambos) o este último país para estados Unidos. Obviamente la explicación radica en la cercanía, lo que al menos en las zonas fronterizas, dado el enorme tamaño de estos tres estados, facilita los flujos turísticos. Sin embargo, hay que tener también presentes las intensas relaciones económicas que mantienen, favorecidas desde la firma del tratado de Libre Comercio, que facilita el tránsito fronterizo así como los intercambios comerciales, lo que necesariamente irá suponiendo en el futuro un continuo crecimiento del turismo subregional ligado a los negocios. en México, el papel que representa la cercanía a estados Unidos se ve potenciado por las diferencias económicas, de renta y de precios con su vecino del norte, lo que conlleva que el 94% de sus turistas sean estadounidenses (figura 8.3). esta cifra se vería aún muy incrementada si tuviésemos en cuenta a los excursionistas, dado que hay un intensísimo tráfico de visitantes hacia ciudades como tijuana, Mexicali, agua Prieta, Ciudad Juárez, etc. por motivos culturales, de compras y ocio.
Resto de América 2% Europa Canadá 2% 2%
Canadá presenta una distribución de visitantes ligeramente más diversificada (figura 8.4), en función de una mayor potencia económica que suscita importantes flujos de negocios con países no americanos, mientras que en México éstos eran principalmente de ocio. esto explica el mayor porcentaje de europeos, entre los que destacan los procedentes del reino Unido y Francia (antiguas potencias coloniales), así como de japoneses, que supusieron aproximadamente el 4,2% del total de turistas en 1997. De todos modos, estados Unidos es claramente su principal cliente con más de tres cuartas partes de los turistas recibidos, aunque este porcentaje está descendiendo en los últimos años.
Resto de América Otros 1% 9% Europa 13% México 1% Estados Unidos 76%
FIGURA 8.4. Procedencia de los turistas internacionales a Canadá en 1997. Fuente: OMT (1998).
Por último, estados Unidos presenta una distribución de flujos turísticos internacionales mucho más diversificada, aun cuando en primer lugar se siguen situando Canadá y México, que casi dobla a Japón, su tercer gran mercado (figura 8.5). Como se comentó, estados Unidos es el segundo gran receptor turístico internacional en función de una variada gama de recursos y motivaciones, lo que implica un radio de atracción que abarca todo el planeta.
Resto de América 10%
Estados Unidos 94%
FIGURA 8.3. Procedencia de los turistas internacionales a México en 1997. Fuente: OMT (1998).
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Resto 7% Canadá 32%
Europa 22% Japón 11%
México 18%
FIGURA 8.5. Procedencia de los turistas internacionales a Estados Unidos en 1997. Fuente: OMT (1998).
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Parte III: Las regiones turísticas
estados Unidos y Canadá son a su vez grandes emisores, generando el primero aproximadamente 66 millones de viajes al extranjero en 1997, lo que le situó en el primer lugar de gasto mundial con más de 51.000 millones de dólares. aproximadamente la mitad de los viajes de los estadounidenses se dirigieron hacia sus vecinos septentrional y meridional (que absorbieron trece y veinte millones de viajes respectivamente), que en gran medida enfocan sus productos y campañas de publicidad a captar este enorme mercado. Sin embargo, esos 66 millones de viajes generados desde estados Unidos se antojan a primera vista escasos en función de su potencial demográfico y económico, comparados por ejemplo con algunos grandes emisores europeos como alemania. Sin duda, esto se deberá tanto a factores culturales (una menor propensión al viaje internacional) como geográficos, dado que estados Unidos es un enorme país que tan sólo tiene fronteras con otros dos estados, mientras que alemania es mucho más pequeño y presenta fronteras terrestres con nueve naciones. Pero si bien su capacidad emisora hacia el exterior es proporcionalmente reducida en función de su potencial demográfico geconómico, en estados Unidos existe un enorme mercado turístico interno al servicio preferente del cual se encuentra tanto la mayor planta hotelera del mundo como una extensísima gama de recursos naturales, culturales y atracciones de todo tipo. además, existen una serie de destinos masivos en el Pacífico que para los estadounidenses del continente son muy lejanos y claramente exóticos, pero que por ser estados de pleno derecho de la Unión (Hawái) o territorios administrados (Samoa americana) se incluyen dentro de los flujos nacionales, aun cuando para los turistas procedentes del continente supongan un largo desplazamiento y un cambio cultural y geográfico tan importante como cualquier otro viaje internacional. Por tanto, a pesar de ser el país con más gasto turístico exterior, y frente a lo que pueda pensarse, el saldo económico de estados Unidos es claramente positivo, dado que al mismo tiempo es el segundo gran receptor mundial (figura 8.6). Por el contrario, en Canadá el saldo económico de la actividad turística es negativo, como sucede en muchos de los países más desarrollados del mundo. Mientras, México presenta un saldo turístico positivo (figura 8.6), como no podía ser menos en un país en vías de desarrollo que ha intentado utilizar el turis-
80.000
60.000 Ingresos Gastos
40.000
20.000
0 EE.UU.
Canadá
México
FIGURA 8.6. Ingresos y gastos por turismo internacional en millones de dólares de los países de América del Norte en 1998. Fuente: OMT (1999).
mo como uno de sus pasaportes para el crecimiento, potenciando desde el estado una oferta claramente dirigida a atraer turismo exterior. Si bien Norteamérica es un conjunto relativamente unitario desde el punto de vista físico, lo cierto es que histórica, sociocultural y económicamente existen importantísimas diferencias entre los dos colosos del norte y México. estados Unidos y Canadá, partiendo de un modelo de colonización muy distinto al del resto del continente, que supuso una ocupación y explotación del territorio por los colonos europeos de forma paralela al exterminio de la población autóctona, asimilaron de forma muy rápida la revolución Industrial en el siglo xIx, lo que les ha convertido finalmente en dos de las principales potencias económicas y tecnológicas del mundo (Méndez y Molinero, 1998). Sin embargo, estas semejanzas no deben esconder significativos contrastes, el más importante de los cuales vendrá impuesto por el muy diferente peso demográfico, puesto que mientras estados Unidos supera los 260 millones de habitantes con una densidad de casi 29 hab/km2, Canadá reúne a poco más de 30 millones con una muy baja densidad de tan sólo 3 hab/km2, que aun así oculta una importante concentración demográfica en el entorno de los Grandes Lagos y el río San Lorenzo. Por el contrario, México cuenta con una población predominantemente mestiza, y su inserción en el sistema capitalista mundial, al igual que el resto de los países americanos de colonización ibérica, se hizo de
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Capítulo 8: América del Norte
FIGURA 8.7. Regiones geográfica y turísticamente homogéneas de América del Norte.
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Parte III: Las regiones turísticas
forma dependiente (Méndez y Molinero, 1998). el resultado es su habitual inclusión en el denominado tercer Mundo, aunque su nivel de desarrollo le sitúa, junto con algunos otros de américa Latina, entre los más avanzados de este heterogéneo conjunto. también desde el punto de vista demográfico presenta importantes diferencias con sus vecinos del norte, pues sus aproximadamente 90 millones de habitantes en un territorio que no llega a los 2 millones de km2 supone una densidad que casi dobla a la de estados Unidos, con una población mucho más joven y más homogéneamente repartida, aun cuando existan grandes concentraciones como la de Ciudad de México. estas diferencias, entre las que tampoco puede soslayarse la lingüística, con el inglés como lengua mayoritaria en el norte (excepto por el francófono estado canadiense de Québec y la importante minoría hispana de estados Unidos) y el español en México, han aconsejado finalmente la división de este conjunto en dos grandes subzonas a la hora de analizar los recursos, dado que el aprovechamiento turístico del territorio es dependiente de factores culturales, sociales y económicos. así, los enormes territorios de estados Unidos y Canadá se tratarán como un todo y se subdividirán en función de variables geográficas, mientras que México será analizado individualmente y dividido a su vez en zonas turísticamente homogéneas (figura 8.7).
8.1. El Gran Norte Dentro de este vasto conjunto se incluyen territorios de estados Unidos (el estado de alaska) y
Canadá (el Yukón y el territorio del Noroeste) junto con la danesa isla de Groenlandia. Uno de los principales puntos en común de este amplio territorio es la latitud, ya que la mayor parte, excepción hecha del sur de alaska o de las Islas aleutianas, se encuentra al norte del paralelo 60º (cuadro 8.1 y figura 8.8). esto ha supuesto una escasa penetración humana y un excelente estado de conservación ambiental, por lo que la mayoría de los turistas que se adentran en el Gran Norte lo hacen en busca de sus excepcionales valores naturales. el otro son sus riquezas mineras, que además de ser uno de sus actuales pilares económicos han generado históricamente toda una cultura y unas señas de identidad ligadas a los primeros colonos y buscadores de oro, lo que constituye el segundo de sus grandes atractivos para los visitantes.
8.1.1. Alaska aunque territorial y políticamente perteneciente al continente americano, alaska parece una prolongación de asia, de la que sólo la separan los 90 km del estrecho de Bering. De hecho, fue una posesión rusa hasta que estados Unidos la adquirió al zar alejandro II en 1867, convirtiéndose en un estado más de la Unión en 1958. La grandiosa belleza de sus parajes, la inmensidad de los paisajes, la soledad y lo salvaje de la naturaleza, junto con unas buenas infraestructuras básicas en algunas zonas, atraen hoy día a alaska a miles de turistas, bien para compartir con los esquimales las emociones del kayak y el trineo de perros;
CUADRO 8.1 División funcional del Gran Norte Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Alaska
Escaso turismo nacional e internacional muy enclavado
Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo cultural
Yukón y Territorio del Noroeste
Turismo prácticamente inexistente
Turismo de naturaleza Turismo deportivo
Groenlandia
Turismo prácticamente inexistente
Turismo de naturaleza Turismo deportivo
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FIGURA 8.8. El espacio turístico del Gran Norte.
Capítulo 8: América del Norte
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Parte III: Las regiones turísticas
para practicar deportes como la caza o la pesca, el esquí, la escalada en montañas o glaciares y el descenso de ríos; o para observar animales como osos, lobos, alces, ciervos, focas y multitud de aves. Los más tranquilos buscan oro en el lecho de los ríos y ágatas en las islas aleutianas, y admiran los esplendores naturales que el gobierno federal ha tenido cuidado en proteger creando cuatro grandes parques nacionales (el parque de la Bahía de los Glaciares en Panhandle; el Parque Volcánico de Katmai, en la base de la península de alaska; y el Parque Denali, con el monte McKinley). Pero la naturaleza, aunque predominante, no es el único punto de interés turístico de este estado. en el sudoeste, de clima más moderado, la ocupación humana ha sido más densa y las infraestructuras están más desarrolladas, por lo que junto con los atractivos turísticos estrictamente paisajísticos y ecológicos podemos encontrar otros de tipo cultural, urbano, etc. es, por ejemplo, el caso de localidades como tlingit, Haida o tsimshiam, que ofrecen una amplia y profunda visión de las culturas indias a través de museos y centros culturales. también en el sur se encuentran las principales poblaciones, como Juneau, capital del estado y uno de los pocos espacios urbanos de cierto atractivo. La otra ciudad de cierta importancia es anchorage, punto de partida para gran parte de los viajes turísticos hacia algunos de los lugares más visitados, como la península de Kenai o las Islas aleutianas. el interior y el norte del estado reciben escasas visitas tanto por las condiciones naturales como por la escasez de población e infraestructuras. Sin embargo, puede destacarse Denali National Park, situado a casi 400 km al norte de anchorage, que además de su fauna y paisaje es un punto de referencia para multitud de escaladores dado que en él se encuentra el monte McKinley, el más alto de Norteamérica con sus más de 6.000 m de altitud.
8.1.2. La meseta del Yukón y el Territorio del Noroeste el Yukón y el territorio del Noroeste ocupan toda la parte del Canadá que se encuentra al norte del paralelo 60º (a excepción de la península de Ungava en el Labrador, que forma parte de la provincia de Québec). Se trata de una región de clima seco y frío y en general mal comunicada, con escasas infra-
estructuras férreas y una única autopista (alaska Highway). Dentro del escaso desarrollo turístico de este conjunto puede destacarse mínimamente el Yukón, cuya especificidad se debe sin duda al interés por los primeros asentamientos de colonos. el principal núcleo es Whitehorse, un pueblo de menos de 10.000 habitantes al que se accede por una escarpada carretera panorámica bautizada como “top of de World” (el techo del mundo) que permite llegar a la ciudad minera de Dawson, centro neurálgico de la época de la “fiebre del oro” en la confluencia entre el río Yukón y el Klondike.
8.1.3. Groenlandia aunque físicamente ligada a Norteamérica, forma parte de europa desde el punto de vista político, dado que pertenece a la Corona danesa. La población ha tendido a concentrarse en los principales centros urbanos de la costa sur; mientras que el resto del territorio, en gran parte cubierto por glaciares, permanece despoblado y en gran medida virgen, de ahí su atractivo para un turismo ecológico muy reducido que busca escenarios naturales intactos. Sin embargo, el sector turístico sigue siendo muy débil y carece de infraestructuras, lo que limita considerablemente los recorridos de los visitantes a las zonas próximas a la costa sur, salvo para expediciones científicas o de aventuras que sí penetran hacia el interior de la isla.
8.2. Las Rocosas y las Cuencas Interiores Si algo le otorga unidad a ese vasto espacio es sin duda la presencia, a modo de enorme espina dorsal, de la cordillera de las rocosas. Se trata de un entorno natural privilegiado, cubierto de tundra de brezales y bosques de arces, pinos, robles, piceas, álamos temblones, etc. que ocupan no sólo lo que es estrictamente el ámbito de la cordillera, sino también un amplio entorno de paisaje natural especialmente atractivo para el turismo. en resumen, un área con grandes recursos naturales, geomorfológicos, paisajísticos y deportivos que la convierten, a pesar de su aislamiento, en un espacio de gran interés (cuadro 8.2 y figura 8.9).
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Capítulo 8: América del Norte
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CUADRO 8.2 División funcional de las Rocosas y las Cuencas Interiores Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Rocosas Canadienses
Uso turístico intenso y en crecimiento, pero puntual y enclavado
Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo de esquí Turismo urbano
Rocosas estadounidenses
Uso turístico nacional e internacional, muy intenso y en crecimiento, pero generalmente enclavado y con grandes diferencias según los estados
Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo de esquí Turismo urbano
Cuencas Interiores
Turismo escaso, aunque puntualmente muy intenso tanto en espacios protegidos como en zonas urbanas
Turismo de naturaleza Turismo urbano Turismo de juegos, ocio y espectáculos
además, los gobiernos de Canadá y estados Unidos han convertido numerosos sectores de este espacio en patrimonio forestal (National Forests) o en parques nacionales (National Parks), categoría de máxima protección de la que gozan parques como rocky Montains, Yellowstone, Grand teton, Glacier, North Cascades, etc. estas declaraciones de protección han supuesto un aumento de la valoración turística de estos espacios, lo que unido al dinámico papel representado por los agentes del sector turístico ha acabado convirtiendo a algunas partes de las rocosas y su entorno en uno de los lugares más visitados de estados Unidos y Canadá, tanto por el turismo interno como por el internacional. Pero el ecoturismo o turismo de naturaleza no es el único segmento que puede encontrarse en esta área. aunque muy destacado, a él hay que sumarle otras modalidades importantes, como el esquí en algunas de las principales estaciones de Norteamérica (aspen, por ejemplo) o el turismo urbano y de negocios en las grandes ciudades que se localizan en la cordillera y su entorno.
8.2.1. El entorno de las Rocosas canadienses Muy próxima al eje de las rocosas se extiende la más occidental de las provincias canadienses: la Columbia Británica. Casi las tres cuartas partes de su territorio están cubiertas por bosques de abetos y cedros rojos debido a sus favorables condiciones
ambientales, ya que, excepto en su zona más septentrional, tiene un clima benigno debido a la influencia de las corrientes cálidas del Pacífico. La provincia es, en su conjunto, una de las más acogedoras de Canadá, con una importante actividad turística que se apoya en el incomparable escenario de las cercanas rocosas y en la poderosa atracción ejercida por los cuatro grandes parques nacionales que existen en su territorio; así como en los centros costeros del sur, especialmente los de la isla de Vancouver. también es relativamente importante el turismo urbano, centrado en Vancouver, la mayor ciudad de la provincia y tercera del país, y uno de los principales puertos de Canadá; así como en Victoria, la capital. esta última ciudad, fundada a mediados del xIx en el extremo sudeste de la isla de Vancouver, fue declarada capital en 1871, y a partir de ese momento sus barrios comenzaron a crecer con un estilo y carácter de la “vieja Inglaterra” que se ha conservado hasta la actualidad, lo que la hace especialmente atractiva para el visitante. al este de la Columbia Británica se encuentra alberta. el territorio sólo es montañoso en la zona sudoccidental, donde se elevan las últimas cuestas de las rocosas que forman el magnífico escenario de Calgary, la ciudad a mayor altitud de Canadá (935 m). el crecimiento de Calgary ha sido muy rápido en los últimos años gracias a sus enormes refinerías de petróleo y a la fama turística de su Calgary Stampede, el mayor y más popular rodeo del Canadá. además, en su entorno cuenta con exce-
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 8.9. El espacio turístico de las Rocosas y las Cuencas Interiores.
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Capítulo 8: América del Norte
lentes instalaciones para el esquí, lo que le llevó a acoger unos Juegos Olímpicos de Invierno. esta ciudad es a su vez punto de tránsito obligado de todo aquel que, viniendo del este, se dirige a los grandes parques nacionales de Banff y Jasper. al norte de Calgary se sitúa edmonton, capital de la provincia y la más septentrional de las grandes ciudades canadienses, importante no sólo como centro administrativo sino porque representa el principal nudo de comunicaciones con el Gran Norte.
8.2.2. Las Montañas Rocosas estadounidenses y su entorno el impresionante territorio de las rocosas estadounidenses y su entorno próximo ha orientado buena parte de las economías locales a la industria del sector turístico, por el enorme potencial basado en los recursos naturales. a esto ha contribuido la facilidad de acceso, ya que la mayoría de las principales autopistas interestatales y ferrocarriles del país atraviesan la región, e igualmente se puede llegar en avión a ciudades cercanas como Denver o Salt Lake City. el estado de Colorado es uno de los que tiene mayor frecuentación turística, al estar enclavado en plena cordillera y ser popularmente conocido por los estupendos complejos hoteleros y de ocio para la práctica del esquí. Destaca, por sus instalaciones e infraestructuras, la zona de aspen, la cual dispone de una extensa red de pistas para esquí de fondo y alpino, además de una oferta hotelera, de restaurantes, comercial y recreativa impresionante. Su acceso es muy bueno, se sitúa no muy lejos de Denver, la capital estatal desde la que se llega directamente por una autovía, además de contar con un aeropuerto en las proximidades de la estación. La categoría de aspen la convierte en un atractivo turístico de primer orden, si bien es una estación de elite y cara, a donde acuden actores y personajes famosos que incrementan más, si cabe, la fama del entorno. en verano también tiene un enorme atractivo para el descanso vacacional, por la belleza del paisaje, por la práctica de otros deportes de montaña y por la asistencia al festival de música que se celebra todos los años. Junto con aspen, otras muchas estaciones convierten Colorado en un punto de referencia para el turismo de montaña en general y del esquí en particular. el otro gran segmento turístico existente en las rocosas es, evidentemente, el turismo de naturaleza,
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que en Colorado tiene su principal punto de referencia en el Parque Nacional de las rocosas. Se encuentra a escasa distancia al norte de Denver, lo que le proporciona un fácil acceso, aunque en invierno las nevadas cierran la carretera que recorre el parque. al sudoeste del parque se sitúa el Gran Lago, el más extenso del estado y el que posee el club náutico a mayor altitud del mundo. Otro importante espacio protegido es el Great Sand Dunes National Monument, ubicado a unos 56 km al nordeste de alamosa, cuyo principal interés son dunas de arena de más de 200 m. Por su parte, en Montana encontramos el famoso parque nacional Glacier, en la frontera con Canadá, el más importante de todo el estado, y los parques nacionales de Bannack (al oeste de Dillon, una ciudad fantasma muy visitada por los turistas) y el parque de Missouri Headwaters (cerca de three Forks, en el que se encuentra el lugar en donde los famosos exploradores Lewis y Clark llegaron a la confluencia de los tres ríos que forman el Missuri). Por fin, en el corazón de las Montañas rocosas y en el estado de Wyoming se encuentran dos de los espacios protegidos más importantes de estados Unidos: Yellowstone y Gran teton. Yellowstone, creado en 1872, fue el primer parque nacional del mundo, y posiblemente también uno de los primeros lugares en que surgieron actividades turísticas no depredadoras ligadas a la naturaleza, lo que hoy se conoce de forma genérica como ecoturismo. actualmente conserva y ofrece numerosos tesoros naturales como el lago Yellowstone, el Gran Cañón de Yellowstone o las numerosas manifestaciones de vulcanismo en forma de fuentes termales y géisers. Durante el verano, junto con el interés por los géisers los visitantes buscan la visión de los animales autóctonos, ya que Yellowstone es una de las mayores reservas de animales de estados Unidos con osos pardos y grises, bisontes, gran ciervo americano, alces, etc. a los principales puntos de interés del parque se llega a través de una carretera de 235 km (“Gran Loop road”) en forma de ocho, que puede tardar en recorrerse hasta tres días por los continuos atascos debido al exceso de visitantes. Muy cercano a Yellowstone encontramos el parque Gran teton, que fue reconocido como zona protegida y establecido como parque en 1929. Pero no todo el turismo que llega a la zona de las rocosas busca necesaria y únicamente disfrutar de las áreas naturales (parques estatales y nacionales,
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Parte III: Las regiones turísticas
zonas forestales protegidas, estaciones de esquí, etc.), aunque es cierto que es su principal atractivo. en la zona también se pueden encontrar otras alternativas al turismo ecológico o paisajístico, como la oferta urbana de ciudades como Denver, aspen o Durango (en el estado de Colorado), los atractivos de Colorado Spring (en el mismo estado), o bien la región de Bighorn, en Montana, o la ciudad de Jackson, en Wyoming.
8.2.3. Las Cuencas Interiores La región denominada como Grandes Cuencas y Mesetas Interiores no tiene unos límites precisos, si bien se podría definir como el vasto espacio comprendido desde el estado de Idaho y la frontera canadiense al norte, las Montañas rocosas y los estados de Montana, Wyoming, Colorado y Nuevo México al este, la frontera mejicana al sur y, por último, al oeste la cordillera de las Cascadas en los estados de Washington y Oregón y la cordillera de Sierra Nevada en California. Su situación interna y el estar rodeadas de barreras montañosas ha condicionado un clima extremadamente árido y desértico en la parte sur, donde se mezclan confusamente mesetas y cañones, pequeñas cadenas aisladas y depresiones, mantos de lava volcánica y cuencas cerradas, para formar un complejo montañoso abrupto y desolado. Pero este paisaje, infinidad de veces filmado en los westerns, hace que sea una región con cierto atractivo turístico desde el punto de vista natural. estas condiciones de aislamiento y aridez la han convertido en una zona escasamente poblada, aunque con algunas ciudades de importancia como Phoenix, Las Vegas o Salt Lake City. en ellas se concentran los principales flujos de turismo urbano, ya sea en Phoenix, capital de arizona y principal centro económico de este conjunto, que en parte debe su crecimiento y prosperidad a la actividad turística; o en Las Vegas, un enorme centro turístico ligado al juego y la diversión. Posiblemente sea arizona el estado que concentra mayores posibilidades para el turismo de naturaleza, dada la espectacularidad y fama de algunos de sus principales espacios protegidos. entre ellos puede destacarse Monument Valley, un amplio valle entre arizona y Utah multitud de veces visto en las películas del oeste, y cuyo paisaje se caracteriza por
pináculos, mesas o cúpulas formadas por la erosión de las rocas estratificadas horizontalmente. Junto con el paisaje, los turistas pueden disfrutar de visitas a poblados navajos y de la compra de su artesanía. Otro gran atractivo turístico natural de este estado es sin duda el Gran Cañón del Colorado, donde el río del mismo nombre se adentra en arizona formando el extenso e impresionante Parque Nacional del Gran Cañón, quizás el más conocido espacio natural de estados Unidos junto con Yellowstone. Su impresionante paisaje, fruto de la erosión continuada sobre la meseta de Colorado, y las proporciones de sus escarpados cañones, crean un paraje de un gran interés tanto paisajístico como geológico. Hacia el este, en la frontera con Nevada, el río Colorado se ensancha y se crea el Lago Mead, un centro recreativo y deportivo de relativa importancia turística. toda la zona está especialmente protegida y su acceso es limitado por el National Park Services, que aun cuando no puede evitar que todos los veranos se produzcan increíbles aglomeraciones en la entrada del parque sí restringe el acceso a un número determinado de automóviles por día. el tercer gran espacio protegido de arizona con importancia turística es el Bosque Petrificado, sobre todo por la curiosidad de observar troncos mineralizados de árboles de más de 225 millones de años, que quedaron sepultados por lodo y cenizas volcánicas que evitaron su putrefacción. además de los recursos naturales y paisajísticos, pero muy ligados a ellos en las formas de explotación turística, arizona cuenta con algunas de las mayores reservas indias de estados Unidos, un recurso cultural que permite entrar en contacto con las formas de vida de los primeros habitantes de estos territorios. entre las más importantes puede citarse San Carlos, Hopi, Fort apache o Papago. al norte de arizona se halla Utah, que cuenta con uno de los mayores lagos salados del mundo, el Great Salt Lake, que da nombre a la capital estatal y presenta también un cierto atractivo turístico. La parte central del estado está atravesada por una cordillera con altas montañas donde se encuentran espacios forestales protegidos de cedros y pinos como el parque Fishlake, y donde también hay algunas estaciones de esquí. No obstante, el principal potencial de Utah son sus parques nacionales situados al sur y al oeste. Se trata de un característico paisaje de cañones y mesetas erosionadas por la acción fluvial, semejante al ya
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Capítulo 8: América del Norte
comentado del Cañón del Colorado. entre ellos puede destacarse Zion, formado por la erosión del río Virgin; Bryce Canyon, caracterizado por las columnas rocosas y las agujas punzantes que se elevan sobre los profundos cañones; o el parque nacional Canyonlands, situado en la confluencia de los ríos Green y Colorado. en cuanto a Idaho, el más septentrional de los estados incluidos en las cuencas interiores, también basa gran parte de su turismo en los recursos naturales. Los espacios más visitados son los Montes Salmon river y la cordillera Bitterroot, que en época estival concentran actividades como excursionismo, senderismo, ecoturismo y acampada; mientras que en invierno se convierten en un importante centro de esquí con más de veinte estaciones. La más importante de todas es Sun Valley, rodeada por las montañas más altas del estado y con muy buenas comunicaciones viarias y un aeropuerto a escasa distancia. además del turismo de naturaleza debe hacerse también especial hincapié en el urbano. a parte de la ya comentada presencia de un área metropolitana que, como Phoenix, capital de arizona, atrae un importante turismo cultural y de negocios apoyado en sus avanzadas industrias de electrónica y aeronáutica, deben destacarse otros casos singulares. Uno de ellos es Salt Lake City, capital del estado de Utah y principal centro de la religión mormona, lo que la convierte en un importante destino de turismo religioso con atractivos como temple Square. el otro destino urbano singular es sin duda Las Vegas, en el estado de Nevada, posiblemente el mayor centro urbano del mundo concebido exclu-
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sivamente para el ocio, la diversión y el juego. esta ciudad, situada en medio del desierto, surgió directamente ligada a las grandes aglomeraciones urbanas de California, donde el juego estaba prohibido. actualmente supera el millón de habitantes que viven casi exclusivamente de los más de treinta millones de turistas que a ella llegan anualmente en busca de casinos, parques temáticos, hoteles que reconstruyen el antiguo egipto o Venecia, grandes centros comerciales, capillas para bodas, conciertos, espectáculos de las principales estrellas norteamericanas, etc.
8.3. La costa del Pacífico estadounidense De todas las zonas que en estados Unidos destacan por su ritmo de desarrollo el primer lugar, sin duda, lo ocupa la costa del Pacífico, tanto por el número de habitantes como por sus actividades económicas. Los tres estados que se suceden de Norte a Sur (Washington, Oregón y California) presentan un rápido crecimiento económico y un importante sector turístico, así como algunas de las áreas metropolitanas más expansivas del país y del mundo, como Seattle, San Francisco o Los Ángeles (cuadro 8.3 y figura 8.10).
8.3.1. Los estados de Washington y Oregón en la costa del estado de Washington se encuentra Seattle, situada en el extremo de una bahía de gran atractivo turístico, sobre todo por la cantidad de áreas
CUADRO 8.3 División funcional de la costa del Pacífico estadounidense Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Estado de Washington y Oregón
Turismo en desarrollo, puntualmente intenso en algunas ciudades y espacios protegidos
Turismo urbano Turismo de naturaleza Turismo deportivo
California
Turismo muy intenso tanto internacional como interno, en crecimiento y difundido por prácticamente todo el territorio
Turismo urbano Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo cultural
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FIGURA 8.10. El espacio turístico de la costa del Pacífico estadounidense.
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recreativas y deportivas. esta ciudad es uno de los principales centros cafeteros del país, y parte de su imagen turística está ligada a la degustación de esta bebida en los innumerables locales del centro de la ciudad. No obstante, en la actualidad se está convirtiendo en un centro importante para el turismo urbano más avanzado en función de su cosmopolitismo y del crecimiento económico ligado a algunos sectores punteros y al desarrollo del área del Pacífico. No en vano, cuenta con algunas de las multinacionales más importantes del país, caso del gigante aeronáutico Boeing. también es un centro cultural de primer orden en cuanto al arte, la arquitectura, los teatros y los museos. el otro punto de interés del estado reside en sus parques nacionales. el primero de ellos es el de Olympic, situado en la península montañosa de igual nombre, cerca de la Bahía de Seattle. además de lo atractivo de sus recursos botánicos, desde la costa occidental de la península se pueden avistar colonias de ballenas grises que atraen todos los años a miles de turistas a la zona. el segundo parque del estado en importancia es el Parque Nacional del Monte rainer, que enclavado en el centro de la cordillera de las Cascadas se extiende alrededor de los 4.323 m de altitud de esta montaña, la cuarta más alta de estados Unidos exceptuando alaska y Hawái. La oferta turística de este espacio protegido se centra en los deportes de montaña, el senderismo y la escalada. Igualmente destaca, por su particular belleza, el Parque Natural de las Cascadas, al norte de esta cordillera. al sur de Washington, y separado de éste por el río Columbia, se encuentra el estado de Oregón. Su morfología es similar al anterior, el relieve montañoso de las Cascadas en la parte occidental y la planicie con algunos promontorios en la parte oriental. Las principales poblaciones, como Portland, Salem, la capital, y eugene, se concentran a lo largo de la autovía que proviene de Washington y se dirige a California. Su mayor atractivo es la larga y bella costa de Oregón. Con un paisaje salvaje y castigado por la fuerza erosiva del océano, tiene, sin embargo, buenas playas y lugares recreativos y de descanso de gran atractivo turístico, aunque las temperaturas no las hacen agradables para el baño. el único, pero muy sorprendente, Parque Nacional del estado de Oregón es el del Lago Cráter, surgido hace 6.800 años cuando la cima de un volcán se hundió tras una erupción.
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8.3.2. California California es, junto a Florida, el estado turístico por excelencia de estados Unidos. Sus recursos y atractivos son innumerables: desde el desarrollo urbanístico y económico de las regiones de la costa, vinculado a la playa y el mar, hasta la oferta paisajística de sus espacios protegidos; pasando evidentemente por las posibilidades que ofrecen grandes ciudades como Los Ángeles, San Francisco o San Diego, convertidas en algunos de los principales centros económicos, culturales y de ocio del país y a cuyos aeropuertos llega la mayor parte del turismo internacional. al atractivo natural contribuye también su clima, que favorece la estancia tanto en las playas como en sus ciudades o espacios naturales. exceptuando los rigores del norte y de los desiertos, el clima de California es templado, no llega ni a ser sofocante en verano ni gélido en invierno, y presenta características mediterráneas en algunos tramos costeros y en el Valle Central. La influencia de los vientos procedentes del Pacífico determinan la suavidad de las temperaturas, y sólo en las montañas de Sierra Nevada las precipitaciones son en forma de nieve, mientras que hacia el sur el tiempo se torna más seco y caluroso, extremándose en los meridionales desiertos interiores. el enorme crecimiento económico, unido a otros factores como la ya comentada bondad del clima y la atractiva imagen que proyecta hacia el exterior como símbolo de la prosperidad norteamericana, han hecho de California no sólo el estado más poblado de la Unión, sino también el que más emigrantes nacionales y extranjeros atrae, particularmente hispanos. este enorme contingente demográfico con un alto nivel adquisitivo medio es en sí mismo un gran consumidor de actividades recreativas, lo que ha generado importantes zonas de turismo de cercanías tanto en las playas próximas a las grandes ciudades como en espacios naturales, y una oferta de ocio entre la que destacan un importante número de parques recreativos y temáticos. Pero esta imagen de prosperidad no es sólo causa del atractivo turístico de California, sino también consecuencia. efectivamente, junto con la alta tecnología y algunos sectores del terciario más avanzado, el turismo, el ocio y otras actividades conexas, como por ejemplo la industria del espectáculo, son los principales pilares sobre los que se asienta el desarrollo económico del estado.
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A) El norte del estado y Sierra Nevada: un área especialmente protegida el despoblamiento y la ausencia de grandes núcleos urbanos han dificultado el desarrollo de segmentos turísticos muy importantes en otras partes del estado, como el urbano, el cultural o el económico. tan sólo la ciudad de Sacramento, capital del estado pero muy pequeña en comparación con las grandes urbes californianas, ha generado un cierto turismo urbano atraído por razones administrativas y por los muchos edificios históricos levantados en la época de la “fiebre del oro”. Sin embargo, la espectacularidad del paisaje y el magnífico estado de conservación del medio físico, con espacios como Sierra Nevada hacia el interior, los parajes volcánicos de Lassen Volcanic o Lava Beds, o el gran bosque de secuoyas de redwood al norte, han supuesto una importante concentración de espacios protegidos que se han convertido en los principales referentes turísticos. Los espacios protegidos más importantes desde el punto de vista turístico se sitúan al interior del estado, en Sierra Nevada. Sin duda, debe destacarse en primer lugar el Parque Nacional de Yosemite (el primer espacio del mundo en ser protegido en 1864, aunque la primera calificación de parque nacional la obtuvo, como ya se comentó, Yellowstone), uno de los más visitados de estados Unidos, que incluye alguno de los picos más altos del país. además de Yosemite, en Sierra Nevada hay que dejar constancia de otros espacios de enorme atractivo ecoturístico como los parques nacionales de Sequoia y Kings Canyon; o el Lago tahoe, retiro para excursionistas desde hace más de un siglo. toda la región ofrece numerosas oportunidades para realizar senderismo, acampada y deportes acuáticos, y en invierno se convierte en un paraíso para los esquiadores incluso de categoría olímpica. aparte del turismo de naturaleza y deportivo, y del escaso turismo urbano en la capital o en pequeñas poblaciones como eureka, el resto de los recursos tienen un ámbito de atracción principalmente interno. Pueden reseñarse algunas zonas ligadas a los cultivos y el mundo rural, como las regiones vinícolas de Napa y Sonoma; el País del Oro y el Valle Central, en torno a Sacramento; y multitud de restos ligados a las misiones, a los primeros colonizadores y a la época de la “fiebre del oro”, como Grass Valley, empire Mine State Historic Park o Columbia State Historic
Park, este último centrado en una de las poblaciones mineras más importantes que quedó abandonada a mediados del siglo xIx. B) La costa de California central en California central se incluye el espacio comprendido entre las dos grandes áreas metropolitanas del estado: San Francisco y Los Ángeles. Como no podía ser menos dada la existencia de estas ciudades, la mayor parte del turismo internacional que se dirige hacia esta zona es urbano, e incluye todas las modalidades que de manera más o menos flexible puedan englobarse en este segmento. ambas ciudades son puertas de entrada importantísimas a estados Unidos, dado que cuentan con aeropuertos internacionales con multitud de conexiones regulares, particularmente con todo el área del Pacífico, una de las más dinámicas en las últimas décadas. además, Los Ángeles y San Francisco se encuentran dentro del grupo de las cinco ciudades más importantes de estados Unidos, tanto en lo referido a población (Los Ángeles es la segund ciudad más poblada del país tras Nueva York, y San Francisco la quinta) como a expansividad e importancia económica. el resultado de ambos fenómenos ha sido su conversión en dos de los principales centros para el turismo de negocios en américa del Norte, tanto a nivel interno como internacional. Pero además de este dinamismo económico, que comparten con otras ciudades norteamericanas, y de las excelentes infraestructuras turísticas de todo tipo, han sabido transmitir una sensación de calidad de vida en la que han representado un papel importante factores como el clima, formas de vida más dinámicas y libres, una importante oferta recreativa y cultural, la continua innovación en el deporte, el espectáculo, etc. en resumen, una “imagen de marca” típicamente californiana que se convierte en un atractivo incomparable para el turismo, tanto en el segmento de los congresos, convenciones o incentivos como en su vertiente más lúdica y recreativa, en la que destaca el turismo litoral, los espectáculos y los parques temáticos. La ciudad de San Francisco se ha convertido en el centro neurálgico de California para congresos, conferencias y convenciones, lo que supone que a lo largo de todo el año las infraestructuras hoteleras y los servicios de ocio para el visitante estén desbordados
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de trabajo, y en muchas ocasiones saturados y con dificultades para poder acoger más visitantes. el principal destino al que se dirigen tanto visitantes por motivos laborales (reuniones, conferencias, etc.) como de ocio es el distrito financiero, motor económico de la urbe y uno de los más importantes de estados Unidos. este distrito abarca desde la plaza de embarcadero Center hasta Montgomery Street, zona conocida como la Wall Street del Oeste y donde se asientan los principales bancos, bufetes de abogados y agentes de bolsa. Su principal atractivo aparte de la actividad que allí se desarrolla es la original arquitectura de alguno de sus edificios, como la torre piramidal de transamérica o el edificio del Banco de California. Para el turista que llega a la ciudad el distrito es un lugar de obligada visita, muy cercano además a otras atractivas áreas como Unión Square (por sus tiendas), el theater Distric (por sus teatros y museos) o Yerba Buena Gardens (el mayor centro de convenciones de San Francisco rodeado de hoteles, galerías comerciales y jardines). el distrito financiero se encuentra, además, en uno de los recorridos preferidos por los visitantes, la denominada “Carretera Panorámica de las 49 millas” que enlaza los lugares más interesantes de la ciudad, y ofrece una espléndida visión global de San Francisco y sus barrios turísticos. De entre estos últimos pueden destacarse: Chinatown, Nob Hill, la colina más famosa de San Francisco por sus vistas, hoteles de lujo y, sobre todo, por sus tranvías, uno de los estereotipos turísticos más importantes de la ciudad; o Pacific Heights. Pero no sólo la ciudad central, sino todo el área metropolitana organizada en torno a la Bahía de San Francisco cuenta con gran importancia turística, destacando como atractivos singulares los enormes puentes, especialmente el famoso Golden Gate. Muchas de las ciudades que hoy se ciñen en torno a la bahía fueron en su momento antiguos centros de veraneo de los residentes en la urbe, y hoy se han convertido en barrios de expansión de la misma. aun así, siguen conservando su atractivo turístico, como en el caso de la industrial e histórica Oakland (unida a San Francisco por el Bay Bridge), la universitaria Berkeley, east Bay, San José o Sausalito. a este conjunto hay que unirle otras poblaciones cercanas, como la turística Vallejo, con un parque marítimo que atrae a cientos de turistas todos los años; Palo alto, localidad creada como satélite de la Uni-
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versidad de Stanford; el agrícola San José, con una nutrida población de origen mexicano que conserva importantes huellas de su pasado colonial muy atractivas al visitante; Fisherman’s Wharf, antes zona pesquera y hoy especializada en turismo; Little Italy, con su bohemio ambiente de cafés y restaurantes; o alcatraz, la antigua isla prisión hoy convertida en zona recreativa y museo. Finalmente, como claro ejemplo de la importancia turística que presentan la innovación técnica y el desarrollo económico debe citarse el famoso Silicon Valley, al sur de San Francisco, lugar donde surgió la industria informática y donde hoy se asientan algunas de las principales empresas de este dinámico sector. el tramo costero comprendido entre San Francisco y Los Ángeles conserva, en contraste con las grandes ciudades de sus extremos, importantes valores naturales e históricos, generalmente ligados estos últimos a la presencia colonial hispana. Uno de los lugares más interesantes de este sector es la península y bahía de Monterrey, con ciudades como Monterrey o Santa Cruz que conservan restos de la colonización hispana, antiguas misiones fundadas por Fray Junípero Serra e interesantes museos; Pacific Grove, antiguo refugio religioso; o el pueblo de Carmel-by-theSea. No obstante, lo más patente del legado colonial español se concentra en la ciudad de Santa Bárbara, que alberga la fortaleza más importante de la zona. Fundada en el siglo xVIII como guarnición española, fue reconstruida en 1925 tras un devastador terremoto, y en la actualidad es un centro universitario, administrativo y turístico de primer orden. Pero por encontrarse en el radio de influencia de dos grandes áreas metropolitanas desarrolladas, toda esta zona litoral es también un importante centro turístico de cercanías desde la primera mitad del siglo xx. en verano, miles de personas abarrotan playas como las de Pismo, Ávila, Waddell Creek, Santa Cruz, Marina o Carmel. Poco a poco se fueron generando infraestructuras destinadas a satisfacer las necesidades recreativas de los habitantes cercanos, tales como parques de atracciones como el famoso Hearst Castle, creado por el millonario Willian r. Hearts y una de las mayores atracciones de California, o campos de golf como el de Pebble Beach. Cerrando la California central por el sur se encuentra el área metropolitana de Los Ángeles, un enorme conjunto de 1.200 km2 y casi cien localidades que según la Oficina del Censo de estados Unidos supe-
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raba a finales de los noventa los quince millones de habitantes. Se trata no sólo del mayor núcleo turístico de California, sino de uno de los más importantes del país junto con el centro de Florida; atractivo que se apoya en factores culturales y económicos y en un sinfín de recursos que van desde sus famosas playas (Zuma Beach, Venice, Santa Mónica, Laguna, etc.) hasta el glamour que transmite el mundo del cine asentado en Hollywood, pasando por recursos creados específicamente para el turismo como los parques temáticos. Uno de los principales sectores económicos de la ciudad en cuanto a creación de riqueza y de empleo directo es la industria cinematográfica. Pero a su vez, este sector genera un enorme movimiento económico vía turismo, con miles de visitantes que todos los años recorren Los Ángeles (fundamentalmente Hollywood Boulevard) en busca de recuerdos y para visitar museos y estudios cinematográficos. en cuanto al resto de la oferta cultural, los museos de Los Ángeles reflejan la complejidad de su historia, desde el recuerdo de los indios americanos y los vaqueros, pasando por los buscadores de oro, cazadores, colonos, agricultores, etc., hasta el holocausto judío. La ciudad cuenta también con muchas pinacotecas de gran nivel, como la colección Getty, y con un importante patrimonio arquitectónico por la mezcla de estilos que se dan en ella (victoriano, mediterráneo, colonial, modernista, etc.) y por su contribución a la arquitectura del siglo xx a través de su estilo revisionista. en Los Ángeles también destacan otros lugares como la Bahía de Santa Mónica, con kilómetros de playas de arena y museos de prestigio; los cañones de Bel air al sur, zona residencial donde se ubica la universidad; Westwood; y, por supuesto, Hollywood, con Sunset Boulevard, calle de 42 km que se extiende desde el centro de Los Ángeles hasta la autopista del Pacífico, y en donde residen muchos de los artistas de cine más conocidos y se encuentran las sedes de los principales estudios de grabación. Otro de los espacios más visitados es Bervely Hills, un barrio conformado por restaurantes, tiendas y galerías de arte que tiene como arteria central la avenida de rodeo Drive, conocida como la calle de la moda por localizarse en ella las tiendas de los principales diseñadores del mundo. en este municipio se puede realizar lo que se conoce como la “ruta de las casas de las estrellas”, un recorrido en el que se visitan las mansiones de los actores de Hollywood que aquí residen.
Pero además de este turismo, que podría considerarse claramente urbano y cultural, la costa del entorno de Los Ángeles se orienta al sol y la playa, así como a la práctica de deportes acuáticos entre los que destacan el surf, uno de los conocidos como deportes californianos y clara “imagen de marca” del estado. Varias decenas de millones de visitantes, entre los que hay que incluir desde turistas de cercanías hasta viajeros internacionales, acuden a playas como Malibú, Leo Carrillo y topanga (que se extienden desde Point Dume hasta la laguna y se tornan en largas lenguas de arena hasta alcanzar Santa Mónica y Venice). entre las localizaciones costeras cabe destacar las comunidades de Manhattan Beach y rodeo Beach, que tienen las aguas más limpias de Los Ángeles, sin olvidar el puerto de Long Beach y la bahía de Palos Verdes. Hacia el interior destacan el Valle de San Fernando, orientado a un turismo de ocio rural y donde se puede visitar la Misión del mismo nombre; los estudios de la Universal; Griffith Park, con 1.600 Ha de prados y árboles y considerado el pulmón verde de la ciudad; o localidades como Pasadena. Finalmente, al sur de la ciudad de Los Ángeles, pero funcionalmente ligado a ella, se encuentra Orange County, un condado densamente poblado, repleto de urbanizaciones y surcado por multitud de autopistas, lo que le ha hecho perder la mayor parte de los extensos naranjales a los que debe su nombre. actualmente es una de las zonas turísticas más importantes del entorno de Los Ángeles, y ofrece una multitud de actividades para el visitante, como museos, lugares históricos y parques de atracciones. La mayor parte del turismo que llega a Orange County es de ocio y recreación, en busca de famosos parques temáticos como el de Disneylandia, situado en anaheim, o el de Knott’s Berry Farm, en Buena Park; reservas y espacios naturales como la de Cleveland; o playas y centros de veraneo como Balboa, Seal, Newport, Bolsa Chica, aliso, Doheny, San Clemente, Laguna o Huntington Beach, una de las capitales mundiales del surf. C) El sur de California: San Diego, Inland Empire y el Bajo Desierto La ciudad de San Diego, cuya área metropolitana supera los dos millones de habitantes, es uno de los mayores complejos militares del mundo al aco-
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ger gran parte de la flota de estados Unidos. Sin embargo, en los últimos tiempos su clima y sus atractivos paisajísticos, como la presencia de gran cantidad de parques y bosques estatales y su magnífica bahía, la están convirtiendo en centro residencial de calidad y destino turístico destacado. el resultado ha sido un importante dinamismo apoyado en el terciario y, especialmente, en el sector turístico, con una especialización en el sol y la playa, el ocio y los deportes. en cuanto al interior de este sector, es una región con marcados contrastes de paisajes y climas, uno de los más variados de California. el turismo del área es mayoritariamente local, procedente de la ciudad de Los Ángeles y de alto nivel económico, y se dirige a zonas como Palm Springs, en el corazón de la comarca, donde pasan los fines de semana en enormes mansiones rodeadas de complejos de ocio, hoteles de lujo y campos de golf. el turismo no local se ve atraído fundamentalmente por los numerosos espacios protegidos de la zona, la mayoría de carácter desértico, entre los que destacan el desierto de Mojave, el Valle de la Muerte y Josua tree.
8.4. Llanuras americanas Situadas entre los apalaches y el escudo Canadiense de un lado, y las Cordilleras occidentales de otro, las grandes llanuras centrales norteamericanas adoptan una forma triangular, ensanchándose progresivamente hacia el golfo de México. el clima, que en grandes líneas puede calificarse de continental de rasgos extremos, presenta impor-
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tantes diferencias latitudinales. Los sectores más septentrionales, de inviernos muy fríos y veranos templados, están ocupados por el bosque de coníferas que no hace sino prolongar las formaciones dominantes en el escudo canadiense. al sur del paralelo 52º, con temperaturas estivales superiores a 20º C de promedio, se entra en el dominio de la pradera herbácea, favorable a la explotación agrícola sobre suelos generalmente fértiles y bien drenados, lo que ha eliminado casi por completo la vegetación originaria (cuadro 8.4 y figura 8.11).
8.4.1. La región de las Praderas canadienses Identificada fundamentalmente con las provincias de Manitoba y Saskatchewan, esta región ofrece al viajero un espléndido paisaje de grandes horizontes, con ondulantes campos de trigo que justifican el calificativo de granero de Canadá que ostenta Saskatchewan. Pero además del típico paisaje de Las Praderas, también es posible encontrar otros atractivos naturales más espectaculares. en Manitoba destacan el Parque Nacional de riding Mountain, una buena opción para los que deseen contemplar búfalos o pescar en los miles de lagos dejados por la erosión glaciar; o Churchil, el asentamiento más septentrional a orillas de la bahía de Hudson, erigido hoy día como un importante centro turístico para aquellos que pretenden avistar las ballenas Beluga, las migraciones de los osos polares y las Luces del Norte. en cuanto a Saskatchewan, el único parque nacional, el Príncipe alberto, es famoso por sus lagos y por las oportunidades que ofrece a los pescadores.
CUADRO 8.4 División funcional de las Llanuras americanas Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Praderas Canadienses
Poco desarrollado, extensivo en general, dominio del turismo doméstico
Turismo de naturaleza Turismo cultural Turismo deportivo
Medio Oeste
Turismo no masivo de carácter nacional, desarrollos puntuales
Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo cultural Turismo urbano
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 8.11. El espacio turístico de las Llanuras americanas.
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Otra de las principales atracciones turísticas de estos estados son los parques temáticos relacionados con las culturas nativas o con la historia de la colonización. Destacan, en Winnipeg, capital de Manitoba, el Museo del Hombre y la Naturaleza y el Folklorama, un festival que ilustra la diversidad de las raíces étnicas del estado; y en regina, capital de Saskatchewan, el popular museo de la Policía Montada del Canadá. Pero otros muchos parques de este tipo se encuentran repartidos por el resto del territorio, como por ejemplo el Parque Histórico Nacional de Lower Fort Gary, en Maniatoba, con el restaurado centro de abastecimiento de la Hudson Bay Company.
8.4.2. El Medio Oeste de Estados Unidos Los estados del Medio Oeste reparten la mayor parte de sus atractivos entre unos modestos recursos histórico-artísticos y un valioso patrimonio natural. De todos modos, sus parques nacionales no se encuentran entre los más conocidos del país ni cuentan con los espectaculares paisajes de los grandes conjuntos montañosos de Norteamérica; a lo que hay que unir que, salvo excepciones, tampoco encontramos grandes áreas metropolitanas. el resultado es que su sector turístico está menos desarrollado que en otras zonas ya vistas y se centra básicamente en el mercado nacional, aunque no por ello deja de haber desarrollos puntuales de cierta intensidad. Uno de los segmentos más importantes es el de naturaleza, que presenta paisajes muy contrastados en función del enorme tamaño de la región y de las importantes diferencias latitudinales. en Dakota del Norte y del Sur destacan los famosos badlands, capas horizontales de arenisca erosionadas por la acción fluvial, lo que ha dado lugar a un paisaje de estrechos barrancos, crestas y pináculos; junto con parques nacionales de gran interés como el theodore roosevelt en Medora, Dakota del Norte, y los de Badlands y Wind Cave en Dakota del Sur. en Minnesota, por el contrario, son los rasgos postglaciares los principales atractivos naturales, como los ricos depósitos minerales, las colinas con piedras diseminadas y, sobre todo, los numerosos lagos que permiten multitud de actividades, especialmente la pesca. Pueden destacarse el Parque Nacional Voyagers, famoso entre los pescadores, o las cascadas Minnehaha, en el río Mississippi. a su vez, este río, junto con otros como el Missouri, el Des Moines o el arkan-
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sas, se encuentra entre los principales atractivos naturales-culturales de los estados más meridionales del Medio Oeste que tocan en mayor o menor medida, caso de Iowa, Missouri o arkansas. Otro de los conjuntos naturales importantes para el turismo es la Meseta Ozark, entre Missouri y arkansas, donde se combinan desde atractivos puramente ambientales (Ozark National Scenic riverways of adventure, en Missouri) con recreaciones de carácter temático de los asentamientos de los pioneros y los pobladores nativos (Ozark Folk Center, en arkansas). Posiblemente sea arkansas el estado meridional del Medio Oeste que acoja los espacios protegidos más populares, como el paisaje de colinas cubiertas de bosques, valles, lagos y cálidas aguas termales del Parque Nacional de Hot Spring, con el enclave turístico del mismo nombre; o el Parque estatal del Cráter de los Diamantes en Murfreesboro, donde los visitantes pueden quedarse con los diamantes que encuentren en sus paseos. en cuanto a los recursos culturales destacan, como en otros lugares de estados Unidos, los restos o parques temáticos ligados a la historia reciente del país, como la vida de los pobladores nativos y de los primeros colonos blancos. en un somero recorrido de norte a sur pueden destacarse el Frontier Willae & World’s Largest Buffalo y el Knife river Indian Village National Historic, en Dakota del Norte y del Sur respectivamente; el Grand Portage National Monument a orillas del lago Superior en Minnesota, que conserva una antigua empalizada y diversos senderos empleados por los indios y los primeros pobladores franceses; el Harold Warp Pioneer Village en Minden, Nebraska, un museo al aire libre que reconstruye un poblado de pioneros; Dodge City, en Kansas, en donde se recrea la historia del salvaje oeste en su histórica Front Street; o el National Cowboy Hall of Fame y el Western Heritage Center de Oklahoma City. Sin olvidar el cientos de veces fotografiado y filmado Monte rushmore en Black Hills, Dakota del Sur, en el que se encuentran labradas las gigantescas figuras de cuatro presidentes estadounidenses. en relación al turismo urbano, tanto en sus aspectos culturales como económicos, no alcanza la importancia que en otras zonas de estados Unidos al no existir ni las grandes aglomeraciones ni los centros industriales o financieros de las costas atlántica o pacífica. Puede destacarse la aglomeración popularmente conocida como twin Cities en Minnesota (formada por Minneapolis y Saint Paul, capital del estado),
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importante centro económico que cuenta además con una variada oferta de teatros, parques temáticos y museos de arte y tradiciones populares; y, en Missouri, Saint Louis, con su famoso arco de entrada convertido en uno de los hitos arquitectónicos y de ingeniería más conocidos de Norteamérica, o Kansas City, vinculada a dos importantes figuras de la cultura y la política estadounidense: Mark twain y Harry S. truman.
8.5. El entorno de los Grandes Lagos Desde un punto de vista físico, esta gran región se sitúa en la zona de contacto de dos grandes conjuntos morfoestructurales ya analizados al menos en parte: el escudo Canadiense, al norte, y las grandes Llanuras Centrales, al sur. Las condiciones climáticas vienen presididas por la continentalidad, cuyos rasgos extremos se ven acentuados por la facilidad de avance de las masas de aire polares y tropicales de carácter continental que trae consigo la disposición meridiana del relieve, traducida en frecuentes olas de frío y calor (cuadro 8.5 y figura 8.12).
se sitúan las ciudades más importantes: toronto, la más poblada del país; y Ottawa, la capital estatal. Desde el punto de vista turístico Ottawa y toronto son los principales destinos y centros urbanos. Mientras el primero despliega una floreciente vida cultural y dispone de museos y del Centro Nacional de las artes (un complejo de teatros, salas de conciertos y galerías de arte), el segundo es una ciudad más cosmopolita con buenas áreas comerciales, ofertas de ocio y cultura, y cuidados parques. Junto a éstos puede destacarse la ciudad de Stratford, sede de uno de los mejores festivales en honor a Shakespeare del mundo. al igual que muchas otras capitales, Ottawa reúne buena parte de los edificios gubernamentales, entre los que destaca el Parlamento sobre la colina de su mismo nombre, custodiado por miembros de la Policía Montada del Canadá que realizan un cambio de guardia tan atrayente como el británico. toronto, por su parte, ofrece como una de sus principales atracciones turísticas la torre CN, una gigantesca estructura autosustentada, deportes de invierno, museos y exposiciones, sin olvidar el hecho de que es la sede de un importante Festival de Cine de reconocido prestigio. el St. Lawrence Hall, la casa
CUADRO 8.5 División funcional del entorno de los Grandes Lagos Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Ontario
Muy variable, desde intensivo hasta turismo no masivo en el interior. Fundamentalmente doméstico
Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo cultural Turismo urbano
Grandes Lagos
Turismo no masivo, salvo enclaves consolidados, turismo doméstico prioritariamente
Turismo urbano Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo cultural
8.5.1. Ontario Ontario es la provincia más poblada de Canadá, si bien la distribución de la población es muy desigual. La mayor parte se asienta en la zona más meridional, en una especie de península triangular formada por los lagos Hurón, erie y Ontario que ocupa sólo un 10% de la superficie provincial, pero en la que
Mackenzie y la Casa Loma, un castillo construido en 1911, son otras interesantes atracciones. en las proximidades de toronto, Marineland, Game Farm y Canadas’s Worderland ofrecen posibilidades de entretenimiento para toda la familia, y Ontario Place, un complejo de edificios y parques, lagunas y vías acuáticas, pubs y restaurantes, se ha convertido en un destino veraniego muy popular.
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Capítulo 8: América del Norte
FIGURA 8.12. El espacio turístico del entorno de los Grandes Lagos.
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en cuanto al mayor recurso turístico natural de Ontario son, sin duda alguna, las cataratas del Niágara, que en la frontera entre Canadá y estados Unidos forman un sistema de dos cascadas: la isla de Goat separa las cataratas estadounidenses de las cataratas Horseshoe de Ontario, que se despeñan 48 m y tienen 762 m de anchura. a las cataratas del Niágara se suman dos pequeños Parques Nacionales (el de las Islas de la Bahía Georgian y Punta Pelée, un lugar mundialmente famoso por la migración de pájaros) en la mitad meridional de la provincia.
8.5.2. Los Grandes Lagos estadounidenses La región de los Grandes Lagos ha sido y es el centro de la industria automovilística de estados Unidos, y desde principios de siglo su prosperidad se ha vinculado a las grandes fortunas del sector. Se estimuló la producción de hierro y acero para satisfacer la demanda de esta industria, pero en los años setenta, la recesión interna, la competencia extranjera en el sector automovilístico, la degradación del medio ambiente y la decadencia de las industrias cárnicas, centradas en Chicago, forzaron a estos estados a diversificar su producción. en los últimos años se está produciendo la recuperación económica de la zona, con la creación de nuevas industrias electrónicas, de servicios y financieras. en el estado de Illinois el principal destino turístico es la ciudad de Chicago, que ofrece desde playas a orillas del lago Michigan, parques y marinas, hasta la torre Sears, uno de los edificios más altos del mundo. además, como cabe esperar de una gran ciudad plurifuncional como Chicago, a un ambiente cosmopolita reflejado en sus numerosos barrios “étnicos” une una amplia oferta cultural y de ocio, de entre la que pueden destacarse: el acuario John G. Shedd, uno de los mayores a escala mundial; el planetario adler; el Instituto de las artes de Chicago, que alberga una de las mejores colecciones de pintura impresionista francesa; el Museo de Historia Nacional; y el Museo de la Ciencia y la Industria. Si dejamos Chicago para trasladarnos a la capital del estado, Springfield, nos encontraremos con un variado repertorio de recursos de tipo histórico vinculados a la memoria de una figura clave en el pasado reciente de estados Unidos, Lincoln, que aquí nació y pronunció su famoso discurso “House Divided”. entre los lugares que pueden visitarse destacan el Sitio
de Interés Histórico del Hogar Natal de Lincoln o el Parque estatal que alberga su tumba. Indiana tiene sus recursos turísticos distribuidos de una forma bastante dispersa a lo largo y ancho de todo el estado. en el norte, a orillas del lago Michigan, entre Gary y Michigan City, el Indiana Dunes National Lakeshore constituye un espacio natural protegido caracterizado por la presencia de dunas, playas, árboles y arbustos, refugio de numerosas especies de flora y fauna. en el centro del estado, la capital Indianápolis, además de poseer uno de los circuitos de Fórmula 1 más conocidos del mundo, el “Brickyard”, ofrece al visitante la posibilidad de recorrer diversos monumentos de interés vinculados a la historia reciente del estado. en el sur del estado se sitúa otro conjunto de recursos naturales e históricos como son: la cueva Wyandotte, una espectacular cueva que se distribuye en cinco niveles y cuyo recorrido sobrepasa los 30 km de longitud; el Parque Histórico Nacional de George rogers Clark, que conmemora el papel del hombre que “conquistó el oeste” en la Guerra de la revolución; New Harmony, una ciudad utópica; y el Parque estatal de Spring Mill, que conserva un fuerte comercial restaurado de principios del siglo xIx. Los principales destinos turísticos de Michigan son las áreas urbanas de Detroit-Grand rapids y la región que se extiende al norte bordeando los lagos Hurón y Michigan. en Detroit puede visitarse uno de los parques zoológicos más atractivos del país, así como algunas plantas de montaje de automóviles como la Ford. el Instituto de artes de Detroit custodia una excelente colección de pintura flamenca y holandesa de los siglos xVII y xVIII. Greenfield Village y el Museo Henry Ford en Dearborn ofrecen una mezcla de museo histórico y parque recreativo al aire libre. La oferta turística de Grand rapids se centra básicamente alrededor de dos buenos museos. en la mitad septentrional del estado los recursos turísticos son fundamentalmente naturales: el Parque Nacional de la isla royale, el Pictured rocks National Lakeshore y el Sleeping Bear Dunes National Lakeshore. estos tres espacios protegidos ofrecen todo tipo de posibilidades para desarrollar actividades al aire libre: lagos, bosques, dunas, acantilados, restos glaciares y una rica fauna, especialmente aves. también la isla Mackinac, conocida como la “Bermuda del norte” y localizada en el estrecho entre los lagos Hurón y Michigan es un destino muy concurrido. Los automóviles están prohibidos en la isla, de modo que bicicletas, caballos y carruajes son el medio habitual
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de transporte usado para visitar atracciones como el viejo fuerte y los alojamientos indios. Ohio tiene sus recursos distribuidos por todo el estado. en el sur, Cincinnati reúne en Kings Island un conjunto de parques temáticos (Lion Country Safari, la tierra Feliz de Hanna-Barbera, Oktoberfest, Coney Island y rivertown) presididos por una réplica de la torre eiffel. también desde Cincinnati parten el Delta Queen y el Mississippi Queen, barcos que permiten realizar travesías a lo largo de los ríos Ohio y Mississippi. en la ciudad de Dayton, el aviation Hall of Fame ilustra la evolución de la historia de la aviación desde los hermanos Wright hasta las exploraciones espaciales. en el centro del estado, la capital Columbus acoge museos de historia, arqueología y ciencias naturales.
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8.6. Los Apalaches y la Costa Atlántica La escasa altitud de los apalaches, apenas superior a los 2.000 m en su punto culminante, el desgaste ocasionado por la erosión glaciar en su mitad norte y la incisión de la red hidrográfica actual, limitan su carácter de barrera para el desplazamiento, pese a lo cual se constituyeron hasta la independencia en la frontera de la colonización británica. Las abundantes y bien repartidas precipitaciones, siempre superiores a los mil milímetros, hacen posible una densa cobertera forestal, mucho mejor conservada que en las áreas circundantes, dominada por una gran variedad de especies caducifolias (cuadro 8.6 y figura 8.13).
CUADRO 8.6 División funcional del entorno de los Apalaches y la Costa Atlántica Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Québec
Turismo doméstico consolidado, puntualmente intenso. Flujos turísticos procedentes fundamentalmente del vecino Estados Unidos
Turismo urbano Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo cultural
Terranova y Labrador
Turismo no masivo de carácter nacional
Turismo de naturaleza Turismo deportivo
Provincias sudorientales de Canadá
Puntualmente intenso, turismo doméstico consolidado e internacional transfronterizo procedente de la vecina Nueva Inglaterra, en EEUU
Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo cultural
Nordeste de EEUU
Turismo masivo e intensivo, tanto internacional como doméstico y de proximidad con origen en la gran megalópolis de la costa Este. Turismo internacional muy consolidado. Turismo muy importante ligado a los negocios, congresos y convenciones. Problemas de sobrecarga en los espacios naturales
Turismo urbano Turismo cultural Turismo de negocios Turismo de convenciones y congresos Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo de compras Segundas residencias
La costa atlántica meridional de EEUU
Turismo doméstico consolidado, puntualmente intensivo
Turismo cultural Turismo de naturaleza Turismo urbano
Florida
Turismo masivo y no estacional de carácter doméstico y turismo de circuito internacional. Problemas de capacidad de carga en los ecosistemas existentes
Turismo de sol y playa Turismo deportivo Turismo de cruceros Turismo de naturaleza Turismo cultural
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FIGURA 8.13. El espacio turístico de los Apalaches y la Costa Atlántica.
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Capítulo 8: América del Norte
al este de los apalaches, la Llanura atlántica constituye una estrecha franja sedimentaria que se extiende latitudinalmente desde New Brunswick hasta Florida y la costa del golfo de México, donde, sin solución de continuidad, entra en contacto con las grandes Llanuras centrales o del Mississippi. esta gran unidad recibe una notable abundancia de precipitaciones, y experimenta una rápida alteración de las condiciones térmicas, pues mientras su mitad septentrional está afectada por un clima continental húmedo influido por la corriente fría del Labrador, con promedios invernales inferiores a los cero grados, la parte meridional presenta inviernos muy suaves (10-15º en enero), reflejo del efecto suavizador ejercido por la corriente del Golfo, en tanto los veranos son cálidos y lluviosos, con esporádicas llegadas de ciclones tropicales procedentes del Caribe.
8.6.1. Québec esta provincia canadiense se distingue claramente del resto del país por poseer una población francoparlante y un legado cultural de origen francés que le otorgan su peculiar idiosincrasia. Montreal, el principal centro urbano, ha sabido conservar parte de su pasado en sus calles adoquinadas y en los antiguos edificios del viejo Montreal. en cuanto a la moderna ciudad portuaria, que con el tiempo ha rodeado el antiguo casco histórico, es alegre y cosmopolita. aquí se encuentra el gigantesco estadio Olímpico y un enorme centro comercial subterráneo. Otras atracciones incluyen el centro cívico, construido en torno al tema “el hombre y su mundo” y que ha ido ampliándose desde la expo 67; el museo histórico del castillo de ramezay, que fue el cuartel general de las invasoras tropas americanas en 1775; la catedral de Nuestra Señora de Montreal, la segunda mayor iglesia de Norteamérica; Chinatown; el museo de Bellas artes; el planetario Dow; el parque Lafontaine y la isla de Santa Helena. La ciudad de Québec, que da nombre a la provincia, es la más antigua de Canadá, y ofrece al visitante su rico legado histórico. es la única ciudad amurallada en Norteamérica, con calles estrechas y empedradas que se retuercen ascendiendo desde la ciudad baja a orillas del río San Lorenzo hasta la ciudad alta. Su rica historia se refleja en la basílica de Nuestra Señora de Las Victorias, construida en 1688, el castillo de Frontenac, el convento de las Ursulinas,
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el seminario católico, los edificios del Parlamento, el museo provincial y el Bois de Coulange. Si nos alejamos de las áreas urbanas, las montañas Laurentinas (una región cubierta de lagos y bosques) son el recurso más popular para practicar la acampada, el excursionismo y los deportes acuáticos durante el verano, mientras que en invierno acogen a numerosos entusiastas del esquí. La península de Gaspé, donde se encuentran los montes de Notre Dame y los Chic-Choc, que son la estribación septentrional de los montes apalaches, ofrece sus ricos recursos vinculados a la vida salvaje: los bosques, las profundas gargantas y los espectaculares paisajes costeros.
8.6.2. Terranova y Labrador La isla de terranova y la península del Labrador suelen agruparse generalmente formando una única región. Se trata de la provincia más recientemente incorporada a Canadá, y presenta un amplio repertorio de recursos paisajísticos, culturales e históricos, además de enclaves idóneos para la práctica de la pesca, especialmente del salmón. Cuenta, además, con cierto número de parques nacionales (como por ejemplo el Parque Nacional Gros Morne, donde puede disfrutarse de lagos, cuevas, fiordos y numerosas especies de fauna salvaje como el oso pardo) y museos que subrayan su capacidad de atracción como destino del turismo cultural y de naturaleza. Los flujos turísticos urbanos se concentran fundamentalmente en el área de St. John, la capital y principal población de terranova. La calle Water, considerado el distrito de negocios más antiguo del continente, y Gilbert Hill, lugar donde los criminales convictos eran ajusticiados, son dos de las atracciones de la ciudad.
8.6.3. Las provincias sudorientales de Canadá este conjunto, integrado por New Brunswick, la isla del Príncipe eduardo y Nueva escocia, es un destino turístico muy popular entre los visitantes que proceden de la fronteriza Nueva Inglaterra, en estados Unidos. La región ofrece un pintoresco y atractivo litoral salpicado de pequeños pueblos de pescadores. Nueva escocia se distingue por poseer numerosos parques y atracciones culturales e históricas. es
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la región del país que mantiene un mayor tipismo, con una población que aún conserva sus trajes tradicionales escoceses y que acostumbra a tocar las gaitas en los días festivos. Halifax, capital y principal población, cuenta con un importante puerto histórico que ha sido restaurado, al que hay que sumar otros recursos histórico-culturales como la ruta de los Faros que discurre a lo largo de la costa desde Halifax a Yarmouth, y que ofrece la posibilidad de contemplar un rosario de pequeños pueblos costeros, puertos y, cómo no, faros. New Brunswick es popularmente conocida como la “provincia fotogénica”, de lo que se deduce que sus paisajes y recursos naturales son la principal atracción. Quizás su recurso más conocido sea la bahía de Fundy, con sus grandes mareas que avanzan y retroceden batiendo récords cada doce horas, y donde se encuentra el Parque Nacional de Fundy. en Moncton merece la pena contemplar el río Petitrodiac y la Magnetic Hill, y cerca de Moncton se encuentran las Hopewell rocks, gigantescas rocas esculpidas a lo largo de los años por la acción del mar y que sólo pueden ser exploradas durante la marea baja. Dentro de los destinos urbanos puede destacarse St. John, la ciudad más tempranamente incorporada al Imperio británico fuera de las Islas Británicas y que cuenta con numerosos atractivos históricos, entre los que se incluyen el museo de New Brunswick, el más antiguo museo público de Canadá, y la torre Martello, parte de un antiguo fuerte de la guerra de 1812. en cuanto a la isla del Príncipe eduardo es fundamentalmente un área rural, su principal núcleo urbano y capital, Charlottetown, no llega a los 20.000 habitantes. Los festivales del Bogavante y las playas de arena son sus principales atractivos.
8.6.4. El nordeste de Estados Unidos esta vasta zona es la más densamente poblada del país y una de las más visitadas por el turismo, tanto nacional (un 37,6% del turismo doméstico) como internacional; aunque del total regional, dos terceras partes de la actividad turística se centran en sólo tres estados: Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania. en este espacio encontramos, además, cuatro grandes ciudades que actúan como puerta de acceso a la región y al país: Boston, Nueva York, Filadelfia y Washington. Ciudades que integran el cinturón urbano conocido como la megalópolis, que se extiende desde
Boston a Washington a lo largo de unos 650 km de longitud aglutinando alrededor de 50 millones de habitantes. además, cuenta con excelentes infraestructuras de transporte, tanto para el tráfico por carretera como para las conexiones de tren y las líneas aéreas. Sin embargo, y en contraste con este espacio densamente poblado, la región disfruta de la proximidad de amplias extensiones de bosque en las montañas del norte de la cordillera de los apalaches. La popularidad de la región como destino turístico se debe en parte a la variedad de sus recursos: el clima, aunque no ideal para vivir y trabajar, ofrece posibilidades tanto para el turismo costero de verano como para la práctica de los deportes de invierno; los espacios rurales también proporcionan oportunidades para el excursionismo, la acampada, la navegación en canoa y muchos otros deportes al aire libre en verano; y, aunque estados Unidos es pobre en recursos históricos, los mejores ejemplos se sitúan precisamente en esta zona. Por último, la región es un floreciente centro de la cultura moderna y los negocios que presenta su mejor exponente en la ciudad de Nueva York. a fin de abordar más pormenorizadamente los recursos y potencialidades turísticas de este gran espacio lo subdividiremos en dos para un análisis a mayor escala. A) Nueva Inglaterra La zona conocida como Nueva Inglaterra (se incluyen aquí los estados de Maine, Vermont, Massachusetts, Connecticut, rhode Island y Nueva Hampshire), es una de las regiones más interesantes del nordeste de estados Unidos, especialmente desde el punto de vista histórico. tres siglos atrás, los primeros colonos puritanos ingleses ocuparon la zona, y su huella es todavía visible en los pintorescos pueblos y las casas revestidas de tablillas. Muchas de las antiguas granjas fueron abandonadas y hoy día son reutilizadas como residencias secundarias de verano o fin de semana por los habitantes de las grandes ciudades. además, el norte de Nueva Inglaterra es conocido por ser un espacio privilegiado para la práctica de deportes de invierno, especialmente las Green Mountains de Vermont (que rozan los 1.500 m de altitud) y las White Mountains de Nueva Hampshire (que se elevan hasta los 2.000 m de altitud); mientras en verano son un espacio privilegiado
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para el excursionismo y en otoño reciben la visita de los entusiastas del “Fall Foliage tours” que permite contemplar los espectaculares tonos de las masas de bosques caducifolios en el estado de Nueva Hampshire y Vermont. Durante el verano las costas de Maine, rocosas y profundamente recortadas, atraen a numerosos entusiastas de la vela, mientras pescadores, cazadores y los que practican la navegación en canoa se adentran por los ríos y extensiones boscosas del interior. aunque este tramo de la costa no conoce desarrollos turísticos tan intensos como sus vecinos meridionales, el Parque Nacional de acadia (situado en la isla de Mount Desert) está realmente saturado de visitantes durante los meses de julio y agosto, ya que a pesar de su pequeño tamaño es uno de los más populares de estados Unidos. Massachusetts, rhode Island y Connecticut presentan, por el contrario, características menos rurales que sus estados vecinos, ya que tanto la industria como el comercio juegan un papel fundamental en su economía. a diferencia de Maine, la costa es baja y arenosa, jalonada de numerosas playas entre las que destacan las de la península de cabo Cod. en esta última se localizan numerosos complejos turísticos, entre los que sobresale Hyannisport, asociado a una elite socioeconómica de propietarios de segundas residencias. De hecho, buena parte de las clases altas neoyorkinas poseen segundas residencias en estas costas, siempre situadas en caras y selectas urbanizaciones, con numerosas playas privadas que se mezclan a lo largo de la costa con destinos turísticos más populares. además, la costa está salpicada de muelles y puertos históricos, como los antiguos centros balleneros de Nantucket, New Bedford, Salem y Mystic; mientras que en Newport, rhode Island, se sitúa uno de los más famosos puertos deportivos en el que amarran numerosos yates. en cuanto a los destinos urbanos, Boston, capital de Massachusetts, se perfila como un puerto de primer orden y un importante centro económico, lo que genera significativos flujos de negocios. Pero, además, guarda importantes recursos culturales, y ha conseguido preservar un buen número de edificios de interés histórico-artístico asociados a la guerra de Independencia. B) El Atlántico Medio Sin duda alguna, de las muchas ciudades de la región, Nueva York destaca por derecho propio como
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la principal atracción para la mayoría de los turistas de ocio y de negocios. a pesar de no ser ni la capital del país ni la del estado, es la primera ciudad de estados Unidos sea cual sea el indicador que elijamos: es la más poblada, con 20 millones de habitantes residiendo en su área metropolitana, el principal centro comercial y financiero del país y del mundo, cuenta con el aeropuerto Kennedy como vía de acceso privilegiada para el tráfico extranjero, posee el mayor número de plazas hoteleras y es la primera sede de conferencias y encuentros internacionales a escala mundial. además, si bien no es la primera ciudad estadounidense en número de visitantes, sí que constituye la principal vía de acceso para el turismo extranjero y controla alrededor del 14% del total del gasto realizado, no en vano sus teatros, cines, museos, clubes de jazz, equipamientos para conferencias, etc. constituyen una tentadora oferta. La ciudad se levantó sobre una serie de islas y penínsulas unidas por numerosos puentes, túneles y ferries, algunos tan conocidos como el famoso puente de Brooklyn que une Manhattan y el distrito de su mismo nombre. el núcleo lo constituye la isla de Manhattan, una de las áreas urbanas más densamente pobladas del mundo y quizás la más cosmopolita y la que cuenta con un mayor número de grupos étnicos. entre Midtown Manhattan y el sur de Central Park se despliegan las principales atracciones turísticas para los visitantes extranjeros. entre éstas se cuentan los rascacielos, el distrito teatral de Broadway, las tiendas que se alinean a lo largo de la Quinta avenida y los mejores hoteles. en el Downtown, la parte más antigua de Nueva York situada en el extremo meridional de la isla, se localizan la Bolsa, Chinatown, Little Italy, y el barrio de los artistas de Greenwich Village, donde se pasa de las lujosas tiendas o cafeterías de última moda de Soho, al refugio de la bohemia en tribeca o el bastión de la “beat generation”, huppies y punks en east Village. en un radio que oscila entre los 15 y los 30 km de Manhattan se sitúan los tres aeropuertos que dan servicio a la ciudad: Newark, La Guardia y J.F. Kennedy, los dos últimos situados en Long Island, que a su vez cuenta con un buen número de excelentes playas (Jones Beach, Fire Island, etc.) a corta distancia en coche desde el centro de la ciudad. Si la llegada a Nueva York se realiza por vía marítima puede rememorarse la travesía geográfica y vital de cerca de 17 millones de inmigrantes cuyo punto de entrada era originalmente el Castle de Clinton en
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el extremo sur de la isla de Manhattan, hasta que en 1890 la isla de ellis se convierte en el principal centro de acogida para los inmigrantes. Cerca de la mitad de la población estadounidense transitó en su día por esta isla que ahora alberga el Museo de la Inmigración, escala obligada para el ferry que conduce a Liberty Island, donde se alza la estatua de la Libertad. Desde sus 93 metros de altura, la estatua de la Libertad, apodada the Lady por los neoyorkinos, protege la bahía mostrando la tierra prometida a los nuevos inmigrantes. regalo de Francia en 1886, esculpida por Bartholdi y con un armazón diseñado por eiffel, desde lo alto de su corona permite disfrutar de una magnífica panorámica de la bahía. en el corazón del Downtown se sitúa el barrio financiero de Wall Street, donde además de la ya mencionada Bolsa de Nueva York pueden visitarse el Federal Hall, antigua sede de las aduanas americanas que hoy alberga el museo de la Constitución, el Federal reserve Bank, la trinity Church, el impresionante equitable Building, rascacielos construido en 1915, las torres Gemelas, cada una de las cuales mide 409 m y que durante mucho tiempo fueron las más altas del mundo, y la capilla de Saint-Paul, única iglesia de Manhattan construida antes de la independencia. Las orillas del Hudson, antaño sin interés para los turistas, recobran hoy su atractivo gracias al World Financial Center. Bajo su inmensa bóveda de cristal y acero los amantes de las compras y paseantes pueden encontrar un jardín de invierno, y una gran variedad de tiendas y restaurantes. en el atrio diseñado por Cesar Pelli & associates se organizan espectáculos, conciertos y ballets gratuitos. el World Financial Center reúne un conjunto de oficinas que están relacionadas con World trade Center. en el centro de Manhattan o Midtown se alza la mítica flecha del empire State Building, cuya construcción comenzó semanas antes del famoso crack de la bolsa de 1929, y que con sus 443 m de granito y aluminio fue durante mucho tiempo el edificio más alto del mundo. Pero no es éste el único edificio digno de mención en la zona, otros que destacan por derecho propio son el MetLife Building, construido por la desaparecida compañía aérea Pan am, el Helmsey Building, el hotel Waldorf astoria, el Lever House, la estación ferroviaria de Grand Central terminal, o el complejo de cines y teatros que se concentran en times Square. en el extremo nordeste del Midtown se encuentra el barrio más exquisito de Nueva York, el Upper Midtown, con edificios que rivalizan en altura
y que fueron levantados para plasmar el éxito de sus propietarios, el rockefeller Center, la torre trump, el Sony Building, etc., sin olvidar la 5th avenida que ofrece una imagen estereotipada del lujo. el conjunto de museos que se extiende a lo largo de Central Park comienza con el conocido MOMa, museo de arte contemporáneo inaugurado en 1929. también en los alrededores de Central Park se encuentra el “Met” (Metropolitan Museum of art) que reúne alrededor de tres millones de obras en total cedidas, en su mayoría, por generosos mecenas americanos. el Solomon r. Guggenheim Museum está dedicado al arte contemporáneo, pero contrariamente al MOMa, la sorprendente arquitectura helicoidal del edificio de Frank L. Wright constituye la primera obra de arte del museo. Otros museos dignos de una visita detenida son la National academy of Desing, el Cooper-Hewitt Museum y el Whitney Museum, otra de las etapas obligatorias para los amantes del arte contemporáneo. el Central Park es el auténtico pulmón de la ciudad, se extiende sobre una superficie de 340 Ha de verdes praderas y colinas salpicadas de árboles y en su interior se encuentra el magnífico Museo de Historia Natural, el más grande del mundo en su disciplina, con 36 millones de piezas. al norte del parque se sitúa Harlem, un barrio cuya mala fama asusta a los turistas pero que cuenta con algunos recursos de reconocido prestigio, como las salas dedicadas al jazz y a la música negra americana en general; y a orillas del río Harlem el museo Cloisters, construido como anexo del Metropolitan Museum of art en 1938 para albergar auténticos claustros medievales europeos. al norte del estado, y fuera ya de los límites del área metropolitana, Nueva York disfruta de un amplio repertorio de recursos turísticos. Las Catskill Mountains en el noroeste son un enclave privilegiado para residencias de verano y para la práctica del esquí durante el invierno. Por el contrario, las montañas adirondacks en el nordeste están, por el momento, mucho menos desarrolladas desde el punto de vista turístico, con la excepción del Lake Placid, sede de los Juegos Olímpicos de invierno de 1980. además, el estado de Nueva York tiene dentro de sus límites los espectaculares lagos Finger y las cataratas del Niágara en la frontera con Canadá. aunque la orilla canadiense ofrece las mejores vistas y está más desarrollada desde el punto de vista turístico, la ciudad de Niágara Falls en la orilla estadounidense atraía más de diez millones de visitantes anuales a finales de la pasada década.
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Siguiendo la costa hacia el sur, y ya en el estado de Nueva Jersey, el principal centro turístico que encontramos es la ciudad de atlantic City, uno de los más antiguos destinos turísticos rescatado del declive tras la legalización del juego en 1978, y cuyos casinos reciben ahora tantos visitantes como los de Las Vegas. atlantic City era considerado a finales de la pasada década una de las cuatro ciudades más populares de estados Unidos, con un número estimado de visitantes que rondaba los 32 millones. La mayor parte de los clientes de los casinos llegan por carretera para estancias de un día, procedentes de un radio de 160 km. La ciudad (al igual que sucediera en muchos otros destinos turísticos del norte de europa en declive) ha intentado diversificar su oferta compitiendo como sede de conferencias y mejorando sus infraestructuras aeroportuarias para ampliar su ámbito de captación y su atractivo tanto de hombres de negocios como de clientes de los casinos. Filadelfia, en el estado de Pensilvania, es una de las más importantes ciudades del país, pero desde el punto de vista funcional es más un centro industrial que turístico. Sin embargo, cuenta con algunas atracciones como el Independence Hall y diversos testimonios de los primeros años de la historia de estados Unidos. en los últimos tiempos la dura competencia de ciudades como Baltimore, Nueva York y Washington han provocado su declive como sede de conferencias. Si nos adentramos en el interior rural del estado de Pensilvania, las montañas Poconos y allegheny ofrecen recursos y equipamientos para la caza, la pesca y la práctica del esquí; y en Gettysburg se encuentra uno de los más famosos campos de batalla de la Guerra Civil americana. Más al sur, la ciudad de Washington, fundada en 1802 como capital de los entonces recientemente independizados estados Unidos, es otro de los grandes destinos de la costa atlántica. el turismo es vital para su economía, ya que sólo el gobierno federal proporciona más empleos que este sector. De hecho, en número de visitantes supera a Nueva York, pero no así en el gasto medio por turista. el modelo urbanístico, uno de sus principales atractivos, responde a una estructura ortogonal de líneas espaciosas, con amplias avenidas y atractivos parques, edificios neoclásicos y espacios públicos especialmente cuidados. Su principal hito es el Mall, que se extiende desde el monumento a Washington hasta el Capitolio, donde tiene su sede el Congreso de
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estados Unidos. en las proximidades de este conjunto se sitúan otros importantes edificios públicos como la Casa Blanca, el museo Smithsonian y la National Gallery. tanto el gobierno federal como el resto de instituciones internacionales generan un importante volumen de viajes de negocios. Sin embargo, Washington carece de los equipamientos e infraestructuras para el ocio y el entretenimiento de Nueva York, lo que no impide que atraiga un importante turismo doméstico (92% del total) motivado por razones patrióticas y culturales, si bien un alto porcentaje son visitantes y no verdaderos turistas. además, con la creciente importancia que están adquiriendo los cercanos aeropuertos internacionales de Dulles y Baltimore como puerta de entrada al país, el número de turistas internacionales debería incrementarse. Washington es también un punto estratégico desde el que visitar otros recursos cercanos. en Virginia encontramos las montañas Blue ridge y el valle de Shenandoah, con el parque nacional homónimo, así como numerosos testimonios del pasado colonial entre los que se incluyen Williamsburg, la casa natal de George Washington y Mount Vernon, o el primer asentamiento inglés en Jamestown. rodeando totalmente al Distrito Federal está el estado de Maryland, que cuenta con destinos urbanos tan importantes como Baltimore o annapolis, con hermosos ejemplos de su pasado colonial. Finalmente, al este de la capital federal se hallan la bahía de Chesapeake y las playas de la península de Delaware, un importante destino balneario. Hacia el interior de este gran conjunto denominado atlántico Medio destacan los montes apalaches, como un importante destino ecoturístico, deportivo y de ocio, especialmente para el turismo nacional. al sur de la cordillera se encuentra el Parque Nacional de las Great Smoky Mountains, en tennessee, que actualmente está sufriendo serios problemas de capacidad de carga por la fuerte presión que sobre él ejercen los numerosos turistas. De hecho, se trata del parque nacional más popular y frecuentado de estados Unidos, que atraía anualmente a finales de la pasada década once millones de visitantes. Las diversas presas construidas por la autoridad del Valle del tennessee para producir energía eléctrica han dado lugar a un rosario de lagos que se han convertido en un recurso popular para la práctica de los deportes acuáticos y la pesca.
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8.6.5. La Costa Atlántica meridional Los estados situados al sur de la línea MasonDixon poseen una identidad cultural claramente diferenciada, que en fechas anteriores a la guerra de Secesión hundía sus raíces en la agricultura de plantación, y que hoy día se sigue expresando en la música popular y en un estilo de vida tradicional que los singulariza frente al resto del país. este legado del pasado, a menudo mitificado con una aureola de romanticismo, es parte importante del atractivo de la región como puede comprobarse en las ciudades portuarias de Charleston y Savannah, que han conservado gran parte de su tejido construido del siglo xVIII. Sin embargo, actualmente también encontramos zonas de gran crecimiento y que compiten por los flujos de turístico económico. así, ciudades como atlanta, Birmingham y Charlotte representan en la actualidad al dinámico “Nuevo Sur”, que con sus recientes desarrollos industriales contrasta con las bolsas de pobreza rural que todavía pueden encontrarse en estados vecinos como Mississippi y el sur de los apalaches. La costa de las Carolinas y de Georgia se caracteriza por varias islas en forma de barrera con playas caldeadas por la Corriente del Golfo. en algunas de ellas se han desarrollado complejos turísticos exclusivos, mientras que otras han sido preservadas como parques estatales o refugios de vida salvaje. en el interior, el paisaje de colinas cubiertas de bosque también ofrece numerosos equipamientos y recursos. Pinehurst, en Carolina del Norte, destaca como primer centro para la práctica del golf; y el lago Lanier, en Georgia, uno de los mayores embalses construidos, constituye ahora el enclave ideal para los deportes acuáticos. atlanta, reciente sede de unos Juegos Olímpicos, es el principal destino de conferencias del sudeste del país, con modernos hoteles y excelentes comunicaciones. Su aeropuerto es el segundo en tráfico doméstico tras el de Chicago, y su importancia dentro del tráfico internacional no deja de crecer.
8.6.6. Florida Florida, uno de los principales destinos a escala mundial, atrae todos los años alrededor de cuarenta millones de visitantes, y sus ingresos anuales superan los que recauda españa por turismo extranjero.
el 80% de los turistas que llegan a Florida son norteamericanos, principalmente procedentes de los estados al este de Mississippi, y de Canadá. De los visitantes extranjeros, el 40% procede los países latinoamericanos, mientras aproximadamente la mitad se desplaza desde europa. el medio de transporte utilizado se reparte por igual entre el automóvil privado y el avión, aunque este último es más utilizado durante el invierno mientras que el coche adquiere ventaja en los meses de verano. La península dispone de una buena infraestructura de carreteras conectada al sistema de autopistas interestatal. Los visitantes que llegan por carretera suelen permanecer en el norte de Florida, que es la zona más accesible por este medio de locomoción, mientras que los que lo hacen por avión frecuentan las áreas cercanas a los respectivos aeropuertos de llegada, si bien es muy común el alquiler de coches en el lugar de destino para desplazarse por la península. La costa del Golfo en el entorno del aeropuerto de tampa y la Costa de Oro, localizada en el extremo sur entre los aeropuertos de Miami y West Palm Beach, son claramente favorables a las llegadas por vía aérea. en cuanto a las modalidades de alojamiento, casi dos tercios se hospedan en complejos hoteleros y sólo un tercio en casa de amigos o familiares. Otras modalidades de alojamientos tienen escasa difusión. el parque hotelero se encuentra en permanente expansión, ya que debido a la ausencia de estacionalidad del destino las tasas de ocupación son muy altas durante todo el año (73%). el turismo de tránsito es mucho más modesto, aunque en modo alguno despreciable, no en vano, como se vio en capítulos anteriores, Miami es el principal puerto de embarque para los cruceros que visitan el Caribe. Uno de los motivos del éxito de Florida es, entre otros, su privilegiado clima subtropical que permite la llegada de turistas durante todo el año, aunque la temporada alta es invierno-primavera. en cuanto a los veranos son húmedos y lluviosos, con el riesgo de huracanes tropicales entre agosto y septiembre. el perfil litoral se caracteriza por la presencia de barras de arena cercanas a la costa y unidas a tierra firme por carreteras elevadas que cruzan las lagunas interiores, como por ejemplo Miami Beach y Fort Lauderdale que tienen más de 400 km de lagunas, ríos y canales en su orilla más cercana a tierra. esta morfología de costa baja con amplios humedales que ofrecen refugio a la vida salvaje es a su vez un gran atractivo turístico natural, especialmente los pantanos de
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Capítulo 8: América del Norte
Okefenokee en la frontera con Georgia y el Parque Nacional de los everglades en el sur. el extremo meridional de la península está rodeado por arrecifes de coral que constituyen la base del Parque Nacional Biscayne. en cuanto a los famosos cayos de Florida, se trata de un conjunto de islas coralinas unidas por una carretera (la Overseas Highway), que se alejan describiendo una curva desde el extremo sur de la península. este estado surgió como destino turístico de invierno para los americanos de clase alta en la última década del siglo xIx. Hacia 1920 se desarrollaron Palm Beach y Miami Beach sobre islas de barrera cercanas a la costa atlántica. en esta época el número de pensionistas que llegaban al estado, más la tasa de crecimiento de la propia Florida explicaban que su población estuviera creciendo a un ritmo tres veces superior al del resto del país. Desde los años cincuenta se siguió incrementando su capacidad de atracción, hasta convertirse en un destino turístico al alcance de la mayoría de los americanos. No obstante, el tercio meridional del estado todavía conserva su imagen de retiro de invierno para los estadounidenses del norte y los canadienses, lo que se traduce en precios de hotel reducidos durante los meses de verano. en el sudeste se han desarrollado una serie de complejos de vacaciones, entre los que destacan el exclusivo Palm Beach, Fort Lauderdale (conocido como la “Venecia de Florida” por sus marinas) y Miami Beach, que dispone de un centro de convenciones y concentra el mayor parque hotelero con alojamiento en altura, convirtiéndose en los últimos años en un paquete turístico muy popular entre los turistas del norte de europa. La ciudad de Miami es la principal urbe de Florida con dos millones de residentes y un aeropuerto que se ha convertido en la principal vía de entrada para el tráfico procedente del Caribe y Sudamérica, mientras que su puerto es el principal centro de salida de cruceros. al sur de Miami, los cayos de Florida ofrecen el entorno ideal para la práctica del submarinismo. Sin embargo, el desarrollo del turismo a gran escala en esta zona también ha generado graves problemas ambientales. Muchos complejos hoteleros se han levantado tan próximos al mar que las playas se han visto afectadas por la erosión, y gran parte de los mejores espacios naturales han sido adquiridos y urbanizados con destino a residencias privadas. Por si esto fuera poco, la creciente demanda de agua por parte de los habitantes del gran Miami está amena-
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zando el frágil y único ecosistema de los everglades, un conjunto de marismas de manglares e islotes donde encuentran refugio especies como caimanes, cocodrilos, mamíferos acuáticos en peligro de extinción como los manatíes y una gran variedad de pájaros. el sudoeste de Florida a lo largo del Golfo de México está mucho menos desarrollado, con la excepción del área de la bahía de tampa. Los más importantes destinos turísticos en esta zona son: St. Petersburg (la principal concentración de pensionistas de américa), Sarasota y Clearwater. Siguiendo en dirección sur se encuentran Naples y Fort Myers, que ofrecen alojamiento a precios más reducidos. el norte de la costa del Golfo solamente es un destino popular durante los meses de verano. en cuanto al centro de Florida, es la zona de más reciente y rápido crecimiento turístico de todo el estado, hecho que tiene su origen en la creación del parque temático de Disneyworld en 1971, a 24 km al sur de Orlando, seguido del centro epcot (the experimental Prototype Community of tomorrow) en 1982. actualmente integran un gigantesco complejo de tres parques temáticos (Magic Kingdom, the epcot Center y el parque temático de los estudios MGM de Disney) al que se unen dos parques acuáticos (river Country y typhoon Lagoon), un complejo de ocio, hoteles y un centro de conferencias, sobre una superficie aproximada de 11.200 Ha. el principal impacto lo ha acusado la cercana ciudad de Orlando, donde ha sido necesario construir un nuevo aeropuerto internacional para dar servicio al flujo de visitantes, si bien los turistas se reparten al 50% entre el automóvil privado y el avión. Finalmente, otros puntos de interés en el estado son las playas de la costa atlántica norte, muy aptas para la práctica del surf, siendo aquí el principal destino de los turistas Daytona Beach, especialmente entre los visitantes procedentes de Nueva York. también es un importante recurso el centro de investigación espacial de la NaSa en cabo Cañaveral.
8.7. El Golfo de México el amplio Golfo de México está dominado por la desembocadura del río Mississippi, que forma un espectacular delta. el Mississippi es el tercer río más largo del mundo, y acarrea más de mil millones de toneladas de sedimentos al año, creando llanuras aluviales de gran espesor. al oeste de la gran cuenca flu-
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vial del Mississippi se sitúa el gigantesco estado de texas, cuyo paisaje está formado por una serie de relieves escalonados que descienden de las montañas y altiplanicies del oeste y noroeste hacia la llanura costera del sudeste (cuadro 8.7 y figura 8.14).
jando meandros y formando áreas pantanosas. el río Mississippi conserva todavía su importancia como vía acuática, aunque los barcos de vapor movidos por grandes ruedas a popa ya sólo sobreviven como atracción turística.
CUADRO 8.7 División funcional del entorno del Golfo de México Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
El Profundo Sur
Turismo consolidado de carácter doméstico. Turismo no masivo de carácter internacional hacia determinados destinos urbanos
Turismo urbano Turismo de naturaleza Turismo fluvial Turismo cultural Turismo de sol y playa Turismo deportivo
Texas
Turismo no masivo, de carácter doméstico prioritariamente. Turismo fronterizo
Turismo urbano Turismo de naturaleza Turismo cultural Turismo deportivo
La historia y evolución reciente de esta gran región obliga a tratar por separado texas y los restantes tres estados. estos últimos han mantenido, junto con Georgia, una identidad y perspectiva diferentes durante toda la historia de estados Unidos. La derrota en la Guerra Civil (1861-1865) derivó en una pobreza crónica en los estados Confederados, y la subsiguiente liberación de cuatro millones de esclavos inició un conflicto que no se resolvió hasta los años sesenta, cuando el movimiento de Derechos Civiles puso fin a la segregación racial legal. Por su parte, texas fue española y luego mexicana, antes de convertirse en república independiente en 1836 e integrarse en estados Unidos en 1845. actualmente, aunque los recursos naturales, sobre todo el petróleo, todavía son la base de su economía, cuenta con industrias de alta tecnología y finanzas.
De los tres estados, Louisiana destaca por atesorar una rica cultura criolla francesa y cajún. Nueva Orleáns, reconocida como la cuna del jazz, es famosa por su Martes de Carnaval. además de ser uno de los principales puertos de estados Unidos, esta ciudad se ha convertido en una de las cinco más visitadas, tanto por el turismo doméstico como por el extranjero, que acude atraído, especialmente, por su pintoresco y antiguo barrio francés. No obstante, la política de diversificación explica que actualmente la industria turística también se apoye firmemente en el turismo de convenciones y en los acontecimientos deportivos. Otros destinos turísticos incluyen Natchez, en Mississippi, famosa por sus grandes mansiones de plantación anteriores a la guerra, y los destinos de sol y playa de Gulfport y Biloxi en el Golfo de México.
8.7.2. Texas 8.7.1. El Profundo Sur La región integrada por los estados que popularmente se agrupan bajo el calificativo de Profundo Sur (Louisiana, Mississippi y alabama) se caracteriza por ríos caudalosos y de curso lento que discurren dibu-
este enorme estado ofrece una amplia variedad de recursos turísticos que van desde la oferta cultural de sus ciudades a la posibilidad de practicar el turismo de naturaleza y aventura en sus numerosos parques nacionales.
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FIGURA 8.14. El espacio turístico del Golfo de México.
Capítulo 8: América del Norte
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Parte III: Las regiones turísticas
entre el primer grupo de destinos mencionados, la ciudad de Forth Worth-Dallas cuenta con el Museo de arte Occidental amon G. Carter; la plaza Dealey, lugar donde fue asesinado el presidente Kennedy y que ahora alberga un museo conmemorativo; el Centro de arte Bíblico; un popular parque temático denominado Six Flags Over texas; el Will rogers Memorial Center, que integra museos de arte, un planetario y el Museo de la Ciencia y la Historia; y el State Fair Park, que contiene una exposición permanente en la que se reúnen museos de ciencias, arte e historia. Houston, por su parte, cuenta con astroworld, un parque temático; el San Jacinto Battleground Park, donde Sam Houston conquistó la independencia para texas; el centro espacial de la NaSa/Lyndon B. Johnson; y dos parques históricos, el allen’s Landing Park y Old Market Square. respecto a los arriba mencionados recursos naturales, al sur, en el Gulf Padre Island National Seashore se localiza un conjunto de islas de barrera, formadas por arena y vegetación móviles, que se extienden a lo largo de 80 millas y que constituyen un destino muy popular para la práctica de la pesca y la natación. al oeste del río Grande se encuentra el Parque Nacional Big Bend, un ecosistema integrado por la flora y la fauna de los desiertos del sudoeste. en cuanto a los recursos histórico-culturales, el Chamizal National Memorial en el Paso conmemora la fijación de una frontera disputada con México, mientras que el Álamo, en San antonio, es el más famoso campo de batalla en la lucha por la independencia de texas.
8.8. México México es uno de los líderes del turismo internacional receptivo con casi veinte millones de entradas a finales de los años noventa. esta posición de privilegio se fundamenta en una variadísima oferta de productos turísticos, desde el más clásico de sol y playa en multitud de centros vacacionales hasta el de naturaleza o de compras en la frontera norte; pasando por el aprovechamiento de un enorme patrimonio monumental y cultural fruto de una de las historias más ricas y complejas de américa. esta importancia del turismo, así como la variedad de sus recursos, supone que en México encontremos varias zonas de gran peso turístico, frente a la dualidad entre enormes concentraciones y grandes vacíos de otros países en vías de desarrollo.
Pero la explicación última a su importante desarrollo y al predominio de unos productos sobre otros, hay que buscarla en gran medida en la labor planificadora e impulsora que el estado mexicano puso en marcha desde los años sesenta con el fin de captar divisas, generar empleo y estimular el crecimiento en zonas con un menor desarrollo económico relativo. Con este fin se crearon varios organismos que en los setenta dieron lugar a FONatUr (Fondo Nacional de Fomento al turismo), al cual se le asignaron desde funciones de fomento y financiación de iniciativas turísticas hasta el desarrollo de infraestructuras básicas e incluso la construcción de alojamientos (acerenza, 1999). en un principio, este esfuerzo planificador e inversor se dirigió exclusivamente hacia el turismo de sol y playa, apareciendo una serie de núcleos ex novo planificados íntegramente: Huatulco, Los Cabos, Loreto, Ixtapa-Zihuatanejo, y el más conocido de todos, Cancún. el resultado es que en México se produce una clara dualidad en producto y especialización dentro del turismo litoral entre los centros de FONatUr arriba citados, fruto de una concepción unitaria desde el punto de vista económico y espacial, y los que surgieron de forma tradicional, como por ejemplo acapulco, Puerto Vallarta, Mazatlán, Cozumel o Veracruz. Los centros tradicionales, que fueron apareciendo a partir de iniciativas dispersas y prolongadas en el tiempo, atraen a un altísimo porcentaje del turismo nacional de sol y playa, mientras que los planificados están más especializados en el turismo internacional en gran medida a partir de paquetes de grandes touroperadores, captando sólo un bajo número de los movimientos internos (el 5,4%). también existen diferencias en la oferta de alojamiento, más elevada y dispersa en los tradicionales pero con una tasa de ocupación significativamente más baja que en sus competidores (Poder ejecutivo Federal estados Unidos de México, 1995). Otro sector importante, procedente casi en exclusiva de estados Unidos es, como ya se comentó en el capítulo 5, el turismo de crucero. México era a mediados de los noventa el segundo gran destino del mundo con una cuota de mercado del 15% (rodríguez Cantón, 1995). Los aproximadamente 2.250.000 pasajeros en crucero que recibió en 1997 se dirigieron sobre todo a la zona de la península del Yucatán (Cozumel, Cancún, Isla Mujeres, etc.) como una parada más dentro de la ruta del Caribe, pero también son importantes
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Capítulo 8: América del Norte
los destinos del Pacífico como acapulco, Puerto Vallarta, Los Cabos o ensenada para los cruceros que tienen como origen la California estadounidense. en los últimos tiempos, en un intento de diversificar el turismo y ofrecer una mayor variedad de atractivos con el fin de diferenciarse de sus principales competidores, se están ofreciendo nuevos alicientes que tienen que ver sobre todo con lo natural o lo cultural, y que integran turísticamente territorios más amplios desde los núcleos litorales hacia el interior del país (cuadro 8.8 y figura 8.15).
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Los turistas y excursionistas que se concentran en los aproximadamente 160 km de ancho que según r. Burton (1997) forman esta zona, buscan principalmente las compras (bien sea de productos a menor precio que en estados Unidos o de artesanía y recuerdos), el juego, la animación nocturna y las visitas a familiares y amigos por parte de población estadounidense de origen mexicano. Y, por supuesto, un folclore más o menos banalizado para el consumo de turistas anglosajones en busca de exotismo cercano, como las corridas de toros, las charreadas
CUADRO 8.8 División funcional México Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Frontera Norte
Turismo de cercanías y excursionismo muy intenso procedente de EEUU
Turismo cultural Turismo de compras, juego y diversión
Península de Baja California
Turismo internacional en crecimiento, pero enclavado
Turismo del sol y playa Emergente turismo cultural y de naturaleza
Litoral Pacífico
Turismo nacional e internacional, intenso pero enclavado
Turismo de sol y playa Emergente turismo cultural y de naturaleza
Sierras y altas mesetas centrales
Turismo internacional y nacional intenso
Turismo cultural y monumental Turismo urbano Turismo de naturaleza emergente
Costa del Golfo de México
Turismo nacional e internacional poco intenso
Turismo de sol y playa Turismo cultural y de naturaleza
8.8.1. La Frontera Norte México recibió en 1997 más de setenta millones de excursionistas internacionales, la mayoría en la extensa frontera norte con estados Unidos, que generaron unos ingresos cercanos a los dos mil millones de dólares. Si a éstos les sumamos una gran cantidad de verdaderos turistas procedentes del vecino del norte, pero que por su corto tiempo de estancia (menos de tres días) y por desplazarse con automóviles no penetran mucho en territorio mexicano, nos encontramos con que una extensa banda del norte del país se constituye como una zona turística cuya indudable personalidad se fundamenta en factores socioeconómicos y políticos más que en los naturales y/o culturales.
(rodeos), carreras de caballos, mercados populares, etcétera. Se trata de un turismo claramente urbano centrado en aquellas ciudades que son puesto fronterizo, entre las que destacan tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, agua Prieta, Nuevo Laredo o reynosa. La más importante de todas, por su cercanía a los grandes núcleos de la California estadounidense, es tijuana, pero también pueden destacarse Mexicali o Ciudad Juárez, junto a la localidad texana de el Paso. La enorme importancia de este segmento excursionista, tanto por el gran volumen de visitantes como por su alto nivel de gasto, conlleva la consideración específica de la frontera por parte del gobierno mexicano como zona susceptible de planificación turísti-
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 8.15. El espacio turístico de México.
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Capítulo 8: América del Norte
ca, a un nivel similar al de los destinos litorales ya mencionados. Destacan proyectos como el denominado Programa Frontera Norte, que intenta entre otras cosas remodelar la imagen urbana de las ciudades conservando la identidad mexicana frente a la homogeneización y la banalización de las ciudades fronterizas; o el Programa Paisano, para fomentar la realización y la venta de artesanía de calidad (Poder ejecutivo Federal estados Unidos de México, 1995). De todos modos, la principal preocupación es conseguir la transformación de parte de estos excursionistas en verdaderos turistas, integrando las ciudades y los destinos estrictamente fronterizos con el resto del espacio regional, a través de corredores que articulen recursos más diversos como los espacios protegidos o el patrimonio monumental.
8.8.2. La península de Baja California La península de California, la Baja como también es conocida, es una estrecha lengua de tierra de más de 1.200 km de longitud que separa el Pacífico del Golfo de California o Mar de Cortés. De manera general es una zona muy cálida y desértica, sin embargo se encuentran diferencias climáticas importantes derivadas de la latitud, con un sur de clima más cercano al tropical al situarse sobre el trópico de Cáncer, y unas zonas litorales más húmedas y de temperaturas más agradables por la influencia moderadora que impone la corriente de California. De todas formas, y a pesar de estas diferencias, la temporada climáticamente más favorable para la visita es el invierno. Hasta hace relativamente poco tiempo, el único turismo existente en la Baja, dividida a su vez en los estados de Baja California Norte y Baja California Sur a partir del paralelo 28, era el de litoral, procedente en gran medida del estado homónimo de estados Unidos. en cuanto a los recursos culturales y monumentales, son mucho más escasos que en el resto de México, al haber sido una zona tradicionalmente poco poblada. al igual que en otras zonas costeras, existe una clara dualidad entre los núcleos turísticos litorales tradicionales y los planificados integralmente. La mayor parte del turismo estadounidense accede por carretera a partir de tijuana o Mexicali, con lo que dada la configuración geográfica de la península, con más de 1.000 km longitudinales, los centros tradicionales se situaron preferentemente en las zonas septentriona-
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les fácilmente accesibles desde la frontera, como por ejemplo ensenada o rosarito. en la parte meridional, tan sólo La Paz, capital de la Baja California Sur, derivó de un antiguo asentamiento a resort turístico de cierta importancia. Por el contrario, y con el fin de difundir espacialmente el turismo, los núcleos planificados integralmente por FONatUr se situaron al sur de la península y accesibles por autopista; caso de Loreto, en el cálido Mar de Cortés, o Los Cabos, en la confluencia de éste con el océano Pacífico. en los últimos tiempos, siguiendo la tónica general de todo el país, la Baja California está diversificando su turismo, ofreciendo importantes recursos naturales como sus paisajes desérticos, con los espectaculares cactos candelabro, o de montaña (Sierra Juárez, Sierra San Pedro Mártir, Sierra la Giganta) con numerosos parques nacionales; así como algunos recursos culturales como la misión de San Fernando, fundada por Fray Junípero Serra. Sin embargo, las nuevas estrellas turísticas de la Baja California son sin duda las ballenas, que llegan a la costa del Pacífico y del Mar de Cortés en invierno, con lo que lugares como la Laguna Ojo de Liebre o el Parque Natural San Ignacio se han convertido en destinos emblemáticos para los ecoturistas.
8.8.3. El litoral Pacífico Desde el punto de vista climático hay que diferenciar dos zonas. en la mitad septentrional, que al igual que casi toda la península de California está situada al norte del trópico de Cáncer, el clima es muy caluroso y seco durante todo el año. en realidad se trata de la continuación de las zonas desérticas de California, aunque evidentemente las temperaturas se moderan hacia el litoral. en esta zona, formada por la costa del enorme estado de Sonora y la mitad septentrional del de Sinaloa, el desarrollo del turismo litoral es escaso. tan sólo pueden destacarse Bahía Kino y el pueblo de Guaymas, aunque con una capacidad de alojamiento y unos flujos en absoluto comparables a los del sur o a algunos de la Baja California. Por el contrario, al descender latitudinalmente, y sobre todo al sur del trópico de Cáncer, el clima va adquiriendo características tropicales, aumentando la humedad hasta aparecer una estación claramente lluviosa y disminuyendo las temperaturas medias respecto al norte. el período de lluvias es el verano, aun-
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Parte III: Las regiones turísticas
que no alcanzan gran intensidad en la mayor parte de la zona, mientras que el invierno es la estación seca, que se convierte en la ideal para el turismo de sol y playa y deportes acuáticos. el resultado ha sido la tradicional existencia de un importante sector de turismo nacional, pero también internacional de invernada cuando en los emisores industrializados del norte (estados Unidos y Canadá principalmente, pero también europa) las condiciones climáticas no son favorables para el turismo de playa. es en este tramo entre el trópico de Cáncer y el istmo de tehuantepec donde se encuentran los más importantes núcleos turísticos de litoral del Pacífico. empezando desde el norte, pueden destacarse Mazatlán (Sinaloa), San Blas (Nayarit), Puerto Vallarta (Jalisco), Manzanillo (Colima), Ixtapa-Zihuatanejo, acapulco (Guerrero), Puerto escondido, Puerto Ángel y Huatulco (Oxaca). entre estos núcleos existen grandes diferencias en su nivel de desarrollo, y consecuentemente en su tamaño, configuración urbana y en el paisaje y atractivos que ofrecen. encontramos desde pueblos de pescadores que han ido evolucionando hacia centros turísticos, pero que a pesar de la construcción de grandes hoteles mantienen un cierto tipismo, hasta núcleos turísticos de enorme desarrollo y en los que domina claramente la infraestructura y la edificación turística, como Mazatlán y especialmente acapulco. acapulco ha sido durante mucho tiempo el núcleo litoral más importante de México. Cuenta con una gran capacidad de alojamiento que se manifiesta claramente por la concentración de edificaciones en altura a lo largo de toda la línea litoral, con la más alta tasa de ocupación turística de todo el país. Destacan sus magníficas playas, aptas para cualquier actividad acuática y náutica; o la zona de La Quebrada, un alto acantilado desde el que los saltadores se lanzan al mar, y que constituye uno de los más famosos signos de identidad de la ciudad. acoge un turismo mayoritariamente nacional en gran medida procedente de la capital, relativamente cercana y directamente unida con acapulco por una autopista. Pero al igual que sucedía en la Baja California, la mayor diferencia en la ocupación turística y en las características de los centros vacacionales estriba en la distinción entre núcleos tradicionales y aquellos planificados integralmente por la administración turística. en este tramo litoral encontramos dos ejemplos de núcleos planificados: Ixtapa-Zihuatanejo y el proyecto más reciente, Huatulco.
8.8.4. Sierras y altas mesetas centrales este enorme conjunto, que ocupa la mayor parte del país hasta la depresión del río Balsas y el istmo de tehuantepec, se encuentra claramente dominado desde el punto de vista físico por la altitud. La Sierra Madre Occidental y la Oriental, continuación respectivamente de la Sierra Nevada y las rocosas en estados Unidos, se van juntando hacia el sur hasta interrumpirse en el gran eje volcánico que de costa a costa separa el altiplano de la citada depresión del río Balsas, una serie de cuencas de escasa altitud y clima árido y seco con escasa población. ambos sistemas montañosos, que superan los 3.000 m y caen bruscamente hacia el Pacífico y el Golfo de México, encierran un altiplano formado sobre materiales volcánicos cuya altitud se sitúa entre los 1.500 y los 2.500 m, pero que alcanza alturas superiores a los 5.000 m en algunos volcanes del sur (Popocatepelt, Iztaccíhuatl, Pico de Orizaba, etc.). a partir de aquí, y en el límite con Centroamérica, las sierras se van estrechando hasta desaparecer (Méndez y Molinero, 1998). en todo este conjunto, gran parte del cual se encuentra situado en la zona tropical, la altitud es junto con la latitud una variable de vital importancia para la caracterización del clima. Se sitúa casi en su totalidad en las denominadas tierras frías por encima de los 1.500-1.800 m, con temperaturas medias inferiores a los 15º C, días cálidos y soleados y noches frescas. Sin embargo, las precipitaciones también disminuyen respecto a las zonas tropicales costeras, alcanzándose los mínimos en el altiplano septentrional (desértico o subdesértico) que van aumentando a medida que nos desplazamos hacia el sur. estas condiciones físicas hicieron de la zona sur del altiplano la más apta históricamente para el asentamiento de la población, como lo demuestra el que allí se localizasen algunas de las más importantes culturas precolombinas (la azteca especialmente) y fuese el centro de la colonización española; y que hoy presente las mayores densidades demográficas y sea asiento de gran parte de las principales ciudades (Ciudad de México, Guadalajara, Puebla, San Luis de Potosí, etc.). el resultado de este proceso es que actualmente se concentran aquí los más importantes recursos culturales y monumentales del país tanto de época precolombina (exceptuando las ruinas mayas del Yucatán) como de las posteriores, los mejores museos y por supuesto los principales centros económicos y de poder, con lo que también atrae la
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Capítulo 8: América del Norte
mayor parte del turismo de negocios que se dirige a México. en el altiplano se encuentran dos de los tres núcleos de población que la administración mexicana incluye en el segmento de grandes ciudades: Ciudad de México y Guadalajara. La capital es la ciudad más grande del mundo, y también una de las más contaminadas, y acoge en su interior tanto las instituciones como los principales centros de poder del país. este hecho la convierte en un significativo receptor de turismo de negocios y administrativo, amén de ser la puerta de entrada para gran parte de los turistas que acceden a México en avión. además, muchos de los más visitados y variados recursos turísticos del altiplano central, como centros arqueológicos (teotihuacán, teotenango, tula), ciudades coloniales (Puebla, Cuernavaca) o zonas naturales y espacios protegidos (Popocatepelt, Parque Nacional del Nevado de toluca) se encuentran relativamente cerca de la capital, por lo que pueden ser visitados desde ésta en forma de day-trip. Sin embargo, las principales motivaciones para la visita a Ciudad de México no hay que buscarlas ni en su poder económico (la mayor parte de los visitantes extranjeros son de placer) ni en sus alrededores, sino que en sí misma es un importantísimo destino cultural de ámbito internacional. Construida sobre la laguna en que se alzaba tenochtitlán, capital azteca, la ciudad actual cuenta con zonas arqueológicas de esta cultura como el templo Mayor, edificios coloniales como la Catedral o el Palacio Nacional, espacios urbanos como el Zócalo y sus alrededores o el Paseo de la reforma, jardines como los flotantes de xochimilco o el Bosque de Chapultepec, grandes centros de peregrinación como la Basílica de Guadalupe e importantes museos entre los que destacan el antropológico. amén de su ambiente y vitalidad, que la convierten en una especie de compendio de todo el país. el resultado es que el Distrito Federal se ha consagrado como el principal destino de México junto con Cancún para el turismo internacional. Sin embargo, no por ello hay que dejar de señalar algunos problemas importantes, derivados principalmente de su tamaño, contaminación, ruido, problemas de transporte e inseguridad. La segunda gran ciudad del altiplano y del país es Guadalajara, capital del estado de Jalisco del que proceden gran parte de los símbolos con los que se identifica a México: mariachis, charrería, bailes popula-
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res, tequila, etc. aunque evidentemente a menor escala que la capital, sus más de dos millones de habitantes y su importancia como centro cultural, económico y de comunicaciones de la zona oeste la convierten en un significativo foco de atracción. el segundo gran factor de atracción turística de esta zona es el integrado en el Programa de Ciudades Coloniales, gran parte de las cuales se encuentran, por las razones arriba señaladas, en el altiplano central. entre otras muchas, en la zona sur de las tierras elevadas pueden citarse Puebla, la cuarta ciudad del país y uno de los más interesantes núcleos de arquitectura colonial, prácticamente unida a Cholula, otro importante centro colonial y arqueológico; Morelia, la capital del estado de Michoacan, con una de las mejores catedrales del país; San Miguel de allende, otra de las joyas coloniales, situada en un valle del montañoso estado de Guanajuato, lo que le confiere un trazado urbano en el que destacan las callejuelas que serpentean colina abajo; Cuernavaca, que por su clima se ha convertido en un centro de turismo de cercanías y segunda residencia para los habitantes de Ciudad de México; o Guanajuato, hoy monumento histórico nacional y antaño una de las ciudades más ricas de américa por sus minas de plata. el tercer gran recurso de las tierras altas son los vestigios monumentales y arqueológicos de las culturas precolombinas. Sin duda, el más importante es teotihuacán, “el lugar donde los hombres se hicieron dioses”, ciudad sagrada de los aztecas pero que antes había estado dominada por otras culturas, como los toltecas. Se trata de un enorme conjunto arqueológico (el único que puede rivalizar con los restos mayas del istmo centroamericano) muy cercano a la capital, en el que destacan las pirámides como las de la Luna y el Sol, La Ciudadela o el templo de Quetzalcóatl. Pero los centros arqueológicos mexicanos de importancia turística pueden contarse por docenas. entre otros, podrían citarse los de xochicalco (Morelos), con la Pirámide de las Serpientes emplumadas; tula (Hidalgo), capital ceremonial de los toltecas, donde destacan las figuras de los atlantes de más de cuatro metros de altura; o las muchas que pueden encontrarse en el estado de Oxaca, como Yagul, Mitla o Monte albán. el último gran recurso de las tierras altas es la naturaleza, que al igual que en otras zonas está siendo promocionada por el gobierno mexicano en su intento de diversificar recursos y destinos y aumentar los tiempos de estancia. Sin embargo, en la actualidad éste es un aliciente casi exclusivamente interno, aun cuando
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Parte III: Las regiones turísticas
se cuenten con atractivos de indudable interés para los ecoturistas: la Sierra Madre Oriental y Occidental, con sus paisajes forestales de abetos y pinos, los encajados cañones y las elevadas cumbres que parecen no tener fin; los volcanes del sur del altiplano, muchos de ellos por encima de los 5.000 m; los desiertos del norte, escenario de multitud de películas del oeste; el refugio de la Mariposa Monarca, símbolo del tratado de Libre Comercio, en el estado de Michoacán; o la Barranca del Cobre, un enorme cañón con inmensas cataratas recorrido por el ferrocarril Chihuahua Pacífico.
8.8.5. La Costa del Golfo de México Frente a la variación climática que se apreciaba en la costa del Pacífico, la del Golfo de México hasta tehuantepec es más homogénea. el clima es cálido y húmedo, influido por la corriente del Golfo, aunque va adquiriendo un carácter tropical más marcado a medida que se desciende en latitud. Los áridos desiertos del norte dejan así paso a la selva subtropical y tropical que domina ya en el estado de Veracruz, el más meridional antes del istmo. De hecho, la naturaleza, con junglas, volcanes, paisajes montañosos y grandes lagunas puede ser uno de los segmentos turísticos a potenciar en el futuro.
el litoral presenta también características que le acercan al tópico turístico al uso de las playas tropicales: largos cordones de arena salpicados de lagunas, palmeras, manglares, etc. Sin embargo, se trata de uno de los sectores costeros menos explotados turísticamente del país, a pesar de que la costa de Veracruz es la más cercana al Distrito Federal. De hecho, es la única gran zona litoral en la que no se ha situado ningún centro integralmente planificado. Si a esto le unimos su mayor lejanía de grandes núcleos de población estadounidense, el resultado es un escaso turismo litoral internacional y la inexistencia de grandes poblaciones especializadas como acapulco o Cancún. el turismo urbano alcanza su mayor expresión en Monterrey, la capital de Nuevo León y tercera ciudad del país, asentada en las vertientes de Sierra Madre Oriental; y en Veracruz, el histórico puerto que jugó un papel importantísimo en la conquista y colonización de México. en cuanto al cultural-monumental, y a pesar de que no existen zonas tan valoradas turísticamente como el entorno del Distrito Federal o el Yucatán, encontramos numerosos enclaves importantes como el tajín, con su famosa Pirámide de los Nichos; Zempoala, un centro ceremonial totanaca; o el Museo antropológico de Jalapa, considerado uno de los mejores de México.
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9 AMÉRICA DEL SUR Y CENTRAL Jordi Calabuig Tomás
El Istmo americano Antillas Las cuencas septentrionales de América del Sur Los Andes y la costa del Pacífico La región amazónica La cuenca del Paraná La región de La Plata Patagonia América Oriental
9.1 9.2 9.3 9.4 9.5 9.6 9.7 9.8 9.9
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Parte III: Las regiones turísticas
A diferencia de sus poderosos vecinos del norte (Estados Unidos, Canadá y México en menor medida), los países que integran esta vasta región se encuentran todos ellos en vías de desarrollo, aunque presentan realidades sociales y económicas muy diversas. Ello es especialmente cierto en los microestados antillanos, donde se dan los contrastes más espectaculares; países como Haití se encuentran en los niveles más bajos en los índices de bienestar, mientras Islas Vírgenes ofrece unos estándares muy elevados a sus habitantes, similares a los de los países más desarrollados, fruto de una economía centrada en el turismo. La mayor parte de los países que integran la región mantienen una notable importancia en la producción agropecuaria y extractiva, con una industria poco desarrollada, con la excepción de los países del Cono Sur y Brasil, que a pesar de la sangría de la deuda externa mantienen una dinámica importante de crecimiento industrial. Con todo, en la última década se dibuja una tendencia a la mejora y diversificación económica de la mayor parte de la región, una vez superado el mal endémico de las dictaduras, tan característico antaño en Latinoamérica. La cultura dominante, influida por las civilizaciones precolombinas y por la tradición ibérica y europea, ha hecho de la región una de las más urbanizadas de todo el mundo. Las condiciones climáticas y orográficas han ayudado al desarrollo de núcleos urbanos, algunos de importancia mundial. En las grandes ciudades de Sudamérica y Centroamérica la inmigración ha sobrepasado en las últimas décadas cualquier previsión y ordenación, y la población se hacina en barracas y favelas. São Paulo, Río de Janeiro, Ciudad de Guatemala, Lima, Caracas o Santafé de Bogotá son ejemplos de esta explosión demográfica urbana, y la mejor muestra de uno de los principales problemas con los que se enfrentan los países en vías de desarrollo. Las metrópolis del Cono Sur (Buenos Aires, Santiago, Córdoba o Montevideo), con un proceso expansionista anterior, manifiestan el carácter más homogéneamente desarrollado de Argentina, Chile y Uruguay. El continente americano sufrió un violento impacto cultural en el encuentro con los europeos que le valió la aniquilación de la mayor parte de culturas y grupos étnicos, destacando en la actualidad tan sólo grupos indígenas importantes en el Istmo, con los pueblos mayas, y en el Altiplano andino con los quechuas. Para el resto de culturas originarias
de América, tan sólo cabe hablar de grupos minoritarios, cuando no desaparecidos. La crisis demográfica de los nativos fue compensada con la emigración de europeos y africanos, éstos por la fuerza, con lo que en la mayoría de países americanos la cultura criolla es la dominante. Actualmente, la población afroamericana se ubica en toda la región caribeña, y en las costas atlántica y pacífica de América del sur, cerca de la zona ecuatorial. En este marco tan diverso, el turismo es una actividad económica estratégica y, para muchos de los países, la única alternativa de viabilidad económica a medio plazo. La figura 9.1 muestra cuál es la realidad del turismo internacional en la región. La comparación entre el conjunto de las Antillas y América del Sur deja muy claro que los usos actuales son muy favorables a las islas del Caribe. Pero tras largos años de conflictos políticos, la región en conjunto tiene unas expectativas de crecimiento turístico importantes, al ser percibida en los grandes mercados emisores como un territorio bastante seguro. Las características del turismo internacional en Sudamérica y Centroamérica tienen elementos que merecen destacarse: el turismo de proximidad, desde países fronterizos, es muy importante, excepto en las Antillas. Las figuras 9.2 y 9.3, referidas a Colombia y Argentina, son significativas en este sentido, pero es una tendencia general en la mayoría de ellos, y lo que justifica la importancia del turismo internacional en Uruguay, muy dependiente de Argentina. Otro factor importante con relación al turismo internacional es la caracterización, para la mayor parte de territorios, de la temporada alta en el invierno septentrional, lo que supone la eliminación de gran parte de los competidores durante ese período. Aunque no toda la región se encuentra en el hemisferio Sur, los territorios al norte del ecuador se ubican en áreas tropicales, con climas muy favorables en invierno. Con todo, en la mayoría de países, incluso en temporada baja, las condiciones ambientales son favorables para la práctica turística. A pesar de tratarse de países en vías de desarrollo, el comportamiento turístico de sus habitantes tiende a ser similar al de los grandes países desarrollados, con lo que el turismo doméstico es ciertamente importante. Así, son los países más poblados y con mayores estándares los que tienen un importante potencial de turismo doméstico, especialmente manifiesto en Argentina, Chile, Brasil o Venezuela. Incluso en los países menos desarrollados, el movimiento
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Capítulo 9: América del Sur y Central
FIGURA 9.1. Llegadas de turistas internacionales a América del Sur y Central. Fuente: OMT (1997).
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Parte III: Las regiones turísticas
Otros 31%
Ecuador 6% Venezuela 10%
Europa 13%
EUA 40%
FIGURA 9.2. Llegadas de turistas internacionales a Colombia. Fuente: OMT (1997).
Italia España 2% EUA 4% 8%
Otros 20%
Paraguay 8% Brasil 14%
Uruguay 30%
Chile 14%
FIGURA 9.3. Llegadas de turistas internacionales a Argentina. Fuente: OMT (1997).
de viajeros por turismo doméstico suele ser más importante que el de turismo internacional. Esta regla no se cumple, obviamente, en los muy turísticos países antillanos y en algunos del Istmo. El análisis de la región se ha realizado identificando unidades geográficamente homogéneas, tanto desde la perspectiva natural como cultural (figura 9.4). En todas las unidades se destacan como valores turísticos relevantes el espacio natural, el clima y las culturas indígenas, y tan sólo en la región de las Antillas y en la de La Plata el desarrollo de infraestructuras de acogida merece considerarse como un valor significativo. En el resto, a pesar de que existen enclaves con un imponente desarrollo turístico, la dominante es la escasa y, a menudo, obsoleta presencia de infraestructuras de acogida.
9.1. El Istmo americano Esta región incluye el territorio donde el continente americano se angosta entre las dos grandes masas de América del Norte y del Sur. Por razones funcionales se incluye en esta región el territorio mexicano al este del istmo de Tehuantepec, es decir la península del Yucatán y el estado de Chiapas, puesto que mantienen evidentes relaciones turísti-
cas con el resto de territorios centroamericanos y antillanos. En esta área predominan los estados de pequeñas dimensiones, en contraste tanto con los países norteamericanos como sudamericanos. Siete son, además de la zona mexicana, los que incluye esta región: Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Una característica común de todos ellos es el débil desarrollo económico y la notable dependencia económica de Estados Unidos, que es el principal socio económico de todos ellos. Las convulsiones políticas y la violencia social han hecho que estos países hayan sido tradicionalmente poco aptos para el desarrollo estable de la actividad turística, y ello a pesar del potencial que supone la proximidad geográfica del primer mercado emisor del mundo, el norteamericano, y de la calidad y variedad de los atractivos naturales y culturales. El desarrollo turístico estable tan sólo se ha producido en la costa caribeña de México, con el complejo urbanístico creado alrededor de Cancún. De hecho, los flujos de visitantes han sido tan variables como la situación política, lo que ha permitido una presencia más o menos constante en algunos destinos, especialmente Costa Rica. Parece, no obstante, que con el final de la Guerra Fría la situación política de los países centroamericanos tiende a tranquilizarse lentamente, y las expectativas de crecimiento turístico son, actualmente, elevadas (figura 9.5). La débil economía de estos países, basada en la agricultura de exportación, indica un nivel de vida bajo. El café y las bananas marcan el paisaje en amplios territorios de la región, aunque en las zonas de mayor concentración urbana existe cierto desarrollo industrial. Este panorama es válido para todos los estados centroamericanos, pero conviene matizar la importancia del turismo en estados como Costa Rica y México, así como la dependencia económica de Panamá de los ingresos generados históricamente por el Canal. Todo ello supone una región eminentemente receptora de turismo en la que los mercados emisores son poco significativos, aunque mantienen una cierta relevancia para con los estados vecinos de la región, siendo sobre todo el turismo doméstico el que presenta mayor importancia por flujos de viajeros, excepto en Costa Rica y México. La figura 9.6 muestra esta caracterización de los países centroamericanos como receptores. Desde un punto de vista funcional la región del Istmo americano se debe subdividir en cuatro gran-
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Capítulo 9: América del Sur y Central
FIGURA 9.4. Regiones geográfica y turísticamente homogéneas.
271
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272
Parte III: Las regiones turísticas
900
800
800 700 Millones de US$
500 Miles
Ingresos
600
600
400 300
Gastos
400
200
200
FIGURA 9.5. Evolución del número de turistas internacionales en los países de América Central. Fuente: OMT (1997).
des unidades de acuerdo con sus valores y usos turísticos: la costa del Caribe, la costa del Pacífico, las tierras altas del interior y la península del Yucatán (cuadro 9.1 y figura 9.7). Las tres primeras subregiones recorren el Istmo de noroeste a sudeste y son comunes a todos los países con excepción de El Salvador y Belice, que por sus dimensiones y ubicación son los únicos estados que
Nicaragua
Honduras
Nicaragua Honduras Belice
Belice
1997
El Salvador
Costa Rica Guatemala Panamá
1996
Panamá
0 1995
Guatemala
0 1994
Costa Rica
100
FIGURA 9.6. Ingresos y gastos por turismo internacional de los países de Centroamérica. Fuente: OMT (1997).
no ofrecen costas en las dos vertientes. La cuarta región se ubica en la zona más extensa del norte, e incluye territorios de México, Guatemala y Belice.
9.1.1. Costa del Caribe La costa del Caribe es muy húmeda, con precipitaciones constantes que ocasionalmente se producen incluso en la época seca (diciembre a abril-mayo), lo que hace que las condiciones ambientales sean muy
CUADRO 9.1 División funcional del Istmo americano Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Costa del Caribe
Muy variable, desde intensivo hasta incipiente. Predominio del turismo internacional
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza Turismo cultural
Costa del Pacífico
De enclaves, turismo consolidado de carácter doméstico
Turismo de sol y playa Turismo deportivo
Tierras altas del interior
Homogéneo, turismo doméstico prioritariamente. Incipiente desarrollo del turismo de circuito internacional
Turismo cultural Turismo de naturaleza Turismo deportivo
Tierras llanas del Yucatán
Turismo no masivo de carácter internacional, con desarrollo puntual
Turismo cultural Turismo de naturaleza Turismo deportivo
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Capítulo 9: América del Sur y Central
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FIGURA 9.7. El espacio turístico del Istmo americano.
poco favorables para la instalación humana. Este hecho ha condicionado en gran medida la evolución cultural, étnica y económica de la región, siendo en general inferior al resto del territorio. La explotación agropecuaria y el turismo son los principales sectores económicos, siendo este último de gran crecimiento en toda la región, y especialmente desarrollado en la costa mexicana y en los territorios insulares. La región presenta importantes características de singularidad, destacando la dificultad de acceso por vía terrestre en muchas zonas de costa, siendo común el acceso aéreo y el fluvial-marítimo. Otra característica relevante es la presencia de poblaciones indígenas que conservan sus culturas tradicionales, y que se ubican de forma preferente en las zonas selváticas de difícil accesibilidad. La tercera caracte-
rística relevante es la utilización del inglés entre la población no indígena, mayoritariamente de raza negra; de hecho en la costa del Caribe se ubica el único país oficialmente anglófono de la región, Belice. La excepción a esta característica se produce en la costa caribeña de México, donde la influencia cultural española es dominante. La población, en cualquier caso, es escasa y concentrada en la franja costera pues el antepaís es una selva de bosque lluvioso. Tan sólo Chetumal (México), San Pedro Sula y La Ceiba (Honduras), Puerto Limón (Costa Rica) y Colón (Panamá) tienen una cierta entidad, siendo todas ellas ciudades portuarias. El desarrollo turístico no es homogéneo en toda la costa, y de hecho son las islas los principales enclaves donde se ha desarrollado una cierta infraestruc-
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Parte III: Las regiones turísticas
tura; mientras que en el continente destaca la zona turística de Cancún, la más conocida y masiva (más de 20.000 habitaciones) que abarca unos 100 km de litoral. A una escala menor se pueden destacar la costa de Cahuita al sur de Puerto Limón en Costa Rica, y las de Trujillo, Tela y La Ceiba en Honduras, aunque en estos territorios hondureños es dominante el turismo doméstico. En el resto de la costa continental, las ciudades portuarias se convierten en los lugares de partida para llegar a las islas o para realizar excursiones por los numerosos parajes naturales, que incluyen las áreas de Yucatán en México, Mosquitia en Honduras-Nicaragua, río Dulce en Guatemala, río San Juan en Nicaragua y Tortuguero en Costa Rica. Numerosos operadores receptivos e incluso la población local organizan excursiones por todos estos parajes. A ello se debe añadir la zona de libre comercio de Colón (Panamá) en la entrada caribeña del Canal, que si bien no ha desarrollado una infraestructura hotelera, sí que se presenta como destino de compras, normalmente en excursión desde Ciudad de Panamá. En las islas y en la costa de México destaca la práctica del turismo de sol y playa, y sobre todo el de actividades deportivas náuticas (submarinismo, pesca, windsurf) debido a las condiciones naturales que se dan con la presencia de arrecifes coralinos. El desarrollo turístico de estos enclaves se centra en el turismo internacional procedente de los grandes mercados emisores, especialmente el norteamericano, mientras que en el resto del litoral continental el turismo doméstico y el de los propios países centroamericanos es notable aunque muy concentrado en el tiempo (fines de semana o Semana Santa). La temporada alta para el turismo internacional coincide con el período invernal, no obstante, en algunas zonas se da un notable desarrollo del turismo estival, especialmente en la costa de México. Entre los archipiélagos e islas más turísticos de la costa caribeña conviene señalar: Isla de Mujeres y Cozumel (México), Ambergris Cay y Caulker Cay (Belice), Islas de la Bahía (Honduras), Islas del Maíz (Nicaragua), Bocas del Toro y San Blas (Panamá), y San Andrés en Colombia. Esta última isla supone la aparición de un país sudamericano como destino en esta región. La isla de San Andrés está ubicada a unos 200 km de la costa de Nicaragua y su soberanía es una herencia de la división administrativa de la época colonial. San Andrés se ha convertido, además, en un importante nudo de comunicaciones aéreas
entre la región de Centroamérica, las Antillas y Colombia.
9.1.2. Costa del Pacífico Es una región mucho más humanizada que la costa caribeña, donde la accesibilidad vía terrestre es siempre fácil y donde la actividad económica se fundamenta en la agricultura y, puntualmente, en la producción industrial. La Panamericana que recorre todo el Istmo longitudinalmente discurre por la zona litoral o relativamente próxima a ella, lo que facilita el acceso terrestre; también las comunicaciones aéreas son bastante favorables al ubicarse dos de las capitales, Ciudad de Panamá y Managua, en esta región, y el resto en el altiplano próximo. Son precisamente estos dos países (Nicaragua y Panamá) los que concentran la mayor parte de la población en la franja costera, mientras que la costa de Chiapas en México y Guatemala ofrecen menores densidades demográficas y menor desarrollo turístico. Entre las singularidades geográficas de la región destacan los lagos de Managua y Nicaragua en el país homónimo, extensiones importantes de agua dulce con islas que se han convertido en destinos populares para el turismo doméstico, del mismo modo que las penínsulas de Nicoya y Osa en Costa Rica son destinos para el turismo internacional por la presencia de parques nacionales. En el extremo del Istmo, el Darién, zona panameña fronteriza con Colombia, marca el límite de la costa humanizada pues es un territorio selvático donde no existe ningún tipo de comunicación terrestre con el continente sudamericano (incluso la Panamericana desaparece). El turismo tiene un valor complementario para el conjunto de las actividades económicas estatales, pero puede significar en algunas zonas la principal actividad económica. Se trata de un turismo predominantemente doméstico, pues son los habitantes de las grandes capitales los principales consumidores de este espacio para usos recreativos y turísticos en general. Ello provoca un modelo de uso muy discontinuo en el espacio y en el tiempo; en el espacio porque tan sólo aquellas áreas más próximas a las grandes capitales tendrán un desarrollo claro, en el tiempo porque el ritmo de uso turístico para la población doméstica es de fines de semana durante la estación seca y muy especialmente durante la Semana Santa, auténtica temporada alta para estas costas. El desarrollo de
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Capítulo 9: América del Sur y Central
infraestructuras turísticas se fundamenta en oferta de restauración, de empresas de actividades turísticas y en menor medida de alojamientos; por el contrario, se constata una cierta consolidación de la segunda residencia, especialmente en aquellos centros turísticos destinados a clases pudientes. Indudablemente el principal motivo de desarrollo turístico lo constituye la franja litoral y los usos vinculados, entre los que destaca por su importancia para el turismo internacional el surf, con centros reconocidos a nivel estatal e incluso internacional, como Zunzal en El Salvador o la península de Azuero en Panamá, y el atractivo de sol y playa, común a todo el litoral. La costa del Pacífico cuenta con otros valores turísticos que conviene destacar: restos arqueológicos de la cultura maya; ciudades coloniales, especialmente en Nicaragua; y parajes naturales en Costa Rica, que tiene en los parques nacionales de Corcovado y Santa Rosa magnificas muestras de bosques tropicales húmedos y secos respectivamente. Las características generales de la región pacífica se alteran en Panamá, con una capital, Ciudad de Panamá, que es un importante centro financiero y comercial, con el Canal de Panamá que es accesible turísticamente en la zona del Pacífico y con el archipiélago de Las Perlas, que presenta usos turísticos importantes especialmente en Contadora. Para el turismo internacional se trata, pues, de una región poco conocida y con escasas expectativas de crecimiento, destacando en la actualidad los flujos turísticos fronterizos por compras, el turismo de negocios especialmente en Panamá, el ecoturismo en los parques costarricenses y algunas áreas de costa para la práctica del surf.
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tales estatales como nodos de penetración en la región para el turismo internacional. Desde el estado mexicano de Chiapas hasta la región del Barú, en Panamá, los espacios turísticos reconocidos por el turismo internacional son más bien escasos, mientras que el turismo doméstico hace un uso mucho más continuo de esta área. Con todo, hay espacios y recursos que presentan una cierta proyección internacional como los poblados indígenas en Chiapas y Guatemala, la arquitectura colonial de San Cristóbal de las Casas (México) o Antigua Guatemala y las ruinas mayas, especialmente las de Copán en Honduras. A estos valores de tipo cultural conviene añadir enclaves naturales de notable prestigio aunque de usos diversos, siendo el lago Atitlán en Guatemala y el parque nacional Monteverde en Costa Rica los más desarrollados turísticamente. La combinación de tierras elevadas con precipitaciones abundantes produce un bosque nuboso muy característico y de gran valor biológico por la variedad de especies animales y vegetales que contiene, lo que indudablemente se convierte en atractivo turístico. El principal problema que presenta la región es el escaso desarrollo de las infraestructuras de acogida turística, pues al margen de las grandes ciudades y de las zonas fronterizas las actividades turísticas han sido tradicionalmente limitadas. El termalismo y las peregrinaciones religiosas para el turismo doméstico, y el senderismo y actividades deportivas como la navegación fluvial para el turismo internacional han constituido hasta el presente lo más destacado.
9.1.4. Las tierras bajas del Yucatán 9.1.3. Tierras altas del interior Es la región más genuinamente centroamericana de todo el Istmo. Aquí se encuentran la mayor parte de las capitales alejadas del rigor climático de las costas, los principales grupos étnicos indígenas de tradición maya, los extensos cultivos de café y, sobre todo, volcanes, muchos de ellos en activo. Esta área presenta una actividad económica importante para el conjunto de la región, con agricultura que se complementa con actividades industriales y extractivas. Se trata de una región muy accesible vía terrestre gracias a una red viaria bastante tupida, resultado de una densidad humana importante, actuando las capi-
Es ésta una región singular, a caballo entre el Istmo americano y el continente norteamericano, que se incluye en este capítulo por los evidentes vínculos humanos y turísticos que mantiene con el resto de territorios centroamericanos. La zona, que incluye territorios de México, Guatemala y Belice, presenta unas característica naturales y humanas muy contrastadas entre las áreas selváticas, la mayor parte del interior, y las más humanizadas, sobre todo en el litoral, que no es otro que el del Golfo de México. Las comunicaciones terrestres están bien desarrolladas en las áreas habitadas pero en el resto son prácticamente inexistentes, lo que ha favorecido el desarrollo del transporte aéreo en la región así como la utilización
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Parte III: Las regiones turísticas
de medios de transporte poco convencionales para los usos turísticos, tales como la navegación fluvial. La razón de ser turística de esta región es la presencia de numerosos e importantes yacimientos de ciudades mayas, algunas de las cuales han sido restauradas y son actualmente atractivos turísticos de proyección mundial. Tikal en Guatemala, Caracol en Belice y Chichen Itzá, Uxmal o Palenque en México son importantes destinos con un desarrollo turístico desigual pero indudablemente de carácter enclavado. Conjuntamente con este destacado atractivo regional se han consolidado valores turísticos complementarios de motivación deportiva, étnica o de naturaleza. La inmensa reserva natural que incluye Calakmul en México, la Biosfera Maya en Guatemala y Río Bravo en Belice es el mejor exponente de las posibilidades de turismo de naturaleza que ofrece la región. El desarrollo turístico de la región se ha producido principalmente por la proximidad del espacio de turismo masivo del Caribe mexicano, con Cancún como gran centro, desde donde parten la mayor parte de circuitos turísticos que visitan los enclaves más destacados de la civilización maya. Los otros puntos de penetración hacia el interior del Yucatán son: Ciudad de Guatemala, la monumental Mérida y la petrolera Villahermosa (ambas en México), las tres con suficientes valores turísticos, aunque de muy distinto signo. Indudablemente, las características indicadas favorecen el desarrollo de un turismo internacional que combina valores culturales con actividades lúdicas en el Caribe. El desarrollo turístico de la región se ha visto favorecido por la cooperación entre los países indicados (a los que se debe añadir Honduras) para el desarrollo de la denominada Ruta Maya, que pretende la consolidación de la región como destino turístico internacional.
9.2. Antillas La región antillana es una de las de mayor proyección turística a escala mundial, y se enmarca en el conjunto del Caribe, cuyas costas continentales e islas próximas son tratadas en otros apartados del capítulo. La característica diferencial más evidente de esta región es el hecho de estar formada exclusivamente por un conjunto de islas, algunas de notable tamaño, pero la mayoría de pequeñas dimensiones, muchas de las cuales son estados independientes, lo que todavía es más singular.
La realidad política y cultural de la región es fruto de una intensa historia colonial aún no concluida, pues algunas de las islas de las Antillas todavía son posesiones del Reino Unido, Francia, Holanda y Estados Unidos. En cualquier caso, la abundante población de origen africano es el resultado de la economía del esclavismo imperante en otro tiempo en todo el Caribe, y que supuso una mezcla de culturas realmente excepcional. En la actualidad, esta mezcla está muy viva y se manifiesta sobre todo en los idiomas que son una extraña mezcla de inglés, francés, castellano, holandés y en ocasiones lenguas caribes y africanas. Los procesos de independencia de las metrópolis coloniales se han producido en la segunda mitad del siglo xx para las Antillas menores y el siglo xIx para las mayores, con lo que la identidad nacional es mucho más acusada en estas últimas. Estos microestados caribeños tienen una viabilidad política y económica fundamentada en gran medida en la agricultura de exportación (bananas y caña de azúcar) y más recientemente en el turismo. Las Antillas presentan una gran diversidad de niveles de vida y de dinámica económica. No obstante esta diversidad de realidades económicas para todas ellas, incluida Cuba, el turismo representa una de las oportunidades más claras de desarrollo económico futuro, y ello a pesar de crear excesivas dependencias económicas e hipotecar gran parte del patrimonio cultural y natural que las islas contienen. Queda claro, pues, que la región es receptora de turismo internacional, y que tan sólo algunas islas más pobladas y desarrolladas tienen un cierto turismo emisor, sobre todo Puerto Rico (figura 9.8). El atractivo más significativo de las Antillas es, sin lugar a dudas, la combinación de un clima tropical estable durante todo el año con unas magníficas playas y arrecifes coralinos enmarcados por una vegetación de palmeras y relieves volcánicos; sin duda el prototipo deseable para cualquier potencial turista de sol y playa. Estas características son especialmente manifiestas en los meses invernales, cuando turistas procedentes de Norteamérica o de Europa escapan de los fríos paisajes de la zona templada. La temporada principal para la zona antillana coincide con el invierno, pero durante el resto del año la presencia del turismo es también una constante, tan sólo alterada por la temporada veraniega de tormentas tropicales que en ocasiones pueden ser muy violentas. Este marco tan adecuado para el desarrollo del turismo se ha visto favorecido por el crecimiento expo-
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Capítulo 9: América del Sur y Central
CUADRO 9.2 Índice de Densidad Turística del territorio antillano
2.500
(visitantes/km2) > 1.000
2.000
501-1.000 201-500
Ingresos Millones de US
277
Gastos
1.500
51-200 < 50
Destinos Barbados, Caimán, Is. Vírgenes, Saba, St. Martin Anguilla, Antigua y Barbuda Granada, Guadalupe, Martinica, Puerto Rico, St.Kitts y Nevis, Sta. Lucía Montserrat, St. Vicente y Granadinas, Dominica, Jamaica Cuba, Haití, República Dominicana
Fuente: Datos de 1994. 1.000
Sta. Lucía
Is. Vírgenes (UK)
Martinica
Is. Caimán
Antigua/Barbuda Guadalupe
Barbados St. Martin
Cuba
I. Vírgenes (EE.UU.)
Jamaica
Rep. Dominicana
0
Puerto Rico
500
FIGURA 9.8. Ingresos y gastos por turismo internacional de los principales países e islas de las Antillas. Fuente: OMT (1997).
nencial de las instalaciones de acogida en la mayoría de las islas, desde las más lujosas hasta las más modestas, favorecidas por una pobre economía insular. Finalmente, la afluencia masiva de turistas ha sido posible por el desarrollo de aeropuertos, que ha permitido incluir los destinos del Caribe en los catálogos de todos los operadores europeos y norteamericanos. El desarrollo de infraestructuras de acogida es realmente espectacular en algunas islas, no tanto por la capacidad total como por la densidad de instalaciones. Un análisis de la relación entre el número de visitantes anuales y la superficie de las islas y países permite identificar aquellos espacios donde la presencia de turistas es más importante. Los resultados, agrupados en cinco intervalos en el cuadro 9.2, presentan la densidad de turistas por unidad de superficie con la consideración de que todos los visitantes estuvieran al mismo tiempo en el destino.
El cuadro permite identificar las islas con mayor especialización turística, así como el menor peso relativo que el turismo tiene en las economías de los estados de las Grandes Antillas. El mercado natural de las Antillas, por proximidad, es América del Norte, pero en los últimos tiempos el europeo se está desarrollando rápidamente de forma paralela a la reducción de costes de los viajes, que han convertido los destinos caribeños en muy competitivos para Europa (figura 9 9). De todas maneras, la relación turística que ha existido desde siempre entre la metrópoli colonial y la colonia, actual o antigua, hace que ciertos mercados europeos sean muy característicos, es el caso de los franceses en Martinica o Guadalupe, de los holandeses en St. Martín o de los británicos en Montserrat o Jamaica. La región de las Antillas es un destino específico para el turismo de sol y playa, pero es también el principal espacio del mundo por densidad de cruceros, como se vio en el capítulo 5, la mayoría procedentes de Estados Unidos o de Puerto Rico. San Juan hace las veces de base de cruceros, compartido con Nassau (capital de las Bahamas) y Miami, y las numerosas compañías ofrecen visitas a la mayoría de islas de la región destacando por la densidad de cruceros y visitantes Islas Vírgenes, Barbados, Caimán, Jamaica, Martinica y St. Martín. Canadá 9% Reino Unido 10%
Alemania 4%
Otros 8%
USA 69% FIGURA 9.9. Llegadas de turistas extranjeros a Jamaica. Fuente: OMT (1998).
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Parte III: Las regiones turísticas
El turismo internacional es mayoritariamente hotelero, pero algunas islas como Dominica, Granada o Montserrat han desarrollado medios de acogida menos convencionales en casas particulares. En todas las islas el desarrollo del turismo residencial es importante, aunque sin llegar a los extremos de las Bahamas, don-
de existen cayos que son de propiedad privada. De hecho, se constata que la mayoría de los estados independientes de las Antillas pretenden desarrollar una actividad turística que sea lo más armónica posible con el entorno natural y cultural, objetivo que no siempre se cumple (cuadro 9.3 y figuras 9.10a y 9.10b).
CUADRO 9.3 División funcional de las Antillas Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Cuba
Desarrollo enclavado para el turismo internacional, con infraestructuras adecuadas y extensivo para el turismo doméstico con escaso desarrollo de servicios
Turismo de sol y playa Turismo deportivo Turismo cultural Turismo de naturaleza Turismo de sexo
Grandes Antillas y las Bahamas
Desarrollo enclavado para el turismo internacional. En algunas islas turismo masivo
Turismo de sol y playa Turismo deportivo Turismo de curcero Turismo de naturaleza
Pequeñas Antillas
Desarrollo diversificado, desde el masivo hasta el incipiente, pero siempre internacional
Turismo de sol y playa Turismo de crucero Turismo deportivo Turismo de naturaleza
FIGURA 9.10a. El espacio turístico de las Antillas.
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Capítulo 9: América del Sur y Central
FIGURA 9.10b. El espacio turístico de las Antillas.
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Parte III: Las regiones turísticas
9.2.1. Cuba La isla de mayor tamaño de las Antillas es también la más singular por su situación política. Desde hace más de cuarenta años se encuentra dirigida por un régimen comunista, uno de los pocos que ha sobrevivido a su desaparición mundial, y actualmente en una etapa trascendental para su viabilidad, pues la gran dependencia económica de la extinta Unión Soviética ha hecho inviable su economía, castigada, además, por el bloqueo económico de Estados Unidos. En esta situación de escasez y penuria, el desarrollo del turismo se ha llegado a considerar como la única solución, y el gobierno castrista, antaño tan opuesto, favorece el desarrollo de complejos turísticos, la mayoría de tipo enclavado. Estos complejos turísticos se han desarrollado en las zonas litorales más favorecidas, entre ellas Varadero, Guardalavaca o Santa Lucía, pero también se han consolidado centros para el turismo doméstico cubano, especialmente en las costas occidental (Cayo Levisa) y meridionales (Marea del Portillo). Las diferencias en infraestructuras según la especialidad para el turismo internacional o el doméstico son realmente espectaculares. El litoral cubano, especialmente las zonas de cayos, ha desarrollado una oferta cada vez más reconocida para la práctica del submarinismo, en consonancia con las características del Caribe, siendo Cayo Largo y la isla Juventud los más significativos. Al ser una isla de grandes dimensiones, su oferta turística incluye también valores de interior, especialmente las ciudades monumentales que ofrecen un paisaje urbano característico del siglo pasado: Trinidad, Santiago o la vieja Habana son los principales centros. También las explotaciones agropecuarias son un atractivo singular y, a veces, diferencial; granjas de cocodrilos y antiguos ingenios azucareros se incluyen en las excursiones de la mayoría de operadores receptivos. Finalmente, los enclaves naturales complementan esta diversa oferta, aunque son especialmente visitados por el turismo doméstico y muy poco por el internacional. Las limitaciones de la dinámica económica actual han favorecido, en los últimos años, el desarrollo de un turismo fundamentado en la motivación de sexo, que si bien está presente en muchos otros destinos de sol y playa, en Cuba ha adquirido fama a nivel mundial, convirtiéndose en una de las principales razones de visita.
La figura 9.11, en la que se representa el origen geográfico de los visitantes, muestra la notable diversificación existente, que contrasta con la mayoría de países de las Antillas (comparar con la figura 9.9 de Jamaica) en los que el principal cliente es Estados Unidos.
Italia 13%
Resto Europa 18%
España 10% México 10% Alemania 11%
USA 3% Otros 20%
Canadá 15%
FIGURA 9.11. Llegadas de turistas extranjeros a Cuba. Fuente: OMT (1998).
9.2.2. Grandes Antillas y las Bahamas El conjunto denominado Grandes Antillas incluye las islas de Jamaica, Puerto Rico y La Española, que es compartida por los estados de Haití y la República Dominicana. Excepto en Haití, el turismo es un importante valor para la economía, aunque no existe una dependencia exclusiva, siendo la producción agraria destacable, especialmente en productos de exportación como el café o la caña de azúcar. El papel de la colonización ha marcado en gran medida el carácter cultural de los actuales pobladores de las islas. Así, mientras en Haití domina el francés como lengua y los ritos africanos están todavía muy vivos, en Jamaica el idioma de referencia es el inglés y en República Dominicana y Puerto Rico lo es el español, país este último en el que poco a poco va perdiendo terreno frente al inglés, fruto de la actual relación con el poderoso vecino del norte, Estados Unidos, en la forma de Estado Libre Asociado. Conviene insistir en la situación de Haití, un país extremadamente pobre, con conflictos permanentes que han impedido que su vocación de país caribeño haya sido aprovechada para el desarrollo turístico, que en la actualidad es irrelevante. Desarrollo que se producirá en cuanto se normalice definitivamente la situación social y política, ya que cuenta con valores similares al del resto de las Antillas.
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Capítulo 9: América del Sur y Central
Los otros países mantienen un desarrollo intenso de sus espacios litorales, especialmente para el turismo internacional, reforzado por el de origen doméstico, que va creciendo cada vez más. Montego Bay (Jamaica), Puerto Plata (República Dominicana) o el propio San Juan (Puerto Rico) son los principales destinos por tamaño de las instalaciones, aunque los tres países tienen centros de elite donde el turismo de alto poder adquisitivo ha favorecido el desarrollo de instalaciones de lujo como La Romana (República Dominicana) o Port Antonio (Jamaica). La República Dominicana está desarrollando en los últimos años grandes proyectos de complejos hoteleros con objeto de captar un turismo más masificado de clase media, con las expectativas puestas tanto en Europa como en América del Norte, mientras Jamaica y Puerto Rico tienen como principal cliente a Estados Unidos. El turismo de litoral incluye el sol y la playa, así como la práctica deportiva del submarinismo, surfing o la navegación, especialmente desarrollada esta última en Puerto Rico. San Juan es, también, el principal centro de cruceros de todo el Caribe, y Kingston y Montego Bay destinos usuales para los cruceros. En los tres países, el paisaje montañoso del interior es sobre todo un telón de fondo y muy pocos turistas consumen estos parajes; afirmación especialmente válida en el caso de República Dominicana que, por el carácter más reciente de la actividad turística masiva y su menor nivel de vida, no dispone de infraestructuras adecuadas para su aprovechamiento. Las Blue Mountains en Jamaica y El Yunque en Puerto Rico tienen mayores usos turísticos, pero lejos de su optimización. En cuanto a las Bahamas, se trata de un estado independiente formado por un archipiélago coralino integrado por treinta islas mayores (Andros, Gran Ábaco, Gran Bahama, Nueva Providencia, etc.), más de seiscientos islotes y un número superior a los dos mil cayos. Este complejo conjunto se distribuye por el océano Atlántico formando un arco entre la península de Florida y la isla de La Española. Su clima moderado durante todo el año, los arrecifes coralinos, la vegetación tropical y las playas con palmeras han contribuido a formar una de las más típicas imágenes del paraíso turístico que se puedan encontrar. Sin embargo, esta imagen no hubiese resultado suficiente para superar el millón y medio de turistas en 1998 sin la existencia de unos medios de
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transporte y unas infraestructuras de acogida suficientes, con una de las mayores plantas hoteleras de toda la región. Pero lo que explica en última instancia la importancia turística de las Bahamas es sin duda la cercanía a Estados Unidos (unos 100 km hasta las costas de Florida), que es con mucha diferencia su principal mercado con más del 80% de las entradas. Como afirma R. Burton (1997), esto constituye una ventaja, puesto que se cuenta con un cercano y potentísimo mercado emisor; pero también un cierto inconveniente, al ser muy dependiente tanto de la estacionalidad como de las fluctuaciones económicas de este país. Su modelo turístico es el sol y playa masivo, alojado principalmente en hoteles y concentrado en muy pocas islas, dado que Gran Bahama y Nueva Providencia (donde se encuentra la capital, Nassau, y el principal aeropuerto), superaban a principios de los noventa el 80% de las entradas (Burton, 1997). La inmensa mayoría de las islas se encuentran prácticamente inexplotadas, y algunas de ellas, como se comentó anteriormente, son enteramente de propiedad privada. Aparte del clima y el litoral, los otros dos grandes atractivos complementarios son los deportes náuticos (como la navegación o la pesca, pero sobre todo el submarinismo por los arrecifes coralinos, dada la excelente calidad de sus aguas para estas actividades) y el juego. Finalmente, y aunque no suponga más que cortas estancias, el turismo de cruceros es otro sector significativo, que tiene a Nassau como uno de los principales puertos de la zona ya sea como punto de salida o como parada intermedia de las rutas que parten de Miami o de San Juan de Puerto Rico.
9.2.3. Pequeñas Antillas Incluye la totalidad de las islas orientales de la región además de las Caimán, ubicadas al sur de Cuba. El desarrollo turístico es muy variable, ya que cada isla tiene su propio programa de actividades económicas dominantes. No obstante, en la actualidad, todas ellas han concebido actuaciones para consolidar el turismo como una de principales actividades económicas, si no la principal. Todas las islas ofrecen atractivos para la práctica de alguna actividad relacionada con el mar, desde
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Parte III: Las regiones turísticas
el sol y la playa o el submarinismo en las costas caribeñas, hasta el surf en las costas atlánticas, por lo que la especialización la determinan, a menudo, otros atractivos y las infraestructuras turísticas. Así, por ejemplo las islas Caimán y las Islas Vírgenes americanas han desarrollado una importante oferta comercial muy competitiva que es un aliciente añadido, especialmente para los numerosos visitantes de cruceros. Las Islas Vírgenes británicas y San Vicente y Granadinas, son consideradas como las más adecuadas para la navegación de placer, debido al considerable número de pequeñas islas que contienen y a la notable presencia de embarcaciones de alquiler que disponen. Santa Lucía, Guadalupe y Nevis ofrecen manantiales de aguas termales, que son muy apreciados por los visitantes. Antigua ofrece como complemento a su oferta de acogida importantes centros históricos. Para las economías de St. Martín, Barbados e Islas Vírgenes americanas el turismo es el principal medio económico disponible, por ello han desarrollado una importante infraestructura hotelera y complementaria. Algunas islas, que se han incorporado más tarde al desarrollo turístico, están centrando su oferta en la práctica del ecoturismo y el turismo de naturaleza como complemento de las actividades litorales o en sustitución de éstas; Dominica, Nevis e incluso Saba son buenos ejemplos de ello. Otras islas dependen en exceso de la metrópoli colonial y su oferta es muy especializada a los gustos de los visitantes procedentes en gran proporción de esa metrópoli: es el caso de Anguilla, Montserrat, o de las mayores Guadalupe y Martinica, que ofrecen una combinación atractiva de litoral, volcanes y selvas. En todas las islas los proyectos de desarrollo turístico son moderados, puesto que tienen como factor limitante el tamaño y sus escasos recursos. No es extraño que en muchas de las islas y estados existan restricciones sobre el tamaño de los complejos y construcciones, con normas tan caribeñas como la de Granada, que prohíbe construir edificios más altos que el nivel superior de las palmeras. Estas restricciones no dependen del desarrollo insular, que es muy dispar, sino de la conciencia de escasez de recursos. La región cuenta con Miami, San Juan en Puerto Rico y Bridgetown en Barbados como principales aeropuertos de enlace, mientras que los cruceros están presentes en casi todas las islas, y las líneas regulares de navegación también.
9.3. Las cuencas septentrionales de América del Sur Esta poco homogénea región está limitada por los Andes y la Amazonia, que en su extremo norte permiten identificar una serie de cuencas fluviales entre las que destacan las de los ríos Magdalena, Orinoco, Esequibo, Corantin y Maroni; la región incluye también el litoral caribeño de Colombia y Venezuela, las numerosas islas próximas a este litoral, algunas de las cuales son estados independientes, y toda la costa de la Guayana (cuadro 9.4 y figuras 9.13a y b). El desarrollo humano y económico de todos estos territorios es extraordinariamente diversificado, con grandes concentraciones demográficas e industriales en zonas del litoral de Colombia y Venezuela, áreas de desarrollo turístico intensivo en ese mismo litoral, y con un territorio de interior que se caracteriza por el dominio del paisaje natural, que incluye explotación agropecuaria extensiva en el Magdalena y el Orinoco. No obstante, los contrastes más espectaculares se dan entre áreas próximas del litoral, en las que en pocos kilómetros se pasa de costas casi vírgenes a yacimientos petroleros con complejos petroquímicos y de refinerías. De todo ello se desprende que las actividades extractivas son realmente importantes para el crecimiento de la región, y que países como Venezuela, Trinidad y Tobago, Guyana y Surinam desarrollan su economía a partir de la explotación de sus recursos naturales. El paisaje natural incluye: • Las costas, con zonas de vegetación exuberante tropical y otras de carácter desértico y semiáridas. Las costas de manglares de las Guayanas. • El delta del Orinoco, impresionante reserva natural. • Las islas con arrecifes coralinos. • Las sabanas y marismas de los llanos del Magdalena y el Orinoco. • Las montañas de los Tepuyes, el conjunto orográfico que separa la región del Amazonas. • Las selvas tropicales del Esequibo, Corantin y Maroni, los ríos que vertebran las tres Guayanas: Guyana, Surinam y Guayana francesa. Tal y como sucede en los países antillanos, la influencia colonial es aún muy patente en algunos territorios, y las metrópolis europeas manejan direc-
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CUADRO 9.4 División funcional de las cuencas septentrionales y las Guayanas Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Costa del Caribe
Destacado en gran parte del litoral, con áreas de gran concentración. Importancia del turismo doméstico y del internacional
Turismo de sol y playa Turismo de negocios Turismo deportivo Turismo de naturaleza
Orinoquia
Desarrollo incipiente, sobre todo para el turismo internacional
Turismo de naturaleza Turismo fluvial Turismo rural
Tepuyes
Desarrollo incipiente con algunos enclaves de notable reconocimiento. Turismo internacional
Turismo de naturaleza Turismo étnico Turismo deportivo
Tierras bajas de las Guayanas
Escaso desarrollo, centrado en el turismo de retorno y el de las metrópolis europeas
Turismo fluvial Turismo de naturaleza Turismo cultural
1.500 Ingresos Gastos 1.000
Guyana
Trinidad y Tobago
Curaçao
Bonaire
0
Aruba
500
Venezuela
Forma parte del conjunto del Caribe por lo que a usos turísticos se refiere, lo que significa un importante desarrollo de las infraestructuras hoteleras y de acogida en general. No se trata de un desarrollo continuado en el espacio, sino enclavado, pero con algunos destinos muy celebrados por el turismo interna-
2.000
Colombia
9.3.1. Costa del Caribe
2.500
Millones de US$
ta o indirectamente el devenir de las islas caribeñas de la región y también de las Guayanas, lo que permite identificar un desarrollo económico en general y turístico en particular muy dependiente. De hecho, el turismo en la región muestra un notable dinamismo, tanto emisor como receptor. La figura 9.12 muestra el gran desequilibrio en países como Venezuela, tradicionalmente emisor debido a su más elevado nivel de vida, o Aruba, cuya economía está cada vez más condicionada por el turismo. Aruba con un tamaño infinitamente menor que el de Venezuela o Colombia, recibe unos ingresos similares por turismo internacional y el doble que países como Perú. Estos datos, bastante significativos, permiten enfocar con mayor claridad el espacio turístico de la región, que de forma mayoritaria se encuentra ubicado en la costa caribeña, mientras que el resto es tan sólo un espacio a desarrollar, con un enorme potencial y con algunos enclaves ya reconocidos.
Surinam
Área geográfica
FIGURA 9.12. Ingresos y gastos por turismo internacional de los países y territorios incluidos en la Región. Fuente: OMT (1997).
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 9.13a. El espacio turístico de las Cuencas Septentrionales y las Guayanas.
cional, entre ellos Cartagena de Indias (Colombia), Isla Margarita (Venezuela) y Aruba, y otros más centrados en el turismo doméstico, como Santa Marta (Colombia) o la costa de Caracas. El paisaje litoral es muy variado, con selvas tropicales en la zona occidental, cercana al istmo americano, que presenta un escaso desarrollo humano pero con notables potenciales turísticos al tener población indígena y unos magníficos parques nacionales. La costa baja occidental contrasta de forma espectacular con el resto del litoral caribeño de Sudamérica, que presenta relieves importantes en la zona de Caracas y en la de Santa Marta. En ambas regiones el desarrollo turístico de las zonas de montaña es significativo y real-
mente singular. La Sierra Nevada de Santa Marta se eleva a poca distancia del litoral hasta los 5.770 m e incluye, además de los paisajes naturales, uno de los enclaves arqueológicos y étnicos más singulares de toda América: el yacimiento de Ciudad Perdida y la etnia tayrona, que presentan un gran valor cultural con un desarrollo turístico especialmente respetuoso con el mantenimiento de las tradiciones, lo que no deja de ser una excepción en el mundo del turismo. La región de Caracas incluye importantes paisajes de montaña, muy desarrollados en infraestructuras de acogida, pero centrados de forma casi exclusiva en el turismo doméstico. Es precisamente en esta área de las sierras litorales venezolanas donde las condicio-
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Capítulo 9: América del Sur y Central
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FIGURA 9.13b. El espacio turístico de las Cuencas Septentrionales y las Guayanas.
nes climáticas son más favorables y se concentra la mayor parte de la población venezolana. Es también una importante área para el turismo de negocios, sobre todo derivado del poder financiero de Caracas por las exportaciones de petróleo. Esta economía centrada en el petróleo y las finanzas ha provocado una peligrosa dependencia que la coyuntura y la gestión poco afortunada han conducido prácticamente a la bancarrota del país en la última década. Venezuela, que en los datos de gastos por turismo figura especialmente destacada, ha sufrido un importante descenso en ese com-
portamiento, como resultado de la disminución del poder adquisitivo. El turismo de negocios también figura como un activo destacado en la isla de Trinidad, así como en las de Aruba y Curaçao. Los enclaves insulares figuran como los principales centros para la práctica del turismo de sol y playa y el deportivo, tanto para el turismo internacional como para el doméstico. Aruba, Bonaire, Curaçao, Margarita y Tobago, en distinta escala, representan la imagen característica del Caribe y sus infraestructuras son adecuadas para el desarrollo intensivo del turismo.
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Parte III: Las regiones turísticas
9.3.2. Orinoquia Abarca vastos territorios muy poco poblados de Colombia y Venezuela, con un dominio del paisaje rural extensivo y de la naturaleza virgen. La región cuenta con una accesibilidad terrestre limitada, siendo el tránsito aéreo y el fluvial mucho más comunes, tanto para la población local como para el turismo. El Orinoco y sus afluentes son el principal atractivo turístico y donde se concentran los escasos polos turísticos, que sirven de base para las expediciones de aventura por zonas selváticas y por los Llanos. La navegación por el Orinoco, menos importante desde el desarrollo de aeropuertos y aeródromos, se reduce a los espacios próximos a estos centros, entre los que destacan Puerto Ayacucho y Puerto Nariño en la zona de los rápidos occidentales, y Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana en las zonas bajas del río, como bases para explorar el inmenso delta y la región de los Tepuyes. El turismo organizado y dirigido por agencias receptivas es el más común, y los paquetes suelen durar entre cuatro y quince días para los de aventura. De forma incipiente se está desarrollando en los hatos (haciendas) de los Llanos un turismo rural tanto para el mercado doméstico como para el internacional, con importantes expectativas de aprovechamiento.
9.3.3. Los Tepuyes Esta relativamente poco conocida región montañosa formada por relieves paleozoicos ofrece espectacularidad paisajística y unos usos turísticos escasos y muy centrados en el turismo no masificado. Tan sólo se puede hacer referencia del turismo organizado en la visita del más celebrado de sus valores, Canaima y el Salto del Ángel, la cascada más alta del mundo, y que pocos turistas que visiten Venezuela se perderán. Funcionalmente la zona de Canaima presenta una vinculación absoluta con el Orinoco e incluso la costa caribeña, y ningún tipo de relación con el resto de los Tepuyes. En cualquier caso, el desarrollo de infraestructuras es muy escaso, y los principales atractivos sólo pueden contemplarse practicando el senderismo o, lo que es más común, mediante el uso de avionetas turísticas. Estas ofertas se dan en territorio venezolano y también en la Guyana para la contemplación de las cataratas orientales de los Tepuyes.
Las escasas agencias existentes ofrecen visitas organizadas de aventura centradas en el atractivo del paisaje y también en los valores étnicos, pues no hay que olvidar que en esta zona, a caballo de Brasil y Venezuela se encuentran los territorios de la etnia Yanomami.
9.3.4. Las tierras bajas de las Guayanas Incluye la mayor parte de Guyana (antigua colonia británica), Surinam (antigua colonia holandesa) y Guayana francesa (todavía un territorio colonial). Su desarrollo económico es débil y el turismo no es una actividad muy importante, ya que las infraestructuras de acogida y de comunicación viaria son escasas. El medio más usual de penetración hacia las tierras del interior son los ríos y la navegación. Las tres áreas destacan por una oferta de sol y playa muy limitada y por valores de naturaleza reconocidos. La organización de espacios naturales con aprovechamiento turístico está mucho más evolucionada en Surinam, mientras que en la Guayana francesa los valores más reconocidos son el complejo espacial de Kourou y las islas de la Salud, donde se encuentra un famoso penal mitificado por la literatura, objeto de culto de visitantes internacionales y destino de fin de semana para los habitantes de la colonia. El escaso turismo es casi siempre procedente de las metrópolis coloniales, y en el caso de Surinam es importante también el turismo de retorno.
9.4. Los Andes y la costa del Pacífico Los Andes son una de las cordilleras más importantes del mundo, por su extensión, por su altitud y por la presencia humana. Los más de 7.000 km que desde las costas del Caribe hasta la Tierra de Fuego, en el extremo austral del continente, recorren como un espinazo la costa del Pacífico son, sin duda, el sistema montañoso más largo del mundo, con altitudes que llegan a casi los 7.000 m (en el Aconcagua, de 6.959 m) y con un altiplano central de altitudes medias entre 3.000 y 4.000 metros, sólo equiparable por dimensiones y altitud a los del Tíbet y Etiopía. Pero la singularidad de los Andes no la marca su extensión, ni siquiera la diversidad de paisajes que supone su ubicación entre la zona tropical del hemisferio Norte y el extremo austral de la zona templa-
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Capítulo 9: América del Sur y Central
de Estado, las revueltas sociales y el narcotráfico han impedido un desarrollo en consonancia con su potencial (figura 9.14). Ello ha supuesto que en la década de los ochenta y principios de los noventa el principal turismo fuera el doméstico y el de países fronterizos. El turismo internacional se ha replegado ante la inseguridad política, y es de esperar que una vez recuperada la estabilidad y la dinámica de crecimiento económico, la región andina vuelva a aparecer como uno de los principales valores turísticos del Continente. % 40
PERÚ
Venezuela
ECUADOR
El Salvador
BOLIVIA
Nicaragua
0
Chile
20
Cuba
da del hemisferio Sur; la auténtica singularidad de la Cordillera viene determinada por la presencia humana, que en ninguna otra región montañosa del mundo es tan importante a las altitudes mencionadas como en los Andes. Tres capitales estatales (Santafé de Bogotá, Quito y La Paz) se encuentran ubicadas en pleno corazón andino, y en países como Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia una proporción muy elevada de población se encuentra en la Cordillera. Esta presencia humana no es reciente, pues ya en época precolombina el Imperio inca, el famoso Tahuantinsuyo, dominaba la mayor parte de los Andes centrales. El clima demasiado adverso del litoral convirtió los Andes en el mejor enclave para vivir durante el período colonial, hecho al que se debe añadir el descubrimiento de importantes yacimientos de oro y plata, y el valor de los suelos andinos para la agricultura. La Cordillera andina presenta un problema similar al de cualquier zona de montaña, la dificultad para desarrollar vías de comunicación terrestres, y aunque en algunas zonas de altiplanos y sabanas esta circunstancia no es tan evidente, en el conjunto de la Cordillera la accesibilidad ha sido un gran problema para el desarrollo. En un principio se intentó superar con la construcción de ferrocarriles, hoy obsoletos, que desde el litoral del Pacífico penetraran en la Cordillera transversalmente, a partir de los cuales unir los principales núcleos de población y minas. Perú, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina mantienen en funcionamiento estos itinerarios ferroviarios que actualmente son atractivos turísticos destacados. En la actualidad, el medio de transporte por antonomasia en los Andes es el avión, y el espacio andino presenta una red de aeropuertos y aeródromos considerable, y su acceso sólo se ve impedido por condiciones climáticas adversas. La economía andina es variada, e incluye agricultura de exportación (café, tabaco, coca, vino y caña de azúcar), ganadería, explotación minera (plata, carbón, petróleo, esmeraldas), industria diversa y servicios. En muchos de los países andinos, ciertas comarcas y áreas figuran como enclaves industriales y su paisaje es similar al de cualquier país de Europa o América del Norte, pero la mayor parte del territorio presenta un aspecto tradicional, donde la economía preindustrial convive con la postindustrial, centrada en los servicios y especialmente el turismo. El turismo es una actividad muy importante para la economía andina, aunque las guerrillas, los golpes
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FIGURA 9.14. Crecimiento medio anual de los ingresos por turismo, para el período 1993-1997, de países con problemas económicos o políticos (en mayúscula los principales países andinos). Fuente: OMT.
Los valores y atractivos sobre los que se asienta este desarrollo turístico son muy diversos, pero conviene destacar: • El paisaje natural; un marco adecuado para la práctica de deportes de montaña, que cuenta con un importante desarrollo de servicios de guías de montaña y con una escasa presencia de estaciones de esquí. Los parques nacionales son los puntos de referencia de este conjunto natural: Los Nevados, Sierra Nevada, Cotopaxi, Huascarán, Sajama, Lauca y Los Cardones, un parque de cada uno de los siete países con territorio andino, y todos con valores suficientes como para ser destinos turísticos internacionales. • La cultura precolombina, principal atractivo para el turismo internacional, y responsable de las escasas muestras de masificación turística en la región. De entre las culturas anteriores a la presencia europea destaca con fuerza la del
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Parte III: Las regiones turísticas
Imperio inca, muestras de la cual se encuentran en la mayor parte de países andinos, pero con un centro incuestionable en Perú, donde Cuzco y Machu-Picchu son auténticas mecas turísticas. Otras culturas, turísticamente menores, pero con notable potencial son la de Chavín, también en Perú y la de San Agustín-Tierradentro en Colombia. • La cultura urbana y colonial, centrada en los grandes núcleos de población, que además de las capitales indicadas anteriormente incluye Mérida en Venezuela, Cali y Medellín en Colombia, Cuenca en Ecuador, Arequipa, Cuzco y Cajamarca en Perú, Potosí y Sucre en Bolivia y Salta en Argentina. Estas ciudades son base para el turismo de negocios, y también para el cultural. Algunas de ellas muestran un patrimonio monumental colonial excelente, pero la mayoría han estado muy modificadas con el paso de los siglos. • Las culturas indígenas, que no deben identificarse con minorías étnicas, puesto que en países como Perú o Bolivia representan a la mayor parte de la población. Entre todas ellas destacan, por su afirmación cultural, la quechua y la aymará, que se encuentran en las áreas más conocidas y explotadas turísticamente. • Finalmente, ser la vía de entrada hacia numerosos enclaves turísticos del Amazonas. Estos enclaves de difícil acceso desde Brasil, están mucho más cercanos geográficamente a las poblaciones andinas, por lo que es desde éstas que operadores turísticos y medios de transporte realizan su labor. Evidentemente no es ajeno a esta función el que cada país andino explote su propia selva amazónica, a menudo sin contacto con las áreas del resto de países. Desde la perspectiva del turismo internacional, lo cierto es que no todos los atractivos turísticos son igualmente consumidos, destacando el papel de las ciudades y el de los más reconocidos espacios naturales y culturales. La figura 9.15 muestra, en valores relativos, la oferta existente entre los principales operadores españoles según país de destino. Se constata que es Perú, y en menor medida Ecuador y Bolivia, los que centran la atención principal de los operadores y, por supuesto, de los turistas. En estos tres países, los Andes marcan el principal valor de identificación, mientras que en el resto, el Caribe para
Bolivia 16% Ecuador 16%
Argentina Chile 3% 5% Venezuela 5% Colombia 3% Perú 52%
FIGURA 9.15. Presencia por países de los principales destinos de los Andes en los circuitos de los operadores españoles. Fuente: OMT (1995).
unos y las costas oceánicas y la Patagonia para los otros, son valores muy relevantes. Un estudio detallado de la extensa región andina pasa indudablemente por la identificación de subáreas más homogéneas que el conjunto de la Cordillera. Por sus características funcionales se han considerado tres grandes regiones: los Andes septentrionales, el Altiplano y los Andes meridionales, que no incluyen los Andes patagónicos, que serán tratados más adelante (cuadro 9.5 y figuras 9.16a, b y c). En cuanto a la costa del Pacífico, está formada por una estrecha y alargada franja de territorio que desde el Istmo americano hasta las latitudes más australes de Chile recorre paralelo a la gran cordillera de los Andes el perímetro occidental de Sudamérica. Se trata de un espacio abocado a las influencias oceánicas, ya sean éstas en forma de clima o en forma de corrientes marinas. Los paisajes naturales son extraordinariamente variados y oscilan entre los litorales de bosque lluvioso tropical y los desiertos extremadamente secos. También la presencia humana es muy diferente en intensidad, con zonas despobladas y sin ningún tipo de infraestructura de acceso y otras caracterizadas por una gran presencia demográfica e industrial, con litorales densamente aprovechados para el turismo. La región del Pacífico incluye numerosos enclaves insulares, entre los que destacan las Galápagos pertenecientes a Ecuador y las Juan Fernández a Chile. Ambos son importantes destinos ubicados a gran distancia del litoral, pero dependientes turísticamente de éste. La actividad económica dominante es muy variable según las zonas, pero sin duda las áreas de Guayaquil, Lima y Valparaíso-Santiago son las más dinámicas y con desarrollo industrial. El clima caluroso y
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Capítulo 9: América del Sur y Central
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CUADRO 9.5 División funcional de los Andes y la costa del Pacífico Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Andes septentrionales
Poco intenso, dominio del turismo doméstico, con moderado crecimiento del turismo internacional
Turismo de naturaleza Turismo de negocios Turismo deportivo Turismo cultural
Altiplano andino
Puntualmente intenso, importancia del turismo internacional y del doméstico
Turismo cultural Turismo étnico Turismo deportivo Turismo de naturaleza
Andes meridionales
Puntualmente intenso, dominio del turismo doméstico y fronterizo
Turismo deportivo Turismo de naturaleza
Costa septentrional
Prácticamente inexistente, tanto para el turismo doméstico como para el internacional
Turismo de naturaleza y Turismo étnico, ambos muy incipientes
Costa central
Desarrollado en ciertos enclaves, especialemente para el turismo doméstico. Presencia puntual de turismo internacional
Turismo de sol y playa Turismo deportivo Turismo cultural Turismo de naturaleza
Costa meridional
Desarrollo bastante intenso y continuado en la franja costera. Dominio del turismo doméstico
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza Turismo cultural
Las islas
Desarrollo muy intenso, pero controlado. Turismo internacional y doméstico
Turismo de naturaleza
húmedo que caracteriza buena parte de la región litoral ha actuado de limitante para la presencia humana. Con todo, la presencia del turismo es importante en centros de turismo de sol y playa que se extienden a lo largo de todo el litoral, especialmente destacables en las cercanías de las grandes poblaciones. Indudablemente, el principal activo es el sol y la playa para el turismo doméstico, el más importante; pero para el internacional el interés se centra en la práctica de deportes náuticos, especialmente el surf, en los valores arqueológicos muy abundantes en las costas peruanas, y en las áreas naturales, mucho menos reconocidas, fuera de los enclaves insulares anteriormente señalados. Como en la región andina, conviene identificar, de norte a sur, tres grandes áreas, que por clima y presencia humana tienen características propias y diferentes de las otras. Estas tres áreas se denominarán costa septentrional, costa central y costa meridional.
En este último apartado se excluye la costa de la Patagonia chilena que será tratada con el conjunto de valores de esa región austral. Una cuarta área incluye los territorios insulares de Galápagos y Juan Fernández.
9.4.1. Andes septentrionales Incluye territorios andinos de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, siendo sus usos turísticos muy poco continuos espacialmente. Los principales valores los determina el imponente paisaje natural, objeto de interés especialmente por el turismo doméstico, excepto en el caso del Parque Nacional del Huascarán en Perú, donde la afluencia de turistas internacionales es muy marcada. Las principales sierras son el valor de referencia de los parques nacionales, y lógicamente de las actividades deportivas y de naturaleza. La mayoría cuenta con escasas infra-
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 9.16a. El espacio turístico de los Andes y la costa del Pacífico.
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FIGURA 9.16b. El espacio turístico de los Andes y la costa del Pacífico.
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Parte III: Las regiones turísticas
estructuras turísticas, siendo lo más destacado los servicios turísticos en Venezuela, que incluyen como principal atractivo el teleférico más alto del mundo, que llega hasta 4.765 m. A pesar de que esta región se encuentra en plena zona ecuatorial, la dinámica de las precipitaciones
marca estaciones de sequía y de lluvias y determina, en gran medida, la afluencia de turistas. La temporada de sequía, la más favorable, coincide con los meses de junio a septiembre en Ecuador y Perú, y se altera en los territorios del hemisferio Norte, en Colombia y Venezuela, que se da en los meses de diciembre a
FIGURA 9.16c. El espacio turístico de los Andes y la costa del Pacífico.
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Capítulo 9: América del Sur y Central
abril. Al coincidir el período más favorable de clima con el verano septentrional en los casos de Ecuador y Perú, el desarrollo de turismo internacional vinculado a los deportes y a la naturaleza es superior, mientras que el turismo doméstico es inferior, en comparación tanto con Venezuela como con Colombia, ya que ambos tienen dinámicas económicas superiores y unas rentas más elevadas. En estos dos países la oferta de alojamientos es bastante amplia, pero dirigida de forma evidente al turismo doméstico y al de frontera. La densidad de núcleos de población favorece este desarrollo, así como el de centros termales, que se encuentran en todas las regiones. Los únicos alojamientos dirigidos de forma específica al turismo internacional son los de las ciudades, y la razón son los negocios. Santafé de Bogotá, con siete millones de habitantes y a casi 3.000 m de altitud es el centro de actividad de la región, aunque su entorno es muy poco consumido por el turismo organizado. Tan sólo algunas poblaciones coloniales (Villa de Leyva) y los enclaves arqueológicos de San Agustín y Tierradentro tienen una cierta presencia, cuando la situación política lo permite. El área ecuatoriana de los Andes presenta mucha mayor homogeneidad en usos turísticos, con unas comunicaciones terrestres favorables que desde Quito hasta Cuenca recorren lo que se ha denominado la Avenida de los Volcanes. La presencia de turismo internacional es mayor que en los Andes colombianos y venezolanos, si bien la infraestructura de acogida es de características similares e incluso peores. La fácil accesibilidad de los principales espacios naturales y la monumentalidad de Quito son valores claramente diferenciales. La zona peruana de los Andes septentrionales se encuentra en un estado de desarrollo escaso, a pesar de las joyas arquitectónicas como Cajamarca o Chavín de Huantar. Lo cierto es que tan sólo la famosa Cordillera Blanca con el Parque Nacional de Huascarán ofrece una infraestructura adecuada para el desarrollo de un turismo más masivo. Huaraz, la capital de región es también la capital sudamericana para la práctica del andinismo. Deportistas de todo el mundo se concentran en esta zona para conseguir la ascensión a alguno de sus famosos nevados, con lo que Huaraz ha desarrollado una infraestructura de servicios y de acogida importante, que contrasta con el resto de los Andes septentrionales peruanos.
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9.4.2. El altiplano andino A diferencia de los Andes septentrionales, la región del altiplano es mucho más homogénea en paisajes y caracteres humanos, aunque la explotación turística se centra claramente en el extremo septentrional del altiplano, donde se encuentran los principales valores arqueológicos y naturales. Entre estos últimos es claro el papel que tiene el lago Titicaca, un auténtico mar interior a más de 3.800 m de altitud y con una superficie de 8.000 km2, que hace de frontera entre Perú y Bolivia. Cuzco y Machu-Picchu marcan, con gran diferencia, los enclaves más concurridos por el turismo en cualquier época del año, pero especialmente en la época de sequía de mayo a octubre. El desarrollo del turismo ha permitido que los operadores turísticos de la región hayan vertebrado una amplia oferta de actividades que incluye desde el senderismo (con el famoso Camino del Inca en primer lugar) hasta la práctica del descenso de aguas bravas en ríos como el Urubamba o el Colca, ambos muy espectaculares. Arequipa y La Paz, la capital de Bolivia, además del turismo de negocios, son bases para visitar el singular entorno, que en el caso de La Paz incluye el acceso al Titicaca desde Bolivia y al cercano enclave arqueológico de Tiahuanaco, considerado la cuna de la cultura inca. Más al sur disminuye, en Bolivia, la presencia del turismo, sobre todo del internacional, siendo en cambio importante el doméstico, ya que la zona ofrece parajes naturales y enclaves monumentales realmente singulares, con las minas de Potosí, la monumental Sucre o el inmenso Salar de Uyuni de 12.000 km2, un auténtico mar de sal. Ya en territorio argentino el turismo encuentra una infraestructura de acogida más adecuada a los estándares de países desarrollados, con núcleos específicamente dedicados al turismo residencial como Cafayate o Tafí del Valle. Aunque el desarrollo turístico del Altiplano argentino es menor que el del resto del país, en comparación con los territorios bolivianos, es superior. En la vertiente occidental del altiplano, además de la zona de Arequipa (Perú) se incluyen los territorios chilenos, con dos enclaves de gran prestigio y desigual desarrollo turístico, por una parte el inaccesible Parque Nacional Lauca, uno de los más atractivos de los Andes y, por otro lado la región de Atacama, destino de numerosos operadores internacionales por la singular presencia de paisajes áridos (El Valle de La
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Luna), oasis como el de San Pedro de Atacama y espectaculares géiseres. A pesar de su inclusión en este apartado, la región de Atacama no presenta ningún vínculo turístico con el resto del Altiplano, ya que su acceso se realiza de forma exclusiva desde el litoral chileno.
9.4.3. Los Andes meridionales Territorio compartido por Chile y Argentina, muestra diferencias respecto a las regiones anteriores en dos aspectos capitales: el clima y las actividades turísticas. El clima se caracteriza por la existencia de estaciones típicas de zona templada, con la variedad de usos turísticos que ello comporta. Las actividades turísticas que se desarrollan en este espacio son mucho más variadas y similares a las que se desarrollan en los países de Europa y América del Norte. La región cuenta con importantes núcleos de población al pie mismo de los Andes como Mendoza y sobre todo Santiago, la capital chilena, siendo además la región andina más próxima a la metrópoli porteña, con lo que el potencial de uso turístico es muy importante. Esta primera aproximación sirve para identificar el carácter de la región, con el dominio absoluto del turismo doméstico, siendo el tránsito de turistas entre Chile y Argentina escaso, con la excepción del turismo de alta montaña, que tiene en el Aconcagua, la cumbre más elevada de América, su meca particular. El desarrollo de infraestructuras turísticas es importante en la zona central, cercana a las capitales señaladas, pero también en el resto de un territorio dominado por los viñedos: estaciones de esquí, centros termales, embalses, cámpings y complejos hoteleros marcan unos usos turísticos destacados tanto en invierno como en verano. La estación argentina de esquí de Las Leñas, la más selectiva, es la que tiene mayor prestigio internacional, mientras que en la vertiente occidental, Santiago se encuentra a tan sólo 45 km de la estación de esquí más próxima. La práctica de actividades de turismo deportivo es importante en las dos vertientes, destacando en la zona chilena el descenso de aguas bravas en ríos como Maipo o el Bio Bio, ya en el límite de la Patagonia. A diferencia del resto de la región andina, aquí las comunicaciones terrestres son bastante aceptables y en consecuencia el principal medio de aproximación turística, reforzado por la proximidad de los centros
metropolitanos. Además, Mendoza recibe un importante contingente de turistas vía aérea, procedentes en gran parte de Buenos Aires. La región está teniendo un desarrollo exponencial de los usos turísticos como resultado de la dinámica económica de ambos países, sobre todo de Chile, que se está posicionando como una de las economías más sólidas de Sudamérica. Las expectativas de crecimiento van, pues, paralelas a ese desarrollo general.
9.4.4. Costa septentrional Incluye todo el litoral colombiano del Pacífico y la mitad norte del de Ecuador, y se caracteriza por la escasa presencia humana. El litoral se encuentra mal comunicado con la Cordillera, y en algunas zonas no existe ninguna infraestructura de comunicación. Estas zonas inhóspitas están dominadas por el bosque pluvial tropical con una actividad económica centrada en la pesca y en agricultura de subsistencia. El turismo está muy poco presente y no existe infraestructura de acogida, tan sólo algunos operadores realizan circuitos de aventura con la naturaleza como valor diferencial. La isla de Gorgona o la inmensa región del Chocó son los objetivos colombianos, mientras que en Ecuador se encuentran algunos centros playeros en las cercanías de Esmeraldas, espacios que tan sólo el turismo doméstico consume.
9.4.5. Costa central Bajo este epígrafe se incluye la mayor parte del litoral del Pacífico. Se caracteriza por un clima seco, que da lugar a litorales desérticos que tan sólo la camanchaca, la niebla litoral, es capaz de relajar. Desde Ecuador hasta la región chilena de Atacama se incluye un vasto territorio litoral con poblaciones de gran envergadura como Lima, Guayaquil, Trujillo o Antofagasta, poblaciones que sirven de base para penetrar en las tierras altas y que son los mercados geográficos que permiten el desarrollo turístico del litoral. Las infraestructuras viarias son, en general, buenas, pues a lo largo de esta costa discurre la Panamericana, lo que permite un fácil desplazamiento latitudinal. Aunque el paisaje se mantiene con pocas variaciones dentro de su aspecto árido, la temperatura
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Capítulo 9: América del Sur y Central
del agua varía ostensiblemente por efecto de la corriente de Humboldt, de forma que al avanzar en latitud las aguas son significativamente más frías, aunque aceptables para el baño. El desarrollo turístico del litoral presenta, en muchas zonas, la forma de turismo residencial y menos la de turismo hotelero. Los núcleos de Salinas en Ecuador, Pisco en Perú y Bahía Inglesa en Chile figuran entre los más destacados y refinados centros turísticos del Pacífico. Además de los valores para el turismo de sol y playa, es importante señalar que estas costas, especialmente las peruanas, figuran como las mejores del mundo para la práctica del surf. La región de Tumbes, al norte del Perú es famosa por esta razón, y un numeroso contingente de turistas internacionales, especialmente norteamericanos, acude a practicar este deporte. Para el turismo internacional, no obstante, el principal valor de la región estriba en los enclaves monumentales, ubicados en su mayoría en territorio peruano, y que junto con los del incanato del interior sitúan a este país como uno de los más atractivos del mundo en relación con los recursos arqueológicos. A los yacimientos de las culturas Moche y Chimú en la región de Trujillo se sumó hace pocos años el hallazgo de la tumba del Señor de Sipán, lo que aumenta si cabe su atractivo turístico. Más al sur, en la región de Pisco y Paracas, se encuentra uno de los más singulares atractivos de todo el Continente, las líneas de Nazca, que a modo de gigantescos dibujos realizados en el suelo del desierto confieren un valor de misterio tan caro para los turistas. En territorio chileno, en las cercanías de la población de Iquique, el Gigante de Atacama, de características similares a Nazca, completa esta oferta arqueológica. Cabe mencionar la importancia del turismo de negocios, como resultado de la presencia de centros demográficos e industriales de la talla de Lima o Guayaquil. Se trata de un tipo de turismo doméstico y regional, que va adquiriendo más importancia a medida que se desarrollan las economías de los países de la región. En la costa chilena, Iquique y Antofagasta deben su desarrollo económico a la explotación de nitratos, que aunque ya se encuentra en decadencia todavía mantiene un cierto protagonismo en la región. Más al norte, en Arica, la actividad de negocios se centra tanto en el turismo fronterizo como en el hecho de actuar como puerto para Bolivia, uno de los dos países sudamericanos sin litoral marino.
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9.4.6. Costa meridional A diferencia de las áreas anteriores, la costa meridional se encuentra en zona templada, con lo que la presencia de estaciones está más definida y la temporada turística también. El desarrollo económico es mucho mayor y más homogéneo que en el resto del litoral, y el poblamiento más continuo, pues la zona se encuentra bajo la influencia de la metrópoli chilena, Santiago, y de las poblaciones de Valparaíso y Viña de Mar. Precisamente Viña de Mar es el mayor centro turístico del Pacífico sudamericano, y se encuentra complementado por numerosos y pequeños enclaves hacia la costa norte hasta llegar a La Serena, el otro gran enclave para el turismo de sol y playa en Chile. Toda esta zona tiene unos usos prácticamente exclusivos para el turismo doméstico, siendo el internacional insignificante. Los usos turísticos de la región al sur de Valparaíso son mucho menores, pues las aguas son demasiado frías para el baño, con lo que el turismo se desplaza hacia las zonas naturales del interior, donde centros termales y parques nacionales se configuran como los principales valores. El paisaje rural del antepaís complementa el conjunto, y se configura como un atractivo, especialmente por los viñedos y bodegas, de gran tradición en la región. La actividad de negocios principal se genera en Santiago, a caballo de la costa y la montaña, que concentra la gran mayoría de industrias y hasta el 30% de la población del país. La salud económica de la ciudad y su región es decisiva no tan sólo para el desarrollo del turismo de negocios, sino incluso para el de sol y playa, pues no hay que olvidar que son los habitantes de la ciudad los que consumen los espacios litorales y los que han dado vida a centros como Viña de Mar o La Serena.
9.4.7. Las islas: Galápagos y Juan Fernández Ambos archipiélagos comparten, además de la insularidad, usos turísticos centrados en la naturaleza. Su desarrollo económico históricamente vinculado a la pesca se ha centrado en los últimos tiempos en el turismo, creando una cierta dependencia económica. Indudablemente las Galápagos son una de las joyas naturales más importantes del mundo, sus valores ampliamente glosados por la literatura naturalista generan flujos de visitantes que gustosamente pagan
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elevados precios por acceder a este paraíso natural. El desarrollo del ecoturismo ha otorgado carta de naturaleza a la explotación turística sostenible, con lo que los controles de visitantes son muy férreos en aras a conservar el entorno insular con el mínimo impacto. Los grandes operadores de todo el mundo ofrecen Galápagos en sus catálogos, pues además de la demanda que existe, es un indudable prestigio incluir dicho destino. El turismo en Galápagos se desarrolla en paquetes que suelen ser de una o dos semanas y que a menudo incluyen cruceros por las islas, haciendo los barcos la función de alojamientos, especialmente para el turismo internacional. Muy diferente es el desarrollo turístico de las Juan Fernández, menor a pesar de contener importantes valores naturales, sobre todo botánicos, que en cualquier caso son menos espectaculares que en Galápagos. Si en Galápagos el mito se generó a raíz de la visita de Charles Darwin, en las Juan Fernández un personaje anónimo, Alexander Selkirk, que permaneció aislado durante cuatro años en estas islas, dio pie a una de las obras de la mítica viajera, la historia de Robinson Crusoe. No es de extrañar que la principal razón del escaso turismo internacional que visita la isla sea ver los parajes en los que vivió Selkirk.
9.5. La región amazónica Este vasto territorio de más de siete millones de km2 está formado por la cuenca del río homónimo, que desde las cumbres andinas, muy cerca del litoral del Pacífico, se extiende hasta su desembocadura en el Atlántico. El dominio del paisaje forestal es absoluto, y tan sólo los ríos abren, a modo de vías de comunicación, este mar de bosque tropical. No obstante, la presencia humana no ha faltado nunca, y si bien no se puede hablar de densidades de población significativas, sí que diversas etnias y grupos culturales han desarrollado sus propias formas de vida en sintonía con un ambiente aparentemente tan hostil. La colonización occidental, que empezó mucho más tarde que en el resto del continente sudamericano, entendiendo que las epopeyas de los conquistadores en la búsqueda de El Dorado no fueron en ningún caso iniciativas de colonización, se produce de forma significativa a finales del siglo pasado y presenta una intermitencia destacada, con máximos coincidentes con épocas de dinamismo económico, ya sea por la
explotación del caucho, la minería o los grandes proyectos de desarrollo agrario. En la actualidad, el territorio amazónico es más accesible de lo que en principio su mítica parece reconocer, la carretera transamazónica es ya una realidad en la vasta selva brasileña, y donde no llega la carretera, el tránsito fluvial permite el acceso a las zonas más recónditas de la selva. Ello ha influido especialmente en las poblaciones indígenas, muy pocas de las cuales se mantienen independientes de la invasión cultural occidental. La economía de la región, que incluye territorios de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia además del de Brasil, se fundamenta en la explotación minera, en la forestal y en el turismo, con importante soporte de la agricultura, que poco a poco va ampliando su campo de acción. Con todo, el turismo representa una de las más lucrativas actividades económicas, y su desarrollo se ve condicionado tan sólo por una limitada capacidad de acogida que reduce, en la práctica, la presencia de turismo a ciertos enclaves reconocidos y con infraestructura. Excepto Venezuela, más vinculada a su propia cuenca del Orinoco, el resto de los países que forman parte de la región amazónica tiene centros de desarrollo turístico, la mayoría accesibles vía aérea o fluvial, y tan sólo algunos vía terrestre. La figura 9.17, aunque limitada al mercado español, muestra claramente la tendencia de consumo, en la que la zona de principal uso turístico es la ribera del Amazonas, siendo Manaos en Brasil e Iquitos en Perú los enclaves con mayor proyección. En cualquier caso, los programas turísticos alternativos que ofrecen los operadores receptivos en la región del Amazonas, abarcan gran parte de la cuenca. A pesar de su aparente homogeneidad, la Amazonía presenta entre sus valores turísticos una gran diversidad de hábitat que permiten numerosas posibilidades turísticas; incluso en un mismo enclave las condiciones ambientales pueden ser muy variaPiedemonte andino 23%
Ribera del Amazonas 77% FIGURA 9.17. Los destinos de la región amazónica, por áreas funcionales, en los circuitos de los principales operadores españoles. Datos de 1995.
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CUADRO 9.6 División funcional de la región amazónica Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Río Amazonas
Puntualmente intenso, turismo internacional mayoritario y doméstico incipiente
Turismo fluvial Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo étnico
Piedemonte andino
Puntualmente importante y en gran crecimiento. Turismo internacional mayoritario y doméstico incipiente
Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo étnico
Muy incipiente, con centros pioneros. Expectativas limitadas
Turismo étnico
Llanura selvática
FIGURA 9.18. División funcional de la región amazónica.
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bles en época de lluvias y de sequía, que suele coincidir con el verano del hemisferio septentrional. Esta gran diversidad permite identificar al menos tres grandes zonas funcionales: el eje fluvial del Amazonas, la zona del piedemonte andino, que incluye selva pluvial de altura, y la llanura selvática (cuadro 9.6 y figura 9.18).
9.5.1. El río Amazonas En la unión del Marañón y el Ucayali, aguas arriba de Iquitos en territorio peruano, se considera que comienza el curso del Amazonas; y aunque Brasil no está muy de acuerdo con esta identificación, desde el punto de vista turístico es la más adecuada. Esta vía de comunicación histórica mantiene con gran dinamismo esa función en la actualidad, y el tráfico fluvial tanto de viajeros como de mercancías es importante e incluso intenso en algunas áreas. Iquitos a 3.680 km de la costa atlántica es el puerto más elevado (106 metros sobre el nivel de mar) del curso de este inmenso río, inmenso sobre todo en caudal y en amplitud. Considerado el río de mayor caudal del mundo, su amplitud es cercana a los 100 km en la desembocadura, lo que convierte en visualmente cierta la definición de mar fluvial. Conviene romper el tópico de pequeñas poblaciones de economía de supervivencia ubicadas a lo largo del Amazonas, pues aunque estas sí que existen, Belem con un millón de habitantes, Manaos con más de 600.000, Iquitos con 400.000 habitantes y Santarem con 200.000 habitantes son importantes concentraciones humanas y puertos fluviales. El turismo se encuentra desarrollado sobre todo en las poblaciones de Iquitos, Belem y Manaos y su espacio de influencia inmediato, aunque también debe considerarse el enclave amazónico de Colombia, con Leticia como principal núcleo. Estas cuatro poblaciones asimilan la mayor parte de la oferta de alojamiento del río y son los núcleos a partir de los que los operadores receptivos desarrollan sus actividades por la región. Las cuatro poblaciones están bien comunicadas por vía aérea, especialmente Manaos, que tiene un aeropuerto internacional. El consumo del espacio sigue un modelo muy característico: desde las ciudades base indicadas se realizan circuitos fluviales, que pueden oscilar entre excursiones de medio día hasta auténticos cruceros fluviales de varios días de duración. El “encontro das aguas” donde el Amazonas se une con el río Negro
proporciona el principal aliciente fluvial en la región de Manaos, otrora famosa ciudad del caucho, de cuya época de esplendor todavía quedan numerosas mansiones y el impresionante edificio de la Ópera. Manaos es el principal núcleo turístico del Amazonas, y su oferta hotelera y de empresas receptivas es amplia. Aquí nacen o terminan los circuitos fluviales realizados en cómodas embarcaciones que llegan hasta Benjamin Constant en la frontera con Colombia y Perú. En Manaos se desarrolló también un importante turismo de compras, de carácter doméstico, como resultado de su catalogación como puerto franco. Estos flujos, aunque todavía se mantienen, han disminuido considerablemente en la actualidad. La zona colombiana del Amazonas, de pequeñas dimensiones comparada con la brasileña o la peruana, presenta un aprovechamiento turístico menor en valores absolutos, pero con una notable densidad de uso. Leticia, la capital amazónica colombiana, tiene una oferta de alojamientos bastante convencional, pero la de actividades incluye la visita a islas en el río y parques nacionales con población indígena. Más al oeste, ya en territorio peruano, se encuentra Iquitos, la otra gran población turística de la región. Complementada por actividades extractivas, Iquitos fundamenta buena parte de su economía en el turismo, con una oferta de alojamientos hoteleros y de lodges bastante importante. Las actividades incluyen, además de la navegación aguas abajo hasta Leticia o Manaos, circuitos de turismo de naturaleza, étnico y deportivo con una oferta de receptivas notable, que permite satisfacer a numerosos segmentos sea cual sea su motivación principal. Conviene insistir en que Manaos e Iquitos son destinos para el turismo de circuito de motivación cultural y de naturaleza, pero son también la base para un turismo mucho más selectivo, centrado en la práctica deportiva y de ecoturismo. El cuarto gran centro señalado como importante para el turismo es la ciudad colonial de Belem, en la zona de la desembocadura del Amazonas. La oferta turística, menos desarrollada, incluye la inmensa Ilha de Marajó para el turismo de naturaleza y rural, y turismo de sol y playa en la cercana costa atlántica.
9.5.2. Piedemonte andino La zona de transición entre la enorme cordillera de los Andes y la no menos gigantesca llanura ama-
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zónica está formada por un espacio rico en biotopos, donde se encuentra la mayor variedad de fauna y flora de todo el continente. Este territorio, de forma alargada y paralelo a los Andes, es especialmente atractivo para la actividad turística y, a pesar de la dificultad, más accesible que la mayor parte de la llanura amazónica. La cordillera andina, un territorio fuertemente humanizado, es la región de la que parten numerosos itinerarios terrestres que penetran levemente en la selva ecuatorial hasta los enclaves desde los cuales se desarrolla la actividad turística y el resto de actividades económicas, que incluyen la explotación minera y petrolífera. Dadas las características del paisaje, existe una temporada alta bastante bien marcada que coincide con el período de sequía, pues en época de lluvias el tránsito terrestre es muy complicado; este período generalmente se da entre los meses de mayo y octubre. Los accesos pueden realizarse también vía aérea, pues los escasos núcleos de población disponen todos de aeropuerto o aeródromo. La navegación fluvial es también un medio de aproximación, pero sobre todo un medio de transporte por el interior de la selva. Esta región incluye territorios de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, siendo el de Colombia el menos importante por desarrollo turístico y los de Perú y Ecuador los más desarrollados, aunque ésta es una afirmación relativa pues en ningún caso las infraestructuras de acogida son cuantitativamente importantes. Los usuarios turísticos son tanto domésticos como internacionales, siendo el porcentaje de turismo doméstico significativo y en notable crecimiento. Se trata de un público procedente de los grandes centros metropolitanos de los Andes o de la costa del Pacífico para los que la selva amazónica es también un paisaje singular y exótico. Los núcleos más importantes de esta zona conocida como la Ceja de la Selva son Misahuallí, Coca y la ciudad petrolera de Lago Agrio en Ecuador, Puerto Maldonado y Pucallpa en Perú y Rurrenabaque y Trinidad en Bolivia. En este último país se encuentra la ciudad de Santa Cruz, en el límite de la Amazonia y de las inmensas llanuras del Chaco, dominando un territorio de marismas y bosque arbustivo, y con un desarrollo significativo de infraestructura turística. Todos estos enclaves permiten el acceso a zonas de selva más o menos humanizadas y con población indígena, en paquetes turísticos organizados por las receptivas que oscilan entre las excursiones de día y los circuitos de supervivencia de casi tres semanas.
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Es un tipo de producto muy similar al ofrecido por los centros turísticos del Amazonas, pero con un mayor atractivo por los paisajes naturales y una accesibilidad que se realiza desde los Andes, y no desde la llanura amazónica. Este vínculo funcional marca en gran medida un uso turístico destacado especialmente en los parques nacionales más reconocidos de la región, como Yasuni en Ecuador, Manú en Perú o Beni en Bolivia. El desarrollo de infraestructuras de acogida en los parques es escaso, aunque los centros turísticos ofrecen desde lodges en la selva hasta hoteles de lujo. El impacto del turismo es muy grande en estos enclaves y en la población indígena, hasta el punto que en algunos de ellos la dependencia es total con la consiguiente asimilación cultural y banalización de las tradiciones, que se convierten en espectáculos para turistas.
9.5.3. La gran llanura verde Además del espacio turístico más frecuentado que conforman el río Amazonas y el piedemonte andino, el territorio amazónico incluye un vasto territorio indiferenciado con escaso uso turístico y una economía centrada en la explotación forestal y agropecuaria. Algunas áreas remotas tienen usos vinculados a la minería, pero en general se trata de espacios aptos para una auténtica colonización, con todo lo que comporta de cambio ambiental. La mayor parte de la región se encuentra en territorio brasileño, y en el extremo norte y sur se incluyen espacios de Colombia y Bolivia respectivamente; todos ellos con población indígena que va retrocediendo a medida que avanza la colonización. La infraestructura turística es mínima, localizándose en los pasos fronterizos y en las ciudades brasileñas de Porto Velho y Río Branco ubicadas en la carretera Transamazónica, y la de Boa Vista en el extremo norte de la región, al pie de los Tepuyes venezolanos, hábitat de la castigada etnia yanomami. Todas estas ciudades son accesibles tanto por carretera como vía fluvial y aérea. Una de las regiones más singulares y menos explotadas hasta el momento es la cuenca del río Negro, muy adecuado para la práctica de turismo deportivo, que incluye los enclaves de San Gabriel en Brasil y Mitú en Colombia. Mayor reconocimiento turístico, pero con muy poca infraestructura, tiene la Ilha do Bananal, un espa-
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cio insular fluvial, auténtico edén de vida silvestre, ubicado en la zona más occidental de la Amazonia, donde la selva se transforma poco a poco en sabana y los paisajes se muestran menos impenetrables. La Ilha do Bananal forma parte de los nuevos destinos, sobre todo para el turismo doméstico, que van introduciendo los operadores turísticos brasileños. La gran llanura de la selva amazónica ha de permitir usos turísticos adaptados a diversos tipos de demanda, pero centrados en el desarrollo armónico con el medio ambiente, contribuyendo con ello a evitar la destrucción de la selva y a mejorar el nivel de vida de los habitantes de esta despoblada región.
9.6. La cuenca del Paraná La llanura que forma esta gran cuenca meridional del continente sudamericano integra territorios de Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia y todo el Paraguay. La exuberancia natural de la región es la característica más definitoria, aunque existen notables diferencias, especialmente en la llanura del Chaco y en el piedemonte andino. Al ser una región tan grande, la influencia latitudinal determina unos climas que a medida que se avanza hacia el sur van adquiriendo rasgos de zona templada frente a los muy tropicales de las zonas norteñas de la cuenca. Es, pues, el factor orográfico y más concretamente el fluvial el que determina en gran medida la unidad geográfica de la región.
El hecho de incluir territorios con tan dispar desarrollo económico es también un elemento de diferenciación interna muy destacado, especialmente en el caso de Argentina, que presenta importantes valores demográficos y económicos, permitiendo el desarrollo de una clase media y en consecuencia un importante contingente de turismo doméstico, que en el resto de los países de la región es menor. Argentina es, pues, el gran emisor de turismo de la zona, aunque se debe considerar también el papel de Brasil, y para algunos atractivos muy determinados el del turismo internacional europeo y norteamericano. Ello determinará en gran medida la temporada turística, que, por ejemplo, en la sierra de Córdoba es veraniega (el verano austral) y en Iguazú es mucho menos manifiesta al combinarse el turismo del hemisferio Norte con el del Sur. En otras zonas, el régimen de precipitaciones determina más claramente la temporada, así en el Pantanal la temporada turística coincide claramente con la época de sequía, entre los meses de mayo y octubre. La región presenta unos usos tan dispares que se ha subdividido en cuatro áreas funcionales, cada una de ellas con sus características propias para el turismo (cuadro 9.7 y figura 9.19).
9.6.1. Mesopotamia/Misiones Bajo este epígrafe se reúne el curso de los principales ríos (Paraná, Paraguay, Uruguay) y su zona de influencia. El área presenta usos turísticos muy deter-
CUADRO 9.7 División funcional de la Cuenca del Paraná Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Mesopotamia/Misiones
Puntualmente intensivo, presencia del turismo en las zonas fluviales. Turismo doméstico y turismo internacional
Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo cultural Turismo de salud Turismo de compras
Pantanal
Extensivo, dominio del turismo internacional
Turismo de naturaleza Turismo fluvial
Chaco
Muy poco desarrollado, turismo doméstico
Turismo de naturaleza
Piedemonte andino
Bastante desarrollado el turismo doméstico
Turismo residencial Turismo de naturaleza
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FIGURA 9.19. El espacio turístico de la Cuenca del Paraná.
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minados en función del valor de los recursos; así, mientras en la zona más baja del curso de los ríos domina el turismo doméstico centrado en las actividades de pesca, naturaleza y salud, en la zona media del Paraná, en el límite de Argentina, Brasil y Paraguay, la presencia de atractivos de la talla de las cataratas de Iguazú y el conjunto de misiones jesuíticas guaraníes representa un importante reclamo para el turismo internacional, aunque el doméstico sigue siendo muy importante. La zona presenta en conjunto un notable desarrollo de infraestructuras de acogida, pero poco continua en el espacio. Además de los valores naturales e históricos señalados, es importante hacer referencia a la actividad comercial del turismo de frontera, que procedente de Brasil y sobre todo de Argentina se dirige a las poblaciones de Encarnación y Ciudad del Este, ambas del Paraguay, que han desarrollado una importante especialización en este tipo de turismo. El turismo de negocios, menos importante, se concentra en las poblaciones más potentes demográficamente, es decir, en Asunción, Rosario, Corrientes y Paraná, aunque siempre dependientes de la cercana metrópoli bonaerense. Es interesante insistir en el menor desarrollo turístico de los territorios de Brasil, Paraguay y Uruguay, que tan sólo ofrecen un escaso turismo residencial más allá del curso de los ríos, siendo en Paraguay más notorio al incluir Asunción, la capital. En Uruguay son importantes los balnearios ubicados en el río homónimo, sobre la frontera argentina.
9.6.2. El Pantanal El Amazonas puede tener toda la fama y la gloria, pero el Pantanal es el mejor lugar de Sudamérica para la contemplación de la vida animal en estado salvaje. Esta constatación ha tardado años en llegar a los operadores turísticos, pero actualmente pocos de ellos organizan paquetes turísticos en Brasil que no incluyan esta espectacular zona de marismas ubicada en la cabecera del río Paraguay y no muy lejos de la cuenca del Amazonas. No es una zona de bosques tropicales, pero la vegetación arbustiva y herbácea es también espectacular y la diversidad de fauna mucho más asequible a los ojos del turista. El Pantanal matogrossense es un destino turístico orientado a los visitantes internacionales, con dos centros de aproximación, uno al norte, Cuiabá, el más
utilizado por los turistas de paquete, y otro al sur, Corumbá, más reconocido por el turismo individual, y que además es puerto de partida para uno de los descensos fluviales más atractivos de la región, el del río Paraguay. A pesar de la proximidad de las fronteras bolivianas y paraguayas, lo cierto es que la región tan sólo es visitada en acceso aéreo desde enclaves brasileños, ya sean Manaos, Brasilia, Foz do Iguaçu o Río de Janeiro. La creciente demanda de visitantes ha producido cambios importantes en la economía de la región, de base agraria, que se va adaptando poco a poco a los usos turísticos y desarrolla infraestructuras de acogida, algunas especialmente celebradas como por ejemplo las haciendas ubicadas en el corazón del Pantanal.
9.6.3. El Chaco A diferencia de las anteriores áreas mencionadas, el Chaco presenta muy poco desarrollo turístico, y las duras condiciones climáticas no sugieren un mejor aprovechamiento de la actividad turística en un futuro. El desarrollo económico de la región es parejo al de la presencia humana, muy débil; tan sólo algunas áreas ofrecen paisajes agrarios extensivos, que en ningún caso aparecen como valores turísticos. Uno de los inconvenientes más evidentes de la región es la accesibilidad, muy difícil vía terrestre y prácticamente inexistente vía aérea, con lo que tan sólo los visitantes individuales pueden acceder a esta inhóspita región. Con posterioridad al proceso bélico entre Paraguay, Bolivia y Argentina, fruto de los intereses de compañías petroleras ante las expectativas de importantes yacimientos de petróleo, que nunca llegaron a confirmarse, la región cayó en un intenso sopor del que aún no se ha recuperado. Con estas características parece evidente que el principal atractivo potencial sean los espacios naturales, y que las actividades de aventura y deportivas tengan un cierto futuro.
9.6.4. Piedemonte andino Esta región, ubicada en el límite de la gran llanura del Chaco-Paraná y los Andes, ofrece atractivos de ambas zonas y un paisaje mucho más variado. Las
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Capítulo 9: América del Sur y Central
actividades económicas son diversas, con desarrollo industrial y agrario y con la presencia destacada del turismo en muchos enclaves. El turismo residencial procedente de las grandes poblaciones de la llanura o de las propias ciudades de la región, entre las que destaca Córdoba (Argentina), es importante. A pesar de que la región ha sido denominada Piedemonte andino, los principales usos turísticos se dan en las sierras de Córdoba, diferentes geológicamente de los Andes. En estas sierras las características paisajísticas y climáticas invitan al desarrollo del turismo residencial y estival, y son numerosos los pueblos que centran su economía en la presencia de turistas. El desarrollo hotelero y de actividades lúdicas es importante, y sitúan las sierras de Córdoba como uno de los espacios más celebrados para el turismo doméstico argentino. Recientemente, y al calor de esta demanda, han aparecido iniciativas para la práctica de deportes de los llamados de riesgo, con lo que la diversificación de segmentos motivacionales de la demanda favorece aún más, si cabe, el valor turístico de la región.
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parques nacionales, con expectativas de visita pero con usos turísticos muy incipientes, precisamente por la falta de accesibilidad y la escasa infraestructura de acogida que disponen.
9.7. La región de La Plata Bajo este epígrafe se identifica una de las áreas más desarrolladas económica y demográficamente de toda Sudamérica. La región incluye todo el litoral atlántico entre la Patagonia, al sur, y el estado paulista al norte; también incorpora todo el espacio de las Pampas, que desde la Argentina primigenia penetra en territorio uruguayo y en el estado brasileño de Río Grande do Sul. La mítica del gaucho impregna está región con unos valores de identidad cultural no alcanzados por ninguna otra región sudamericana, y suponen un importante aliciente para el turismo regional, que es el que más claramente identifica estos mitos (cuadro 9.8 y figura 9.20).
CUADRO 9.8 División funcional de la región de La Plata Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Estuario del Plata
Muy importante, tanto para el turismo doméstico como para el internacional
Turismo de negocios Turismo cultural Turismo religioso
Riviera de La Plata
Turismo de masas, sobre todo para el turismo doméstico e internacional de proximidad
Turismo de sol y playa Turismo deportivo
Pampas
Poco desarrollado, extensivo en general. Dominio del turismo doméstico
Turismo rural Turismo deportivo Turismo de naturaleza
Costa brasileña del sur
Turismo enclavado, desarrollado y masivo en algunas zonas. Turismo doméstico dominante
Turismo de sol y playa Turismo cultural Turismo deportivo Turismo de negocios
En la zona norte del Piedemonte andino argentino el panorama es muy diferente. La ausencia de actividad humana y las dificultades de acceso, en la línea del Chaco muy próximo, ha permitido la existencia de paraísos naturales, actualmente convertidos en
La región ofrece un desarrollo económico que va más allá del turismo, al incorporar en su espacio importantes ciudades como La Plata, Montevideo, Porto Alegre, Curitiba y, sobre todo, la gran metrópoli porteña, Buenos Aires, centro vertebrador de la
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Parte III: Las regiones tur铆sticas
FIGURA 9.20. Divisi贸n funcional de la regi贸n de La Plata.
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Capítulo 9: América del Sur y Central
región y principal concentración demográfica. De hecho, se constata una gran diferencia en el desarrollo económico entre la mayor parte de zonas litorales, donde la industria y los servicios son las actividades hegemónicas, y el interior, donde, por contra, son las actividades agrarias, y especialmente la ganadería extensiva, las que marcan la actividad económica. Al ser una región muy poblada y desarrollada, las comunicaciones viarias son satisfactorias en conjunto, siendo usual la utilización del transporte terrestre para los desplazamientos, turísticos y no turísticos. En el estuario del Plata los transbordadores cumplen una función imprescindible para comunicar las dos riberas, una argentina y la otra uruguaya, esta última muy vinculada económicamente a la argentina. De hecho, son muchos los autores que consideran que Montevideo, a 200 km de Buenos Aires, no es más que un barrio porteño en la otra orilla, tal es la dependencia que existe. La región responde a las características climáticas de la zona templada, con un clima oceánico que a medida que se avanza hacia el norte va perdiendo intensidad en favor de climas más subtropicales donde las estaciones son cada vez menos evidentes. Desde la óptica del turismo, la zona goza de gran desarrollo en infraestructuras, especialmente el litoral, que son consumidas por un turismo doméstico e internacional de vecindad; así, por ejemplo, los que consumen el territorio litoral del Uruguay son los argentinos y en menor medida los brasileños, además de los propios uruguayos. La figura 9.21 muestra la dependencia turística del Uruguay respecto a sus importantes vecinos. Residentes en el extranjero 16%
Otros 14%
Brasil 9% Argentina 61% FIGURA 9.21. Llegadas de visitantes extranjeros a Uruguay. Fuente: OMT (1998).
El interior presenta unos usos turísticos mucho más extensivos, pero en notable crecimiento, fruto de la importante coincidencia del desarrollo del turismo rural y la consolidación romántica del mito del gaucho.
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9.7.1. El estuario del Plata Esta zona se encuentra vertebrada por Buenos Aires, que concentra la principal actividad turística, tanto para el turismo de negocios como para el de ocio, pues no cabe olvidar que Buenos Aires es, junto con Río de Janeiro, la principal ciudad de toda Sudamérica como destino de turismo urbano. La gran tradición cultural metropolitana, aunque en la actualidad presenta aires decadentes, confiere todavía una gran fuerza a la imagen urbana, al estilo de las ciudades europeas o de las más sofisticadas de América del Norte. A los barrios elegantes se contraponen otros mucho más populares como la memorable Boca, de inmigrantes italianos; diversidad urbana que, en conjunto, satisface las demandas de los turistas que visitan esta ciudad. No obstante, son los negocios los que mantienen la dinámica turística de forma destacada, y no sólo en Buenos Aires, sino en todo el estuario, con las relaciones internacionales constantes entre las dos riberas, que desde que se creó Mercosur no han hecho sino aumentar. Montevideo o La Plata (en Argentina) son dos ciudades muy vinculadas al centro porteño y los flujos de visitantes de negocios son constantes. Entre los enclaves turísticos conviene destacar la presencia de importantes centros monumentales, especialmente el uruguayo de Colonia de Sacramento, núcleo colonial de origen portugués muy cercano a Buenos Aires, o el centro religioso y monumental de Luján (Argentina), que recibe anualmente más de cuatro millones de visitantes, ubicado en la Pampa, pero muy cercano a la capital. Parece evidente que el desarrollo futuro del turismo en la región depende de forma casi exclusiva de la dinámica económica de Argentina, por lo que se debe tener muy en cuenta su evolución. En la actualidad la economía del país está en crecimiento, pero el poder adquisitivo de los argentinos tiende a disminuir, con lo que la desarrollada clase media, artífice del turismo masivo de zonas próximas del litoral, puede ver mermado su potencial.
9.7.2. La “riviera” de La Plata Integra las costas argentina y uruguaya más allá del estuario, e identifica el espacio turístico más desarrollado de todo el litoral sudamericano, con una presencia prácticamente continua de infraestructuras en
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Parte III: Las regiones turísticas
toda su longitud. La historia del turismo en la región no es reciente, sino que se remonta a principios de siglo cuando los porteños, siguiendo las pautas dominantes en Europa, empiezan a construir sus espectaculares residencias en estas costas. El centro más antiguo, importante y celebrado es Mar del Plata, una de las ciudades turísticas más grandes del mundo, donde en plena temporada estival (diciembre-marzo) millones de visitantes inundan sus calles. Hoteles, apartamentos y campings marcan el grueso de los medios de acogida, que van vertebrando poblaciones como Necochea, Mar Chiquita o Pinamar. Esta última ha tomado el relevo de Mar del Plata por lo que al turismo de elite se refiere, y disputa la capitalidad a la uruguaya Punta del Este en sofisticación y variedad de la oferta turística. El desarrollo turístico incluye casinos, parques temáticos, campos de golf, urbanizaciones turísticas, y un largo etcétera, tanto en la costa argentina como en la uruguaya. Este último país, aunque menor en cantidad, ofrece unos servicios que confieren a su economía una cierta dependencia de un turismo que, como se ha apuntado, está centrada en los flujos de visitantes procedentes de Argentina.
9.7.3. La Pampa Martín Fierro, el “gaucho bueno”, no sólo es un mito en Argentina, también lo es en Uruguay y en Río Grande do Sul, donde el paisaje llano u ondulado confiere una magnifica oportunidad para la contemplación de amplios horizontes y para revivir el ambiente de libertad que caracteriza la vida del gaucho. Esta imagen ha permitido que la región, tradicionalmente agraria, haya desarrollado una oferta de turismo rural muy competitiva y atractiva. Numerosas estancias, algunas realmente lujosas, ofrecen alojamiento y actividades que sintonizan claramente con la demanda de las poblaciones urbanas próximas. Esta actividad, aunque necesariamente limitada por los alojamientos, es complementada por los valores naturales de la región, especialmente en la Pampa argentina, donde se encuentra la Sierra de la Ventana, lugar de ocio y deporte para los porteños en el interior. Se trata de unas montañas de escasa altitud, pero de paisajes escénicos muy atractivos y adecuados para la práctica de deportes como el piragüismo, la pesca, el senderismo, etc. La afluencia masiva ha
favorecido el desarrollo de instalaciones especializadas como por ejemplo campos de golf, hotelería, e incluso casinos, con lo que su aprovechamiento turístico es muy elevado.
9.7.4. La costa del sur de Brasil y el norte de Uruguay Esta extensa zona destaca por unos usos turísticos menos continuados espacialmente, y explícitamente vinculados a centros de población cercanos y su área de influencia. El área es de las más desarrolladas económicamente de todo Brasil, lo cual justifica su inclusión en la región de La Plata. La costa es muy variada, con zonas litorales arenosas y otras de acantilados, debido a la proximidad de las sierras litorales. Son precisamente estas últimas las que ejercen una gran influencia sobre el paisaje de la región, diversificando sus hábitat, de forma que se pueden encontrar paisajes de montaña a pocos kilómetros del litoral. Este paisaje natural se ve complementado por la presencia de colonias de inmigrantes europeos que han mantenido sus valores culturales; el resultado para el turismo es la existencia de pueblos alemanes en pleno Brasil subtropical como Blumenau, que con su famosa Oktoberfest (Fiesta de la Cerveza), que recibe más de 1 millón de visitantes, es una muestra evidente del papel que estos valores pueden ejercer en el turismo. Las zonas de montaña han adquirido presencia turística también como resultado de los valores climáticos, más adecuados para una población mayoritariamente de origen centroeuropeo, con lo que el turismo residencial tiene un notable desarrollo. El turismo es sobre todo doméstico, pero la presencia de argentinos es cada vez más importante, tanto en las zonas de montaña como en las litorales, donde numerosos centros turísticos han desarrollado sus infraestructuras de acogida centrados en el mar y la playa; Florianopolis y Laguna, ambas en el estado brasileño de Paraná, son dos buenos ejemplos. El litoral presenta, además, numerosos enclaves naturales de gran valor para el turismo de naturaleza, que poco a poco se va consolidando como uno de los más significativos de la región. La Ilha do Mel o la Laguna dos Patos son algunos de los lugares donde empiezan a desarrollarse infraestructuras de acogida centradas en la naturaleza y la práctica deportiva.
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Capítulo 9: América del Sur y Central
La región está bastante bien comunicada en la franja litoral, pero las vías de penetración hacia el interior son más escasas, lo que limita el desarrollo turístico del hinterland regional. Con todo, la densidad de vías es superior al del resto del país, fruto de su mayor desarrollo económico.
9.8. Patagonia Aproximadamente el paralelo meridional de 38º marca el comienzo de uno de los territorios más singulares del continente americano, Patagonia, donde los elementos naturales marcan la pauta de la presencia humana y de las actividades económicas. Una extensa región de un millón de km2 (dos veces la península Ibérica) con una densidad de población muy baja (menos de 2 hab/km2) y un poblamiento concentrado en fértiles valles al pie de los Andes, que en estos territorios australes no alcanza alturas tan importantes como en el resto de la cordillera pero ofrecen, en cambio, unos paisajes de montaña espectaculares. El clima, muy húmedo en la fachada occidental y en las montañas, pasa a ser casi desértico en el altiplano argentino a sotavento de los Andes. La actividad económica dominante en la región es la explotación agropecuaria, pero la industria petrolera en el extremo sur, y el turismo, especialmente en el piedemonte andino, son actividades en crecimiento. El escaso poblamiento ha supuesto un importante obstáculo para el desarrollo de las infraestructuras de transporte, aunque en conjunto, y dadas las condiciones naturales, no son especialmente malas. Algún ferrocarril, con usos más turísticos que convencionales, y carreteras comunican la región en dirección norte-sur a ambos lados de los Andes y por la costa atlántica, siendo la red de carreteras menos densa a medida que aumenta la latitud. En la franja chilena la comunicación terrestre no es posible en todo el territorio debido a la agreste tipología del relieve, con fiordos, islas y glaciares, por lo que la navegación regular cumple una función muy importante, y no sólo para el turismo. Con todo, es el transporte aéreo el que mejor se adapta al territorio, siendo abundantes los aeropuertos y aeródromos, y por supuesto el tráfico aéreo. La región goza de una envidiable imagen a nivel internacional por sus paisajes naturales, pero el grueso de visitantes son domésticos, especialmente de las áreas metropolitanas de Buenos Aires y Santiago. La razón de ello es la ubicación claramente excéntrica de
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Patagonia respecto a las grandes regiones emisoras del hemisferio Norte, lo que supone un elevado coste de transporte. El turismo doméstico, y también el internacional, acude en invierno a practicar esquí en alguna de las muchas estaciones acondicionadas, siendo la de Bariloche la más importante de todo el continente sudamericano. En verano, las actividades deportivas al aire libre como el senderismo o el descenso de aguas bravas se convierten en la principal motivación junto al ecoturismo. Este comportamiento general varía en la costa atlántica, cuyos principales alicientes son el sol y la playa y la observación de fauna; en el primer caso las concentraciones se producen en pleno verano (noviembre-marzo), mientras que en el segundo son sobre todo los períodos equinocciales los más favorables. En Tierra de Fuego, en el límite austral del continente, el turismo internacional adquiere una cierta importancia y presenta un carácter marcadamente estacional, centrado en el verano austral. El senderismo, el andinismo, los cruceros por los fiordos y la visita a la ciudad más meridional del mundo, Ushuaia (Argentina), son los principales alicientes. A pesar de tener como denominador común la latitud, la región patagónica es bastante heterogénea en usos turísticos, por lo que conviene identificar claramente sus áreas funcionales y usos turísticos diferenciales (cuadro 9.9 y figura 9.22).
9.8.1. Región andina Concentra la mayor parte de la infraestructura turística de la Patagonia y de los Andes en conjunto. Ello es debido al notable desarrollo del turismo residencial, a las óptimas condiciones para el turismo de esquí y a los numerosos parques nacionales que incluyen algunos de los parajes más celebrados de Sudamérica. Aunque es cierto que la mayoría de chilenos y argentinos consumen de forma preferente sus atractivos nacionales, la cordillera es muy accesible y los pasos fronterizos muy concurridos en época estival, por lo que ambas vertientes deben ser consideradas en una misma región turística. La característica geográfica más relevante es la numerosa presencia de lagos de origen glaciar, que como cuentas de un rosario recorren la Cordillera por ambas vertientes. Estos lagos han sido la base del desarrollo de centros turísticos y los más bellos han
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Parte III: Las regiones turísticas
CUADRO 9.9 División funcional de la Patagonia Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Región andina
Intenso, con áreas de turismo masificado. Turismo doméstico y transfronterizo de forma prioritaria
Turismo de esquí Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo residencial Turismo de salud Turismo cinegético
Costa Atlántica y altiplano
Poco intenso, disminución de la intensidad de uso correlativo con la latitud. Turismo doméstico, con enclaves de turismo internacional
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo cinegético
Fiordos chilenos del Pacífico
Poco intenso, turismo internacional y doméstico
Turismo de crucero Turismo de naturaleza Turismo deportivo
Región de Tierra de Fuego
Poco intenso, turismo internacional y doméstico
Turismo de naturaleza Turismo de crucero Turismo deportivo
quedado incluidos en los abundantes parques nacionales existentes. La Región de los Lagos es el nombre que recibe la zona más septentrional de los Andes patagónicos y destaca por el manto boscoso austral con bosques singulares de araucarias y alerces. En la vertiente chilena el paisaje cuenta con el aliciente de volcanes activos, muchos de ellos fácilmente accesibles, así como de manantiales de aguas termales. En la vertiente argentina, en cambio, el valor más destacado es el importante despliegue de infraestructura turística de aproximación a las montañas, pues las numerosas estaciones de esquí, teleféricos y funiculares permiten un tipo de uso similar al de las grandes regiones turísticas de montaña de Europa o América del Norte. La oferta de actividades turísticas es muy importante, e incluye senderismo, deportes de riesgo, esquí, caza, pesca y navegación por los lagos, además de los circuitos de interpretación de la naturaleza en parques nacionales como Nahuel Huapi, Lanín y Los Alerces en Argentina, o Puyuhue, Alerce Andino y Villarrica en Chile. Al sur de la región de los Lagos, los usos turísticos disminuyen en intensidad y, sobre todo, se dispersan territorialmente. Los parques nacionales concentran los principales núcleos turísticos, siendo
algunos de ellos de clara vocación internacional. El Parque Nacional de los Glaciares en Argentina y el de las Torres del Paine en Chile son los más significativos. El primero incluye el famoso glaciar Perito Moreno y el impresionante Fitz Roy, meca de turistas ávidos de espectáculos naturales sobresalientes. El Calafate, la población cercana, es un auténtico centro turístico a más de 50º de latitud Sur. El parque nacional de las Torres del Paine, accesible desde Puerto Natales, ofrece un paisaje espectacular y muy concurrido en la breve temporada veraniega por un público internacional dispuesto a la práctica del senderismo. Las infraestructuras turísticas son inferiores a las de Los Glaciares, pero suficientes para un territorio tan inhóspito. Las expectativas de la región son limitadas en crecimiento, pero las infraestructuras desarrolladas permiten un reconocimiento internacional y una cierta dependencia de la región de la actividad turística.
9.8.2. Fiordos del Pacífico La breve vertiente chilena de los Andes llega a su punto de máxima angostura al sur de Puerto Montt, donde inmensos fiordos y numerosas islas marcan un
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Capítulo 9: América del Sur y Central
FIGURA 9.22. El espacio turístico de la Patagonia.
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Parte III: Las regiones turísticas
paisaje de difícil acceso y con un desarrollo económico muy precario. La pesca, la explotación forestal y ganadera comparten con el turismo la dinámica económica de esta región, marcada por la imposibilidad de comunicaciones terrestres en amplios espacios, con lo que la dependencia del transporte marítimo y del aéreo es enorme. La isla más importante en tamaño es Chiloé, aunque los principales atractivos turísticos se encuentran en la zona de los fiordos y en los glaciares, que en algunas zonas llegan hasta el mar. Estaciones de esquí, cruceros y actividades de aventura son las principales ofertas, y el glaciar San Rafael constituye el principal destino de la zona. Como en la región de los Lagos, las comunicaciones transandinas impiden un aislamiento mayor en la zona y ofrecen una variedad de recursos importante para los visitantes. Coyhaique y Puerto Natales son los principales núcleos, y también los principales pasos hacia territorio argentino. En el archipiélago, un auténtico laberinto, se encuentran algunos parques nacionales, la mayoría muy poco accesibles, pero con importantes valores escénicos.
9.8.3. Tierra de Fuego El territorio más austral del Continente americano ofrece una importante variedad de recursos y una infraestructura turística relativamente desarrollada, que convierten la actividad turística en la más importante de esta región. Desde un punto de vista geográfico la región es la unión de Andes, fiordos occidentales y costa atlántica, y está repartida administrativamente entre Chile y Argentina, con contenciosos sobre la propiedad de territorios insulares que en más de una ocasión han estado a punto de provocar conflictos armados. Tanto interés por unos territorios tan australes tiene su justificación, la región es una importante área estratégica para la navegación (cada vez menos, pues el Canal de Panamá simplifica el tránsito transoceánico y evita la circunnavegación del continente) y presenta interés para la minería y el petróleo. Desde un punto de vista turístico la temporada es breve para el turismo internacional, y un poco más amplia para el doméstico, aunque debe constatarse que el clima es mucho menos riguroso de lo que las latitudes indican, al tener la influencia atemperadora del océano. Estaciones de esquí, parques nacionales, cruceros por el estrecho de Magallanes o el Canal
de Beagle, pero sobre todo el hecho de ser la tierra habitada más austral atrae visitantes de todo el mundo. Las poblaciones más importantes de la región son Punta Arenas en Chile y Ushuaia en Argentina, ambas puertos libres con objeto de permitir una dinámica económica. Las infraestructuras de acogida se concentran en estas dos poblaciones que son la base para los cruceros y los circuitos de naturaleza. Tierra de Fuego es, también, la punta de lanza de los cruceros antárticos, por ser el territorio más próximo al continente helado y, en este sentido, sus expectativas de crecimiento van en aumento, aunque todavía se trata de actividades incipientes.
9.8.4. Costa atlántica y altiplano Esta región ocupa la mayor parte del territorio patagónico, pero su desarrollo turístico no se encuentra al mismo nivel que en la zona andina. En el Atlántico argentino, tan sólo en la franja litoral del estado de Río Negro se localizan centros de veraneo con infraestructura para el desarrollo del turismo litoral. La mayor parte de estos centros, entre los que destacan Las Grutas y El Cóndor, cierran sus puertas el mes de abril hasta el siguiente noviembre, con lo que los usos turísticos son importantes pero muy estacionales. Más al sur, en el estado de Chubut, se encuentra uno de los escenarios más importantes de Sudamérica para la contemplación de fauna en libertad, la península Valdés, donde elefantes marinos, lobos de mar y pingüinos se concentran en grandes cantidades. El atractivo principal de la región es, no obstante, las ballenas, que en las aguas cercanas a la península acuden a aparearse en primavera (septiembre-octubre). El aprovechamiento turístico de las ballenas es óptimo, con numerosas agencias receptivas que ofrecen su contemplación, siendo el número de visitantes diarios muy controlado, con lo que no se llega a superar el umbral de sostenibilidad de la actividad turística. Trelew, por el aeropuerto, y Puerto Madryn son los principales núcleos de concentración de la oferta turística dirigida tanto al turismo doméstico como al internacional, e incluye también la pingüinera de Punta Tombo. Los pocos centros de turismo litoral son de uso prácticamente exclusivo del turismo regional que en enero y febrero veranea en el litoral. Más al sur el desarrollo turístico es muy limitado. Turismo de naturaleza y de negocios en las petroleras poblaciones de Comodoro Rivadavia y Río Galle-
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Capítulo 9: América del Sur y Central
gos, dos núcleos que actúan como ejes de comunicación hacia el interior de Patagonia, hacia Tierra de Fuego y hacia las islas Falkland o Malvinas. Las islas Malvinas, igual que la más alejada Georgia del Sur, presentan escasos usos turísticos, aunque sus expectativas de crecimiento no son despreciables y dependen mucho de las relaciones entre el Reino Unido, país a las que pertenecen, y Argentina; relaciones que poco a poco van mejorando después de la breve guerra entre ambos países por su dominio.
9.9. América Oriental Inmenso territorio que abarca toda la costa brasileña desde el estado de Sâo Paulo hasta la desembocadura del Amazonas, así como el altiplano interior, limitado por el oeste con las regiones del Pantanal y Amazonas. La diversidad física y humana de la región es manifiesta entre las zonas de interior y litoral e incluso en la misma costa, donde regiones densamente pobladas e industrializadas contrastan con territorios de economía de subsistencia y agricultura de exportación, mal comunicadas y con niveles de vida de los más bajos de todo el litoral sudamericano. La gran concentración demográfica se da en los estados del sur, en Río de Janeiro y en São Paulo, cuyas capitales homónimas figuran entre las más pobladas del mundo, especialmente São Paulo, que además tiene el principal parque industrial de toda Sudamérica. Las referencias demográficas del gigante brasileño respecto al resto de países americanos son necesarias para valorar con justeza su potencial: Brasil, con más de 150 millones de habitantes, supera en efectivos a la suma del resto de estados de Sudamérica. Su estructura demográfica es la de país en vías de desarrollo, con más del 40% de la población de menos de 15 años, población muy joven que se hacina en las grandes metrópolis, cuyos barrios de favelas son un característico espectáculo. Esta situación de miseria extrema contrasta de forma espectacular con una significativa elite que es, obviamente, la que genera el negocio en el turismo doméstico, mucho más importante para el conjunto del país que el turismo internacional. Las clases medias existen y tienden a consolidarse sobre todo en las áreas metropolitanas, pero en las zonas rurales y más pobres, la ausencia de clases medias agudiza el contraste. Brasil es, a pesar de todo, una de las grandes potencias económicas mundiales, con un PIB que figu-
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ra entre los 10 más importantes del mundo, aunque su deuda externa no es superada por ningún otro país en vías de desarrollo, con lo que la sangría económica parece no tener fin. Desde la perspectiva turística conviene destacar que la región incluye una oferta importante para el turismo de sol y playa, así como para el turismo deportivo de litoral. Algunos enclaves se han especializado en turismo internacional, pero la mayoría se centran en el doméstico, mucho más numeroso. Además de la costa, la proyección internacional de la zona se centra en el turismo urbano, en Brasilia, la capital, y especialmente en Río de Janeiro, una ciudad única por su paisaje y por su imagen festiva. Su rival relativamente cercano, São Paulo, tiene menos interés para el turismo de ocio y mucho más para el turismo de negocio, pues no en vano es la capital financiera e industrial de Brasil (cuadro 9.10 y figura 9.23).
9.9.1. São Paulo-Río de Janeiro Paulistas y cariocas son, sin duda, el principal mercado que consume los atractivos y servicios turísticos de ambas regiones. La costa es un continuo de poblaciones orientadas en su economía al turismo, con especializaciones en segmentos socioeconómicos y en determinadas actividades, como el surf o la naturaleza. Más al norte de esta gran concentración se encuentra el área de turismo litoral de Vitória, destino de los turistas procedentes del vecino Minas Gerais, que encuentran en estas costas su espacio litoral veraniego. Una de las características más destacadas del litoral es la proximidad de las sierras, que favorecen la existencia de acantilados y de costas muy escénicas, entre las que la propia ciudad de Río de Janeiro es paradigmática. Los usos turísticos no se limitan a las áreas de costa y los grandes núcleos urbanos, pues las montañas costeras ofrecen algunos importantes enclaves turísticos. El desarrollo del turismo residencial y hotelero es importante en poblaciones como Petrópolis, Teresópolis o Campos do Jordao, donde a menudo la presencia de inmigrantes europeos que han mantenido sus tradiciones y una arquitectura característica destaca todavía más el interés por este entorno. El contraste climático en pocos kilómetros es uno de los alicientes para la población de las grandes ciudades, mientras que el turismo internacional concentra su interés y actividades en Río de Janeiro y las playas cercanas.
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Parte III: Las regiones turísticas
CUADRO 9.10 División funcional de América Oriental Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
São Paulo-Río de Janeiro
Muy intenso, tanto para el turismo doméstico como el internacional
Turismo de negocios Turismo de sol y playa Turismo cultural Turismo de naturaleza
Minas Gerais
Poco intenso y enclavado. Turismo doméstico predominante
Turismo cultural Turismo industrial Turismo de naturaleza
El Noreste y la cuenca del Sâo Francisco
Turismo enclavado, con áreas de desarrollo intensivo y extensos territorios sin turismo
Turismo de sol y playa Turismo deportivo Turismo cultural
Región de Brasilia
Turismo puntual centrado en la capital para el segmento internacional
Turismo cultural Turismo de salud
9.9.2. Minas Gerais Este estado brasileño, importante demográficamente, se diferencia del resto de la región por los valores turísticos que contiene, atractivos sobre todo para el turismo doméstico que es quien los consume. La ubicación geográfica, en el altiplano, caracteriza un paisaje bastante humanizado y unos usos culturales definidos como muy tradicionales, donde los valores monumentales marcan el atractivo diferencial. Ouro Preto, Diamantina o Congonhas son algunas de las mejores muestras del barroco portugués americano, y el principal reclamo de la región junto con las minas, muchas de ellas acondicionadas para usos turísticos en la actualidad. El turismo internacional, escaso en la región, se centra en la motivación negocios, pues Belo Horizonte es la tercera ciudad del país con un importante sector industrial, pero el conjunto de la región tan sólo es atractivo para el turismo doméstico.
9.9.3. El Noreste Este extenso territorio ofrece una variedad espectacular de recursos, y presenta como principal carac-
terística turística su desarrollo reciente y en franco crecimiento. La especialización de las grandes ciudades en la actividad turística ha permitido la construcción de importantes complejos, que han servido de base para el desarrollo de zonas menores. Así, Salvador de Bahía, Aracaju, Maceió, Recife, Joao Pessoa, Natal o Fortaleza, todas ellas capitales de estado, tienen en la actualidad una importante infraestructura turística, y algunas de ellas, especialmente Salvador de Bahía y el entorno de Recife, una evidente proyección internacional en turismo. El turismo dominante, no obstante, es doméstico, sobre todo el procedente de las grandes metrópolis del sur, para cuyos habitantes esta región del noreste es como un territorio desconocido, tal es la diferencia que existe desde el punto de vista económico y cultural. Este contraste se refuerza en el paisaje, que, condicionado por un clima tropical, ofrece extensos espacios de escasa vegetación e incluso semideséticos. Entre los valores naturales más significativos destaca la gran barrera de coral que da nombre a la ciudad de Recife, y que se ha convertido en destino mundial para los practicantes del submarinismo. Los valores culturales más destacados son la música de influencia africana y los centros monumentales de Olinda y la propia Salvador.
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Capítulo 9: América del Sur y Central
FIGURA 9.23. División funcional de América Oriental.
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Parte III: Las regiones turísticas
9.9.4. Cuenca del São Francisco Forma la mayor parte del territorio de Brasil oriental, y se caracteriza por la escasa presencia humana en un paisaje dominado en parte por el desierto (el sertao), donde el río actúa como principal fuente de vida y de actividad. El escaso turismo existente es doméstico, y su actividad principal, además de la navegación fluvial, se centra en la práctica de la pesca y de actividades deportivas en los embalses. La región cuenta con zonas donde la vegetación es mucho más exuberante, usualmente en las zonas más montañosas. Algunas de estas zonas están catalogadas como parques nacionales, lo que favorece el reconocimiento entre el turismo doméstico, pero la dificultad de acceso, la distancia y un escaso desarrollo de servicios impiden unos usos mayores. De todos estos espacios destaca, por su proximidad al litoral, el de Ubaraja, que ofrece una adecuada accesibilidad para turistas. El sertao es el dominio de la agricultura extensiva, y los usos turísticos son prácticamente inexisten-
tes, tan sólo algunos operadores regionales incluyen en sus catálogos las ferias de ganados o actos folclóricos y religiosos.
9.9.5. Región de Brasilia El entorno de la capital federal presenta dos tipos de usos turísticos: el del turismo internacional y el doméstico. En el primer caso el único atractivo del área es la propia capital, por su singular génesis y su arquitectura única, como ya se comentó en el capítulo 5. Este tipo de turismo llega siempre vía aérea a la capital, y no consume más que horas en esta ciudad. En cuanto a motivaciones, las principales son las culturales, pero son destacables la de negocios y la de carácter político-administrativo. Para el turismo doméstico la capital continúa siendo un importante aliciente, sobre todo para el procedente de las áreas litorales, pero el espacio turístico se expande hasta ciudades monumentales y centros termales, complementado por un paisaje natural de un cierto reconocimiento.
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10 EUROPA Isabel Crespo Antón
Europa Nórdica Europa Atlántica El Mediterráneo Los espacios insulares mediterráneos Europa Alpina Europa Central y danubiana Los Confines de Europa Perspectiva global de las regiones de Europa
10.1 10.2 10.3 10.4 10.5 10.6 10.7 10.8
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Parte III: Las regiones turísticas
Desde los inicios del turismo, con aquellos viajeros que realizaban el iniciático Gran Tour, pasando por la aristocracia británica que buscaba las soleadas costas mediterráneas a inicios del xix , hasta alcanzar las voluminosas cifras que arroja en la actualidad el turismo de masas, Europa ha ido paulatinamente, y en ocasiones con gran rapidez (España en los años sesenta y setenta, República Checa en los noventa), convirtiéndose en el primer espacio turístico mundial. Los datos disponibles muestran que en la actualidad Europa es líder en cuanto a número de turistas internacionales (372.353.000 en 1998) e ingresos económicos (226.104 millones de dólares), calculando que la industria turística ocupa a 9 millones de trabajadores. No obstante, del
análisis de la evolución del turismo en Europa y en el resto del mundo puede constatarse que el continente europeo está perdiendo posiciones en los últimos años frente a las nuevas ofertas, que entre otras muchas, surgen especialmente en el Sudeste Asiático y en las costas del Pacífico. Los principales destinos turísticos del continente se identificaban hasta hace poco exclusivamente con la Europa Meridional y Occidental. No obstante, los cambios políticos experimentados desde el derrumbamiento del Muro de Berlín han tenido importantes repercusiones a nivel turísitico y han variado sustancialmente el posicionamiento de algunos destinos europeos. Francia, España e italia no han reflejado cambios en los últimos años ocupando las tres primeras posi-
FIGURA 10.1. Llegadas de turistas internacionales a Europa. Fuente: OMT (1997).
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Capítulo 10: Europa
ciones en llegadas de turismo internacional con 70, 47 y 34 millones respectivamente al año, aunque los mencionados cambios políticos han permitido a Hungría, Polonia y la República Checa aparecer entre los 10 primeros puestos, desplazando en posiciones a países de gran prestigio turístico como Suiza y Alemania. Las cifras de ingresos por turismo clarifican y desmitifican las frías cifras de llegadas de turistas y permiten un óptimo análisis de la repercusión económica que supone para el país receptor la invasión millonaria de turistas. Así, mientras Francia se mantiene líder tanto en número de turistas como en volumen de ingresos que éste genera (aun a pesar del destacado valor del turismo de paso), España, con una cifra superior en 16 millones de turistas a la recibida por italia, contabiliza ingresos inferiores a los del cercano país y Hungría con cifras destacadas de turistas (séptimo de Europa en llegadas en 1997) no figura entre los 10 primeros puestos de ingresos debido a las especiales características de su demanda. El turismo es en la actualidad clave en la estructura económica de algunos países al permitirles salvar las diferencias de la balanza comercial (caso de España) y en otros (países de la ex-Europa del Este) ha sido, durante la década de los noventa, una estrategia de aproximación al mundo occidental y una forma de mejorar su maltrecha economía. La figura 10.1 muestra cuál es la realidad del turismo internacional y refleja la supremacía de los destinos mediterráneos como consecuencia de los flujos balneo-heliotrópicos que drenan sus espacios costeros, consumidos masivamente tanto por el turismo internacional como por el doméstico. Los conflictos bélicos que han asolado a la antigua Yugoslavia se concretan en el descenso de turismo a la zona; y el sector oriental europeo, a excepción de la Federación Rusa, reorienta posiciones, pues algunos países como Bulgaria y Rumanía, destinos masivos antes para ciudadanos el bloque comunista, han sido desplazados por los clásicos destinos mediterráneos o por otros países de la misma zona por motivos diversos, que incluyen desde la motivación cultural a la de trueque de mercancías. El complejo mosaico de los distintos destinos turísticos de Europa permite no generalizar en cuanto a la procedencia del turismo internacional. En un importante grupo de países el turismo de proximidad o fronterizo es muy destacado, pero al que hay que sumar un turismo doméstico que suele representar
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porcentajes muy elevados. Es el caso de los países nórdicos y de algunos centroeuropeos. En otros, como los que acogen a los clásicos espacios costeros mediterráneos masivos (España, italia o Grecia), prima el turista que proviene de áreas distantes atraído por las excelentes condiciones climáticas (figura 10.2).
Otros 35% Dinamarca 3% Austria 4% Suecia 5% Francia 4%
Italia Benelux 7% 7%
Reino Unido 17%
Alemania 20%
FIGURA 10.2. Llegadas de turistas a Grecia. Fuente: OMT (1997).
En otros casos, el país (como Francia) aglutina tal variedad de recursos y se halla por ende en una posición de tránsito, que es difícil que pueda perder su supremacía como primer destino europeo con capacidad de atracción en todo el continente. Finalmente, algunos países, por su insularidad y por motivos culturales, son identificados por algunos mercados emisores como primera escala para alcanzar Europa. El Reino Unido es el país que mejor lo ejemplifica, pues mientras que en la mayor parte de países europeos las llegadas del propio continente alcanzan valores próximos al 80%, en su caso son sensiblemente inferiores, próximas al 51% (figura 10.3).
África Otros Japón 3% 24% 2% Australia 3% Canadá 3% Estados Unidos 13% España Italia Benelux 3% 4% 12%
Francia 14% Alemania 11% Irlanda 8%
FIGURA 10.3. Llegada de visitantes al Reino Unido. Fuente: OMT (1997).
Como corresponde a países desarrollados, el turismo doméstico es muy importante en toda Europa, y corrige las disfunciones plasmadas en la figura 10.1.
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 10.4. Regiones geográfica y turísticamente homogéneas.
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Capítulo 10: Europa
Los países escandinavos y algunos centroeuropeos poseen las más elevadas tasas de propensión al viaje; y gran parte de esos movimientos turísticos, especialmente aquellas vacaciones cortas realizadas dos y tres veces a lo largo del año, se realizan en el propio país, reservándose las de mayor duración para los desplazamientos al extranjero. Algunos países, con Alemania como ejemplo más representativo, son destinos turísticos importantes en el continente tanto por el turismo doméstico, que es el que sustenta su desarrollada industria turística, como por el internacional; pero a su vez son un potente e importante mercado emisor ya que 1 de cada 5 turistas en Europa proviene de Alemania. En ocasiones puntuales, crisis económicas afectan a países caracterizados por ser importantes emisores, como en alguna ocasión Gran Bretaña; y a su vez otros más especializados durante años como eminentemente receptores (italia) han variado su dinámica turística y han doblado su presencia en otros destinos turísticos. Un complejo panorama, por tanto, el que presenta Europa, susceptible de cambios y en el que hasta hace poco las políticas monetarias y en la actualidad las estrategias de los grandes operadores internacionales son decisorios. La identificación de regiones turísticas que plasma la figura 10.4 intenta recoger unidades geográficas turísticamente homogéneas. Excepto en el caso de la zona que se acoge al título de Confines de Europa, en que las propias dimensiones dificultan cualquier posibilidad de homogeneidad y su unión se reduce a su función periférica, en el resto de áreas se ha pretendido aunar criterios geográficos con valores turísticos similares, lo que ha llevado en países de considerable extensión (Francia, España, Alemania) a su segregación en distintas zonas, y en el caso de otros como Portugal a huir de su clásica concepción como país exclusivamente atlántico. El pequeño tamaño de los países europeos es una de las características dominantes, lo cual desaconseja un tratamiento muy detallado en bien de una mejor comprensión global.
10.1. Europa Nórdica La región acoge al conjunto de los cinco países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Suecia, Noruega e islandia) que desde el punto de vista geográfico, histórico y cultural presentan afinidades comunes. Por razones funcionales se incluye también la península rusa de Kola y el litoral de las repúblicas bálticas.
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La unidad de los Países Nórdicos se concreta a su posición en el norte de Europa, a sus vínculos políticos (Consejo Nórdico) y a su pasado común: llegada de los vikingos noruegos a islandia en el siglo ix, dominación sueca durante más de seis siglos de Finlandia a partir del siglo xii, unión de Kalmar en 1397 que sellaba la unión de Dinamarca, Suecia y Noruega, etc. Una aproximación a aspectos geográficos permite establecer, no obstante, marcadas diferencias entre ellos. Dinamarca es el país más pequeño con tan sólo 43.000 km2, islandia posee 102.000 km2 y los restantes entre 300.000 y 500.000 km2. A su vez, Dinamarca cuenta con Groenlandia, en la zona polar ártica, y las islas Feroe, a medio camino entre las costas atlánticas noruegas e islandia. También su densidad de población ofrece valores fuertemente contrastados: los 250.000 habitantes de islandia (2,3 hab/km2) contrastan con los más de 5 millones de daneses (120 hab/km2) y los 8,6 millones de suecos (19 hab/km2). El relieve presenta también aspectos muy diferenciados. Si bien el conjunto de los países nórdicos, salvo las islas atlánticas, son una extensa plataforma de rocas antiguas cuya formación se remonta al Paleozoico, posteriores procesos de orogénesis, erosión y glaciarismo permiten contemplar hoy paisajes muy diversos y sumamente atractivos desde el punto de vista turístico. Así, a los escarpados Alpes escandinavos que separan Suecia y Noruega con altitudes que alcanzan los 2.468 m (Joetunheim), se oponen las llanuras danesas, continuación de la noreuropea, e interrumpidas por escasas alturas que en ningún caso superan los 200 m. Las costas peninsulares occidentales danesas, arenosas con dunas y marismas, se contraponen a los bellos fiordos noruegos. Finlandia tiene más de dos terceras partes de su territorio a menos de 200 m de altitud, y cubierto a su vez por más de 200.000 lagos y frondosos bosques que son la principal riqueza del país, de la que derivan sus importantes exportaciones papeleras. Suecia ofrece el contraste de sus costas meridionales con numerosas bahías, sus paisajes lacustres al sur, y un norte montañoso con alturas de más de 2.000 m. Finalmente, islandia puede ser considerada la tierra del hielo y del fuego, con extensos territorios cubiertos de glaciares y más de 200 volcanes, algunos de ellos en actividad. El clima, condicionado esencialmente por la posición latitudinal, presenta importantes contrastes. Las costas noruegas no presentan dificultad para la navegación y para la actividad humana debido a la influencia suavizadora del clima que les otorga la corriente
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cálida del Golfo. La oposición latitudinal-longitudinal que ofrecen países como Suecia ocasiona un clima casi ártico al norte, en su área lapona, y otro más templado y húmedo al sur, que favorece el asentamiento de la población; mientras que Dinamarca presenta características climáticas más moderadas y homogéneas. Por último, islandia, por su posición fronteriza entre masas de aire y corrientes marinas de distinta procedencia ofrece costas occidentales y meridionales libres de hielo durante todo el año, en oposición a las costas septentrionales afectadas por la corriente polar groenlandesa. El paisaje vegetal difiere también entre las diversas regiones, ya que en este grupo se encuentra el país con más bosques de Europa, Finlandia, con más del 70% de su territorio cubierto de bosques de coníferas; y el menos boscoso, islandia, en el que no hay superficie forestal. Y entre la tundra del norte de Finlandia y los bosques de hayas de Dinamarca y de Suecia meridional se puede admirar una amplia gama de paisajes vegetales. La economía de los países nórdicos presenta rasgos comunes. Poco desarrollo de la agricultura; un sector ganadero destacable esencialmente en Dinamarca; gran auge de la silvicultura en Finlandia, Suecia y Noruega; una importante actividad pesquera desarrollada sobre todo en Noruega e islandia debido a las excepcionales condiciones que presentan las costas atlánticas y del Mar del Norte; y una falta de carbón y cierta escasez de materias primas minerales que fue la clave de su tardía industrialización. La presencia de hidrocarburos es escasa en la zona con excepción del hallazgo de yacimientos petrolíferos en el mar del Norte por Noruega en la década de los setenta, lo que le permitió convertirse en el país nórdico más rico. Esta posición preeminente fue la posible razón de su negativa a ingresar en la Unión Europea, mientras que sí lo hicieron Suecia, Finlandia y Dinamarca. La sociedad nórdica ha alimentado asimismo tabúes y tópicos que eran envidiados por el resto de países y que están en el origen de la particular visión que de sus ciudadanos se tuvo durante años en los países meridionales europeos, y que el turismo contribuyó con el tiempo a desmitificar. A su vez, su hasta hace poco envidiable estado de bienestar, hoy cuestionado en ocasiones por dificultades de gestión, y su particular concepción del disfrute de la naturaleza marcan su conducta turística, que se manifiesta con una alta propensión al viaje, una de las más elevadas de Europa.
El turismo doméstico es de gran importancia en la totalidad de países a excepción de islandia, que no alcanza los elevados niveles de vida de sus vecinos. En algunas naciones como Suecia y Finlandia, las pernoctaciones de sus propios ciudadanos representan el 80% del total. No obstante, es en estos dos últimos donde los esfuerzos para captar más demanda extranjera son visibles en los últimos años y las cifras de turismo internacional progresan de modo constante. Son preferentemente los propios países del conjunto nórdico quienes dominan el turismo internacional. El cuadro 10.1 refleja a su vez algunos de los principales mercados de turismo ajenos al conjunto nórdico. Alemania es, como en otros muchos destinos turísticos, el principal mercado, más si cabe aquí por obvias razones de proximidad como en el caso de Dinamarca. Lo mismo sirve para las cifras del Reino Unido y de los Países Bajos. La Federación Rusa juega a su vez un importante papel en Finlandia, por la escasa distancia que separa Helsinki de San Petesburgo. Entre los mercados emisores de reciente aparición figuran los países de la antigua Europa del Este y los estados bálticos, incluidos todos ellos, al igual que países centroeuropeos como Austria y Suiza, en el apartado de Otros. De entre los mercados de larga distancia hay que destacar a Estados Unidos y Japón, con una importante presencia en Noruega e islandia. Las tendencias apuntan hacia un aumento constante de la demanda extranjera, máxime teniendo en cuenta los atractivos singulares que poseen. La mayor experiencia viajera que tienen actualmente los ciudadanos europeos, el aprecio por la calidad medioambiental, así como el deseo de vacaciones activas en contacto pleno con la naturaleza hacen de este conjunto de países un filón a explotar. El caso de islandia así lo atestigua. Este desconocido país para el turismo hasta los años ochenta pasó la barrera de los 100.000 turistas por vez primera en 1986. Desde entonces las cifras de llegadas de turistas han progresado constantemente hasta alcanzar los 201.666 turistas recibidos en 1997. La figura 10.5 muestra la repercusión que el turismo presenta en la balanza de pagos. La explicación del caso danés, máxime teniendo en cuenta las reducidas dimensiones del país y la casi necesidad de realizar viajes al extranjero que de ello se deriva, reside en el marketing realizado por su gobierno potenciando los viajes por el propio país y subvencionando las tarifas aéreas de vuelos internos. A su
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Capítulo 10: Europa
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CUADRO 10.1 Pernoctaciones de turistas en los países nórdicos según los principales mercados de origen (miles de noches) Origen
Noruega
Suecia
Dinamarca
Finlandia
Islandia
5.039 995 890 687 — 450 247 252 92 124 (s.d.) 336 162 804
7.702 1.941 853 — 1.539 417 168 417 415 161 78 322 124 1.267
10.918 4.339 — 1.947 1.358 395 142 776 146 208 (s.d.) 291 110 1.206
3.645 453 89 626 164 248 118 122 — 103 549 198 132 843
201 29 20 19 16 23 9 7 4 5 (s.d.) 32 2 35
TOTAL Alemania Dinamarca Suecia Noruega Reino unido Francia Países Bajos Finlandia Italia F. Rusa EE. UU. Japón Otros
Fuente: Datos de la OMT, 1997 (excepto Suecia, 1996).
vez ha realizado una fuerte campaña de promoción para captar turismo extranjero ofreciendo algunos productos turísticos distintivos como son sus casasgranjas y la presentación de Copenhague como la ciudad centro de congresos más importante del norte de Europa. El privilegio de ser durante el año 1996 Capital Europea de la Cultura enfatizó y contribuyó aún más a su promoción.
8.000 6.000 4.000 2.000 0
Islandia
Finlandia
Dinamarca
Suecia
–4.000
Noruega
–2.000
Ingresos por turismo Gastos por turismo Saldo FIGURA 10.5. Ingresos y gastos por turismo internacional en los Países Nórdicos. Fuente: OMT (1997).
Todos los países escandinavos poseen una excelente infraestructura de transporte. Finlandia ha realizado en los últimos años un proceso de adecuación pues percibe en el turismo una forma de reequilibrar la economía de sus zonas rurales. En los viajes hacia los países nórdicos desde naciones meridionales, el aeropuerto de Copenhague juega un importante papel de enlace, al igual que el de Reikiavik lo hace en vuelos transoceánicos. Las singulares características de Noruega hacen que los cruceros por sus costas y fiordos junto con desplazamientos en avión sean el medio habitual de recorrer y conocer el país, máxime teniendo en cuenta las dificultades que su orografía impone a los desplazamientos por carretera. Noruega, Suecia y Dinamarca cuentan con una excelente comunicación entre ellos gracias a las numerosas conexiones vía ferry que los enlazan entre sí y a su vez a los principales puertos alemanes, polacos y de las repúblicas bálticas. Las zonas más remotas, incluida Laponia, no presentan ninguna dificultad de acceso mediante enlaces aéreos. La temporada turística difiere al tener en consideración el turismo doméstico e internacional. Por obvias razones climáticas éste se produce mayoritariamente en verano (mayo-octubre) para disfrutar de los espectaculares paisajes, del Sol de Medianoche, de las famosas noches blancas o de los volcanes y glaciares islandeses. El turismo doméstico presenta valores similares a lo largo de todo el año. En la época de invierno rigu-
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roso los deportes de invierno como el esquí de fondo atraen a gran cantidad de público. Durante el resto del año las actividades al aire libre que combinan el disfrute de la naturaleza con actividades deportivas están presentes en el modo de disfrutar del tiempo de vacaciones (cuadro 10.2 y figura 10.6).
10.1.1. Laponia El paralelo 67 o Círculo Polar Ártico marca el territorio de los lapones o “samis”. Diseminados por un vasto territorio de centenares de miles de km2 y de límites físicos poco precisos en el sector occidental, ocupan la península de Kola (Federación Rusa) y áreas del norte de Noruega, Suecia y Finlandia, y constituyen uno de los atractivos más explotados en los últimos años. Las tradicionales formas de vida de los lapones, basadas en el cuidado de sus rebaños de renos y en la pesca y su vida seminómada se han transformado y adaptado a las exigencias del turismo, y sólo en los museos y lugares más remotos es posible constatar la rápida evolución que esta mino-
ría está experimentado. Trineos a motor, helicópteros para controlar los rebaños y motos de nieve sustituyen a los ancestrales medios de desplazamiento y son para el turista un singular producto turístico, convirtiendo a Laponia en un paraíso de la naturaleza a descubrir. Cualquier estación es válida para ello. En verano, con más de 70 días de 24 horas de luz, safaris en canoas, campeonatos de búsqueda de oro (Tankavaara) o la práctica del golf se suman a los bellos escenarios naturales. La visita al Cabo Norte, el extremo más septentrional de Europa en la isla de Mageroy, es el motivo principal del viaje para poder contemplar el Sol de Medianoche cuando roza el horizonte. La comercialización de Laponia en verano es más exitosa en su pequeño sector noruego, Finmark, por la posibilidad de ofrecer su visita como un complemento a un recorrido por los fiordos noruegos. Finlandia, desde la proclamación en 1984 de su territorio lapón (Saami) como país de Santa Claus, ha orquestado un excelente marketing con Rovaniemi como capital y punto de acceso a la región. En invierno, a los atractivos escenarios recorridos con trineos o trekking en moto-ski, se suma la posibilidad de cru-
CUADRO 10.2 División funcional de la Europa Nórdica Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Laponia
Poco intenso pero en crecimiento. Turismo internacional y doméstico
Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo cultural Turismo étnico
Fiordos Noruegos
Importante tanto para el turismo doméstico como para el internacional
Turismo de naturaleza Turismo cultural Turismo de cruceros
Alpes Escandinavos
Turismo enclavado, dominio exclusivo del turismo doméstico
Turismo deportivo Turismo de esquí Turismo de naturaleza
Las regiones lacustres
Turismo doméstico dominante. Incipiente desarrollo de algunas áreas para el turismo internacional
Turismo de naturaleza Turismo fluvial Turismo cultural
El “sur” nórdico
Muy intenso para el turismo doméstico. Puntual y centrado en las capitales para el internacional
Turismo cultural Turismo de sol y playa Turismo de cruceros Turismo de congresos
Islandia
Puntual y de escaso desarrollo
Turismo de naturaleza
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FIGURA 10.6. El espacio turístico de la Europa Nórdica.
Capítulo 10: Europa
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Parte III: Las regiones turísticas
ceros en buques rompehielos por la helada corteza que ofrece el Báltico en el golfo de Botnia. Diversos aeropuertos enlazan las capitales nórdicas con los princiaples destinos lapones. Alta (Noruega), Kiruna (Suecia), Rovaniemi e ivalo (Finlandia) y Murmansk (península de Kola) son las puertas de acceso a esta singular región europea.
10.1.2. Los fiordos noruegos Constituyen uno de los atractivos de mayor reconocimiento de esta región. La intrincada, dentellada y escarpada costa noruega de más de 20.000 km de longitud penetra profundamente en el país con sus fiordos y sus ramificaciones que fueron excavados en su día por enormes glaciares. Las montañas, a menudo cubiertas de nieve, se levantan abruptas a ambos lados, y cuando se produce el deshielo, las cascadas se suman a los ya de por sí bellos escenarios naturales. Bergen es considerada la “capital de los fiordos”. Esta antigua ciudad miembro de la Liga Hanseática conserva de aquella época el barrio de Bryggen, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. La ciudad sirve de base para los cruceros de corto recorrido que se adentran en los fiordos cercanos, destacando por su belleza el Hardangerfjord y el Sognefjord, conocido como “el rey de los fiordos” con más de 225 km de longitud. Desde la capital noruega son miles los turistas que enlazan vía aérea con la ciudad para iniciar este recorrido. Desde ella y mediante sucesivos enlaces aéreos y otros pequeños cruceros se accede a los lugares más privilegiados de la costa noruega: Trondheim (con la más bella catedral gótica del país), Bodo, los archipiélagos de las islas Lofoten y Vesterâlen, Tromso (centro de investigación de fenómenos árticos), Alta (con pinturas rupestres de más de 5.000 años de antigüedad) y como meta final el Cabo Norte. La extensión de la costa noruega permite un crucero de 11 días de duración en el Hurtigruten, el expreso costero que enlaza Bergen con Kirkenes en el océano Ártico y límite de la Laponia noruega con la rusa. De difícil realización por el turismo internacional por su larga duración, es consumido principalmente por el turismo doméstico.
10.1.3. Los Alpes escandinavos Son el reino de los trolls, los duendes o espíritus malignos de la mitología noruega que viven en los
bosques y acechan al viajero. De escaso reconocimiento para el turismo internacional, salvo acontecimientos singulares como los Juegos Olímpicos de 1994 en Lillehammer, esta área permite el disfrute de la naturaleza en sus innumerables Parques Nacionales así como todo tipo de prácticas deportivas. Competiciones de esquí de fondo como la famosa Carrera Vasa en Suecia, de saltos de esquí, de orientación, de campo a través (la popular O-Ringen, en Suecia), pesca del salmón, descenso de rápidos, etc., fundamentan la predilección que noruegos y suecos sienten por esta zona.
10.1.4. Las regiones lacustres En Finlandia y Suecia contrastan las mesetas densamente arboladas del norte que se aproximan a las cimas montañosas, con los escenarios lacustres del sur donde se concentra su población. La presencia de lagos, más de 60.000, la yuxtaposición de agua y tierra formando un intrincado laberinto, han otorgado a Finlandia el calificativo de “país de los mil lagos”. La región de los lagos de Saimaa de 44.000 km2 es uno de los destinos en auge para el turismo internacional. Su comercialización turística ofrece la posibilidad de disfrutar de la naturaleza, practicar todo tipo de actividades deportivas como remo, windsurf, senderismo, pesca, etc., a la vez que se ofrece alojamiento en típicas cabañas con sauna incluida. Menor superficie ocupan los lagos suecos, 5.500 km2, con casi nulo reconocimiento por el turismo internacional pero con enormes posibilidades para el doméstico. El Göta Kanal permite enlazar Göteborg en el Mar del Norte con Estocolmo en el Báltico a través de los lagos de Vänern y Vättern. Esta ruta fluvial creada hace casi 200 años para el transporte de mercancías es un idílico recorrido de más 500 km que los suecos realizan en barcos de vela, lanchas de motor o en embarcaciones creadas para tal fin.
10.1.5. El Báltico nórdico Desde el estrecho de Skagerrak y las costas occidentales danesas hasta las zonas más orientales del golfo de Finlandia, esta área costera surcada de cientos de pequeñas y medianas islas acoge a los destinos turísticos más importantes de este singular conjunto
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de países. La relativa proximidad de tres de las capitales nórdicas (Copenhague, Estocolmo y Oslo) y la escasa distancia existente entre la capital danesa y la costa sur de Suecia, fácilmente superable en la actualidad mediante el puente que une ambas orillas, permite todo tipo de combinaciones de acceso para el turista internacional. Enlaces aéreos y ferries se aúnan en viajes de corta duración que consumen un par de días a lo sumo en cada una de las capitales, alrededores incluidos, y que en ocasiones finalizan con un recorrido por los fiordos noruegos y el área lapona. Sólo es una excepción Helsinki, que por su ubicación más oriental, su proximidad a la bella ciudad rusa de San Petersburgo y el orquestado marketing de otras zonas del país ya comentadas se individualiza del resto de capitales en cuanto a su comercialización. El turismo cultural, el de congresos, el de acontecimientos singulares (concesión de los Premios Nobel) o el mero hecho de disfrutar de los bellos escenarios naturales, donde se ubican estas cuatro capitales nórdicas, así como apreciar el sello inconfundible de su arquitectura funcional creada por prestigiosos arquitectos, son los principales reclamos para el turismo internacional. Los tópicos turísticos son fáciles de identificar: La Sirenita, el Parque de atracciones Tivoli y los muelles de Nyhvan para Copenhague; la arquitectura de Alvar Aalto en Helsinki; los grupos escultóricos de Gustav Vigeland o los museos vikingos de Oslo; y el barrio antiguo (Gamla Stam) y el emblemático edificio del Ayuntamiento que acoge algunas de las ceremonias de la concesión de los Nobel en Estocolomo. El visitante consume el espacio próximo a las capitales intentando visitar castillos que recuerden el príncipe Hamlet, ver el sello inconfundible de la cultura vikinga, visitar reconocidas universidades (Uppsala), comprar artículos de bello diseño o navegar por lagos y canales que permanecen helados en invierno, aportando aún mayor encanto. El verano es la época propicia, sumándose así las “noches blancas” a los demás atractivos. Para el turismo doméstico el área ofrece mayores posibilidades al localizarse aquí las zonas más frecuentadas para el turismo de sol y playa: las costas meridionales occidentales de Suecia, el archipiélago de las Aäland, las islas de Gotland y Öland, o las playas arenosas de algunas costas danesas. La proximidad de las repúblicas bálticas favorece los cruceros de corta duración, menos de 24 horas en muchos de los casos, que tienen como única finalidad disfrutar de unas horas de ocio mediante la posibilidad de con-
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sumir alcohol sin los altísimos impuestos con que este producto está gravado.
10.1.6. Islandia Glaciares y volcanes en actividad (un promedio de erupción cada cinco años) comparten escenografía en la “Tierra del Hielo”. Desconocida para el turismo internacional hasta la decáda de los ochenta, no lo fue para Julio Verne que eligió su capital, Reikiavik, para el comienzo de su “Viaje al centro de la Tierra”. A casi un millar de kilómetros de las costas noruegas y a sólo 300 de Groenlandia, su pertenencia a Europa está determinada más que por factores geográficos por la historia de su colonización en el siglo ix por vikingos procedentes de la actual Noruega. Contrariamente al resto de países nórdicos, su origen geológico es reciente y está aún en formación como producto de un vulcanismo no extinguido. Al mismo tiempo es el lugar de Europa donde las glaciaciones más se prolongaron, cubriendo en la actualidad más de una décima parte de la isla. El Vatnajökull es el glaciar mayor de Europa con sus más de 8.000 km2. Su economía se basa en la pesca del bacalao que exporta en un 80%. La abundante energía hidroeléctrica y geotérmica es canalizada para el uso de la población. El turismo no es contemplado como uno de los medios de diversificar su economía, pero puede contribuir a dar a conocer mejor este inhóspito país que se ha convertido en el paraíso de biólogos, geólogos, sismólogos, botánicos y ornitólogos. Los operadores turísticos incluyen una visita a todos los lugares destacados de la isla a través de la carretera que recorre su periferia. El turismo deportivo y de naturaleza ofrece rutas más acordes con la idiosincrasia de la isla y medios de transporte y de alojamiento a su vez más alternativos.
10.2. Europa Atlántica La fachada atlántica cuenta con el único espacio oceánico que baña a Europa concediendo a esta región una singular climatología, caracterizada por la abundancia de precipitaciones, que proporciona los paisajes naturales que la identifican. Por este motivo se ha excluido el sector más meridional, desde Lisboa a Punta de Tarifa, donde las condiciones climáticas y el
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Parte III: Las regiones turísticas
aprovechamiento turístico del litoral presentan características más similares a las propias del Mediterráneo. De España se ha incluido solamente el vértice gallego y la cornisa cantábrica, donde el clima oceánico y lo abrupto del relieve distinguen estos territorios del resto del solar hispano. En Francia, la particular disposición del relieve justifica la influencia atlántica que es notoria en casi todo el país. Asimismo, el extremo más septentrional de la fachada atlántica ha merecido tratamiento en el apartado anterior (cuadro 10.3 y figura 10.7). El Atlántico penetra a fondo entre las tierras de esta región mediante una serie de mares litorales que han ofrecido siempre a la población abundantes recur-
sos para subsistir y posibilidades de navegación que permitieron la creación de los imperios coloniales de España, Portugal, los Países Bajos y Gran Bretaña. La mayoría de estos mares son poco profundos, y en ellos desembocan, a menudo con grandes estuarios, muchos de los ríos de esta zona. En dichos estuarios o remontando los ríos se ubican la casi totalidad de las importantes ciudades que acoge esta región: Lisboa, Oporto, Bilbao, Burdeos, Nantes, París, Londres, Amberes, Rotterdam, Amsterdam, Bremen, Hamburgo, Hannover, etc. A su vez, los mismos ríos, de gran caudal y navegables, han brindado una relativa facilidad de comunicación con las tierras del interior, y hoy unidos
CUADRO 10.3 División funcional de la Europa Atlántica Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
El Mar del Norte Continental
Muy intenso para el turismo doméstico. Turismo enclavado y desarrollado para el turismo internacional
Turismo cultural Turismo de negocios Turismo de sol y playa
Las islas Británicas
Intenso para el turismo doméstico. Intenso y puntual centrado en las capitales y enclaves próximos para el turismo internacional
Turismo cultural Turismo de negocios Turismo de formación Turismo industrial Turismo de naturaleza Turismo de sol y playa
La Cuenca de París
Muy intenso para el turismo doméstico e intenso para el internacional centrado en la capital
Turismo cultural Turismo de negocios Turismo de sol y playa Turismo fluvial
Los Finisterres Atlánticos
Intenso para el turismo doméstico. Enclavado y de paso para el turismo internacional que pierde intensidad con la latitud
Turismo de sol y playa Turismo cultural Turismo fluvial Turismo deportivo Turismo de naturaleza Turismo de negocios
La Costa Atlántica Lusitana
Dominio del turismo doméstico. Turismo puntual centrado en la capital para el segmento internacional
Turismo cultural Turismo de sol y playa Turismo religioso
Las Montañas Interiores
Muy desarrollado puntualmente por el turismo internacional, máxime en los ejes de circulación. Desarrollo menos puntual y más extensivo para el doméstico
Turismo deportivo Turismo de esquí Turismo de naturaleza Turismo termal Turismo fluvial Turismo cultural Turismo de formación
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FIGURA 10.7. El espacio turístico de la Fachada Atlántica.
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Parte III: Las regiones turísticas
hacia las ciudades que acogen a sus sedes un considerable volumen de visitantes que se pone de manifiesto especialmente en el caso de Estrasburgo, Luxemburgo y Bruselas. La imagen turística de la región está pues con razón consolidada, tanto para un turismo doméstico como para el internacional. Este último proviene de todos los rincones de Europa por la fuerte atracción que ejercen sus destinos turísticos, y además atrae a visitantes llegados de otros continentes. El atractivo cultural de las ciudades flamencas, el glamour de París, la búsqueda de las raíces familiares (Estados Unidos-irlanda) (figura 10.8) o las huellas de la posesión de un antiguo imperio convierten a algunos centros turísticos (Londres) en un espacio multiétnico único de convivencia internacional.
3.500 3.000 2.500 2.000 1.500 1.000
Otros
Australia/ Nueva Zelanda
Canadá
Estados Unidos
España
Países Bajos
Italia
0
Francia
500 Alemania
mediante canales artificiales siguen ejerciendo dicha función a la que se suma una nada desdeñable actividad turística que encuentra su mayor reconocimiento en el turismo fluvial que ofrecen Francia, los Países Bajos y Alemania. Lejos de la frecuentación turística que ofrecen en la actualidad las costas mediterráneas, la fachada atlántica desarrolló durante el siglo xix una importante oferta balneotrópica en sus centros lujosos y aristocráticos. Las zonas montañosas del interior también protagonizaron en el xix su desarrollo turístico en parte gracias a sus virtudes termales. En aquella época, tanto en el caso de los centros costeros como en el de los balnearios termales, la escasa movilidad del turista por el incipiente progreso de los medios de transporte obligaba a la creación de espacios turísticos donde el visitante además de alojamiento disponía de un amplio abanico de oferta de ocio acorde a su posición social (casinos, hipódromos, etc.), y que hoy aún identifica y distingue a estos centros de los creados posteriormente para un turismo masivo. La importancia turística de la fachada atlántica se completa con la existencia de los centros turísticos urbanos más destacados del continente: París y Londres, que generan elevados índices espaciales de frecuentación turística (París con 100.000 turistas/año/km2), así como de numerosos espacios turísticos culturales que por su importante patrimonio atraen al turismo internacional: Brujas, Gante, los castillos del Loira, el Mont-Saint-Michel, Dublín, Edimburgo, etc. El desarrollo económico de la región y su papel líder en Europa ya se puso de manifiesto hace tiempo al iniciarse la Revolución industrial en Gran Bretaña y posteriormente al establecerse en algunos países (Benelux, Francia, antigua República Federal de Alemania) la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (1951), que sentó las bases de la actual Unión Europea. Es este dinamismo económico de la región el que otorga al turismo de negocios un papel predominante entre las actividades turísticas, con un protagonismo muy superior al que posee en otras áreas del continente. Los principales centros financieros de Europa (Londres, Fráncfort), así como las ciudades de mayor reconocimiento internacional para ferias y congresos (París, Hamburgo, Fráncfort) generan un importante volumen de turismo tanto doméstico como internacional. A su vez, la existencia de importantes organismos políticos internacionales: OTAN, Consejo de Europa, la Unión Europea, etc., drena
Reino Unido
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FIGURA 10.8. Llegadas de turistas a Irlanda según los principales mercados de origen (miles de llegadas). Fuente: OMT (1996).
La accesibilidad está garantizada en toda la zona. Con la excepción de algunas áreas de Portugal y de España, el resto de países posee una desarrollada infraestructura de transportes que comprende autopistas, carreteras rápidas, densas redes ferroviarias intercity y de alta velocidad, canales y vías fluviales (Holanda es el país con mayor densidad de vías navegables en el mundo), navegación marítima y una destacadísima red de aeropuertos que en algunos países, en función de su reducida superficie o por su insularidad, justifica el elevado número de vuelos internacionales (99,7% de los holandeses). Asimismo, la construcción de una de las más importantes obras de ingeniería de los últimos
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Capítulo 10: Europa
años, como el Eurotúnel, ha variado los tradicionales medios de transporte entre París, Londres y Bruselas. La comercialización de los destinos turísticos de la fachada atlántica es compleja. Las principales capitales acogen a miles de turistas que las visitan en breves estancias de tres a cinco días que incorporan en ocasiones espacios turísticos próximos. Las dimensiones y la proximidad de algunos pequeños países propicia las visitas conjuntas y los circuitos, como el caso de los estados del Benelux: Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. En ocasiones los operadores internacionales ofrecen itinerarios combinados por espacios turísticos de dos o más países: Alsacia francesa y Selva Negra alemana, Crucero por el Rhin alemán y Holanda, etc. La insularidad de las islas Británicas condiciona para el turismo internacional no sólo su accesibilidad, sino la organización de sus circuitos turísticos que son escasamente ofrecidos por los operadores internacionales, primando más las cortas estancias en las capitales. La situación periférica de las áreas portuguesas y españolas y la inexistencia de enclaves de turismo internacional masivo provoca un consumo más doméstico o fronterizo de proximidad (franceses en el País Vasco). La imagen de Portugal como país turístico se identifica más con sus destinos masivos no tratados en esta región (el Algarve y Madeira) que con los espacios atlánticos, que son los más frecuentados por los turistas españoles (figura 10.9). origen
8.000 6.000 4.000
Suecia
Bélgica
Italia
Países Bajos
Pernoctaciones
Estados Unidos
Turistas
Francia
Alemania
Reino Unido
2.000 España
6.000 5.000 4.000 3.000 2.000 1.000 0
0
FIGURA 10.9. Correlación entre la cifra de turistas (miles) y la de pernoctaciones (miles) en Portugal según diferentes mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
10.2.1. El Mar del Norte continental incluye esta área el litoral desde la frontera danesa hasta la francesa y la llanura que se extiende hacia
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el interior. Las dunas constituyen el rasgo dominante de la costa. El cordón se desarrolla de modo ininterrumpido a lo largo de la costa alemana, la neerlandesa al norte del Rhin y a lo largo de la belga. La más notable de las interrupciones la representa el delta común del Rhin y del Mosa con las islas de Zelanda, protegidas de las catastróficas “olas de tempestad” que ocasiona el Mar del Norte, mediante el Plan Delta. La presencia de la principal vía de comunicación fluvial del continente (Rhin) y de la conurbación industrial del Rhur explica el dinamismo económico de esta zona que concentra la mayor densidad de ciudades de negocios de Europa. El reconocimiento turístico de la zona muestra algunas diferencias por el turismo doméstico o internacional. Este último escasamente consume los espacios litorales cuando ofrecen el modelo más convencional de uso. Tan sólo la presencia de importantes obras de ingeniería como el Plan Delta en Zelanda, la visita a las instalaciones del Europort en Rotterdam o la existencia de algún espacio dunar protegido drenan un importante flujo turístico de paso. No obstante, en los tres países, la costa configura una de las áreas más importantes para el turismo doméstico vinculando ciertos enclaves a una clientela de elite como en la isla alemana de Sylt. En varios casos, el desarrollo de una importante oferta complementaria (casino, piscinas climatizadas) permite concentrar en algunos centros un doble uso, como en Schveningen, que cubre también la oferta de congresos. Otros enclaves se identifican con un turismo masivo (Zeebrugge, Norden), predominando el de tipo familiar que suele utilizar más el camping que el alojamiento en hoteles. Las playas alemanas de este sector hacen de esta zona una de las más importantes para el turismo doméstico, sólo superada por los paisajes alpinos bávaros y la Selva Negra. Los negocios suponen un porcentaje muy elevado (siempre superior al 30%) de los visitantes que acuden a esta zona tanto en el turismo doméstico como internacional. Hamburgo, Bremen, Hannover, Düsseldorf o las localidades de la conurbación del Rhur en Alemania; Amsterdam y Rotterdam en los Países Bajos; y Amberes y Bruselas en Bélgica, destacan en esta función. Actividad portuaria, comercio de diamantes, destacadas ferias o gestión política son sólo algunos de los usos que prestan estas ciudades. A su vez todas ellas poseen variedad de atractivos, lo que las hace a su vez atrayentes para el turismo vacacional. La imagen liberal y de permisividad con cierto
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tipo de drogas vincula a Amsterdam un turismo más juvenil, y Hamburgo no desdeña la fama de ciudad de vida nocturna. No obstante, en el caso de Bélgica y de los Países Bajos, el pasado histórico vertebra muchos circuitos turísticos. Las ciudades flamencas con sus esbeltos campanarios, sus casas gremiales, sus destacadas colecciones museísticas (Rubens, Rembrand) y a menudo surcadas por canales (Brujas, Gante, Utrecht) soportan una elevada frecuentación turística de paso que consume los centros históricos en excursiones de day-trip ofertadas desde la capital o como parte integrante de un circuito corto. Otras tópicas imágenes se suman a éstas en el caso de los Países Bajos (molinos, quesos, flores, etc.) lo que ayuda a diversificar su oferta turística, pero siempre bajo el modelo de turismo de paso. La Haya, a pesar de ser la residencia del gobierno, es superada ampliamente por Amsterdam, que cuenta con casi la mitad del alojamiento hotelero del país, y que mediante su aeropuerto permite enlazar con todos los rincones del mundo. Las zonas del interior y los ríos y canales vinculan para el turismo doméstico unos usos turísticos más acordes con el disfrute de la naturaleza y las actividades deportivas: turismo fluvial, cicloturismo, etc., primando el camping como el tipo de alojamiento más común.
10.2.2. Las Islas Británicas Gran Bretaña, irlanda y otras islas menores forman parte de las tierras más antiguas del Continente. Sus relieves, escarpados y abruptos, no son muy elevados (Ben Nevis, 1.340 m en Escocia). Las islas, salvo el borde meridional fueron cubiertas por los hielos cuaternarios que modelaron su paisaje. La acción fue más intensa en irlanda y Escocia, originando los bellos “firths” comparables a los fiordos noruegos. El litoral de las islas constituye así un muestrario de tipos de costas por la variedad de sus formas: costas arenosas, estuarios, acantilados de 600 m, etc.; de ahí que ya en el siglo pasado algunos de estos espacios iniciaran su vocación turística, como Brighton. El Reino Unido (Gran Bretaña e irlanda del Norte) es uno de los destinos turísticos más importantes del continente, y presentaba hasta hace poco la característica única entre los clásicos europeos del elevado porcentaje de visitantes que accedían vía marítima
como consecuencia de su insularidad. El Eurotúnel y la desregularización de las tarifas áreas han disminuido dicha participación, y por consiguiente algunos enclaves turísticos costeros vinculados al tráfico marítimo han visto variar su clásica función, especialmente los de las costas del Canal. La concentración geográfica del área de uso turístico es otro de los rasgos más relevantes, ya que para el turismo internacional inglaterra es el principal destino y sólo un reducido número accede a visitar Escocia y Gales en la gran isla (Gran Bretaña) e irlanda del Norte. Esta particularidad se repite de nuevo en inglaterra, pues exceptuando las ciudades inglesas que generan un destacado volumen de turismo de negocios (Birmingham) el turista consume únicamente Londres y los espacios próximos, mayoritariamente ofrecidos como complemento de la capital. inglaterra posee una consolidada imagen turística en la que se alternan ciudades históricas (Canterbury, York, Salisbury), universidades prestigiosas (Oxford y Cambridge), atractivos puertos (Southampton), huellas del imperio (Windsor), monumentos megalíticos (Stonehenge), aristocráticos balnearios (Bath) y centros veraniegos (Brigthon). La localización de la mayoría de los principales atractivos en un radio muy próximo a la capital facilita su consumo turístico y obliga a olvidar aquellos que se hallan en áreas más periféricas, aunque no por ello carecen de singulares atractivos. Es por ejemplo el caso de Cornualles, que invita a rememorar el mito del rey Arturo; o las ciudades industriales del norte, cuna de la Revolución industrial e idóneas igualmente para el turismo. Por su parte, Londres es una de las ciudades europeas más consumidas en breves estancias de fin de semana, gracias en ocasiones a los ajustados precios de los vuelos aéreos. La ciudad cuenta con un gran atractivo cultural y de ocio al que se suma, en determinadas épocas, acudir a sus famosas rebajas o asistir a competiciones deportivas. Como en otras capitales europeas el visitante frecuenta sólo unos barrios, que en el caso de Londres identifican claramente una función: Soho-ocio, City-financiero, Westminster-política, y desdeña los periféricos, donde Londres cambia su imagen de ciudad victoriana por una más acorde con la arquitectura del siglo xx. Es el caso de los Docklands, antigua zona portuaria del Támesis hoy renovada y convertida en centro de negocios y en uno de los más importantes ejemplos de arquitectura contemporánea del continente.
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El turismo doméstico repite estos destinos, pero añade otros más acordes con motivaciones vacacionales (senderismo, pesca, caza, navegación), lo que propicia la visita a espacios desdeñados por el turismo internacional, como los Picos, zona montañosa próxima a la industrial Manchester, los páramos de York, o los lagos del norte de inglaterra. Esta última zona, también denominada “Suiza inglesa”, sí cuenta con el favor del turismo internacional (especialmente norteamericano y japonés) que viene atraído por su oferta de turismo rural. Gales y Escocia acogen sólo un 3 y un 8% respectivamente del turismo internacional que acude a la gran isla. Las dos ciudades rivales escocesas, Glasglow y Edimburgo, atraen al visitante por motivos diferentes. La primera destaca en la función comercial y financiera y se sitúa a la cabeza en el turismo de ferias y congresos. La segunda tiene una consolidada imagen de ciudad cultural gracias a su patrimonio monumental y a los certámenes artísticos que organiza. Los tópicos escoceses vertebran los circuitos que algunos operadores ofrecen por el país: fantasmas-lago Ness, ruta del whisky con la visita a destilerías, las tradiciones escocesas arraigadas en su población (kilts) y escenarios naturales (highlands) tanto del interior como costeros. Menos conocida y con una imagen turística no consolidada, Gales apuesta por el turismo de naturaleza en sus espacios protegidos (Snowdonia), su cultura gaélica y su patrimonio monumental (Cardiff, Caernavon). La católica irlanda sustenta parte de su reclamo turístico en los aspectos formativos ligados principalmente al aprendizaje del inglés y en su imagen de paraíso natural. La fama de ser el lugar donde mejor se habla la lengua de Shakespeare lleva a los jóvenes a ocupar sus colleges durante todo el año o a pasar activas vacaciones combinando el aprendizaje del idioma con una amplia gama de actividades deportivas. Galway, Cork y Dublín son las tres ciudades que a sus atractivos culturales, y a los tópicos irlandeses de amabilidad, música tradicional, cerveza Guiness, suman la actividad académica. Dublín, la capital, y Cork son las dos principales vías de acceso aéreo al país. Preferentemente son ofertadas estancias en la capital que sirve de acceso a los principales enclaves turísticos, excluido el uso más convencional que de todos los atractivos del país realiza el turista procedente del Reino Unido. irlanda ofrece paquetes de vacaciones activas que incluyen turismo fluvial en el río Shannon, golf en sus más 200 campos, vela en los
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puertos costeros, excursiones a caballo y senderismo. La zona comprendida entre Galway y Cork es, amén de la capital Dublín, la que más encantos ofrece al turista, tanto doméstico como internacional, que utiliza, este último cada vez más, la excelente oferta de alojamiento rural que posee la isla.
10.2.3. La Cuenca de París Bajo este epígrafe se identifica una amplia zona que abarca los valles del Sena y del Loira y que en el litoral está representada por las costas del Canal de la Mancha. La existencia de la conurbación de París (más de 8 millones de habitantes) en este sector explica el comportamiento turístico del área, caracterizada por un destacado desarrollo del turismo doméstico que procede de la gran aglomeración parisina y que consume espacios próximos a la capital de índole diversa, como las playas normandas, o parajes naturales donde practicar el turismo fluvial y los deportes tradicionales (caza y pesca), como el valle del Loira; todo ello gracias a una densa red de infraestructuras de transporte. La proximidad a la capital francesa ofrece a su vez la posibilidad de vincular estos espacios turísticos, que poseen atractivos culturales de reconocido prestigio, a la visita de París, por lo cual algunos enclaves soportan una elevada frecuentación turística, tanto por el turismo doméstico venido de otras regiones francesas como por la clientela internacional, pero con la característica dominante de ser un turismo de paso y/o excursión. La proximidad a la Gran isla explica los altos valores del turismo británico, con porcentajes entre el 55-65% (en afluencia y pernoctaciones) en los sectores más septentrionales. París y el anillo de centros que la rodean son el espacio turístico más importante de Francia. La proximidad de Versalles, Chartres, Fontaineblau, o de los parques temáticos Asterix y Disney drena un incesante flujo de turistas a la capital francesa que es considerada la más bella ciudad del mundo gracias a su patrimonio arquitectónico y cultural (Louvre). La frecuentación turística a la capital (Lozato, 1990) permite reconocer núcleos privilegiados: barrios históricos tradicionales, culturales, financieros y lúdicos que evocan a Notre-Dame, Beaubourg, Campos Elíseos y Pigalle respectivamente A ello se suma una excelente oferta de alojamiento (más de 80.000 plazas) y de restauración, que incluyen establecimientos de fama mundial. El Sena y sus cruceros fluviales se suman a una excelente red de comunica-
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ciones acogiendo la ciudad a turistas que se cifran en más de 10 millones, aproximadamente la mitad de ellos extranjeros. La reforma constante de la capital por las grandes obras arquitectónicas que sus últimos líderes políticos han levantado: La Villette, La Defense, Biblioteca Nacional, hacen obligada la renovación de las visitas a París. El turismo de negocios es también de suma importancia en la capital por su indiscutible papel de centro político y financiero. Las costas más septentrionales del Canal y la región a la que pertenecen presentan en la actualidad como principal característica un cambio en la conducta turística por la puesta en funcionamiento del Eurotúnel. La zona ha acogido siempre un numeroso turismo de paso de claro dominio británico que consume únicamente los espacios litorales, algunos de larga tradición (Le Touquet); mientras que los grandes puertos del sector (Calais, Boulougne y Dunkerque) y las ciudades del interior (Amiens y Lille) propician un turismo de negocios que se complementa con el cultural y lúdico. La zona interior posee una imagen de “país negro” por las numerosas industrias que se localizan en ella y consecuentemente desfavorable para el turismo, pero que puede impulsar, como un nuevo producto, el turismo industrial. Normandía con sus costas, las más meridionales de este sector, es una de las regiones preferidas por los parisinos, lo cual se plasma en un importante número de segundas residencias y se explica por las excelentes comunicaciones que la unen a la capital. Su atractiva imagen se apoya en sus paisajes naturales, que ofrecen al visitante la conjunción de litoral e interior a lo que se suma su preciada gastronomía. Los atractivos de la región incluyen uno de los espacios más singulares de Francia y por ende uno de los más frecuentados, la abadía del Mont Saint Michel. Las playas del desembarco aliado durante la Segunda Guerra Mundial y los cementerios militares atraen a turistas a rememorar pasados acontecimientos bélicos, mientras que otros centros costeros poseen ya desde el siglo xix una fama consolidada: Deauville o Dieppe. Los grandes puertos de la región, Cherbourg o Le Havre, atraen a turistas británicos y su actividad comercial sustenta el turismo de negocios. A diferencia de otras regiones costeras, el patrimonio cultural (Rouen, Caen) y los paisajes del interior atraen también al visitante que encuentra una bien desarrollada y variada oferta de alojamiento. Los castillos-palacios (Chenonceau, Blois, Chambord) que jalonan el Loira desde Orleans hasta Tours
constituyen una de las áreas principales del mundo de turismo cultural. Más de 7 millones de visitantes (un tercio de ellos extranjeros) acuden anualmente a visitar los palacios, la mayoría renacentistas, que inspiraron intrigas palaciegas y que hoy son consumidos por un visitante ávido de recorrerlos en un solo día. El turismo de excursión es aquí, como tal vez en ningún otro lugar del país, el predominante, caracterizado además por el uso del autocar como uno de los principales medios de acceso y por la elevada cantidad de operadores que ofertan el producto, vendido en ocasiones como complemento de París. La región posee otros atractivos que sustentan un turismo doméstico caracterizado por el alojamiento en segundas residencias. El turismo fluvial completa las actividades más destacables y los amantes del deporte del motor tienen su cita anual en el circuito de Le Mans.
10.2.4. Los Finisterres atlánticos La zona acoge, desde la Normadía francesa hasta la frontera portuguesa, un tramo en que las costas europeas quedan directamente frente al Atlántico. En ocasiones las alineaciones montañosas del interior se disponen muy cercanas a la costa, caso de la Cornisa Cantábrica o de la Bretaña, originando orillas abruptas, rocosas, con articuladas ensenadas y penínsulas que se adentran en el oceáno y que fueron consideradas siempre como el fin de la tierra conocida (Finisterre, Pointe du Raz). Escenarios donde el mar es hostil como lo atestiguan los calificativos de sus costas (Costa da Morte), pero donde su fuerza es aprovechada (central eléctrica maremotriz de Rance, Francia) y donde la población se concentra en ellas, intentando vivir de los recursos que el mar le brinda y donde tradiciones, artesanía, gastronomía, folclore y un antiguo pasado celta completan un paisaje natural que seduce al turista. Las rías gallegas y el articulado litoral bretón son dos muestras gemelas de algunos de los escenarios turísticos más preciados y consumidos de esta zona, en la que el visitante encuentra regiones históricas (Galicia, Bretaña), algunas de ellas compartidas entre países (País Vasco), que poseen una singular personalidad. En otros sectores, la ausencia de relieves de importancia hace que la influencia atlántica penetre muy hacia el interior como en el ángulo sudoeste francés. Por consiguiente, las costas pueden ser en algunos tramos, largas, rectilíneas, frecuentemente arenosas,
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con dunas, y presentar lagunas como las del Golfo de Gascuña (Francia), donde la costa es casi una línea recta sólo rota por la bahía de Arcachon, posibilitando un desarrollo turístico más masivo. Ya en el siglo xix, aristocracia y alta burguesía iniciaron el desarrollo turístico de algunos espacios: Comillas, Santander, San Sebastián, Biarritz, Arcachon, La Baule para una elite social que en ocasiones encontró en estos enclaves refugio durante las etapas bélicas de la primera mitad del siglo xx. La incorporación de estos enclaves pioneros al turismo masivo y de otros nuevos que han ido creándose no se ha producido hasta los años sesenta y casi siempre para un turismo básicamente doméstico y muy fiel que proviene de las áreas urbanas próximas y de las respectivas capitales estatales. Sólo en el caso de la Bretaña francesa la proximidad al mercado británico propicia una considerable participación extranjera favorecida por los enlaces marítimos, como se hace patente en el caso de Saint-Malo. Los enlaces portuarios con inglaterra también benefician a Santander, en la costa cantábrica española. En la actualidad junto a todavía bien conservados pueblos de pescadores (Cudillero, Pasajes, Douarnenez) se alternan centros turísticos, pero lejos de configurar un espacio turístico continuo como ocurre en las costas mediterráneas. Los deportes náuticos, en especial el surf y la vela por las especiales condiciones que el mar aquí ofrece, son un complemento a la oferta balneotrópica. Lejos también de los muros de hormigón que presiden las playas mediterráneas, algunas áreas, que se identifican con los sectores centrales de la cornisa cantábrica y de las costas francesas, ofrecen una importante oferta de acampada. Toda la zona posee una economía de base agraria y pesquera a la que en ocasiones se suma la industrial. Es por ello que algunas de las ciudades del sector (Vigo, La Coruña, Gijón, Bilbao, Burdeos, Brest o Nantes) se han consolidado para el turismo de negocios. La riqueza cultural de la zona drena hacia algunos enclaves un intenso turismo de paso dando lugar así a espacios turísticos con una elevada frecuentación turística, y donde restaurantes, tiendas de recuerdos y áreas de aparcamiento son las únicas infraestructuras turísticas. Buen ejemplo de ello son Santillana del Mar, las cuevas rupestres (Altamira) y las construcciones megalíticas (Carnac) repartidas por todo el sector. Los paisajes interiores, en ocasiones muy montañosos, brindan escenarios para la práctica del turis-
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mo de naturaleza y deportivo (caza, pesca, de riesgo, senderismo, escalada, espeleología) que atrae casi exclusivamente a un turismo doméstico generalmente muy sensible con el medio ambiente, para el que se ha desarrollado una adecuada oferta de alojamiento. La conservación de estos bellos parajes está garantizada por la existencia de varios espacios protegidos entre los que destacan el Parque Nacional de los Picos de Europa, Las Landas de la Gascuña, el Parque Regional de Armórica, etc. La presencia de ciudades con acontecimientos lúdicos cuya fama ha sobrepasado fronteras como los “sanfermines” en Pamplona; de certámenes de prestigio como el Festival de Cine de San Sebastián; la degustación de algunos de los caldos más renombrados de la mesa francesa (Burdeos); o la existencia de parques temáticos como Futuroscope (Poitiers, Francia) drenan en ocasiones, sólo de forma puntual, un importante número de visitantes internacionales. En cuanto a la presencia en Galicia de Santiago de Compostela, en cuya catedral se veneran los restos del apóstol, da a este enclave un destacado protagonismo en el turismo religioso. Consumido masivamente por el turismo doméstico, lo es también internacionalmente cuando se produce el Año Santo y miles de peregrinos (franceses en especial) acuden recorriendo la ruta jacobea. Una de las características de esta zona turística es la preeminencia del coche como medio de acceso dominante a los enclaves turísticos, distinguiéndose así de otras áreas y restando el transporte aéreo más para un turismo de negocios. La navegación fluvial adquiere en territorio francés protagonismo y se suma como medio de acceso a la zona al mismo tiempo que lo es como producto turístico.
10.2.5. La Costa Atlántica lusitana Desde la frontera con tierras gallegas hasta la península de Setúbal, esta franja de tierras lusitanas acoge a los destinos turísticos portugueses que mejor ayudan a comprender este hoy pequeño país, pero que poseyó un vasto imperio colonial del que tras la reciente devolución de Macao a China sólo restan las islas atlánticas. La capital lisboeta con sus monumentos estilo manuelino, sus fachadas recubiertas de azulejos, sus viejos tranvías, sus cafes literarios, sus nostálgicos fados y su surtida oferta de restauración, ofrece al turista una imagen atípica de la acostum-
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brada por las capitales europeas. Turismo doméstico e internacional acuden a ella, este último en ocasiones como breve parada de enlace aéreo para proseguir hacia destinos insulares (Madeira o Azores) o del Algarve. Pero resulta muy habitual que Lisboa sea sólo una visita más a realizar en un periplo más largo por todo el centro del país. Así, pueden destacarse otros destinos más o menos complementarios como la cercana Costa de los Reyes, con Cascais y Estoril como principales núcleos, que capta en ocasiones parte del turismo internacional que acude atraído por sus playas y por una excelente oferta turística; los palacios de la ciudad de Sintra; la muralla de Óbidos; los monasterios portugueses más destacados (Mafra, Alcobaça y Batalha) o la Costa Azul, cerca de Setúbal. Enclaves todos ellos, con excepción de los primeros y del último, con una elevada frecuentación turística pero con escasa infraestructura de alojamiento por la dinámica de sus visitas. El resto de la franja costera hasta la frontera con Galicia (Costa da Prata y Verde) acoge esencialmente a un turismo doméstico atraído por sus playas, y algunos centros turísticos han desarrollado una amplia oferta de alojamiento y ocio (Figueira da Foz, Espinho o Povoa de Varzim). En otros, como el pueblo de pescadores de Nazaré, la masiva afluencia turística ha hecho perder algunos de sus iniciales atractivos. La accesibilidad a todo este sector está asegurada mediante la autopista que une Lisboa con Oporto, pero exceptuando el mercado español, sólo Oporto goza de un fuerte prestigio internacional, especialmente en el mercado británico La visita a sus bodegas sigue siendo hoy uno de sus alicientes y la actividad económica genera un destacable turismo de negocios. Fátima es, en el interior, el único enclave que para un turismo de peregrinación drena un importante volumen de turistas extranjeros. El resto de espacios turísticos, como balnearios, centros culturales (Coimbra), religiosos (Braga) y parajes naturales (PeredaGerês,) son de uso exclusivo del turismo doméstico y del mercado español, en el cual los operadores turísticos a menudo incorporan parte de Portugal a los destinos peninsulares. A su vez, en las localidades fronterizas, el turismo de compras aporta un importante volumen de visitantes. A más de 1.000 km frente las costas de Lisboa en medio del océano, las Azores son un escogido destino turístico. Las nueve islas que forman el archipié-
lago se desparraman por más de 600 km (entre la más occidental y la más oriental de todas ellas) y su formación volcánica aporta bellos escenarios naturales que el turismo de calidad que acude no ha dañado. La oferta de alojamiento es reducida para lo usual de los destinos insulares,y yates de lujo y cruceros hacen escala en sus puertos. Los operadores internacionales concentran sus ofertas en Horta, Ponta Delgada y Angra do Heroísmo. Las islas siguen manteniendo su economía tradicional, en la que la ganadería es muy importante, abandonada la captura de la ballena, pero aún hoy son muchos los turistas que acuden a las islas convertidas en uno de los centros turísticos de pesca de altura y submarina.
10.2.6. Las montañas interiores Esta zona debe ser considerada, exceptuando el extremo meridional francés, el más importante corredor o pasillo de Europa. Toda ella, articulada en torno a los ríos Mosa, Mosela, Saône y Rhin constituye el eje que vertebra los flujos turísticos norte-sur que desde los países ribereños del Mar del Norte se dirigen hacia el Mediterráneo, a los que suman los flujos transversales este-oeste entre países vecinos. Si a ello se añaden las repercusiones positivas que ha reportado el Eurotúnel, esta zona concentra una elevadísima frecuentación turística de paso que condiciona las infraestructuras de transporte, así como el aprovechamiento de los atractivos turísticos y las modalidades y usos del alojamiento. No obstante, una simple aproximación a la dinámica de la zona permite diferenciar las áreas turísticas estructuradas o cercanas a los cursos fluviales arriba citados y las zonas montañosas, mostrando entre ellas sensibles diferencias en cuanto a los atractivos consumidos, al origen de los turistas y al tipo de alojamiento ofertado. En este último apartado se incluyen el Macizo de Eiffel, la Selva Negra, las Ardenas, los Vosgos, el Jura y el Macizo Central francés. Salvo excepciones (algunos sectores de los Vosgos y de la Selva Negra), el turismo internacional apenas consume estos espacios, quedando así en exclusividad para el doméstico de proximidad o que procede de las grandes conurbaciones cercanas. En este último caso, la modalidad de alojamiento son las segundas residencias que con mayor o menor intensidad se localizan en todas las áreas montañosas. La
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posibilidad de practicar todo tipo de deportes: caza, pesca, senderismo, espeleología, deportes náuticos (por la usual presencia de lagos), incluido el esquí, facilita el aprovechamiento durante todo el año y campings y una hostelería de ambiente familiar, así como en el caso de Francia las casas rurales vertebran el alojamiento. El turismo no aporta grandes beneficios, pero ayuda a reequilibrar la débil economía de la montaña. En ocasiones, la existencia además de una renombrada oferta de balnearios entre los que se encuentran algunos de los famosos del continente (Baden-Baden, Spa, Vichy, Vittel) vincula al sector un alojamiento y una oferta complementaria más acorde con su clientela. A pesar de las características comunes, se pueden reconocer diferencias en las distintas áreas montañosas que contribuyen a su identificación turística. En las Ardenas, compartidas por Francia, Bélgica y Luxemburgo, castillos (Namur, Sedan) y grutas (Han) se suman a los espacios protegidos (Hautes Faugnes) atrayendo a una destacada clientela de los Países Bajos. En los Vosgos, con sus típicos “ballons” (cimas redondeadas), las zonas central y sur son las más frecuentadas. En ellas se localizan las estaciones de esquí (Gérardmer), los lagos, los recuerdos militares en forma de cementerios y castillos y la turística “Route des Crêtes”. La zona norte, con altitudes más modestas, acoge un parque regional. La Selva Negra es el segundo destino alemán para las vacaciones domésticas y el más ofertado por los operadores turísticos que lo vinculan en ocasiones a la vecina Alsacia francesa y a cruceros por el Rhin. La artesanía (relojes de cu-cú), el nacimiento del Danubio, ciudades universitarias (Friburgo) y famosos balnearios identifican a esta zona. El Macizo Central es el nudo hidrográfico francés, con lo cual sus cursos de agua son idóneos para la pesca, el piragüismo, etc. Al tratarse de un área muy despoblada, posee una imagen de región para el reposo, y la oferta de alojamiento es acorde con ello destacando las casas rurales y los centros de vacaciones para niños y jóvenes. La equitación (Pompadour) es uno de sus atrayentes productos turísticos, y el vulcanismo su más reconocido recurso diferencial (Puy de Dôme). Clermont-Ferrand, sede de la Michelin, capitaliza el turismo de negocios y cultural. Las áreas vertebradas por los cursos fluviales son las que soportan la mayor frecuentación turística de paso, tanto por el turismo internacional como por el
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doméstico, que consume de forma puntual sus más reconocidos atractivos. El turismo de estancia es escaso y procede de la misma región geográfica o del propio país, mientras que el internacional tiene como motivación principal el turismo de negocios. Al igual que en el apartado anterior existen peculiaridades que vinculan cada área a su imagen turística, pero la presencia del Rhin, de extensos viñedos, y de un notable patrimonio monumental románico y gótico aportan unos productos comunes: cruceros por el río, visita a las bodegas y admiración de sus numerosos monumentos, en visitas guiadas. Los atractivos que ofrece el sector alemán, le dan la hegemonía turística para el turismo internacional. A los clásicos productos ofertados por el Rhin, se suma la presencia de ciudades financieras e industriales (Fráncfort, Stuttgart), monumentales (Aachen, Colonia) y universitarias (Heidelberg). Entre las áreas septentrionales francesas, Champagne y Borgoña son mundialmente conocidas: en Epernay y Beaune se concentra la visita a las cavas y bodegas de prestigio, lo cual favorece un importante turismo de negocios y gastronómico. El turismo cultural no sólo se concentra en las grandes ciudades (Reims, Dijon, Auxerre) pues la presencia de iglesias y abadías es muy notable (Vézelay, Cluny, Fontenay), y el turismo fluvial es uno de los productos más atrayentes para los franceses. El ángulo nordeste francés muestra con sus fortificaciones (Haut-Koenigsburg) y sus cementerios militares (Verdún) que el sector fue codiciado por países vecinos. Las ciudades de Nancy, Metz o Colmar ofrecen su patrimonio monumental, y Estrasburgo, sede del Consejo de Europa y del Parlamento, concentra el turismo de negocios. El turismo industrial es el producto diferencial con antiguas instalaciones fabriles o modernos centros (Mulhouse). La zona es muy popular entre los alemanes, pues a la proximidad se suma la germanización de la zona, máxime en Alsacia. El sector meridional francés centrado en torno a Toulouse, importante centro industrial del sur (aeronáutica) con un destacable turismo de negocios, presenta características propias al situarse al margen del corredor norte-sur que discurre siguiendo el Ródano. Gastronomía, restos prehistóricos (Lascaux), castillos (valle de la Dordogne), relieves cársticos (Rocamodour), la herencia de la herejía cátara (Albi), la monumental Carcassonne y el turismo fluvial (Canal du Midi) conforman la amplia oferta del sector.
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Parte III: Las regiones turísticas
10.3. El Mediterráneo El Mediterráneo sigue siendo un auténtico Mare Nostrum en el más amplio sentido de la palabra, pues sus costas cobijan a turistas llegados de todos los países europeos. Como en ningún otro lugar del continente clima y mar se asocian provocando elevadísimas cifras de frecuentación turística que desde hace tiempo han originado serios problemas ambientales. La comunidad internacional es consciente de la degradación que algunos espacios costeros mediterráneos están sufriendo y en los últimos años se han multiplicado los esfuerzos para asegurar el desarrollo sostenible del turismo en la zona, aunque la escasa cooperación entre la comunidad científica, las distintas administraciones gestoras y las comunidades locales dificultan los logros. El Mediterráneo absorbe cerca del 35% del turismo mundial y es la principal región turística del planeta. La consecuencia de esta enorme masa de turistas tiene notables consecuencias sobre el medio ambiente natural y cultural. Actualmente se calcula que solamente en alojamientos turísticos (hoteles, urbanizaciones turísticas, campings) se cubre una superficie cercana a los 2.000 km2, de los cuales 1.800 están en España, Francia e italia. Estas cifras deben ser dobladas al considerar todas las infraestructuras necesarias. La percepción de estas dimensiones se acentúa aún más si tenemos en cuenta que se trata de turismo concentrado, sobre todo en la costa, en áreas que tienen una profundidad inferior al kilómetro (Montanari, 1994). Esta región de Europa ha desempeñado un papel clave en la historia, pues en sus orillas se desarrollaron importantes civilizaciones (minoica, griega, romana, cristiana, bizantina, islámica, otomana, etc.). Su papel hegemónico en el desarrollo del continente perduró hasta la época de las conquistas coloniales que llevó a la fachada atlántica a suplantarla. Tras siglos de un declive en su desarrollo económico, la apertura del Canal de Suez hace un siglo y más recientemente su posición de puente hacia Asia y África vuelven a poner el Mediterráneo en una posición destacada en la esfera internacional. Consecuencia de su prestigioso pasado atesora un valioso patrimonio monumental que encierran muchas de sus ciudades (Granada, Barcelona, Florencia, Atenas, Roma, Estambul) o pequeñas localidades y lugares arqueológicos (Pompeya, Delfos, Delos), contribuyendo aún más a hacer de algunos
países mediterráneos los más turísticos del continente y del mundo. La variedad geográfica de sus países ribereños origina a su vez una diversidad de paisajes de indiscutible vocación turística, con motivaciones que van desde la práctica de todo tipo de deportes (desde los invernales hasta los más actuales de riesgo y aventura) hasta un turismo ligado a la naturaleza y su contemplación. Aunque estas modalidades recreativas no logran de momento atrapar a un destacado contingente de turismo internacional, las tendencias hacia la mayor conciencia ecológica de los turistas y la necesidad cada vez más imperante de vacaciones activas les otorgarán paulatinamente más relevancia, y el turismo doméstico dejará de ser su principal mercado. La destacada importancia turística de todos los países que aquí se ubican y la presencia de abundantes espacios insulares hace necesario una aproximación regional funcional que obliga a dividir a toda la Europa Mediterránea en tres sectores: Mediterráneo Occidental, Oriental y Espacios insulares, favoreciendo con ello su comprensión.
10.3.1. El Mediterráneo Occidental La península italiana con su prolongación siciliana divide las dos cuencas del Mediterráneo, quedando la occidental reservada para España, Francia e italia y los microestados de Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano. Las meridionales costas atlánticas de Portugal y de España también se incluyen en esta zona por presentar características climáticas y de uso turístico afines con las mediterráneas. El Grand Tour, el viaje cultural iniciático de cierta aristocracia del siglo xViii a través de Europa, fundamentalmente por el Mediterráneo, supuso el inicio de la después masiva frecuentación turística. La llegada del ferrocarril a mediados del xix a localidades de las rivieras francesa e italiana propició la llegada de turistas ingleses que constituían más de un tercio de la clientela extranjera. La zona se convirtió en el destino preferido por el turismo de lujo internacional hasta la Primera Guerra Mundial y consecuentemente ello favoreció la creación de una completa oferta de ocio (casinos, teatros, hipódromos, etc.) logrando desbancar a los centros
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tradicionales de prestigio que ya existían en el Canal de la Mancha y en el Mar del Norte, y provocando, en algunos sectores, un espectacular crecimiento hotelero. Superado el período de entreguerras y la Segunda Guerra Mundial, la mejora de las condiciones socioecónomicas, el logro de las vacaciones pagadas, la mejora de las infraestructuras de transporte, la posesión de un vehículo propio y la moda del bronceado que afecta a las sociedades desarrolladas europeas sitúan a esta región mediterránea en una situación envidiable para el desarrollo de la industria turística por sus excelentes condiciones climáticas y sus atractivos paisajísticos y culturales. Un verano caluroso y seco con tres y en algunos casos cuatro meses con temperaturas medias que sobrepasan los 20º, y un promedio de 15 días lluviosos en tres meses definen las razones de la supremacía de este sector para las vacaciones estivales. A ello se suma la existencia de unos inviernos suaves que difícilmente bajan de la temperatura media de 7º, permitiendo así a las zonas más favorecidas disfrutar de una bonanza climática que las hace idóneas para invernar (figura 10.10).
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Adriático, las costas españolas y las costas planificadas del Languedoc-Rosellón, en un intento de satisfacer la creciente demanda y de hacer extensivo a más sectores el desarrollo económico que comporta el turismo. La capacidad de alojamiento es abrumadora en sus cifras, y no para de crecer. Campos de golf y puertos deportivos juegan el papel en ocasiones de captar a un turismo de calidad, en un intento de cada área por ser competitiva y atraer distintos segmentos del mercado que predominantemente es extranjero con claro dominio de alemanes y británicos, como pone de manifiesto el análisis de las pernoctaciones en España, donde más del 60% son debidas al turismo extranjero (figura 10.11).
Francia 6% Benelux 9%
Reino Unido 28%
Otros 24%
Alemania 33%
F IGURA 10.11. Pernoctaciones de turistas extranjeros en España según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
25 20 15 10 5 0
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Temperatura media en °C
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70 60 50 40 30 20 10 0
Precipitaciones en mm
FIGURA 10.10. Clima templado cálido con sequía estival de la ciudad de Atenas.
Si en un inicio la frecuentación turística se había reservado a las estrechas franjas costeras, con un litoral abrupto, pequeñas bahías y calas protegidas por barreras montañosas y expuestas al mediodía, a partir de los años cincuenta y sesenta se asiste al desarrollo de las largas costas arenosas como los lidos del
En las zonas costeras predomina el denominado turismo de estancia, que sin embargo se encuentra actualmente en retroceso en función de la tendencia imperante de aumentar el número de salidas turísticas a costa de disminuir su duración. Por el contrario, las zonas del interior con ciudades de destacados valores monumentales incorporan el tradicional city-break o son consumidas por el turismo itinerante vinculado a los clásicos circuitos ofertados. Un uso más heterogéneo se establece en las áreas montañosas interiores donde el turismo doméstico es predominante, y la marcada estacionalidad que sufre el litoral se ve reducida por la variedad de recursos y de actividades turísticas a realizar (cuadro 10.4 y figura 10.12). A las ventajas climáticas, a los atractivos culturales y a la desarrollada oferta complementaria que la zona posee se suman las ventajas de una excelente
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Parte III: Las regiones turísticas
CUADRO 10.4 División funcional del Mediterráneo Occidental Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
La Costa Atlántica del sur de la Península Ibérica
Intensidad variable para el turismo internacional según los distintos tramos, con expectativas de crecimiento. Intenso para el turismo doméstico
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza Turismo deportivo
Las Costas españolas peninsulares del Mediterráneo
En algunos tramos masivo y muy importante desarrollo del turismo internacional con marcada estacionalidad y con áreas con expectativas de crecimiento y otras con signos de estancamiento. Muy intenso para el turismo doméstico
Turismo de sol y playa Turismo cultural Turismo de negocios Turismo de cruceros
El Interior de Iberia
Predominio absoluto del turismo doméstico, con un turismo internacional relevante centrado en la capital
Turismo cultural Turismo de negocios Turismo de esquí
El Istmo pirenaico
Exclusivo para el turismo doméstico e internacional de proximidad. Desarrollo extensivo con algunos enclaves de consumo intenso
Turismo deportivo Turismo de esquí Turismo de naturaleza Turismo religioso Turismo cultural Turismo rural
Las Costas francesas
Muy intenso para el turismo doméstico. Intenso para el turismo internacional con mayor predominio en el sector oriental
Turismo de sol y playa Turismo de negocios Turismo de naturaleza Turismo de cruceros
Las Costas italianas
Muy intenso para el turismo doméstico con sectores de desarrollo masivo para el turismo internacional
Turismo de sol y playa Turismo de cruceros Turismo de negocios
Italia interior
Puntual y muy intenso tanto por el turismo internacional como el doméstico
Turismo cultural Turismo de negocios Turismo religioso
infraestructura de transporte que permite acceder fácilmente desde los principales mercados emisores. Autopistas dobladas en carreteras nacionales corren paralelas a los tramos costeros; líneas ferroviarias, que incluyen en el caso de Francia el TGV, se suman a una desarrollada red de aeropuertos que si bien en ocasiones deben parte de su tráfico al turismo de negocios, en otras están estrictamente vinculados al turismo de sol y playa. El transporte marítimo completa este amplio abanico, pues la zona acoge turismo de cruceros y es enlace con importantísimos destinos insulares.
A) La Costa atlántica del sur de la península Ibérica El sector comprendido desde el sur de la bahía de Setúbal hasta Gibraltar, aunque bañado casi todo él por el Atlántico, posee unas características climáticas más afines con la clásica concepción del clima mediterráneo. Las publicaciones turísticas lusas y españolas basan el reclamo turístico en la posición meridional de estas costas con más de 3.000 horas de sol anuales, compitiendo así con las mediterráneas. Largas costas arenosas con dunas alternan con tramos de altos acantilados que acogen pequeñas playas; y sólo
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FIGURA 10.12. El espacio turístico del Mediterráneo Occidental.
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Parte III: Las regiones turísticas
la amplia bahía de Cádiz y la desembocadura del Guadiana, cuyas orillas fronterizas une un puente, rompen el perfil enmarcado por el Cabo de San Vicente y Punta de Tarifa. El desarrollo turístico de este tramo costero es bastante reciente máxime en territorio español; en el Algarve se inició en los años cincuenta. Antaño, las actividades económicas fueron siempre las propias del medio: pesca (Portimao, Zahara de los Atunes, Barbate), agricultura, salinas (Tavira, San Fernando) y actividades artesanales. Algunos enclaves tuvieron hace siglos singular importancia: Palos con los viajes colombinos, Cádiz capitalizando parte del comercio con América o Sagres con la famosa escuela de navegación del rey portugués Enrique el Navegante. La dinámica turística ha alterado la imagen de esta costa, carente de casi todo desarrollo hasta la década de los sesenta, y con un reconocimiento turístico desigual. El Algarve portugués, desde el Cabo San Vicente hasta el Guadiana, es junto con Lisboa y las islas Madeira uno de los pilares de la industria turística lusa, con destinos turísticos ofertados ampliamente por los grandes operadores internacionales. La afluencia del turismo internacional es masiva en este sector, drenada mediante vuelos chárters al aeropuerto de Faro desde el Reino Unido, Alemania o los Países Bajos y Nórdicos. La zona comprendida entre Portimao y Faro, con Albufeira como principal centro turístico, ha visto proliferar en los últimos veinte años una densa red de alojamientos y de oferta complementaria (campos de golf, hipódromos, casinos, etc.), vertebrándose un espacio turístico casi continuo que por su calidad y precios competitivos atrae también al público español de zonas próximas y al del propio Portugal. A ambos ex tremos de esta concurrida área el desarrollo turístico es menos intenso, especialmente en las proximidades del Cabo de San Vicente. En el otro límite, desde Faro hasta Vila Real do San Antonio, la industria turística ha concentrado sus instalaciones en las áreas más próximas a la frontera con España, destacando Monte Gordo y otras localidades que mantienen aún su encanto con las huellas que dejó en la región la dominación árabe. El sector español concentra su atracción de ámbito internacional en enclaves puntuales: MatalascañasCoto de Doñana, el espacio protegido español de mayor reconocimiento internacional y Tarifa (windsurf). Por el contrario, la presencia del turismo doméstico es masiva en todo el sector (Punta Umbría, Maza-
gón, Conil, Chiclana, etc.). A diferencia del tramo del Algarve, que hasta la llegada del turismo no contaba con entes de población muy importantes, el sector español concentra en un pequeño tramo las ciudades de Huelva, Cádiz, Sanlúcar de Barrameda o el Puerto de Santa María, y en el interior, Jerez. Esta concentración de ciudades permite que al modelo más convencional de uso del litoral, se sumen otros (monumentales, lúdicos, gastronómicos, deportivos), lo cual favorece un mayor aprovechamiento de este espacio, articulándolo con otros como el Coto de Doñana, y siendo ofrecido por los operadores nacionales en la clásica modalidad de circuitos. Algeciras, en el extremo oriental, ya en las costas mediterráneas es otro de los enclaves frecuentados por el turismo internacional, pero bajo el recurrente modelo de paso. Gentes del Magreb, venidas de Francia en su mayoría, atraviesan el territorio español y desde el puerto de Algeciras atraviesan el estrecho con la consiguiente congestión y necesidad de servicios que ello provoca en períodos punta. Otra de las características que distingue el tramo portugués del español es la oferta de alojamiento. La preeminencia del Algarve se manifiesta en que es la región lusa con mayor capacidad de alojamiento (más de 85.000 plazas), más del 40% de la capcidad de Portugal superando a la de Lisboa. Hoteles y apartamentos compiten en importancia, siendo minoritaria la presencia de campings. En contraposición, en todo el sector español el dominio del camping es manifiesto, vertebrando una de las ofertas más amplias del litoral peninsular, y complementándose con la de apartamentos, en tanto que el alojamiento hotelero se concentra en el área más próxima al Coto de Doñana y en las ciudades, prestando sus instalaciones para usos complementarios al de litoral. El límite de la zona lo enmarca Gibraltar. La colonia británica de sólo 6,5 km2, presidida por su peñón, es una de las viejas reivindicaciones españolas. Cedida en 1713 es causa permanente de diferencias entre los gobiernos británico y español, lo cual ha provocado durante años la dificultad de acceso terrestre (años 1962-82) por el cierre de la “verja” o frontera, aunque desde la instauración de la democracia en España, las posturas se han suavizado. Accesible ya por tierra, mar y aire la colonia se ha convertido en un paraíso fiscal, con más empresas domiciliadas (40.000) que ciudadanos (21.000) y el contrabando cuenta con la “aquiscencia” británica. Los turistas británicos acuden atraídos por la oferta comercial de
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duty-free y la colonia sirve de base para excursiones por el sur español. A su vez, el puerto sirve de singladura para yates y cruceros. B) Las Costas españolas peninsulares del Mediterráneo Esta zona junto con las islas Baleares y Canarias es la que otorga el posicionamiento turístico que España posee como segundo país receptor europeo. Toda la franja costera se presta al modelo más convencional de uso del litoral, llegando en algunas partes a configurar un espacio turístico continuo que ha degradado algunos de los paisajes más bellos mediterráneos, como es el caso de la Costa Brava catalana; y en ocasiones la imagen dominante son los muros de hormigón de las edificaciones, la criticada marbellización. La característica común a todo el sector es la especialización en el binomio sol-playa, lo que provoca, como en gran parte del Mediterráneo, una acusada estacionalidad que las diferentes autoridades competentes intentan evitar diversificando la oferta con la creación de polémicos campos de golf, parques de ocio (Port Aventura) y puertos deportivos; o bien atrayendo al turista internacional hacia espacios del interior con destacados valores monumentales que en el sector meridional se concretan en el arte islámico de las ciudades de Sevilla, Granada o Córdoba, y en el extremo más septentrional en el legado de Gaudí y Dalí. La contribución del turismo a la economía de estos territorios es muy elevada, pues en general supera el 12% del PiB regional. A pesar de las características comunes, la zona posee un distinto reconocimiento para el turismo internacional y doméstico, vinculando una distinta oferta de alojamiento y de acceso que permite identificar tres sectores diferenciados. El primero comprende el litoral andaluz mediterráneo desde Gibraltar hasta Almería; el segundo, muy extenso abarca hasta las costas catalanas, que son las que configuran el tercer sector hasta la frontera francesa. El tramo andaluz goza de un clima muy benigno y su situación a sotavento de la cordillera que acoge la estación de esquí más meridional en tierras continentales europeas (Sierra Nevada) y los numerosos recursos turísticos (procesiones de Semana Santa, espacios naturales, etc.) influyen favorablemente en la menos acusada estacionalización de la demanda. El reconocimiento turístico de la zona es muy elevado, pues para el turismo doméstico el atractivo monu-
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mental, gastronómico y lúdico se suma al uso convencional del litoral, por lo que la zona es visitada masivamente, de forma individual o bien en paquetes turísticos. La propia región, Madrid y Cataluña son su principal emisor; pero el turismo internacional representa más del 40% de visitantes predominando británicos, alemanes y franceses casi por igual. Los espacios turísticos más densos, asociados al binomio sol-playa, se concentran en la denominada Costa del Sol con Marbella como principal centro turístico; en torno a Motril, que permite acceder a Granada y Sierra Nevada; y en la zona más cercana a Almería. La accesibilidad ha mejorado últimamente con una moderna red de autovías y algunos de los aeropuertos más remodelados (Sevilla) y de mayor tráfico (Málaga). En algunos enclaves, como Marbella, el turismo congresual tanto a nivel doméstico como internacional es muy importante, por la adecuada oferta complementaria y por la posibilidad de visitar en excursiones de day-trip algunos centros monumentales cercanos (Ronda, Sevilla, etc.). La oferta de alojamiento predominante es la hotelera y las urbanizaciones residenciales, algunas muy elitistas, se suman a apartamentos turísticos y campings, aunque estos últimos con menor intensidad que en el tramo costero atlántico. El sector intermedio (correspondiente a las comunidades autónomas de Murcia y Valencia) se diferencia por la preeminencia del turismo doméstico, más del 70%, que hace un aprovechamiento intenso y bastante masivo de todo el litoral, exceptuando el extremo meridional. En contraposición, el turismo internacional hace un uso muy puntual de esta zona, lo que sólo permite identificar a unos cuantos enclaves: Benidorm, Valencia entre otras. Más de la mitad del alojamiento hotelero se concentra en el sector de Torrevieja a Gandía con una máxima monopolización en el tramo entre Benidorm y la ciudad de Alicante; y en menor intensidad en el binomio Murcia-La Manga. Los campings se reparten de modo uniforme por todo el sector exceptuando el tramo meridional donde su presencia es casi nula. El alojamiento extra-hotelero (segundas residencias y apartamentos) es muy importante y dificulta la cuantificación global del abultado turismo doméstico que acude de la propia región, de Madrid e incluso de la región vasca. La ciudad de Valencia vincula su proyección turística a sus fiestas y a su larga tradición ferial, y ahora también museística (ciudad de las artes y de la ciencia) compitiendo en el turismo de negocios con Alicante, que atrae una
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destacada oferta congresual. Benidorm, desarrollado masivamente a partir de los años setenta, es el centro turístico más relevante, máxime teniendo en cuenta que el turismo social y las largas estancias de su colonia de turistas afincados marcan la dinámica de esta población en la que la participación extranjera la caracteriza el predominio absoluto de británicos, superior en valores a los de la media nacional, que acuden por los competitivos paquetes turísticos que ofrecen los operadores, su imagen turística se ha visto reflejada desde la inauguración del parque temático Tierra Mítica. En el interior destaca por sus atractivos turísticos Elche, con su famoso palmeral (Patrimonio de la Humanidad). La región catalana, por su situación fronteriza y su variada cantidad de recursos turísticos, es visitada anualmente por más de 15 millones de extranjeros. Los franceses representan más del 50%, seguidos de los alemanes (20%), belgas, holandeses, italianos y británicos, mientras que en el turismo de ciudad es destacable la presencia de japoneses en Barcelona atraídos por la obra de Gaudí. La característica dominante es la utilización del transporte privado y del autocar para acceder a los destinos turísticos, y sólo en el caso de los turistas británicos el avión es el medio de transporte predominante (57%). El turismo internacional viene atraído esencialmente por la importante oferta desarrollada desde los años sesenta en el litoral y especialmente en la Costa Brava, al norte del litoral catalán en la provincia de Gerona. Hoy, esta zona, que cuenta con grandes aglomeraciones turísticas como Rosas o Lloret de Mar y con enclaves (Begur) que aún permiten apreciar la belleza que el litoral tenía antes del desarrollo desorbitado de los alojamientos hoteleros y de las segundas residencias, es frecuentada por extranjeros (más del 35%). Los tramos costeros meridionales, con Salou y su parque temático de Port Aventura como núcleo principal, se han visto relegados a una tercera posición por la consolidación de Barcelona como segundo destino turístico. La capital catalana ha sabido rentabilizar los Juegos Olímpicos que acogió en 1992. La ciudad remodeló su fachada marítima, mejoró sus infraestructuras, amplió su capacidad de alojamiento y aprovechó el acontecimiento para divulgar su idiosincrasia. Los valores monumentales (gótico, modernismo, Gaudí), sus museos (Picasso) y una renovada oferta comercial son algunos de los atractivos más valorados y la ciudad se afianza día a día como indiscutible base de cruceros por el Mediterráneo.
Por su parte, las zonas más próximas al litoral también cuentan con un valioso patrimonio, y están empezando a ser ofrecidas en la modalidad de day-trip. En la Costa Brava, Figueres con el Museo Dalí, núcleos medievales y centros artesanales compiten con campos de golf, aeródromos, puertos deportivos y casino para ampliar la oferta del litoral, proporcionar vacaciones más activas y ayudar a disminuir la marcada estacionalidad que el sector presenta. Por el contrario, en el tramo meridional el aprovechamiento del interior es menor, y los monasterios cistercienses (Poblet, Stes. Creus) o incluso en el litoral la monumental Tarragona no logran atraer al turista extranjero. La reciente declaración de la ciudad Patrimonio de la Humanidad puede beneficiarla turísticamente. El reconocimiento del litoral por el turismo doméstico presenta diferencias en los tramos al norte y sur de la aglomeración barcelonesa. Mientras que en la zona norte el turismo predominante es de la propia región y sólo en las grandes aglomeraciones la presencia de turistas no catalanes es notoria, el tramo sur, que tiene a Salou en su epicentro, presenta una notable presencia de ciudadanos de zonas del interior del estado e incluso de la conurbación vasca. A diferencia de los otros dos sectores de la costa española ya expuestos, en la catalana la carac terística dominante en el alojamiento es la com plementaria presencia de alojamiento hotelero, segundas residencias y campings a lo largo de casi todo el tramo litoral. C) El interior de Iberia Este epígrafe se identifica con las tierras lusitanas del interior alejadas de la costa y por ende fronterizas con España y la casi totalidad del estado español desposeído de su franja periférica costera y pirenaica. Gran parte del territorio está formado por la Meseta o gran penillanura central, atravesada y rodeada de macizos montañosos, lo que conlleva un clima riguroso y muy continentalizado. La especial configuración del relieve ha condicionado el trazado de las infraestructuras de transporte y ha hecho inviable el clásico aprovechamiento turístico de los ríos. La zona ha sufrido un enorme despoblamiento en beneficio únicamente de la capital estatal. Madrid, es un oasis turístico en una región desconocida por el turismo internacional y que para el turismo doméstico presenta extensas áreas con un consumo puntual y de paso hacia otras regio-
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nes más consolidadas: cornisa cantábrica, vértice gallego, región andaluza o costa de Lisboa. Esta inmensa área gozó de un gran protagonismo histórico, cultural y económico hasta el siglo xix, cuando la incipiente industrialización dio la espalda a esta región y se afincó en la periferia. Todo ello se pone de manifiesto en sus ciudades monumentales amuralladas (Zamora, Ávila, etc.), sus universidades prestigiosas que hoy albergan cursos de verano (Évora, Salamanca, Alcalá de Henares), en sus esbeltas catedrales góticas (León, Burgos, Segovia), en los monasterios que ilustran la historia (Yuste, El Escorial, Guadalupe, Las Huelgas), en las huellas románicas dejadas a lo largo de la ruta jacobea y en los innumerables castillos, árabes algunos (Gormaz), que presiden los dilatados paisajes castellanos. Toda esta riqueza monumental tiene un reconocimiento nulo por el turismo internacional, con la excepción de los atractivos más próximos a las capitales respectivas que se benefician de su impulso. Es el caso de Évora, ofertada como complemento a Lisboa, o de las ciudades de Ávila, Segovia, El Monasterio de El Escorial, los Palacios Reales segovianos, en especial el de La Granja o la singular Toledo, que con su oferta museística (El Greco) y su ceñido emplazamiento en un meandro encajado del río Tajo es la ciudad española más consumida turísticamente en breves horas. Las áreas montañosas cercanas a Madrid también han desarrollado una importante infraestructura turística de alojamiento con hoteles, campings y segundas residencias, acogiendo un importante turismo de proximidad procedente de la capital, máxime en aquellas áreas que cuentan con estaciones de esquí. Sin el reconocimiento internacional que otras capitales europeas poseen, Madrid vertebra una importante oferta turística, sirviendo de vía de penetración en Europa para ciudadanos sudamericanos. A diferencia de las ciudades del entorno, Madrid no basa su atractivo en su patrimonio monumental sino en el museístico, y el mayor beneficio turístico lo aporta el turismo de negocios y congresos. Para el turismo doméstico, máxime para el de proximidad, se suman usos más convencionales de la ciudad: compras, ocio, espectáculos, etc. El reborde montañoso meridional de la Meseta atrae al turismo doméstico por los valores naturales que posee, contando con importantes cotos de caza y espacios protegidos (Parque de Cazorla). El ángulo nordeste se estructura en torno al Ebro, que se abre entre zonas montañosas hacia el Medite-
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rráneo otorgando a parte de este sector la función de doble corredor de flujos turísticos domésticos: en sentido este-oeste, los que desde la dinámica región catalana se dirigen hacia la cornisa cantábrica; en sentido inverso, los que se dirigen desde zonas de la franja atlántica o del propio valle del Ebro hacia las costas catalanas meridionales. En el epicentro, la ciudad de Zaragoza concentra el dinamismo económico y a su vez turístico del sector con una variada oferta que incluye turismo de negocios, monumental, religioso y lúdico. Sin reconocimiento por el turismo internacional, vertebra una adecuada infraestructura de alojamiento y de ocio que sí atrae al doméstico. El tramo inicial del valle del Ebro materializa su riqueza agrícola ofreciendo una reconocida oferta gastronómica que alcanza su mayor difusión en los acreditados vinos de La Rioja. Su fama genera un turismo de negocios importante de ámbito doméstico, pero aún leve a nivel internacional. D) El Istmo pirenaico La barrera montañosa que separa España y Francia ha supuesto, exceptuando el sector occidental de influencia y vinculación a la fachada atlántica, una dificultad para la comunicación entre ambos países. A diferencia de otras cadenas montañosas con mayores altitudes, los Pirineos han sido poco y tardíamente perforados (Vielha o Puymorens) y todo el tráfico turístico importante se concentra en el extremo más oriental. En ambas vertientes la característica común es la despoblación. En algunos sectores (valle del Noguera-Pallaresa) sólo la adaptación y reconversión de estos espacios para el uso turístico ha podido frenarla. No obstante, la montaña inició muy tempranamente su vocación turística. En la Edad Media, el puerto de Somport acogió a los peregrinos hacia Compostela, y el desarrollo turístico de la montaña se inició en el xix con la apertura de balnearios (Bagnères de Bigorre, Luchon, Panticosa o Caldes de Boí) de difícil accesibilidad en muchos de los casos, y que hoy siguen atrayendo al turismo. El climatismo atrajo a su vez a destacadas colonias de veraneantes en numerosos enclaves (Mont-Louis, Font-Romeu, Camprodón, Puigcerdà, Ribes de Fresser) que hoy caracterizan a algunos de estos centros turísticos con sus señoriales mansiones. Finalmente, en las dos últimas décadas el macizo ha visto proliferar las instalaciones para la práctica de deportes invernales, lo cual ha pro-
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Parte III: Las regiones turísticas
vocado en algunos sectores, como el valle de La Cerdanya, la masiva construcción de segundas residencias. Otros sectores más proclives al disfrute de los atractivos de montaña y de los deportes han diversificado su oferta de actividades y de alojamiento, por lo que hoteles familiares, campings y la reciente oferta de agroturismo compiten para atender al turista tanto en el sector francés como español. Sólo en Andorra, a caballo entre los dos grandes países, el alojamiento hotelero es predominante. Este estado de sólo 465 km2 recibe anualmente a más de 13 millones de visitantes. Sus 5 estaciones de esquí y sus numerosos establecimientos comerciales (muy competitivos por su distinta fiscalidad) atraen a un público que acude masivamente los fines de semana y que en su inmensa mayoría procede de la conurbación barcelonesa, lo cual ha obligado a la mejora de las infraestructuras de transporte. Tanto en el sector español como en el francés, la diversidad de atractivos atrae a un numeroso y en ocasiones masivo turismo doméstico. La situación periférica del macizo en ambos países provoca así efectos desiguales. En el caso francés, sus estaciones de esquí (Cauterets, Saint Lary-Soulan, Guzet-Neige, Les Angles, Pyrénées 2000, etc.), que gozan de mejores condiciones que las españolas por las características físicas del macizo y su situación, atraen sólo a un 8% de los esquiadores nacionales, y cada vez a un creciente número de catalanes por la mejora de las comunicaciones. En el lado español, el macizo posee las más prestigiosas estaciones de todo el estado (con la única excepción de la meridional Sierra Nevada) y su poder de convocatoria llega a todo el país. Baqueira-Beret, en el Valle de Arán, y las estaciones más cercanas generan casi la mitad de los ingresos del sector en España. Las estaciones más occidentales próximas a la monumental Jaca (Candanchú, Astún o Formigal) no han visto cumplido todavía su sueño de albergar unos Juegos Olímpicos. En ambos lados el alpinismo (Aneto, Vignemale, Monte Perdido, etc.), el senderismo, la espeleología (Meseta cárstica de Larra), los deportes de riesgo (rafting, parapente), la caza, la pesca y el turismo ecológico (Parque Nacional de Ordesa y del Monte Perdido, Aigüestortes, Parque Nacional de los Pirineos Occidentales en Francia, etc.) poseen magníficos escenarios para su disfrute. A diferencia de otros macizos montañosos, los Pirineos no han desarrollado una amplia red de infraestructuras de aproximación (teleférico de la Vall Fosca), si exceptuamos el tren de cre-
mallera en el Valle de Nuria, uno de los pocos que hay en el territorio peninsular español. Los valores culturales son asimismo muy importantes. Monasterios (San Juan de la Peña, Obarra, Saint-Bertrand-de-Comminges, Ripoll, Saint Michel de Cuixa, Saint Martín du Canigou) y pequeñas iglesias o catedrales románicas (Jaca, La Seo de Urgel, Vall de Boí, recientemente declarado Patrimonio de la humanidad), comparten atractivo con la arquitectura popular (Ansó, Querforadat, etc.). La motivación religiosa es otra de las que atrae visitantes a la montaña, máxime en el lado francés, que cuenta con el centro de peregrinaje de Lourdes. Con sus más de 25.000 plazas hoteleras, acuden anualmente más de 4 millones de visitantes, y el cercano aeropuerto de Tarbes permite atraer a peregrinos de todas partes del mundo, constituyéndose así este enclave como el más frecuentado tanto por turismo doméstico como internacional de todo el macizo. La ausencia de ciudades de gran dinamismo económico en los Pirineos frena el desarrollo del turismo de negocios, y lo traslada a ciudades periféricas a él: Zaragoza, Toulouse, Gerona o Perpignan. En su seno, sólo Tarbes, La Seo de Urgel y Jaca conjugan éste con otros productos turísticos, y la francesa FontRomeu presta sus instalaciones solares para el turismo industrial. E) Las Costas francesas Con un distinto desarrollo cronológico, en la actualidad todo el litoral francés mediterráneo se vincula a una masiva frecuentación turística que hace de ésta la primera región turística del país, aun cuando puedan encontrarse importantes diferencias entre los distintos sectores. Si bien el clima y su posición identifican a toda esta zona como el Midi francés, el relieve interviene diferenciando los tramos costeros. Así, comenzando desde el oeste, a un primer sector de costas bajas y arenosas le sucede el amplio delta del Ródano, mientras que el resto del litoral hasta la frontera italiana es del dominio de los relieves abruptos que originan la belleza de la Riviera con la acreditada Costa Azul. Puede afirmarse que el desarrollo turístico del litoral se ha ido desplazando en el tiempo desde las zonas próximas a la frontera con italia hacia el oeste, casi hasta el límite con España, en busca de nuevos espacios para atender a la creciente demanda y en un ineludible deseo del gobierno francés de frenar
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la afluencia de sus ciudadanos a las playas españolas y de retener el inmenso flujo de turistas extranjeros que el corredor renano-ródano proporciona. A las primeras colonias de aristócratas que eligieron la Costa Azul en el siglo xViii le siguió la llegada de la línea férrea en el xix, lo que propició un turismo de lujo, y desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el turismo de masas ha mundializado la Riviera. En contraposición a ella, las largas playas arenosas a oeste del Ródano deben su desarrollo turístico a una acción gubernamental iniciada en 1963 que puso en marcha la planificación de este tramo costero en un intento de descongestionar la Costa Azul y de atraer a nuevos turistas. En la actualidad los núcleos turísticos de las costas del Languedoc-Rosellón, fruto de esa acción planificadora del gobierno arriba reseñada, atraen a una clientela preferentemente nacional (más de 4 millones de franceses) que procede de la propia región, de la conurbación parisina y de las áreas surcadas por el Ródano, aprovechando así la excelente red de comunicaciones norte sur existente en Francia. Se estima en un 15% el turismo extranjero que acude, mayoritariamente alemanes, belgas y ciudadanos de los Países Bajos, algunos de los cuales son propietarios de apartamentos turísticos. La planificación efectuada afectó a más de 200 km de litoral, creó seis grandes centros turísticos que integraron a otros ya existentes anteriormente, separados unos de otros por extensas zonas boscosas o espacios de uso agrario. La GrandeMotte, Cap d’Agde y Gruissan son algunos ellos. Numerosos puertos deportivos permiten la práctica de deportes náuticos y el de Sète, el primer puerto pesquero del Mediterráneo, sirve también de enlace de esta costa con Marruecos, Argelia y las Baleares. Las ciudades próximas a la costa no seducen mucho al turista extranjero, pero sí gozan de reconocimiento para el doméstico destacando Nîmes, la “Roma francesa” con sus restos romanos, Narbona y Montpellier, que con su antigua universidad vertebra una acreditada oferta de turismo de formación a la que se añade el turismo de negocios al ejercer la ciudad como capital económica de este tramo. Arles señala el inició del vasto delta del Ródano y es la puerta de la región de la Camarga. Su anfiteatro romano (las arenas) sirve hoy para todo tipo de actividades de ocio de entre las que las corridas de toros son una de las más atractivas para los turistas. Por su parte, La Camarga es una vasta llanura, largo tiempo insalubre y parte de la cual (82.000 Ha) es hoy parque
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natural. Manadas de toros y de caballos salvajes contribuyen a que en la actualidad los safaris fotográficos sean una de las formas de acercarlo al visitante. Si bien en un estricto sentido la Costa Azul se extiende tan sólo a lo largo de 60 km desde Cannes hasta la frontera italiana, el visitante la identifica habitualmente hasta Marsella, incorporando de este modo parte del litoral de la región de la Provenza. Aunque la clientela nacional es mayoritaria, esta vez constituida por ciudadanos de todos los sectores orientales del país, la participación extranjera es más numerosa que en el tramo del Languedoc arriba comentado, superando siempre el 25%, y elevándose el porcentaje al 40% en los centros más prestigiosos de la auténtica Costa Azul, con una clientela muy heterogénea que procede incluso de países de Oriente Medio y que habita en suntuosas mansiones de Cannes y Niza. Por tanto, Marsella marca habitualmente el inicio de este extremo y extenso tramo costero francés tras los paisajes del delta del Ródano. Con una clientela menos elitista y con menor participación extranjera (20%) que los tramos más orientales, la zona entre Toulon y Cannes inició su desarrollo masivo a partir de los años cincuenta, y colma las apetencias de un amplio grupo de turistas por la numerosa oferta de campings que posee, haciendo de este tramo el más denso del país en esta modalidad de alojamiento. Los macizos montañosos junto a la costa dificultan las comunicaciones, pero crean un complejo litoral muy atractivo bordeado de islas (Porquerolles, Port-Cros, Île du Levant). Saint-Tropez, junto con Hyères y Frèjus son los centros de más prestigio turístico. Cannes marca el inicio real de los 60 km de la estrictamente denominada Costa Azul, y compite con Niza atrayendo cada vez más a un turismo de elite. Sus festivales como el de Cine apoyan esta imagen. A pesar de todo, Niza es la indiscutible capital turística de toda esta costa francesa vertebrando una amplia oferta en la que el turismo de negocios y el cultural (museos, carnaval, etc.) están presentes junto al uso más convencional de su litoral. Con una capacidad de más de 10.000 plazas y con gran parte de sus establecimientos abiertos durante todo el año, ofrece todo tipo de alojamiento en el que destacan los imponentes hoteles ubicados en el Paseo de los ingleses, construido ya en 1844. La existencia del Principado de Mónaco otorga aún más su sello de lujosa a esta costa. Con sus escasos 2 km2 y sus 30.000 ciudadanos que residen esporádicamente atraídos por las
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Parte III: Las regiones turísticas
excepcionales condiciones fiscales, el microestado vive del turismo. Una hotelería de lujo, casinos, excelentes instalaciones portuarias y un sinfín de actividades deportivas y de ocio son motivo más que suficiente para la visita del Principado que se erigió en estado en el siglo xiV. El turismo de negocios y el de congresos ayudan a completar su oferta. Bajo este epígrafe de costas francesas se ha decidido incluir también el tramo inferior del Ródano desde Lyon y las áreas más meridionales y periféricas del Macizo Central, por su estrecha vinculación con la zona mediterránea. La “Montaña Negra”, el reborde meridional del Macizo Central y el macizo de Les Cévennes, ambos con su paisaje intacto, están asistiendo en los últimos años a un rápido desarrollo del turismo que aprecia sus valores naturales y que no obstante intenta protegerlos. La creación del Parque Natural del Alto Languedoc y del extenso Parque Nacional de Cévennes contribuye a ello, así como una oferta de alojamiento que es básicamente rural. En cuanto al valle del Ródano, es el extremo sur del corredor de transportes que atraviesa todo el país, y por el que circulan millones de turistas franceses y del centro y norte de Europa atraídos por las excelentes condiciones de las playas mediterráneas. Lyon, la denominada ciudad de los dos ríos (el Ródano y el Saona), es el principal centro turístico de este sector, tanto por sus atractivos culturales como por su acreditada gastronomía; a lo que hay que sumar una importante posición en el turismo de negocios al ser la sede, tras París, de las más importantes empresas francesas. F) Las Costas italianas Aunque para muchos turistas la imagen de italia va asociada a su patrimonio monumental, que se halla espléndidamente representado en sus ciudades casi siempre del interior y en los circuitos culturales, los miles de kilómetros de costa de la península italiana atraen a turistas llegados principalmente de Alemania, Reino Unido, Suiza, Austria, Países Bajos, Bélgica, Francia y, últimamente, de países de la Europa del Este. Como en todas las costas mediterráneas, clima y paisaje se aúnan para atraer al turista. A diferencia de otros países mediterráneos como España y Grecia, italia inició más tempranamente el desarrollo turístico de su litoral y la construcción de autopistas y los bonos de gasolina ofrecidos a los turistas hicieron de
ella el principal destino turístico de la región hasta que España la relegó a un segundo plano. El litoral italiano, al igual que el francés y el español, es base de numerosos cruceros que tienen en Génova, Livorno (Florencia), Civitavecchia (Roma), Nápoles, Brindisi y Venecia sus principales escalas, algunas en función de los destacados centros artísticos próximos en el interior. A diferencia de la zona interior del país, la estacionalidad es muy marcada y la larga crisis yugoslava o fenómenos esporádicos (plaga de algas en el Adriático) han mermado en algunos sectores su frecuentación turística en beneficio de otras áreas mediterráneas, principalmente las del litoral español. Mientras que algunos tramos costeros concentran un turismo doméstico básicamente de proximidad como las playas cercanas a Roma, pueden identificarse tres sectores donde el turismo internacional ostenta la más elevada cuota de participación o bien es destacable: los largos lidos del Adriático desde el límite con la frontera eslovena hasta Ancona, la Riviera Napolitana y la Riviera Ligur. Desde Ventimiglia, en la frontera con Francia, hasta Trieste, en el límite con Eslovenia, el litoral italiano ofrece el uso más convencional (el de sol y playa). A pesar del inmenso patrimonio monumental que el país atesora sólo en algunos sectores el visitante internacional lo incorpora en excursiones de day-trip. La oferta de alojamiento contempla desde campings a villas de vacaciones, segundas residencias, apartamentos y una amplia gama de hoteles que en algunos casos como en las costas adriáticas necesita una reconversión. Nacida la oferta para contentar a la demanda creciente surgida en los años sesenta, parte de ella hoy queda fuera de los parámetros de calidad que el actual turista europeo exige. Continuación de la francesa, la Riviera Ligur desde la frontera hasta la base naval de La Spezia inició como aquélla su fama turística en el siglo xViii al asentarse aristocráticas familias inglesas en San Remo, pero hubo que esperar a mediados del xix para ver proliferar las bellas mansiones en los principales centros de acogida de San Remo, Alassio, Portofino y Rapallo. Como la orografía (con los Alpes y los Apeninos Ligurenses muy cercanos al litoral) origina una costa muy estrecha, el desarrollo masivo a partir de la Segunda Guerra Mundial obligó a una elevada concentración de los flujos turísticos en un reducido número de centros injertados casi siempre en los puertos pesqueros tradicionales, lo que provocó el agudo
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Capítulo 10: Europa
deterioro del paisaje y la pérdida de su antigua vocación de veraneo de calidad (Lozato, 1991), al que sólo permanecen fieles Portofino y las localidades agrupadas bajo el epígrafe Cinque Terre. La situación de esta costa cerca de Turín y Milán y de todo el industrial norte italiano provoca la existencia de un muy importante turismo doméstico, máxime en la zona occidental, la denominada Riviera de Poniente, que se materializa en un porcentaje mayor de segundas residencias frente al sector más oriental de la Riviera de Levante. Génova ejerce de epicentro de estos dos tramos de la costa ligur y no permanece ajena al turismo pues es base de cruceros o parada obligada de los circuitos por el país, al igual que un buen número de los centros costeros que presentan la doble forma de ocupación: turismo itinerante y de estancia. Hasta alcanzar la bahía de Nápoles, el tramo siguiente de la costa italiana permanece fiel al turismo doméstico emitido por las ciudades cercanas del interior, salvo algunos enclaves ligados al turismo de cruceros. La presencia de algunas islas como la de Elba, próxima a la costa, o de las importantes Córcega y Cerdeña, drena un flujo de turistas que accede a los puertos para el embarque. Nápoles es una de las ciudades con mayor densidad de Europa. Con destacados valores artísticos, la ciudad saca ventaja de su posición en anfiteatro en una bahía presidida por el Vesubio y cerrada por las islas de ischia y de Capri, lo cual la somete a una elevada frecuentación turística. Más al sur, la costa denominada Amalfitana o Riviera Napolitana con Sorrento, Ravello y Amalfi se presta a uso elevado de su litoral por una clientela extranjera en la que el mercado alemán destaca. La presencia de los importantes vestigios arqueológicos de las ciudades romanas de Pompeya y Herculano y de las ruinas griegas de Paestum contribuyen aún más a la presencia de este tramo de litoral en los circuitos ofertados por el país para el turismo extranjero. Las costas meridionales de la península italiana, la zona menos desarrollada económicamente del país, cuentan con una industria turística aún joven y poco explotada por el turismo internacional. Regio, Otranto, Brindisi y Bari se asocian a puertos hacia otros destinos mediante ferries: Sicilia, islas griegas, puertos continentales griegos, turcos, croatas, etc. Desde Ancona hasta Trieste se inicia un largo sector, el de los Lidos del Adriático, donde el turismo internacional, más de un 50%, relega a un segundo plano al doméstico. Las primeras instalaciones cos-
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teras importantes se realizaron en los años treinta, cuando el régimen fascista lanzó la moda de las colonias de vacaciones de Comacchio a Cattolica; pero fue después de la Segunda Guerra Mundial cuando el paisaje de los lidos, con sus largas y extensas playas y un mar poco profundo se transformó para el turismo de masas. En la actualidad acogen, dependiendo del tramo, a un turismo doméstico que ha hecho proliferar las segundas residencias que pertenecen, como en la Riviera Ligur, a los ciudadanos del desarrollado norte italiano; y a su vez hoteles, villas de vacaciones y campings que son el destino de alemanes, suizos, austríacos, británicos, belgas y, desde hace unos años, de ciudadanos de la Europa del Este. Este tramo del litoral italiano simboliza el turismo costero de masas moderno, con su avalancha de veraneantes en las playas durante el día que animan tiendas y night-clubs hasta el alba del día siguiente (Lozato, 1991). En el epicentro y con un turismo más centrado en sus valores ecológicos se extiende el delta del Po. Al sur, Comacchio , Rimini y Ancona, y al norte el Lido de Venecia y Grado, son algunos de los centros costeros de más renombre en un litoral que se presenta como un espacio turístico continuo en el que predomina el turismo de estancia de más de una semana como mínimo. En el Lido de Venecia, las largas playas arenosas (12 km) que cierran la laguna han perdido mucho de su esplendor. Sus prestigiosos hoteles y enormes mansiones presentan una imagen un tanto decadente y sin la presencia de extranjeros, se ha convertido en la playa de los venecianos. La presencia de enclaves monumentales en el interior drena hacia ellos flujos de visitantes: Rávena, Venecia o el microestado de San Marino, con sus 60 km2 y sus 24.000 habitantes son algunas de las obligadas visitas de day-trip. G) Italia interior Esta extensa área responde con más fidelidad que la del litoral a la imagen que de italia forjaron los aristócratas e intelectuales que como Goethe, Stendal o Lord Byron la frecuentaron ya turísticamente desde el xViii, y para los que un viaje a italia y una inmersión en su cultura era necesario para completar su formación. Hoy masas de turistas siguen sus huellas, pero los clásicos circuitos ofertados y en menor medida los viajes organizados a título individual y los city breaks, someten unas pocas ciudades y su más desta-
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Parte III: Las regiones turísticas
cada oferta monumental a una avalancha de turistas que quiere asimilar en pocas horas el legado de siglos de cultura, civilización y arte. El efecto es doble: para las ciudades como Florencia, parte de su patrimonio es desconocido y otro abusivamente consumido, dificultando incluso su contemplación; para los turistas, tal contemplación de obras de arte puede llegar a ocasionar problemas psicosomáticos como el denominado “síndrome de Sthendal”. Roma acostumbra a marcar el límite meridional del espacio interior italiano, aunque en ocasiones la proximidad de Nápoles y el anillo de atractivos ya citados que lo circunda (ischia, Capri, Pompeya, Herculeano) son también incorporados al circuito. La razón estriba tanto en sus recursos artísticos como en la posibilidad de incorporar al itinerario un destino costero, permitiendo así recordar al turista que está en un país con kilómetros de bello litoral. En los últimos años se está asistiendo a un incremento de turistas en ciudades históricas y artísticas del interior antes ajenas al flujo turístico, como por ejemplo Mantua o Verona, gracias al esfuerzo realizado a tal fin por los entes de promoción. En contraposición, los bellos parajes interiores que el Messogiorno posee permanecen al margen del masivo desarrollo turístico o bien son el corredor de acceso para viajeros que acuden a sus puertos litorales para embarcarse en ferries camino de destinos griegos. La dorsal Apenina que atraviesa la península encierra áreas vinculadas al turismo doméstico, no en vano se halla aquí el Parque Nacional de los Abruzzos, que permite todo tipo de actividades de ocio y prácticas deportivas incluidos los deportes invernales. Milán, al pie de los Alpes, capital económica de italia, encabeza los destinos del valle del Po. Su dinamismo industrial hace de ella una de las más importantes ciudades europeas de ferias y congresos, la principal de italia, y causa del elevado turismo internacional que acoge. Sus valores artísticos no son pocos y su reconocido prestigio de ciudad de la moda se pone de manifiesto en sus calles y galerías comerciales; mientras que su supuesta capitalidad mundial de la lírica, con su Teatro de la Scala, drena también hacia la ciudad un importante número de turistas tanto nacionales como internacionales. El norte de italia acoge a otros importantes destinos turísticos como Turín, más vinculada al turismo de negocios que al cultural por la presencia de grandes empresas como la FiAT; y un rosario de ciudades cuyos valores artísticos mere-
cen ser descubiertos: Verona, Mantua, Ferrara, Bolonia y Padua, vinculada esta última a un intenso turismo de peregrinación esencialmente doméstico, pero ofertada en ocasiones, al igual que Asís, en algunos clásicos circuitos internacionales por la italia artística. Venecia constituye el principal reclamo para el turismo internacional. La ciudad posee un innegable poder de seducción gracias a su emplazamiento lagunar, que lejos de hacerla merecedora de un importante flujo de turistas por su franja arenosa del Lido vertebra una oferta muy heterogénea que tiene en su particular distribución urbanística en canales su más poderoso atractivo. La herencia artística de la República Serenísima, se completa con la imagen más recreativa de sus góndolas y la más comercial de sus souvenirs en las islas de Murano y Burano. Cualquier época del año es buena para conocer Venecia, una ciudad que, sin embargo, obliga a buena parte de sus turistas a buscar alojamiento en las localidades cercanas de tierra firme dados el precio y la escasez de sus servicios y alojamientos turísticos. Florencia, al igual que Venecia, ejemplifica el modo intenso en que son consumidas las ciudades artísticas italianas por el turismo internacional. Pieza clave de un viaje cultural por italia al igual que Roma, Venecia y Milán, cuenta además con los enclaves de Pisa, Siena y San Gimignano a muy corta distancia. La ciudad vincula una oferta turística complementaria a la de su patrimonio monumental pues es sede de un importante turismo de formación y de congresos vinculado al arte. Roma, a diferencia de otras grandes capitales europeas, continúa anclada en sus épocas de mayor prestigio que dan a la ciudad su afluencia turística para apreciar un patrimonio que encuentra en el arte romano, renacentista y barroco múltiples muestras artísticas. La presencia en su territorio de un minúsculo estado, el Vaticano, refuerza aún más su imagen turística pues suma un considerable turismo de peregrinación. La ciudad del Vaticano con su 44 Ha y sus escasos 700 ciudadanos aspira a gobernar a 900 millones de católicos, muchos de los cuales acuden atraídos por la presencia del Papa y otros por los valores artísticos que el microestado posee. La presencia en Roma de algunos organismos internacionales y su papel político conforman la completa oferta turística que posee la ciudad. El origen de los turistas que se desplazan a la península italiana para apreciar este inmenso patri-
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Capítulo 10: Europa
monio es muy heterogéneo, pues a los importantes mercados emisores centroeuropeos, británico y de la Europa Nórdica, que también acuden al país atraídos por sus playas, se incorporan otros mercados como el japonés y el americano, para los que italia es esencialmente un destino cultural. El año 1996 italia registró la visita de más de 1.300.000 estadounidenses y de 926.000 japoneses.
algunos de los tramos de este sector del Mediterráneo, pero las tendencias apuntan a un constante aumento de cuota de mercado de todos los países (figura 10.13).
Hungría 3%
Eslovaquia 4%
Otros 18%
Eslovenia 16%
10.3.2. El Mediterráneo Oriental Bajo este epígrafe se identifica el sector Mediterráneo continental desde la península de istria, en el inicio de la costa dálmata, hasta el estratégico estrecho del Bósforo. Si bien el dominio climático mediterráneo se extiende también por el Mar Negro y por lo tanto el litoral rumano-búlgaro debería ser incluido en este capítulo, se ha optado por su exclusión por su monopolio de los más importantes flujos turísticos emisores de la Europa Oriental hasta el derrumbamiento del Muro de Berlín. Ésta es la razón por la cual, y para permitir una mejor comprensión de su importancia, su análisis se incluye en el capítulo dedicado a la Europa Central y Danubiana. Por el mismo motivo se remite al lector al cuadro 10.8 para evaluar la evolución turística de los países integrantes de la antigua Yugoslavia. A principios de los años ochenta, Yugoslavia era el primer país receptor del Mediterráneo oriental, con más de 6 millones de turistas, precediendo entonces en importancia a Grecia y Turquía y figurando entre los 10 primeros destinos europeos. Dicha posición de preeminencia se la otorgaba principalmente su litoral dálmata. Las causas del éxito de la industria turística yugoslava se remontan a los años setenta, y deben buscarse en la particular concepción del comunismo del mariscal Tito, el político que durante largo tiempo dirigió el país y que supo captar inversiones extranjeras y que a su vez eliminó restricciones para la entrada de visitantes occidentales; a la eficiente labor de la agencia oficial Yugotours; a una adecuada infraestructura de transporte y a las facilidades otorgadas al naturismo. Este producto turístico fue, no cabe duda, uno de los principales puntos fuertes de su industria turística. Con posterioridad, los diversos episodios bélicos de Eslovenia, Croacia y Bosnia y Kosovo la inestabilidad política en la cercana Serbia y los acontecimientos bélicos en Macedonia han impedido y/o restringido la afluencia de turistas a
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R. Checa 12%
Alemania 16%
Austria 11%
Italia 18%
FIGURA 10.13. Llegadas de turistas a Croacia según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1998).
En la actualidad, Grecia es el principal receptor de este sector. En el año 1970 atrajo escasamente a 1,5 millones de turistas, en 1980 la cifra se elevó a 5, en 1995 sobrepasa los 10 y en 1998 los 11 millones (figura 10.14). Su gobierno ha emprendido una serie de medidas para mejorar la calidad de los servicios turísticos a la par que se han abierto rutas áreas con países emisores lejanos incluyendo a Canadá, Brasil y Estados Unidos. Además, la casi resuelta crisis bélica en la ex-Yugoslavia vuelve a hacer viables para los turistas del centro de Europa las rutas terrestres más frecuentadas, lo cual contribuye a devolver a la costa dálmata la frecuentación turística de que gozó y también reporta ventajas a Grecia y a Turquía por facilitar su acceso. El mercado de la antigua Europa del Este es contemplado en este tramo del Mediterráneo con expectación, pues es su mercado emisor
15.000
Grecia Turquía
10.000 5.000 0 1991
1992
1993
1994
1998
FIGURA 10.14. Evolución de las llegadas de turistas a Grecia y Turquía en el período 1991-98 (en miles de llegadas). Fuente: OMT (1998).
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Parte III: Las regiones turísticas
CUADRO 10.5 División funcional del Mediterráneo Oriental Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
En crecimiento para el turismo internacional tras las etapas bélicas. Bastante más masivo para el doméstico.
Turismo de sol y playa Turismo de cruceros Turismo cultural
Los Alpes Dináricos
Puntual y de circuito para el turismo internacional o ligado a la frecuentación del litoral y recuperándose tras las etapas bélicas. Más masivo para el doméstico
Turismo de naturaleza Turismo cultural Turismo deportivo
El litoral continental helénico
En crecimiento, intenso y muy puntual para el turismo internacional. Más masivo para el doméstico
Turismo de sol y playa Turismo cultural Turismo de cruceros
Las Montañas de los Dioses
Importancia variable y puntual para el turismo internacional. Más intenso para el turismo doméstico
Turismo deportivo Turismo de naturaleza Turismo cultural Turismo de esquí
Los Balcanes
Dominio del turismo doméstico y leves expectativas de crecimeinto para el internacional de circuito
Turismo cultural Turismo de esquí Turismo de naturaleza
Turquía europea
Intenso para el turismo internacional centrado en Estambul. Desarrollo menos puntual incorporando el de paso para el doméstico
Turismo cultural Turismo de cruceros
La Costa Dálmata
próximo, así como el procedente de antiguas repúblicas soviéticas. Ello ha llevado a todos los países a realizar fuertes campañas promocionales y a la apertura de delegaciones comerciales en numerosos países. Al igual que el sector occidental, el Mediterráneo Oriental inició su desarrollo turístico en el siglo xix. Sin embargo, el estudio cronológico de los centros de acogida y el de los turistas deja aparecer la primacía del Mediterráneo oriental frente al occidental antes de 1840-1850. Algunos centros termales o villas dálmatas, griegas, incluso turcas, eran el objeto del Gran Tour mucho antes que los célebres centros turísticos del sector occidental. Además, hasta 1865 la hostelería oriental tenía mejor prensa que la de la Costa Azul y el Orient Express contribuía a ello (Lozato, 1991). Hoy, no obstante, se aprecian entre ambos sectores amplias diferencias. La frecuentación turística es mucho menor en el sector oriental por su lejanía a los principales focos emisores de Europa y por otros motivos ya expuestos. En consecuencia, hasta el
momento actual, ha desarrollado una capacidad de alojamiento muy inferior a la del Mediterráneo occidental, que se diferencia además por una presencia menor de segundas residencias y de áreas de acampada. En cuanto a la importancia del turismo doméstico varía en función de los países. La difícil situación económica de Albania no permite la existencia de un turismo interior. En contraposición, en los territorios de la ex-Yugoslavia siempre fue importante, aunque acogiéndose a modalidades de alojamiento más económicas que las reservadas para el turismo internacional. Además, el litoral se presenta, como consecuencia de la orografía que afecta a la zona, más abrupto y la ausencia de lidos o largas playas arenosas es la nota más destacada, mermando así su capacidad de acogida. Si bien todo el Mediterráneo es una mezcla de civilizaciones, este sector atesora las más antiguas y los episodios históricos de los últimos 500 años añaden un bagaje monumental y cultural muy importante. Atenas y Estambul simbolizan la impor-
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FIGURA 10.15. El espacio turístico del Mediterráneo Oriental.
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Parte III: Las regiones turísticas
tancia que el turismo cultural tiene en la frecuentación turística de esta zona. A) La Costa dálmata Aunque en estricto sentido no es tan extensa, bajo este epígrafe se ha querido englobar todo el litoral desde la frontera italiana hasta la griega, que en su inmensa mayoría pertenece a lo que fue la antigua Yugoslavia y tan sólo en su sector meridional es albanés. La característica que identifica a esta costa es la cercana presencia de los Alpes Dináricos que a modo de barrera la delimita, y que a su vez origina un rosario de islas con lo que pequeñas bahías, islas y penínsulas se alternan en toda su extensión. La ausencia de playas arenosas, la existencia de antiguos pueblos de pescadores convertidos en puertos de recreo y las innumerables islas alargadas cercanas a la costa propiciaron un desarrollo turístico en el que los deportes náuticos y los pequeños cruceros junto con el naturismo son elementos a destacar. A su vez, el abrupto relieve costero hace imposible la existencia de un espacio turístico continuo y además añade la dificultad del acceso. En la actualidad todo el litoral va recobrando la actividad turística, en especial la península de istria, donde el mercado italiano siempre ha sido importante; así como el austríaco, no en vano Opatija (actual ciudad croata de istria, en el golfo de Rijeka) fue uno de los grandes centros veraniegos del imperio autro-húngaro a finales del xix. Desde Rijeka hasta la bahía-fiordo de Kotor se ubican los núcleos croatas de Zadar, Split y Dubrovnik, siendo el tramo ubicado entre estas dos últimas el que antes de las etapas bélicas acogía la mayor frecuentación turística. La existencia de algunos tramos arenosos, de un valioso patrimonio monumental y de esas características islas alargadas (Brac, Hvar o Korcula, la patria de Marco Polo), que en ocasiones han sido declaradas Parque Nacional como la de Mljet, lo propiciaba. En la actualidad las más de 100.000 plazas hoteleras esperan que nuevamente el mercado alemán, que antes era su principal cliente, las ocupe, pues la proximidad al conflicto Bosnio y los más recientes problemas en Kosovo lo ha dificultado en los últimos veranos. El mercado turístico, no obstante, se ha recuperado en parte como lo demuestran los más de 2 millones de turistas recibidos por Croacia en 1994 que se han doblado hasta los más de 4 millones en 1998. Tanto Split como Dubrovnik, la antigua Ragusa,
sufrieron cuantiosos daños, pero la rehabilitación de estos dos lugares contribuirá a devolver al litoral dálmata la fama que poseía. Las comunicaciones marítimas con puertos italianos y griegos se han restablecido y el mercado de los países del Este, en especial el checo, se afianza cada vez más. B) Los Alpes Dináricos La larga cadena de estas montañas calizas protege a la costa dálmata permitiéndole un clima mediterráneo que contrasta con el riguroso del interior. Esta zona de Europa acoge a las más espectaculares muestras de morfología cárstica, por ello algunos enclaves estaban ya presentes en los circuitos que recorrían los espacios más turísticos de la antigua Yugoslavia antes de su ruptura. Las cuevas de Postojna en Eslovenia y el Parque Nacional de los Lagos de Plitvice en Croacia eran sus dos máximos atractivos, y consecuentemente acostumbrados a soportar un elevado turismo de paso. La complicada historia de la región ha contribuido a dejar una amalgama de culturas y un variado y rico patrimonio monumental que otorga al turismo cultural un papel relevante, a pesar de que la guerra desgraciadamente ha destruido algunos de los monumentos más emblemáticos. Sarajevo sintetiza como ninguna otra ciudad de esta zona y de Occidente la amalgama de culturas. La ciudad ha recuperado la normalidad tras su largo período bélico y es difícil prever cuándo recuperará todas sus destacadas actividades culturales como los Festivales de invierno. Los bellos escenarios de sus montañas permitieron en el invierno de 1984 la celebración de Juegos Olímpicos y junto con Mostar reunía bellas muestras de arquitectura otomana. Ljubljana y Zagreb, las capitales de las dos repúblicas que primero lograron la independencia (Eslovenia y Croacia), han visto recuperar su actividad comercial y el turismo de negocios vuelve a destacar en ellas. Uno de los enclaves que ha seguido atrayendo al turismo doméstico e incluso al internacional a pesar de los conflictos bélicos ha sido Medjugorje, centro de peregrinación mariano en Croacia. El sector más meridional es el menos conocido por el turismo internacional, pues incluso en la anterior etapa estos espacios del interior no retenían a los turistas. La zona posee atractivos pero su aislamiento de la costa dálmata, que es desde donde surgen itinerarios de day-trip, dificulta su aprovechamiento. El par-
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Capítulo 10: Europa
que Nacional de Durmitor en Montenegro cuenta con uno de los más atractivos cañones a visitar en Europa, el desfiladero de Tara. La zona atrae a turistas para la práctica del senderismo, la escalada y el rafting. El lago Ohrid, compartido por Macedonia y Albania, se halla en una de las áreas más densas en recuerdos de la cultura eslava medieval; es además el más profundo de Europa (294 m) y el principal destino turístico de Macedonia, país desconocido para el turismo internacional pues en el año 1994 tan sólo un 8% de las pernoctaciones fueron debidas al turismo extranjero. C) El litoral continental helénico Todo el litoral griego es muy abrupto con excepción del sector nororiental, que se extiende más allá de Salónica. Es por ello que el resto de su extenso y recortado contorno no posee una masiva afluencia turística, exceptuando obviamente unos destacados enclaves cuyo consumo por el turismo es muy intenso debido en ocasiones a un valioso patrimonio artístico, a la existencia de espacios insulares próximos, o bien a la dinámica de las comunicaciones marítimas como acontece con igoumenitsa, que es para muchos turistas la puerta de entrada a Grecia. Sus enlaces con las costas dálmatas e italianas y la proximidad de Corfú drenan a este enclave costero un flujo turístico que luego se distribuye por el país buscando su destino turístico. El Peloponeso, la isla de Pélope, fue una península hasta 1893. La vieja aspiración ateniense (siglo Vi a. C.) de conectar el Jónico con el Egeo se hizo posible y hoy el Canal de Corinto constituye uno de los canales artificiales más importantes del mundo En sus 21.000 km2 atesora algunos de los lugares turísticos más célebres del país: Corinto y su acrópolis; Micenas con la célebre Puerta de los Leones; Epidauro con su conservado teatro; Nauplia la primera capital del país después de la ansiada independencia tras 400 años de dominio turco; Mistra con sus monasterios bizantinos; Esparta, que evoca los episodios bélicos entre ella y su rival Atenas; y el más reconocido y difundido de todos los lugares, Olimpia, asociado a los Juegos Olímpicos. Patras, la tercera ciudad griega, sirve de enlace con el resto de Grecia continental, con italia y con las islas del Jónico, y a ello debe su elevada frecuentación turística. Para el turismo doméstico la ciudad es un lugar destacado pues sus carnavales y en verano sus festivales son reconocidos. A
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pesar de la masiva afluencia de turistas que acuden al Peloponeso, la zona debe ser considerada como de paso, pues a lo sumo la ruta dura dos días y en muchos de los casos no se realiza en toda su extensión y se cubre en sólo una jornada siendo junto con Delfos y el Cabo Sunión la trilogía de excursiones de day-trip ofertadas desde Atenas. La capital helénica es el principal destino para el turismo doméstico en cuanto a pernoctaciones, mientras que para el internacional ocupa un tercer lugar tras Creta y Rodas, consecuencia de la más larga estancia en las islas. Para el turista internacional Atenas es, en muchas ocasiones, uno más de sus destinos, que se completa con una corta estancia en alguna de las islas o con una visita al Peloponeso, a Delfos y al Cabo Sunión. Menos frecuente es la realización de un circuito sólo por el espacio continental. Con huellas de distintas culturas, el turista parece buscar sólo la helenística en su visita a la capital. La Acrópolis, los barrios de Plaka y Monastiraki, los “evzones”y el puerto del Pireo son sus tópicos turísticos. Volos en la zona central de Grecia es el punto de enlace con las islas Espóradas, de las que Skiátos Skópelos y Skyros son las más concurridas. La isla de Eubea al sur de ellas, es la segunda de Grecia con sus 180 km de longitud, pero no es percibida como tal por el turismo internacional por su casi unión a la zona continental, mientras que es un acreditado destino para el turismo doméstico, en especial la zona norte con Edipsós como principal centro turístico. Salónica inicia el tramo más llano, arenoso e incluso a veces pantanoso (en la desembocadura del Evros, en la frontera con Turquía) de la costa griega, sólo interrumpido por la península Calcídica que penetra en el mar con sus tres largos y abruptos promontorios. El más oriental, ajeno al turismo, acoge a la República Monástica del Monte Athos (2.033 m de altitud), con sus monasterios y su peculiar población sólo masculina (monjes que profesan la religión ortodoxa) como se deriva del dictado imperial del siglo xi. El resto del litoral ofrece el uso más convencional y acoge mayoritamiente a turismo doméstico, aunque la presencia de ciudadanos de los países próximos es cada vez más relevante, así como la de alemanes que ha constituido siempre la principal clientela internacional de este sector, pero cuya presencia disminuyó durante la crisis yugoslava. Un uso más acorde con su rango de segunda ciudad del país ofrece Salónica, que destaca por el turismo de negocios. La presencia de espacios insulares próximos (Thássos, Samotracia)
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Parte III: Las regiones turísticas
otorga a Kavala un importante flujo turístico, y al igual que Salónica recibe en verano vuelos chárters. El turismo de naturaleza-ecológico cuenta con un espacio singular: el delta del Evros, cerca de Alesandroúpoli. Como en toda Grecia el patrimonio histórico es notable y es un recurso complementario, pues el turista que accede a este sector lo hace en busca del convencional sol y playa, pero a diferencia de otras áreas del país, aquí domina el arte bizantino. D) Las montañas de los Dioses En la actualidad toda esta zona que incluye el interior montañoso de Grecia está muy despoblada, pues la población se asienta preferentemente en las ciudades del litoral. El turismo internacional contempla el senderismo o trekking por Grecia como uno más de sus atractivos, si bien es todavía muy minoritario. No obstante, algunos de los sectores montañosos son usualmente ofertados en los clásicos circuitos que los touroperadores organizan por el país, ya que en toda Grecia, mitología e historia se entrelazan y la montañosa región interior no es una excepción. De todos los lugares mitológicos ligados actualmente al turismo la supremacia la ostenta el Monte Parnaso. A menos de 200 km de la capital ateniense, en un anfiteatro natural acoge al lugar sagrado de Delfos, donde Apolo había dado muerte a la serpiente Pitón y consagrado el oráculo. Hoy los turistas acceden al lugar como antes hicieran, para consultar su destino, los griegos. La montaña es un frecuentado lugar por el turismo doméstico pues acoge una estación de esquí y varios refugios de montaña y camping, y su ascensión es muy fácil. La presencia del cercano Monte Helikon con el monasterio de Ossios Lukás provoca también la visita masiva de los turistas en circuito, o como excursión de day-trip desde Atenas. El lugar fue un centro de peregrinaje en la Edad Media y este monasterio del siglo xi permite a los turistas que equivocadamente identifican Grecia con un sólo estilo artístico contemplar un bello exponente del arte bizantino. Meteora es el segundo de los lugares montañosos más frecuentados. Los inmensos conglomerados, con sus monasterios suspendidos en las cimas, y que remontan su antigüedad algunos al siglo xiV, constituyen una de las más destacadas visitas de los turistas que, ajenos a las islas, realizan un itinerario por la Grecia continental.
El Olimpo, la máxima cumbre helénica (2.917 m), fue la morada de sus dioses. Hoy es uno de los lugares más atractivos para el turismo de naturaleza, pero su consumo turístico es casi estrictamente doméstico. La montaña ofrece también el uso más convencional del esquí. La cadena montañosa de Pindos (2.640 m en el Monte Smolikas) ocupa parte de la región noroeste de Grecia, la más desconocida y la que más tardíamente se incorporó al país pues no lo hizo hasta 1913. Zona de las más despobladas, confía en el ecoturismo para desarrollarse turísticamente y no está falta de atractivos. Para los amantes del montañismo, tanto griegos como bastantes extranjeros, es la más concurrida de las áreas, pero posee otros muchos atractivos. Dodona, que acoge el oráculo más antiguo de Grecia, cuevas (Perama), desfiladeros, gargantas (Vikos), lagos y una variada fauna, son sólo algunos de ellos, a los que cabe añadir la arquitectura popular de la región que contrasta radicalmente con la tópica del país. La zona confía en el turismo para su recuperación y proyectos financiados por la Unión Europea están en curso siempre bajo las pautas del turismo sostenible, con el agroturismo como modelo más convencional de alojamiento. E) Los Balcanes Esta cadena montañosa afecta esencialmente a Bulgaria, pero su ámbito es muy extenso pues espacios de la antigua Yugoslavia y territorios de Grecia también pertenecen a ella, otorgando a toda esta vasta y recortada península del sudeste de Europa el nombre de Balcánica. No obstante, bajo este epígrafe identificamos el territorio búlgaro al margen de las llanuras danubianas y de su litoral en el mar Negro y las áreas montañosas compartidas con Grecia. Aunque la imagen turística internacional de Bulgaria se basó en los años 1970-1985, en sus playas, la “vieja montaña” o Stara Planina, recorre el país de oeste a este con cimas de más de 2.300 m y acoge algunos de los lugares más frecuentados por el turismo doméstico y que antes de los cambios políticos se ofertaban en los circuitos organizados por el país. Aunque el litoral recupere la afluencia masiva de antes, el país debe potenciar sus recursos del interior para posicionarse mejor en el mercado internacional. Bulgaria es en la actualidad uno de los países europeos con mayor riqueza de folclore, como el que puede
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Capítulo 10: Europa
admirarse en el Valle de Kazanlak o Valle de las Rosas. Su resistencia al imperio bizantino y luego durante más de 500 años al dominio turco ha dejado por todo el país innumerables monasterios que simbolizan su sentimiento nacionalista, la mayor parte de ellos ubicados en las zonas montañosas como el de Rila, el más singular de todos. La práctica del senderismo y los deportes invernales son otros de sus recursos a potenciar: Pamporovo, Borovets y Aleko son algunas de sus estaciones de esquí, y algunas como las de Aleko se hallan muy próximas a la capital, Sofía. La presencia también en el interior de las ciudades más representativas del imperio búlgaro (Veliko Tarnovo y Plovdiv) otorga al turismo cultural un papel importante. Todo ello debe pues desvincular al país del uso turístico más reconocido cuando era un importante destino para ciudadanos de la Europa Oriental en él, el de sol y playa, y vertebrar una oferta más variada. Además, la estratégica posición del país le otorga el papel de corredor hacia destinos acreditados situados en sus espacios fronterizos, como son el litoral griego de la península calcídica y Estambul, a los que suman los viajes de retorno de ciudadanos turcos emigrados a Alemania. No obstante, si el país quiere seguir atrayendo al turismo debe emprender, como todos los antiguos estados socialistas, medidas de reconversión y mejora para ofrecer en sus servicios turísticos el nivel de calidad que el turista, incluido el de los países del antiguo bloque del Este, ahora demanda y exige. El sector griego de los montes Ródope es una de las zonas desconocidas para el turismo internacional y con una escasa presencia del turismo doméstico; la oferta de alojamiento es escasa tanto en plazas hoteleras como en campings a pesar de la existencia de algunas estaciones de esquí. Al igual que en el sector costero ya tratado, esta área constituía la antigua Tracia que en la actualidad se halla repartida entre Grecia, Turquía y Bulgaria como resultado de las luchas nacionalistas de inicio de este siglo.
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Bósforo. Con sus más de 8 millones de habitantes, la ciudad se extiende por las dos orillas, la europea y la asiática siendo en la primera donde el turista puede contemplar la mayoría de los tópicos que dan fama a la ciudad: Mezquitas (Santa Sofía, hoy convertida en museo, Azul, Suleimán), baños, bazares, palacios (Topkapi), etc. La ciudad turca ha visto en los últimos años diversificarse su mercado turístico, pues los cambios en las vecinas repúblicas de la antigua URSS han propiciado la llegada de visitantes esencialmente con finalidades comerciales; pero a la vez los atentados perpetrados por grupos fundamentalistas islámicos han hecho, en ocasiones, descender la llegada de ciudadanos de los países occidentales, como antes lo hiciera la Guerra del Golfo o los atentados de la guerrilla kurda. La comercialización de Estambul es compleja, pues en ocasiones es ofertada como único destino en estancias que varían entre tres y cinco días, incorporando cruceros por el Bósforo como uno más de los atractivos de la ciudad; en otras ocasiones Estambul es la puerta de entrada a Turquía para realizar un circuito por el país que, rehuyendo generalmente los espacios litorales, se suele centrar en la simbiosis paisaje-arte (Capadocia, Nemrut Dagi, etc.); y además, como ocurre con la capital griega, la visita a Estambul se complementa en ocasiones con un crucero por el Egeo para disfrutar de sus centros turísticos y admirar los espacios arqueológicos que hay a lo largo de la costa, como Troya y Efeso. El resto del sector europeo de Turquía es poco frecuentado por el turismo internacional, no así por el doméstico. Las islas Príncipe en el Mar de Mármara son un destino de sol y playa para ciudadanos de Estambul, y Edirne, la antigua Adrianópolis, en el interior del país fue una de las capitales del imperio otomano antes de la codiciada conquista de Constantinopla.
10.4. Los espacios insulares mediterráneos F) Turquía europea Aunque el 97% del territorio turco esté constituido por la asiática península de Anatolia, en el 3% de su espacio europeo se halla la ciudad más turística del país, que sobrepasa en fama a la capital Ankara. Bizancio, Constantinopla o Estambul, cualquiera de sus históricos nombres es válido para este enclave codiciado siempre por su estratégica posición en el
Como quedó reflejado en el capítulo 5, cuando se ha iniciado ya el siglo xxi las islas ocupan un lugar privilegiado entre los destinos turísticos mundiales. Se puede incluso considerar a la isla como una de las figuras emblemáticas del turismo moderno (Cazes, 1989). Para numerosos especialistas la noción de insularidad es inversamente proporcional a la superficie de una isla, lo cual explicaría la concentración de los
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destinos insulares en las islas de superficies inferiores a 20.000 km2, y la simple observación de los catálogos de los operadores confirma la supremacía de las islas menores (Lozato, 1993). Al plantearse la localización de los más importantes destinos la preeminencia de las islas mediterráneas es absoluta, ocupando el primer lugar del mundo. El Mediterráneo, en el sector europeo, contiene a casi 3.000 islas e islotes, algunas de pequeño tamaño como las de muchos archipiélagos griegos (Cícladas, Jónicas) o las italianas Lípari; otras de superficie media (en comparación con el resto) como ibiza, Menorca, Rodas, Malta, Corfú e inclusive Mallorca (3.623 km2); y varias grandes islas: Sicilia (25.461 km2), Cerdeña (24.089 km2), Córcega (8.722 km2) y Creta (8.331 km2). En casi todas ellas el desarrollo masivo del turismo se ha producido a partir de los años cincuenta y sesenta, si bien algunas de ellas remontan su fama turística al siglo xix. El compositor polaco Chopin y su amante George Sand gozaron de “un invierno en Mallorca” en 1833, y junto con el Archiduque Luis Salvador de Austria contribuyeron a divulgar los atractivos de la isla. Corfú sedujo a la figura más conocida del imperio austro-húngaro, la emperatriz Sissí. En otras islas, su puesta en escena fue precedida de la inmensa labor de búsqueda de su valioso patrimonio monumental, como en el caso de Creta. En la actualidad en casi todas ellas la principal actividad económica es el monocultivo del turismo, y las actividades tradicionales (pesca y agricultura de subsistencia) han quedado relegadas a un tercer puesto, detrás de algunas actividades industriales que aún algunas mantienen. El impacto del turismo en el empleo es pues notorio, siendo la principal industria ocupacional. No obstante, la marcada estacionalidad de estos destinos turísticos, que suelen concentrar las visitas de los extranjeros en los meses de julio y agosto, proporciona la característica común: el elevado porcentaje de empleos temporales. En todas las islas el turismo ha resultado beneficioso para la población, pues en muchas ocasiones sus habitantes mantenían una economía muy precaria y la emigración hacia el continente o hacia lugares lejanos era la única posibilidad de prosperar. Así, Cuba y Venezuela fueron la meca de la emigración balear, y Estados Unidos fue la tierra de acogida para muchos griegos. No obstante, este cambio tiene un elevado coste, materializado en la excesiva dependencia del turismo y en la necesidad de mantener sus destinos competitivos frente a los nuevos mercados emergentes en
otras áreas en las que la huella de la actividad turística es todavía menor. No debe olvidarse que uno de los mayores y peores impactos del turismo ha sido el provocado sobre el medio natural, con lo que bellos paisajes atractivos para el turismo han sido esquilmados. En cabeza de los enormes errores del desarrollo turístico descontrolado está la desafortunada explotación urbanística del litoral que han sufrido muchos pueblos costeros, que ha llevado a acuñar el término balearización para su comprensión. Los frágiles ecosistemas de muchas islas no han sido protegidos y la escasez de recursos hídricos debe competir con las necesidades de miles de turistas (1 m3/turista/día) y con la oferta complementaria que se les brinda, que incluye instalaciones muy consumidoras de agua, como por ejemplo numerosos campos de golf. Es por ello que en la actualidad los grupos ecologistas presionan a las autoridades de muchos países para proteger paisajes aún vírgenes, y en ocasiones el argumento de preservación del entorno es aprovechado por los operadores internacionales para ofrecer determinados destinos turísticos insulares a aquellos ciudadanos más comprometidos con la protección de la naturaleza (nórdicos y alemanes). No menos importante es el impacto que el turismo ha provocado en las sociedades de acogida. En ocasiones, la población ha permanecido al margen del negocio turístico y la participación exógena ha sido predominante; pero en otras ha sido su principal motor y gentes emprendedoras, la mayoría de las veces sin preparación, asumen el control del desarrollo turístico. Algunas islas griegas viven el retorno de su población joven que había emigrado y que regresa para regentar pequeños negocios turísticos. En ocasiones la sociedad isleña muestra un distinto comportamiento y ve en el desarrollo turístico una forma de neo-colonización; así, Córcega, con sus ansias independentistas, manifiesta esta reacción contraria al turismo que, si bien no es compartida por toda la población, sí la pone de manifiesto el ala más radical del nacionalismo corso con sus atentados a intereses turísticos de la isla (cuadro 10.6 y figura 10.16). El espectacular éxito turístico del espacio insular Mediterráneo se basa esencialmente en su proximidad a los principales focos emisores, a la búsqueda del hedonismo asociado al mito de las islas, al desarrollo de las infraestructuras de transporte (portuarias y aeroportuarias) y en algunos casos al deseo de iniciar, mediante el turismo, un intento de cambio o
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Capítulo 10: Europa
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CUADRO 10.6 División funcional de las islas mediterráneas Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Baleares
Predominio del turismo internacional en Mallorca e Ibiza con un masivo desarrollo
Turismo de sol y playa Turismo náutico Turismo de cruceros
Córcega
Predominio del turismo doméstico e importancia del turismo internacional
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza
Cerdeña
Predominio del turismo doméstico. Exclusivista y enclavado para el internacional
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza Turismo de cruceros
Sicilia
Desarrollo menos masivo que en otras islas tanto para el turismo doméstico e internacional
Turismo de sol y playa Turismo cultural Turismo de cruceros
Malta
Importante desarrollo para el turismo internacional
Turismo de sol y playa Turismo de cruceros
Creta-Rodas-Corfú
Predominio del turismo internacional con un desarrollo masivo y muy importante
Turismo de sol y playa Turismo cultural Turismo de cruceros
Cícladas
Desarrollo desigual. Masivo y muy importante para el turismo internacional en algunas islas
Turismo de sol y playa Turismo cultural Turismo de cruceros
Otras islas griegas
Aumento paulatino del turismo internacional. Algunas con un desarrollo masivo para el turismo doméstico
Turismo de sol y playa Turismo cultural Turismo de cruceros
apertura política para atraer un mayor reconocimiento internacional (régimen franquista). El atractivo más emblemático de las islas es sin duda su litoral y la mayoría se han especializado en el binomio sol-playa y en los deportes náuticos. Característica común de todos los litorales isleños mediterráneos es su variedad, alternando sectores de costas bajas y arenosas con tramos recortados y con acantilados que acogen abrigadas bahías donde se han desarrollado en ocasiones los centros turísticos más renombrados. Muchas de las islas poseen elevadas altitudes en sus tierras interiores, e incluso como Córcega, pueden parecer “una montaña en el mar”. Su optimización permite otros usos turísticos como el senderismo, el ecoturismo, descensos en kajak, esquí, etc., pero sólo movilizan a un reducido porcentaje de turistas. La existencia en las islas mediterráneas de restos muy valiosos de antiguas civilizaciones drena flujos turís-
ticos hacia las tierras del interior, pero visitados generalmente en el transcurso de excursiones de un día desde el litoral; y el equipamiento en infraestructuras y medios de transporte refleja estos desequilibrios pues las redes viarias y ferroviarias están en general poco desarrolladas. En la casi totalidad de las islas predomina el turismo de estancia. A excepción de las griegas de pequeñas dimensiones; de las italianas de Capri o ischia, ofrecidas como complemento de Nápoles por su cercanía; de las Eólias para Sicilia; o de Formentera para ibiza, los turistas que acceden a las islas de tamaño medio y mayor suelen permanecen en ellas entre una y dos semanas, a excepción de cortas estancias que originan el turismo de congresos y el de incentivos. En muchas de las islas, el aumento de vacaciones que toman los ciudadanos europeos se materializa en un mayor número de turistas extranjeros, pero en un
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FIGURA 10.16. El espacio turístico de las islas mediterráneas.
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volumen inferior de estancias, como es el caso de Córcega, donde las pernoctaciones hoteleras de 1990 son ligeramente inferiores a las de 1980, fenómeno que queda compensado por el mayor gasto turístico cotidiano que los turistas realizan (en el mismo período ha aumentado un 50%). La atomización de las islas griegas se presta a un distinto aprovechamiento turístico, y los cruceros ofrecidos por varias de ellas como complemento a una estancia en Atenas son una forma muy popular de acceder a sus recursos, lo cual lógicamente comporta una menor capacidad de alojamiento y en cambio un amplio desarrollo de las infraestructuras portuarias y de la oferta de restauración y comercial. Sólo Creta, Rodas, Corfú, Mikonos y Santorini son ofertadas al estilo de las demás islas. En todas ellas el tamaño explica su comercialización, excepto en el de Mikonos, que con su imagen liberal, gay y lúdica tiene un poder extraordinario de convocatoria, y en Santorini, debido a sus acreditados atractivos. El alojamiento hotelero domina en las islas mediterráneas, y en algunas se constata un elevado número de segundas residencias cuya propiedad varía. En las islas griegas cercanas a Atenas (Hydra) la proximidad a la capital permite incluso a los atenienses disfrutar en ellas de sus fines de semana. Algunos catalanes, sin tanta periodicidad como en el caso anterior, mantienen sus residencias en Menorca, y en algunas islas la característica principal es la presencia de colonias de extranjeros que dominan una parte destacada del alojamiento residencial: alemanes en Alcudia y Andratx (Mallorca). La capacidad de alojamiento se completa con villas de vacaciones (Club Mediterranée), casas particulares que ofrecen sus habitaciones a los turistas, cuyo protagonismo es muy relevante en el caso de las islas griegas y campings. Esta última modalidad presenta disparidades entre las diferentes islas. En las Baleares su presencia es casi nula, mientras que en Córcega sus más de 67.000 plazas representan más del 50% de la capacidad de la isla. A su vez, en muchas islas, la nueva concepción del turismo ha permitido establecer alojamiento de calidad en el interior. A diferencia de otros espacios insulares turísticos, como las Antillas, la realidad política aquí está marcada por la pertenencia de las islas a estados continentales, con la excepción de Malta, lo cual dificulta el análisis de las estadísticas relativas a cada isla, máxime teniendo en cuenta que en las griegas muchos visitantes permanecen sólo horas. Su frecuentación turís-
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tica es, en general, muy elevada y la supremacía del turismo internacional al doméstico varía entre ellas, así como también son distintos los principales mercados emisores. Si bien el dominio del mercado alemán y británico es manifiesto, como corresponde a los dos principales emisores europeos, la presencia de ciudadanos de los países próximos muestra disfunciones: en Córcega la presencia de italianos se eleva a uno de cada dos extranjeros, y en todas las Baleares o en las islas griegas la presencia de turistas de los países más próximos es minoritaria.
10.4.1. Baleares Con sus 250.000 plazas hoteleras, más del 26% de toda la oferta española, el archipiélago balear de poco más de 600.000 habitantes recibe un número entre diez y quince veces superior de turistas y se convierte en el principal destino insular de todo el Mediterráneo; en consecuencia la aportación del turismo al PiB regional es superior al 50%, lo cual permite a sus habitantes gozar de las más elevadas rentas del Estado español. De entre las islas del archipiélago, la supremacía de Mallorca es manifiesta, concentrando el 73% de los turistas recibidos. En 1950, cuando se inició el boom llegaron a la isla 100.000 turistas, en 1966 se alcanzó la cifra récord ya entonces de un millón, y desde entonces el crecimiento ha sido continuo. El desarrollo turístico no es homogéneo en toda la isla y se concentra en tres sectores: en torno a la bahía de Palma con tramos que requieren urgentes medidas de reconversión de la obsoleta oferta de alojamiento; en la costa de Levante, que sin ser un espacio turístico continuo (por imposición del relieve) presenta un completo desarrollo de norte a sur, y que alberga numerosos atractivos naturales de entre las que destacan las Cuevas del Drac; y al norte de la isla el tramo que gravita entorno a Alcudia. La accidentada y montañosa costa de Poniente acoge a rincones de la isla que son frecuentados masivamente en excursiones de day-trip desde la capital Palma o desde otros centros turísticos: Valldemosa con la cartuja donde se hospedó Chopin, el puerto de Soller o Formentor son las principales. ibiza posee una imagen más lúdica basada en su numerosa oferta complementaria de ocio. La isla inició su apertura al turismo en los años treinta convirtiéndose en refugio de intelectuales y artistas y luego
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en paraíso hippy de los sesenta. La capital y la bahía de San Antonio son las dos áreas de mayor concentración hotelera. El desarrollo turístico de Menorca es más reciente y se remonta a la década de los setenta. La isla ofrece valores diferenciales al resto del archipiélago por su pertenencia a Francia y a inglaterra en diferentes períodos del siglo xViii y por la abundancia de restos de una antigua civilización talayótica. La costa sur y las zonas próximas a Mahón y Ciudadela concentran gran parte del alojamiento. La estructura de la demanda se caracteriza por un predominio de visitantes extranjeros que casi triplica a los nacionales (Ramón-Abellán, 1994). Por procedencia el liderazgo lo mantienen indistintamente británicos y alemanes seguidos por franceses, italianos, suizos y belgas, que concentran sus estancias en temporada veraniega. El mercado español ha ido perdiendo importancia en el turismo balear no porque no haya ido creciendo constantemente, sino porque lo ha hecho a un ritmo inferior al de otros países europeos. Es justamente el mercado español quien ayuda a desestacionalizar gracias a los viajes de estudios, de tercera de edad, de incentivos y al aprovechamiento de las islas para el turismo congresual.
que representan casi el 50% del turismo internacional que acude a la isla. Además del recuerdo de Napoleón, el corso más famoso de la historia, y a diferencia de otros espacios insulares, Córcega atrae a muchos visitantes por sus paisajes naturales bien preservados. En consecuencia, el turismo itinerante por la isla es una práctica muy común de sus visitantes, que optimizan así los atractivos que el peculiar relieve de la isla ofrece, “una montaña en el mar” con cumbres de más de 2.700 m, que permiten el esquí, descensos de aguas bravas y otros muchos deportes de naturaleza y de riesgo. El resultado es una oferta de alojamiento más variada y completa que otras islas, que incluye casas rurales, villas de vacaciones y hoteles que suman en conjunto un 50% de la capacidad; el otro 50% es ofertado por los campings, sin tener en cuenta las segundas residencias. Las dos áreas accidentadas del litoral que monopolizan la atracción turística se extienden, la primera, en el oeste, desde Ajaccio hasta la isla Rousse incluyendo las pequeñas islas Sanguinarias, Porto y Calvi; y la segunda en el ángulo meridional, de Porto Vecchio a Bonifacio. Por el contrario, los 200 km de largas playas de arena que se extienden por la costa oriental desde Bastia a Solenzara, con numerosos campings, son dominio del mercado doméstico o de extranjeros (alemanes) amantes del naturismo.
10.4.2. Córcega La antigua posesión genovesa vendida a Francia en 1768 sigue anhelando su independencia a pesar de su especial estatuto dentro del estado francés, como lo atestiguan las reivindicaciones en muchos casos violentas del FLNC. Córcega ha sido tierra de emigración y hoy sufre la pacífica invasión de sus antiguos propietarios, los italianos, por las excelentes comunicaciones que la unen a las zonas más dinámicas del norte de italia. Con sus 250.000 habitantes, la isla inició su desarrollo turístico en la década de los sesenta, cuando acogía en torno a 150.000 turistas; mientras que en la actualidad recibe casi a dos millones de visitantes. El predominio del turismo doméstico alcanza valores de más del 60% de las estancias, con visitantes procedentes principalmente de la cercana franja mediterránea francesa de la Provenza y la conurbación parisina. Hasta mediados de los años ochenta el principal mercado emisor internacional fue el alemán, pero la mejora de las comunicaciones con italia ha permitido ganar el liderazgo a los italianos,
10.4.3. Sicilia y Cerdeña italianas ambas, las dos islas mayores del Mediterráneo no poseen la elevada densidad turística de sus vecinas. Sicilia con 5 millones de habitantes recibe unos 3 millones de turistas, de los cuales la mitad es turismo extranjero y Cerdeña, con un 1,7 millones de habitantes, recibe 1,5 millones de turistas de los cuales casi una cuarta parte son extranjeros. En cuanto a la oferta de alojamiento presentan afinidades en la oferta hotelera y de campings, pero es más numerosa la de apartamentos y segundas residencias en Cerdeña. Presidida por el Etna (3.263 m), Sicilia ejemplifica la esencia del Mediterráneo. Encrucijada de civilizaciones, griegos, árabes, bizantinos, normandos, españoles y franceses la han dominado y han dejado en ella importantes huellas culturales, que sus visitantes pueden contemplar en el Valle de los Templos de Agrigento, en Monreale, Cefalú o en Siracusa. La
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Capítulo 10: Europa
“omertà”, la mafia y la localidad de Corleone, mitificada por el cine, constituyen la tópica imagen de la isla. Mientras que los italianos muestran su predilección por Cerdeña por sus excelentes y exclusivas playas refugio, a su vez de un elitista turismo extranjero, el mercado internacional en general lo hace por Sicilia. Dependiendo del mercado emisor la isla ofrece el modo más convencional de aprovechamiento (sol y playa) o es ofertada por sus dimensiones y en función de sus atractivos en circuitos, optimizando así todos sus recursos. El desarrollo turístico vinculado a sol y playa se concentra en la costa oriental desde Mesina a Siracusa con Taormina como importante centro turístico, y en la costa norte en el tramo desde Trapani a Cefalú que incluye a la capital Palermo. Numerosos operadores ofrecen la posibilidad de visitar las islas Eólias, en especial Liparí, la exclusivista Panarea y las espectaculraes Vulcano y Stromboli. Más agreste y con una riqueza arqueológica (los nuraghi) que la asocia a Menorca, Cerdeña es todavía desconocida para el gran mercado turístico, como lo atestigua su cifra de visitantes (1,5 millones). Sus casi 25.000 km2 ofrecen escenarios idóneos como en Córcega para el senderismo, y sus innumerables grutas son un paraíso para los submarinistas y amantes de los deportes náuticos. La isla concentra su desarrollo turístico en tres áreas: la exclusivista Costa Esmeralda al nordeste de la isla; la zona noroeste que gravita en torno a Alghero, antiguo enclave catalán en tierras sardas; y al sur la zona próxima a la capital Cagliari. En el interior, Dorgali permite el acceso a las mejores excursiones por las zonas montañosas que se elevan a más de 1.800 m.
10.4.4. Malta El dominio británico que desde 1802 hasta 1964 ostentó la isla caracteriza a este archipiélago que recibe el nombre de la mayor de ellas, Malta, con 246 km2, seguida de Gozo con 67 km2 y otras menores. La elevadísima densidad de población de estas islas, que en su exigua superficie acogen a más de 350.000 habitantes, ocasiona graves problemas de congestión en las épocas de máxima afluencia turística. Desde su independencia, el turismo es clave en la economía de este estado, de ahí los esfuerzos que realiza el gobierno maltés para mejorar la oferta de alojamiento, aumentando la calidad y ampliando el número de hoteles de más categoría. En 1998 1,2 millones de turistas acudieron a
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las islas, Malta básicamente, con los británicos como principal mercado emisor debido a las recientes relaciones políticas. La mejora de comunicaciones con italia y la oferta de Malta como complemento a un viaje a la vecina Sicilia están provocando en los últimos años un aumento de la clientela italiana (figura 10.17).
Otros 23%
Países Bajos 5%
Reino Unido 41%
Francia 6% Italia 8% Alemania 17%
FIGURA 10.17. Llegadas de turistas a Malta según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1998).
Malta cuenta con uno de los mejores puertos de todo el Mediterráneo, el de La Valeta, y asimismo son numerosos los templos megalíticos. El patrimonio monumental se completa con la herencia dejada por la Orden Hospitalaria de San Juan o de los Caballeros de Malta. El abrupto litoral que presenta la isla de Malta no propicia la existencia de numerosas playas, pero en cambio la calidad de sus aguas es uno de sus reconocidos atractivos para la práctica de deportes náuticos.
10.4.5. Las islas griegas Sus más de 2.000 islas, de las cuales un 10% están habitadas, son el principal destino que posee Grecia junto con la capital, Atenas, para el turismo internacional. Desde la década de los setenta, en que Grecia incorporó algunas de sus islas a los clásicos destinos mediterráneos, hasta la actualidad pocas islas restan al margen del desarrollo turístico, si bien el turismo internacional muestra su preferencia por Creta, Rodas, Corfú y las Cícladas, en especial Mikonos y Santorini; mientras que otras como Naxos, Paros, Cefalonia se están incorporando paulatinamente a la oferta internacional. Finalmente, algunas como las Sarónicas o las Esporádas permanecen más fieles al turismo doméstico y a un menos masivo turismo internacional. Una de las características del turismo internacional en Grecia, y por ende en todas las islas, es la
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importancia de los operadores internacionales en su comercialización. En consecuencia, sus estrategias de marketing y sus intereses influyen en la segmentación del mercado según países de origen que presentan las islas. Así, mientras Creta goza del favor de un mercado amplio en el que predomina el alemán, Rodas es frecuentemente ofertada por los operadores escandinavos y Corfú por los británicos. Las distintas islas Cícladas, en especial Mikonos y Santorini, sufren la avalancha de un turismo más heterogéneo, al igual que muchas de las islas próximas a la costa turca, ofertadas conjuntamente con los numerosos atractivos monumentales que Turquía posee en su litoral (Efeso, Afrodisia). Como ya se indicó, las dimensiones y la distribución de las islas incide en su forma de aprovechamiento turístico, prestándose algunas más al turismo de cruceros con cortas escalas para admirar sus atractivos, mientras en otras, en función de sus dimensiones, predomina el turismo de estancia. Conexiones áereas con las principales ciudades del país y europeas y entre algunas de las islas, junto con un desarrollado servicio de ferries, hidrofoils y todo tipo de embarcaciones de alquiler, aseguran el desplazamiento a cualquier destino insular. A) Creta, Corfú y Rodas Se ha decidido analizar conjuntamente estas tres islas porque, aunque pertenecen a archipiélagos distintos, se configuran en conjunto como el principal destino griego, pues suponen más del 55% de las pernoctaciones que los extranjeros realizan en el país. Todas ellas ofrecen el modelo más convencional de aprovechamiento de las islas, el turismo de sol y playa, pero como en otras el espacio turístico presenta disfunciones; las características geográficas propias de cada una y su pasado histórico se suman a su litoral vertebrando una oferta muy atractiva. Creta, la mayor y más meridional de las islas griegas, acoge a más del 25% de los turistas extranjeros que acuden al país. Toda la costa norte presenta un desarrollo masivo para el turismo, especialmente las áreas próximas a las ciudades; y es máximo en torno a la capital, Herakleión, y en el extremo oriental junto a Agios Nikólaus. La menos frecuentada costa meridional concentra a los turistas en Hierapetra y en Paleohora al sudoeste, descubierta por los hippies en los años sesenta. Cada vez más los turistas penetran hacia
el interior, muy montañoso con cumbres que alcanzan los 2.456 m, con la Garganta de Samaria como la más recurrente de las excursiones que realizan los turistas. En Creta mito e historia se confunden. Aquí nació Zeus, el padre de todos los dioses, y en el palacio de Knossos se evoca la leyenda del Minotauro. La isla ofrece una superposición de culturas. La más importante y que más atrae al turista es la minoica, que se materializa en la visita a los palacios de Festós y Knossos. Las dominaciones romana, bizantina, árabe, veneciana y turca marcan también la impronta de Creta, que ofrece un numeroso patrimonio monumental (castillos, murallas, iglesias, monasterios, zocos y mezquitas). Aunque en la costa es difícil apreciar las típicas costumbres cretenses, los pueblos del interior a los que vuelve parte de la población transcurrida la temporada alta para cuidar de sus posesiones, permiten aún conocer la Creta previa a la invasión turística. La oferta de alojamiento que ofrece la isla es muy completa: en los centros turísticos más acreditados como Agios Nikólaus son numerosos los establecimientos de lujo, pero los camping, y el alquiler de habitaciones, usual en Grecia, permiten satisfacer a todo tipo de turistas. Rodas, la más meridional y extensa de las islas del Dodecaneso, es uno de los enclaves griegos con mayor historia y jugó un papel clave en la colonización del Mare Nostrum. Hoy es un atractivo destino turístico, el segundo para los extranjeros en Grecia, alcanzando el 20% de las pernoctaciones que éstos realizan. La mitología griega atribuye a la isla que su origen es la ninfa Rhoda hija de Poseidón. Nada queda de su monumento más famoso en la antigüedad, el Coloso, una de las siete Maravillas del Mundo Antiguo, que presidía su puerto. La permanencia en la isla durante más de 200 años, hasta 1522, de la Orden religioso-militar de los Hospitalarios de San Juan (que luego pasaría a Malta) le ha legado importantes vestigios monumentales que se hacen patentes en las angostas calles de la amurallada ciudad vieja de Rodas, junto a restos de otras dominaciones (bizantinos, turcos e italianos). La isla es doblemente frecuentada pues al tradicional turismo de estancia suma el de cruceros al ofrecerse en combinación con otras griegas o con el litoral turco, del que sólo dista 7 millas. Desde la isla son frecuentes las excursiones a Marmaris (Turquía). El desarrollo masivo para el turismo se localiza en la costa oriental; en la costa occidental, de menos fre-
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cuentación, las playas son menos arenosas; y en el sur no existe una oferta masificada. Conectada por vía aérea a los principales enclaves turísticos y demográficos griegos, mantiene también conexiones diarias mediante ferry con El Pireo. Su oferta de alojamiento se concentra mayoritariamente en la capital y la costa oriental. Corfú, frente a las costas bañadas por el mar Jónico entre Albania y Grecia, es el tercer destino insular en el orden de preferencias del turismo internacional que visita Grecia (8% de las pernoctaciones totales). La más septentrional de las siete islas que configuran el archipiélago de las Jónicas tiene fama de ser poco griega. La ciudad de Corfú se halla en el epicentro de la desarrollada costa oriental, y es muy heterogénea en sus construcciones, pues posee restos de diversas dominaciones (turca, francesa, inglesa) de entre las que destaca la veneciana, que duró más de 400 años. Bien comunicada a igoumenitsa y Patrás en la Grecia peninsular, mantiene también conexiones de ferry que la unen a italia (Otranto, Brindisi y Bari), y a puertos de la costa dálmata. Además, es destino habitual de vuelos chárters procedentes de Europa Central y Nórdica, y en especial de Gran Bretaña.
El resto de la Grecia insular no está carente de atractivos, pero sí en general de la masiva avalancha turística, aunque el prestigio que están adquiriendo todas sus islas y las campañas promocionales en los potentes mercados emisores están acercando cada vez más islas al viajero internacional. Samos, Quío, Samotracia, Skiros, Skiatos son de las que destacan, frecuentadas por los turistas que disfrutan de las playas del norte del país. El pequeño grupo de islas Sarónicas muy próximo a Atenas (Hydra, Poros, Spetse) es un acreditado destino vacacional o de fin de semana de algunos atenienses, pero a la vez su cercanía a la capital griega permite cortos cruceros desde El Pireo, y satisfacer así los anhelos de visitar las islas griegas que suele manifestar todo turista que accede a este país.
B) Las Cícladas
10.5. Europa Alpina
Son la tópica imagen de las islas griegas: un mar azul, relieve abrupto, empinadas callejas, casas de un blanco deslumbrante, cúpulas rematadas de azulejos azules, bellas playas, atrayente oferta lúdica y pequeños puertos abarrotados de embarcaciones. Las 56 islas, algunas diminutas, se distribuyen en forma de círculo alrededor de la isla sagrada de Delos. La actividad sísmica y volcánica que han sufrido se pone de manifiesto especialmente en la más singular de todas ellas, Santorini. El desarrollo turístico del archipiélago se inició hace más de cincuenta años en la isla de Mikonos, con una imagen asociada a su comunidad gay, playas nudistas y con una importante oferta lúdica. Todo ello hace hoy de Mikonos la más conocida internacionalmente de las islas griegas. La más meridional, Santorini, con su capital Thira a la que se debe acceder en teleférico o a mulos de burro (usual entre los turistas), ofrece sus paisajes y playas volcánicos y sus destacados restos de la civilización minoica. La oferta de alojamiento se concentra en estas dos islas, siendo Santorini la que en los últimos diez años ha experimentado un mayor progreso. Otras de las islas
Acoge a territorios de Francia, italia, Suiza, Austria, Liechtenstein, Alemania y Eslovenia; países todos ellos donde los Alpes son, si no el principal, uno de sus más importantes atractivos turísticos. El área analizada sobrepasa en ocasiones el estricto límite de una rigurosa consideración de los Alpes. Así, para Alemania, en función de la dinámica de los operadores internacionales, se ha incluido la capital bávara, Múnich; mientras que de Austria se han excluido los estados federales articulados en torno al Danubio (cuadro 10.7 y figura 10.8). Previo al estudio sectorial cabe realizar algunas consideraciones globales del área alpina. Es necesario remarcar la importancia que el turismo ostenta en su economía, lo que merecerá un comentario especial. Además, sabida es la permeabilidad que han ofrecido los Alpes para la ocupación humana, así como la facilidad con que han sido perforados convirtiéndolos en la cadena montañosa con mayor proliferación de vías de comunicación. Dicha presencia humana ha permitido la existencia de un rico patrimonio histórico-artístico, de tal manera que a pueblos de monta-
del archipiélago presentan una importante oferta de campings, lo cual las predispone favorablemente para un público juvenil, como Paros, Andros, Syros o Naxos, la mayor de las Cícladas. C) Otras islas griegas
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ña repesentantes de una sabia arquitectura popular se suman restos de la época romana (Aosta-italia), fortalezas medievales (Sion-Suiza), monasterios (EttalAlemania), e incluso palacios reales (Lindehorf-Alemania) que conjugan arte y paisaje. La actividad turística ha marcado asimismo la existencia de balnearios, casinos, puertos de recreo, estaciones para la práctica de los deportes invernales y una completísima oferta de alojamientos que incluye segundas residencias, y que hacen de esta zona una de las áreas más famosas y mejor dotadas en infraestructuras turísticas; no en vano ha acogido, hasta la actualidad, 9 de las 18 convocatorias de los Juegos Olímpicos de invierno.
Los Alpes presentan una superficie de 240.000 km2 y más de 1.000 km de longitud, extendiéndose en forma de arco. A un macizo cristalino interior, se suelda en la mayoría de los casos un bloque calcáreo, los denominados Pre-Alpes. Su relieve y la naturaleza del roquedo permiten distinguir áreas naturales que presentan aptitudes distintas para la amplia gama de actividades que la montaña permite. Así, las colinas con altitudes inferiores a mil metros presentan un paisaje muy humanizado: cultivos y prados cubren la mayor parte de un territorio donde la actividad turística, de desarrollarse, es modesta. Los Pre-Alpes, allí donde se despliegan ampliamente (Francia, italia, Austria), forman una pequeña barrera montañosa con
CUADRO 10.7 División funcional de la Europa Alpina Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Alpes franceses
Muy intenso para el turismo doméstico en cualquier época del año. Intenso para el turismo internacional en invierno con expectativas de crecimiento. Poco intenso en verano
Turismo deportivo Turismo de esquí Turismo termal Turismo de negocios Turismo de naturaleza Turismo cultural
Alpes suizos
Muy intenso para el turismo doméstico especialmente en invierno. Intenso para el turismo internacional a lo largo de todo el año
Turismo de montaña Turismo de esquí Turismo de negocios Turismo cultural Turismo de formación Turismo de naturaleza
Alpes austríacos
Muy intenso para el turismo doméstico en cualquer época; no hay expectativas de crecimiento. Intenso para el turismo internacional con signos de estancamiento
Turismo de montaña Turismo de esquí Turismo cultural Turismo de formación Turismo de naturaleza Turismo termal
Alpes bávaros
Muy intenso para el turismo doméstico todo el año. Intenso para el turismo internacional con menor incidencia en invierno. Expectativas de crecimiento
Turismo de montaña Turismo de esquí Turismo de negocios Turismo cultural-lúdico Turismo de naturaleza Turismo termal
Alpes italianos y eslovenos
Muy intenso para el turismo doméstico. Para el internacional intensidad variable en función de las zonas y de las épocas del año: área de lagos en verano, resto sectores en invierno
Turismo de naturaleza Turismo de sol y playa Turismo termal Turismo cultural
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FIGURA 10.18. El espacio turístico de la Europa Alpina.
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altitudes que no sobrepasan nunca los 2.000 m. Sus impresionantes cornisas verticales, sus profundas gargantas y la presencia de grutas permiten en verano una amplia gama de actividades de ocio y deportivas: senderismo, escalada, espeleología, etc. En invierno sus altitudes no demasiado elevadas y la presencia de frondosos bosques prestan un marco idóneo para la práctica del esquí de fondo. Por último, el macizo alpino propiamente dicho, con míticas cumbres como el Mont-Blanc, el Cervino o el Zugspitze son el paraíso del alpinismo y del esquí alpino. Asimismo, una de las características más importantes del complejo alpino son los numerosos valles que lo surcan, preferentemente amplios y profundos, orientados algunos paralelos al eje de la cadena y otros transversales, que han facilitado el movimiento de las personas así como la construcción de una densa red de circulación y de asentamientos. Las principales ciudades de los Alpes o bien gravitan en torno a ellos o se encuentran a su entrada. Por último, cabe señalar también que la acción de los glaciares de la era cuaternaria ha dejado una imborrable huella: los lagos alpinos, esparcidos por doquier y con dimensiones considerables como el lago Lemán (580 km2) permiten un aprovechamiento turístico. Asimismo, hay que resaltar la actual presencia de glaciares que en su conjunto cubren un área de 400 km2, un 2% de la superficie total del macizo, y que en ocasiones presentan un aspecto imponente y un uso turístico como el famoso y turístico glaciar del Mont-Blanc, “La Mer de Glace” de 14 km de longitud, o el Pasters austríaco. Los Alpes presentan un clima de montaña caracterizado por inviernos largos y rigurosos y abundantes precipitaciones habitualmente en forma de nieve, de tal manera que el manto nival sobrepasa en algunos sectores los 5 m. No obstante, hay que resaltar que existe una enorme diversidad de microclimas en función de la latitud, la altitud y la exposición a determinados vientos (fohën). Los datos de la estación de Bourg-St. Maurice, cercana la estación francesa de esquí de Les Arcs, ilustran las características climáticas de los Alpes (figura 10.19). Durante siglos las zonas alpinas desarrollaron una economía de montaña basada en la explotación de la madera, en la agricultura, que ofrecía dificultades variables en función del área, en el pastoreo y en los recursos artesanales. En algunos sectores, especialmente en el más oriental (alpes austríacos y bávaros) la existencia de importantes recursos
mes 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 –2
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Temperatura media en °C
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Precipitaciones en mm
FIGURA 10.19. Clima de montaña. Estación de Bourg-St.Maurice (Les Arcs), Alpes franceses.
minerales permitió un desarrollo económico al que contribuyeron las importantes rutas comerciales que utilizando pasos de montaña, como el conocido de Brenner, conectaban la Europa del Norte con italia. En la actualidad la economía está diversificada. Suiza posee una bien desarrollada industria farmacéutica, relojera y alimentaria a la que se suma el dinamismo de sus centros financieros. La economía bávara cuenta entre sus pilares con la industria del motor (BMW); y Austria, a las tradicionales del acero y maquinaria, suma las químicas o electrónicas. El desarrollo del turismo en los Alpes presenta aspectos distintos para los diferentes países y áreas, como también diferentes son los impactos económicos que genera. Sin embargo, pueden realizarse unas valoraciones globales que afectan al conjunto del arco alpino y que corroboran la importancia que el turismo ha desempeñado en la reestructuración de su economía. Alrededor de un 25% del volumen de negocios de la industria turística del mundo se generaba en los Alpes (Zimmermann, 1994), debido al crecimiento exponencial del turismo y a la proliferación de instalaciones para la práctica de los deportes invernales desde los años sesenta. Como consecuencia, la agricultura tradicional ha disminuido y se concentra tan sólo en el fondo de los valles. No obstante esta evolución general, pueden encontrarse importantes diferencias en función de la participación de la población local en el proceso de desarrollo turístico, pues mientras que en las regiones alpinas orientales aquélla fue muy importante, en el sector occidental y en la zona norte francesa la mayor parte de los desarro-
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llos son creaciones ex nihilo sin vínculos con las sociedades locales. La oferta turística se concreta en aproximadamente 3 millones de camas repartidos entre hoteles de todo tipo, campings y albergues, a lo que debe sumarse una incalculable oferta de segundas residencias que acogen a 50 millones de turistas con más de 300 millones de pernoctaciones (figura 10.20).
país 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0%
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La zona alpina, consciente de que su principal riqueza es el paisaje, y frente al posible impacto y amenaza que la actividad humana puede representar, ha pretendido salvaguardarlo mediante la creación de una densa red de espacios protegidos. De entre los muchos existentes y de todo tipo de categorías destacan por sus singulares valores y por la extensión que suelen alcanzar los denominados Parque Nacionales. Todos los países del arco alpino cuentan con alguna de tales características de entre los que destacan los de la Vanoise y Ecrins (Francia), los del Gran Paradiso y Estelvio (italia), el de Berchtesgaden (Alemania), el de Triglav (Eslovenia), el Parque Nacional Suizo y el Parque Nacional del Tirol (Austria).
10.5.1. Alpes franceses
Austria
Suiza
Extranjeros
Italia
Francia
Propio país
FIGURA 10.20. Participación extranjera en las pernoctaciones en la zona alpina de algunos países. Fuente: Elaboración propia (datos de 1994).
El producto turístico de las regiones alpinas se centra mayoritariamente en invierno, sin apenas competencia con otras áreas de montaña existentes en el continente. Las vacaciones de verano en los Alpes, en su forma tradicional (senderismo, alpinismo, descanso, etc.) están en recesión en algunos países (Austria) desde los años ochenta, lo cual lleva a una dependencia económica de una temporada única de invierno. A su vez se experimenta un crecimiento de las vacaciones cortas de invierno que si bien puede favorecer económicamente, puede crear problemas de sobrecarga y saturación de las instalaciones. Entre los destinos internacionales los Alpes tienen un perfil de mercado muy significativo, por lo que se refiere al origen de los turistas: la elevada participación de extranjeros que varía según países, y que en los casos que es más elevada origina dependencia del mercado alemán.
La cadena alpina ofrece una excepcional variedad de paisajes y posibilidades turísticas muy superiores a las de las otras montañas del país. Los Alpes franceses se extienden 400 km de norte a sur, y presentan una amplitud variable de 80 a 150 km entre el valle del Ródano y la frontera italiana. El Mont-Blanc (4.817 m) es el punto culminante de toda la cadena, y se presenta acompañado de numerosas cimas que en muchos de los casos sobrepasan los 4.000 m, situadas a menudo al este de la cadena y sirviendo en ocasiones de frontera entre Francia e italia. En verano la atracción de los Alpes franceses es manifiesta, si bien mayoritariamente para un turismo doméstico que acude principalmente de las regiones más próximas o de la conurbación parisina. En cuanto al turismo internacional en época veraniega, suizos, holandeses y alemanes son los visitantes más asiduos. No hay que olvidar que un gran número de suizos posee su segunda residencia en la Alta Saboya. En invierno, los Alpes reciben a gran parte de los franceses que practican deportes de invierno, pero se convierten también en un gran destino para el turismo internacional al acoger a más del 80% de la clientela extranjera que acude al país para practicar deportes de invierno en Méribel, Deux Alpes, Les Arcs, Val D’isère, la Plagne, Alpe D’Huez, Chamonix, Tignes o Val Thorens. Para responder a esta demanda, tanto en verano como en invierno, los Alpes franceses disponen de una importante capacidad de alojamiento muy diversificada entre hostelería homologada, campings, albergues y casas rura-
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les, a la que hay que añadir más de 300.000 residencias secundarias. Las razones del éxito de los Alpes franceses son fáciles de explicar teniendo en cuenta su fantástico capital natural, que permite satisfacer a cualquier sector de público gracias a las múltiples actividades que pueden desarrollarse: termalismo (Evian, Aix-lesBains), senderismo, alpinismo (el Mont-Blanc es la capital mundial), deportes náuticos en sus lagos (lago de Annecy, Léman), deportes invernales (con la celebración de tres Juegos Olímpicos, en 1942, 1968 y 1992). A ello se suma, como en todo el arco alpino, un importante patrimonio histórico artístico (monasterio de la Grande Chartreuse, castillo de Chambèry) y una muy desarrollada red de infraestructuras de transporte. Los 6 departamentos alpinos franceses acogen a más de 2.500.000 habitantes, cifra muy superior a la que las áreas de montaña suelen ostentar. Ello se explica por la historia económica de la zona en la segunda mitad del siglo xix, que aprovechó la energía hidroeléctrica; la posibilidad de tener energía a bajo coste atrajo a industrias grandes consumidoras de ella como la electrometalúrgica. La industria, de este modo, tomó el relevo de una agricultura en declive y permitió limitar la emigración. La urbanización de la montaña es más intensa en la mitad norte, más accesible y próxima a los principales ejes de circulación, como lo demuestra la existencia de Grenoble con 400.000 habitantes y Annecy y Chambèry con más de 100.000 cada una. La apertura de las denominadas autopistas “blancas”, el TGV (Tren de Gran Velocidad) y la existencia de tres aeropuertos a su servicio, el de Lyon, el de Grenoble y el de Chambèry, más el suizo de Ginebra, han acercado a las grandes ciudades estas estaciones invernales, que son las más concurridas. En cambio la zona sur no es una región turística tan estructurada y frecuentada. La localidad más populosa, Gap, cuenta sólo con 35.000 habitantes. Su fragmentado relieve, el menor desarrollo de la red de comunicaciones, la ausencia de importantes ciudades, la insuficiencia de capital económico y por consiguiente de iniciativas explica el retraso turístico de la región frente a su cercana del norte. No obstante, ello puede ser una ventaja, pues la montaña ha conservado mejor sus tradiciones, y no ensombrecen el paisaje las estaciones de esquí de tercera generación tan comunes en la mitad norte. isola 2.000 es la más reconocida de sus estaciones, y Briançon la ciudad de mayor reconocimiento comercial y artístico.
10.5.2. Alpes suizos Suiza o la Confederación Helvética con sus 41.243 km2, es el país que representa mejor los tópicos que definen al conjunto del área alpina. Sus pintorescas localidades (Grindelwald, Zermatt), los centros turísticos de renombre (Sant Moritz, Gstaad), las ciudades monumentales (Berna, Lucerna) y los centros industriales, financieros y universitarios (Zúrich, Ginebra, Lausanne) resumen todo aquello que singulariza y caracteriza al conjunto alpino. Con gran parte de su territorio enclavado en la vertiente septentrional de los Alpes, por sus valles discurren importantes vías de tránsito y la más densa red de vías férreas, teleféricos e infraestructuras de aproximación a la montaña. Su posición estratégica hace que sea punto de confluencia de las culturas latina y germánica, como lo demuestran las cuatro lenguas habladas en el país: francés, italiano, alemán y ladino-romanche. Las líneas de cumbre de la cadena marcan generalmente la frontera entre Suiza e italia, a excepción del cantón suizo de Ticino, que queda ubicado en la vertiente meridional, singularidad que marca su atractivo diferencial del resto de los valles helvéticos. Los Alpes Centrales son un auténtico nudo orográfico e hidrográfico. En el macizo de San Gotardo nacen importantes ríos como el Rhin, el Ródano, el Aare y el Ticino, que atraviesan las áreas de más renombre turístico del país. La extensión que ocupan los glaciares es importante, y, como en el caso de los otros países alpinos, permite la práctica de los deportes invernales en plena época veraniega; el de Aletsch, en el famoso macizo de la Jungfrau en la zona de los Alpes Berneses, es el más extenso. El denominado Mittelland, una pequeña meseta que se extiende entre los Alpes y el otro sistema montañoso del país, el Jura, acoge a las principales ciudades: Ginebra, Lausanne, Berna o Zúrich. Aquí se hallan también la casi totalidad de los más de 250 lagos (un 4,5% del territorio nacional) que posee Suiza, entre los que pueden destacarse el lago Ginebra, Constanza, Neuchâtel, Zúrich, de los Cuatro Cantones, etc. El origen de la mayor parte de ellos está ligado al glaciarismo, y sus cuencas en ocasiones están compartidas con los estados vecinos, como sucede por ejemplo con el caso del Mayor (compartido con italia) o del Ginebra (compartido con Francia). El área alpina suiza inició su revolución turística el siglo xix. Sant Moritz acogió a la aristocracia británica deseosa de veranear en los paradisíacos Alpes. A ella
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se sumaron los practicantes del alpinismo, y la conquista de la cima del mítico Cervino o Matterhorn (4.478 m), el año 1865 supuso su época más gloriosa. El desarrollo de los ferrocarriles suizos (la mayor parte de ellos privados) a fines del siglo xix coincidió con el inicio del turismo, y permitió enlazar las poblaciones de las cuencas fluviales o lacustres con las pintorescas aldeas literalmente colgadas en la montaña. Por tanto, el turismo ha sido desde hace tiempo fuente de riqueza para el país, y en la actualidad aporta el 7% del PiB. Más del 60% de la población suiza trabaja en el sector servicios y especialmente repartidos entre el sector turístico y el bancario (otro de sus principales pilares). La confederación helvética posee además un importante desarrollo industrial que sustenta algunos de sus tópicos turísticos: la industria relojera y la alimentaria. Un país con las características de Suiza satisface al turista más exigente, incluidos sus propios ciudadanos. Ello explica que las pernoctaciones de los suizos representen el 40% a pesar de su escaso peso demográfico (para sus vacaciones largas de verano prefieren otros destinos). El país acoge anualmente a más de 13 millones de turistas, principalmente alemanes, que representan aproximadamente el 38% de las pernoctaciones que los extranjeros realizan. Últimamente los mercados británicos y franceses han descendido ligeramente debido a la fortaleza del franco suizo, ya que no debe olvidarse la reputación de país caro que Suiza tiene, lo que hace que parte de sus visitantes extranjeros realicen breves estancias. independientemente de la procedencia, turismo doméstico o internacional, los destinos suelen coincidir. Sin duda, el principal recurso con que cuenta son sus más de 250 estaciones de esquí de justificada fama. Los dominios esquiables más importantes se sitúan en dos zonas: la más occidental con Crans Montana, Nendaz, Verbier, Zermatt, Saas-Fee y Gstaad; y la oriental que cuenta con Davos, Klosters y sobre todo Sant Moritz como estaciones más importantes. En verano el turismo internacional repite los mismos escenarios pero visitados en esta ocasión para contemplar la belleza de los paisajes alpinos, ascender a las míticas cumbres, practicar el alpinismo y el senderismo o navegar a vela por los lagos. A todo ello se suman los lagos más meridionales donde el turismo balneotrópico es reconocido por sus excelentes condiciones climáticas o el circuito por las bellas ciudades suizas. La preocupación por la protección del paisaje ha llevado a la creación de un importante
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número de zonas protegidas, entre las que destaca el Parque Nacional Suizo de 18.870 Ha con bosques de abetos y pino negro y una variada fauna, localizado en el área oriental fronteriza con italia donde se une al Parque Nacional italiano de Estelvio. Entre Suiza y Austria se encuentra el estado de Liechtenstein, de tan sólo 160 km2. Los dos principales mercados de este pequeño país son Alemania y Suiza, que representan el 58% de los turistas extranjeros a finales de la década de los noventa. Bien comunicado con sus vecinos por las excelentes autopistas que le rodean, este minúsculo país de tan solo 25 km de largo por 6 de ancho tiene además para su beneficio la proximidad del aeropuerto de Zúrich a 130 km de la capital, Vaduz. El turismo internacional viene atraído esencialmente por su patrimonio histórico y por sus excelentes paisajes: el senderismo es práctica habitual y se organizan ascensiones a sus montañas, en especial al Schönberg, que presenta excelentes panorámicas. En invierno se acude a sus dos estaciones de esquí: Malbun y Steg, esta última famosa por sus pistas de esquí de fondo iluminadas para noctámbulos. El alojamiento es diversificado destacando la oferta de hoteles familiares en típicos chalets alpinos.
10.5.3. Alpes austríacos Los Alpes ocupan casi el 70% del territorio de Austria, extendiéndose de oeste a este. Sus relieves son escarpados y elevados. A la actividad agrícola y ganadera se sumó desde antaño la comercial y posteriormente la industrial. Todo este sector de los Alpes Orientales compartido con italia y Alemania vio atravesar por sus valles las rutas comerciales desde época romana. En la Edad Media por el Paso de Brenner atravesaba una de las vías comerciales más transitada, conectando así el norte germánico con italia. Los numerosos yacimientos de minerales, en especial de sal, contribuyeron también a la riqueza de la zona y en la actualidad continúan haciéndolo. La revolución turística se inició con la frecuentación a los numerosos balnearios que el país posee (más de 100). Pero fueron el alpinismo y el incipiente desarrollo de los deportes invernales en el siglo xix los que supusieron para el país su entronización definitiva en el turismo. El turismo es, al igual que en la vecina Suiza, una de las industrias más importantes hoy en Austria,
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y posee una imagen internacional de país turístico. Un dato significativo que corrobora lo anterior es que del conjunto de pernoctaciones las realizadas por el turismo internacional suelen ser tres veces superiores a las del turismo interno o doméstico. Austria es en la actualidad (1998) el sexto país de Europa en llegadas de turismo internacional con una cifra en torno a los 18 millones de turistas. Un porcentaje que se estima del 60% acude atraído por los paisajes alpinos. No obstante, en los últimos años se ha observado un importante estancamiento que viene provocado por la madurez del producto turístico austríaco, así como el elevado precio de los servicios turísticos. Esta última razón puede desanimar a un nuevo e importante foco emisor, los países de la Europa del Este (Polonia, Chequia), que en principio podrían suplir las deserciones de otros países occidentales. A su vez, el turismo en Austria muestra una clara dependencia de su principal país emisor, Alemania, que representa un 55% de las llegadas internacionales y un 64% de las pernoctaciones. Los alemanes, con una misma lengua y una cultura e historia emparentadas, son el principal cliente. El país goza de un reconocido prestigio como destino turístico, imprescindible de visitar en Europa para americanos y japoneses (670.075 y 269.369 respectivamente en 1988), que realizan cifras de gasto muy elevadas. Dos son las principales motivaciones que llevan a visitar Austria. Para la mayoría de visitantes extranjeros, en especial alemanes, británicos y gentes del Benelux, el descanso y los atractivos paisajísticos constituyen la motivación turística principal. En cambio, los visitantes de países latinos, Francia, italia y España, dedican más atención a las visitas a monumentos artísticos. De los nueve estados federales que configuran Austria, seis se hallan enclavados plenamente en el sector alpino. Los del Tirol, Voralberg y Salzburgo son los más populares para los extranjeros en función de la calidad y la cantidad de sus recursos turísticos. El Tirol y Voralberg poseen ambos los escenarios alpinos más espectaculares: las cumbres más conocidas, las gargantas y las cascadas (Krimml) más fotogénicas, los glaciares más visitados, y obviamente las estaciones de deportes de invierno más reconocidas, ubicadas mayoritariamente en valles tributarios del río inn. Más de 800 poblaciones austríacas disponen de estaciones de esquí, y algunas de las de mayor éxito internacional se encuentran en estos dos estados alpinos. San Anton, Lech y Montafon en el Voralberg;
y Kitzbühell e ischgl e innsbruck, en el Tirol. Esta última ha sido además sede en dos ocasiones de los Juegos Olímpicos, en 1964 y 1976. La región de Salzburgo cuenta con las estaciones de esquí de Zell am See y Kaprun entre otras muchas, y lagos como el de Wolfgangsee, balnearios como el Bad ischl y minas de sal (como el propio nombre de la región y del río que la recorre evocan) diversifican aún más la oferta. La presencia de un importante patrimonio cultural es común a los tres estados más visitados por el turismo internacional, en especial en el Tirol y Salzburgo. innsbruck combina, como pocas ciudades en los Alpes, paisaje urbano y naturaleza. Salzburgo, la ciudad de los príncipes-arzobispos rivaliza con innsbruck, y es después de la capital, Viena, la ciudad más visitada del país. Los restos de la fortaleza de Hohensalzburg presiden la ciudad que es mundialmente reconocida junto con Viena como capital de la música. La figura de Mozart es recordada en toda la ciudad y su Festival de Música atrae a numerosos visitantes. Todo este sector alpino de Voralberg, Tirol y Salzburgo posee además algunas de las carreteras alpinas con mejores panorámicas. Un buen ejemplo es la ruta del Grossglocknerm, que permite disfrutar del Pasters, el glaciar más grande del país. Otros estados alpinos, Carintia y Estiria poseen menor reconocimiento por el turismo internacional y se nutre del turismo interior. También aquí balnearios como el de Badgastein, y más de 200 lagos, Velden, completan la oferta a la que en invierno se suman las estaciones de esquí. El turismo internacional acude a Austria durante todo el año. Como se ha mencionado con anterioridad la motivación es dual, como también lo es la forma de acudir de los visitantes y su forma de permanencia en el país. El turismo de estancia dispone de una amplia gama de alojamientos que totaliza casi un millón de camas entre los diferentes tipos existentes. El turista de estancia es muy importante en el país, pero no lo es menos de circuito. La inclusión de Viena con sus palacios imperiales, es casi preceptiva. No obstante, un elevado porcentaje de circuitos segrega los atractivos creando diversas posibilidades: El Norte de italia-Carintia y Viena, Baviera-El Tirol y Salzburgo o Suiza oriental-Voralberg-Tirol y Salzburgo. A su vez, toda Austria alpina, en función de su dinamismo económico y de las importantes ciudades que en ella se encuentran, desarrolla el turismo de
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negocios. Las capitales poseen para ello excelentes instalaciones destacando innsbruck y Salzburgo. Como en otros países, la protección del paisaje es aquí primordial. Existen numerosos espacios protegidos destacando el Parque Nacional de Tauern, creado en 1981. La accesibilidad a todo el sector alpino es excelente mediante autopistas, enlaces aéreos y todo tipo de infraestructuras de aproximación a la montaña, cuya construcción ha requerido en ocasiones importantes obras de ingeniería como el túnel del Arbelg.
10.5.4. Alpes bávaros Por razones funcionales se ha incluido la capital bávara, Múnich, por ser frecuente en los operadores internacionales su comercialización junto con la de algunos de los múltiples atractivos que ofrece el área alpina. Con una extensión de más de 250 km de longitud y una amplitud que en algunos sectores puede sobrepasar los 50 km, el sector alpino de Alemania (Alpes de Algovia y Alpes de Baviera) se extiende desde las proximidades del Lago de Constanza o Bodensee hasta la localidad de Berchtesgaden. La frontera con Austria, por lo tanto con el Voralberg, el Tirol o la región de Salzburgo, marca el límite de todo el territorio alpino bávaro, exceptuando el ya mencionado lago de Constanza compartido a su vez con Suiza y Austria. Los lagos son también aquí omnipresentes, y a los típicos paisajes alpinos se suma en Baviera la existencia de algunos famosos monasterios, iglesias barrocas y rococós y los palacios del rey Luis ii. La proximidad a Austria se manifiesta a su vez en otros atractivos que son comunes a ambos países: prestigiosos balnearios y minas de sal que supusieron la riqueza económica antes de la llegada masiva del turismo. No es de extrañar, pues, que con tal cúmulo de atractivos esta zona sea la preferida para el turismo doméstico alemán, y la de mayor reconocimiento para el turismo internacional de Alemania, excluidas obviamente las grandes capitales o la también turística Selva Negra. Los Alpes Bávaros poseen además una completísima oferta de alojamiento, desde hoteles de gran lujo con casino incluido en los centros turísticos más prestigiosos como Garmisch-Partenkirchen, a pequeños hotelitos familiares, sin olvidar los campings. El área ha desarrollado una importante oferta de segunda
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residencia por su proximidad a Múnich, la capital bávara e importante centro demográfico e industrial. La accesibilidad a todo el sector es inmejorable. El aeropuerto de Múnich se halla a tan sólo 95 km de Garmisch, localidad ya plenamente alpina. Desde la capital bávara tres autopistas conducen a los Alpes. Además, la zona cuenta con una de las carreteras alpinas más transitadas, la famosísima “Deutsche Alpenstrasse”, la Carretera Alpina Alemana que enlaza Lindau, en el lago de Constanza, con Berchtesgaden. Sus 485 km son uno de los mejores recorridos a efectuar por los Alpes, en especial los 300 km que unen Garmisch con Berchtesgaden. La red ferroviaria llega a los principales centros turísticos, y funiculares y teleféricos permiten una fácil ascensión a las cumbres más renombradas. La economía de este sector alpino está en la actualidad vinculada esencialmente al turismo, pero en el pasado la zona gozó de gran prosperidad económica por varios motivos. Al igual que ocurre en el vecino Tirol austríaco, por este sector atravesaban las rutas comerciales de Europa que unían el norte de Alemania con importantes ciudades italianas. La ruta del río inn gozaba de gran predilección entre los mercaderes y comerciantes, y a su amparo creció la ciudad mercantil medieval de Rosenheim. La prosperidad comercial de otros tiempos de Mittenwald, que se manifiesta en sus casas espléndidamente decoradas, es consecuencia del intercambio de mercancias que llegaban desde Verona tras atravesar el puerto de montaña de Brenner y la capital del Tirol austríaco, innsbruck. Cerrada la ruta comercial (siglo xVii), Mittenwald buscó una nueva fuente de riqueza y así nació la fabricación de violines que hoy sigue dándole justa fama. La existencia de yacimientos de hierro, sal (el “oro blanco” de la época medieval) y yodo fue, y en ocasiones sigue siéndolo, un importante motor económico. En la existencia de aguas cargadas de sales minerales está el origen de los acreditados balnearios bávaros. Más de 40 hay en la región, y son de reconocido prestigio los de Bad Tölz, Bad Reichenhall y Bad Wiessee. Otras localidades apostaron por la artesanía, como Oberammergau con sus acreditados tallistas de madera. Gran parte de todas las antiguas actividades se mantienen, pero a todas ellas se suma el turismo que es hoy el principal motor de los Alpes bávaros. El gobierno alemán es consciente de la necesidad de protección de algunos de sus escenarios y el Parque Nacional de Berchtesgaden de 210 km2 cumple perfectamente la misión. No hay carreteras por su interior, sólo sende-
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Parte III: Las regiones turísticas
ros y pequeñas embarcaciones para recorrer algunos de los lagos que alberga. El área alpina es visitada en cualquier época del año. Los alemanes acuden a ella masivamente. En verano, las montañas permiten la práctica del alpinismo y el senderismo por cientos de km de caminos señalizados. Los lagos (Walchensee, Tegernsee, Königssee) permiten bañarse en sus orillas, practicar la vela o los deportes náuticos, y algunos como el de Kochelsee completan su atractivo con la presencia de uno de los parques acuáticos más grandes de Alemania. La riqueza monumental es de tanta calidad como la paisajística: los palacios del Rey Luis ii (en especial el de Linderhof), los monasterios benedictinos, y las omnipresentes iglesias barrocas y rococós con sus cúpulas bulbosas, amén de las tradiciones y artesanías ya mencionadas. En invierno los escenarios lacustres permiten la práctica del patinaje, y los aficionados a los deportes invernales, desde los más tradicionales a los más arriesgados, tienen una amplia gama de estaciones de esquí. Para el turismo internacional los escenarios se repiten. Si bien en invierno la afluencia es menor que la de alemanes, en verano su presencia es importante. Son numerosos los circuitos que se organizan para conocer esta zona de Baviera, a la que se suma Múnich. La capital bávara, Múnich, considerada con frecuencia la capital oficiosa de Alemania, es un centro de la alta tecnología por la concentración a sus alrededores de las más importantes empresas de electrónica, informática (Siemens, iBM, Apple) y del automóvil (BMW); y es, asimismo, una de las más importantes ciudades mundiales de ferias y congresos. La más bella e interesante ciudad de toda Alemania para los operadores internacionales, es también el destino turístico individual más visitado del país. La ciudad de los monjes “munichen” prosperó ya desde el siglo xii gracias a su situación en la confluencia de las rutas de la sal y otras vías comerciales que conducían hacia italia. Se convirtió en el siglo xix en capital del reino de Baviera y de aquella época perdura la más famosa de sus celebraciones la “Oktoberfest”. La mundialmente conocida fiesta atrae anualmente entre 6 y 7 millones de entusiastas de la cerveza, pero es esencialmente una fiesta bávara en la que sólo un 20% de sus visitantes procede de fuera de este estado. A pesar de la destrucción de la ciudad en la Segunda Guerra Mundial y posterior restauración, el Múnich actual es una ciudad moderna
que inició su remodelación con la preparación de los Juegos Olímpicos de 1972, de cuyo recuerdo queda el Olimpyapark (la imagen más tópica de la ciudad) y uno de los mayores centros deportivos y de recreo de Europa. La puesta en marcha en 1992 del moderno aeropuerto ha mejorado la accesibilidad a esta ciudad, que debido a su dinamismo y vitalidad económica sólo en plena época estival reduce el número de visitantes.
10.5.5. Alpes italianos y eslovenos “Los Alpes del Sol”, como los promociona el Ente Nazionale italiano per il Turismo (ENiT), se extienden de oeste a este por el norte de italia, ocupando la parte meridional de la cadena, lo cual otorga al sector unas condiciones climáticas que se identifican con su reclamo turístico. Constituyen una gigantesca barrera fácilmente superable gracias a la excelente red de comunicaciones que, a través de puertos de montaña y túneles (de Fréjus, del Mont-Blanc, del Gran San Bernardo, paso de Brenner) une al país con los fronterizos de Francia, Suiza, Austria y Eslovenia. La montaña alpina italiana cuenta para la práctica del turismo de esquí con más de 120 estaciones a las que acuden, mayoritariamente, franceses y suizos con quienes comparte los grandes dominios esquiables de la cadena; asimismo, los alemanes son los mejores clientes de las áreas más orientales por razones de proximidad. En los últimos años se ha constatado el esfuerzo de promoción de las estaciones italianas con su presencia en las agencias especializadas y ofreciendo paquetes muy competitivos. El aprovechamiento de la zona por el turismo internacional es mayor en la época veraniega, especialmente en los sectores prealpinos. Ciertamente los lagos ubicados en ellos gozan de un reconocido prestigio, y a la variedad de actividades deportivas y de ocio que los escenarios lacustres permiten se suman los tradicionales de la montaña y un valioso y diverso patrimonio monumental. No es desdeñable tampoco la constante presencia de algunos de los lagos (Garda, Mayor o Como) en los clásicos circuitos ofertados en italia. En cuanto al turismo doméstico, toda la zona goza de gran valoración ya que permite satisfacer a cualquier segmento de la demanda, en virtud de la amplia gama de actividades a realizar y la diversidad y cantidad de la oferta de alojamiento. Cabe, no obstante,
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identificar tres sectores en la cadena alpina italiana en función de aquellos atractivos que los singularizan y de su posición geográfica que los marca y caracteriza. El sector occidental y el oriental presentan como característica común la presencia de las más prestigiosas estaciones de esquí, un importante patrimonio histórico (la mayor densidad de castillos del país), las cimas más famosas para la práctica del alpinismo (Mont-Blanc y Dolomitas) y unas particularidades lingüísticas consecuencia del pasado histórico (uso del francés, del ladino y del alemán). El sector occidental fue pionero en italia en el desarrollo del turismo de montaña y de los deportes de invierno. Particularmente espectacular es el valle de Aosta, que con una extensión de tan sólo 3.230 km2 está rodeado por algunas de las montañas más altas de Europa: Mont-Blanc, Cervino o Matterhon (para los suizos), Monte Rosa y Gran Paradiso, todos con cumbres por encima de los 4.000 m. Aquí se halla el Parque Nacional del Gran Paradiso, que se prolonga hacia al oeste para unirse en territorio francés con el de Vanoise. La proximidad de estaciones de esquí francesas (Chamonix) o suizas (Zermatt), creando grandes dominios esquiables singulariza a esta área italiana. Los aeropuertos de Turín, Milán y Ginebra y una completa red de autopistas que permite enlazar con los centros turísticos de los países vecinos aseguran una perfecta accesibilidad. El sector alpino más oriental mantiene estrechas relaciones con Eslovenia y con la vecina Austria, con la que comparte frontera e historia común; e incluso algunas áreas pertenecieron al Tirol meridional hasta su incorporación a italia en 1919. El alpinismo y el senderismo son, junto con los deportes invernales, los atractivos que han desarrollado, a su amparo, una excelente red de alojamientos y un elevado número de segundas residencias. La ruta automovilística Bolzano-Cortina D’Ampezzo de 110 km es transitada por miles de turistas anualmente. Cortina es la estación de esquí y la localidad más prestigiosa, sede de los Juegos Olímpicos de 1956. La red de autopistas es también excelente en este sector y permite enlazar con importantes ciudades del país y con Austria. Así, desde Bolzano por el paso de Brenner se alcanza innsbruck, la capital del Tirol. Al igual que en el sector occidental, la región del Trentino acoge un Parque Nacional, el del Estelvio, con más de 100 glaciares. La región central alpina italiana es el gran dominio de los lagos, compartidos algunos con Suiza, amén de impresionantes macizos como el Bernina. La exis-
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tencia en este sector de numerosos valles en sentido norte-sur, que finalizan en bellos escenarios lacustres, protegidos de los fríos vientos del norte y con un clima más soleado de lo habitual en el área alpina, ha propiciado la creación de numerosos centros turísticos en sus orillas. Los lagos prealpinos protagonizaron ya su revolución turística en el siglo xix. El lago Mayor, el de Lugano (en parte suizo), el de Como, el de iseo y el de Garda son los mayores, a los que se suman una docena de pequeñas dimensiones. La práctica de deportes náuticos y de prestigiosas competiciones de vela (Garda) han permitido desarrollar una excelente oferta de alojamientos a la que se suma una no menos despreciable de segundas residencias, atraída por la doble rentabilidad de su apovechamiento: playa en verano en los lagos, y montaña y estaciones de esquí (más de 20 en este sector) en invierno. Como en toda la zona italiana, excelentes autopistas acercan a las densas áreas urbanas próximas. Eslovenia es, sin contar con Liechtenstein, el más pequeño país (20.250 km2) con parte de su territorio (más de un 40%) en el área alpina. La república de la ex-federación yugoslava accedió a su independencia en 1991. El gobierno esloveno es consciente de la importancia del turismo y en especial del interés que pueden suscitar sus paisajes de montaña. Es por ello que está intensificando su presencia en ferias de turismo para dar a conocer el país que posee como principal recurso turístico sus áreas alpinas. Actualmente unos 971.000 turistas (datos de 1998) acuden al país, de los cuales un porcentaje que se estima en un 50% lo hace para acudir a la montaña, principalmente desde italia, Austria y Alemania, país este último que ha aumentado sensiblemente su cuota de mercado. Con los tres guarda además relaciones culturales muy estrechas por procesos históricos. Los denominados Alpes Julianos recorren el país por su borde más septentrional. El Monte Triglav, de 2.864 m en el límite fronterizo con la Carintia austriaca y la Friulia italiana, es el punto más elevado del país. En verano es escalado por miles de montañeros que parten de los cercanos lagos de Bled y Bohinj, que gozan de una privilegiada posición al pie de la montaña y que poseen a su vez una excelente oferta de alojamiento. A ella se suman los refugios, muy abundantes y dispersos por todo el área pues el senderismo es también muy practicado. Los deportes invernales han tenido una larga tradición en el país, que cuenta con más de 20 estaciones de esquí. En el valle de Planina se celebran desde 1934 competiciones de
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Parte III: Las regiones turísticas
saltos de esquí, y la estación de Kranjska Gora es un centro reconocido de competiciones mundiales. La montaña eslovena ha desarrollado una oferta complementaria para satisfacer al turismo doméstico, que en el momento actual representa tres quintas partes de las pernoctaciones. Bled es el principal lugar de turismo de masas pues en verano, debido a su privilegiada situación, las cálidas aguas del lago posibilitan el turismo balneotrópico. La zona alpina cuenta además con un prestigioso turismo termal en el que destacan los balnearios de Radenci y Ragaska. De todos modos, si el gobierno esloveno apuesta por la montaña alpina para encontrar en el turismo su forma de darse a conocer y ayudar a fortalecer su economía, deberá realizar mejoras en las infraestructuras de transporte.
10.6. Europa Central y Danubiana La Europa Central y Danubiana acoge total o parcialmente a países que los acontecimientos políticos surgidos a raíz del derrumbamiento del Muro de Berlín en 1989 han convertido en protagonistas de la historia reciente de Europa. Esta región mantuvo relaciones y lazos históricos comunes en siglos pasados (Sacro imperio Germánico, imperio austrohúngaro), y se vio en parte amenazada por el imperio otomano y el expansionismo ruso, que ha marcado con posterioridad su más reciente historia. Los 2.860 km de recorrido del Danubio simbolizan como ningún otro una vía de la cultura e historia de Centroeuropa. La región presenta un relieve contrastado con formas alpinas como los Cárpatos y masas hercinianas de montañas bajas y desgastadas que remontan su antigüedad a más de 250 millones de años. La estructura de los Cárpatos se caracteriza por sus macizos separados. Al sur, la cadena montañosa forma un amplio círculo alrededor de la meseta de Transilvania, antes de dirigirse hacia las Puertas de Hierro (Rumanía), profunda hendidura por donde atraviesa el Danubio. El área comprende además una vasta llanura encerrada en gran parte por un cinturón de montañas, la Panonia. El relieve hercianiano ocupa vastas zonas de esta región. Faltan los contrastes de formas de tipo alpino y predominan las ondulaciones configurándose así un paisaje de semimontaña, a menudo boscoso y en ocasiones sometido totalmente al cultivo y que no pre-
senta obstáculos para las comunicaciones, lo cual ha ofrecido ventajas para el asentamiento humano. Se halla aquí también parte de la franja carbonífera europea de mayores yacimientos que ha sido de importancia decisiva para el desarrollo industrial de la región. De entre las zonas afectadas por la orogenia herciniana destacan, por su aprovechamiento turístico, el cuadrilátero de Bohemia, la Selva de Turingia y el Bosque Bávaro. La hidrografía de la región se reparte entre los afluentes del Danubio (isar, inn, Drava, Sava, Tisza), que como el propio Danubio marcan la frontera en ocasiones entre los diversos estados, y aquellos ríos que drenan hacia el Mar del Norte y el Báltico (Weser, Elba, Oder y Vístula). Un lago de enormes dimensiones, el Balatón, de 598 km2 de extensión ubicado en territorio de Hungría, y el pequeño lago de Neusiedl compartido por Austria y Hungría rompen la monotonía de la llanura panonia. El clima presenta tres modalidades bien distintas en función de la diversidad de mares y del relieve que afectan a la región. Un clima de rasgos mediterráneos caracteriza a las áreas costeras de Rumanía y Bulgaria bañadas por el Mar Negro, que fue el origen de los importantes flujos heliotrópicos y balneotrópicos a esta zona entre los setenta y los ochenta. Las áreas septentrionales de Alemania y Polonia gozan de un clima oceánico, mientras que el continental, extremado en algunos casos, es el que predomina en casi toda la cuenca danubiana. Obviamente, esta intrincada variedad de características geográficas ha originado paisajes que el turismo ha sabido valorar desde sus inicios. Así, a los balnearios bohemios que acogieron intelectuales, músicos y a la aristocracia del imperio austro-húngaro, se suman las cumbres de los Alpes de Transilvania con sus cada vez más reconocidas estaciones de esquí y el literario y cinematográfico recuerdo del Conde Drácula. A ellos se unen los escenarios creados por el Danubio, que presta su encanto a su paso por las ciudades de Viena, Bratislava, Budapest. El Recodo del Danubio y su desembocadura completan los atractivos que ofrece el mítico río evocador de historia y música. Al norte, la extensa llanura que comparten Alemania y Polonia no carece de singularidades: los lagos Mazurianos, la bahía de Gdasnk con sus centros turísticos o las ciudades portuarias unidas antaño por la importante Liga Hanseática. Los cambios políticos han sacudido en la última década a esta región destacando la unificación ale-
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mana, el “divorcio de terciopelo” entre Chequia y Eslovaquia y la traumática ruptura de la federación yugoslava. Todos estos procesos han alterado flujos turísticos de larga tradición entre los antiguos países de la Europa del Este y han incorporado otros que abren nuevos horizontes turísticos a algunas zonas. Unas consideraciones sobre conducta turística permiten identificar tres tipos de países. Un primer grupo lo encabezan Alemania y Austria, países ambos de reconocida y elevada propensión al viaje y gasto turístico. Un segundo grupo está integrado por aquellos países de la Europa del Este, de los cuales se espera que, con el cambio político y económico que están experimentando, reactiven o mantengan mediante sus flujos turísticos emisores el desarrollo turístico de otras zonas de Europa, en especial de las meridionales (polacos, checos y rusos en la Costa del Sol o la Costa Brava). Estos países presentan una situación dual pues, a su vez, confían en el turismo doméstico e internacional para mejorar su economía: Eslovaquia, Polonia, Rumanía, Bulgaria y las ya posicionadas Hungría y Chequia integran este grupo. Por último, un tercer grupo lo constituyen aquellos que disminuyen su uso turístico por los acontecimientos derivados de la desmembración de la antigua federación yugoslava. Las sucesivas fases bélicas que han ido llevando a la independencia a Eslovenia, Croacia, Macedonia y Bosnia-Herzegovina y los conflictos en Kosovo han supuesto, como no podía ser menos, la disminución de los desplazamientos turísticos hacia esta zona. Es obvio que las interrelaciones entre los tres grupos son evidentes, pues países como Bulgaria se vieron afectados por la crisis yugoslava, y la antigua Alemania Oriental presenta características del segundo grupo. Además, no debe olvidarse que las más de cuatro décadas de régimen comunista en la casi totalidad de países de esta área marcaron su estructura turística, dirigida ésta por los respectivos gobiernos que poseían un control absoluto del turismo mediante las organizaciones estatales: CEDOK en Checoslovaquia, iBUSZ en Hungría, ORBiS en Polonia, BALKAN en Bulgaria, YUGOTOURS en la Ex-Yugoslavia. Control de viajeros, organización de las visitas, propiedad estatal del alojamiento, predominio y subvención del turismo social son algunas de las características que definían ese largo período. Desde el año 1989, la conversión a una economía capitalista ha llevado a una liberalización del mercado turístico, sin restricciones para viajar y con la consiguiente privatización del alo-
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jamiento. Se han creado, para dinamizar el mercado, sociedades mixtas con capital occidental, muchas de ellas con la función de ampliar y mejorar los servicios turísticos. Las más importantes cadenas hoteleras occidentales han abierto establecimientos en estos países. Acuerdos de cooperación con países occidentales y subvenciones y planes de desarrollo turístico, como el PHARE auspiciados por la Unión Europea, han sido a su vez concedidos para reeestructurar el mercado turístico. No obstante, a pesar de los esfuerzos realizados por todos los gobiernos para una rápida adaptación a las nuevas formas de economía de mercado, la dificultad en ocasiones de una legislación adecuada, los problemas económicos y las metamorfosis políticas con subidas nuevamente al poder de gobiernos comunistas han dificultado en ocasiones la aceleración de los cambios. El cuadro 10.8 refleja la evolución de este conjunto de países en cuatro años. En 1981, cuando era difícil presagiar los cambios que el fin de la década comportaría; 1991 en plena etapa de cambios; 1994; y finalmente 1998, cuando gran parte de las tendencias antes apuntadas se consolidan definitivamente. Se recoge el número de llegadas por turismo internacional, el rango que en el conjunto de Europa ocupa el país, así como su cuota de participación en el total de llegadas al continente. Para favorecer la comparación de las cifras globales se ha incluido a todos los países que poseen total o parcialmente territorio en esta región. Tras el derrumbamiento del muro de Berlín en 1989 y la posterior unificación alemana, Berlín sufrió una avalancha de turistas occidentales ansiosos por ver y adquirir los restos del emblemático muro, y pasearse por aquellos puestos fronterizos entre el Berlín occidental y oriental que la novela y el cine habían hecho famosos. La trilogía de ciudades imperiales formada por Viena, Budapest y Praga se puso de moda en las agencias de viajes a principios de la década de los noventa, y el encanto de la capital bohemia, Praga, aún perdura y se acrecienta. Hungría, Chequia y Polonia se consolidan pues como los países más beneficiados por los cambios políticos de los últimos años. Con más de 21 millones de turistas, Hungría llegó a ocupar el cuarto puesto de los principales destinos turísticos europeos, precedida sólo por Francia, España e italia; aunque en 1998, y una vez finalizado el boom que propició la caída del muro de Berlín, había descendido a los 14 millones de turistas y el décimo puesto europeo. Al igual que la ex-Yugoslavia, Hun-
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Parte III: Las regiones turísticas
CUADRO 10.8 Evolución de las cifras de turismo internacional de los países incluidos en esta región 1981
1991
PAÍS
Turistas rango % Turistas (000) llegadas (000)
Alemania Austria Hungría Chequia (1) Eslovaquia (1) Polonia Bulgaria Rumanía Yugoslavia Croacia Eslovenia Macedonia
11.120 14.241 10.450 4.787
6 4 7 12
5,91 7,57 5,55 2,54
1.737 6.046
17 10
0,92 3,21
6.616
9
3,52
15.648 19.092 21.860 7.565 635 11.350 4.000 3.000 — 1.346 616 (3) 294
rango
7 5 4 12 — 9 16 18 — — — —
1994 % Turistas llegadas (000) 5,48 6,68 7,65 2,65 0,22 3,97 1,40 1,05 — 0,47 0,21 0,10
14.494 17.894 21.425 17.000 902 18.800 4.055 2.796 91(2) 2.293 748 185
1998
rango % Turistas rango % llegadas (000) llegadas 9 7 4 8 — 6 17 20 — — — —
4,50 5,55 6,65 5,28 0,28 5,83 1,26 0,87 0,03 0,71 0,23 0,05
16.504 17.282 14.660 16.325 830 18.820 2.630 3.075 282 4.200 976 359
7 6 10 8 5 19 18 —
4,40 4,60 3,90 4,40 0,22 5,10 0,70 0,80 0,07 1,10 0,26 0,09
(1) Los datos de 1981 hacen referencia a la antigua Checoslovaquia. (2) Cifras de R. F. Yugoslava. (3) Se indican los valores de 1992. Fuente: Elaboración propia (datos de OMT, 1998).
gría inició en los años sesenta y setenta cambios políticos y financieros que repercutieron muy favorablemente en su industria turística, permitiendo inversiones extranjeras en hoteles y reduciendo las dificultades de acceso para los turistas occidentales. Ello propició que el país se convirtiera en el enlace y espejo de las dos Europas divididas por concepciones tan contrarias. La política monetaria también favoreció ampliamente durante los años ochenta a los ciudadanos occidentales cuyo número se triplicó. A su vez, la proximidad a la Alemania dividida hizo de Hungría, durante muchos años, punto de encuentro de ciudadanos alemanes que el Muro de Berlín impedía reunir en su propio país. La industria turística ha sido, pues, pieza clave en la economía magiar, permitiendo transferir importantes beneficios al país. El número de turistas no paró de crecer desde los años sesenta. El año 1965 Hungría recibió 1.318.000 turistas; en 1993 casi 23 millones. En los últimos años se está apreciando un ligero retroceso en el número de turistas motivado por el descenso de llegadas de ciudadanos rumanos y de la antigua Yugoslavia, países ambos que desviaban hacia Hungría una importante cantidad de refugiados. El número de visitantes enfatizan más si cabe la dinámica expuesta. La República Checa recibió durante 1994 la llegada de casi 100 millones de visitantes (de ellos 17 millones eran turistas), que en un 75% provenían de países vecinos (alemanes principal-
mente, con 44 millones), cifras que se han ido manteniendo a finales de la década y que ocasionan problemas de congestión en Praga en las épocas de temporada alta. La valoración real de los beneficios es difícil de cuantificar, teniendo en cuenta que existe una proliferación en los últimos años de campings para albergar a los muchos turistas que acuden con bajo poder adquisitivo. A su vez, 1994 fue considerado un año récord en Polonia y las cifras de los años siguientes parecen corroborar la misma tendencia. El país acogió a 89 millones de visitantes en 1998, de los cuales 49 millones procedían de Alemania (principalmente de la antigua zona oriental). La motivación predominante de este elevado flujo de visitantes es la comercial, residentes de las naciones vecinas acuden a Polonia a realizar operaciones de compra-venta, siendo esta motivación muy superior a la vacacional (figura 10.21). En función de los atractivos turísticos que posee más o menos la región y de los problemas que para una gran parte de la población supone la adaptación a una economía de libre mercado, el turismo doméstico es elevado. El alojamiento en casas de familiares o amigos y el camping son muy usuales en toda esta región (cuadro 10.9 y figura 10.22). Una de las mejoras que todos los países del antiguo bloque comunista deben abordar es la de sus infraestructuras de transporte. Ampliar la escasa red de autopistas y la modernización de los aeropuertos
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Capítulo 10: Europa
50.000
País Ingresos
40.000
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son tal vez las dos más esenciales. A ellas debe sumarse la creación de servicios turísticos, si bien el desarrollo turístico debe ser sostenible, sin caer en los errores de otros países del continente.
Gastos
30.000
Yugoslavia
Eslovenia
Rumanía
0
Hungría
El Danubio sólo es azul en los valses. Desde la ciudad alemana de Passau, en la Baja Baviera y fronteriza con Austria, cuando empieza a ser caudaloso, hasta su desembocadura, este mítico río, el más largo de Europa después del Volga, con una cuenca de 817.000 km2, ha perdido su tópico calificativo y se convierte en una importante vía de transporte fluvial y arteria industrial, y los tonos grises son los predominantes. Antes de alcanzar Passau se abre el canal que
Chequia
10.000 Albania
10.6.1. El Danubio
Alemania
20.000
FIGURA 10.21. Ingresos y gastos (en millones de dólares) por turismo internacional de los países y territorios incluidos en la Región. Fuente: OMT (1998).
CUADRO 10.9 División funcional de la Europa Central y Danubiana Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
El Danubio
Diferente intensidad para el turismo internacional en función de los tramos. Muy intenso en el tramo superior, expectativas de crecimiento en el tramo final. Similar para el turismo doméstico
Turismo cultural Turismo de congresos Turismo de cruceros Turismo de naturaleza Turismo étnico Turismo termal
Los Cárpatos
Importante para el turismo doméstico y de regiones próximas. Expectativas de crecimiento para el turismo internacional
Turismo deportivo Turismo de naturaleza Turismo de esquí Turismo de residencia Turismo de salud Turismo cultural
Las montañas interiores
Turismo enclavado, desarrollado y masivo en algunos sectores tanto para el turismo doméstico como el internacional
Turismo cultural Turismo de salud Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo de esquí
La llanura germano-polaca
Intenso para el turismo doméstico. Puntualmente desarrollado para el turismo internacional
Turismo de sol y playa Turismo deportivo Turismo cultural Turismo de naturaleza Turismo de negocios
El litoral rumano-búlgaro
Descenso del turismo de masa doméstico. Escaso turismo internacional
Turismo de sol y playa Turismo de salud
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 10.22. El espacio turístico de la Europa Central y Danubiana.
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Capítulo 10: Europa
desde 1992 une el Meno (afluente del Rhin) con el Danubio, permitiendo a los barcos atravesar Europa desde el holandés puerto de Rotterdam en el Mar del Norte hasta el rumano de Constanza en el Mar Negro, a través de 3.500 km de vía fluvial. La vocación turística del río varía a lo largo de su recorrido. Desde Passau hasta Budapest el Danubio presta su escenografía a ciudades y paisajes y es, sin duda, el tramo más consumido turísticamente. Cuando abandona la capital magiar, cruza la llanura panonia y atraviesa encajado las Puertas de Hierro y se presta a servir de frontera entre Rumanía y Bulgaria, pierde su función turística en favor de la económica. Al llegar al Mar Negro se abre en tres brazos formando el delta más singular de Europa con una extensión de más de 4.300 km2 y vuelve a recuperar su atractivo turístico. El aprovechamiento turístico del primer tramo es muy intenso. Los principales núcleos urbanos alemanes, austríacos, checos y húngaros atravesados por el río sirven de base a cruceros fluviales que con duración variable, desde unas horas a varios días, sirven para admirar ciudades y escenarios naturales y rurales. Entre las ciudades históricas de gran protagonismo en otra época atravesadas por este gran río pueden destacarse Passau, Viena, Bratislava (capital de Hungría en el siglo xVi cuando los turcos ocuparon Buda), Visegrad, Esztergom (primeras capitales húngaras, enclavadas en el Recodo) o Budapest. Además, el Danubio, en su recorrido por Austria, enlaza monasterios (St. Florian), abadías (Melk y Göttweig) y algún tristemente famoso campo de exterminio nazi (Mauthausen). Las dos antiguas capitales del imperio austro-húngaro (Viena y Budapest) deben mucho de su atractivo al río. En Viena, palacios imperiales (Hofburg, Schönbrunn, Belvedere), cafés, escenarios musicales, edificios modernistas y una cinematográfica noria (la del Prater) se suman a los exclusivos comercios del área peatonal o a las típicas tabernas de los alrededores haciendo de esta ciudad, sede de la ONU y de la OPEP y con concurrido centro de congresos, una de las de mayor atractivo turístico de Europa. Turismo doméstico e internacional, venido incluso de mercados lejanos (Japón) acuden a ella y la consumen en visitas que no suelen sobrepasar los 5 días, y que se complementan con cruceros fluviales y visitas a los enclaves más próximos. El Danubio divide en dos Budapest. A un lado Buda, al otro Pest. La unión de ambas ciudades no se
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produjó hasta 1876. La isla Margarita y ocho puentes (el de las Cadenas, el puente Elizabeth) enlazan las orillas. Buda es más histórica y recuerda su pasado romano (Aquincum), y el dominio turco a que fue sometida durante más de 150 años en sus emblemáticos baños Geelent; por su parte, Pest es más comercial. El Parlamento se alza frente al Danubio ofreciendo la tópica imagen de la ciudad. Una excelente oferta de alojamiento con importantes cadenas internacionales han propiciado su uso turístico masivo, que al igual que Viena no sobrepasa los cinco días incorporando destinos complementarios. La ciudad posee también una buena infraestructura para congresos. Desde que el Danubio abandona Budapest hasta que alcanza el delta en la orilla rumana del Mar Negro, sólo algunas localidades son consumidas turísticamente, a menudo desde itinerarios que se inician en las capitales: Pecs (huellas turcas) o Novi Sad (imperio austro-húngaro). El lago Balatón y la gran llanura panonia son los otros dos espacios importantes. De más de 70 km de longitud, el Balatón, el “mar húngaro” con sus veranos cálidos y sus playas arenosas constituyó uno de los principales destinos de sol y playa de los países del Este. Balnearios (Balatonfured), una histórica abadía (Tihany), hoteles, campings (40), navegación a vela (prohibición a motor para no contaminar), viñedos y volcanes extinguidos atrajeron masivamente al turismo doméstico familiar y al de los países socialistas. En la actualidad, los húngaros, al igual que otros ciudadanos de la Europa Oriental prefieren los destinos mediterráneos, y las instalaciones, tienen un menor uso turístico, predominando el turismo doméstico. La llanura panonia, al este de la capital húngara, es la tierra de los “csikós”, los jinetes que cabalgan por la vasta llanura atravesada por el río Tisza, afluente del Danubio. Debrecen sirve de base para itinerarios por su interior, que se basan en las formas de vida tradicionales y los bellos escenarios como el del Parque Nacional de Hortobagy. Poco intensa en duración, pero sí en frecuentación, esta zona se ofrece como complemento de la capital magiar para el turismo internacional, al igual que Hollökko (un bello pueblecito declarado Patrimonio de la Humanidad por Unesco) por su interés en mantener viva la cultura magiar. El Delta del Danubio, con un importante potencial turístico a desarrollar para el turismo de naturaleza por la proximidad de los centros turísticos de la cos-
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Parte III: Las regiones turísticas
ta, es una de las áreas de más riqueza y variedad de fauna y flora de Europa. La zona cuenta con una escasa oferta de alojamiento y de servicios que urge saber desarrollar, máxime teniendo en cuenta la ya existencia de enclaves portuarios e industriales que merman el atractivo de la zona, y por otro lado el creciente interés de la sociedad por este tipo de espacios tan singulares (está incluido en el convenio de Ramsas).
10.6.2. Los Cárpatos La zona compartida por Eslovaquia, Polonia, Ucrania y Rumanía presenta usos turísticos predominantemente deportivos, de naturaleza y de esquí, consumidos masivamente por el turismo doméstico y por los países vecinos. En el sector rumano la existencia de numerosos establecimientos termales y la presencia de un rico patrimonio cultural en la pequeña región de la Bucovina (las iglesias pintadas) configura a esta área como una de las de mayor expectativas de crecimiento para el turismo internacional. Éste ya existía, no en vano la meseta de Transilvania, que los Cárpatos rodean, es el escenario de las aventuras del Vlad Temples, el “Empalador” que la literatura y el cine convirtieron en el Conde Drácula. Durante la década de los setenta, Rumanía era uno de los países comunistas más visitados por los occidentales en viajes que consumían las numerosas infraestructuras turísticas de esta zona. En la actualidad se está desarrollando una importante campaña de promoción para atraer practicantes del turismo de esquí (Poiana Brasov, Sinaia, Pedreal), ya que es en los Alpes de Transilvania o Cárpatos meridionales donde la cordillera presenta mejores condiciones para ello. Polonia y Eslovaquia comparten otro de los tramos más turísticos de la cordillera, la de los Tatras, con algunas de las cimas más elevadas y la presencia de numerosos lagos. La zona es frecuentada masivamente por polacos y eslovacos, debido tanto al importante desarrollo de las infraestructuras de acogida y a su accesibilidad (funiculares, teleféricos) como por la posibilidad de practicar todo tipo de turismo deportivo: pesca, caza, piragüismo, senderismo, escalada, rafting, esquí, etc. La existencia de varios parques nacionales, alguno compartido por los dos países (Alto Tatra) confiere a este sector importantes expectativas de crecimiento para el turismo internacional. Zakopane, en el sector polaco, puede convertirse en el cen-
tro turístico neurálgico de esta zona, máxime teniendo en cuenta su proximidad a Cracovia, una de las metas obligadas en Polonia y la posibilidad de organizar desde ella circuitos de corta duración o day-trips.
10.6.3. Las montañas interiores El Telón de Acero, que dividió durante más de cuarenta años esta extensa área de relieves hercinianos que excepcionalmente superan los 1.200 m, provocó un uso turístico desigual en sus escenarios naturales. La zona pertenece en la actualidad casi exclusivamente a la República Checa en su parte oriental y a Alemania la zona occidental. Una de las características más destacables de esta área es la presencia de numerosos atractivos, entre los que destacan las bellas ciudades bohemias, aristocráticos balnearios y algunas de las más importantes ciudades históricas germanas. Mientras el Bosque Bávaro fue zona de vacaciones domésticas de millones de alemanes occidentales, y el turismo internacional aunque con mucha menor intensidad también la consumió; su homóloga parte en la vecina Bohemia y la cercana “Suiza Sajona” en la antigua República Democrática Alemana no mantuvieron idéntico desarrollo turístico, exclusivo casi para los ciudadanos de sus respectivos países. La zona acoge los bosques de mayor extensión de Europa Central, pero la lluvia ácida de las obsoletas industrias pesadas de la zona han dañado de modo irrecuperable amplias zonas de la “Suiza Sajona” y de Bohemia oriental, en las áreas próximas a la industrial Silesia polaca, restándoles ahora parte de su encanto. El sector de Turingia y Sajonia próximo a la República Checa, y que perteneció a la antigua Alemania Oriental, está destinado a ser una de las zonas más atractivas, tanto para el turismo internacional como para todos los alemanes, superadas las mejoras en infraestructuras y servicios. Durante el período de la Guerra Fría, este pequeño sector gozó de un uso turístico doméstico, enclavado y masivo, y los ciudadanos de países vecinos comunistas acudían atraídos por el turismo de negocios o por la oferta cultural de algunas de sus ciudades. La Feria de Leipzig fue un importante vehículo comercial para los países del bloque oriental. Dresde, ”la Florencia del Elba”, devastada como ninguna otra ciudad alemana y reconstruida después de la Segunda Guerra Mundial, era el centro
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Capítulo 10: Europa
cultural de la República Democrática Alemana, con sus palacios barrocos y su famoso teatro de la ópera; cruceros por el Elba completan su actual uso turístico. A 30 km de ella, en Meissen, se fabrica la acreditada porcelana. Otras ciudades como Weimar, donde residió Goethe y donde La Bauhaus marcó pautas de la arquitectura contemporánea, o Eisenach donde fue confinado Martín Lutero, permiten crear por los operadores internacionales circuitos por todo este sector. La zona que perteneció a la República Federal de Alemania ha mantenido un importante y distinto desarrollo turístico en función de sus atractivos, pero muy intenso en varios sectores, pues para los alemanes el sur del país ha sido siempre su área preferida de vacaciones domésticas. El Bosque Bávaro es la zona más consumida por el turismo, dado que ofrece todo tipo de actividades relacionadas con la naturaleza. La presencia del Parque Nacional del Bosque Bávaro, con senderos señalizados para interpretar la naturaleza, es uno de los máximos alicientes. La Ruta Romántica atraviesa el sector meridional de norte a sur, enlazando con los Alpes Bávaros. A lo largo de sus más de 400 km se suceden conservadas ciudades medievales como Würzburg, Augsburg y Rothenburg en el valle de Taber, que el turismo doméstico recorre a modo individual u ofertado en paquetes por los operadores turísticos. El itinerario es también ofertado por los operadores internacionales por la posibilidad de aunar en el mismo circuito los Alpes Bávaros con sus escenarios naturales, los palacios de Luis ii y Múnich. El sector cercano a la República Checa es muy consumido turísticamente pues acoge a la monumental e histórica Nuremberg. La ciudad fue duramente bombardeada pero ha reconstruido su ambiente medieval. La pequeña ciudad de Bayreuth con su festival Wagneriano atrae cada año a adictos de todo el mundo a la música del compositor. Ratisbona (Regensburg), a orillas del Danubio, marca el punto a partir del cual el río es navegable permitiendo cruceros fluviales. La República Checa, formada históricamente por Bohemia y Moravia, se identifica bastante con el resto de la región. Fue parte integrante del imperio germánico (siglo xViii) y algunos sectores de Bohemia meridional pertenecieron a Alemania hasta después de la Primera Guerra Mundial. Antes de 1989, el turismo internacional, venido casi exclusivamente de países del bloque oriental, frecuentó el país aunque de un modo puntual. Praga, el vecino castillo de Karlsten , la “cervecera” Plzen y los aristocráticos
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balnearios de Karlovy Vary y Marianske Lazne que durante el siglo xix acogieron a escritores, compositores y políticos atrajeron a ciudadanos de los países vecinos y en mucha menor medida de la Europa Occidental. Contaba para ello con una adecuada oferta de alojamiento, especialmente albergues y campings, que se distribuían por todo el país. La avalancha turística que ha sufrido desde 1989 sigue consumiendo esos mismos escenarios, creando lógicos problemas de impacto. El espacio bohemio es consumido en circuitos regionales o como itinerarios radiales desde Praga, por su cercanía a todos ellos. Algunos operadores internacionales ofrecen sólo la capital checa como un destino de fin de semana, al igual que otras principales capitales europeas. Moravia es ajena a este espectacular desarrollo turístico pero cuenta con posibilidades para el turismo deportivo. Existen más de 120 km2 de formaciones cársticas a 20 km de su capital, Brno, que albergan cuevas, simas y lagos subterráneos que el turismo doméstico sí frecuenta, especialmente en verano. Asimismo, Brno acoge importantes competiciones deportivas y feriales.
10.6.4. La llanura germano-polaca Esta vasta área que ocupa gran parte de la antigua Alemania Oriental y casi la totalidad de Polonia presenta usos turísticos bien diferenciados en su sector norte y en el central-meridional. Las costas arenosas, en ocasiones con dunas (Parque Nacional Slovincian), algunas islas próximas (Rugen), y la inmensa llanura contigua surcada de lagos y canales han acogido al turismo doméstico masivo y popular de ambos países desde el siglo pasado, atraídos por el balneotropismo y posteriormente por la posibilidad de practicar la navegación a vela. La zona cuenta con centros turísticos de renombre como Travermünde, Warnemünde o Sopot, con ciudades portuarias de gran atractivo monumental por su pertenencia a la antigua Liga Hanseática como Lübek y con los que fueran principales astilleros de Alemania Oriental y Polonia respectivamente, Rostock y Gdansk. El ferry permite enlazar con otros puertos bálticos atrayendo a suecos hacia las costas polacas, y a éstos y daneses hacia las alemanas. La monotonía de las regiones lacustres de Pomerania y Masuria, marcadas por los efectos de pasadas glaciaciones, la rompen suaves colinas y áreas boscosas
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Parte III: Las regiones turísticas
prestando así un escenario óptimo para el desarrollo de una oferta de turismo rural, máxime teniendo en cuenta que en zonas como la alemana el tiempo parece haberse detenido. Para adecuarla a la demanda internacional se precisa renovar y aumentar las infraestructuras turísticas existentes, así como mejorar la accesibilidad. La zona central y meridional presenta un uso turístico destacado para el turismo internacional que acude atraído por el patrimonio histórico-cultural, si bien la región reúne suficientes atractivos para otras tipologías de turismo, como cruceros fluviales por el Elba. Berlín, la nueva capital alemana, está destinada a convertirse, pasada ya la euforia que supuso el derrumbamiento de su Muro, en el destino estrella de Europa ahora que están ya finalizando los planes urbanísticos para dotar a la ciudad de nueva imagen. Su oferta comercial y lúdica, famosa en el antiguo sector occidental, y la artística con sus reconocidos museos de la zona oriental son el complemento al atractivo urbano que se ha gestado mediante concursos urbanísticos a los que han acudido los más famosos arquitectos. El turismo consume los espacios muy próximos a la capital, en especial Potsdam, la obra palaciega sueño de Federico ii el Grande, y que atrae cada año a más de 5 millones de visitantes. El sur polaco tiene una larga tradición de turismo internacional canalizado en la época comunista por la agencia estatal Orbis, no en vano se hallan en este sector su capital Varsovia, Cracovia, y varios lugares que simbolizan dos rasgos del pueblo polaco: su religiosidad y el exterminio a que fue sometida su población judía. Un uso enclavado, intenso, a menudo formando parte de circuitos de corta duración y en ocasiones ofrecido combinando con Berlín caracteriza a este sector de Polonia. Varsovia es un importante aliciente a visitar, pero lo son más los campos de concentración de Oswiecim (Auschwitz) y Brzezinka (Bierkenau) muy próximos; y la monumental Cracovia, declarada por la Unesco patrimonio de la Humanidad. Para el turismo doméstico el santuario de Czestochowa, con su Virgen Negra, presenta un uso turístico muy intenso, pues es el primer centro de peregrinaje del país. El atractivo de la zona se completa con escenarios naturales que han llevado a la creación de diversos parques nacionales. El único de un cierto reconocimiento internacional por su singularidad es el de Biatowieska, única reserva de bisontes europeos que queda en el continente.
10.6.5. El litoral rumano-búlgaro En la anterior etapa comunista era uno de los dos más importantes destinos turísticos de sol y playa para los ciudadanos de la Europa del Este (el otro era el húngaro lago Balatón), por lo que la capacidad de alojamiento de esta área sólo es superada, entre los antiguos países comunistas, por la costa dálmata. El litoral rumano y búlgaro del Mar Negro se extiende a lo largo de casi 600 km (275 km para Rumanía y 310 km para Bulgaria) y pertenece al dominio climático del Mediterráneo. Antes de los cambios políticos, el heliotropismo y el balneotropismo atraían a millones de turistas. A mediados de los años ochenta, 5 millones de turistas (de los que medio millón provenían de países occidentales) acudieron a las playas rumanas, y otros 5 (de los cuales más de la mitad eran occidentales) a las costas búlgaras. Este desarrollo turístico fue consecuencia de las decisiones tomadas sobre planificación turística en la Conferencia de Varna (Bulgaria) en 1955, que estableció un plan de reordenación costera del conjunto del litoral de ambos países. Su principal característica, en comparación con otros desarrollos turísticos litorales, era que la oferta se adelantaba y precedía a la demanda. Mediante la creación de sociedades estatales se crearon centros ex nihilo y se renovaron los escasos existentes; otra de las características, no menos importante en comparación con las abarrotadas playas de hoy de algunos destinos estelares, era el respeto por los ratio-límite: 1 bañista por cada 7 metros cuadrados de playa. Como consecuencia de esta adecuada y perfecta planificación la afluencia a las costas búlgaras y rumanas se multiplicó por veinte en el período entre 1965-1985. Mamaia, Eforie Mangalia, Júpiter, Saturno (en Rumanía) y Albena, Las Arenas de Oro, La Costa del Sol (Bulgaria) se consolidaron como los centros turísticos famosos en la Europa del Este, y ciudadanos alemanes (de la ex República Democrática), polacos, checos y rusos acudían atraídos por las ventajosas condiciones que el turismo social además ponía a su alcance. Sin embargo, los niveles de calidad en los servicios ofertados distan mucho, en la actualidad, de los habituales en los países occidentales, especialmente en cuanto a servicios complementarios, lo que ha comportado una importante pérdida de competitividad. Ambos países han realizado, no obstante, esfuerzos para adecuar su oferta a los parámetros occidentales.
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Capítulo 10: Europa
El turismo doméstico está bien desarrollado. La segunda residencia en las áreas próximas o las vacaciones en los establecimientos hoteleros en la Costa del Mar Negro son frecuentes en Bulgaria y Rumanía sumándose en este país sus numerosas estaciones termales. Rumanía es uno de los países europeos que cuenta con más establecimientos de este tipo (más de 160), que por los tratamientos que en ellos se administraba por la Dra. Asland fueron ya en los años setenta motivo de una importante frecuentación turística.
10.7. Los Confines de Europa Bajo este epígrafe se identifica una inmensa área del continente que abarca territorios que pertenecieron a la extinta URSS. Desde diciembre de 1991 sus repúblicas se convirtieron en estados independientes y la mayor parte de ellos se integraron en la Comunidad de Estados independientes, de eficacia poco probada. Esta vasta extensión de más de cinco millones de km2, el 50,61% de Europa, y casi 200 millones de población acoge a los estados de Ucrania, Bielorrusia y Moldova y parte de la Federación Rusa, el mayor país del mundo en la actualidad que se extiende por Europa y Asia, si bien la mayoría de la población vive en la zona europea delimitada por los Urales (cuadro 10.10 y figura 10.23).
La diversidad física, económica y humana es enorme entre estos territorios. Costas septentrionales junto al Círculo Polar Ártico, y centros balneo-heliotrópicos en las costas del Mar Negro y del Caspio; la cima más elevada del continente, el Elbrús (5.642 m) y el punto más bajo, en el Caspio (28 m bajo el nivel del mar); la ciudad más populosa, Moscú con casi 12 millones de habitantes y extensas áreas casi despobladas; los Urales con 2.100 km de largo pero la cordillera más fácil de atravesar, pues gran parte de ella no sobrepasa los 600 m de altitud; el río más largo y caudaloso del continente, el Volga, con más de 3.500 km, pero el de recorrido más lento y sinuoso, ya que nace a sólo 228 m de altitud. En el aspecto económico, Ucrania era considerada el “granero y vientre industrial” de la URSS, y hoy es uno de los estados más desarrollados. Amplias áreas de la estepa rusa (las tierras negras) mantienen una economía de base agraria, y en las zonas próximas al Cáucaso y a los Urales hay importantes yacimientos de gas y petróleo. Pero las huellas de la estructura económica comunista son aún palpables, los estados son económicamente interdependientes y en la actualidad la sociedad está empezando a crear una clase media empresarial que debe suplir al omnipresente estado tutelar de la época comunista; sin desdeñar el peligro de las mafias que quieren hacerse con el control económico.
CUADRO 10.10 División funcional de los Confines de Europa Área geográfica
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Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
El Norte ruso
Puntual. Turismo doméstico e internacional de proximidad, básicamente
Turismo cultural Turismo de negocios Turismo de naturaleza
La Gran Llanura
Puntual para el turismo doméstico, con extensos territorios sin turismo. Turismo puntual centrado en las grandes ciudades para el internacional
Turismo cultural Turismo étnico Turismo de naturaleza Turismo de cruceros
Las Costas del Mar Negro y del Caspio
Importante para el turismo doméstico e internacional de proximidad de la ex-URSS. Puntual y poco intenso para el resto de turismo internacional
Turismo de naturaleza Turismo deportivo y esquí Turismo étnico
El Cáucaso
Muy incipiente para el segmento doméstico
Turismo de naturaleza Turismo deportivo y esquí Turismo étnico
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 10.23. El espacio turístico de los Confines de Europa.
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Capítulo 10: Europa
Bajo la óptica turística, la región incluye una oferta rica y variada, pero la distancia de los principales centros emisores y la climatología son dos factores importantes que restan posibilidades de desarrollo turístico, así como la inestabilidad política que ha sacudido a la Federación Rusa, a los que suma la deficiente accesibilidad y las huellas de la antigua organización turística controlada por el estado. Gran parte del territorio presenta un clima continental con inviernos muy rigurosos, y sólo las orillas del Mar Negro y del Caspio poseen un clima submediterráneo. A las deficiencias del transporte aéreo que precisa de una urgente renovación de su flota, se suma la deficitaria red de vías rápidas; mientras que la existente de canales interiores que conecta los grandes ríos con los puertos del Báltico, del Mar Blanco y del Mar Negro, no está suficientemente explotada para el uso turístico masivo. Por su parte, el ferrocarril, sin líneas de alta velocidad, es lento para salvar las inmensas distancias, con la excepción de un viaje en el Transiberiano que presenta otros atractivos. El turismo doméstico durante la etapa comunista era en parte responsabilidad del Estado y los sindicatos y las organizaciones juveniles cumplían su cometido de organizar las vacaciones domésticas con las estancias en centros o aldeas de vacaciones o en campamentos de jóvenes. En la actualidad parte de esta oferta de alojamiento es utilizada por el turismo internacional, pero los niveles de calidad de sus servicios son inferiores a los occidentales, y la escasez de alojamiento en las grandes ciudades persiste. La liberalización del mercado, la inflación y el galopante aumento de precios de todos los servicios incluidos los turísticos ha restado posibilidades para los menos afortunados, mientras que, por el contrario los nuevos ricos compran lujosas “dachas” en sus países antes reservadas a la nomenklatura (la elite política), o desdeñan los clásicos destinos de su territorio y buscan las soleadas costas mediterráneas de la Europa Occidental (en especial de España). A falta de datos estadísticos de las ex-repúblicas, la figura 10.24 recoge los de la Federación Rusa (incluido el sector asiático).
10.7.1. El Norte ruso Escasamente abierta para el turismo internacional y el doméstico, esta zona refleja , como ninguna otra, los acontecimientos de la historia de Rusia del siglo xx. Bajo este epígrafe se ha recogido el sector que se
Estados Unidos Mongolia Otros 2% 8% China 21% Turquía 7% 2% Reino Unido 2% Azarbaiyán 3% Alemania Lituania Finlandia 4% 9% 4%
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Georgia 22% Polonia 11%
FIGURA 10.24. Llegadas de visitantes a la Federación Rusa según los principales países de origen (en miles de visitantes). Fuente: OMT (1994).
extiende desde el Golfo de Finlandia hasta las costas del Mar Blanco, alcanzando al norte de Carelia, la Laponia rusa, ya tratada en el apartado dedicado a la Europa Nórdica. Turísticamente, sólo San Petersburgo, la antigua Petrogrado y Leningrado, la ciudad que fundó cuando conquistó estos territorios a los suecos en 1703 el zar Pedro el Grande, tiene reconocimiento internacional. Su excelente posición en el Báltico le otorga un clima más suave y sus “noches blancas” de verano son la época idónea para visitar esta ciudad de más de 5 millones de habitantes, capital cultural de Rusia, con una amplia oferta cultural para el visitante y con un valioso patrimonio artístico del que debe destacarse el museo del Ermitage. La que fue capital de Rusia durante los 150 años de mayor esplendor zarista, ofrece en sus alrededores la visita a los palacios de verano de Pavlovsk, Pushkin y de Petrodvoriets, este último, el “Versalles Ruso”, totalmente restaurada del estado ruinoso en que quedó en 1944. El resto de atractivos de esta zona quedan excluidos en las rutas de los operadores internacionales, con la excepción de Novgorod, en el camino hacia Moscú, que como capital que fue de un poderoso estado feudal en la ruta comercial que unía el Báltico con el Mar Negro atrae con su patrimonio monumental. La región posee bosques de coníferas junto a los dos lagos mayores de Europa: el Ladoga (18.400 km2) y el Onega (9.610 km2), que ofrecen la posibilidad de visitar antiguos pueblos rusos con su arquitectura tradicional en algunas de sus islas. Petrozavodsk, la capital de Carelia, permite enlazar mediante ferrocarril con Murmansk (Laponia). En las costas del Mar Blanco se halla el importante puerto fluvial de Arcángel (Arjanguelsk), que desde el siglo xVi fue el puerto más importante de Rusia. Duran-
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Parte III: Las regiones turísticas
te la Segunda Guerra Mundial era la puerta de recepción de la ayuda militar angloamericana a la URSS llegada por la ruta polar. Hoy, desde este puerto, cuando el mar está libre de hielos y tras 12 horas de navegación, los turistas acceden a las islas Solovietsky, que se abren poco a poco al turismo. La principal de ellas albergó el primer campo de concentración del período postrevolucionario evocada por el disidente ruso Solzhenitsin en su “archipiélago Gulag”. No obstante, los visitantes acuden atraídos por el Monasterio que se levanta en la isla, construido en el siglo xV y uno de los más importantes de Rusia. La zona posee pues suficientes atractivos para vertebrar una ruta en época estival, máxime contando con el atractivo de San Petersburgo.
dentales por la distancia como Nijni-Novgorog, la antigua Gorki, uno de los centros comerciales e industriales más importantes de Rusia y que permite disfrutar de sus playas y de pequeños cruceros por el río; Kazán, la capital de la región de Tatarstán en la que el islamismo es un símbolo de identidad frente al ruso; y Volgogrado. Esta ciudad que lleva el nombre en homenaje al río permite realizar un gran crucero hasta Moscú o Astracán, ya en la desembocadura. Durante años la ciudad se llamó Stalingrado, y los terribles ataques que sufrió en la Segunda Guerra Mundial son recordados en lo que constituye uno de sus atractivos turísticos, el complejo gigantesco levantado en memoria de los desaparecidos en la colina que preside la vista de la ciudad y el río.
10.7.2. La Gran Llanura 10.7.3. Las Costas del Mar Negro y del Caspio Esta inmensa área que se extiende hasta los Urales y el río Ural marcando así el límite del continente, acoge en su sector occidental a los únicos destinos que contempla el turismo internacional: Moscú, Kiev (la capital de Ucrania), Lvov y Minsk (la capital bielorrusa), y que son ofertados conjuntamente por algunos operadores internacionales. Moscú es el destino favorito, si bien la inestabilidad política y los conflictos étnicos con algunas de sus regiones han hecho disminuir el turismo internacional que tras los importantes cambios políticos de principios de los noventa, con la extinción de la URSS, acudió atraído por la propaganda. La ciudad es, a su vez, un foco de turismo doméstico, pero algunos de sus atractivos de antes han dejado de serlo, al cuestionarse su carismático líder (Mausoleo Lenin). Con todo, el Kremlin, la Plaza Roja, la Catedral de San Basilio o sus museos siguen atrayendo a visitantes de todo el país. La oferta de la ciudad suele ir acompañada para el turismo internacional con la visita al “Anillo de Oro”, nombre con que se identifica un recorrido por antiguas ciudades rusas que se caracterizan por sus murallas del Kremlin (fortaleza) y sus iglesias con cúpulas bulbosas. Más al este, y casi desconocida para el turismo internacional, no así para el doméstico de proximidad, se extienden las regiones bañadas por el Volga. Es un río de llanura, unido mediante una serie de canales a cuatro mares: Báltico, Blanco, Azov y Negro, de suma importancia en el país para la navegación (comercial y turística) pudiéndose circular todo el año gracias a los rompehielos. Junto al curso se encuentran ciudades injustamente marginadas de los circuitos turísticos occi-
Como una gigantesca tela de araña se extiende sobre el Mar Caspio un entramado de pozos y plataformas unidos por carreteras para extraer de su fondo el petróleo; y Bakú, la capital de la República de Azerbaiyán, debe su desarrollo a las refinerías. Las riberas del Caspio son un complejo mosaico étnico. Ávaros, darguinos, kumyks, lezguinos, lakis son algunas de las etnias de Daguéstan “país de montañas”. Su capital, Majachkalá, junto a las playas del Caspio, era un atractivo para el turista soviético. Los conflictos que asolan a toda esta zona han diezmado el turismo, que nunca fue bien visto por una parte de su sociedad por su apego a tradiciones islámicas y formas rurales de vida. En el delta que forma el Volga al desembocar al Caspio se encuentra la ciudad de Astracán, también una mezcolanza de rusos, tártaros, armenios, etc. El delta posee una excepcional riqueza de flora y fauna, pero la fama de Astracán en parte viene dada por la piel de cordero nonato tan apreciada en la industria peletera occidental y por la importancia de su puerto pesquero, que comercializa un esturión de excelente calidad. El uso turístico del enclave se deriva pues de sus actividades comerciales, pero otros valores ecológicos y etnográficos pueden ser potenciados en un futuro. Las costas del Mar Negro, a diferencia de las del Caspio, acogieron primero a la nobleza rusa y a sus zares, y posteriormente a la nomenklatura comunista y a ciudadanos rusos. Compartidas por Ucrania y la Federación Rusa, es litoral donde se hallan los que fueran los centros turísticos más prestigiosos de período
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Capítulo 10: Europa
soviético. Las divergencias graves existentes entre los dos países han supuesto un grave perjuicio para la industria turística de la zona ucraniana, que tenía como principal mercado el ruso. La península de Yalta, el centro de mayor reconocimiento, ha perdido gran parte de su clientela rusa. En la zona rusa, Sochi, el complejo hotelero de Dagomys y las fuentes sulfurosas de Matsesta compiten con Yalta, y pueden absorber al turismo doméstico que antes frecuentaba las costas hoy ucranianas. El turismo internacional que acoge la zona es escaso, preferentemente de la ex-Alemania Oriental, pero el área puede vertebrar para el turismo internacional una oferta complementaria atractiva sumando a sus usos turísticos balneo-heliotrópicos, los culturales que ofrece la zona cercana del interior reconocida como el “país de los cosacos”, una de las imágenes más divulgadas del folclore ruso y ucraniano.
10.7.4. El Cáucaso Las disputas étnicas y el deseo de independencia es lo que más caracteriza en la actualidad a las regiones caucásicas, integradas sólo algunas de ellas en la parte europea. La zona posee una importante riqueza económica que fundamenta sus exigencias de libertad frente al secular dominio ruso, y se ha convertido en un escenario bélico, lo cual dificulta su uso turístico tanto por el turismo doméstico como por el internacional. Los abruptos paisajes enmarcados por la cima del Elbrús no poseen las infraestructuras de acceso a la montaña usuales en otros lugares europeos, si bien existe un funicular que permite alcanzar los 4.200 m, en la zona de nieves eternas. El alpinismo en verano y el esquí desde octubre a mayo han sido los productos turísticos más difundidos para una clientela nacional, a lo que hay que sumar una numerosa oferta de balnearios (Mineralnie Vodi, Piatigorsk, Kislovodsk...) debido al vulcanismo extinguido de la zona. El alojamiento, compuesto principalmente por albergues y pocos hoteles, es escaso. Los atractivos naturales de la zona son enormes y permiten todo tipo de actividades vinculadas a la montaña, incluidas aquellas de riesgo controlado. A ellos se suman los de naturaleza, por la existencia de espacios protegidos, y los culturales por el mosaico de culturas que habita en el Cáucaso. No obstante, la situación conflictiva de la zona impide por el momento su uso turístico.
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10.8. Perspectiva global de las regiones de Europa Europa seguirá ostentando su posición de liderazgo y manteniendo niveles de crecimiento sostenido a pesar de la aparición de nuevos focos turísticos que experimentan un crecimiento excepcional (el doble del medio mundial), como es el caso de Asia del Este y del Pacífico. Los conflictos bélicos finalmente resueltos, y los precarios pero en vigor acuerdos de paz en la zona balcánica (Kosovo), así como la incorporación, cada vez más plena de los países de la Europa del Este en los flujos intrarregionales proyectan una coyuntura favorable para el turismo en Europa, a la que se suma la superación de puntuales crisis económicas que en últimos años afectaron a algunos de los más importantes países emisores. Todo ello permite apostar por un aumento del turismo en Europa tanto a nivel de turismo doméstico como internacional, si bien la aparición de nuevos focos turísticos en otros continentes, la globalización de la oferta (importantes cadenas de operadores europeos con potentes inversiones en otros destinos) y las ventajas competitivas que presentan los nuevos países turísticos, le restará valor. El análisis por regiones permite identificar diferencias. Para la Europa Nórdica el turismo doméstico continuará siendo primordial. El turismo internacional aumentará en determinadas áreas (Dinamarca, Finlandia, Oslo-Fiordos noruegos, etc.) en la medida que sus responsables de promoción y comercialización turística vertebren ofertas atractivas y competitivas y ante el aumento imparable de querer conocer nuevos destinos turísticos. Para otras zonas, clima, precios, y el escaso reconocimiento por el mercado internacional de sus atractivos, que los percibe como similares para toda la región, permite augurar débiles expectativas de crecimiento (es el caso de Suecia). La fachada atlántica es una de las grandes regiones turísticas del continente, que presenta usos intensos para el turismo doméstico y que, en el caso de las grandes capitales o destinos estrella, cobra valores de muy intenso, tanto por el turismo procedente de la propia región como por el turismo internacional (París, Londes). Sin acontecimientos singulares a corto plazo que puedan significar un aumento ostensible de la demanda, el turismo doméstico presenta unas expectativas de crecimiento medio, por la incorporación y/o consolidación de áreas acordes con las modalidades de turismo que más auge experimentan
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en la actualidad (deportivo, de naturaleza, etc.). Mejores augurios presenta el turismo internacional por el continuo y sostenido crecimiento que experimenta el turismo urbano, y los períodos vacacionales de corta duración que propician el consumo de algunos de los destinos incluidos en esta fachada atlántica (Bretaña, Ruta de los Castillos cátaros…). La Europa Mediterránea, en especial el Mediterráneo Occidental y todos los espacios insulares, continuarán siendo el espacio de litoral más intensamente consumido por el turismo tanto de la propia región como por el visitante de todas partes del continente. Aunque algunas áreas de esta región están al borde ya de la saturación, y los problemas medioambientales pueden frenar su frecuentación por parte de un consumidor cada vez más exigente, las cuatro s anglosajonas (sun, sand, sea y sex) continúan siendo una importante motivación para millones de turistas. No obstante, y en especial para aquellas áreas de uso muy intenso (Baleares, Rodas) prevalecerá la tendencia ya ostensible en la actualidad de reducción de los períodos de estancia y de fuerte competencia entre destinos, lo que obligará a niveles de calidad cada vez superiores para ser competitivos y a la incorporación de una oferta complementaria que exige el turista cada vez más experto y activo. En la zona oriental, el litoral dálmata presenta unas expectativas de crecimiento elevadas, y puede alcanzar niveles de frecuentación que permitan otorgar al turismo el peso que siempre desempeñó en la economía de la zona. Característica común a todas las áreas de interior de la gran región mediterránea es la incorporación de los espacios de interior a modalidades de turismo de menor impacto y que apuestan por un
desarrollo del turismo sostenido. En general, estas áreas presentan un uso escaso o medio y, por lo tanto, y siempre mayoritariamente para un turismo procedente de la misma zona, las expectativas de crecimiento son elevadas. La región alpina continuará liderando en época invernal gracias a su enorme potencial en instalaciones para la práctica del esquí. El posible estancamiento que podría padecer debido a factores demográficos, y que podría representar unas expectativas de crecimiento bajas, se verá compensado por la constante afluencia de ciudadanos de países ajenos a esta zona. La región presenta a su vez en verano un uso muy intenso, y la consolidación del ecoturismo y del turismo rural augura expectativas medias en aquellas áreas de mayor reconocimiento por el turismo doméstico. Algunas áreas de la Europa Central y Danubiana (Chequia) continuarán a corto plazo centrando la atención de los analistas del turismo al observarse en ellas las máximas tasas de crecimiento de todo el continente, mientras en otras se hace temible una recesión, que ya se ha iniciado (litoral rumano) y que transformará sectores con un uso muy intenso en medio o escaso. En general toda la región presenta expectativas de crecimiento elevadas teniendo en cuenta el turismo internacional. La más extensa y más desconocida región de Europa, la de sus confines orientales, se presenta con un gran potencial, pero con las expectativas más bajas del continente. Significativa es la presencia, cada vez más numerosa, de inversores y ciudadanos de esta región en las más destacadas áreas turísticas de Occidente, lo cual resta desarrollo inclusive para el turismo doméstico.
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11 ÁFRICA Diego A. Barrado Timón
La región mediterránea Las Islas Canarias y Madeira El Sáhara y el Sahel África ecuatorial húmeda: la Costa Atlántica y la Cuenca del Congo Del Índico al Gran Rif africano África austral Conclusiones
11.1 11.2 11.3 11.4 11.5 11.6 11.7
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Para describir la situación turística de África podría utilizarse la metáfora de un péndulo que oscilase entre el sueño y la pesadilla. Ningún continente presenta los rasgos de misterio y aventura que encerraba y encierra el africano, lo que influye enormemente en su atractivo; pero ningún otro está sometido a las desgraciadas circunstancias que aún encontramos en gran parte de estas tierras, y que convierten importantes zonas en un repelente para el turismo. A pesar de su pertenencia al mundo antiguo, África tardó en ser explorada en su totalidad. Los desiertos y las selvas tropicales, las fiebres y otras circunstancias hostiles supusieron durante mucho tiempo un obstáculo a la penetración de los europeos, que sólo a partir del siglo xix comenzaron a conocer con cierta fiabilidad su interior. Así, y salvando las distancias, mientras que los nobles y la alta burguesía europea se iniciaban con el Grand Tour o comenzaban a frecuentar las rivieras francesa e italiana, aventureros y exploradores encomendados por sus gobiernos, sociedades geográficas, compañías comerciales o por su propia iniciativa, se embarcaban en arriesgados periplos que poco a poco fueron rellenando los enormes huecos del mapa africano. Y esta aventura casi mítica sigue siendo hoy día una de las principales razones del turismo africano, trasladada a actividades y recursos como la caza y más recientemente la contemplación de los grandes mamíferos; los recorridos a través del desierto, las impenetrables selvas tropicales y las igualmente inextricables ciudades árabes; o el contacto con grupos étnico/culturales y sus costumbres. Pero, como decíamos al principio, este mito africano decimonónico que se acabó trasladando al turismo presenta igualmente un lado oscuro. La inestabilidad, guerras casi endémicas, fenómenos como el subdesarrollo o riesgos ambientales transmiten una imagen negativa del continente en general y de muchas zonas en particular. El resultado es que si ya no hay espacios en blanco en el mapa de África, sí los hay aún en el mapa turístico, y que países con un sector consolidado, como por ejemplo Egipto, pueden ver amenazada su posición por alguno de estos problemas. Así, si bien es cierto que África es una de las regiones en que divide el mundo la OMT que más ha crecido los últimos años, pasando de poco más del 2,5% de las llegadas mundiales en 1980 al 3,79% en 1997, la realidad es que este incremento porcentual hay que relativizarlo teniendo en cuenta las exiguas cifras de
partida. Esto es fácilmente perceptible si consideramos que todo el continente está recibiendo a finales de los noventa algo más de 23 millones de llegadas internacionales, es decir, aproximadamente la mitad que España como destino individual. De hecho, tenemos que descender hasta el puesto vigesimosexto mundial para encontrar el principal destino turístico africano, la República Sudafricana, que precedió en 1997 a Túnez, Egipto y Marruecos. Otra característica del turismo africano es la concentración geográfica de los flujos. Como señala la WTO Commission for Africa (1999), de los 53 países del continente los veinte primeros se reparten más del 90% de las llegadas, y los cuatro arriba citados bastante más del 50%. Por tanto, encontramos una serie de naciones en las que el turismo es una actividad relativamente desarrollada, mientras que el resto podría considerarse un desierto para este sector. Como ya se señaló, la principal limitación al desarrollo del turismo africano está en la percepción de inseguridad que transmiten gran parte de los países para el consumidor medio. Pero también en la propia debilidad del turismo como actividad productiva, con una oferta limitada y concentrada en puntos muy concretos como claro reflejo de la hasta ahora crónica escasez de proyectos y recursos humanos y financieros, lo que condiciona y dificulta el despegue de las zonas y productos más prometedores. Sin embargo, en los últimos tiempos están empezando a aparecer elementos esperanzadores que posiblemente permitan sostener o incluso incrementar los avances señalados. Debe destacarse en este sentido la estabilidad sociopolítica y el mantenimiento de las tasas de crecimiento económico que están consiguiendo determinadas zonas del continente, principalmente los países del sur impulsados en gran medida por el fin del apartheid en Sudáfrica. En cuanto a la procedencia de los flujos turísticos internacionales, el principal en 1997 era el de los propios africanos con el 41,5%, a pesar de que el continente se ve perjudicado por la inexistencia de grandes emisores regionales dado el escaso nivel de vida en la mayor parte de los países (de nuevo con Sudáfrica a la cabeza en total de gasto, seguida de Nigeria, el país más poblado). Esto supone una gran dependencia del turismo intercontinental, que implica mayores costes y requiere tiempos más largos de desplazamiento (figura 11.1).
FIGURA 11.1. Llegada de turistas a África según mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
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FIGURA 11.2. Regiones geográfica y turísticamente homogéneas.
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El segundo flujo en importancia es el de los europeos con más del 40% en 1997, como no podía ser menos dada la cercanía física, los lazos políticos que hasta hace poco existían entre ambos continentes (principalmente con Francia y Reino Unido como metrópolis coloniales) y el peso de Europa como región emisora. No hay que olvidar que el reciente pasado de colonización protagonizado por los dos países arriba citados (junto con Bélgica, Portugal, italia, Alemania y, en menor medida, España) han convertido el francés y el inglés casi en lenguas francas de la mayor parte del continente, lo que facilita el contacto con los turistas. De todos modos, el europeo es un turismo bastante concentrado, ya que más de la mitad se reduce a los países del norte, los más cercanos a Europa, porcentaje que llega al 75% si le sumamos África del Este (figura 11.2).
Este conjunto incluye a algunos de los países más desarrollados del continente, y desde luego a los destinos turísticos más maduros, principalmente Túnez, Marruecos y Egipto. Este nivel económico permite a su vez la existencia de movimientos internos e intrarregionales relativamente importantes, como lo demuestra el caso de Túnez en donde los procedentes de Libia, Argelia y Marruecos superan el millón y cuarto de visitantes (figura 11.3) de un total de algo más de 4 millones. Otros 19%
En este conjunto se incluye el litoral atlántico marroquí y todo el mediterráneo, desde la costa de Marruecos en el límite con la antigua colonia española del Sáhara Occidental hasta la península egipcia del Sinaí, en el contacto con Asia. El límite meridional lo marca el desierto del Sáhara, que en el Magreb (Marruecos, Argelia y Túnez) se encuentra separado del mar por el importante conjunto montañoso de origen alpino del Atlas, mientras que en el caso de Libia y Egipto prácticamente llega hasta la costa. Un clima cálido de tipo mediterráneo junto con un extenso litoral define, por tanto, una parte sustancial del modelo turístico de esta zona, que se adscribe en gran medida al sol y la playa, principalmente en el caso de Túnez. Pero, como no podía ser menos, esta franja costera fértil y de clima favorable frente a la aridez del inmenso desierto del Sáhara ha sido un importante foco de civilización, y aún hoy la mayor parte de la población de estos países (exceptuando el caso de Egipto en el que la arteria fluvial del Nilo ha sido el impulsor demográfico hacia el sur) se concentra en ella. Fenicios, romanos, bereberes o europeos en diferentes épocas, pero sobre todo el sustrato árabe y musulmán que hoy dota de homogeneidad a este conjunto, han ido dejando su impronta monumental y cultural, cuyo resultado es un importantísimo patrimonio de desigual aprovechamiento turístico.
Alemania 21%
Reino Unido 6% Italia 8%
Libia 16% Argelia 15%
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Francia 15%
FIGURA 11.3. Llegada de turistas a Túnez según mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
De todos modos, como queda claramente de manifiesto, el turismo europeo es predominante, aspecto aún más evidente en Marruecos (figura 11.4). De hecho, dada la cercanía, facilidad y rapidez de las conexiones marítimas (sobre todo entre España y Marruecos, pero también de Francia a Argelia o de italia a Túnez) es posible incluso trasladarse con un vehículo particular desde Europa, lo que hace aumentar el número de viajes organizados individualmente.
Estados Unidos 3%
Francia 21%
Italia 4% España 8% Otros Alemania 53% Reino Unido 8% 3% FIGURA 11.4. Llegada de turistas a Marruecos según mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
En este contexto mediterráneo se sitúan las ciudades españolas de Ceuta y Melilla. En ellas el turismo es principalmente nacional, aun cuando registran también una intensa entrada de marroquíes por moti-
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vos comerciales. Ceuta, además, es una de las puertas a África desde la península ibérica dada su rápida conexión marítima con Algeciras, así como un importante centro de turismo de compras por su condición de puerto franco (cuadro 11.1 y figura 11.5).
11.1.1. Marruecos Aun cuando la principal evocación que despierta Marruecos sea el desierto, lo cierto es que sólo una parte pequeña de él puede calificarse como tal. De hecho, ha sido descrito como un gran anfiteatro abierto sobre el Atlántico y el Mediterráneo (Mutin y Duran-Dastès, 1995), con una serie de montañas en forma de graderíos cada vez más alejados del mar. Un país, por tanto, muy variado en cuanto a recursos naturales, que van desde playas de clima mediterráneo al Sáhara, pasando por las altas cimas del Atlas. El turismo litoral tiene su máxima representación en el Atlántico, caracterizado por las enormes extensiones de costa baja y arenosa con más de 300 días de sol al año. Aquí se dirige la mayor parte del turismo internacional de litoral y gran parte del nacional, con Agadir como principal centro. Esta ciudad, destruida completamente por un terremoto en 1960, fue reconstruida ofreciendo hoy día una imagen más cercana a la de cualquier municipio turístico de Europa que a una población marroquí. En contrapartida, también es el destino mejor dotado para el turismo de sol y playa, con una importante oferta complementaria que incluye modernos alojamientos, restaurantes, deportes náuticos, golf, etc. No hay ningún otro núcleo turístico en
el litoral atlántico marroquí comparable a Agadir, aun cuando sí existe un gran número de centros balnearios de atractivo nacional por la cercana presencia de Casablanca (ciudad más grande del país y principal centro económico) y Rabat (capital administrativa). El litoral mediterráneo tiene un menor y más reciente desarrollo turístico, así como una configuración geográfica más compleja y accidentada por la presencia de las montañas del Rif. Dos son los principales centros: Tánger, una de las grandes ciudades de Marruecos y casi inevitable punto de entrada al país por barco; y Al Hoceima, la Alhucemas de los tiempos del protectorado español (no hay que olvidar que en su bahía hay tres islas que aún permanecen bajo soberanía española), principal centro turístico del Mediterráneo con aeropuerto internacional y una importante infraestructura hotelera que incluye un resort del Club Mediterranée. El otro recurso estrella del país es el cultural-monumental. Los centros que concitan más atención son, sin duda, las ciudades imperiales de Marrakech, Fez y Mekinez, todas ellas con atractivo suficiente como para convertirse en destino único. Sin embargo, el modo de aprovechamiento turístico más habitual son los circuitos, ya sean individuales u ofrecidos por agencias. Éstos incluyen, junto con las anteriores, otras ciudades como Tánger, Tetuán o Salé, y conjuntos arqueológicos como el romano de Volúbilis. Eso, sin olvidar Casablanca y Rabat, que a su patrimonio (aunque menor que el de las tres citadas en primer lugar) unen el hecho de ser respectivamente la capital económica y política del país, lo que genera también turismo de negocios y profesional.
CUADRO 11.1 División funcional del África Mediterránea Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Marruecos
Repartido por todo el territorio. Significativo turismo internacional e incipiente nacional
Turismo de sol y playa Turismo cultural Turismo de naturaleza y deportivo
Túnez
Turismo consolidado de carácter masivo para la escala africana en el litoral, y enclavado en el resto. Importante turismo internacional
Turismo de sol y playa Turismo cultural, de naturaleza y deportivo
Resto del litoral mediterráneo
Turismo escaso, enclavado y de carácter nacional
Turismo de sol y playa Turismo cultural
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FIGURA 11.5. El espacio turístico del África Mediterránea.
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Pero no sólo la arquitectura monumental, sino también la popular con lo intrincado del urbanismo árabe, es un atractivo en este país. Al norte, en las relativamente húmedas montañas del Rif, pequeñas ciudades blanqueadas como Chechaouen suponen un gran atractivo. Por el contrario, en las zonas montañosas del Anti-Atlas o al sur del Alto Atlas son ya poblaciones de aspecto sahariano las que concitan la atención, como Tafraute o Ouarzazate, con la ciudadela fortificada de Taurit. En cuanto al turismo deportivo y de aventuras, tiene su espacio fundamental en el Atlas. La gran montaña marroquí cuenta con significativos recursos para el senderismo y la escalada, con picos como el Toubkal por encima de 4.000 m y varios que superan los 3.000; así como estaciones de esquí que atraen principalmente al turismo nacional. Cimas nevadas y extensos bosques de cedros ofrecen un paisaje sorprendente para el turista escasamente avisado, que se complementan con otros paisajes más esperados como las encajadas gargantas (Dades) u oasis como los de Zagora y Erfoud, antesala del gran desierto.
11.1.2. Túnez Mientras que Marruecos muestra recursos muy variados, Túnez, el segundo destino de África, es mucho más monotemático, ya que aproximadamente el 90% es turismo costero atraído por el sol y playa (Burton, 1997). Así, si se comparan las figuras 11.3 y 11.4, puede comprobarse que también es mucho más diversificada la procedencia de los turistas en Marruecos que en Túnez, donde entre cuatro emisores (Alemania, Francia, Argelia y Libia) copan casi el 70% de las entradas. Otra gran diferencia con su vecino marroquí estriba en el modo de organización de los turistas europeos, dado que un alto porcentaje (aproximadamente el 80%) llega a este país con un paquete turístico de un touroperador y en chárter vía Túnez o Monastir, un aeropuerto especialmente construido para acoger este tipo de vuelos. Túnez es, por tanto, el equivalente africano del turismo de masas estandarizado tan habitual en las riberas del Mediterráneo norte. Pero lo que verdaderamente define el desarrollo tunecino ha sido el impulso recibido vía gubernamental a través del Ministerio de Economía y la Oficina Nacional de Turismo, mediante una serie planes quinquenales que en los últimos tiempos están ten-
diendo hacia una mayor colaboración, en forma de partenariado, entre la administración pública y el sector privado. Al éxito de esta política voluntarista ha contribuido el hecho de que Túnez sea el país más estable de todo el norte de África, lo que permite satisfacer a los europeos su necesidad de exotismo controlado y seguro que antes buscaban en países de la ribera norte del Mediterráneo. Esta estrategia se inició a principios de los años sesenta, aunque es a partir de los setenta y durante los ochenta cuando se construyen la mayor parte de los alojamientos y resorts; con enormes crecimientos que según el Ministerio de Turismo han llevado hasta las 200.000 plazas a finales de los noventa. Durante la mayor parte del período casi todas las inversiones se dirigieron al turismo litoral, produciéndose un desarrollo importantísimo en tres zonas diferenciadas (Burton, 1997): • Desde la frontera de Argelia hasta Cap Bon se extiende la denominada Costa de Coral. Es la zona menos desarrollada y con menor capacidad de alojamiento del litoral, eso a pesar de encontrarse en ella la capital. • La Costa Oeste, desde Cap Bon hasta el golfo de Gabes, es la más desarrollada turísticamente (más del 60% del alojamiento), pues en ella se encuentran los principales destinos del país (Hammamet, Susa, Monastir) y un importante número de centros turísticos construidos en sus alrededores, algunos de los cuales pueden considerarse modélicos en cuanto a su aspecto estético y a la calidad y cantidad de su oferta complementaria y recreativa (Port El Kantaoui). • La costa sur comprende desde el golfo de Gabes hasta la frontera con Libia. Es la segunda gran zona turística con aproximadamente un 18% del alojamiento, y posiblemente la de mayor calidad. La isla de Djerba, hoy convertida en península al contar con acceso viario, es el principal centro. Los planes del gobierno tunecino a partir de los años noventa están intentando difundir parte del turismo litoral hacia el interior, para así también repartir los beneficios económicos que esta actividad comporta y construir productos más complejos. De este modo, núcleos históricos, monumentales y religiosos como la ciudad de Kairouam o los restos romanos de Cartago se están incorporando en la modalidad de day-trip.
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El mismo proceso está experimentando el Gran Sur, ya plenamente desierto pero que incluimos junto con la zona mediterránea, pues, a diferencia de lo que sucede en Marruecos, Argelia o Egipto, raramente es destino único sino que se visita siempre en circuitos que tienen como base principal el litoral. Las principales atracciones del interior tunecino son, entre otras, el pueblo troglodita de Matmata, oasis como Nefta o Tozeur y el gran lago salado de Chott El Jerid, así como recorridos de aventura en 4 × 4 por las zonas de desierto de arena.
11.1.3. El litoral Mediterráneo de Argelia, Libia y Egipto Hemos incluido en un conjunto el litoral mediterráneo de estos tres países porque, a pesar de no haber continuidad física entre ellos (Túnez se interpone entre Argelia y Libia), se trata de la franja costera al Mare Nostrum con menor uso turístico, y sobre todo con una menor presencia de extranjeros. Sin embargo, las causas que explican este reducido desarrollo turístico no son las mismas. Argelia y Libia son países con grandes reservas de combustibles fósiles, principalmente gas y petróleo, de donde obtienen la mayor parte de sus divisas y a partir de los cuales han iniciado importantes procesos de industrialización. Esto ha supuesto que el turismo quede en un segundo lugar frente a sus vecinos marroquíes y tunecinos que no contaban con esos recursos energéticos; pero mientras que en Argelia se intentó desarrollar el turismo a principios de los ochenta, coincidiendo con la caída de los precios del petróleo, el estado libio, con un importante peso islamista, ha rechazado siempre esta posibilidad. En cuanto a Egipto, es uno de los gigantes turísticos de África, pero la zona del Mediterráneo es la que menos peso tiene en este sector, acogiendo principalmente un turismo nacional. El litoral mediterráneo argelino es una reducida franja que, al igual que en sus vecinos del este y del oeste, queda separada del desierto por el Atlas. Así, a pesar de ser el segundo país en extensión de África tras Sudán, tan sólo la estrecha banda del Atlas Tellien, el 9% de la superficie nacional pero la zona más húmeda y fértil, acoge al 90% de la población. Como se comentó, en la década de los ochenta se comenzaron programas para desarrollar el turismo, consistentes en la promoción de una serie de resorts aislados pero cerca de los principales núcleos.
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Desgraciadamente, los esfuerzos por desarrollar el sector se han visto seriamente empañados por el crecimiento del integrismo islámico a principios de los noventa, que ha sumido al país en una guerra civil más o menos encubierta con los intereses turísticos como uno de los principales objetivos de los terroristas. El resultado ha sido un continuo descenso de las cifras de visitantes desde finales de los ochenta, de tal modo que la mayoría de las entradas desde el extranjero (86%) son de argelinos residentes en Europa. En cuanto a Egipto, su evocación turística más poderosa se corresponde, sin duda, con los restos faraónicos, y sólo recientemente se están incorporando, en un intento por diversificar su producto y atractivo, recursos y destinos litorales. Sin embargo, en este contexto de promoción del turismo costero no ha sido el Mediterráneo la zona más favorecida, sino el Mar Rojo y la península del Sinaí, quedando la costa norte egipcia al servicio del turismo interno. El principal núcleo turístico de esta zona es Alejandría, la gran ciudad del delta del Nilo pero que ocupa una posición excéntrica dentro de él. Fundada por Alejandro Magno, no comparte el pasado faraónico con el resto del país, lo que no quiere decir que esté exenta de atractivos. Además, es la segunda ciudad en población e importancia económica de Egipto, con lo que atrae también turismo de negocios. Aunque la propia ciudad dispone de playas turísticas y de algún centro costero muy cercano, los principales se localizan hacia el oeste, fuera ya del delta. En cuanto a la zona del delta, al este de Alejandría y hasta el Canal de Suez, pueden destacarse Rosetta, Damieta o Port Said, todas ellas para el turismo interno. De todos modos, no hay que olvidar que en esta última ciudad comienza el Canal de Suez, lo que conlleva un importantísimo tráfico náutico y una gran cantidad de visitas ligadas a él.
11.2. Las Islas Canarias y Madeira Aunque africanas tanto por su localización como por sus características físico-ecológicas y climáticas, lo cierto es que desde el punto de vista sociopolítico y económico las Canarias y Madeira son claramente un territorio europeo. En este contexto, su turismo tiene muy poco que ver con el de África, acercándose mucho más a la modalidad litoral existente en el Mediterráneo norte. Sin embargo, su clara especifici-
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Parte III: Las regiones turísticas
dad geográfica imprime importantes diferencias a su sector turístico frente al del resto de Europa en general y al de España y Portugal en particular (cuadro 11.2 y figura 11.6). En Canarias, su lejanía de los centros emisores de Europa Occidental conllevó una más tardía incorporación al turismo de masas litoral que el resto de los litorales cálidos de la península ibérica. Además, la mayor carestía del desplazamiento y la obligatoriedad de utilizar el transporte aéreo han ligado a este archipiélago desde un principio a la modalidad de paquete turístico y de los vuelos chárter, penalizando los desplazamientos individuales. En clara contrapartida frente a la desventaja que en cierta medida ha supuesto la lejanía, se encuentran sus características climáticas. A pesar de las grandes diferencias entre las islas y en el interior de algunas de ellas (debido fundamentalmente a diferencias de altitud y exposición), lo cierto es su situación geográfica conlleva de forma general la existencia de un clima subtropical con temperaturas moderadas a lo largo de todo el año y escasa amplitud térmica, lo que ha evitado la tan común estacionalidad de los típicos modelos de sol y playa europeos. incluso, en sus inicios de los años sesenta y hasta hace relativamente poco el turismo canario tenía un máximo de frecuentación en invierno, dado que se había configurado como un modelo elitista para las clases medias-altas y altas que encontraban en la temporada invernal un destino cálido y con un cierto grado de exotismo, pero
con niveles de confort y seguridad a estándares europeos. Sólo cuando Canarias empieza a ser asequible para las clases medias, y muy concretamente para las del resto de España, los ritmos de trabajo y vacaciones que privilegian claramente los viajes en verano han ido igualando las pautas de frecuentación, de tal manera que ahora se encuentran prácticamente equilibradas las temporadas de invierno y verano. Este proceso de popularización del destino Canarias (que ha llevado a superar los 8 millones de turistas) provocó, asimismo, otros cambios importantes desde el punto de vista geográfico. Por un lado, en las islas que primero iniciaron su desarrollo (Tenerife y Gran Canaria) conllevó un desplazamiento del turismo desde el norte, húmedo y nuboso por efecto de los alisios, hacia el sur seco y soleado; y por otro, incorporó al turismo de masas islas que hasta entonces habían quedado al margen. Actualmente, en Tenerife los núcleos más desarrollados están al norte (en el litoral de La Orotava, con el Puerto de la Cruz como ciudad más destacada) y al sudoeste (con los centros de Playa de las Américas, Los Cristianos, Costa del Silencio, El Médano, etc.); mientras que en Gran Canaria el turismo se centró primero en el barrio de las Canteras de la propia capital, para irse poco a poco desplazando hacia las grandes playas del sur (Playa del inglés, Maspalomas, Puerto Rico y Puerto de Mogán). En cuanto a los crecimientos más recientes, destaca el rápido progreso de las islas de Lanzarote (Tías, Teguise) y Fuerteventura (zonas de Corralejo y
CUADRO 11.2 División funcional de las Islas Canarias Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Tenerife y Gran Canaria
Turismo muy intensivo y maduro tanto nacional como internacional. Alojamiento masivo en el norte y sur de las islas
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza ligado a espacios protegidos Turismo de negocios y compras
Lanzarote y Fuerteventura
Turismo masivo reciente, bastante enclavado en el litoral
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza ligado a espacios protegidos
La Palma, La Gomera y El Hierro
Turismo incipiente con desarrollos puntuales
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza y rural
Madeira
Turismo intenso pero inferior al de Canarias
Turismo de Sol y Playa Turismo de naturaleza
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399
FIGURA 11.6. El espacio turístico de las Islas Canarias.
Capítulo 11: África
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Parte III: Las regiones turísticas
Puerto del Rosario), que les ha llevado a superar el millón de turistas anuales. El segundo gran atractivo del archipiélago canario es la naturaleza, principalmente por su origen volcánico y por una vegetación claramente diferenciada que, sobre todo en las islas más occidentales, alcanza en el bosque de laurisilva su máxima expresión. Esta especificidad natural frente al resto de España ha supuesto la declaración de cuatro parques nacionales y un gran número de espacios protegidos de otras categorías; pero para la mayor parte de los turistas la naturaleza no es más que un recurso complementario al litoral que se utiliza en forma de day-trip, dada la facilidad de entrada a algunos de los puntos más emblemáticos. Así sucede, por ejemplo, en el parque nacional de las Cañadas del Teide (más de 3 millones de visitantes en 1998), cuyo gran volcán de más de 3.700 m de altitud es fácilmente alcanzable con un teleférico; o en el gran conjunto volcánico del parque nacional de Timanfaya, en Lanzarote, con un millón y medio de visitantes. Quizá sea en las islas más occidentales (La Palma, La Gomera y El Hierro), que habían quedado al margen del turismo litoral de masas, donde la naturaleza esté alcanzando una mayor importancia como recurso independiente ligado a un modelo vacacional de menor densidad, más individualizado y menos estandarizado. El mejor ejemplo es el parque nacional de Garajonay, excepcional representación del bosque de laurisilva en La Gomera, que a finales de los noventa tenía aproximadamente medio millón de visitantes en una isla que, sin embargo, no es un gran destino de litoral. También las compras a bajo precio, por la condición de zona franca de las Canarias, se han convertido en un atractivo, especialmente para el turismo español. Los productos más habituales son los objetos electrónicos, el tabaco y los licores; y las zonas más desarrolladas algunos barrios de las ciudades de mayor tamaño, principalmente de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. En cuanto a la portuguesa isla de Madeira, situada también en el océano Atlántico frente a las costas africanas, tiene unas características físicas y un desarrollo turístico en cierta medida parecido al de Canarias, aunque de una importancia cuantitativa y cualitativa muy inferior. En la actualidad es el tercer gran destino de Portugal, tras el Algarve y la región de Lisboa (Burton, 1997), a pesar de los importantes problemas de incomunicación que tradicionalmente ha
tenido, y que tan sólo se han superado, y no totalmente, tras la apertura del aeropuerto de Funchal. El turismo en esta isla es fundamentalmente litoral, apoyado en una climatología muy suave de inviernos templados. Esto le permite tener, al igual que sucede en las Canarias, dos temporadas turísticas, con lo que la estacionalidad es muy reducida. En invierno, sus principales clientes son europeos procedentes del norte del continente, entre los que destacan los escandinavos. Por el contrario, durante el verano predominan los turistas procedentes de la península ibérica, portugueses preferentemente, pero también españoles. Otro mercado muy importante para Madeira es el británico, dadas las tradicionales relaciones comerciales de Gran Bretaña con la isla, centradas en torno al vino.
11.3. El Sáhara y el Sahel Aproximadamente entre los 12º y los 32-33º de latitud Norte, y desde la costa atlántica en el Oeste hasta el Mar Rojo en el Este, se extiende una amplísima franja de terreno cuyo referente común es la aridez. Una primera y ancha banda septentrional es el pleno dominio del desierto del Sáhara, el más grande del mundo. Al sur de éste se sitúa el Sahel, zona semiárida de límites inciertos cuyas principales características físicas son las lluvias escasas y concentradas en verano, la amplitud de las temperaturas anuales y la alternancia de años secos y húmedos con frecuentes épocas de sequía (cuadro 11.3 y figura 11.9). Desierto geográfico y desierto turístico podría ser el resumen de la situación actual de esta zona, de algunos de cuyos países ni tan siquiera es posible encontrar en las fuentes de la OMT datos de la llegada de turistas. Hay que destacar claramente la obvia excepción del Egipto faraónico, que con más de tres millones repartidos principalmente en el eje del Nilo y en el Mar Rojo es el gran destino de este vasto conjunto. El resto de los países están todos por debajo de los 200.000 turistas. De todos modos, debe matizarse el caso de Eritrea, que superaba las 400.000 entradas anuales hasta el 97, más de la mitad de los cuales eran etíopes dado que desde la separación de ambas naciones en 1993 aquél es la principal salida al Mar Rojo que le queda a Etiopía. Sin embargo, en el 1998 la cifra de visitantes se ha visto reducida a mucho menos de la mitad, pues los nuevos conflictos entre ambos estados a finales de los noventa han
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Capítulo 11: África
reducido drásticamente las entradas de etíopes. Por tanto, los 140.000 turistas de Burkina Faso en 1998 pueden considerarse todo un mundo en comparación con los 18.000 de Níger o los 12.000 del Chad. Otras características de esta zona, de nuevo con la excepción egipcia, son por un lado la enorme fragmentación de los flujos, sin que existan uno o dos claramente dominantes en casi ningún estado; y por otro el predominio del turismo africano de corto radio (figura 11.7), por lo que al tratarse de países con escaso nivel de renta puede concluirse que la mayor parte de los movimientos se deben a motivos comerciales y de intercambio. Esto es muy evidente en las naciones que sirven de salida al mar de aquellas no costeras o que deben ser atravesadas para alcanzar el litoral, como el ya comentado ejemplo de Eritrea o el de Burkina Faso. En cuanto al turismo procedente de fuera de África, aunque generalmente escaso, sigue unas pautas muy definidas. En casi todos el primer emisor no africano es la antigua potencia colonial: Francia en toda la zona occidental (integrada en la antiguamente denominada África Occidental Francesa) y en Argelia, británicos en Gambia, e italianos en Eritrea. Sólo Egipto, como una gran potencia turística, recibe flujos diversificados y más relacionados con los grandes emisores mundiales que con los lazos establecidos vía colonial o los movimientos comerciales de cercanías (figura 11.8).
Otros 26%
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Francia 32%
Resto de África 14%
Costa de Marfil Malí 15% Senegal 8% 5% FIGURA 11.7. Llegadas de turistas a Burkina Faso según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
Alemania 14%
Otros 18%
Italia 13%
Países Árabes 26%
Francia 8%
Israel 10%
Reino Unido 11%
FIGURA 11.8. Llegadas de turistas a Egipto según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
11.3.1. El desierto del Sáhara Repartido entre gran cantidad de países, resulta imposible saber los turistas que atrae este gran desierto. Más fácil, sin embargo, es atender a las
CUADRO 11.3 División funcional del Sáhara y el Sahel Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
El Sáhara
Uso muy extensivo y puntual en los bordes del desierto
Turismo de aventuras Turismo de naturaleza
Egipto faraónico
Uso intensivo a lo largo del Nilo, e incipiente y enclavado en el Mar Rojo y el Sinaí. Turismo internacional e incipiente nacional
Turismo cultural Turismo de sol y playa, naturaleza y aventuras Turismo de negocios
El Sahel
Turismo muy escaso y enclavado. Destaca presencia de los movimientos intrarregionales
Turismo cultural Turismo de naturaleza Turismo de intercambio Turismo étnico
El Sahel marítimo
Significativo turismo internacional en la costa. Puntual y extensivo al interior
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza Turismo étnico
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 11.9. El espacio turístico del Sáhara y el Sahel.
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Capítulo 11: África
motivaciones. Desde los que tan sólo llegan a las “ciudades puerto” de Marruecos o Argelia (denominadas así por su similitud con los puertos de mar a partir de los cuales había que realizar una gran travesía para llegar a la otra “orilla”) hasta los más atrevidos que lo cruzan de norte a sur, pasando por aquellos que se internan en él en viajes de ida y vuelta que no atraviesan fronteras nacionales, es el recuerdo de las caravanas que lo recorrían en el pasado el principal referente turístico. De hecho, los tuaregs son uno de los grupos étnicos de los que más referencias turísticas existen, a pesar de que su territorio se encuentran hoy dividido entre varios países y no resulta fácilmente transitable. Los paisajes que más atractivo concitan son los grandes erg o desiertos de dunas (que ocupan, frente a lo que se suele pensar, una porcentaje reducido del Sáhara) y los oasis. Así sucede en Marruecos, donde las ciudades puerto de Zagora o Erfud permiten adentrarse en algunas de las principales zonas de desierto de arena con que cuenta este país, como por ejemplo el Erg Chebbi. Más espectacular es el caso argelino, uno de los estados con mayor superficie de desierto y en el que se encuentran algunos de sus paisajes más atractivos, como los Erg Occidental y Oriental y el macizo volcánico del Hoggar. Si a esto le sumamos una serie de interesantes oasis como los de las regiones de M’Zab o de la Saura y la ciudad de Tamanrasset (en la cordillera del Hoggar), la población de importancia más meridional de Argelia y uno de los principales centros caravaneros del Sáhara, tenemos el país más adecuado para visitar el desierto desde Europa antes de que surgiesen los problemas con el islamismo extremista. Por el contrario, las visitas al desierto desde los países de su margen sur son menos habituales, no en vano éstos reciben una cifra menor de turistas que los del norte al encontrarse más alejados de los principales núcleos emisores. Además, los circuitos en Malí o Níger no suelen ir más al norte de Tomboctú o Agadez respectivamente; a pesar de que desde esta última ciudad pueden alcanzarse interesantes zonas del Sáhara como el Teneré o el macizo de Aïr.
11.3.2. El Egipto faraónico Egipto, el tercer destino africano con cerca de cuatro millones de visitantes en 1997 tiene, además, una estancia media relativamente elevada, en torno a los
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siete días. Esto se debe a su enorme riqueza cultural, la principal motivación de las llegadas, que hace que la mayor parte de las visitas no se restrinjan a un solo destino sino que se organicen circuitos culturales a lo largo del río Nilo. De hecho, si la tradición consideraba a Egipto un regalo del Nilo por el contraste entre la fertilidad de sus orillas y la extrema sequedad del resto del territorio, hoy día el gran río africano y su riqueza monumental sigue dirigiendo otra de las principales fuentes de ingresos del país: el turismo. Además, y como pudo verse en la figura 11.8, los visitantes a Egipto están enormemente diversificados en cuanto a su procedencia. Si el grupo más importante es el de Europa Occidental, con un 49% destaca también el de los países árabes, saudíes a la cabeza, con un 26%. incluso hay que subrayar la entrada de unos 300.000 israelíes, dado que Egipto fue el primer país árabe que firmó la paz con el estado judío. Sin embargo, y aunque en los últimos años el turismo egipcio se está recuperando, ha sufrido importantes momentos de crisis motivados por la inestabilidad de la zona, como la guerra del Golfo a principios de los noventa que retrajo las entradas de norteamericanos y, sobre todo, los atentados islamistas contra intereses turísticos. A pesar de que este problema parece haber sido controlado, y de que el sector se está recuperando, siguen existiendo algunas restricciones al movimiento de los viajeros. El Cairo, la ciudad más grande de África, no es sólo la puerta de entrada para la mayor parte del turismo cultural internacional, sino que por su importancia económica también es uno de los más destacados centros de negocios del norte del continente. A pesar de su riqueza patrimonial, de la que pueden destacarse el Museo Egipcio, los monumentos coptos e islámicos y sus bazares (principalmente el de Khan elKhalili), son los alrededores de la gran metrópoli los que concitan la mayor parte de las miradas. Así, los principales puntos de afluencia de turistas están en los enormes conjuntos arqueológicos del imperio Antiguo, entre los que destacan la Meseta de Giza (con las pirámides de Keops, Kefrén y Miquerinos y la famosa Esfinge); el conjunto de Saqqara con la pirámide escalonada de Zoser; o la ciudad de Menfis, con el coloso de Ramsés ii. La segunda gran zona monumental se sitúa en el valle medio del Nilo entre Karnak y Luxor (la antigua Tebas), donde se concentra un alto porcentaje de los restos egipcios. Sus principales recursos son algunos de los mayores templos (Karnak, Luxor y el de la
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Parte III: Las regiones turísticas
reina Hatchepshut) así como el Valle de los Reyes y el de las Reinas. Finalmente, la tercera gran área arqueológica y turística es la de Asuán, en el entorno de la gran presa que forma el denominado Lago Naser. En ella destacan la ciudad de Asuán, la isla Elefantina que divide el río en dos brazos y, sobre todo, los grandes templos de Abú Simbel, excavados en la roca y que tuvieron que ser trasladados para que no quedasen bajo las aguas del embalse. La conexión entre El Cairo y los otros principales centros turísticos es posible en tren, carretera o avión. Sin embargo, es muy habitual recorrer el Nilo en cruceros que permiten magníficas vistas por las zonas rurales en torno al río, y la visita a otros conjuntos monumentales igualmente importantes pero más aislados (por ejemplo Tell El Amarna). En los últimos años, para diversificar su producto tradicional, y en cierta medida también para alejar a los visitantes de algunas de las áreas más pobladas y conflictivas, la administración egipcia está dotando y promocionando nuevos destinos. Destacan los centros litorales del Mar Rojo, con Hurghada como principal estación balnearia, que al turismo tradicional de sol y playa unen su patrimonio monumental y, sobre todo, el submarinismo por los arrecifes coralinos. El segundo polo en crecimiento es el Sinaí, con atractivos como los núcleos litorales, la posibilidad de trekkings de montaña o desierto, y la visita a significativos centros religiosos como el monasterio de Santa Catalina o el monte donde según la leyenda Moisés recibió las Tablas de la Ley.
11.3.3. El Sahel Si exceptuamos Nigeria (uno de los mayores productores de petróleo) y en cierta medida Camerún, el resto de los países que en todo o en parte se integran en esta zona pertenecen al grupo de los más pobres del mundo, lo que explica las exiguas cifras de turistas dadas las dificultades al desplazamiento y la escasez de servicios y promoción. Pero esto no es sinónimo de escasez de recursos, dado que a los naturales y étnicos hay que unirles, sobre todo en la parte occidental, el patrimonio monumental heredado de los grandes imperios medievales que se desarrollaron en esta zona. Por tanto, con la unión de estabilidad socioeconómica y promoción se podrían conseguir crecimientos relativamente rápidos.
Malí podría servir como ejemplo de la abundancia de atractivos y patrimonio, con ciudades como Tomboctú, Djenée (ambas con su característica arquitectura sudanesa de arcilla), Mopti o Gao; grupos étnicos que han concitado gran atracción, como los dogones; y recursos de naturaleza y aventura en el río Níger. Pero también la fauna africana más típica y deseada por los turistas empieza a hacer aquí sus primeras apariciones, en reservas como el parque nacional Deux Bales (Burkina Faso) o al de Waza en el Extremo Norte de Camerún, el más visitado de esta nación. A excepción de Nigeria, donde la zona más visitada es el litoral y no el norte saheliano, el país con más turistas es Burkina Faso, aun cuando la mayor parte sean intrarregionales (ver figura 11.7). De hecho, una característica común a esta área es el predominio de las entradas desde países cercanos, lo que unido al escaso nivel de vida de casi todos ellos impide incluir la mayoría de estos movimientos entre los viajes de placer y ocio, e incluso entre el turismo de negocios en su acepción más tradicional. Los europeos, el segundo mercado en Burkina y Níger y el primero en Malí, visitan la zona mediante paquetes concertados con touroperadores, dada la escasez de servicios y la dificultad de contratarlos a larga distancia.
11.3.4. El Sahel Marítimo Las cuencas de los ríos Senegal (que separa el estado homónimo de Mauritania) y Gambia dan nombre a dos países situados sobre planicies onduladas y suavemente inclinadas al Atlántico, con el segundo totalmente embutido en el primero en razón de la diferente colonización, francesa y británica respectivamente. Son, además, los dos principales países turísticos de la zona noroeste, no sólo por el número de entradas (teniendo además en cuenta que ambos, especialmente Gambia, son muy pequeños) sino también por la diversidad de sus visitantes y la complejidad de sus productos frente a los flujos comerciales que predominaban, por ejemplo, en Burkina Faso. La razón estriba en una acción voluntarista por parte de los dos estados y, sobre todo, en la larga estabilidad sociopolítica conseguida desde su independencia. Como puede verse en la figura 11.10, predominan los visitantes europeos con la antigua potencia colonial siempre en primer lugar (por tanto, en Gambia destaca el turismo del Reino Unido),
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Capítulo 11: África
para quienes Senegal y Gambia son destinos litorales cálidos y de lujo con un alto grado de exotismo. Además, al igual que en la fachada guineana que se analizará más abajo, cuentan con la ventaja de una escasa amplitud térmica y de que la temporada seca sea el invierno, complementando por tanto la estacionalidad del Mediterráneo.
Países de África 24%
Benelux 4% Otros 8%
sol y playa de estos países puede ser completado en la oferta de los touroperadores con otros atractivos como la visita a pueblos costeros, el turismo étnico y la observación de fauna en el interior o en las zonas pantanosas.
11.4. África ecuatorial húmeda: la Costa Atlántica y la Cuenca del Congo
Italia 5%
Estados Unidos 4%
405
Francia 50%
Alemania 5%
FIGURA 11.10. Llegadas de turistas a Senegal según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1996).
En Senegal la mayor concentración de infraestructuras turísticas se encuentra en Dakar, la capital, con sus playas, el Lago Rosa y la cercana isla de Gorée, declarada Patrimonio de la Humanidad en recuerdo de los miles de esclavos que desde ella fueron embarcados hacia América. Existen, además, dos puntos más de turismo litoral: La Pequeña Costa (Petite Côte), unos 80 km al sur de Dakar con resorts que incluyen hoteles de lujo con golf; y la zona del río Casamance, entre Gambia y Guinea-Bissau, que como se vio en el capítulo 8 cuenta también con proyectos de desarrollo de turismo étnico. Así, el tradicional producto de
En este epígrafe se incluye la fachada atlántica aproximadamente entre las latitudes de 10º al norte y sur del Ecuador. Se caracteriza, siguiendo a R. Méndez y F. Molinero (1998), por el clima ecuatorial hiperhúmedo con escasa amplitud térmica a lo largo del año (entre 25º y 27º de media) y altísimas precipitaciones; y como formación vegetal por la selva ombrófila o siempreverde de gran potencia. Sin embargo, este dominio climático ecuatorial puro no se da en toda la zona que tratamos, pues se va degradando a medida que nos alejamos del ecuador convirtiéndose en un clima subecuatorial con la existencia de una estación seca de corta duración. El Valle del Rif y la región de los grandes lagos marcan el límite oriental, por lo que el este montañoso de la República Democrática del Congo se encuadra en otro apartado (cuadro 11.4 y figura 11.11). A pesar de los importantes recursos de todo tipo el turismo es relativamente escaso, y desde luego no existe ningún gran receptor como sucedía en las zonas mediterránea y sahariana. La mayoría de los países no superan los cien mil turistas, y vuelve a ser muy habitual el hecho de que gran parte de las entradas
CUADRO 11.4 División funcional del África ecuatorial húmeda Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Fachada guineana
Uso turístico escaso, incipiente y muy enclavado. Importante presencia de movimientos cercanos no ligados al ocio
Turismo de sol y playa Turismo de negocios Turismo de naturaleza Turismo étnico
Costa atlántica centroafricana
Turismo escaso y generalmente obligado
Turismo de negocios Turismo de naturaleza
Cuenca del Congo y África Central
Turismo muy escaso e incluso en retroceso
Turismo de naturaleza Turismo de aventuras
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 11.11. El espacio turístico del África ecuatorial húmeda.
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Capítulo 11: África
procedan de otros estados africanos cercanos, en movimientos más o menos obligados de comercio o salida al mar. Peor es la situación en las naciones sometidas a conflictos bélicos. Es, por ejemplo, el caso de Sierra Leona, Liberia, el Congo o la República Democrática del Congo (antiguo Zaire), ninguno de los cuales supera los 50.000 turistas a pesar de sus variadísimos recursos, sobre todo de los dos últimos. De hecho, las escasas entradas son generalmente obligadas y no por motivos de ocio y placer, concentrándose en la franja litoral pues es aquí donde están las capitales y las principales ciudades.
11.4.1. La fachada guineana El mejor ejemplo de existencia de un cierto sector turístico en esta zona apoyado en la estabilidad es Costa de Marfil, país próspero y que al menos hasta el año 2000 no había sufrido grandes convulsiones, lo que le ha permitido construir un producto relativamente complejo que atrae una clientela diversificada (figura 11.12) y superior a los 300.000 turistas en 1998. La entrada se realiza generalmente a través de la moderna ciudad de Abiyán, denominada por su localización la “Perla de la Laguna”; y los principales destinos, construidos en gran medida con inversiones de origen francés (Club Mediterranée entre otros), son los resort de la costa este (San Pedro, Sasandra, Grand Lahoe) situados en los cordones arenosos cubiertos de cocoteros que separan las lagunas interiores del océano Atlántico. Hacia el oeste de Abiyán los núcleos costeros están menos desarrollados, aunque destaca Grand Bassan, la antigua capital colonial. En visitas de day-trip desde el litoral o bien en recorridos más complejos se incluyen varios espacios pro-
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tegidos de selva o de sabana que permiten observar la flora y la fauna (Parque Nacional de la Comoe, Parque Nacional de Tai, etc.) y alojarse en los típicos lodges de ambiente africano; así como entrar en contacto con las costumbres de algunos de los grupos humanos repartidos por todo el país (Reino Agni, País Senoufo, País Baoule, etc.). Aunque de más que dudoso gusto, no es posible olvidarse de Yamoussoukro, a 250 al norte de Abiyán y elegida capital administrativa por ser el lugar de nacimiento del presidente, en la que se ha construido una basílica de enorme tamaño réplica de San Pedro de Roma. Ghana es el otro destino de este conjunto que supera los 300.000 visitantes, con un producto y recursos parecidos a los de Costa de Marfil, mientras que el resto presentan frecuentaciones muy inferiores. Pero dado el pequeño tamaño de muchos de estos países, es muy habitual que las agencias ofrezcan viajes combinados entre varios de ellos. Muy diferente es el caso de Nigeria, el país más poblado de África. A pesar de su enorme variedad étnica, cultural y religiosa, que le convierten en un auténtico mosaico, y de la diversidad de sus paisajes que van desde un litoral similar al de Costa de Marfil hasta el ya comentado Sahel en el norte, Nigeria tiene el problema de haber sido hasta hace poco una dictadura con una transición a la democracia todavía muy inestable. Aun así, es con mucho el principal destino turístico de la zona con más de 600.000 entradas en 1998, pero debidas sobre todo a la cantidad de comunicaciones y contactos que requiere su gran riqueza petrolífera. De hecho, la mayor parte de los servicios se concentran en ciudades como Lagos, el principal centro financiero, ibadán, o Abuja, su capital administrativa.
11.4.2. La costa atlántica centroafricana Senegal 6%
Benín 5%
Nigeria 5%
Estados Unidos 7%
Otros 13% Malí 6%
Francia 28%
Resto africanos 22%
Burkina Faso 5%
FIGURA 11.12. Llegadas de turistas a Costa de Marfil según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1998).
La costa al sur del golfo de Guinea es mucho menos frecuentada que la anterior, debido a los ya comentados conflictos que recientemente han asolado los dos Congos. Pero esta escasa vitalidad es común a otros países de la zona como Guinea Ecuatorial o el archipiélago de Santo Tomé, que presentan escasos niveles turísticos por motivos variados: inestabilidad, ausencia de servicios y promoción, dificultades de comunicación, etc. Camerún, un país de configuración muy artificial desde el punto de vista físico, y quizá por eso muy
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Parte III: Las regiones turísticas
variado (su publicidad turística mantenía el lema de “Toda África en Camerún”), escapa algo a esta tónica con sus más de 130.000 turistas. En muchos casos la puerta de entrada no es la capital, Yaundé, que se encuentra algo al interior, sino la costera Doula, la principal ciudad. Desde cualquiera de ellas se organizan circuitos que incluyen destinos hacia la costa sur como Kribi (zona de pigmeos) y sus playas; mientras que hacia el litoral norte destaca un recurso claramente diferenciado: el monte Camerún, que con sus más de 4.000 m es el punto más alto del África Occidental. De todos modos, estos recorridos por la zona costera y central húmeda se completan siempre hacia el interior, y muy habitualmente fuera de la zona ecuatorial hasta el ya comentado parque nacional Waza, en el árido Extremo Norte del país. Gabón es el otro destino del litoral atlántico que se acerca a los 200.000 turistas en 1998. Presenta unas pautas de frecuentación en cierta medida parecidas a Nigeria, ya que cuenta con grandes reservas de petróleo. Esto le convierte en uno de los países más prósperos de África, pero también en un destino mucho más caro en comparación con sus vecinos que ofrecen recursos parecidos (Lee, 1991).
11.4.3. La Cuenca del Congo y África Central La enorme cuenca del Congo es una cubeta de tierras bajas ocupadas por una densa e impenetrable selva ecuatorial, accesible remontando los grandes ríos entre los cuales destaca el que da nombre a toda esta zona y que es el segundo más caudaloso del mundo. Quizá sea la parte de África que, junto con las fuentes del Nilo, mayor misterio y desconocimiento ha presentado para los europeos; desconocimiento que hoy se ha trasladado al turismo al tratarse, a pesar de su inmenso tamaño y atractivo, de una de las áreas menos visitadas. La pobreza y las guerras retraen a los turistas, no en vano una de las últimas guías de la editorial Lonley Planet abre sus capítulos dedicados al Congo con la advertencia de la situación de conflicto que viven. Pero las bajas frecuentaciones han sido también moneda corriente a lo largo de los períodos estables, lo que se explica por la ausencia de servicios, de comercialización y promoción y, sobre todo, por la dificultad de las comunicaciones. El río Congo y sus inmensos afluentes son la forma más fácil de penetración, ya que son navegables
en grandes tramos aun cuando no se pueda llegar hasta el Atlántico, pues lo impiden los rápidos que hay entre la desembocadura y Pool Malebo, la enorme laguna antiguamente denominada Stanley Pool a cuyas orillas se asoman las dos capitales de los Congos: Brazzaville y Kinshasa. Pero la crisis iniciada a principios de los noventa ha ido descomponiendo el sistema de comunicaciones que combinaba las vías fluviales y las ferroviarias, lo que ha retraído a la mayor parte del ya escaso turismo de aventuras y naturaleza que, remontando el río, tenía en la ciudad interior de Kisangani, en pleno centro de África, uno de sus destinos míticos.
11.5. Del Índico al Gran Rif africano El océano Índico marca el límite oriental de esta gran zona, mientras que el oeste viene definido, de forma más imprecisa, por el denominado Valle del Rif. Éste es un conjunto de grandes fosas de hundimiento que recorren África de norte a sur desde Etiopía hasta el lago Malawi, dividas en dos ramificaciones principales. La oeste ha dado lugar a un conjunto de grandes y profundos lagos (Malawi, Tanganika, Kivu, Eduardo, etc.), mientras que en el este ha generado una intensa actividad volcánica (Kilimajaro, Monte Kenia, etc.) y lagos de menor tamaño, dejando en medio una meseta con la enorme masa de agua del lago Victoria (cuadro 11.5 y figura 11.13). Se trata de un área de enormes contrastes altitudinales entre las cimas del Kilimanjaro o del Kenia (por encima del los 5.000 m), las altas planicies centrales donde se sitúa Nairobi y las tierras bajas del fondo del valle del Rif. Las diferencias son también climáticas, ya que casi podría hablarse de anomalías al encontrar zonas extremadamente áridas en el sur de Somalia y Etiopía o el norte de Kenia, sobre el ecuador y a la misma latitud a la que en la fachada occidental se desarrolla el enorme bosque húmedo del Congo. Por el contrario, las Altas Tierras de Etiopía o los grandes sistemas montañosos del oeste reciben altísimas precipitaciones, convirtiéndose en las fuentes del Nilo al formar las cabeceras del Nilo Azul y el Nilo Blanco respectivamente. El resultado paisajístico permite ir del desierto a la selva tropical húmeda siempreverde de las zonas elevadas, como por ejemplo en las montañas Ruwenzori, pasando por las enormes extensiones de sabana
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Capítulo 11: África
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CUADRO 11.5 División funcional del Valle del Rif y las Tierras Altas Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
El Rif y las Tierras Altas del interior
Turismo internacional, intenso y en crecimiento, pero enclavado
Turismo de naturaleza Turismo étnico Turismo deportivo y de aventuras
Las Costas del oceáno Índico
Turismo internacional intenso y en desarrollo, pero muy enclavado
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza Turismo cultural
donde se encuentran los mayores atractivos turísticos de la zona. Porque es la naturaleza, principalmente la fauna representada por los grandes mamíferos (elefantes, hipopótamos, rinocerontes, cebras, ñus, leones, hienas, gorilas, etc.) y algunas reservas de aves (flamencos en el lago Nakuro de Kenia, por ejemplo), el principal recurso turístico. La segunda gran motivación es la playa y el sol en el litoral índico, donde a las magníficas condiciones climáticas se les une el toque de exotismo de las huellas swahili en la costa keniata o tanzana y árabe en Zanzíbar. Pero a los enormes contrastes físicos hay que sumarles también las diferentes condiciones sociopolíticas, que suponen que nos encontremos desde algunos de los destinos más importantes del continente (como por ejemplo Kenia con más de un millón de turistas en 1998), hasta otros prácticamente cerrados al exterior (como Ruanda, con 2.000 entradas en el mismo período).
11.5.1. El Rif y las Tierras Altas del interior La típica imagen de la naturaleza africana, con las sabanas herbáceas y los grandes mamíferos, alcanza en esta zona su mejor representación. Y sin duda es Kenia el destino estrella, con más de un millón de turistas, una fuerte representación de Europa Occidental (figura 11.14), y una estancia media que supera los cuatro días y sube hasta los siete para los occidentales. Si ya en el siglo xix los europeos y los norteamericanos iban a cazar a Kenia, a partir de la segunda mitad del xx los safaris a sus parques nacionales son sólo fotográficos. Efectivamente, desde la fundación del Servicio Nacional de Parques la contemplación de la fauna africana se ha convertido en la principal entrada de divisas a este país; y la con-
servación y protección de la naturaleza en un lucrativo negocio, a pesar de que la concentración de visitantes en algunos de los espacios protegidos más importantes esté ya empezando a causar algunos problemas de congestión e impacto ambiental (véase Pérez de las Heras, 1999). La zona donde se concentran los espacios protegidos más visitados es la mitad sur, por sus características físicas y por la cercanía de Nairobi, la capital y puerta de entrada al país. Esta ciudad es una de las más dinámicas de África, lo que implica un cierto movimiento ligado a los negocios y un magnífico punto de partida para organizar los circuitos o para acceder al litoral. Los parques nacionales que concitan preferentemente la atención de los turistas están al sur de la capital, en la frontera con Tanzania: Tsavo, el más grande del país; Amboseli, famoso porque desde él se consiguen las mejores vistas del Kilimanjaro; o Masai-Mara, en el corazón del Gran Rif y extensión norte del parque tanzano del Serengueti, entre los cuales se puede presenciar uno de los más renombrados espectáculos del turismo africano, la gran migración anual de los herbívoros en busca de pastos. Al norte de la capital se puede optar por otros espacios protegidos quizá menos conocidos que los anteriores, pero no por eso menos interesantes. Destacan la zona montañosa donde se encuentra el parque nacional de Aberdare, con un bosque denso y húmedo en función de la altitud que contrasta con los anteriores paisajes de sabana; o el Monte Kenia, volcán por encima de los 5.000 m y segunda cota del continente, que concita un fuerte atractivo para los escaladores. El otro gran atractivo del recorrido por el interior es entrar en contacto con algunas de las tribus que lo habitan, principalmente con los míticos masai.
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 11.13. El espacio turístico del Valle del Rif y las Tierras Altas.
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Capítulo 11: África
Alemania 19%
Otros 28% Uganda 8% Estados Unidos 8%
Tanzania 13% Reino Unido 18%
Italia 6%
FIGURA 11.14. Llegadas de turistas a Kenia según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
En cuanto a las formas de organizar el viaje, lo más habitual es la contratación de un paquete organizado que incluye llegada a la capital y safaris desde dos días a varias semanas, combinados en ocasiones con los destinos litorales que se analizarán en el siguiente punto. De todas formas, dado que Kenia es un destino maduro y considerado seguro en relación con el resto del continente, es también normal ir de forma individual hasta la capital y contratar allí los safaris de manera independiente, para lo cual existen multitud de empresas especializadas. El transporte se realiza en 4 × 4 o en los populares matatus, una especie de pequeños autobuses sin techo que permiten la fácil contemplación de los animales; pero incluso hay agencias que ofrecen trayectos a caballo o en globo, para contemplar la migración desde el aire. En cuanto a los alojamientos, encontramos desde hoteles de lujo en Nairobi o el litoral hasta las zonas de acampada para los safaris; pasando por los famosos lodges repartidos por el interior de los parques, algunos de los cuales son de gran sofisticación y lujo y están estratégicamente situados para contemplar los animales desde ellos, como por ejemplo el famoso Treetops (Aberdares), situado sobre los árboles. Tanzania es un destino similar a Kenia, aunque mucho menos desarrollado ya que se encuentra en torno al medio millón de visitantes en 1997. Además, tanto los servicios turísticos como los transportes son muy inferiores a los de su vecino del norte, lo que dificulta el movimiento por el país y conlleva también una menor llegada de turistas independientes. También en contraste con Kenia, la principal zona demográfica y de actividad se sitúa cercana al Índico, en torno a Dar es Salam, lo que dificulta la llegada a las lejanas tierras del norte donde están los más famosos parques nacionales. El resultado es que muchos de ellos se visitan accediendo desde Kenia, dado que el paso entre ambos países es fácil; aun cuando también
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la ciudad tanzana de Arusha se ha convertido en un importante centro de llegada de chárters y de organización de safaris. Lo más habitual es el circuito del norte, en donde se incluye el parque nacional de Serengueti, el ya comentado gemelo de Masai-Mara; el área de conservación del Ngorongoro, un cráter de 23 km de ancho y unos 250 km2 de increíble variedad geográfica y fáunica; o el parque nacional del Kilimanjaro, el gran volcán que forma la montaña más alta de África y que atrae a gran cantidad de turismo de aventuras y deportivo, ya que es relativamente fácil de ascender. Por el contrario, la zona sur del país, con espacios tan importantes como la reserva Selous o el parque nacional Ruaha, presenta un turismo muy extensivo. El organismo Tanzania National Parks, dependiente del Ministerio de Recursos Naturales y Turismo, puede servir de ejemplo positivo sobre cómo intentar compatibilizar turismo, desarrollo y conservación de la naturaleza en esta zona del continente. Además, esta institución reconoce el papel de las comunidades locales en la conservación y, por tanto, en la percepción de parte de los beneficios que de ella se consigan. Con esta filosofía se han redactado proyectos de desarrollo sostenible en áreas como el Ngorongoro, el Kilimanjaro o el parque nacional Gombe. En la zona oeste del Valle del Rif, entre los Grandes Lagos y los enormes sistemas que encierran la cuenca del Congo, se encuentran los pequeños países de Uganda, Ruanda y Burundi. Sólo el primero tiene un turismo destacable (algo más de un cuarto de millón en 1998), tras la recuperación posterior al derrocamiento de idi Amín; mientras que Ruanda ha quedado al margen de los movimientos internacionales tras la guerra de finales de los noventa. Quizá sean los famosos gorilas de montaña el más importante atractivo de esta zona. Los mejores lugares para verlos, aunque esto siempre sea muy difícil, son el parque nacional Virunga, al este de la República Democrática del Congo, o los de Bwindi y Mgahinga en Uganda (de donde salen trekkings en su búsqueda), mucho más accesibles y seguros estos últimos dada la diferente situación sociopolítica de ambos países. Además, Uganda cuenta también con otros importantes atractivos como el macizo de las Ruwenzori; el parque nacional de las Cataratas Murchison, en las cercanías del lago Alberto; o la propia capital, Kampala, junto al lago Victoria.
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Parte III: Las regiones turísticas
11.5.2. Las costas del océano Índico La costa tropical del este de África también es un significativo destino turístico que se desarrolla en dos zonas diferenciadas: el litoral continental y diversos estados insulares como Seychelles, Mauricio o Comores. No es posible conocer el número de turistas que atrae el litoral continental, dado que las estadísticas lo integran en el conjunto de sus respectivos países. Pero, sin duda, el más desarrollado es el de Kenia, con sus costas cálidas y húmedas y los arrecifes coralinos. Existen centros turísticos de sol y playa en torno a Mombasa (la segunda ciudad keniata y su principal puerto) o Malindi, aunque también hay núcleos muy interesantes desde el punto de vista cultural como la ciudad árabe de Lamú. Tanzania, por el contrario, no ha desarrollado tanto el turismo litoral ligado al sol y playa, aun cuando sea en la costa donde se encuentran algunos de sus principales destinos. Uno es, obviamente, Dar es Salam, la antigua capital y ciudad más importante. El otro es Zanzíbar, un archipiélago antiguo sultanato árabe, con una larga y compleja historia y un importante legado cultural que se conserva en elementos como el auténtico laberinto urbano de su Ciudad Vieja. En cuanto a los estados insulares, ofrecen sobre todo un turismo litoral de alto nivel y exótico en resorts de lujo; una especie de paraíso perdido en mitad del océano. incluso, el gobierno de Mauricio llegó a prohibir los vuelos chárter para atraer sólo visitantes de alta capacidad de gasto (Boniface y Cooper, 1994). El resultado es el predominio de los movimientos interregionales de largo recorrido, predominantemente de Europa Occidental, con la sola excepción de los procedentes de Sudáfrica (figura 11.15). El principal destino de todo el Índico es la citada Mauricio, con más de medio millón de turistas en Otros 28%
Francia 30%
Sudáfrica 9% Reino Unido 10%
Alemania 8%
Reunión 16%
Italia 7%
FIGURA 11.15. Llegadas de turistas a Mauricio según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1998).
1998. Como se ve en la figura 11.15 destacan los franceses (más aún si se suman los procedentes de la cercana Reunión, en realidad un protectorado francés) y a continuación los ingleses, ya que ambas fueron potencias coloniales en esta isla. Además de su capital, Port-Luis, de las playas tropicales con palmeras, los resorts de lujo entre las lagunas y el océano, y la barrera coralina que prácticamente circunda la isla, en los últimos tiempos el gobierno está intentando diversificar este destino. En este sentido, el importante cruce de culturas y la mezcla de religiones en total armonía aporta importantes recursos patrimoniales, que se combinan con un incipiente ecoturismo en el interior. Dado su clima tropical húmedo, la mejor época para ir es de julio a septiembre. Seychelles, con algo más de 100.000 turistas, tiene un modelo y unos recursos similares a los de Mauricio. La isla más desarrollada del archipiélago es Mahé, que cuenta con un importante número de hoteles de lujo en playas que son la perfecta representación turística del paraíso tropical, pero en donde aún se pueden encontrar magníficos espacios naturales y una de las mayores concentraciones de especies endémicas del mundo.
11.6. África Austral La mayoría de los nueve países que en todo o en parte se incluyen en el apartado de África Austral se encuentran localizados en la denominada cuenca del Kalahari, un enorme conjunto casi totalmente rodeado de montañas y con escasas llanuras costeras, excepto en la costa mozambiqueña. Es una zona de importantes contrastes, casi de dualismos en palabras de algunos autores (véase Dubresson et al., 1994), entre las altas llanuras centrales y las plataformas costeras de Mozambique, o entre el árido desierto namibio de la costa atlántica y el bien regado litoral índico (cuadro 11.6 y figura 11.19). Pero también hay significativos contrastes sociales, políticos y económicos que hasta hace poco alcanzaban los más elementales derechos humanos, como el reciente apartheid sudafricano o el algo más antiguo de Zimbabue. El resultado es que frente a algunos de los países más estables y prósperos del continente, como la Sudáfrica post-apartheid, encontramos otros con guerras continuas (Angola) o con importantes problemas de desarrollo que
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Capítulo 11: África
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CUADRO 11.6 División funcional del África Austral Área geográfica
Uso turístico del territorio
África Austral Tropical
Sudáfrica y África al sur del Trópico
Tipología de la actividad
Muy variable, desde intensivo hasta inexistente. Significativo turismo internacional cercano e incipiente interno
Turismo de naturaleza Turismo cinegético Turismo de aventuras Turismo étnico
Muy variable. Intensivo y extendido en Sudáfrica y enclavado en el resto. Significativo turismo internacional cercano e importante interno en Sudáfrica
Turismo de naturaleza Turismo de negocios Turismo de sol y playa Turismo étnico
recientemente se han visto agravados por los desastres naturales (inundaciones de Mozambique en el 2000). Esta prosperidad y estabilidad en algunos de ellos está permitiendo un rápido crecimiento del turismo que, a diferencia del resto de África, no es totalmente dependiente de Europa sino formado por importantes flujos intrarregionales. Efectivamente, Sudáfrica, como principal emisor del continente, tiene una elevada presencia en todos sus vecinos; pero los movimientos son continuos dadas las facilidades de tránsito y los contactos ligados al crecimiento económico, lo que conlleva que los principales mercados de todos los países estén siempre ocupados en los primeros puestos por estados de la zona (figuras 11.16, 11.17 y 11.18). A su vez, esta facilidad de tránsito conlleva la complementariedad entre países para los visitantes de largo recorrido, principalmente los europeos. Así, son muy comunes los circuitos que incluyen varias naciones, como Botsuana, Zimbabue y Zambia, o Namibia y Botsuana.
Canadá 5%
Alemania Otros 4% 8%
Sudáfrica 33%
Reino Unido 9% Mozambique 11%
Zambia 30%
FIGURA 11.17. Llegadas de turistas a Zimbabue según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
Namibia 5%
Reino Unido 7%
Otros 12%
Lesotho y Suazilandia 37%
Alemania 5% Botsuana 10% Mozambique 4%
Zimbabue 17%
Estados Unidos 3%
FIGURA 11.18. Llegadas de turistas a Sudáfrica según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
11.6.1. África Austral tropical Zimbabue 33%
Otros europeos 3% Otros 3%
Zambia 3% Reino Unido 4%
Sudáfrica 54%
FIGURA 11.16. Llegadas de turistas a Botsuana según los principales mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
Los países australes que en todo (Zimbabue) o en parte (sudeste de Angola, norte de Namibia, Mozambique y Botsuana, y sur de Zambia) se sitúan al norte del Trópico de Capricornio presentan frecuentaciones turísticas muy dispares, desde más de millón y medio de Zimbabue o los aproximadamente 750.000 de Botsuana a los menos de 50.000 de Angola. Zimbabue, el mayor destino del área, tiene en la naturaleza su principal recurso, aunque dada su rela-
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 11.19. El espacio turístico de África Austral.
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Capítulo 11: África
tiva prosperidad y estabilidad hasta el año 2000, acoge asimismo un significativo turismo económico que se concentra básicamente en el distrito de negocios de su capital, Harare. Este turismo, ligado a las motivaciones económicas suscitadas en gran medida por su gran riqueza minera, es de corto recorrido y se apoya principalmente en los fuertes lazos que le unen a los países vecinos de Sudáfrica y Zambia, que en conjunto suponen más del 60% de las entradas (figura 11.17). El segundo mercado es Europa Occidental, aunque en este caso los tiempos de estancia sean mucho más elevados, en torno a los once días (Burton, 1997), y la motivación principal sea claramente la naturaleza y los safaris, generalmente superiores a una semana de duración. Las altas llanuras herbáceas y los grandes mamíferos africanos vuelven a ser uno de los principales atractivos. Pero no es sólo la contemplación, sino también la caza, una de las razones del viaje, actividad por la que este país ingresa una significativa cantidad de divisas al conceder permisos cinegéticos en los terrenos comunales. Esto no obsta para que una enorme superficie de su territorio esté integrada en espacios protegidos en los que los safaris sólo son fotográficos, como los parques nacionales de Hwange (con charcas artificiales que se han convertido en magníficos y muy frecuentados observatorios), Matusadona o Mana Pools. El modo de alojamiento es similar al ya comentado en Kenia o Tanzania: campamentos vigilados, lodges o incluso hoteles de lujo en alguna población cercana. Pero, sin duda, dos son los elementos claramente diferenciales de Zimbabue. El primero, las ruinas del Gran Zimbabue, los restos arqueológicos de un enorme imperio existente entre los siglos xi y xViii, situados al sur del país. El segundo son las Cataratas Victoria (en realidad un conjunto de cataratas cuyo nombre original significa “el humo que truena”), formadas por la caída del río Zambeze a una estrecha y profunda garganta que sirve de frontera con Zambia. El alojamiento es posible en la cercana ciudad de Victoria Falls (que cuenta con una desarrollada oferta hotelera y de camping), y las mejores vistas se tienen desde el denominado Danger Point o desde el puente internacional que, frente a las mismas cataratas, cruza la garganta para unir Zimbabue con Zambia. Pero las posibilidades turísticas están aumentando continuamente, y a la simple contemplación se le han ido sumando deportes de aventuras extremos, como por ejemplo el puenting frente a la catarata o el rafting por el Zambeze.
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Recursos similares, aunque mucha menos frecuentación turística, ofrece Zambia. La orilla norte del Zambeze y las Victoria son su principal atractivo, y la vecina ciudad de Livingstone, en donde se centralizan todos estos flujos, el principal destino junto con la capital, Lusaka. Angola, Namibia y Botsuana tienen respectivamente 50.000, 510.000 y 740.000 turistas; sudafricanos la mayor parte en los últimos dos países. Pero a pesar de frecuentaciones tan dispares, cuyo mínimo en Angola está marcado por los conflictos bélicos, tienen en común el que junto con el Zambeze es el principal recurso de esta zona: el río Okavango. Éste es uno de los más singulares de África, ya que nace en la húmeda meseta angoleña del Bié (donde se le conoce como Cubango), y tras marcar la frontera entre los tres estados acaba penetrando en Botsuana hasta perderse definitivamente en una zona endorreica donde forma un espectacular delta interior. Es en gran medida este extraordinario recurso, con un excepcional paisaje y una gran riqueza fáunica, lo que está convirtiendo a Botsuana en uno de los destinos emergentes más dinámicos del área. Además, el delta se ve complementado, en calidad y cantidad, con otro gran número de espacios protegidos, como las sabanas del Kalahari o el parque nacional Chobe (una de las mayores concentraciones de elefantes del continente), así hasta sumar aproximadamente el 17% de la superficie nacional. El modelo de desarrollo del turismo en los espacios protegidos de Botsuana y otros países del sur continental se está realizando con un control mucho más estricto que en el África del Este, lo que supone limitar la entrada de visitantes y encarecer los permisos. Esto está llevando en gran medida a un modelo de safaris de lujo y turistas de alto poder adquisitivo, lo que incluye muy habitualmente desplazamiento en pequeños aviones por el interior de los países. También Namibia, desde su independencia en 1990, se ha convertido en otro importante destino del África Austral, optando igualmente por un modelo más cualitativo que cuantitativo. A pesar de su imagen de país desértico, lo cierto es que cuenta con bastante diversidad desde el punto de vista natural. Así, en la parte situada al norte del trópico, que es la que se incluye en este apartado, los lugares más visitados incluyen experiencias tan diversas como la desértica Costa de los Esqueletos; el Parque Etosha, el más visitado del país y uno de los más antiguos de África, con una gran concentración de animales en torno a sus
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charcas; la navegación por el tramo namibio del Okavango, incluso hasta llegar al parque de Chobe, ya en Botsuana; o el denominado Bosque Petrificado (un bosque fósil) y las extrañas formaciones rocosas de Twyfelfontein, con abundantes pinturas rupestres.
11.6.2. Sudáfrica y el África al sur del Trópico Al sur del Trópico de Capricornio se sitúa casi en su totalidad Sudáfrica, el gigante turístico del continente tanto en el papel de emisor como en el de receptor. Sin embargo, lo cierto es que este claro predominio se ha fraguado recientemente, una vez se fue suavizando, para finalmente desaparecer, el régimen de apartheid. La instauración de la democracia y la desaparición de la segregación racial conllevó el fin del aislamiento, más o menos real, al que se sometía a este país, y sobre todo normalizó las relaciones con sus vecinos africanos que hoy día son sus principales clientes. Esto ha supuesto un espectacular incremento que, según datos de la OMT, ha aupado a Sudáfrica hasta casi los seis millones de turistas en 1998. Aumento muy rápido que, al margen de los recursos con que cuenta, sólo ha sido posible gracias a la completa red de infraestructuras y servicios preexistentes, tanto generales (aeropuertos, autopistas, vías férreas, etc.) como turísticos (hoteles, restaurantes, alojamientos en los espacios protegidos, touroperadores, etc.). Efectivamente, el sistema económico y de segregación racial había creado una clase media y media-alta blanca de gran poder adquisitivo, que desde hace tiempo era una importante consumidora de servicios turísticos por todo el país. En la actualidad, el turismo internacional es mayoritariamente cercano (figura 11.18), tanto desde los países analizados arriba (Zimbabue o Botsuana) como de Lesotho y Suazilandia, dos pequeños estados totalmente insertos en Sudáfrica, que a su vez reciben flujos significativos pero sólo de sudafricanos. El segundo mercado, aunque muy por detrás, es el europeo, donde destacan el Reino Unido y Alemania. El predominio de los viajes intrarregionales se explica por el peso que representan los negocios en este destino. Estos flujos, obviamente, se dirigen a las principales ciudades, lo que conlleva su dispersión por la densa y compleja red urbana del país, a diferencia de lo que sucede en la mayor parte de estados africanos en los que sólo existe una gran ciudad muy concentrada política y económicamente. Efectiva-
mente, en Sudáfrica no sólo hay muchas ciudades importantes con aeropuerto internacional, sino que además no hay una clara concentración de poder político ni una única capital: Johannesburgo, en las altas llanuras centrales, es la ciudad más grande y el principal centro económico; Pretoria, algo más al norte, es la capital administrativa; y Bloemfontein, en el centro del país, la capital judicial. Y todas ellas, junto con alguna otra, atraen un significativo número de visitantes. Pero dentro del turismo urbano destaca, sin duda, Ciudad del Cabo. Segundo núcleo en población y centro legislativo, es considerada la ciudad más bella, en gran medida por su localización en una bahía dominada por la espectacular Montaña de la Tabla, desde la que se ofrecen magníficas vistas. A esto hay que unirle su posición en la costa atlántica de la provincia Western Cape que, con su clima mediterráneo, se ha convertido junto con la de Natal en uno de los principales destinos litorales. El turismo de sol y playa es otro de los atractivos de Sudáfrica, desarrollado en gran medida por y para el consumo interno. Como se comentó, en el entorno de Ciudad del Cabo se desarrollan algunos centros turísticos, pero la costa atlántica presenta el inconveniente de estar bañada por la corriente fría de Benguela, lo que supone que la temperatura del agua no sea confortable. Por el contrario, el Índico es más cálido y presenta un clima subtropical de escasa amplitud térmica (con las lluvias en verano), por lo que los principales núcleos se sitúan aproximadamente entre el Cabo de Buena Esperanza y Durban, capital de Natal y un importante destino muy ligado a la playa y los deportes acuáticos. Algunas de las zonas más desarrolladas de este largo tramo costero son, por ejemplo, la conocida Garden Route, un recorrido muy transitado al oeste de la provincia de Western Cape que une además varios núcleos turísticos, o ciudades como East London, Knysa o Jeffreys Bay. Finalmente, el tercer gran recurso de Sudáfrica es, como en la mayoría del continente, la naturaleza. Uno de los pioneros en la conservación africana también era el país que tenía un mayor mercado interno de alto poder adquisitivo, por lo que los parques más visitados cuentan tanto en su interior como en los alrededores con alojamientos muy variados en tipologías y calidad. Así, es posible encontrar desde lugares de acampada hasta villas perfectamente equipadas y con todas las comodidades y lujo imaginables. incluso hay un importante número de reservas privadas destina-
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Capítulo 11: África
das a la caza, que generalmente se sitúan en las cercanías de los grandes espacios protegidos. El parque más visitado es el de Kruger, un enorme territorio al nordeste del país y fronterizo con Mozambique, que concita la atracción de varios cientos de miles turistas extranjeros al año. Se trata seguramente de uno de los espacios naturales mejor gestionados del continente, pero ese mismo control a que se somete a los turistas, la gran afluencia y la comodidad y calidad de los alojamientos le restan también parte del lado salvaje de otros parques africanos (Aizpún y Marín, 1999). Las montañas del Drakensberg, con varios espacios protegidos, proporcionan otra de las típicas imágenes de promoción del turismo sudafricano, y como tal es uno de los paisajes más reconocidos. El atractivo no es aquí la gran fauna africana, sino el espectacular conjunto montañoso que separa la provincia de Natal del pequeño país de Lesotho. También Botsuana y Namibia ofrecen al sur del trópico algunos espacios naturales importantes en cuanto al atractivo turístico, como por ejemplo parte del Kalahari. En cuanto a Namibia, en la zona sur cuenta además con otros dos grandes recursos naturales declarados parques nacionales: uno, el desierto del Namib, en la costa central; y otro el gran cañón de Fish River, el segundo más grande del mundo tras el del Colorado.
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11.6. Conclusiones La imagen de gran vacío turístico que se comentó en la introducción se ha confirmado en gran medida. Pero también es cierto que la realidad del sector en este continente se ha mostrado compleja, y frente a países en los que no parecen posibles crecimientos a corto o medio plazo, ya hay destinos relativamente importantes y otros que realizan campañas de promoción y desarrollo con un relativo éxito. El crecimiento deberá venir, sin duda, de la mano de la estabilidad política y económica y de la formación e inversión en servicios turísticos. Aspectos ambos que en realidad se encuentran íntimamente conectados, puesto que el turismo puede ser en grandes zonas una vía al desarrollo, y, en consecuencia, favorecer la normalización política. Aun más, como recientemente afirmaba el historiador y periodista D. Ndongo-Bidyogo (2000), el turismo es una importante oportunidad para el desarrollo macroeconómico, pero también para el de las pequeñas economías domésticas, aspecto este fundamental para el futuro de África. Además, el intercambio personal y cultural que siempre va aparejado al turismo, al menos en sus manifestaciones menos estandarizadas, es imprescindible para la mejor compresión de la compleja realidad del continente africano.
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12 ASIA Rosario Navalón García Francisco José Torres Alfosea
Asia Sudoccidental: Próximo Oriente y Oriente Medio El entorno indostánico Siberia y Asia Central El Lejano Oriente El Sudeste Asiático
12.1 12.2 12.3 12.4 12.5
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Parte III: Las regiones turísticas
Tiene este enorme continente de 44.412.681 km2 (repartidos entre casi 40 países) una forma maciza, excepción hecha de sus tres grandes penínsulas meridionales (Arábiga, Decán e Indochina), “poco asiáticas” geológicamente, puesto que forman parte del antiguo macrocontinente Gondwana, y por tanto son más afines al sector africano que al Euroasiático. Su altitud media ronda los 950 m, elevada cifra que enmascara grandes contrastes, puesto que alberga desde la cumbre más alta de la Tierra (Everest, 8.848 m), a las mayores depresiones continentales (fondo del lago Baikal, a 1.300 m de profundidad) y las fosas marinas más profundas (junto a las islas Marianas, 11.500 m bajo el nivel del mar). En este espacio es posible encontrar toda la variedad climática del Planeta: climas árticos (Nueva Zembla), hipercontinentalizados (Verjoiansk), áridos y desérticos (Rub-al-Jali, Gobi, Thar), templados (costas japonesas), de alta montaña (Tíbet) y monzónicos (desde la desembocadura del Indo a la península de Corea). Posee más de la mitad de la población mundial (casi el 60%), aunque muy desigualmente distribuida tanto demográfica como racial y lingüísticamente. Así, cuenta con los dos países más poblados del mundo (China y la India), y con otros cuatro que superan los cien millones de habitantes (Japón, Pakistán, Indonesia y Bangladesh). Pero en Asia encontramos también enormes áreas deshabitadas, sobre todo en el oeste chino (Dzungaria) y en la Península Arábiga, con densidades inferiores a los 5 hab/km2 , así como con los hasta hace poco restos coloniales de Hong Kong y Macao (en territorio chino, pero antiguas colonias británica y portuguesa respectivamente) y de la ciudad-estado de Singapur que, con densidades mil veces mayores, basan su desarrollo en las actividades industriales, turísticas y portuario-comerciales (las tres son puertos francos). Entre estos valores extremos, Asia ofrece toda la gama intermedia, que se refleja en infinidad de paisajes que hacen de él un continente muy heterogéneo (figura 12.1). Esta diversidad se manifiesta también en el campo del turismo, donde podemos diferenciar al menos seis grandes regiones, a partir de sus recursos turísticos (figura 12.2): 1. Asia del Sudoeste, con los conjuntos de Oriente Próximo y Medio, donde el factor religioso tiene una enorme importancia, bien como lugares de peregrinación (santos lugares cristianos, musulmanes y
judíos), o bien como parte del patrimonio arqueológico-cultural (mezquitas de Estambul, iglesias bizantinas chipriotas, templos jordanos, etc.). Aunque tienen menos promoción turística, no son desdeñables los recursos naturales de esta región, como los desiertos, paisajes montañosos e incluso las costas, que casi siempre justifican desplazamientos internos, es decir, como turismo doméstico dentro de cada nación o bien como movimientos intrarregionales, pero que comienzan a ser conocidos a escala internacional. 2. Asia Central es una región bastante desconocida para los mercados occidentales, cuyo principal reclamo turístico es el recorrido de la antigua Ruta de la Seda, que comunicaba el Mediterráneo Oriental con China a través de las estepas asiáticas, aunque no carecen de otros interesantísimos recursos culturales y naturales. Integran esta región buena parte de Rusia (Siberia, desde los Urales al Pacífico), así como las cinco repúblicas ex-soviéticas del Asia Central (Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán), Afganistán y todo el Pakistán que queda a la orilla derecha del Indo. Pero como veremos, los problemas políticos (incluso conflictos bélicos) mantienen a estas naciones alejadas de los circuitos turísticos internacionales. 3. El Himalaya. El techo del mundo tiene unas características especiales que le diferencian notablemente de los mundos chino e indio, con los que más se ha relacionado. La región autónoma del Tíbet (en China), Cachemira (India-Pakistán), Nepal, Bután y el norte de la India conforman esta región que tiene como principal recurso turístico el exotismo y los paisajes montañosos. El trekking y otros deportes de montaña (rafting, escalada, etc.) componen el resto de la oferta. 4. El mundo indio o hindú. Formado básicamente por la India y la porción oriental de Pakistán (a la izquierda del Indo), es uno de los principales destinos de Asia, y mantiene una incuestionable “imagen de marca” relacionada con el mundo religioso (Varanasi, el Ganges), el cosmopolitismo de sus grandes urbes (Bombay, Calcuta, Delhi, Madrás), algunos hitos monumentales (el Tah Majal es el más conocido) y, por supuesto, el exotismo cultural. 5. El Sudeste Asiático. En él podemos diferenciar entre aquellos países plenamente insertos en el contexto turístico mundial (Tailandia, Singapur, Indonesia, Malasia y, en menor medida, Filipinas) y aquellos otros que inician en estos últimos años un débil aperturismo, como Birmania, Camboya, Vietnam, Laos y Brunei. De nuevo el exotismo es un recurso
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Capítulo 12: Asia
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FIGURA 12.1. Llegadas internacionales a Asia. Fuente: OMT (1998).
básico, pero no se puede descuidar la importancia de las playas tropicales de Bali (Indonesia), o de Phuket, Pattaya y Samui (Tailandia), ni el peso específico de las grandes ciudades, como Bangkok, Singapur y Yakarta, que por su posición en el sistema industrial y económico mundial generan importantes movimientos de negocios. 6. En el Lejano Oriente, sólo una nación (Corea del Norte) permanece al margen de las corrientes turísticas, mientras que las demás (China, Japón, Corea del Sur, Taiwan y las ciudades de Hong Kong y Macao) son receptoras de primer orden y cuentan
con infraestructuras perfectamente adecuadas a los flujos que reciben. Tan sólo China mantiene una política turística internacional poco definida, que, sin embargo, dista mucho del aislamiento en el que se encontraba hasta hace unos pocos años. La imagen de esta región viene encabezada por ciertos hitos turísticos mundiales de primer orden (la Gran Muralla, el Fuji Yama, y las ciudades de Pekín, Shangai, Cantón, Seúl, Tokyo, Kyoto y Hong Kong), aunque la variedad de recursos que ofrecen los mantiene en una posición de privilegio dentro de las previsiones de crecimiento de la Organización Mundial del Turismo.
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 12.2. Regiones geográfica y turísticamente homogéneas.
12.1. Asia Sudoccidental: Próximo Oriente y Oriente Medio Es este espacio un nudo del viejo mundo en el que se encuentran las tierras de Asia, África y Europa, bajo el nombre de Oriente Medio. Se trata de un espacio de transición desde Europa hacia el Extremo Oriente, que ha conocido las más viejas civilizaciones de la Tierra, y que ofrece una cierta heterogeneidad, si bien puede verse en ellos el rasgo común de la cultura islámica. Por su variedad paisajística y socio-económica, es una región difícil de delimitar, que abarca los territorios comprendidos entre Asia Menor y su prolongación hacia Europa en
Turquía (Estambul), la trasera de las franjas costeras libanesas, sirias e israelíes y las extensiones del sur del continente asiático hasta Pakistán. En estos espacios confluye una considerable diversidad de climas y relieves, que favorecen una enorme riqueza de paisajes. Aun así, es evidente que forman parte del mismo conjunto socioespacial, en relación con unas estructuras agrarias comunes en el entorno de los ríos Tigris y Éufrates, y con vastas extensiones de multiformes medios desérticos. Ahora bien, la identificación de este espacio como región homogénea, profundamente influida por el Islam y con una evolución socioeconómica similar, al menos hasta Irán, se debe sobre todo a la explotación petrolífera.
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Capítulo 12: Asia
Así pues, se incluyen en el estudio de esta región del Asia Sudoccidental los países integrantes de la Península Arábiga (Arabia Saudí, Yemen, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait y Bahréin), Turquía, Siria, Líbano, Israel, Jordania, Irak, Irán y el occidente de Pakistán. En un contexto natural marcado por la escasez de los recursos hídricos es ocioso señalar que los espacios de mayor densidad poblacional se sitúan en torno a una franja de 100 km de ancho que bordea las riberas mediterráneas, apoyadas en las cadenas montañosas litorales bien regadas. En el mismo sentido, es notable la presión demográfica sobre los oasis y en los valles de los grandes ríos. Parece evidente que la distribución de población entre los distintos países, y aun dentro de ellos mismos, es muy desigual, de forma que junto a grandes extensiones escasamente pobladas de carácter rural poco evolucionado, coexisten unos pocos centros que catalizan la actividad económica de la región, relacionados básicamente con la exportación de materias primas, fundamentalmente energéticas. Estos países del Asia Sudoccidental han sido cuna de importantes civilizaciones urbanas, que basaron su crecimiento en el comercio, al cual añaden hoy importantes funciones religiosas, culturales y políticas. En la actualidad, la distribución de las grandes ciudades de base fundamentalmente industrial, poco tiene que ver con estas funciones tradicionales. Las grandes metrópolis industriales, que aglutinan a la mayor parte de la población, no siempre en condiciones óptimas y con importantes bolsas de desempleo y pobreza, conviven con el subdesarrollo de sus áreas rurales. En algunos países, la riqueza procedente de la industria y la exportación de hidrocarburos ha permitido poner en marcha grandes proyectos desarrollistas y superar las limitaciones impuestas por el medio natural, gracias a la inversión de ingentes cantidades de capital, que muestra un considerable poder de actuación y unas enormes posibilidades de desarrollo futuro si no malgastan sus recursos. El desarrollo turístico de la región, que apenas alcanza un 2% del turismo internacional mundial, se ha visto enormemente influido por cuestiones políticas. Conflictos recientes como la intifada, los alzamientos palestinos, guerras civiles en Yemen y Afganistán, las tensiones entre Grecia y Turquía por la isla de Chipre, o la invasión de Irak en Kuwait y la siguiente crisis que culminó en la guerra del Golfo, todas ellas han tenido gravísimas repercusiones en el mercado
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turístico. No sólo el turismo receptor o emisor de los países afectados en cada uno de los conflictos, sino en toda la región del Próximo Oriente y Oriente Medio. Por fortuna, las dramáticas repercusiones de esta guerra se han traducido en un proceso de negociaciones políticas al más alto nivel en busca de la estabilidad de la zona, que sin duda ha influido para cambiar el destino de la industria turística (figura 12.3). No obstante, el seguimiento de los recientes acontecimientos políticos de la región hace pensar que esta estabilidad puede evaporarse repentinamente, lo cual evidencia su fragilidad. Conviene matizar la importancia del turismo en la región del Asia Sudoccidental, con claras diferencias entre distintas subregiones, entre países vecinos, e incluso entre distintas zonas de un mismo país. Evidentemente, la razón ha de buscarse en una evolución histórica y política que ha seguido caminos diferentes en cada uno de estos espacios, derivando en unas condiciones socio-económicas distintas, todo lo cual ha favorecido un crecimiento exponencial de los ingresos turísticos en unos países, como es el caso de Turquía o Israel, y el descenso e incluso la desaparición del turismo en otras naciones o provincias, como resultado del clima de inestabilidad política. Tal es el caso de espacios fronterizos de Irak e Irán, Jordania, o Afganistán, entre otros (figura 12.3). 10.000
8.000
6.000
4.000
2.000
0 1990 Turquía Chipre Bahrein Israel
1991
1992
1993
Arabia Saudí Irak (visit) Dubai Jordania
1997 Siria Irán Omán Qatar
FIGURA 12.3. Evolución del número de turistas internacionales en los países del Asia Sudoccidental (en miles). Fuente: OMT (1997).
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Por otra parte, se observan enormes diferencias entre la gran mayoría de los países que se incluyen en la región, que presentan un predominio de las cifras de ingresos turísticos en relación con los gastos, normalmente por encima del cien por cien (figura 12.4), lo cual muestra una estructura turística básicamente receptora, de procedencia mayoritariamente europea y de la propia región, seguida de lejos por el mercado americano. No obstante, reforzando la idea de la variedad de la estructura turística de la región, en unos pocos países se invierte la balanza, con superioridad de los gastos turísticos, apuntando un potente mercado emisor que normalmente se dirige a destinos de la propia subregión, como ilustra claramente el caso de Kuwait, y en menor medida en Israel y Yemen, donde los datos de gastos e ingresos turístico se hallan bastante nivelados (figura 12.4). La procedencia de los flujos turísticos internacionales que llegan a la región de Asia Sudoccidental (que se corresponde con la división de Oriente Medio de la OMT excluyendo Egipto y Libia e incluyendo
Israel y Turquía), se relaciona directamente con estos hechos. Así pues, si bien para el conjunto el origen de los turistas da un claro predominio en 1997 a los países de la propia región (figura 12.5), podremos comprobar que para los destinos chipriotas, turcos o israelitas, predomina con enorme soberanía el mercado europeo (figura 12.6), siendo éste apenas testimonial, para Kuwait o Bahréin, por ejemplo (figura 12.7).
Asia Meridional 7% África 9% Oriente Medio 40%
Asia del Este y Pacífico 8%
América 5%
Europa 31%
FIGURA 12.5. Procedencia del turismo internacional para el conjunto de la región. Fuente: OMT (1997).
10.000 Asia Oriental 2% Asia Meridional África 1%
8.000
4% Oriente Medio 3% América 3%
Gastos
6.000
Ingresos
Europa 87% FIGURA 12.6. Procedencia del turismo internacional en Turquía. Fuente: OMT (1997).
4.000
África 1% Asia Meridional 10%
2.000
América 4% Asia del Este y Pacífico 4%
Irán
Yemen
Omán
Kuwait
Barhéin
Jordania
Siria
Israel
Turquía
0
Chipre
Europa 7%
FIGURA 12.4. Ingresos y gastos por turismo internacional de los países de Asia Sudoccidental (en millones de dólares). Fuente: OMT (1997).
Oriente Medio 74% FIGURA 12.7. Procedencia del turismo internacional en Bahrein. Fuente: OMT (1996).
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Por todo ello, resulta innecesario insistir en que la importancia del turismo de la región es muy diversa, en conexión con la distinta personalidad de cada uno de los estados que la componen. Por esta razón, el análisis de sus características y evolución debe ser analizada a partir de la subdivisión de este espacio, siguiendo criterios funcionales y de tipología turística similar, fundamentalmente en lo que atañe a los recursos y los productos ofertados de forma genérica por cada subregión. Distinguiremos en este espacio tres grandes unidades: El Próximo Oriente, que engloba los territorios de Turquía, Siria, Líbano, Israel, Jordania, GazaCisjordania e Irak; la Península Arábiga, que incluye todos los países que la unidad peninsular y, finalmente, la unidad de Oriente Medio, formada por los países de Irán, Afganistán y Pakistán (cuadro 12.1 y figura 12.8).
12.1.1. Turquía y Próximo Oriente Se trata de una región de transición que hace difícil plantear límites precisos, pero que podríamos identificar con el espacio rodeado por los mares Negro, Egeo y Mediterráneo oriental al norte y oeste; por el arco montañoso del Kurdistán al este; y por la Península Arábiga y el Mar Rojo al sur. Incluye, por tanto, los países de Turquía, Siria, Líbano, Jordania, Israel,
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Irak y los territorios que se encuentran actualmente bajo el control de la Autoridad Palestina. El relieve de esta zona, a excepción de las cadenas plegadas de Turquía, ofrece una disposición paralela a la costa, lo cual dificulta que las benefactoras influencias marinas puedan llegar a los territorios interiores. Así pues, al este de las alineaciones montañosas litorales sirias y del Líbano que descienden hasta las fosas del mar Muerto, mar de Galilea (lago Tiberíades) y río Jordán, la morfología del terreno se estructura en grandes mesetas al estilo del continente africano. Sobre estas inmensas llanuras el efecto de sombra pluviométrica que propician los relieves costeros se traduce en un aumento de la continentalidad del clima, y morfológicamente en una interesante variedad de medios desérticos. El relieve impone contrastes y variaciones climáticas, que hacen que las áreas más pobladas se sitúen en los espacios mejor regados, al pie de las montañas. Así sucede en las costas de Turquía, Siria, Líbano o Israel; pero también, con el aumento de las altitudes de las cordilleras de Tauros y Pónticos en Asia Menor, y una vez rebasados los desiertos en las estribaciones de los Zagros en Irán, así como en las riberas de los ríos Tigris y Éufrates. Al margen de los conflictos que cierran los pasos fronterizos en algunos puntos de la región, las vías de comunicación actuales ofrecen una red bastante tupida, que reproduce en muchos casos las antiguas
CUADRO 12.1 División funcional del Ásia Sudoccidental Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Próximo Oriente
Variable, desde intensivo en enclaves costeros e hitos culturales, e incipiente en el interior de los países. Predominio del turismo internacional afectado por la inestabilidad política fronteriza
Turismo cultural Turismo religioso Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo de salud
Península Arábiga
Turismo no masivo de carácter básicamente doméstico, e internacional incipiente. Masivo en los lugares santos del islam, especialmente en La Meca
Turismo religioso Turismo cultural Turismo de sol y playa Turismo deportivo
Oriente Medio
Turismo no masivo internacional, muy afectado por la inestabilidad política, por lo que se desaconseja el viaje a algunas zonas
Turismo cultural Turismo deportivo
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Parte III: Las regiones turísticas
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FIGURA 12.8. El espacio turístico de Asia Sudoccidental.
[
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rutas caravaneras entre Asia y Europa. La accesibilidad de esta subregión presenta una densidad por tierra y aire prácticamente coincidente con la morfología del territorio y la mayor concentración de población y núcleos urbanos, que disminuye conforme se avanza de oeste a este. A su posición histórica como corredor de flujos comerciales y de población entre Oriente y Occidente debe su variedad de grupos religiosos y la inestabilidad en el plano político, que, con multitud de brechas beligerantes por el control de diversos territorios sigue un complejo, aunque esperanzado, proceso de pacificación. Dependiendo de las características naturales y la situación de cada uno de los países, las industrias de transformación son todavía débiles pero crecen con rapidez. Sin embargo, carecen de recursos de base como la mano de obra o de un buen sustrato que cultivar por la sequedad del clima, o como ocurre en Irak, por la salinidad de las aguas o las crecidas de primavera en el curso bajo del Tigris y Eúfrates. De manera general, apoyan sus economías en la exportación de diversos minerales o hidrocarburos y en actividades comerciales y de servicios, aprovechando así su posición geográfica estratégica como salida obligatoria de los países árabes del interior de la región y paso por tierra de Asia a Europa Occidental. En esta línea, es un objetivo recurrente entre las metas programadas a corto y medio plazo el potenciar el sector servicios en forma de desarrollo turístico como medio para equilibrar la balanza de pagos de estos países. Consecuencia de todos estos factores, el Oriente Próximo ofrece una combinación de recursos turísticos capaces de atraer a los distintos segmentos de mercado. No obstante, puede decirse que su historia y su cultura son el atractivo turístico principal de la región, ya que se trata de uno de los espacios ocupados o colonizados más antiguos de la Tierra, lo cual se refleja tanto en su historia como en su cultura y arquitectura. En ella pueden encontrarse restos, que corresponden en muchos casos a la estratificación de civilizaciones sucesivas, como resultado de la ocupación de numerosas naciones y grupos étnicos, como asirios, helenos, romanos, cruzados procedentes de Europa, las aportaciones de la ocupación árabe, la invasión de los turcos y los mongoles y la instauración del Imperio otomano, hasta su hundimiento en los inicios del siglo xx, con la llegada de los ingleses. Parece evidente que el turismo puede contribuir de manera positiva a la rehabilitación y reconstrucción del patrimonio arquitectónico. A pesar de su
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gran variedad, se trata mayoritariamente de templos, mezquitas, palacios o zocos, de enorme interés tanto desde el punto de vista cultural e histórico como desde su consideración como recurso turístico, como así parece verse reflejado en recientes planes de desarrollo turístico propuestos por algunos de estos países. Muy relacionado con ello, el turismo religioso o de peregrinación supone otro de los pilares de atracción. La razón estriba en que dentro de este conjunto, el entorno de Israel y Jordania posee restos y ruinas que han sido testigos de un pasado que ha marcado la historia religiosa del mundo occidental. No en vano, en esta subregión se encuentra la Tierra Santa bíblica, que contiene la mayor parte de los lugares sagrados del cristianismo y del judaísmo (Jerusalén, Nazaret, Galilea, Belén, etc.); y es también uno de los principales puntos de peregrinación de los musulmanes, dado que Jerusalén es la tercera ciudad sagrada del Islam. Por otra parte, en las costas mediterráneas del Próximo Oriente se encuentra la mayor concentración de destinos turísticos de sol y playa de la zona. En la mayoría de ellos es posible combinar el atractivo litoral con la oportunidad de visitar la abundancia de restos arqueológicos y arquitectónicos romanos y bizantinos, como así se muestra en prácticamente todas las ofertas de operadores turísticos que trabajan este espacio. A pesar de su enorme potencial para albergar destinos turísticos de sol y playa, no existe un gran desarrollo en este campo, debido al dominio de este mercado por las costas mediterráneas europeas, y a su mayor lejanía respecto de los mercados emisores, en comparación con las costas españolas o del norte de África. No obstante, posee en su espacio más meridional una ventaja comparativa en relación con estos entornos y es su clima especialmente cálido en invierno, sobre todo en el golfo de Aqaba con los centros turísticos de Eilat (Israel) y Aqaba (Jordania), en las costas del mar Rojo, que pueden compararse climáticamente a las Islas Canarias. Las posibilidades turísticas en el plano deportivo son abundantes y variadas. Éstas pueden agruparse en dos modalidades principales: por un lado, las desarrolladas en el litoral y los lagos (submarinismo, esquí acuático, vela, natación, etc.) y, por otra parte, los deportes de montaña como el esquí, practicable en más de seis estaciones en las montañas de Turquía y una en Chipre, en la ladera occidental de los montes Troodos, además de la oportunidad de practicar el
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Parte III: Las regiones turísticas
100%
80%
60%
40%
20%
Visitantes
Bahréin (93)
Chipre
Turquía
Israel
Siria
Arabia Saudí (93)
0% Jordania
montañismo y senderismo, u otras modalidades propias de turismo de aventura, como la escalada, que en los últimos años se combina con visitas a los desiertos y oasis. En relación con el turismo balneario y de salud, y abundando en la variedad de atractivos de la región, pueden encontrarse espacios de enorme interés terapéutico por la riqueza mineral del agua y el barro, en combinación con un clima seco y suave, que ha convertido a ciertas zonas en verdaderos centros de salud. El mar Muerto y el mar de Galilea (Tiberíades), concentran la mayor parte de las instalaciones balnearias que ofrecen tratamientos sanitarios en instalaciones modernas, que en ocasiones se combinan con actividades deportivas. A pesar de las modas, no puede decirse que se trate de un nuevo aprovechamiento turístico, como ilustra el histórico destino de las termas israelíes de Tiberíades o las de Bursa en Turquía, con importantes edificios otomanos, o las espectaculares cascadas de aguas termales sobre calizas de Pamukkale, en el mismo país, usadas por los romanos por sus cualidades curativas. Finalmente, en conexión con el proceso de paz iniciado en 1993, se empiezan a advertir en los programas de algunos de los gobiernos de este espacio estrategias que incentivan la inversión para crear nuevas infraestructuras capaces de acoger congresos y convenciones internacionales, de entre los cuales destaca sobre todo el caso israelí. En la última década, las tendencias del mercado turístico internacional han sido alcistas, al tiempo que otros destinos de la Europa Occidental perdían cuota de mercado. Las cifras son enormemente ilustrativas al respecto, ya que si atendemos al número de llegadas e ingresos desde el extranjero, en algunos casos como Israel o Turquía, suponen niveles de crecimiento récord, con cifras comparativas entre 1982 y 1992 que llegan a superar el 400% de incremento. Todo ello, sin tomar en consideración las cifras de visitantes diarios, ni los desplazamientos del turismo doméstico, que en algunos de los lugares considerados “santos” por varias religiones podrían disparar todavía más las cifras (figura 12.9). Atendiendo a estos datos, no sería descabellado pensar en el desarrollo de proyectos de base regional, teniendo en cuenta la similitud de estos recursos, y los avances en el proceso de pacificación de la zona. El número de turistas podría aumentar si se considerase seriamente la oportunidad de articular las visitas a varios países, como puntos de un mismo paque-
Kuwait
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Turistas
FIGURA 12.9. Relación entre el número total de turistas internacionales y visitantes en los países del Próximo Oriente, Península Arábiga y Oriente Medio. Fuente: OMT (1997).
te más amplio, que ligase Israel con Siria y Jordania en forma de visitas cortas o excursiones. En esta misma línea, la cooperación regional en marketing turístico para Oriente Próximo y el Mediterráneo Oriental puede estimular un desarrollo turístico articulado de estos espacios. Merece una mención especial, por su singularidad geográfica, el caso de la isla de Chipre, a mitad de camino entre tres continentes (Europa, África y Asia), la cual, a raíz de la ocupación turca del norte de la isla en 1974, se encuentra dividida en dos estados: la República de Chipre, con capital en Nicosia (o Lefkosia, en griego), y la República Turca del Norte de Chipre, con capital en Famagusta, y que no está reconocida por la ONU (de hecho, entre 1974 y 1994 se han formulado 65 resoluciones del Consejo de Seguridad y 12 de la Asamblea General de las Naciones
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Capítulo 12: Asia
Unidas, condenando la ocupación turca del tercio norte de la isla de Chipre). La mitad meridional de la isla de Chipre (la grecochipriota) es la que más intensamente se inserta en los circuitos turísticos internacionales, y la que atesora buena parte de los recursos turísticos de la isla, que se concentran en dos sectores: • Los montes Tróodos, presentan una densa vegetación, e incluso una pequeña estación de esquí, y en sus laderas pueden encontrarse nueve iglesias bizantinas declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, de modo que lo convierten en un atractivo cultural y artístico de primer orden. • El litoral sur de la isla, ofrece una serie de destinos consolidados en el producto sol y playa como Pafos, Larnaka, Limasol y Ayia Napa. La primera de las ciudades, además, cuenta también con la declaración de Patrimonio de la Humanidad, y en todas ellas el producto cultural complementa con éxito las estancias en la costa, que además se encuentra enriquecido con la oferta de golf (Pafos) y talasoterapia (Limasol). Ambos recursos justifican que en 1997 acudieran a la República de Chipre más de dos millones de turistas, casi tres por cada habitante local, que generaron, según datos de la OMT, unos ingresos superiores a 1.600 millones de dólares. Sus clientes principales son en un 90 % europeos (británicos, alemanes, suizos y escandinavos, por ese orden), seguidos muy de lejos por el mercado libanés, ligado a Chipre por compartir la religión maronita (105.000 turistas). Pese a todo, la oferta de alojamiento sigue siendo escasa, con algo más de 35.000 camas para todo el país en 1996.
12.1.2. Península Arábiga Por su personalidad geográfica desgajada del continente, es una región mucho más sencilla de delimitar que la anterior. La Península Arábiga fue definida en 1939 por Beaujeau-Garnier, como “un trozo de desierto empapado de petróleo, cuna del Islam y dividido de un modo curioso” y, a pesar de los casi sesenta años transcurridos desde este escueto enunciado, sigue manteniendo todo su vigor.
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En efecto, su principal fuente de ingresos procede de la extracción petrolífera y de la comercialización del crudo y sus derivados. Aun así, no son despreciables las exportaciones de pieles, minerales y metales preciosos, sin olvidar los ingresos obtenidos por las peregrinaciones a las ciudades santas de La Meca y Medina. No obstante, algunos países como Kuwait buscan diversificar su fuente de ingresos con otras ramas industriales, pero sobre todo con las inversiones en el extranjero y el desarrollo del sector servicios. Al igual que en las otras dos zonas del entorno del Asia Sudoccidental, la guerra del Golfo marcó un dramático hito de referencia, tanto en el plano económico y social como en el turístico, por la alineación directa o indirecta de estos países en la plataforma anti o pro-iraquí, cuyas consecuencias aún son palpables en el equilibrio comercial y presupuestario de los países que componen este conjunto. En ellos el crecimiento vegetativo es muy elevado, aunque sin alcanzar las cifras del Sudeste Asiático. Sin embargo, la debilidad generalizada del poblamiento sobre un dominio árido propicia unas densidades poblacionales bajas, a excepción de Bahréin y Kuwait, de las notables densidades agrícolas de Omán, y de las costas occidentales de la península, posibles gracias a la disponibilidad de reservas hídricas, puesto que se ven ligeramente beneficiadas por el monzón húmedo de verano. De estos datos se deduce la existencia de un entorno natural poco homogéneo, con intensos contrastes entre la costa oriental y occidental y el corazón de Arabia Saudí, entre los fuertes ingresos de las extracciones petrolíferas o la agricultura comercial y la precaria subsistencia de la población dedicada al pastoreo nómada o a la agricultura de secano. Precisamente este atractivo contraste entre el mundo árabe tradicional y la modernidad industrial y urbana es uno de los factores que más claramente diferencia a este grupo de países del resto de unidades de la región del Asia Sudoccidental. En este contexto, resulta especialmente atrayente el contraste de los barrios árabes tradicionales, con sus mezquitas y zocos, y con la típica morfología de ciudad antigua sembrada de callejones en la que todavía se observa la distinción gremial de los barrios, frente al moderno perfil, similar al de cualquier ciudad occidental, del corazón de sus ciudades comerciales, tanto en Kuwait, como en los Emiratos Árabes Unidos o en Qatar.
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Parte III: Las regiones turísticas
En general, la accesibilidad es buena (excepto en espacios fronterizos por inestabilidad política) y el alojamiento abundante y de elevada calidad, sobre todo en el área occidental de la región. Por sus características naturales, pueden distinguirse varios espacios turísticos dentro del conjunto de la Península Arábiga. Por un lado, el entorno turístico de alto nivel del sur del Golfo Pérsico, en el que destacan las posibilidades de turismo costero con un fuerte potencial de desarrollo del turismo deportivo náutico, gracias a la morfología de su litoral en el entorno de la ensenada de Dubai (uno de los emiratos que integran los Emiratos Árabes Unidos). Por otro, es de señalar la oferta de turismo de sol y playa de las costas occidentales, más cálidas y húmedas conforme se avanza hacia el sur, las cuales, con un esfuerzo de coordinación regional internacional, podrían llegar a convertirse en la Riviera del Mar Rojo. Al margen de sus recursos costeros, el interior de la península ofrece una sorprendente variedad natural que podría favorecer el turismo de aventura, con el desarrollo de visitas a los oasis del desierto saudita o el montañismo en la cordillera litoral yemení, que alcanza los 3.000 m entre laderas abancaladas, alternado con el turismo cultural de la vista a yacimientos arqueológicos y sepulcros cercanos, o del patrimonio natural en Omán. No obstante, sin lugar a dudas, los principales centros receptores de visitantes de esta subregión son las ciudades de Medina y La Meca, que atraen a peregrinos de todo el mundo islámico, haciendo de este espacio el centro comercial y turístico de la península.
12.1.3. El Oriente Medio Al igual que la mayor parte de los países que conforman la región del Asia Sudoccidental, el Islam es el principal vínculo de unión de la subregión del Oriente Medio, que abarca las repúblicas islámicas de Irán, el sur de Afganistán y la parte occidental de Pakistán. Es, además, nota común su antigua importancia como escenario de las grandes rutas caravaneras del mundo eurasiático, de la seda y las especias, hasta la apertura en 1869 del Canal de Suez, que asestó un duro golpe a las rutas de transporte terrestre interior. Desgraciadamente, también comparten cierto clima de tensión política que ha desembocado en la últi-
ma década en brotes de violencia y guerras que han afectado profundamente el desarrollo económico de estas naciones. Del mismo modo, a grandes rasgos, comparten un medio físico hostil marcado por la sucesión de cadenas montañosas desde la cordillera de Zagros hasta la meseta del Beluchisán (Pakistán), pasando por las vastas extensiones desérticas iraníes debido al efecto climático continental y a la naturaleza salina de los suelos. Al este de estas unidades destaca la doble cadena del Hindu Kush que alcanza cotas cercanas a los 7.500 m de altitud. Todo ello propicia una serie de elementos comunes en las características de sus recursos turísticos naturales y culturales. Las mayores densidades poblacionales, en relación con las condiciones del medio físico, aprovechan la relajación topográfica y las posibilidades de aprovisionamiento hídrico en las costas del mar Caspio, donde se encuentran los espacios agrarios más fértiles de la región. La accesibilidad y capacidad de alojamiento se encuentra íntimamente ligada a las condiciones topográficas y a la inestabilidad civil de determinadas regiones, en las cuales no sólo es difícil la práctica de actividades recreativas y el desarrollo turístico, sino que éste llega a ser desaconsejado por los propios gobiernos afectados. A pesar de ello, este espacio reúne importantes recursos potencialmente turísticos. En lo referente al patrimonio histórico y cultural, la mayor parte de sus atractivos se halla relacionada con su pasado como cuna de la civilización persa, antigua y refinada, o a su vinculación a la Ruta de la Seda durante siglos en el caso del llamado Triángulo de Oro (Hamadan-Bakhtaran-Khorramabad) por su enorme riqueza histórica. Sus capitales, antiguas y modernas, y sus ciudades ofrecen restos de su pasado gremial, de la arquitectura mogol y colonial, así como notables mezquitas, mausoleos y bazares. El atractivo cultural y natural se hace único en las tierras del norte de Pakistán, donde se encuentran las montañas de retiro de Mingora, con abundantes monasterios y estatuas budistas apenas conocidas en el hermoso valle de Swat. Además, el aislamiento físico de algunos espacios a lo largo de los siglos ha hecho posible que, todavía hoy en el noroeste de este país, puedan encontrarse en la región de Chitral espacios salvajes bajo leyes tribales paganas que han empezado a conocerse en los últimos años.
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Capítulo 12: Asia
La práctica de turismo deportivo, náutico en las riberas de los lagos y del mar Caspio; o de montaña, con la práctica del esquí en Elburz (Irán), tiene un carácter fundamentalmente nacional. No obstante, es destacable el atractivo internacional para la práctica del montañismo especializado que suponen las montañas del Hindu Kush, en Afganistán y Pakistán, y su prolongación en las montañas del Karakorum en los territorios de Jammu y Cachemira, disputados por India, China y Pakistán, que serán estudiados dentro de la unidad del Himalaya en el subcontinente indio.
12.2. El entorno indostánico La imponente barrera montañosa del Himalaya y el océano Índico delimitan este inmenso espacio de más de cuatro millones de km2, que le ha valido la denominación del “subcontinente indio”, en virtud de la variedad paisajística y cultural que engloba. Esta región abarca cuatro pequeñas naciones como Sri Lanka, Nepal, Bután y República de las Maldivas, dos grandes estados, como son la India y la parte oriental de Pakistán (orilla izquierda del Indo), y uno intermedio, Bangladesh. La pluralidad de este espacio es una de sus características básicas. En él el abanico de paisajes varía desde las regiones septentrionales marcadas por el reborde montañoso de la cordillera de mayor altitud del mundo, hasta los medios monzónicos, o los subecuatoriales y ecuatoriales del sur de la península y de los conjuntos insulares indios, pasando por la gran llanura central, dentro de la cual las diferencias topográficas y climáticas son notables. A pesar de esta enorme diversidad, la personalidad geográfica del conjunto indostánico en el contexto del Asia Meridional queda fuera de toda duda. En efecto, el dominio más o menos evidente de la civilización y la religión hindú da cohesión al conjunto a pesar de la multiplicidad religiosa y lingüística de la India, y la distingue con respecto al Sudeste Asiático. Además, a pesar de la existencia de acusadas diferencias históricas entre unas regiones y otras, incluso dentro de los mismos países, la colonización inglesa ha supuesto un factor fundamental, que ha dejado su huella en la economía y la cultura de las naciones que conforman esta región. La ubicación de los asentamientos humanos, relacionado con el relieve y las condiciones climáticas,
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es otro rasgo común a estos países. Es innecesario insistir en el hecho de que estos factores imponen serios condicionantes en la distribución de las concentraciones de población, que buscan las mejores condiciones térmicas, exposición a los flujos húmedos y posibilidad de abastecimiento hídrico. Es por ello que las mayores densidades poblacionales del conjunto indostánico se sitúan en el entorno de los colectores fluviales principales, tradicionalmente sobre las llanuras de inundación, sobre sus valles y deltas, sobre todo en la bahía de Bengala, y en torno a los cursos del Indo y Ganges. Debemos recordar, no obstante, que el dominio monzónico afecta a una parte importante del conjunto, propiciando períodos de intensas lluvias (generalmente de mayo a septiembre), que dan lugar a grandes variaciones del caudal de los ríos con los consiguientes desbordamientos e inundaciones, en muchas ocasiones de consecuencias catastróficas. Pese a la existencia de las islas industriales en algunos estados de la India y en Pakistán, puede decirse que nos encontramos en un contexto económico marcado por el subdesarrollo, con gravísimos problemas de superpoblación, una organización social desequilibrada y un escaso dinamismo económico. Por ello, no extraña que la mayor parte de los estados que conforman el conjunto se planteen el desarrollo turístico como posible vía de ingresos en sus maltrechas economías, en las que la agricultura sigue siendo la principal fuente de empleo y subsistencia de la población. Así pues, a pesar de los trastornos políticos y los desastres naturales, la India como principal destino turístico de la región ilustra los esfuerzos de estos países en la puesta en marcha de políticas estratégicas, centradas en cambiar la percepción de la región hacia una imagen de prestigio para el turismo de alto nivel. Si bien es cierto que, aunque algunos espacios de la región están bien preparados para recibir turistas, muchos otros necesitan una mejora importante de sus infraestructuras, tanto de la red de comunicaciones como de la calidad de la oferta de alojamiento. La accesibilidad es buena en términos generales, bien por vía terrestre, bien aérea o marítima, con una densidad y una frecuencia de trayectos aceptable (figura 12.10). Superados los fortísimos incrementos del número de llegadas en décadas anteriores, las metas propuestas plantean básicamente desarrollar las posibilidades de atracción de mercados ampliando la oferta
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3.500
2.500
2.000
Ingresos
3.000
Gastos
1.500 2.500 1.000
500
1996
1997
Maldivas Bangladesh Bután
FIGURA 12.10. Evolución del número de turistas en los países del conjunto indostánico en miles. Fuente: OMT (1997).
de plazas hoteleras y, sobre todo, mejorando las infraestructuras de acceso y alojamiento en localizaciones específicas. Dentro del conjunto, la India representa el máximo exponente turístico, con más de la mitad de las llegadas de turistas internacionales a la zona, seguido de lejos por Pakistán y Sri Lanka. Se trata básicamente de un espacio de turismo receptor, a tenor de los datos de ingresos y gastos (figura 12.11), con claro predominio del mercado europeo. No obstante, las cifras correspondientes a Pakistán y Bangladesh, en las cuales el gasto por turismo internacional supera a los ingresos en el mismo concepto, refuerzan el hecho de que el segundo mercado turístico proceda de la propia región del Asia Meridional (figura 12.12). De acuerdo con sus posibilidades de desarrollo y uso turístico, el conjunto indostánico puede subdividirse en cuatro grandes unidades funcionales que responden tanto a sus valores paisajísticos como a la tipología turística dominante: las regiones montañosas del Norte, que incluye el reborde montañoso del Himalaya y Karakorum; la gran unidad central de la India, con los espacios más poblados del conjunto indostánico (valle del Ganges); la India del Sur, que se extiende sobre la meseta del Decán, que abarca la costa Malabar y Coromandel; y, finalmen-
1.500
1.000
500
0
India
1995
Pakistán
India Pakistán Sri Lanka Nepal
1994
Sri Lanka
1993
Nepal
1992
Maldivas
1991
Bangladesh
1990
Bután
0
2.000
FIGURA 12.11. Ingresos y gastos por turismo internacional en los países del subcontinente indio (en millones de dólares). Fuente: OMT (1997).
te, las agrupaciones insulares del entorno, de entre los cuales destaca por su reciente desarrollo la República de las Maldivas (cuadro 12.2 y figura 12.13).
Europa 42%
Oriente Medio África 5% 3% América 11% Asia Oriental 13% Asia Meridional 26%
FIGURA 12.12. Procedencia de los turistas internacionales llegados a la región. Fuente: OMT (1992).
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Capítulo 12: Asia
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CUADRO 12.2 División funcional del entorno indostánico Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Regiones montañosas del Norte
Desarrollo turístico no masivo, predominantemente internacional
Turismo deportivo Turismo de naturaleza Turismo de salud Turismo cultural
El Norte indogangético
Puntualmente intenso con predominio del turismo internacional de circuito y doméstico religioso
Turismo cultural Turismo deportivo Turismo religioso
La India central y peninsular
Desarrollo variable. Turismo internacional mayoritario y doméstico
Turismo de sol y playa Turismo cultural Turismo de naturaleza
Conjuntos insulares
Turismo internacional enclavado, que comienza a ser masivo puntualmente
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza Turismo deportivo
12.2.1. Regiones montañosas del Norte Esta región turística no puede considerarse en sí como una unidad geográfica homogénea, pues son muchos y muy variados los paisajes que en ella se encuentran. De forma sucinta está formada por los rebordes montañosos de la cordillera Himalaya y el Karakorum, abarcando parte de la India y Pakistán, Nepal y Bután. Los límites de esta unidad, reconocida por sus características topográficas se sitúan, de este a oeste, en las cadenas del vecino país de Birmania (Myanmar) y en los rebordes montañosos del espacio fronterizo indo-pakistaní incluyendo el Karakorum, definiendo así un arco que alcanza los 2.000 km de longitud. Así pues, en este amplio espacio, los matices topográficos y climáticos relacionados con la altitud y la exposición de las laderas montañosas hacen variar las condiciones térmicas y de pluviosidad, y por tanto, también la distribución de los asentamientos humanos, mucho más frecuentes en los valles y laderas orientadas al Sur. Su altitud varía desde los 300 m de las tierras bajas y hasta los más de 8.000 m en las cumbres himalayas al norte, ofreciendo un amplio abanico de espacios geográficos desde un ambiente tropical, con hábitat y vida salvaje propios de la jungla hasta el clima extremo de la región del alto Himalaya, apenas habitada por el hombre. El aislamiento, debido a la difícil accesibilidad de estas cadenas montañosas, ha tenido consecuencias
políticas importantes, como son el mantenimiento de pequeños países independientes como Bután o Nepal, cerrados durante mucho tiempo a la penetración europea, o el mantenimiento de las disputas entre la India, Pakistán y China por los territorios de Cachemira y Jammu, todavía sin resolver. La población de la región se dedica mayoritariamente a la agricultura de subsistencia o a la ganadería en torno a las granjas, que ven en el desarrollo turístico, con un considerable potencial de crecimiento, una posibilidad de mejora económica de la región o del país, según el caso. Esta región es reconocida nacional e internacionalmente por sus espectaculares paisajes de cumbres nevadas, bosques de coníferas, glaciares y ríos y con una considerable riqueza natural y cultural en multitud de parques, reservas y santuarios para la conservación de la fauna y la flora de la zona. No obstante, después de las dos últimas décadas, la explosión del trekking turístico ha puesto en peligro el equilibrio ecológico de estas sociedades basadas en los productos forestales y naturales, pero también ha lesionado las características culturales de la región. Todo ello ha llevado en el área del Annapurna (8.078 m), en Nepal, a considerar la creación de un nuevo concepto de región protegida, teniendo en cuenta la enorme extensión del área que reúne variedades culturales, paisajes y microclimas distintos, que han de regirse por esquemas también diferentes.
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 12.13. El espacio turístico del entorno indostánico.
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Capítulo 12: Asia
Toda la región cuenta con un interesante precedente turístico (al margen de las peregrinaciones a las fuentes del Ganges), a principios del siglo xVIII siguiendo las costumbres europeas e inglesas de la época en busca de las temperaturas moderadas de la montaña para sus curas de salud. Esta larga tradición, conocida entre los indios en estaciones a menor altitud, se desarrolla en estaciones para el descanso y el relax del valle de Cachemira desde el cual se dominan espectaculares panorámicas. Con el tiempo, estas estaciones-refugio se han convertido en el lugar de partida para las expediciones de montañeros a algunas de las mayores cumbres del planeta. Además de la práctica deportiva del montañismo y el trekking, o la práctica de algunas actividades propias del turismo de aventura como el rafting, excursiones en elefante, o paseos en canoa, la apertura de Nepal y Bután ha dado al Himalaya nuevos atractivos, relacionados con la búsqueda de la espiritualidad y la meditación, que llegó a convertir a Katmandú en un verdadero centro de peregrinación para los hippies en las décadas pasadas. Por otra parte, la profusión de templos, monasterios y sepulcros budistas e hinduistas a lo largo de la región supone un atractivo añadido a uno de los escenarios naturales más espectaculares de la Tierra, capaz de atraer por sí mismo a un turismo internacional cada vez más numeroso.
12.2.2. El Norte indogangético Al sur de la unidad montañosa y al norte del golfo de Bengala y los Montes Vindhya, queda definida la unidad de la gran llanura Indogangética, que abarca el estado de Bangladesh, parte de Pakistán y el espacio más poblado de la India, en el cual se encuentran las bases físicas y humana de esta gran potencia; es decir, como su propio nombre indica, ocupa los valles del Indo y el Ganges. En esta zona se pueden definir varios conjuntos paisajísticos, que pasan de un extremo climático a otro, desde el delta del Ganges y Brahmaputra o las llanuras surcadas por los grandes ríos y sus interfluvios, la jungla y las marjales que las separan del Himalaya, hasta las extensiones trigueras del Punjab o el desierto de Thar. Es un espacio variado en el cual coexiste la pobreza de la población agrícola, azotada por desastres naturales, con el desarrollo industrial y tecnológico
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de las grandes ciudades. El contraste es uno de los atractivos de la región en la cual se encuentran macizos montañosos arbolados y extensos desiertos en los que conviven la tradición y la modernidad, perfectamente ilustrada en las grandes ciudades industriales como Islamabad, Karachi, Delhi, Nueva Delhi y Chandigarh. Son destacables en este sentido las ciudades de Calcuta y Bombay, las más pobladas de la India, centros de negocios del país, así como creativos e intelectuales. La riqueza patrimonial cultural y arquitectónica hindú, islámica o colonial de todo el conjunto es el principal activo turístico de la región, y el principal elemento de conexión en las rutas internacionales establecidas por los operadores turísticos. En los últimos años, buscando una reorientación de la oferta turística y la captación de nuevos segmentos de mercado, se intenta lanzar al exterior una imagen de turismo de elite a partir de la conversión de antiguos palacios reales en hoteles de lujo, y del intento de difundir el turismo de incentivos y congresos en este marco, con el apoyo del gobierno indio. El turismo internacional de circuito es el principal mercado de la región, que recorre las ciudades monumentales de Dehli, Agra y Jaipur, que conforman el triángulo de oro, en la puerta del desierto de Thar, jalonado de palacios y fortalezas. Pero no es el patrimonio arquitectónico su único recurso turístico, ya que son notables los yacimientos arqueológicos de la provincia de Sind en Pakistán que muestran restos de algunas de las culturas más antiguas de la Tierra. Del mismo modo, es necesario dar el lugar que corresponde a los flujos turísticos nacionales relacionados con el turismo religioso y de peregrinación hacia las ciudades santas de las orillas del río sagrado Ganges, de entre las cuales destaca Varanasi (Benarés). Es igualmente importante la variedad de actividades recreativas y deportivas de agua y tierra ofertadas al turista, que abarca desde la visita a las numerosas reservas naturales para observar la fauna y la flora de la zona, hasta los recorridos por el desierto o las excursiones y posibilidades de practicar el montañismo y el trekking en las elevaciones cercanas. Sus espacios litorales, a pesar de contar con algunas de las playas más largas y anchas del mundo con aguas azules en la Bahía de Bengala, con unos entornos espectaculares con palmeras y cocoteros, mezquitas y minaretes, se hallan muy poco desarrollados.
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Parte III: Las regiones turísticas
12.2.3. La India central y peninsular Esta región está constituida básicamente por los territorios de la península del Dekán, al sur de los Montes Vindhya, como umbral geográfico sembrado de macizos montañosos que dificultan la accesibilidad. Por sus características físicas, históricas y culturales, se incluye también en esta región turística la isla de Sri Lanka (antes Ceilán). Su medio físico, en general, está marcado por las fuertes temperaturas y la complejidad de su régimen de precipitaciones, dependiendo de la altitud y la exposición a los flujos húmedos del monzón. En este sentido, es destacable el cambio en las estaciones turísticas, de noviembre a abril, o de abril a septiembre, según se trate de destinos situados en la costa occidental u oriental respectivamente. La población de la región se distribuye de norte a sur, en una serie de franjas desigualmente pobladas, con mayor peso demográfico en la mitad occidental, sobre todo en la umbría de los Ghates. Su economía es predominantemente agrícola, con cultivos de plantación algodonera en el interior, y de caña de azúcar en la costa oriental, así como de té en Sri Lanka, todos ellos restos del pasado colonial de la zona. No obstante, también posee centros de extracción de minerales y algunos de los centros industriales y comerciales más importantes del país, como Bombay, Bangalore o Madrás, antiguo centro de comercio con Persia, China y Ceilán. Así pues, se trata de un espacio cambiante, aunque unido por una historia común. Su base económica es igualmente variada pero, al igual que la mayor parte de los estados indios, éstos han declarado al turismo como una industria a la que hay que preparar el terreno con incentivos y concesiones. No obstante, lo más preocupante en el plano económico deviene de la situación de inseguridad civil que afecta a Sri Lanka, que ha afectado particularmente desde los años noventa a la industria turística. Tanto en el antiguo Ceilán, como en la costa Coromandel o en la Malabar, esta región ofrece largas y hermosas playas orladas de palmeras, de entre las cuales destaca el sector de Goa y Kerala en la costa Oeste, donde se encuentra la mayor concentración de destinos turísticos de costa del país. En la costa oriental es necesario mencionar el entorno de Puri, una de las ciudades santas de la India y centro de peregrinación que, en los últimos años, ha desarrollado un complejo turístico de sol y playa. En todas ellas, la
oferta recreativa en forma de festivales y danzas, así como de deportes acuáticos, es variada. Además, estos espacios cuentan con numerosos parques nacionales, reservas y santuarios para la conservación y observación de la vida salvaje. No obstante, aunque el principal activo turístico de la región se basa en sus playas, es notable el interés de la complementariedad entre estos recursos y el rico patrimonio histórico y cultural de sus ciudades, en las cuales se entremezclan las construcciones de las ciudades modernas con los vestigios coloniales ingleses, franceses o portugueses, y con los restos arquitectónicos en forma de templos, palacios y sepulcros de las religiones cristiana, hindú, budista e islámica. Las conexiones internacionales desde este espacio y a través de él son fluidas y la accesibilidad es buena en la mayor parte del territorio, a excepción de la montaña de Sri Lanka, bajo el control de los grupos independentistas tamiles. De hecho son numerosas las rutas organizadas por los grandes operadores turísticos que, en tren, autobús y avión, atraviesan la región para dirigirse a otros espacios turísticos del espacio indostánico.
12.2.4. Conjuntos insulares Son varios los conjuntos insulares que se encuentran en la región, situados en torno a la península del Decán. Las islas de Andaman y Nicobar al sur del golfo de Bengala y las Islas Laquedivas frente a la costa Malabar, bajo dominio indio y República de las Maldivas, al sur de éstas, en el extremo occidental. En un medio físico afectado por el monzón, con características subecuatoriales, la población basa su economía en la exportación de pescado y en el turismo, ya que la cobertura forestal tropical cercana al 80% de su superficie deja poco espacio para el aprovechamiento agrario. No obstante, aunque en todos estos conjuntos isleños el turismo es una actividad en alza, destaca de modo particular el caso de las islas Maldivas, con más de setenta complejos turísticos, y en menor medida, las islas Andaman. Su principal recurso turístico es el sol y la playa sobre multitud de atolones, islas (casi siempre de origen volcánico) rodeadas por una barrera coralina que engloba un lago de aguas poco profundas. Evidentemente, este turismo contemplativo se ve complementado con las enormes posibilidades deportivas
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Capítulo 12: Asia
que un conjunto de arrecifes coralinos puede ofrecer, en todas las modalidades de submarinismo o buceo y de deportes acuáticos de todo tipo. Algunos de los operadores turísticos más potentes incluyen a estas islas en sus programas, incluso con vuelos directos desde Europa, por el momento su principal mercado. Se ofrecen éstos como parte de paquetes combinados que incluyen visitas a Tailandia, Sri Lanka, Singapur y Malasia, incluyendo visitas a los poblados de pescadores nativos cercanos y a las más de 200 islas deshabitadas. Las cifras de llegadas reflejan un ascenso notable en el número de turistas y se traducen en la creación de nuevos destinos en las islas. De hecho, en los últimos diez años el turismo ha tenido un incremento cercano al 250%, ciertamente elevado incluso al compararlo con el 40% de crecimiento experimentado por los destinos turísticos del Sudeste Asiático; las cifras, además, auguran un continuo incremento. En este contexto, sólo la limitación de los recursos hídricos podría poner tope a esta colonización turística. No obstante, recientemente algunos complejos han instalado plantas desalinizadoras para el aprovisionamiento de agua. La mayor parte de estos destinos turísticos se encuentran en el atolón maldivo de Kaafu, donde se sitúa la capital, Malé. Aunque cada vez más abundan los complejos ubicados en los grupos de islas más al norte y mucho más al sur, rebasando el Ecuador, como el de Seenu. Estos complejos turísticos incluyen normalmente todo lo necesario: deportes y ocio, restaurantes, bares, tiendas, etc. y cada una de las islas atrae a una clientela de distinta nacionalidad. Se trata, pues, de destinos enclavados, en la mayoría de los cuales los nativos no se mezclan con los turistas, a excepción de aquellos que rodean los complejos turísticos más importantes y de los cercanos a Malé. En general la oferta suele tener un carácter ecológico que responde a las exigencias de una clientela más o menos exigente. El alojamiento suele ser en bungalows o chozas cercanos a la playa, pero en los últimos años la tendencia a la masificación, con la llegada de grupos de turistas extranjeros a estos espacios, ha propiciado la aparición de poblados turísticos mucho más multitudinarios, que incluyen además una oferta recreativa considerable. Todo lo cual, puede suponer el inicio de degradación de unas formas turísticas respetuosas con el medio ambiente físico y cultural de estas islas.
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12.3. Siberia y Asia Central Comprende esta gran región las repúblicas exsoviéticas de Kazajstán, Uzbekistán, Turkmenistán, Tayikistán y Kirguistán, además de parte de Afganistán y de Siberia, la Rusia asiática al este de los Urales. Se trata, por lo tanto, de una enorme región con escasa homogeneidad interna, que viene definida principalmente por su antigua pertenencia a la antigua URSS. El clima es extremadamente duro, con una fortísima continentalidad, que se manifiesta en amplitudes térmicas próximas a los 40 ºC. Con estas condiciones y la elevada altitud media, el paisaje predominante es el estepario, aunque el importante desarrollo latitudinal permite ir desde los climas árticos y de tundra en el norte de Siberia hasta el desierto en el sur de Afganistán. No obstante, no faltan grandes áreas pantanosas en torno al mar Caspio y a los grandes cursos fluviales (Ural, Sir Daria, Amu Daria), frecuentemente sobreexplotados para el aprovechamiento agrario, sobre todo de algodonales, hasta el punto de haber provocado la desecación del Mar de Aral, entre Kazajstán y Uzbekistán. Hacia el este, la progresiva elevación del terreno (que culmina en los montes Tian Shan, a casi 7.500 m de altitud) significa una suavización de esos rasgos estepario-desérticos, favoreciendo el cultivo y por tanto la ocupación humana. Por esta razón y por motivos históricos (la Ruta de la Seda), las principales ciudades de Asia Central se encuentran en su sector oriental, a los pies de la cadena montañosa (Almaty, Tashkent, Samarcanda, Dushanbe y Frunze). Una parte importante de este territorio, Siberia, está funcional y políticamente unido a Europa dada su pertenencia a la Federación Rusa, país que a pesar de ser asiático en un alto porcentaje tiene la mayor parte de su población y sus principales centros de poder político y económico al oeste de los Urales, en la zona europea. El clima extremo, marcado por la alta latitud al norte y la continentalidad, así como el atraso económico y de comunicaciones que tradicionalmente presenta (no en vano estuvo cerrada al turismo procedente del oeste de Europa hasta los ochenta), mantienen a Siberia prácticamente al margen de los flujos turísticos que se dirigen hacia la Rusia europea. En cuanto al resto de las antiguas repúblicas soviéticas, y además del clima como elemento que nos permitiera hablar de una región del Asia Central, existen otros dos criterios menos evidentes pero
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Parte III: Las regiones turísticas
hasta cierto punto válidos: la religión y, en menor medida, la lengua. En efecto, todas las antiguas repúblicas soviéticas albergan una mayoría religiosa de confesión musulmana sunnita, aunque con importantes minorías turcas, chiítas y ortodoxas, mientras que casi todas sus lenguas son formas más o menos evolucionadas del turco, dando lugar al kazako, uzbeko, turkmeno, etc. El ruso, lengua que impuso el régimen soviético, sólo se emplea en las grandes ciudades, y suele provocar cierto rechazo en la población local. El estudio del aprovechamiento turístico de esta región es el que ofrece mayores semejanzas entre estas repúblicas. Todas ellas comparten unos recursos físicos similares: enormes montañas coronadas por nieves perpetuas, bosques impenetrables, prados y estepas de extensión desmedida, etc. y todo ello en países apenas afectados por el fenómeno turístico, debido a una serie de factores: 1. La inestabilidad política de la zona, especialmente manifiesta en Tayikistán y Afganistán, cuya visita está de momento desaconsejada. En el resto de los estados teóricamente no existen problemas, pero todos ellos siguen exigiendo visados para los turistas llegados de países no adscritos a la antigua órbita soviética o comunista (las quince repúblicas ex-soviéticas, Europa Oriental, China, Cuba, Corea del Norte y Laos), e incluso Tayikistán los exige también a estos últimos. 2. Esta inestabilidad, y el aislamiento de esta gran área durante la época soviética han condicionado una enorme falta de infraestructuras adecuadas para la actividad turística (sanitarias, de transporte, alojamiento y servicios). Las deficientes comunicaciones son determinantes en la elección de los destinos, de modo que los escasos flujos de visitantes se concentran en las principales ciudades (Almaty, Samarcanda, Tashkent, Bujara). 3. La inseguridad económica. Desde la desmembración de la URSS, la inflación ha aumentado de forma considerable, las monedas locales se devalúan de forma constante y el mercado negro se ha convertido en una práctica habitual. Las tarjetas de crédito y los cheques de viaje son casi desconocidos excepto en los mejores hoteles de las principales ciudades. En Tayikistán, además, no existen sucursales de bancos extranjeros. Sólo dólares en metálico son un dinero seguro. 4. Las condiciones sanitarias. Se advierte de la posibilidad de epidemias de malaria en las fronteras
uzbeco-afgana y tayiko-afgana. Son necesarias vacunas contra el tifus, la polio y la rabia en Uzbekistán, Tayikistán, Afganistán y Pakistán, y el agua debe ser hervida para su consumo en casi todas las repúblicas de Asia Central. En algunas de ellas, como Kirguistán y Tayikistán se aconseja al visitante que lleve su propio botiquín, debido a la escasez de medicamentos. En su favor, todos estos países cuentan con alguna ventaja evidente: son (salvo Samarcanda y algún otro enclave aislado) prácticamente desconocidos en Occidente, a lo que debemos sumar la competitividad de sus bajos precios. Como se ha indicado, la oferta hotelera apta para turistas en estos estados es casi inexistente. Kazajstán, por ejemplo, una nación que quintuplica la extensión española, sólo cuenta con trece hoteles en todo el país, aunque esta oferta se ve ampliada si tenemos en cuenta las turbazas, pequeños adosados rurales en los que, por uno o dos dólares se tiene derecho al alojamiento y a tres comidas diarias. Desde el punto de vista de la oferta turística, podrían encontrarse tres subregiones de rasgos similares. La primera de ellas sería Siberia, con importantes recursos naturales e incluso económicos, y un alto potencial si se produjese una recuperación de Rusia. La segunda es la formada por los territorios de Kazajstán y Uzbekistán, de escaso desarrollo pero notable potencial. Un tercer espacio de características similares, engloba las repúblicas de Turkmenistán, Tayikistán, Kirguistán y parte de Afganistán marcados por la inestabilidad política que limita fuertemente su incorporación al mercado turístico (cuadro 12.3 y figura 12.14). Siberia presenta atractivos importantes, algunos de origen humano como el recorrido en el Transiberiano, que une Moscú con Valdivostok, en la costa Pacífico; la vista a los gulags, los campos de concentración de disidentes en la época stalinista, que al igual que los campos de concentración alemanes se están convirtiendo en la memoria histórica de una de las grandes tragedias de este siglo; y un cierto turismo de negocios hacia algunas ciudades industriales surgidas en la época soviética, aunque la mayoría de ellas se encuentren en situación de crisis. De todos modos, sus principales recursos, y los que pueden potenciar su apertura turística en las próximas décadas, a medida que evolucione la economía y la sociedad rusa, son los naturales. No en vano se trata de una inmensa porción del planeta con una esca-
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Capítulo 12: Asia
sísima ocupación humana, y que guarda en su interior recursos naturales y espacios casi intactos de enorme atractivo para el turismo de aventuras y de naturaleza: los cursos fluviales del Obi, Yenisei y Lena; paisajes árticos y glaciares; el lago Baikal, el más profundo del mundo y la mayor reserva de agua dulce en estado líquido; etc. Hasta la fecha, los principales movimientos turísticos en Siberia son internos. Sin embargo, no es descartable que la recuperación económica y la normalización política de Rusia permitiese que algunos de los recursos más importantes de su zona asiática se integrasen en los circuitos que hoy día se concentran casi exclusivamente en la zona europea. Uzbekistán es la única república de Asia Central donde el fenómeno turístico tiene una cierta importancia, debido a su ubicación en el trayecto de las antiguas caravanas que desde el Mediterráneo oriental partían a Extremo Oriente, en busca de especias y sobre todo de tejidos lujosos (Ruta de la Seda), y que confirió a alguna de sus ciudades (sobre todo Samarcanda) un valor comercial, artístico y monumental de primer orden. A diferencia de Kazajstán, los recursos turísticos de este país son sobre todo monumentales, aunque por desgracia la mayor parte de ellos datan de fechas posteriores al siglo xIV, fecha en la que las hordas mongolas de Gengis Khan interrumpen sus ataques contra las ciudades de Bujara y Samarcanda. Más recientemente, han sido los terremotos los causantes del deterioro de parte de este patrimonio, como el que en 1966 asoló la capital de la república.
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Samarcanda es, sin duda, el principal destino de esta república y de toda Asia Central. Fundada hace 5.000 años, fue tomada por Alejandro Magno en 319 a. C., y destruida por Gengis Khan en 1220. Se benefició del tráfico comercial de la Ruta de la Seda entre Oriente y Occidente durante los siglos xV-xVI. Samarcanda fue también la capital intelectual del islamismo en Asia Central. El centro de la ciudad es la plaza Rajastán o Registán, donde existen tres medersas o escuelas islámicas de los siglos xV-xVII, decoradas con tejas y mosaicos azules. Bujara es, sin embargo, la capital religiosa de Uzbekistán. Hay más de 350 mezquitas y más de 1.000 escuelas religiosas. Destaca en esta ciudad el barrio de Shakristan, donde se encuentra el complejo palaciego de los emires, parcialmente destruido tras el incendio de 1920. Sólo el minarete de la mezquita Kalyam, de 47 m de altura, construido en 1127, y el mausoleo Ishmael Samani son anteriores a los ataques mongoles. En cuanto a las repúblicas de Turkmenistán, Tayikistán, Kirguistán y Afganistán, si bien sus recursos turísticos naturales y culturales justificarían la aparición de determinados flujos turísticos, la inestabilidad política y económica, así como la inexistencia de infraestructuras de acogida; esta escasa oferta se comprueba en las riberas del mar Caspio, donde se han tenido que acondicionar algunas Dom Otdykha (casas de obreros turkmenos) para acoger a los escasos visitantes extranjeros, pero desaconsejan de momento su visita y justifican su ausencia de los circuitos turísticos internacionales.
CUADRO 12.3 División funcional de Siberia y Asia Central Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Siberia
Muy escaso y puntual. Limitado al recorrido del Transiberiano y algunos recursos naturales
Turismo de aventura Turismo de naturaleza
Kazajstán Uzbekistán
Muy escaso. Limitado a algunos centros urbanos, relacionados con la antigua Ruta de la Seda. Abundantes recursos naturales y culturales quedan sin explotar por la inestabilidad política y económica
Turismo cultural Turismo religioso Turismo de aventura
Turkmenistán Tayikistán Kirguistán Afganistán
Países ajenos al turismo internacional. Incluso se desaconsejan las visitas
Inexistente, aunque existen recursos que en el futuro podrían justificar turismo de naturaleza, deportes y aventura
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 12.14. El espacio turístico de Siberia y Asia Central.
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Capítulo 12: Asia
3.500
3.000
2.500
Ingresos Gastos
2.000
1.500
1.000
Corea del Sur
Hong Kong
Taiwan
0
China
500
Japón
Se trata de un enorme y complejo conjunto (tan sólo China supera los 9,5 millones de km2) tanto en sus características físicas como humanas. Los contrastes son impresionantes entre las alturas del Himalaya, que en varios puntos del territorio chino superan los 8.000 m, las del Tien Shan por encima de los 7.000 m o la extensas planicies que forman la elevada meseta del Tíbet, frente a la depresión de Turfan (China) a más de 100 m por debajo del nivel del mar. Estas diferencias altitudinales, así como los contrastes latitudinales y las muy distintas condiciones de continentalidad implican también enormes variaciones climáticas, ya que puede encontrarse desde una importante superficie dominada por el clima de alta montaña (en China, especialmente en la región autónoma del Tíbet, pero también en zonas del norte de Japón), algunos de los más importantes desiertos de la Tierra (Gobi, Takla Makán) hasta zonas que como Taiwan o el sudeste de China presentan un clima subtropical y tropical o se ven dominadas por los monzones (gran parte de Japón), pasando por los climas templados. Pero quizá sean aún mayores las diferencias humanas, aunque todos los países que se incluyen en este conjunto comparten una característica común: los enormes contingentes demográficos. China, con más de 1.000 millones de habitantes, es el país más poblado de la Tierra; Japón, un 25% más pequeño que España, prácticamente alcanza los 125 millones; y los pequeños territorios de Taiwan y Hong Kong superan respectivamente los 20 y los 5 millones. Sin embargo, estas altas tasas demográficas generales esconden importantes diferencias de densidad, ya que por ejemplo en China la mayor parte de la población se concentra en las provincias orientales del Pacífico, mientras que la parte occidental permanece prácticamente despoblada. Estas disparidades en la distribución de la población se encuentran igualmente en los contrastes de urbanización, con algunas de las más grandes ciudades del mundo (Tokio y su enorme área metropolitana, Pekín, Shanghai) frente a un alto porcentaje de la población china que sigue manteniendo pautas de vida rurales. Finalmente, desde el punto de vista económico, la característica más espectacular es el alto grado de industrialización y los importantes crecimientos que se están experimentando en los últimos años. La senda de Japón, segunda potencia industrial del mundo y uno de los tres más importantes conjuntos económicos (junto con Estados Unidos y la Unión Europea), fue
seguida por Taiwan, Hong Kong y en menor medida por Corea del Sur, aunque con características diferentes dado que en estos casos la mayor parte de las inversiones proceden del exterior, aprovechando las ventajas que ofrecen estos países para producir manufacturas a bajo precio. En los últimos años, los enormes crecimientos han llegado también a China con motivo de la apertura económica, que ha supuesto el paso a una economía capitalista dentro de un régimen política y socialmente comunista (lo que ha dado lugar a la definición de “un país, dos sistemas”); complicado aún más con la plena incorporación en 1999 de Hong Kong, antigua colonia británica que sigue manteniendo ahora bajo control chino sus peculiares estructuras políticas y económicas. Sin embargo, si bien en Japón el crecimiento se tradujo en una prosperidad general, en el resto de los países las cifras macreconómicas aún no van paralelas ni al aumento del nivel de vida ni a la apertura política. Tan sólo Corea del Norte mantiene un estricto régimen comunista, y es uno de los países más aislados del mundo desde el punto de vista económico, y por supuesto, también turístico (figura 12.15).
Millones de dólares
12.4. El Lejano Oriente
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FIGURA 12.15. Ingresos y gastos por turismo internacional en los países del Lejano Oriente (en millones de dólares). Fuente: OMT (1998).
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Parte III: Las regiones turísticas
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Según datos de la OMT, en el año 1998 el conjunto de Asia Oriental, junto con los destinos pacíficos, superaron los 86 millones de turistas internacionales, experimentando rápidos crecimientos (tasas en torno al 7%, figura 12.16) que según previsiones llegarán a duplicar las cifras actuales en la cercana fecha del 2010.
25.000 20.000 15.000 10.000 5.000 0
1993
1994 China
1995 Japón
1996
1997
Taiwan
FIGURA 12.16. Evolución de los turistas internacionales en algunos países del Lejano Oriente (en miles). Fuente: OMT (1998).
Al margen de estas cifras, el referido informe detalla una serie de previsiones con respecto al desarrollo del sector turístico en esta zona:
a) Japón continuará siendo el principal mercado emisor de la región, aunque con un incremento de la demanda hacia sectores de playa, en detrimento del hasta ahora predominante turismo urbano. b) Se configuran también como grandes mercados emisores los denominados “tigres económicos”: Singapur, Taiwan, Hong Kong y Corea del Sur. c) El turismo europeo (y en menor medida el estadounidense) tiende a crecer en esta región, con unos objetivos orientados a las motivaciones culturales. d) China, hasta ahora eminentemente receptora, se perfila como un potencial emisor, pues ya se registran aumentos en el número de desplazamientos interiores, con lo que los viajes regionales al exterior parecen ser el siguiente paso. e) El crecimiento turístico de la región promete ser tan notable que la OMT calcula que en el año 2010 absorberá el 20% del turismo internacional, frente al 1% que suponía en 1960 y el 3% en 1970. Este aumento, que parece irse confirmando, vendrá dado por la intensificación de los viajes a larga distancia, pero sobre todo por el incremento de las relaciones y del turismo de negocios motivado por el crecimiento y la apertura económica general en toda la zona. Tanto sus características netamente geográficas como turísticas llevan a la distinción de una serie de regiones funcionales, que se describen a continuación de manera sucinta (cuadro 12.4 y figura 12.17):
CUADRO 12.4 División funcional del Lejano Oriente Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Extremo Oriente Chino
Enclavado en las principales ciudades, aunque con importante presencia de determinados hitos turísticos
Turismo cultural Turismo urbano Turismo de aventura
Tíbet
Relativamente intenso, a pesar de haber estado durante muchos años aislado de las corrientes internacionales turísticas
Turismo de naturaleza Turismo de deportes Turismo religioso
Japón Corea del Sur Taiwan Hong Kong
Intenso, especialmente en las ciudades. Muy importante en Japón ligado a los negocios
Turismo urbano Turismo de compras Turismo cultural
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FIGURA 12.17. El espacio turístico del Lejano Oriente.
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Parte III: Las regiones turísticas
12.4.1. El mundo chino Dentro de China podemos diferenciar con claridad tres grandes sectores: el noroccidental, vinculado paisajísticamente al Asia Central (depresiones de Dzungaria y Tarim), el suroccidental, relacionado con el mundo himalayo (República Autónoma China del Tíbet) y el Extremo Oriente, donde se concentran los mayores flujos turísticos, la mayor oferta y los recursos más explotados, además de las mejores condiciones climáticas para los aprovechamientos agrarios, y por tanto, el asentamiento humano. Existen países exóticos donde practicar el turismo se convierte a veces en una aventura, pero China es, sin duda, uno de los más asombrosos. La propia política china se mueve indecisa entre el comunismo conservador a ultranza y un reciente aperturismo hacia una economía más o menos liberal e internacionalizada (condicionada por la reciente integración de Hong Kong y Macao, antigua colonia portuguesa), lo que imprime unas características muy particulares al fenómeno turístico en China, derivadas sobre todo del aislamiento internacional al que se han sometido (hasta hace poco el comercio exterior sólo suponía entre el 4 y el 5% de toda la actividad económica nacional). Este aislamiento comenzó a ceder en 1979 cuando las autoridades chinas, movidas por la necesidad, rompieron el férreo esquema comunista para crear cuatro Zonas Económicas Especiales (ZEE) que atrajesen las inversiones y la tecnología de los extranjeros, a la vez que mantenían exenciones fiscales y autonomía para comerciar con otros países. Se trata de Shantou y xiamen (frente a Taiwan), Zhuhai (junto a Macao) y Shenzhen (junto a Hong Kong), todas ellas en el sudeste e ideadas para facilitar la absorción de ambas colonias occidentales. Estas ZEE, “verdaderos enclaves y zonas francas” (Larivière y Sigwalt, 1991) fueron en principio muy criticadas por razones ideológicas y por la lentitud de la consecución de sus objetivos económicos, pero hoy día su éxito es innegable y han provocado que la provincia de Guangdong (con capital en Cantón), donde se asientan tres de las ZEE, se convierta en la primera comerciante de China, acaparando el 14% de las exportaciones nacionales, con tan sólo el 6% de la población. A estas cuatro se añadió en 1988 la ZEE de la isla de Hainán (33.900 km2), hecho que ha facilitado su inserción dentro de los flujos turísticos mundiales, liberalizando su economía. Pero en la práctica,
Shenzhen es la única ZEE en la que, hasta cierto punto, se han cumplido los deseos del gobierno, aunque a costa de mantener la ciudad rodeada por una valla metálica que impida el contrabando con el resto del país. Paralelamente a estos cambios, y en buena medida a causa de ellos, en 1978 se abrieron parcialmente las fronteras chinas para el turismo internacional, hasta entonces muy restringido. Es lícito emplear el término parcial porque, aún hoy, existen ciertas zonas del país que sólo pueden visitar los extranjeros si consiguen una autorización especial del gobierno chino. A pesar de ello, a partir de esa fecha, y debido al innegable atractivo de la geografía y la cultura chinas, el turismo internacional (liderado por los japoneses) ha conocido un fuerte crecimiento, hasta el punto de superar los equipamientos previstos (sobre todo el del alojamiento) durante la temporada alta (de abril a octubre), estimados en 400.000 camas, dentro de los 1.300 hoteles en los que han participado inversores extranjeros. En el resto de establecimientos hoteleros, de momento, no está permitido el alojamiento a los foráneos, y por tanto éstos no figuran en los circuitos turísticos de los occidentales. En realidad, los turistas que viajan a China en grupos organizados no precisan visado, si su recorrido ha sido autorizado por los encargados del turismo interior. Pero sí se les puede exigir a todos aquellos que viajen por su cuenta, y debe solicitarse en las Oficinas de Seguridad. En él hay que indicar las ciudades que se piensa visitar, y en cada una de ellas un encargado debe sellar el visado. Pero no obstante esto, la tendencia hacia el aperturismo chino es indudable. Por esta razón, y aunque la infraestructura turística es escasa y ocupa a pocos trabajadores, la cantidad de divisas ingresadas por este concepto es fundamental para la economía del país y permitió, en 1987, que por primera vez la balanza de pagos tuviera un saldo positivo, tras pasar en diez años (1977-1987) de recibir 250.000 personas a casi 30 millones a finales de los noventa. Todo ello convierte a China en el principal destino turístico de Asia, aunque estas cifras necesitan una explicación, pues incluyen las entradas fronterizas de los chinos procedentes de Hong Kong y Macao (que ahora no se contarán pues ya están plenamente integrados desde el punto de vista político) y a los procedentes de Taiwan (que aunque independiente en la práctica, en sentido estricto forma parte de la China continental como una provincia más), que
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generalmente visitan el país por negocios y/o asuntos familiares, y no como turistas de ocio. En realidad la cifra de turistas internacionales, excluyendo los casos anteriores, ascendió a casi siete millones en 1996, pero con espectaculares crecimientos que prácticamente llegan al 15% anual a mediados de la década de los noventa. El efecto de esta llegada de turistas ha sido muy desigual en las distintas regiones autónomas y provincias chinas. Así, en alguna de ellas como el Tíbet se ha convertido en la actividad motriz de la economía, debido al atraso y aislamiento secular de esta región autónoma, y que comienza a retroceder gracias a los 30.000 visitantes que recibe anualmente. La isla de Hainán (ZEE), por su parte, se empieza a conocer como el “Hawái chino”, puesto que se está potenciando el turismo de sol y playa en la costa sur, muy apta para ello durante los meses de invierno, cuando no le afecta el monzón veraniego. Cuenta, además, con la ventaja de su situación intermedia entre Hong Kong, Singapur, Tailandia, Bali y China, principales destinos turísticos de los turistas occidentales en esta región, los cuales suelen visitar durante algunos días esta isla semi-virgen y casi desconocida. A pesar de este producto turístico basado en el sol y playa, el turismo en China sigue siendo un hecho principalmente urbano y ligado a la monumentalidad, destacando por encima de todo Pekín (empleado también como base para visitar la Gran Muralla), xi’an, Shanghai y Cantón. No obstante, en el interior de la nación, es decir en el Asia Central, el turismo es todavía un hecho extraño, sin infraestructura alguna, no incluido en la oferta turística, y que sólo es realizable a título particular, de modo casi aventurero. El verdadero turismo internacional lo constituyen en China los casi siete millones de visitantes considerados “extranjeros” que, si bien no alcanzan una cuantía voluminosa, generan el 45% de las pernoctaciones y la mayor aportación de divisas. Se trata de turistas que participan en recorridos organizados de dos a cuatro semanas, en grupos de quince a veinte personas, alrededor de circuitos turísticos preestablecidos (y autorizados), y que se calcula suponen el 64% de los visitantes. El 36% restante de los visitantes extranjeros lo son por motivos profesionales (empresarios y hombres de negocios sobre todo de Japón, y secundariamente de Corea del Sur y Singapur).
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Los países que formaban la antigua Unión Soviética aportan también un sustancial contingente de turistas (2,5% del total), cuyo destino principal es la provincia de Heilongjiang (Manchuria) debido al barter tourism o turismo de intercambio (xinluo, 1994). Este tipo de turismo, cuyo principio de funcionamiento es el “cambio en la igualdad” se produce en las áreas fronterizas de aquellos países que presentan (por subdesarrollo, problemas económicos o estricto control gubernamental) serias dificultades para el cambio de moneda. Así, para evitar el contrabando y canalizar los flujos de la demanda, los gobiernos respectivos autorizan el turismo controlado de idéntico número de visitantes por cada sector, siempre entre ciudades que ofrezcan unas condiciones semejantes de alojamiento, manutención y oferta de ocio, tratándose, pues, de un turismo esencialmente urbano y por motivos de placer o compras. Como puede comprobarse en la figura 12.18, el principal cliente de la oferta turística china es Japón (más de 1,5 milones), debido esencialmente a su proximidad y al elevado nivel económico de sus habitantes (Courtin, 1993). Buen número de visitantes proceden de otros países asiáticos, como Filipinas, Malasia, Singapur y Tailandia, a causa del retorno vacacional de los emigrantes chinos en estos países. Europa Occidental registra mucha menor importancia en cifras globales, pero es el cliente que más ha aumentado en los últimos años, en especial en los mercados alemán y francés, debido a las acciones de promoción chinas y a los crecientes contactos con operadores turísticos europeos, mientras buena parte de los más de doscientos mil británicos se explican por los contactos con su ex colonia, Hong Kong.
Otros 22% Singapur 5% Malasia 5% Mongolia 5%
Rusia 9% Filipinas 4%
Japón 24%
Tailandia 3% República de Corea EE.UU. 11% 9% Reino Unido 3%
FIGURA 12.18. Procedencia de los turistas extranjeros en China en 1996. Fuente: OMT (1998).
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Parte III: Las regiones turísticas
Paralelamente a este desarrollo del turismo internacional, se registra un movimiento interior cada vez mayor, que alcanzó 289.000 personas durante los seis primeros meses de 1994 y es una de las razones por las que la OMT augura a China un crecimiento turístico constante en los próximos lustros, y le asigna un papel de mercado emisor cada vez más importante en el sector Asia Oriental-Pacífico (SPIC, 1994a). En cuanto a los destinos más habituales, todavía es frecuente la visita a las comunas populares (Crisà et al., 1985), que tanto se desarrolló durante la Revolución Cultural (desde 1966 hasta la muerte de Mao, diez años después), promovida por el régimen. En las comunas se visitan talleres, granjas, viviendas de los campesinos, escuelas, etc., aunque el turismo en China puede considerarse un hecho esencialmente urbano. Ahora bien, pese a que un gran número de localidades está abierto al turismo, la fuerte concentración del equipamiento hotelero en el Extremo Oriente explica que tres cuartas partes de las pernoctaciones del turismo extranjero se localicen en tan sólo nueve ciudades, que por orden decreciente son Pekín (Beijing), Shanghai, Cantón (Guangzhou), Guilin, xi’an, Hangzhou, Shuzhou, Nankín y Wuhan. Es importante, por ello, el proyecto hotelero de la empresa Holiday Inn para construir hasta cien establecimientos en ciudades pequeñas y medianas antes de concluir el siglo, “destinadas a clientes que no requieran servicios completos ni instalaciones de recreo” (SPIC, 1994d), y que sin duda diversificarán la oferta en este inmenso país. Pekín (o Beijing, “la capital del norte”), capital administrativa y cultural de China, es en la actualidad una ciudad-museo-palacio que alberga 9.470.000 habitantes en su área metropolitana, sólo superada por Shanghai. Urbanísticamente tiene la curiosidad de carecer por completo de centro histórico, en el sentido que los occidentales damos a esta expresión (núcleo originario de la ciudad, de calles estrechas e irregulares). Su plano presenta una estructura ortogonal, con calles que se cortan perpendicularmente, como si fuera una ciudad nueva implantada ex novo en un país de América del Sur, a pesar de su bimilenaria historia. Dentro de esta retícula, una casilla fundamental de 40 Ha es la Plaza de Tiananmen, corazón cultural y político de China, y tristemente célebre tras los sucesos de 1989. Junto a la Plaza se abre la Puerta de Tiananmen (o Puerta de la Paz Celestial), que da paso a la Ciudad Prohibida y a algunos de los mejores museos de Pekín. A pesar de su nombre, hoy se permite visitar todo el
complejo, aunque callejear por Pekín sigue siendo la experiencia más enriquecedora para un occidental. La Ciudad Prohibida alberga el palacio imperial, residencia de los emperadores chinos desde 1420 hasta 1924. En su interior los patios y jardines se suceden entre casi una veintena de palacios, algunos de ellos reconvertidos en museos. Pero la política china promociona en Pekín, sobre todo, la oferta de templos y palacios imperiales, es decir, la China “monumental”, que culmina para los occidentales en la famosa Gran Muralla China (Wang Li Chang Cheng). La parte actualmente visitable, llamada Badaling, se construyó bajo la dinastía Ming (de finales del xIV a mediados del xVII). Tiene una altura media de 7,8 metros, con torres de guardia construidas a intervalos regulares, que servían para cobijar a los centinelas. xi’an (2.390.000 habitantes), que al igual que Pekín se dispone en forma ortogonal, es una ciudad de gran pasado histórico, como denota el yacimiento neolítico de Banpo (6000 a. C.) y el que fue capital de China durante más de un milenio (desde el siglo II a. C.). Posee por ello una enorme riqueza patrimonial y sobre todo arqueológica, con tumbas imperiales y animales tallados directamente en la piedra, que culmina en la tumba del primer emperador de la dinastía Qin (Qinshi Huangdi, quien ordenó la construcción de la Gran Muralla). En la cercana ciudad de Lintong, donde se han hallado casi 8.000 figuras de guerreros y caballos esculpidas en terracota a tamaño natural (entre 1,78 y 1,87 cm). Shanghai, por su parte, carece del encanto histórico de las anteriores, pero es en la actualidad, con sus más de trece millones de habitantes, el centro industrial y comercial más importante de China gracias a su puerto, que durante buena parte del siglo xIx se desarrolló merced a su conexión con Europa (sobre todo con el Imperio Colonial Británico), escapando totalmente al control chino (Tratado de Nankín, 1842). Fruto de todo ello, Shanghai es hoy el centro financiero y económico del país: la producción industrial del municipio es superior a la de cualquier provincia de China (excepto la de Liaoning, en Manchuria). Es la primera productora nacional de textil y la segunda de acero, y sus tierras (aluviales, fruto de los aportes del Yang Tse) son las más fértiles de China. Ofrece la imagen de una ciudad comercial, muy viva, dinámica y en la que las actividades portuarias siguen teniendo un peso importantísimo dentro de sus funciones. Es, por decirlo así, la ciudad china más occi-
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Capítulo 12: Asia
dentalizada, como lo atestiguan sus rascacielos y la presencia de compañías comerciales extranjeras en sus calles principales (Nanjing lu). Se diferencia, pues, de las demás ciudades chinas por su decidida vocación comercial (gran parte de su atractivo reside en ir de compras por los Almacenes de la Amistad) y por la fama que obtuvo durante la Segunda Guerra Mundial como ciudad de ocio (casinos, discotecas) y centro de prostitución. En la actualidad, sin embargo, estas actividades son duramente reprimidas y Shanghai ofrece una imagen más tranquila que la de hace cincuenta años. Nankín (o Nanjing, “la capital del Sur”), que actualmente cuenta con más de dos millones de personas, fue capital de varios reinos chinos durante casi siete siglos. Fruto de ello conserva todavía sus murallas, de trazado irregular y varias tumbas de emperadores que confieren a su urbanismo un patrimonio envidiable. También es famosa la ciudad por el puente que cruza el Yang Tse, que une a la espectacularidad de sus más de 5 km de largo, la importancia que tuvo para las comunicaciones de toda China, pues fue el primero que consiguió salvar el río y unir la China del norte con la China del sur. Wuhan, aguas arriba del Yang Tse, es un puerto fluvial de primer orden y una populosa ciudad de tres millones y medio de habitantes. Aunque en su interior existen templos de gran interés (sobre todo el templo Yuangui Si, de la dinastía Qing, con más de quinientas estatuas), es en los parques donde reside su principal atractivo. Destaca especialmente el Parque del Lago del Este, bordeado en sus orillas por numerosos palacetes y pabellones que conforman la oferta turística local, enriquecida por encontrarse en el trayecto fluvial del Yang Tse. Cantón (que en muchos atlas figura ya con el nombre actual de Guangzhou) ha sido durante muchos siglos la ciudad china más relacionada con Europa, desde la llegada de los misioneros en el siglo xVI, y sobre todo durante el siglo xVIII, gracias a los intercambios con Inglaterra a través de la Compañía de las Indias Orientales. A esta mezcla de culturas hay que añadir la cercanía de las colonias de Macao y Hong Kong (100 km río abajo) y la presencia musulmana, extraña en el Oriente chino, asentada desde el siglo VII y que se refleja en la actualidad en una mezquita para sus fieles. Hoy Cantón, con unos cuatro millones de habitantes, posee el aeropuerto más grande del sur de China y cinco hoteles “especialmente reservados para alojar extranjeros en cualquier tem-
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porada” (Crisà et al., 1985), aunque si éstos se saturan pueden habilitarse habitaciones en otros hoteles. Como valoración final, conviene apuntar que ha cambiado la actitud de las autoridades chinas con respecto al turismo extranjero: mientras antes se utilizaba a los turistas para propagar las excelencias del régimen, actualmente se contempla el fenómeno turístico como una industria necesaria, generadora de divisas. Por ello lo han insertado dentro de sus planes de desarrollo económico, con el objetivo de aumentar la llegada de visitantes extranjeros hasta los diez o doce millones anuales para final de siglo.
12.4.2. Hong Kong: los beneficios de un puerto franco Hong Kong (o xianggang), era un enclave colonial británico en el sudeste de la República Popular China, que acoge en tan sólo 1.068 km2 a casi seis millones de personas. Su origen se debió a los intereses comerciales y estratégicos ingleses, como escala en la ruta comercial con Extremo Oriente y Australia, aprovechando uno de los mejores puertos naturales del mundo para buques de gran calado (el Victoria Harbour), además de ser el punto de contacto comercial entre Occidente y China. Con todo ello y gracias a la emigración llegada de China (siempre) y de Vietnam (1978-1979), Hong Kong constituye en la actualidad uno de los puertos francos y centros bancarios y financieros con mayor movimiento del mundo. Es conocida como uno de los “cuatro pequeños tigres económicos”, junto a Corea del Sur, Taiwan y Singapur. Su economía depende del intercambio mundial de mercancías y del turismo extranjero, que en 1996 superó los once millones de visitantes, de los cuales 2,3 millones procedían de la República Popular China. Esta cifra tan cuantiosa de llegadas (que casi duplica la población local) desborda la capacidad de alojamiento y manifiesta una grave carencia de camas de hotel, que se esperaba solucionar con la entrada en funcionamiento de varias líneas ferroviarias que mejorasen las comunicaciones terrestres con el resto de China. De este modo, las localidades vecinas podrán ofertarse como ciudades-dormitorio para turistas de Hong Kong, conformando un área turística más amplia, especializada y mejor definida que el actual foco puntual que es la ex-colonia británica. Hong Kong ofrece como principal atractivo la exención fiscal y de aranceles que le supone su condición
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Parte III: Las regiones turísticas
de puerto franco, por lo que las funciones comerciales se encuentran plenamente desarrolladas. Esta libertad fiscal atrajo las inversiones chinas (tras la Segunda Guerra Mundial), y norteamericanas, japonesas, neerlandesas y suizas en la actualidad, favorecidas por una mano de obra abundantísima y de muy bajo coste (trabajo domiciliario). En la actualidad, Hong Kong es una escala habitual, como Singapur, en los viajes ofertados por los operadores turísticos occidentales, como complemento a los largos recorridos que llevan a China, Japón o Tailandia. Para Go et al. (1994), la media de pernoctaciones de un turista extranjero en Hong Kong se mantiene en torno a las 3,5 noches por persona desde 1985 y hasta 1993, con lo que la estancia en la ex-colonia británica supone cuando menos un tercio del tiempo total destinado al viaje, cifra que da idea de la importancia que ha adquirido Hong Kong, dentro de los circuitos turísticos internacionales en Asia Oriental. Junto a esta motivación del turismo de compras, es también importante la función financiera y bancaria, auténtico motor de su economía, que provoca la llegada de numerosos hombres de negocios japoneses, y en menor medida norteamericanos y europeos. Hasta principios de los noventa, el liderazgo de las llegadas correspondía a Taiwan, lo que se explicaba por la ausencia de vuelos directos entre China y Taiwan, con lo que para viajar entre ambas naciones era preciso hacer escala en Hong Kong (Go et al., 1994), incrementando las llegadas a la ex colonia británica. Ambos países carecen de relaciones diplomáticas desde que, con la revolución de Mao Tse Tung en 1949, las tropas nacionalistas chinas –encabezadas por Chiang Kai Chek– se refugiaron en la isla de Formosa, hoy Taiwan, estabeciendo allí un régimen capitalista abiertamente enfrentado a las tesis ortodoxas maoístas. Sin embargo, a mediados de la década esta posición la ocupaba ya Japón (figura 12.19), aunque Taiwán 16%
Japón 20%
EE.UU. 6% China 20% Reino Unido 3%
República de Corea 3% Otros 32%
FIGURA 12.19. Procedencia de las llegadas internacionales a Hong Kong en 1996. Fuente: OMT (1998).
a punto de ser superado por China, dado que las relaciones entre este enorme país y Hong Kong se iban intensificando a medida que se acercaba la fecha de la reunificación. En la actualidad, todas las entradas desde China son consideradas turismo interno, puesto que ambos forman un único territorio, al menos desde el punto de vista político.
12.4.3. Japón: la dualidad pasado/futuro en el mayor país emisor de Asia Japón (Nippon, “allí donde nace el Sol”) es un archipiélago formado por cuatro islas principales (de norte a sur Hokkaido, Honshu, Shikohu y Kyushu), y miles de islas e islotes pequeños, que suman en total 377.815 km2, tres cuartas partes de la superficie española, con una densidad media total de casi 332 hab/km2. Aunque este valor resulta falso si no tenemos en cuenta que varias cadenas montañosas elevadas (Alpes Japoneses y Montes Mikuni) recorren el arco de islas por su centro, como si fuera una espina dorsal, obligando a sus pobladores a concentrarse en las estrechas llanuras (como la de Kanto, donde se asienta Tokio, y la de Kansai, donde se encuentran Kobe-Osaka), que suponen tan sólo una séptima parte de la superficie nacional, con densidades que superan los 2.300 hab/km2, llegando a la necesidad de ganar terreno al mar para asentar ciertas infraestructuras como el nuevo aeropuerto de Osaka. Esta falta de espacio, usada como argumento histórico por los japoneses para justificar sus invasiones en el Extremo Oriente asiático (Manchuria, Corea), se intenta paliar en las últimas décadas con medidas de planificación demográfica que han logrado reducir el crecimiento vegetativo de por encima de 1% anual en las décadas de los sesenta y setenta al 0,3% a mediados de los noventa; al tiempo que las mejoras sanitarias han reducido la tasa de mortalidad, elevando la esperanza de vida media aproximadamente a los 79 años, una de las mayores del mundo. La insularidad, la latitud y la presencia de corrientes marinas frías (Oya Shivo, al noreste) y cálidas (Kuro Shivo, al sudeste), determinan la aparición de varias regiones climáticas, con características contrastadas. Aun así, salvando las excepciones, puede decirse que el clima japonés se caracteriza por un verano húmedo y caluroso, pero también por un invierno frío en el que la nieve está siempre presente, incluso en las costas, salvo en el archipiélago de las Ryu Kyu.
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Capítulo 12: Asia
Consecuencia de todo ello resulta una vegetación natural de tipo forestal, lo que sumado a la escasa extensión de las llanuras provoca que los bosques cubran el 68% del territorio (Bloc-Duraffour et al., 1991), índice comparable al de Finlandia o Canadá, y por tanto uno de los más altos del mundo, constituyendo el 30% restante las áreas urbanas y las pendientes aterrazadas dedicadas al cultivo del arroz. Japón es un país intensamente urbanizado y con una fuerte tradición histórica que es uno de sus atractivos turísticos más importantes. De hecho, casi todas sus ciudades nacieron de un castillo de la época feudal (residencia de algún shogun durante el siglo xVI), a excepción de las ciudades de Hokkaido, de reciente colonización, que se rigen por patrones norteamericanos ortogonales. En las últimas décadas, alguno de estos castillos ha sido objeto de una intensa restauración en madera y piedra, destacando los de Kumamoto, Himeji y Osaka. Su desarrollo urbano ha sido vertiginoso tras la Segunda Guerra Mundial, conformando en la actualidad una red urbana estructurada a partir de varias aglomeraciones y conurbaciones. Todas ellas se agrupan en dos sectores: la llanura de Kanto, donde se asientan entre otras ciudades las de Tokio, Yokohama y Kawasaki, en una aglomeración que supera los 31 millones de habitantes; y por otro lado, el Mar Interior del Japón, destacando en él su extremo oriental, donde se emplaza la región de Kansai, en la que se asienta la conurbación Kobe-Osaka-Kyoto, con 16,5 millones de pobladores. Entre ambas, se encuentra la aglomeración de Nagoya, con “tan sólo” 8,3 millones. Se trata por lo tanto de una red urbana que se extiende sobre todo por el litoral meridional de Honshu, y ofrece una fachada urbanizada de casi 1.000 km, con 104 millones de habitantes. Esta tupida y densa red, que acumula además un impresionante poder y capacidad de decisión económica, se convierte en un importante centro de turismo vinculado a los negocios. Salvo en determinadas funciones económicas y empresariales, donde Osaka y Nagoya rivalizan con éxito, Tokio sigue siendo el centro neurálgico de las actividades japonesas y por supuesto de las comunicaciones, gracias a los puertos de Chiba y Yokohama, a los aeropuertos de Narita y Haneda y a que es el punto de partida de las tres líneas ferroviarias de alta velocidad, que la comunican con la isla de Hokkaido (a través del reciente túnel de Seikan), con el oeste de Honshu y con las costas del Mar del Japón. A este res-
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pecto, conviene recordar que Japón posee algunas de las infraestructuras de comunicaciones más espectaculares del mundo. La antigua Edo cambió su nombre por el de Tokio (que literalmente significa “la capital del este”) en 1868, cuando con la restauración Meiji sustituyó a Kyoto, la “capital del oeste”. Pero, pese a lo reciente de su capitalidad, basa buena parte de su atractivo turístico en la historia y las tradiciones, además de en su función comercial y de compras. Así, el palacio shogunal (actual palacio imperial), el teatro kabuki (mezcla de teatro, mimo y danza, representado sólo por hombres), el Yoshiwara (barrio del placer), el Museo Nacional del Japón y el Kabuto-Cho (Bolsa de Tokio) son alguno de los atractivos de la ciudad. Pero sin duda es la mencionada Kyoto el gran centro turístico nipón. Incluida actualmente dentro de la metrópolis Kobe-Osaka, Kyoto mantiene el esplendor tradicional que le confirió el haber sido capital nacional durante varios siglos y, sobre todo, la capital espiritual japonesa, como lo demuestran los innumerables templos (de Inari y de Shinnyo), pagodas, villas imperiales, jardines y palacios, sobre todo del siglo xVII. En cuanto a la tipología constructiva, salvo los rascacielos de los barrios financieros y las gigantescas torres de televisión (la de Tokio supera a la Eiffel), la edificación es siempre baja, inferior a los diez pisos, y con mayoría de casas de madera y papel, con alfombras o tatamis en el suelo. Esto es debido a las precauciones contra los seísmos, dado que el archipiélago se encuentra en el denominado Cinturón de Fuego del Pacífico, en el contacto entre dos placas tectónicas (la asiática y la pacífica), lo que continuamente provoca terremotos en ocasiones con efectos catastróficos, como sucedió en Kobe en 1994. Al igual que China, Japón basa su turismo en el fenómeno urbano ligado a la historia y a las costumbres tradicionales, aunque con la ventaja de contar con una amplia dotación de servicios modernos, consecuencia del enorme desarrollo nacional y que provoca la atractiva dicotomía pasado histórico/presente moderno que Japón ofrece a sus visitantes. Son por tanto las ciudades los espacios más visitados de Japón, destacando como se ha dicho Kyoto, rica en santuarios, o Tokio por su atractivo comercial y, en menor medida, las ciudades víctimas de los bombardeos atómicos, sobre todo Hiroshima (Parque de la Paz). Existe, no obstante, un hito geográfico que es símbolo nacional, el volcán Fuji-Yama o Fuji-San (3.776 m),
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Parte III: Las regiones turísticas
considerado sagrado por el budismo japonés. No obstante, pese a sus nieves perpetuas, carece de aprovechamiento para el turismo de montaña o invernal. Se trata de un centro de peregrinación budista, y junto con el monte Hakone y la península de Izu conforma un parque nacional de 1.223 km2, además de una innegable función contemplativa y fotográfica. El vulcanismo en Japón es también causante de la existencia de abundantes recursos termales. Vitu (1990) aporta la cifra de 20.759 fuentes, de las cuales 14.595 están actualmente en uso, no sólo para aprovechar de ellas sus propiedades curativas, sino también como centros de reunión social, donde los trabajadores de las empresas niponas son enviados para aumentar el grado de cohesión interna de la plantilla y mejorar así la producción. La provincia de Guma, a 100 km de Tokio, es la que acapara la mayor oferta termal nipona. Hay que hacer constar un hecho significativo, y es que pese a la inserción plena de Japón dentro de los circuitos turísticos internacionales, se trata de un país esencialmente emisor de turistas, más que receptor de los mismos, ya que en 1998 tan sólo recibió unos cuatro millones de turistas, sobre todo de norteamericanos. Por estas razones, la balanza turística de pagos de Japón presenta un gigantes déficit (figura 12.15). Esto se debe a una serie de factores: 1. La gran distancia física que separa a Japón de los otros centros emisores mundiales (Europa Occidental y América del Norte), lo que unido a su insularidad condiciona el precio de los viajes y por tanto la cuantía de los visitantes que recibe. Buena parte de ellos responden a un turismo de negocios centrado en las dos grandes áreas urbanas: Tokio y Kobe-Osaka. 2. El enorme poder adquisitivo de los japoneses que, como la gran potencia económica mundial que es goza de una de las rentas per cápita más altas del mundo, les permite mayores posibilidades de practicar el turismo internacional. Esta misma capacidad económica supone que el turismo interno sea, con mucha diferencia, el más importante, destacando además de los recursos ya comentados, algunos parques nacionales y espacios naturales, destino masivo de una población mayoritariamente urbana. 3. La presencia relativamente cercana de centros turísticos similares al Japón (al menos para la visión simplificadora que de esa zona se tiene en Occidente) pero que requieren una inversión mucho menor, pues allí el nivel de vida es más asequible: China,
Hong Kong, Taiwan, Singapur y, en menor medida, Tailandia, que se convierten así en competidores del país del Sol Naciente. La fortaleza del yen dificulta de igual modo la llegada de turistas extranjeros, procedentes de países con monedas más devaluadas. 4. Motivos culturales y de moda. Además de la aversión japonesa contra los estadounidenses (justificada por razones empresariales e históricas), Japón ve en la Vieja Europa un modelo de civilización con una historia milenaria, arraigada, tradicional, que le ofrece elementos culturales y patrimoniales para ellos exóticos: catedrales románicas, góticas, barrocas, templos griegos y romanos, ciudades amuralladas medievales, barrios islámicos, castillos (De Breteuil, 1994), etc., que son motivo de atracción de numerosos japoneses que, armados con sus cámaras fotográficas, asedian nuestras ciudades más monumentales: Toledo, Granada, Sevilla, Salamanca, Venecia, Pisa, Florencia, París, Carcasonne, Roma, Atenas..., y constituye así un turismo de elevado poder adquisitivo y gran nivel cultural.
12.4.4. Corea del Sur: una balanza turística de pagos deficitaria Desde 1945 la Península de Corea la componen dos naciones, enfrentadas en lo político, en lo militar e incluso en lo social, contradiciendo el mismo significado del topónimo Corea (Cho-Son), “el país de la mañana tranquila”. El fenómeno turístico apenas afecta a la economía y a la sociedad de la República Popular Democrática de Corea (o Corea del Norte), que con una población de 23,5 millones de habitantes, dispone de tan sólo 6.000 plazas hoteleras, la tercera parte de ellas en la capital, Pyongyang (OMT, 1989), y que recibió solamente 120.000 turistas en 1998. No obstante, el gobierno comunista es consciente de la necesidad de obtener divisas extranjeras que equilibren su balanza de pagos, y se ha propuesto aumentar esta exigua capacidad de alojamiento, para lo que además se integró en la OMT en 1987. Pero su desarrollo deberá pasar inevitablemente por la mejora de relaciones con su vecino surcoreano, mucho más desarrollado y que podría ser el mercado principal del que se abasteciese, sobre todo tras la desintegración del bloque comunista y los indicios aperturistas de China. Corea del Sur, a la que aludiremos a partir de ahora, es por el contrario una nación con casi 45 millones
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de habitantes, que ve aumentar de año en año su importancia en el contexto turístico internacional, sobre todo desde 1962, fecha en la que se constituyó la Korea National Tourism Corporation (KNTC), actual responsable del desarrollo de la infraestructura turística del país. Durante la década de los ochenta las llegadas internacionales mantuvieron un ritmo de crecimiento del 20% anual, con dos hitos cronológicos que merecen destacarse: la celebración de los Juegos Olímpicos de verano de 1988 en Seúl y la Exposición Internacional de Ciencia y Tecnología en Taejon (1991), con los que el país aspiraba a difundir la imagen de una nación moderna y próspera, alejada de la visión que en Occidente se tenía de un país aún no repuesto de la guerra (1950-53). Como consecuencia de todo ello, de los 15.000 visitantes que el país recibió en 1962, se ha pasado a más de cuatro millones en 1998, por los que se obtuvieron más de cinco mil millones de dólares en 1997 (OMT, 1998). Este espectacular crecimiento en el número de turistas ha ido acompañado de recientes incrementos en la oferta. Así, si en 1991, tres años después de la Olimpiada, padecía todavía un escaso desarrollo en su infraestructura hotelera, pues, aunque contaba con establecimientos internacionales como Hilton, Hyatt e Inter-Continental, sólo alcanzaba algo más de 40.000 camas, la mayor parte de las cuales se localizan en Seúl, Pusan y la turística isla de Cheju, al sureste de la península, demostrando una concentración excesiva, por el contrario, a finales de la misma década el número de plazas se había triplicado hasta superar las 120.000 (figura 12.20). Hasta 1971 los estadounidenses eran los principales visitantes de Corea del Sur, debido a la cooperación militar y a las buenas relaciones diplomáticas. Sin embargo, ese año el restablecimiento de relaciones con Japón supuso que el país del Sol Naciente se convir-
Seúl 42%
Resto de Corea 47%
Pusan 11% FIGURA 12.20. Concentración de la oferta hotelera en Corea del Sur (1991). Fuente: Kim, S. M. (1994). Elaboración propia.
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tiera en el principal cliente coreano, por su proximidad y su elevada renta per cápita. En 1997, Japón aportó el 43% de los turistas a Corea, mientras que Estados Unidos sólo suponía el 11% y Taiwan el 2,5% (OMT, 1998). Sin embargo, la duración de la estancia sigue siendo mayor para los norteamericanos (13 noches de media, frente a las 5,3 de los japoneses), lógica consecuencia del mayor desplazamiento que se requiere. Con respecto a las salidas al extranjero, casi inexistentes a principios de los ochenta, es destacable que en 1997 se superasen los 4,5 millones de surcoreanos que visitaban otros países (OMT, 1998), provocando que la balanza de pagos turística manifestara un déficit notable. Dos son las razones básicas que pueden ayudar a explicar este incremento de las salidas internacionales desde Corea del Sur (Zafar et al., 1994). a) El aumento del nivel de vida surcoreano (la renta per cápita pasa de 270 dólares en 1970 a 7.256 en 1993), lo que redunda en una mayor disponibilidad de gasto. Además, se han obtenido ciertos logros sociales extraños en Extremo Oriente, como las vacaciones pagadas y las semanas con cinco días laborables. Hay más tiempo libre, y por tanto, más posibilidad para el viaje. b) El levantamiento en 1983 de la prohibición de viajar al extranjero, hasta entonces sólo permitido por motivos de negocios o escolares. En esa fecha el gobierno surcoreano autorizó a los mayores de 50 años a viajar fuera del país, aunque con ciertas restricciones en la duración de la estancia y el dinero que podrían llevar consigo. En 1989 estas limitaciones de edad, tiempo y dinero desaparecieron, provocando una salida masiva (sobre todo a Japón y Estados Unidos) durante los períodos vacacionales, que es la causante del déficit al que antes se aludía. Por todo ello, el gobierno promociona cada vez más su nación para recibir turistas que equilibren los gastos coreanos en el exterior. Pero los objetivos propuestos eran quizá desmedidos: recibir 6,1 millones de turistas en el año 2000, e ingresar por este concepto 8.500 millones de dólares (Kim, 1994), cuando en 1997 se encontraban en algo menos de cuatro millones de visitantes y 5.116 millones de dólares. Para lograrlo se ponía como condición sine qua non duplicar el número de camas de hotel y construir nuevos establecimientos, cosa que, como se vio, se ha logrado en gran medida.
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Parte III: Las regiones turísticas
12.4.5. Taiwan Recorrida de norte a sur por la Cordillera Central, que alcanza los 3.952 m en la Montaña de Jade (Yu Shan), Taiwan es una isla de casi 36.000 km2 que acoge 21 millones de personas, de las cuales sólo 325.000 son aborígenes taiwaneses, y el resto chinos de origen continental. Con semejante altitud y atravesada por el Trópico de Cáncer, el clima de la isla es excepcionalmente húmedo y cálido. Las precipitaciones se encuentran fuertemente condicionadas por el fenómeno monzónico, proveniente del sudeste, que propicia un intenso poblamiento en el sector occidental de la isla, y un escaso poblamiento humano en la zona oriental cubierta por una vegetación de gran frondosidad (los bosques cubren el 60% de la isla), donde tampoco son infrecuentes los tifones a finales de septiembre, que se dirigen a las costas sudorientales de Japón. Aunque la isla fue colonizada por los chinos en el siglo xII, el origen del Taiwan actual se remonta a 1949, cuando con la llegada de Mao Tse Tung al poder, Chang Kai Chek fue expulsado de la China continental, y se refugió en la isla donde, con el apoyo económico y militar norteamericano, aseguraba mantener “el espíritu y los valores de la China tradicional”. Hoy el argumento sigue empleándose como reclamo turístico, y no es extraño advertir frases como “En Taiwan será testigo de muchas expresiones de la cultura tradicional china” o “Degustará los platos de la mejor cocina china”. Incluso el propio aprendizaje de la lengua (el chino mandarín) es un atractivo para los estudiantes norteamericanos y japoneses. Por lo que respecta a las áreas turísticas taiwanesas, haremos una distinción básica entre los espacios naturales protegidos y las ciudades. a) Espacios protegidos. Fruto de la enorme variedad vegetal de la isla y de la presión demográfica, Taiwan ha desarrollado una eficaz política de conservación medioambiental, articulada en diferentes figuras de protección, como los Forest Recreational Areas (similares a nuestros parajes naturales), Scenic Areas o Áreas Nacionales Turísticas (que recuerdan a los parques naturales españoles) y, sobre todo los parques nacionales. Las Áreas Nacionales Turísticas son dos: la de la Costa Este y la de la Costa Noreste. La primera se extiende entre las ciudades de Taitung
y Hualien, protegiendo una costa acantilada de enorme valor ecológico, mientras que la segunda se localiza, lógicamente, en el extremo nororiental de la isla, con idéntico motivo protector. Salvo en el Parque Nacional de Kenting, que debe su protección a los corales y fondos marinos, los principales valores de estos parques son las especies vegetales, a veces únicas en ámbitos tropicales de altitud (como las taiwanias, bambúes, cerezos y azaleas), los paisajes de montaña (lagos, cataratas, torrentes, cráteres volcánicos) y una fauna de gran interés, sobre todo ornitológica. b) Ciudades. La arquitectura taiwanesa responde a los patrones chinos continentales, aunque con una abundante presencia de modernas construcciones de tipo occidental (rascacielos), fruto del despegue económico de la nación. Salvo algunos monumentos conmemorativos, no existe demasiada riqueza constructiva urbana, aunque sí otros valores que hacen muy interesante la visita a las ciudades de la isla. Taipei es la principal puerta de entrada a Taiwan a través de su aeropuerto internacional Chang-Kai-Shek, lo que sumado a su condición de capital y ciudad cosmopolita la convierten en la ciudad más visitada del país. La gastronomía variada (taiwanesa y de cada una de las regiones de la China continental), las fiestas populares (del dragón y los leones, festival de la Luna, festival de los faroles chinos) y sobre todo la celebración del Año Nuevo Lunar Chino son buenos motivos para acudir a la capital. Existen por supuesto otros destinos, aunque de menor importancia cuantitativa. Las playas suelen ser bastante frecuentadas por la población local, destacando las de Yenliao y Fulung (ambas en el Área Nacional Turística del Noreste, muy frecuentadas para deportes náuticos, como el surf y windsurf. Taiwan cuenta, además, con 25 campos de golf. Por otro lado, aunque más de cien cumbres taiwanesas reciben nieve todos los años, sólo una es adecuada para la práctica del esquí, y durante una breve temporada (sólo enero y febrero). Se trata de la estación de esquí de Hohuanshan (Montaña de la Alegría Armoniosa), en el Parque Nacional Taroko, lo que la convierte en la más cercana del mundo al Trópico.
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Capítulo 12: Asia
12.5. El Sudeste Asiático Este espacio, mitad continental, mitad insular, incluye los territorios que rodean a dos grandes gigantes como China y la India. Se trata, por tanto, de un espacio en el que se combinan las condiciones tropicales y oceánicas, y en el cual se deja sentir la influencia de una situación de transición entre dos hemisferios y dos océanos. La región distribuye sus espacios entre los países plenamente continentales de Birmania (Myanmar), Tailandia, Camboya, Laos y Vietnam; el paso hacia la condición insular en la península de Indochina, que incluye parte de Tailandia y la parte continental de Malasia; para completar con los conjuntos insulares de Indonesia, Filipinas, Singapur, Brunéi y parte de Malasia. Todos estos países forman parte de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), y a pesar de situarse en un contexto marcado por el subdesarrollo y la superpoblación, cada uno de ellos posee una dinámica propia muy distinta. Así lo ilustran, por ejemplo, las enormes diferencias entre la riqueza de Brunéi o de la ciudad estado de Singapur, seguidas por Malasia y Tailandia, y los problemas agrarios de Filipinas o la marginalidad de Laos, Camboya y Birmania. Las dos terceras partes de este espacio presentan un paisaje ondulante de una gran complejidad, debido a su origen plegado y volcánico en el dominio insular, que establece serias diferencias climáticas entre vertientes a barlovento y sotavento. Así pues, se trata de una región montañosa surcada por grandes organismos fluviales, como el río Rojo, el Chao Phraya o el Mekong, en cuyas llanuras y deltas se asienta la mayor parte de la población y las principales ciudades y capitales como Bangkok, Manila, Yakarta o Kuala Lumpur. A pesar del surgimiento de nuevos países industrializados como Malasia, Tailandia o Filipinas, la mayor parte de la población del Sudeste Asiático es rural y trabaja en la actividad agraria, excepción hecha de los pequeños países de Brunéi y Singapur. Esta dedicación primaria se centra mayoritariamente en el cultivo intensivo de las llanuras inundables con plantas leguminosas y arroz, a pesar de lo cual no consigue sacar al campesinado de una situación de subsistencia que no han logrado corregir las sucesivas reformas agrarias aplicadas en el espacio del Sudeste Asiático. No obstante, es necesario reconocer la importancia del proceso de modernización agraria, fructífero en el caso de Indonesia, para el desarrollo de estos países, aunque no en todos los casos obtenga los frutos deseados.
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La proporción de estos territorios peninsulares e insulares propicia una elevada relación mar/tierra, lo cual, unido a su situación en un área climática mayoritariamente de condiciones tropicales con temperaturas elevadas y lluvias monzónicas, permite pensar en un notable potencial turístico, únicamente basado en sus recursos costeros, para un desarrollo turístico de sol y playa. Además, por su situación de encrucijada climática, posee algunos de los bosques más ricos del mundo, ya se trate de espacios forestales de montaña o de llanura, que suponen igualmente un factor de suma importancia para el desarrollo de un turismo de naturaleza, e incluso científico. Por otra parte, este espacio ha nacido de la superposición de influencias culturales, de lenguas y religiones milenarias provenientes de la India o China, de incursiones musulmanas y de la influencia occidental durante el período colonial. Todo lo cual ha ido dejando huella en las estructuras sociales, culturales, políticas y económicas de estos países, marcando serias diferencias entre ellos, tanto en la forma de distribución de los usos del suelo como en las redes urbanas y las infraestructuras resultantes, todo lo cual repercute en el panorama turístico que ofrecen (figura 12.21). Tras una primera etapa de impulso incipiente del turismo, estrechamente relacionada con el desarrollo de las fuerzas aéreas y de los ejes de comunicación internacional después de la Segunda Guerra Mun-
8.000 7.000 6.000 5.000 4.000 3.000 2.000 1.000 0
1990
1991 Malasia Tailandia Singapur
1992
1993
1994
Indonesia Brunéi Vietnam
1995
1996
1997
Myanmar Camboya Laos
FIGURA 12.21. Evolución del número de turistas internacionales en los países del Sudeste Asiático (en miles). Fuente: OMT (1997).
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Parte III: Las regiones turísticas
dial, esta región del continente asiático inicia un crecimiento vertiginoso durante la década de los setenta en torno a las principales ciudades con aeropuerto. Incremento que ha continuado en los decenios posteriores con tal pujanza que se empieza a apuntar por parte de especialistas internacionales que la segunda ola del desarrollo turístico mundial llevará a Asia, y en concreto a su sector meridional, a dominar el sector de los viajes del siglo xxI. No en vano, a pesar del contexto económico y social descrito anteriormente, es necesario insistir en el enorme desarrollo económico asiático, aunque éste no se halle igualmente distribuido, ni por países ni por regiones. En este sentido, es destacable el esfuerzo realizado por algunos de los gobiernos al plantear estrategias para la descongestión de áreas urbanas, evitando desórdenes sociales y políticos, o al diseñar programas de incentivos para el desarrollo de áreas rurales, sin olvidar la atención a la renovación y creación de infraestructuras, de las cuales el sector turístico será el principal beneficiario, como elemento clave de los planes de desarrollo económico. No obstante, a este interés económico por el desarrollo acelerado del turismo en determinados destinos y regiones, debería unirse la reflexión y el análisis sobre el proceso de crecimiento turístico obtenido hasta la fecha, que llegó alcanzar el 170% para el período entre 1974 y 1980, siendo el turismo el segundo sector en ingresos por detrás de los crudos. Este disparo propició la sobredimensión del desarrollo turístico, relacionado con una sobredimensión de la capacidad hotelera de Tailandia o Singapur en la década de los ochenta, que favoreció un crecimiento incontrolado enormemente agresivo con el entorno cultural y natural. Este desarrollo masivo debido a la aplicación de incentivos fiscales y tasas vacacionales se vio reflejado sobre todo en las grandes ciudades del Asia Pacífica como principales polos de recepción, aunque en este momento comiencen a retroceder. Evidentemente, éstas siguen atrayendo a un buen número de turistas, de entre los que destacan los visitantes de negocios y de conferencias o exposiciones. Sin embargo, los turistas que manifiestan con mayor frecuencia una intención de retorno dirigen sus viajes de ocio hacia las áreas rurales y los centros secundarios. Así pues, en línea con la demanda, los operadores buscan el desarrollo de destinos tierra adentro, que precisan costes e inversiones inferiores y que, por tanto, incrementan los beneficios de las nuevas implantaciones turísticas.
A pesar de lo expuesto, estos destinos secundarios no se insertan todavía en los circuitos masivos, aunque paulatinamente algunos de ellos comienzan a independizarse con promoción propia. Ha de tenerse en cuenta, no obstante, que en estos espacios de interior y en las ciudades de segundo orden las oportunidades son tan amplias como los cambios potenciales. Por ello, sería conveniente establecer los controles y los estándares medioambientales adecuados, estableciendo el límite de la capacidad de carga a través de la planificación, con inversiones en educación e infraestructuras y preservando el patrimonio cultural e histórico. Este conjunto sitúa a tres de sus países entre los principales destinos turísticos mundiales en 1997, en concreto Tailandia, Singapur y Malasia en los puestos vigésimo, vigesimosegundo y vigesimotercero respectivamente. Aunque también estas naciones, junto con Indonesia, se sitúan entre los 35 principales emisores del mundo, con lo que su balanza se equilibra en parte frente a otros países asiáticos que son eminentemente receptores. La principal fuente de turistas de la zona tiene su origen en la misma región, que según la división de la OMT se corresponde con el Asia del Este y Pacífico (figura 12.22), dentro de la cual destacan los propios países del ASEAN, con más del 73% del total y en el mercado japonés, que acapara más del 50%, seguido muy de lejos por el mercado europeo, con tan sólo el 15% del total de llegadas turísticas. Asia África Meridional 1% 3% América Oriente Medio 7% 1%
Europa 14%
Asia del Este y Pacífico 74% FIGURA 12.22. Procedencia del turismo internacional de la región del Sudeste Asiático. Fuente: OMT (1997).
Hasta ahora, los destinos turísticos tradicionales de esta región de Asia solían identificarse con ciudades populosas o capitales muy conocidas y con los complejos turísticos de playa. Sin embargo, como tendremos oportunidad de estudiar en adelante, los cen-
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tros de orden secundario empiezan a hacerse cada vez más conocidos específicamente como destinos emergentes, además de ser parte del mercado turístico emisor. Todo lo cual explica la importante procedencia del turismo internacional dentro de la propia región, a la que debemos unir por su importancia cuantitativa y cualitativa la cercana demanda japonesa. Todo ello queda reflejado en las cifras de ingresos y gastos por turismo internacional, en las cuales, si bien destaca la preponderancia de las cifras de ingresos turísticos, de considerable cuantía, no es menos sorprendente la cantidad gastada en el mismo concepto por los países más ricos de la región que nos ocupa (figura 12.23). El estudio del turismo de un espacio como el Sudeste Asiático no puede ser abordado de manera global sin la identificación de subáreas más homogéneas, a partir de las distintas características de la oferta turística de cada ámbito. De lo cual han resultado dos regiones funcionales, enormemente relacionadas con las condiciones del medio físico y económico (cuadro 12.5 y figura 12.24).
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8.000 Ingresos Gastos 6.000
4.000
2.000
Singapur
Tailandia
Indonesia
Malasia
0
Camboya
Sintéticamente, este espacio ofrece un paisaje montañoso seccionado por grandes colectores fluviales, que propician la formación de amplias llanuras en cuyo entorno se asienta la mayor parte de la población. Abarca los territorios de la península de Indochina, que incluye básicamente los países de Myanmar (llamado Birmania hasta 1989), Tailandia, Reino de Camboya, Laos y Vietnam.
Myanmar
12.5.1. El Sudeste Asiático continental
FIGURA 12.23. Ingresos y gastos por turismo internacional de los países que componen la región del Sudeste de Asia (en millones de dólares). Fuente: OMT (1997).
CUADRO 12.5 División funcional del Sudeste Asiático Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Sudeste Asiático continental
Puntualmente intenso, congestionado en determinados puntos. Desarrollo incipiente de los centros secundarios de interior. Predominio del turismo internacional
Turismo cultural Turismo de negocios Turismo de naturaleza Turismo de sol y playa
Conjuntos insulares del Sudeste Asiático
Desigual desarrollo según las islas. Puntual y enclavado en muchos casos. Predominio del turismo internacional, con fuerte presencia de la región
Turismo de sol y playa Turismo deportivo Turismo étnico Turismo de naturaleza Turismo de negocios
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 12.24. El espacio turístico del Sudeste Asiático.
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Capítulo 12: Asia
En general, debido a las características topográficas en esta región, montañosa al norte y seccionada por espacios de agua, las infraestructuras viarias y ferroviarias son pobres. De este modo, se entiende el papel fundamental que tiene la presencia de aeropuertos y puertos como uno de los principales factores de desarrollo turístico, centrado de manera mayoritaria en las ciudades tradicionales, pero cada vez más también en los polos secundarios que complementan y diversifican la oferta inicial. La variedad define el amplio abanico de los recursos turísticos de la subregión. Los paisajes, tropicales en general, son cambiantes según nos situemos en las colinas boscosas y de jungla que dominan el arco septentrional, o en las llanuras de inundación de los grandes colectores, en los que se encuentra la mayor parte de asentamientos humanos y los terrenos dedicados al cultivo del arrozal. Del mismo modo, sorprende el contraste entre la cultura tradicional que ofrece una variedad considerable de templos, pagodas, monumentos, imágenes budistas y palacios, frente al perfil de sus capitales modernas de aspecto occidental, marcadas en ocasiones por rasgos de la arquitectura colonial correspondiente. Desgraciadamente, existen también enormes contrastes en el nivel de desarrollo de las naciones incluidas en la unidad de la península de Indochina, debido a cuestiones puramente históricas y en otros casos a la herencia de una economía de guerra que no acaba de ser superada, por la mala gestión de gobiernos socialistas o los embargos internacionales. Sin embargo, en su subsuelo existen las bases para el despegue económico, que paulatinamente comienza a despertar en forma de industrias extractivas y de transformación. La inestabilidad política está presente todavía en las áreas fronterizas de Myanmar, Tailandia, Laos y Camboya. De manera que el desarrollo turístico en estos espacios es todavía poco recomendable, al menos fuera de los circuitos establecidos y las carreteras y caminos más transitados. No obstante, a pesar de este contexto desigual, pero hostil, el turismo ha supuesto uno de los sectores de desarrollo para países como Vietnam, que según las estadísticas de la OMT casi ha septuplicado el número de turistas internacionales entre 1990 y 1997 (de 250.000 a 1.715.637); o Myanmar, país que comienza a aprovechar su potencial riqueza en todos los sectores productivos, y también en el turístico, con el lanzamiento internacional del país, a partir de la designación de 1996 como “el año
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de Myanmar”, aprovechando los cambios políticos y la relativa calma en Vietnam y Laos. La accesibilidad entre los centros turísticos, en general, es bastante buena tanto en avión, como por carretera o barco cuando es preciso, conectando éstos con las capitales y principales puertas de la subregión como Bangkok, Rangún o Ho Chi Min (antigua Saigón). La oferta turística que presentan los grandes operadores turísticos sobre esta región se basa fundamentalmente en el paisaje tropical que rodea a las ciudades, el patrimonio arquitectónico y artístico, las posibilidades deportivas en sus variedades acuáticas y de montaña, de entre las cuales destaca por lo abundante el golf, y por lo novedoso el trekking, la visita de sus parques nacionales; y, finalmente el turismo de sol y playa, con grandes centros conocidos a nivel internacional, sobre todo los situados en Tailandia, como Pattaya, Phuket y Samui, seguidos a mucha distancia por los vietnamitas. Las estrategias planteadas por las entidades nacionales para el turismo de estos países tiene en común el objetivo de desarrollar redes turísticas más amplias, introduciendo nuevos destinos secundarios e interiores de estos países, llegando a crear redes supranacionales, capaces de atraer mayores flujos turísticos en virtud de la complementariedad de destinos y de ofertas que este espacio ofrece en su conjunto. En esta línea, resulta interesante el programa de desarrollo económico que plantean las organizaciones nacionales de turismo de los países ribereños de la subregión del Gran Mekong (tales como China, Laos, Vietnam, Myanmar, Tailandia y Camboya) para el desarrollo del interior continental, cuyo objetivo fundamental es el estudio del turismo potencial del río Mekong para un desarrollo a largo plazo. No en vano, el turismo es uno de los seis sectores (entre los transportes, la energía, las inversiones, los recursos medioambientales y humanos) que se propone estudiar el Proyecto de asistencia técnica regional del Banco para el Desarrollo Asiático. Esta fórmula basada en la cooperación regional y la confluencia de esfuerzos se plantea igualmente para la promoción turística en triángulos de desarrollo. Las propuestas, en este sentido, se centran en un área que engloba Singapur, Indonesia, Tailandia, Malasia, Brunéi y las Filipinas, así como China y Hong Kong. Además, en esta línea estratégica de desarrollar el turismo como sector de importancia económica, los gobiernos están concediendo tasas especiales y otros privilegios para los inversores en la región.
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Parte III: Las regiones turísticas
12.5.2. Conjuntos insulares del Sudeste Asiático En estrecha relación con el sur del área indochina, esta subregión del Sudeste Asiático comprende Malasia (repartida entre la península de Malaca y el norte de la gran isla de Borneo), Singapur, Brunéi (también al norte de Borneo) y los enormes y complejos archipiélagos que forman los estados de Indonesia y Filipinas. Se trata de un espacio cambiante, según la orientación y situación de cada una de las numerosas islas que se incluyen, de las cuales buen número se hallan deshabitadas. Su situación de desarrollo económica depende de los recursos naturales de cada isla, pero en general es buena, con rentas per cápita muy altas en Singapur y Brunéi, y bastante aceptables en el resto de las naciones de la subregión, gracias a la presencia de minerales, crudo y gas en su subsuelo, además de la dedicación a la agricultura de las escasas áreas no boscosas. Precisamente, en busca de la diversidad de sus economías, demasiado centradas en las industrias de extracción de estos países, se ha venido propiciando un mayor desarrollo del sector turístico, normalmente centrado en los espacios de costa. En general, el ambiente global de calma política (aun con ciertos brotes en el norte de la isla de Sumatra y con la evidente excepción de la isla de Timor, conflicto que parece haber finalizado en el 2000 con la independencia de la parte oriental, antigua colonia portuguesa, del estado indonesio) y sus características naturales tropicales y ecuatoriales, se prestan a una acogida basada fundamentalmente en el recurso turístico del exotismo en todas sus facetas, paisajística, cultural y lúdica. Su principal oferta se halla relacionada con su situación, su clima y su naturaleza geográfica, que ofrece una enorme variedad: desde las costas bajas y pantanosas, a las costas acantiladas, pasando por las de largas playas arenosas; desde las notables elevaciones montañosas del interior, algunas de origen volcánico, hasta las llanuras laderas del arrozal, pasando por interfluvios, en ocasiones apenas transitables, por la densa cobertura vegetal. En primer lugar, destacan por lo extendido de la oferta los complejos turísticos que toman base en el sol y la playa, en relación con las oleadas de evasión vacacional por vía aérea, en líneas regulares o vuelos chárter, estimulada por la elevación del nivel de vida en los países industriales, que suelen apoyarse en las
mayores cadenas hoteleras y redes comerciales o publicitarias norteamericanas. La promoción de la subregión se basa en una publicidad muy elaborada, que hace referencia a los deseos de evasión completa y a las posibilidades de rentabilizar el coste del viaje con unos precios de estancia moderados, poniendo a sus destinos de playa en una posición competitiva favorable con respecto a las regiones turísticas europeas o americanas, reconocidas de los países industrializados. Entre ellas destaca el caso de la isla de Bali en Indonesia, Penang y Langwaki, en Malasia, que actualmente sufren un enorme crecimiento de hoteles, o Cebú en Filipinas. Suelen plantear circuitos que relacionan la costa con el interior de los países, de forma que logran diversificar y complementar la planta de alojamiento inicial con espacios sobresalientes por su calidad medioambiental o paisajística en los numerosos parques y reservas nacionales para la conservación de la flora y la fauna local, en áreas casi vírgenes situadas sobre todo en las islas más orientales del conjunto; así como en las vistas para conocer los poblados y culturas tradicionales, con el desarrollo incipiente del agroturismo. A ello se une la amplísima oferta deportiva acuática y de interior, con el golf, el trekking o la escalada, así como todo tipo de actividades del turismo de aventura. Se plantea, en suma, la antítesis de las sociedades emisoras de flujos turísticos, a las cuales están orientados los principales equipamientos de acogida. La excepción más notable en este entorno es el caso de la ciudad estado de Singapur, con importante oferta y demanda orientada al turismo de negocios, coloquios y congresos, que representa un gran polo de impulsión mundial en el movimiento turístico desde hace veinte años, debido a su posición estratégica de corredor, con amplia oferta de actividades recreativas de todo tipo. Al mismo tiempo, el mercado de Singapur supone un importante centro emisor para los destinos turísticos del entorno, cuyo voluminoso mercado de población residente o de paso intenta atraer con actuaciones conjuntas de los países que le rodean. En toda la región las huellas de una herencia multicultural son patentes y suponen otro de los recursos de atracción turística. Los testimonios de la cultura malaya, china, hindú, musulmana y colonial de diversas nacionalidades, dotan a estos espacios de una originalidad notable, tanto en sus manifestaciones folclóricas y culturales, como en los restos arquitectónicos y artísticos dispersos por la mayor parte de las zonas habitadas.
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Capítulo 12: Asia
En este contexto, es fácilmente comprensible la actitud adoptada por un buen número de ciudades de este espacio que han visto reducirse sus cuotas de mercado iniciales. Ciudades que como Yakarta, Manila o Kuala Lumpur, para mantenerse competitivas han comenzado a situarse como centros de negocios y congresos, con la creación de centros de exposiciones y convenciones en toda la región que trabajan asociados, como la Association of Asian Convention and Visitors Bureaux, para atraer más convenciones y exposiciones a Asia. Otra de las estrategias emprendidas por las entidades turísticas de la zona está relacionada con la articulación de redes de transporte entre los diferentes
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países y la mejora de infraestructuras de comunicaciones para el desarrollo de nuevos destinos en regiones interiores menos masificadas, en la misma línea que la subregión anterior. La oferta de alojamiento ofrece dos fórmulas diferenciadas: por una parte la considerable frecuencia de equipamientos de lujo, centrados alrededor de hoteles de cinco estrellas de las principales cadenas del mundo, y por otra, los complejos destinados al turismo de masas que pueden llegar a ocasionar fuertes impactos medioambientales y socioculturales en las áreas donde se ubican, con la consiguiente merma de la calidad y capacidad de atracción turística.
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13 OCEANÍA Isabel Crespo Antón
Australia Nueva Zelanda Melanesia Micronesia Polinesia
13.1 13.2 13.3 13.4 13.5
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Parte III: Las regiones turísticas
Casi desconocida en sus límites, lo ha sido también turísticamente hasta hace pocos años. Oceanía evoca espacios indefinidos, y a diferencia de otras partes del mundo no se presenta con unos contornos precisos, sino como un conjunto de islas diseminadas por el Pacífico de las cuales algunas gravitan sobre Australia, que, aunque isla, es considerada el único bloque continental. Desde las Hawái hasta Nueva Zelanda y de Nueva Guinea a la isla de Pascua, el espacio líquido separa y une tierras muy alejadas y en su mayor parte situadas en el hemisferio austral. Oceanía cubre 176 millones de km2, el 35% de la superficie del globo terrestre, pero sólo 9 millones de km2 son tierras emergidas (figura 13.1). A grandes rasgos cabe identificar una gran área continental maciza, Australia, con la cercana isla de Tasmania, en torno a la cual se articulan un conjunto de arcos insulares. Melanesia, la alineación más interna, está comprendida entre otros conjuntos insulares por Nueva Guinea y los archipiélagos de Bismark, Salomón, Nuevas Hebridas y Nueva Caledonia, a partir de la cual dobla al sudeste hasta dar la sensación de comprender también a Nueva Zelanda. Micronesia es el arco externo, fraccionado de noroeste a sudeste y formado principalmente por los archipiélagos de las Marianas, Carolinas, Marshall y Gilbert. Finalmente, más al este y muy diseminadas se extiende el enorme y complejo conjunto de islas que componen la Polinesia. Un inaudito atractivo se suma al visitar las islas que marcan el límite entre la Melanesia y Micronesia oriental y la Polinesia occidental, un auténtico viaje en el tiempo, pues la zona la recorre la Línea Internacional del Cambio de Fecha y obviamente cruzarla tiene sus consecuencias. Fue aquí donde los exploradores ilustrados del siglo xvIII encontraron “al buen salvaje”, y donde los visitantes descubren los actuales mitos del turismo: hedonismo, islas paradisíacas, estilos de vida despreocupados, naturaleza exótica, indígenas hermosas, etc. No obstante, a esta visión que evidencia, no cabe duda, la singularidad de los paraísos de los Mares del Sur, se le yuxtapone la de encontrarse también en este espacio algunos de los escenarios donde la cultura tradicional se degrada o prostituye más rápidamente al contacto con el turismo. Una de las características a resaltar es la compleja situación geopolítica, con la existencia de jóvenes países independientes que comparten protagonismo con escenarios donde el colonialismo se mantiene aún en excelente estado de salud, ya que Estados Unidos, Fran-
cia e Inglaterra, al igual que sucede en las Antillas, mantienen posesiones en esta región. Así, tras la descolonización encontramos algunos microestados (Nauru, Fiyi, Tonga, Tuvalu, Palau, Estados federados de Micronesia, etc.); mientras que otros archipiélagos forman parte, en situación de igualdad, de países ajenos a la zona (como por ejemplo Hawái, un Estado federado de Estados Unidos, la isla de Pascua integrada en Chile); y los más como territorios fiduciarios. Se produce, incluso, la repartición de una isla entre estados, ya que la parte occidental de Nueva Guinea está integrada en Indonesia, y la oriental formando el estado independiente de Papúa-Nueva Guinea. Las analogías con los espacios antillanos se mantienen al encontrarse también aquí, como en el Caribe, algunos de los paraísos fiscales más reconocidos: Islas Marianas, Nauru, Salomón, vanuatu, etc. Esto propicia un importante movimiento turístico ligado a los negocios, modalidad en principio muy opuesta a la que presumiblemente ofrecen estos destinos exóticos. La economía de la región presenta también los grandes contrastes que en otros aspectos identifican el área. Algunas islas mantienen una agricultura de subsistencia mientras que en otras la colonización dio paso a cultivos para la exportación (caña de azúcar, piña, etc.). Pero, en la actualidad, es su gran riqueza minera, aún por explotar en algunas de sus áreas (parte occidental de la isla de Nueva Guinea, por ejemplo), y el turismo las actividades con mayores perspectivas de futuro. De todos modos, se trata de una zona muy dependiente desde el punto de vista económico, tanto de Estados Unidos como de algunos países asiáticos cercanos: Japón, Indonesia y China (cuadro 13.1). En los últimos diez años el turismo ha experimentado un fuerte impulso. Australia y Nueva Zelanda son los dos principales destinos de este vasto conjunto (con un 65,2% de las llegadas), a la vez que los que registran también los más elevados ingresos (un 77,97% del total). De todos modos, la antes comenta-
CUADRO 13.1 Evolución del turismo en Oceanía en el período 1985-1997
Llegadas (miles) Ingresos (millones de dólares)
1985 1990
1994 1997
2.925 2.180
7.268 8.921 9.727 14.259
5.148 7.102
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FIGURA 13.1. Llegadas de turistas internacionales a Oceanía. Fuente: OMT (1997).
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 13.2. Regiones geográfica y turísticamente homogéneas de Oceanía.
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Capítulo 13: Oceanía
da situación colonial de muchos archipiélagos enmascara las cifras de turistas y dificulta una correcta interpretación de los flujos. Por ejemplo, Hawái acoge más de siete millones de turistas (de los cuales aproximadamente el 52% procede de Estados Unidos y el 31% de Japón), pero su inclusión en Estados Unidos hace que más del 50% deba considerarse turismo interno, destacando sólo como mercado internacional el potente emisor japonés con más del 31%. El cuadro 13.2 establece por áreas la importancia del turismo. De todas maneras, es necesario destacar que dentro de cada una de las grandes zonas en que se divide Oceanía el turismo se reparte de manera muy desigual. Así, en Melanesia el 60,33% de las llegadas se registra en el archipiélago de las Fiyi, que atrajo a 359.000 turistas el año 1997; en Micronesia el 63,9 y el 31,6% se los reparten respectivamente territorios fiduciarios de Estados Unidos (las islas Guam y las islas Marianas del Norte con 1.382.000 y 685.000 turistas respectivamente el año 1997); y en Polinesia las islas adscritas a Francia registran el 51,5% del total, al recibir 180.000 turistas durante el año 1997. Los datos por áreas permiten además algunas interesantes matizaciones, en especial si se atiende a la comparación entre tres valores: llegadas-ingresoscapacidad de alojamiento. Así, por ejemplo, Guam (en la Micronesia) acogió en 1997 a 1.381.513 turistas que generaron ingresos en torno a 1.450 millones de dólares, con una capacidad de alojamiento en torno a 10.000 plazas. Por contraste, en el mismo período Australia poseía más de medio millón de plazas, pero su cifra de ingresos era de 9.026 millones de dólares y la de llegadas alcanzaba los 4.318.000 de turistas. Esta enorme disparidad en la capacidad de alojamiento, que sin embargo no se traduce de igual modo CUADRO 13.2 Comparación entre llegadas, ingresos y capacidad de alojamiento Área
Llegadas (miles)
Australia Nueva Zelanda Melanesia Micronesia Polinesia TOTAL Fuente: OMT (1997).
4.318 1.497 595 2.162 349 8.921
Ingresos Plazas (millones $) (año 1993) 9.026 2.093 537 2.127 476 14.259
478.366 44.800 26.280 18.885 11.119 579.450
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en los ingresos y los turistas, se explica por el potente mercado doméstico australiano, cuya repercusión económica no queda plasmada en las estadísticas, mientras que en los pequeños destinos insulares el mercado es totalmente internacional. El volumen más importante de los flujos turísticos en Oceanía proviene de la propia región, seguido de Japón, país muy cercano y con importantes intereses económicos en todo el Pacífico. Finalmente, en tercer lugar se sitúan los norteamericanos, británicos o franceses, en función de las relaciones coloniales de cada destino. Además, mientras que en muchos destinos insulares (por ejemplo los del Mediterráneo) el crecimiento turístico se ha realizado sin planificación, la norma común en Oceanía ha sido una planificación previa o paralela al inicio de la actividad. Esto ha conllevado, como efecto positivo, una mayor adecuación de los resorts al paisaje; pero también ha provocado en ocasiones, como efecto negativo, una dependencia del negocio turístico de sociedades foráneas, dejando a la población local al margen salvo en las ocasiones en que se desarrolló mediante la creación de sociedades mixtas o bajo control estatal. De todos modos, y con el fin de relativizar la importancia del turismo en toda esta zona, puede señalarse que sumadas las plazas hoteleras de Nueva Zelanda, Melanesia, Micronesia y Polinesia totalizan algo más de 100.000, cifra muy inferior a las que posee el municipio más turístico de España, Calvià, (Mallorca), que con sus más de 125.000 plazas en 1998 ostenta un destacado récord. En cuanto a la división del territorio, el análisis de la región se ha realizado teniendo en cuenta los criterios geográficos aludidos con anterioridad, individualizando los grandes destinos de Australia y Nueva Zelanda y manteniendo la clásica división en Melanesia, Micronesia y Polinesia (figura 3.2).
13.1. Australia Si algo define a este pequeño continente, al que otros denominan la mayor isla del mundo, es la singularidad tanto de su marco físico como de su colonización, de su cultura y de su relación con los países vecinos. Con más de 7,5 millones de km2 de superficie, Australia se extiende a lo largo de 4.100 km en sentido oeste-este y de 3.800 en el norte-sur, y está rodeada al norte por los mares de Timor y Arafura, al
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Parte III: Las regiones turísticas
este por el mar del Coral, el océano Pacífico y el mar de Tasmania, y al sur y oeste por el Índico. Las islas de Cocos, la de Norfolk y las islas Christmas (las del Índico) tienen la calificación de dependencias de ultramar, mientras que la gran isla de Tasmania, de 67.800 km2, es uno de los siete estados en que se divide el país. Australia se presenta como un aislado bloque continental del cual el 90% lo constituyen llanuras y mesetas, interrumpidas ocasionalmente por elevaciones aisladas y restos de antíquisimas cadenas montañosas casi completamente desaparecidas por la erosión. Sólo la zona oriental presenta una auténtica alineación montañosa, la Great Divide o la Gran Coordillera Divisoria, que apenas sobrepasa los 2.000 m, mientras que las otras pequeñas cordilleras de menor entidad no logran que la altitud media supere los 200 m. A su vez, las grandes diferencias latitudinales determinan sucesivas zonas climáticas. Al nordeste el clima es tropical, acompañado en verano de los monzones que provocan abundantes precipitaciones (3.500 mm); más al sur hallamos las características propias del clima templado, con lluvias regulares distribuidas a lo largo de todo el año; y el sudoeste adquiere condiciones de mediterráneo, con la temporada más húmeda en invierno (figura 13.3). En cuanto al macizo occidental o Escudo Australiano, se caracteriza en cambio por su extrema aridez y sequedad, con los desiertos victoria, Gran Desierto de Arena, Desierto Gibson y Simpson. El clima presenta una gradual disminución de las precipitaciones
Temperaturas medias anuales ° C
30 25 20 15 10 5 0 Enero
Marzo
Mayo Alice Springs Darwin
Julio
Septiembre Noviembre Cairns Perth
FIGURA 13.3. Temperaturas medias mensuales en algunas localidades de Australia.
hacia el interior (menos de 125 mm en el lago Eyre), un aumento de las temperaturas medias y amplias oscilaciones térmicas tanto diurnas (5º-47º) como anuales. La Gran Barrera de Coral (Great Barrier Ref) es la formación de este tipo más importante del mundo. El arrecife coralino situado en la mitad nordeste de Australia se extiende a lo largo de más de 2.000 km desde Nueva Guinea hasta alcanzar el Trópico de Capricornio. En la zona más protegida del arrecife se levantan más de 600 islas, la mayoría de ellas deshabitadas excepto algunas que poseen una excelente infraestructura turística, constituyendo uno de los poderosos atractivos que atraen tanto al turismo doméstico como al internacional. Consecuencia del inicial aislamiento de la isla-continente y de su posterior colonización, Australia presenta un destacado interés en su fauna y en su flora, con especies endémicas de gran interés. La fauna australiana es un muestrario de mamíferos autóctonos de entre los cuales destacan el canguro, el koala y el ornitorrinco, y de más de 160 especies de mamíferos extinguidos o casi desaparecidos en otros continentes. En cuanto a la vegetación es predominantemente xerófila, algo obvio debido a la general escasez de las precipitaciones, mientras que los bosques sólo suponen un 5% de la superficie total del país: la parte septentrional y las costas del nordeste están cubiertas por una selva tropical, que adquiere en ocasiones fisonomía de ecuatorial donde dominan los eucaliptos; y en el interior y en las regiones occidentales las formaciones predominantes son la sabana y la estepa, con predomino de las acacias y de plantas espinosas. Consciente de los destacados valores que sus espacios naturales encierran, Australia ha desarrollado una extensa red de parques nacionales y reservas (más de 2.000), algunos de cuales están declarados Patrimonio de la Humanidad. La Gran Barrera Coralina, Ayers Rock, el Parque Nacional de Kakadu y las Blue Mountains son algunos de estos espacios que gozan, además, del favor del turismo internacional y doméstico. La escasa población australiana (algo menos de 17 millones de habitantes), de casi absoluto predominio blanco, se concentra en siete ciudades que coinciden con las capitales de sus siete estados (incluida la isla de Tasmania): Brisbane (Queensland), Darwin (Territorio del Norte), Perth (Australia Occidental), Adelaida (Australia Meridional), Melbourne (victoria), Hobart (Tasmania) y Sidney, capital de Nueva Gales
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Capítulo 13: Oceanía
del Sur y la ciudad más populosa con casi 3,5 millones. A ellas se suma Camberra, la capital federal, construida artificialmente en 1912 para evitar las disputas entre Melbourne y Sidney, ambas equiparadas ahora como ciudades olímpicas pues la primera acogió los Juegos Olímpicos de 1956. La población, pues, se concentra en la costa este (75%) desde Cairns hasta Adelaida. El resto del país, el outback o la tierra adentro, está casi totalmente despoblada, con pequeñas ciudades muy distantes entre sí. La economía está actualmente muy diversificada, con un gran desarrollo de la minería y de los recursos energéticos. Además, posee la mayor cabaña de ganado ovino del mundo y es el principal exportador de lana, así como uno de los mayores proveedores de trigo. No obstante, el turismo se ha convertido últimamente en una de las primeras industrias, ya que pasó de 516.000 turistas internacionales de 1975 a 4,3 millones en 1997, que reportan ingresos superiores a los 9.000 millones de dólares. La figura 13.4 muestra algunos de los principales mercados. Como puede verse, destaca claramente el asiático, y más específicamente el japonés, tanto por los valores que alcanza actualmente como por la constante tendencia al alza. Pese a que el turismo procedente de Europa ocupa un lugar secundario en cuanto al número de visitantes, sí resulta rentable por el mayor número de días que permanece en el país. Se cifra en un tercio el total de europeos que pernocta una media de 40 noches, aunque cabe matizar que en muchos casos se trata de familiares y amigos de emigrantes que residen en Australia. América 10% Europa 21%
África 1%
AsiaOceanía 68% FIGURA 13.4. Llegadas de turistas a Australia según mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
En la actualidad una de las apuestas de Australia es por el turismo de aventura, lo que ha propiciado que además de los establecimientos hoteleros de lujo, las cadenas locales ofrezcan hoteles tipo bungalows y que el alquiler de autocaravanas sea una de las formas usuales de recorrer el país y acceder a los más
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recónditos parajes. Otro de los segmentos de mercado que se manifiesta en alza en Australia es el de los denominados backpackers o mochileros. El fenómeno está en auge en muchos países (Nueva Zelanda, Estados Unidos), pero las características y dimensiones de Australia hacen de éste un destino estrella para esta vieja pero actualizada forma de hacer turismo que presenta unos elementos claramente diferenciadores: gente joven de entre 18 y 29 años, duración del viaje de cuatro o más semanas, alojamiento económico, itinerarios flexibles y organizados independientemente y participación en la cultura local. La importancia que este público objetivo representa para el país ha hecho que el Departamento de Turismo iniciara desde 1993 una campaña para promoverlo, pues no en vano se estima que proporciona un 6% del total de llegadas. Esta modalidad se desarrolla preferentemente a lo largo de la costa este, donde las facilidades de transporte son mayores y la oferta de alojamiento y restauración se ha adaptado a las necesidades específicas de este mercado. No obstante, a pesar del rápido crecimiento que ha reflejado el turismo internacional, el doméstico es aún el motor de la industria turística del país, dando lugar a casi un 70% del negocio total. Pero en la actualidad Australia está empezando a manifestar la misma tendencia que otros países con elevadas tasas de propensión al viaje, como por ejemplo Alemania, en donde los cambios en su demanda interna dan cada vez más protagonismo a los viajes al extranjero. Así, mientras que la demanda de turismo doméstico se estanca o disminuye, aumenta cada vez más el número de ciudadanos australianos que desean pasar sus vacaciones en otro país. De mantenerse esta dinámica puede llegarse a situaciones como las ya contempladas en otros países (la citada Alemania, pero también Inglaterra o Estados Unidos), en donde aquellas áreas que dependen exclusivamente del turismo interno presentan procesos de retroceso, mientras que ocurre lo contrario en las vinculadas al turismo internacional. En Australia esto se pone de manifiesto al analizar el creciente aumento de resorts a lo largo de toda la costa este, destino predilecto del turismo internacional. Si a finales de 1989 había once importantes resorts, a mediados de los noventa eran más de sesenta los que estaban construidos o aprobados, muchos de ellos en lugares sin experiencia turística. La magnitud del territorio australiano obliga al turismo internacional a una selección de sus atracti-
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vos. Sidney como arquetipo de ciudad; el Parque Nacional de Kakadu, en el extremo norte del país junto a Darwin; Ayers Rock, como símbolo del Centro Rojo, y la Gran Barrera de Coral son los destinos sobre los que se vertebran los principales itinerarios. Las enormes distancias, el coste y el tiempo disponible reducen en muchas ocasiones el periplo, pero la omnipresencia de Sidney y Cairns, que da acceso a la Gran Barrera de Coral, es notoria. La existencia de diferentes aeropuertos internacionales (Sidney, Cairns, Perth, Darwin, Melbourne) contribuye asimismo a facilitar la organización del periplo australiano, constituyendo usualmente Sidney la puerta de entrada al país. Las comunicaciones internas entre destinos se realizan mediante transporte aéreo, favorecido por la existencia de distintas compañías regionales (Australian, Ansett, Eastwest, etc.) y por los pases y descuentos que pueden obtenerse. Menos usual es el uso de la red ferroviaria por su escasa densidad y por el condicionante de las enormes distancias. Por el contrario, el aumento del turismo de aventura está haciendo cobrar cada vez más importancia los desplazamientos por carretera gracias al alquiler de caravanas (cuadro 13.3 y figura 13.5).
13.1.1. El Sudeste de Australia Abarca toda la costa sudeste del país, desde Sidney hasta Adelaida, incluyendo la isla de Tasmania. La Great Dividing Range contribuye a marcar el límite de la franja costera en buena parte del territorio, y delimita también las zonas de mayor aprovechamiento turístico. La zona costera posee un desarrollo turístico continuado en todo su espacio, pero su uso difiere al separar el turismo doméstico del internacional, ya que para el internacional el sector comprendido entre Sidney y Melbourne presenta un uso muy intenso pero puntual. Las motivaciones y atractivos son múltiples, pues a las propiamente culturales y de ocio se suman otras de diversa índole debido al modo en que son visitadas estas ciudades, generalmente en paquetes organizados por las agencias receptivas que incluyen siempre la visita a áreas próximas. El recorrido por parques nacionales cercanos, cruceros por la costa o la navegación por los ríos próximos (Murray River) son una muestra de distintas actividades posibles. Sidney es la ciudad que monopoliza el interés del turista en esta área. Su emblemático y conocido Palacio de la Ópera, los barrios de acusada personalidad
CUADRO 13.3 División funcional de Australia Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
El Sudeste de Australia
Uso muy intenso para el turismo doméstico y puntual e intenso para el turismo internacional
Turismo cultural Turismo de naturaleza Turismo de negocios Turismo de sol y playa Turismo deportivo
La Gran Barrera coralina y la Costa este
Desarrollo enclavado e intenso para el turismo internacional con excelentes infraestructuras y servicios en el sector de la Barrera Coralina. Incipiente para el turismo internacional y más intenso para el turismo doméstico en el sector de la Costa Este
Turismo de sol y playa Turismo deportivo Turismo de naturaleza Turismo de cruceros
El territorio del Norte
Puntualmente muy intenso para el turismo internacional
Turismo cultural Turismo de naturaleza
La Región de Perth
Predominio de turismo doméstico. Incipiente turismo internacional ligado a la oferta deportiva
Turismo cultural Turismo de naturaleza Turismo deportivo Turismo de cruceros
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FIGURA 13.5. El espacio turístico de Australia.
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(la City, Paddington, Rocks, King Cross), la playa de Bondi, los ferries desde Circular Quay, etc., son algunos los tópicos que ofrece, a los que hay que unir su condición de sede olímpica en el 2000. Melbourne concita en menor medida que Sidney las preferencias del turista internacional. La permanencia en la ciudad es más breve y por motivaciones básicamente culturales, apoyadas en sus atractivos urbanísticos (arquitectura victoriana). Gran parte de los touroperadores disponen de un solo día para visitar la ciudad y recorrerla en sus turísticos tranvías. Sus famosas carreras de caballos son una de las citas mundiales para el turismo de elite, amén de la singular importancia que poseen para el turismo doméstico. Por el contrario, Camberra, la capital, permanece al margen del turismo internacional, aunque ocasionalmente es ofertada por algún operador internacional. Las únicas motivaciones para su visita son las derivadas de su función de capitalidad. Los negocios y la gestión política llevan pues a ella a un turismo mayoritariamente doméstico. El espacio comprendido desde Melbourne hasta Adelaida no es contemplado por el turismo internacional, a excepción de esta última ciudad. Para los amantes del turismo de aventura, Adelaida supone el inicio de la ruta que atraviesa de sur a norte el país pasando por el Centro Rojo. Más exclusivista es el acceso a la ruta turística ferroviaria mediante el legendario “Ghan”. En ambos casos, su uso es poco intenso por el turismo internacional, y condicionado a un periplo por el país más largo de lo usual y al margen de los tradicionales desplazamientos aéreos. El turismo doméstico incluye otros escenarios a los ya citados, entre los que sobresalen las Snowy Mountains (al oeste de Melbourne, en los Alpes Australianos). La presencia de las más importantes estaciones de esquí, de las pocas con que cuenta Australia, y del parque Nacional de Kosciusko, de considerable extensión (6.900 km2), otorgan a este sistema montañoso una destacada importancia. La singular isla de Tasmania es el enclave australiano menos visitado por el turismo internacional de los que suelen ofertarse. Casi una cuarta parte de la isla está dedicada a parques nacionales creados con una finalidad recreativa y conservacionista, lo cual condiciona el perfil habitual del turista que llega a Tasmania. El Parque Nacional Cradle Mountain-Lake St. Clair, situado en el centro, es una de las clásicas rutas ecologistas de Australia. La costa este es la más habitada y acoge a la capital, Hobart, la segunda ciudad más anti-
gua del país después de Sidney. Como en aquélla, también aquí se decidió construir un penal para convictos que hoy es, junto con la arquitectura colonial, uno de los principales atractivos que ofrece la ciudad. A poca distancia se encuentra el Parque Nacional Mount Field, un bosque pluvial que alberga extraños marsupiales como el diablo de Tasmania, y que permite al igual que las Harz Mountains la práctica del esquí. La isla cuenta con una excelente accesiblidad: cuatro de sus ciudades enlazan vía área con el resto del país, y el “Spirit of Tasmania”, una línea de ferry, permite realizar la travesía desde Melbourne hasta Devonport.
13.1.2. La Gran Barrera de arrecifes de coral y la Costa Este La Gran Barrera coralina y los tramos costeros que se extienden en torno a Brisbane otorgan al estado de Queensland (”El Estado del Sol”) el privilegio de ser el principal destino de sol y playa de toda Australia, tanto para el turismo doméstico como internacional. Clara muestra de ello es que los turistas japoneses consumieron a principios de los noventa el 50% de sus pernoctaciones en este estado para disfrutar de sus excelentes destinos e instalaciones (Saeton, 1992). La Gran Barrera coralina, que se extiende a lo largo de más de 2.000 km por casi toda la costa de Queensland, es el destino estrella por excelencia de los touroperadores internacionales. Más de 600 islas se escalonan a lo largo de todo el litoral, acogiendo algunas de ellas exclusivos resorts. El turismo internacional suele, en la mayoría de los casos, destinar sólo un par de jornadas a esta acreditada zona turística, navegando para acceder a los arrecifes coralinos y visitando algunas de las ciudades costeras o los innumerables parques nacionales. Menos frecuente es la estancia en las más lujosas islas resort, que en ocasiones se ofertan como destino principal y único del desplazamiento turístico junto con Sidney. El clima tropical beneficia el aprovechamiento turístico todo el año, aunque las lluvias de enero a abril hacen preferible cualquier otra época. Lizard Island, cuyas aguas están reconocidas como una de las mejores del mundo para la pesca, es la isla resort más septentrional de todas. Cooktown, un histórico puerto de las explotaciones mineras de oro, pero sobre todo la ciudad de Cairns sirven de acceso aéreo a la zona, principalmente esta última para del turismo internacional. La mayoría de los touroperadores vuelan a Cairns desde los distintos destinos turísticos
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australianos, por lo que ha aparecido una adecuada oferta de alojamiento y de restauración especializada en pescado y productos tropicales. Dos días de estancia en la ciudad permiten al turista embarcar en un crucero por las islas cercanas y conocer los arrecifes coralinos, como por ejemplo el famoso cayo de Green Island. Los alrededores de Cairns poseen numerosos atractivos, de entre los que destacan numerosos parques nacionales (Bellender, Palmerston); el más cercano, el de Barron, con sus impresionantes cascadas y la cercana localidad de Kuranda suelen presentar un uso intenso por el turismo internacional, ya que las agencias receptivas suelen aprovechar el segundo día de estancia en Cairns para un pintoresco recorrido en tren desde ella hasta la localidad de Kuranda. Más al sur, casi en el epicentro de la zona, se localizan algunas de las más exclusivas islas resort, como la de Orpheus (1.368 Ha para tan sólo 60 camas) u otras que como Magnectic permiten una mayor y variada oferta de alojamiento (más de 750 camas). La ciudad costera de Townsville es, como consecuencia de ello, una de las que ha experimentado un mayor y rápido desarrollo comercial y turístico gracias a su excelente posición, facilitando el acceso aéreo y marítimo a las islas próximas. Descendiendo por la costa se extienden las Whitsunday, el más conocido y turístico grupo de islas que bordean el estado de Queesnsland. Se trata de setenta y cuatro islas, algunas de las cuales acogen resorts considerados entre los mejores de su género (Hauman, Daydream, Brampton o Lindeman, primer Club Mediterranée de Australia), que ofrecen en conjunto una capacidad de 1.675 habitaciones. El éxito de este conjunto es tal que algunos resort como Halmiton cuentan con aeropuerto propio que permite acceder a la isla desde los principales puntos del país. Al resto se accede vía aérea desde las cercanas localidades costeras de Proserpine y Mackay, o bien mediante navegación desde el Shute Harbor. La estancia media de los turistas en las islas es de 5,1 noches, aunque los visitantes procedentes de los estados de N.S. Gales (33%) y de victoria (14,9%) alargan sus estancias en las islas (Seaton, 1992). En la parte más meridional del estado, en torno a su capital (Brisbane), se extienden dos de las áreas litorales de mayor consumo de los propios australianos por las ventajas que presentan para la práctica de los deportes náuticos en general y del surf en particular: la Golden Coast y la Sunshine Coast. Los 40 km al sur de Brisbane a lo largo de los que se extiende la Golden Coast duplican su población (400.000 habi-
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tantes) gracias al prestigio de enclaves como Sufers Paradise. Al norte de la capital, y menos elitista, se sitúan los casi 150 km de la Sunshine Coast, que ofrecen excelentes playas entre las que destacan Coloundra, Mooloolaba, Maroochydore y Noosa por sus excelentes instalaciones. Brisbane, sede de la Expo 88, es una atractiva ciudad comercial que para el turismo internacional no presenta más interés que servir de enlace a la Gran Barrera coralina.
13.1.3. El territorio del Norte Este estado australiano acoge una vasta región de más de 1,3 millones de km2 pero escasamente poblada (apenas 130.000 habitantes), que se extiende desde el Gran Desierto victoria hasta la península septentrional conocida como Tierra de Arnhem. Los desiertos ocupan gran parte del territorio, a excepción de la franja costera, que posee una rica vegetación tropical consecuencia de las lluvias monzónicas. Es zona de reservas aborígenes con total reconocimiento de sus derechos a estas tierras, y el interés turístico se polariza y vertebra en torno a sus dos extremos: el Centro Rojo al sur y la ciudad de Darwin al norte. El Centro Rojo engloba el área del desierto que ocupa el corazón de Australia. La existencia de varios parques nacionales declarados Patrimonio de la Humanidad, tanto por sus valores naturales como culturales (existencia de pinturas aborígenes), otorgan gran fama turística al lugar. Alice Springs, una ciudad de escasos 25.000 habitantes es considerada su capital. Accesible mediante transporte aéreo desde los principales aeropuertos del país, sigue el modelo característico de consumo turístico de Australia al servir de acceso a los espacios inmediatos que constituyen el atractivo principal. Kings Canyon, la Ayers Rock y los Montes Olga (Kata Tjuta) son los tres enclaves de mayor reconocimiento y motivo suficiente para que el turismo internacional se desplace hasta aquí, propiciando un uso puntual pero muy intenso. El turismo doméstico presenta un distinto comportamiento y hace de la zona un uso menos intenso y más vinculado a la aventura: caravanas que cruzan el país siguiendo la Stuart Highway “the track”, terminada en 1989 y que con sus 3.225 km atraviesa el país desde Adelaida a Darwin. La roca de Uluru o Ayers Rock es el mayor monolito pétreo de la tierra. Con sus 100 millones
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de años de antigüedad se eleva 348 m sobre la arenosa llanura circundante y posee más de 3,6 km de largo. La roca tiene especial significado para las tribus aborígenes, y en su base abundan las cuevas con pinturas rupestres. Para paliar los impactos negativos que la elevada frecuentación turística pudiera provocar, se construyó a inicios de los años ochenta el Ayers Rock Resort en Yulara, fuera de los límites del Parque Nacional, que sustituía así las infraestructuras que habían ido surgiendo alrededor de la roca de un modo un tanto anárquico. La existencia de un aeropuerto permite incluso un acceso directo al complejo turístico. Kata Tjuta (muchas cabezas) o los Montes Olga, como también se los conoce, es una formación rocosa que se extiende por más de 3.500 Ha y que se caracteriza por sus cúpulas (36) de piedra rojiza. Al igual que la cercana Ayers Rock, a sólo 30 km, uno de sus reclamos turísticos es la facilidad de cambiar de tonalidades según la incidencia de los rayos solares, lo cual condiciona las visitas al amanecer y la puesta del sol. Por su parte el King’s Canyon es un impresionante cañón de más de 2 km de largo, situado a medio camino de Yulara y Alice Springs. El vasto territorio que se extiende hasta alcanzar el extremo septentrional no goza del favor del turismo internacional. La zona no está exenta de lugares con destacados valores naturales, pero su desarrollo turístico es incipiente, aunque con buenas expectativas de crecimiento y ligado siempre a motivaciones propias del turismo ecológico y de aventura. El West McDonnells National Park, el Finke Gorge o el Simpson Desert Conservation Park son algunos de los lugares accesibles con vehículos 4 × 4 y que tienen mayor proyección turística. Marcando el límite de la zona desértica con el Top End (la zona tropical) se encuentra otro de los Parques Nacionales que presenta características similares de consumo y desarrollo que los ya mencionados: el Nitmiluk o Katherine Gorge, que añade la navegación en piragua por sus cañones como atractivo diferencial. Darwin, al norte, es la otra gran población turística de esta zona. La ciudad ha desarrollado una completa oferta basada en el acceso al Parque Nacional de Kakadu y a los cocodrilos que abundan en los ríos que desembocan en su costa. El turismo es, como en Alice Springs, eje de su economía, y como aquélla sigue el clásico modelo de permitir el acceso a las áreas próximas: visita al par-
que, a granjas de cocodrilos, navegación contemplando los cocodrilos, etc. Las motivaciones culturales son minoritarias, pero las cercanas islas de Bathurst y Melville permiten conocer a la tribu Tiwi y adquirir los típicos souvenirs aborígenes. Además, los flujos turísticos son muy densos en Darwin por la proximidad a Indonesia, y porque muchos operadores toman este enclave como puerta de salida hacia los países de origen del turista vía Bali, Singapur o cualquier otro destino del Sudeste Asiático. Por razones funcionales se incluyen en este apartado la región de Kimberley, que pertenece al estado de Australia Occidental pero que por su situación en el extremo septentrional del estado y analogía de atractivos con los Territorios del Norte suelen ser ofertados conjuntamente. A diferencia de los destinos ya analizados, esta región muestra una escasa presencia en los catálogos de los touroperadores internacionales, ya que su visita está en directa relación con una prolongada estancia (más de 20 días) en Australia. Kununurra, a 800 km al este de Darwin, permite explorar los bosques tropicales de sus inmediaciones y sobrevolar o recorrer en vehículo las extraordinarias formaciones del Purnululu National Park, también denominado Bungle Bungle. Broome es conocida como una de las capitales mundiales del cultivo de perlas y éste es, junto con sus playas, su singular atractivo.
13.1.4. La Región de Perth El estado de Australia Occidental es el mayor del país con 2,5 millones km2, pero sólo su capital, Perth, y la región que le rodea, con un privilegiado clima mediterráneo, merecen un especial interés. Perth es una dinámica ciudad que ofrece al turista una mezcla de arquitectura colonial victoriana con modernos rascacielos, y que se asocia irremediablemente a la America’s Cup, motivo por el cual suele gozar de la visita del turista internacional. El otro gran atractivo es la variedad de excursiones que ofrece, de entre las que destaca por su obligatoriedad la de Fremantle, cuyo puerto se ha convertido en la principal estación de cruceros y yates y destino turístico de australianos por su excelente infraestructura. Son también ellos los que utilizan los destinos repartidos en torno a la capital. De entre las excursiones ofertadas desde la ciudad para el turismo internacional desta-
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ca, por su constante presencia, la del Nambung National Park, donde se localizan los famosos Pinnacles con sus curiosas formaciones de rocas erosionadas por el viento.
Alemania 3%
Canadá 2%
Australia 32%
Otros 30%
13.2. Nueva Zelanda Comprende dos islas mayores, la del Norte (114.500 km2) y la del Sur (150.700 km2), separadas por el estrecho de Cook, que en su punto más angosto mide 25 km. A éstas hay que unirlas otras muchas de menores dimensiones: Stewart, las Chatham, isla Kernadec, Tres Reyes, isla de Auckland, Campbell, islas de las Antípodas, isla Snarei, Solander, etc. La superficie total del país alcanza los 268.105 km2 y la población es de 3.347.000 habitantes. El mar de Tasmania separa Nueva Zelanda de Australia, y en el Pacífico Nueva Caledonia, Fiyi o Tonga se hallan a una distancia similar a la de la gran masa australiana. La economía neozelandesa se caracteriza fundamentalmente por una fuerte dependencia de la producción agraria y ganadera, no tanto por su contribución al PIB (11%) sino por constituir la principal fuente de ingresos por exportación (más de un 35%). El sector turístico representa también una fuente importante de entrada de divisas, y su progresión parece que será constante en la medida que los destinos lejanos, en especial asiáticos y oceánicos, son cada vez más frecuentes entre los turistas de los países ricos y desarrollados occidentales. En 1997 Nueva Zelanda acogió a 1.497.000 turistas internacionales, lo cual representa un 16,78% de las llegadas a Oceanía, aun cuando los ingresos rebajan la participación a un 14,67% del total. En la figura 13.6 se muestra la distribución de los mercados, con Asia y Oceanía como principales emisores gracias al aporte de la vecina Australia, líder indiscutible, y de Japón, los dos potentes mercados emisores que caracterizan a toda la región oceánica. A continuación les sigue Estados Unidos, mientras que los lazos con el Reino Unido son patentes al figurar también entre los principales países emisores. Nueva Zelanda pone así de manifiesto algunas de las tendencias que pueden hacerse extensivas a otros países del área oceánica. Una de ellas es el importante incremento del mercado japonés en particular y del proveniente de otras áreas asiáticas en general, mientras prevalece una demanda constan-
Suiza 1%
Reino Unido 10%
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Japón 11%
Estados Unidos 10% Países Bajos 1%
FIGURA 13.6. Llegadas de turismo internacional a Nueva Zelanda según mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
te y ya tradicional por parte del australiano. Hay que hacer constar que si en la actualidad Australia representa el 30% de las llegadas a Nueva Zelanda, su participación ha ido declinando ya que llegó a suponer el 55%; esto se debe a que durante los años ochenta el crecimiento del mercado japonés y estadounidense fue significativamente elevado (un 68 y un 43% respectivamente), mientras que el australiano experimentó tan sólo incrementos del 20% (Hudman y Jackson, 1995). El comportamiento de los principales mercados en Nueva Zelanda es distinto, lo que influye en los ingresos e impactos que sus estancias producen. Las de los japoneses son breves (un promedio de 7 días), y en consecuencia es muy restringido el espacio turístico que utilizan, reduciéndose generalmente al periplo por las tres ciudades más turísticas (Auckland, Christchurh y Queenstown). Su comportamiento, derivado de la particular psicología japonesa, ocasiona que prefieran viajar siempre en grupo y busquen aquellas zonas con comercios exclusivos para ellos (rotulación de los establecimientos y personal de atención que conozca su idioma). En contraposición, los turistas estadounidenses permanecen un promedio de 17 días, y un 80% proviene del estado de California, donde el gobierno neozelandés concentra sus actuaciones promocionales, al ser el mercado más potente y próximo de Estados Unidos. Los lazos con el Reino Unido se ponen de manifiesto al contrastar el número de visitantes procedentes de dicho país, que acuden además con la principal motivación de visitar familiares y amigos. Una de las características del turismo internacional en Nueva Zelanda, al igual que en Australia y otros destinos del Pacífico, es la distribución de los flujos turísticos a lo largo de todo el año. En el invierno austral, las cimas nevadas de Nueva Zelanda se
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convierten en campo de entrenamiento y disfrute para los visitantes de los países del hemisferio Norte. Por el contrario, durante el verano austral Nueva Zelanda y otros destinos de Oceanía son ofertados, al igual que los caribeños, como una posibilidad de huir de los rigores del invierno (figura 13.7).
180.000 160.000 140.000 120.000 100.000 80.000 60.000 40.000 20.000 0 Enero
Marzo
Mayo
Julio Septiembre Noviembre
FIGURA 13.7. Distribución mensual de las llegadas de turistas a Nueva Zelanda. Fuente: OMT (1994).
Otra de las características a resaltar de Nueva Zelanda es la facilidad de acceso a todos los rincones del país. Esto permite el aprovechamiento completo de sus atractivos, pero teniendo siempre presente como valor esencial la salvaguarda de las riquezas naturales que constituyen un valor patrimonial incalculable, por lo que para proteger y preservar su patrimonio se han declarado trece parques nacionales que cubren 2,1 millones de Ha.
Nueva Zelanda ha entrado en los últimos años en el conjunto de países que seducen a los viajeros. La fascinación de sus paisajes, la variedad de actividades a realizar, las huellas perceptibles de la colonización en sus ciudades y las excelentes comunicaciones aéreas por todo el país predisponen a un rápido crecimiento turístico. Su capacidad de alojamiento se eleva a finales de los noventa a 45.000 plazas hoteleras (un 7,73% del total de toda Oceanía), no obstante, es más amplia si se contabilizan los numerosos campings, motor camps, albergues juveniles, casas de bed and breakfast y refugios que completan su oferta, y que constituyen el modo usual de alojamiento para aquellos que acuden al país por sus excelentes condiciones para el disfrute de la naturaleza y de la vida al aire libre. El contraste de atractivos y de actividades a desarrollar que ofrecen las dos islas mayores que componen Nueva Zelanda es evidente, si bien el turismo internacional hace un uso puntual de los lugares más acreditados de ambas (cuadro 13.4 y figura 13.8).
13.2.1. La isla del Norte El vulcanismo es la principal característica de la isla del Norte, e indiscutiblemente uno de sus grandes atractivos. El perfil recortado de sus costas y sus excelentes condiciones climáticas la otorgan una elevada frecuentación, tanto para el turista internacional como para el doméstico. Más pequeña que la meri-
CUADRO 13.4 División funcional de Nueva Zelanda Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
La isla del Norte
Puntualmente intenso para el turismo internacional. Uso más extensivo, intenso y homogéneo de todo el territorio por el turismo doméstico
Turismo de naturaleza Turismo cultural Turismo de negocios Turismo de sol y playa Turismo deportivo Turismo de cruceros Turismo étnico
La isla del Sur
Algunas áreas son de dominio exclusivo del turismo doméstico. El turismo internacional hace un uso muy intenso de algunos espacios
Turismo deportivo Turismo cultural Turismo de nieve Turismo de cruceros Turismo de naturaleza
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FIGURA 13.8. El espacio turístico de Nueva Zelanda.
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dional, alberga sin embargo a las dos terceras partes de los 3,3 millones de habitantes del país, así como a la capital, Wellington, y a la ciudad más populosa, Auckland. Bay of Islands, casi en el extremo septentrional de la isla, es uno de los enclaves de mayor uso para el turismo doméstico. El área es privilegiada para la pesca, el buceo, la navegación o simplemente para el binomio sol-playa. Paihia es el principal centro turístico desde el que se accede a los demás atractivos: Rusell, la primera capital del país en 1840, cruceros por la bahía para disfrute de su fauna, el acceso al Cape Prestt con la famosa “Hole in the Rock” y la visita a Waitangi, el enclave maorí donde en 1840 se firmara el Tratado que concedía a Gran Bretaña su soberanía. El turismo internacional también frecuenta la zona mediante excursiones ofertadas desde la ciudad de Auckland, pero obviamente hace un uso más puntual y centrado en los lugares de mayor interés, de entre los que sobresale Waitangi, bajo la usual forma de turismo de excursión. Auckland es para el turismo internacional la puerta de entrada a Nueva Zelanda. A esta ciudad llegan los vuelos de las compañías áreas que operan hacia Nueva Zelanda (la propia compañía estatal Qantas, Malaysia airlines, Garuda Indonesia, Thai, Bristish, etc.). La ciudad es a su vez base de los itinerarios para recorrer la isla del Norte, y punto de enlace con la isla del Sur. Con una excepcional localización en un istmo volcánico, la afición de sus habitantes a la práctica de los deportes náuticos la ha valido el sobrenombre de “Ciudad de las velas”. Su uso es elevado tanto para el turismo doméstico como para el internacional, y posee unas excelentes infraestructuras de acogida. Las motivaciones para su éxito van desde las culturales (museos donde apreciar la cultura maorí y bellas mansiones coloniales), pasando por la oferta comercial, la práctica de deportes náuticos y el turismo ecológico con la visita a los volcanes que rodean la ciudad (Waitakere Ranges Park). Al oeste de Aucklan se encuentra el Golfo de Hauraki y la península de Coromandel, espacios ambos accesibles desde la ciudad de Thames. Las islas del Golfo son alcanzables mediante numerosos ferries. Coromandel es una de las áreas preferidas por los neozelandeses al restar al margen del desarrollo turístico internacional que presentan otras áreas del país y por su proximidad a la gran ciudad. Rotorua es, junto con Auckland, el principal centro turístico de la Isla Norte y destino obligado de los
circuitos ofertados por los touroperadores. Ubicada en una de las zonas de vulcanismo más activo, la ciudad y toda la zona central de la isla ofrecen el atractivo de sus geíseres, fumarolas y aguas termales (Reserva termal de Wakarewarewa), y también es un importante centro para conocer la cultura maorí. El Parque Nacional de los volcanes de Tangairo, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad con sus tres volcanes activos, constituye otro de los enclaves turísticos consumidos más intensamente. Las actividades deportivas que se pueden realizar en toda la zona central de la isla (que incluyen rafting, kajack, vuelos en avioneta, etc.) hacen de este ámbito un gran atractivo para el turismo doméstico, siendo su consumo más puntual y menos frecuente por el turismo internacional, que se limitan a visitarla en forma de excursiones a los enclaves de mayor reconocimiento (río Waikato, Cuevas de Waitomo). Wellington, emplazada en el extremo sudeste, es la capital neozelandesa. Para el turismo internacional la ciudad y su entorno carecen de uso. Éste se centra en el doméstico, basándose esencialmente en los negocios, la gestión política y en el derivado de las múltiples actividades culturales a las que sirve de escenario.
13.2.2. La isla del Sur En contraste con la isla del Norte, la del Sur es de mayores dimensiones pero está escasamente poblada, con sólo un 28% de la población (densidades inferiores a 9 hab/km2). Entre sus particularidades geográficas destacan los denominados Alpes Meridionales, con el majestuoso Cook (3.764 m de altitud), sus espectaculares fiordos, sus glaciares aptos para la práctica del esquí, sus ríos y cascadas que se prestan a todo tipo de actividades deportivas y las ciudades que mejor plasman el pasado colonial. Todo este singular conjunto de atractivos ejerce gran fascinación en el turismo internacional, tanto por su variedad como por las infraestructuras que el país ha desarrollado para su contemplación (vuelos en avioneta, tren transalpino, etc.), lo que otorga a la isla del Sur la supremacía en uso y frecuentación por el turismo internacional. El análisis de los viajes ofertados a Nueva Zelanda por los touropeadores permite constatar que, mientras que en la isla del Norte las estancias máximas no sobrepasan nunca las cinco noches, hasta ocho suelen dedicarse a conocer y recorrer la isla del Sur.
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La zona septentrional de la isla del Sur, que recibe el nombre de Marlborough, no centra el interés del turismo internacional, y es casi de uso exclusivo del turismo doméstico. Posee un desarrollo económico importante, pues se localizan aquí los mejores y reconocidos viñedos del país, amén de otras producciones agrarias. El acceso desde la isla del Norte es fácil a través de los numerosos ferries que conectan la capital, Wellington, con Picton. Éste es un pequeño centro turístico (5.000 habitantes) que quintuplica su población en verano, al permitir acceder a los fiordos y bahías que se extienden por su entorno, frente al estrecho de Cook. Un uso turístico similar presenta Nelson, la más septentrional de las importantes ciudades de la isla del Sur, ya que permite acceder al Abel Tasman National Park, de 22.530 Ha (el más pequeños de los 13 Parques neozelandeses famoso por sus bosques y por las formaciones graníticas de su tramo costero) y a la Golden Bay. La franja occidental que desde Westport hasta Tuatapere se extiende entre el Mar de Tasmania y las dorsales de los Alpes neozelandeses es la zona más frecuentada de la isla. Algunos turistas consumen este espacio de un modo muy intenso; pero el turismo internacional, que dispone de pocos días de estancia, suele hacer un uso más puntual mediante rutas que atraviesan toda la isla desde las antiguas ciudades coloniales ubicadas en la costa del Pacífico (Dunedin y Christchurch). Greymouth y Queenstown se ubican al norte y sur respectivamente del sector más consumido turísticamente de esta franja occidental, y por ende de toda la isla del Sur. Ambos enclaves sirven de base para numerosos itinerarios, si bien para el turismo internacional Queenstown goza de un mayor reconocimiento. Desde Greymouth parte el Transalpino, un recorrido turístico en ferrocarril que enlaza con Christchurch en la costa del Pacífico. El trayecto es de uso casi exclusivamente turístico (un 80% de los usuarios) y un porcentaje mayoritario son turistas japoneses. De esta población parten también avionetas y helicópteros para sobrevolar los glaciares Franz Josef y Fox y el mítico Monte Cook. En sus alrededores se ubica el Paparoa National Park y algunos antiguos pueblos mineros (como el reconstruido de Shantytown), que recuerdan la fiebre del oro que sacudió la zona en 1860. Tanto el Franz Josef como en el Fox Glaciar se localizan en el Westland National Park, de 117.547 Ha. La visita a ambos glaciares presenta un uso intenso tan-
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to por el turismo doméstico como internacional, que acude debido a las facilidades que presentan para ser explorados. La zona posee una oferta de alojamiento adecuada al uso, ya que predomina el turismo de excursión que sobrevuela estos bellos parajes. Características similares presenta el Monte Cook, el mítico Aorangí de los maoríes. Englobado en el parque nacional de su mismo nombre, recibe un intenso turismo de excursión que sobrevuela la cumbre y el vecino glaciar de Tasman. La zona acoge también a los practicantes de alpinismo. Queenstown, en las estribaciones de los Alpes y junto al lago Wakatipu, se ha convertido en un importante centro turístico. Abandonado como asentamiento por los maoríes aborígenes hacia 1850, experimentó a mediados del siglo xIx el desorbitado crecimiento que trajo consigo la fiebre del oro, para despoblarse cuando ésta remitió; finalmente, el desarrollo turístico le ha permitido recobrar de nuevo protagonismo. vuelos diarios de pequeñas compañías regionales conectan la localidad con las principales ciudades del país, y ha desarrollado una completa y variada oferta de alojamiento y de infraestructuras turísticas (teleférico para admirar las cumbres nevadas de los Alpes, cruceros por el lago, etc.). Su excelente ubicación permite acceder tanto al Monte Cook y los glaciares como a la zona de los famosos fiordos del sur de la isla. Asimismo, los ríos y parajes de sus alrededores le han permitido vertebrar una completísima oferta de actividades deportivas, de riesgo (el leaning y jumping en el Skippers Canyon sobre el río Shotover) e invernales. El antiguo enclave minero de Arrowtown, se beneficia de su proximidad a Queenstown y soporta una elevada frecuentación de turismo de excursión que accede para visitar un típico pueblo minero dispuesto para disfrute del turista. La zona sudoeste de la isla acoge la región denominada Fiordland. Sus más de 14 fiordos que permiten comparar Nueva Zelanda con Noruega se integran en el Fiordland National Park, el mayor del país (1,2 millones de Ha). De entre todos los fiordos sobresale por su belleza el Mildford Sound. Desde Queenstown o desde el centro turístico de Te Anau parten las excursiones para su visita, que incluyen la típica travesía en embarcaciones por los 16 km del fiordo o bien su contemplación en avioneta o helicóptero. Menos intenso, debido a las limitaciones que el gobierno impone para su preservación (unos pocos miles de turistas al año), es el consumo de la más famosa ruta de senderismo del país: la Mildford Track. Iniciada en Te Anau, atra-
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viesa bellos escenarios del Parque Nacional hasta concluir a orillas del fiordo, con su obligada travesía tras cuatro días de excursión. La ruta es practicable de octubre a abril, y todo en ella está perfectamente reglamentado, ya se realice el trayecto de forma independiente utilizando los refugios habilitados o mediante el servicio de guías. En la costa sudeste se ubica Dunedin, “la Escocia del Sur”, casi equidistante de Queenstown y de Christchurch, lo cual confiere a este antiguo asentamiento maorí una óptima situación para acceder a enclaves turísticos del sur de la isla. Su pasado colonial marcado por la huella que dejaron los colonos escoceses ha impreso un especial sello a la ciudad, constituyendo uno de los atractivos para su visita. Como consecuencia de todo ello algunos touroperadores convierten a Dunedin en puerta de entrada a la isla del Sur, compitiendo con Queenstown en esta tarea. Una función opuesta a la de las ciudades ya mencionadas cumple Christchurch. La presencia del aeropuerto internacional otorga a esta ciudad, la tercera del país y con fama de ser la más inglesa, el privilegio de ser usualmente la puerta de salida tras el típico periplo por los enclaves turísticos de la isla. Asimismo, recibe los vuelos procedentes de Queenstown y a los usuarios del Transalpino que desde Greymouth atraviesan los Alpes por el célebre Arthur Pass. En cualquiera de los casos la visita a esta ciudad es obligada, y su uso turístico muy intenso. Kaikoura es el último de los enclaves turísticos a resaltar de la isla. Para el turismo internacional su visita es ofertada usualmente desde Christchurch, al quedar la región de Malborough, a la que pertenece, al margen de los itinerarios ofertados. Su interés radica en la posibilidad de contemplar ballenas y delfines mediante las lanchas que diariamente parten de la localidad o, como ya es usual, sobrevolando la cos-
ta en avionetas y helicópteros. Ha desarrollado una ajustada oferta de alojamiento acorde a su vocación de turismo de excursión y más centrada en el turismo doméstico.
13.3. Melanesia Incluye las islas Fiyi, Salomón, Nueva Caledonia, vanuatu y Nueva Guinea, que es compartida por los estados de Indonesia y Papúa-Nueva Guinea 9cuadro 13.5). La economía de este conjunto ha estado casi siempre ligada a las actividades agrarias; aunque con posterioridad la minería, en especial en la isla de Nueva Guinea, se ha convertido en un importante recurso emergente. En la actualidad el turismo contribuye a la diversificación económica, siendo en algunos casos casi su motor principal, como por ejemplo sucede en el principal destino de la región: las Fiyi. Los principales atractivos son sus parajes volcánicos cubiertos de vegetación tropical, sus arrecifes coralinos y las lagunas costeras, así como sus culturas ancestrales y el binomio sol-playa acompañado de los deportes náuticos y del submarinismo y buceo. La atomización de los distintos archipiélagos que constituyen Melanesia (característica común a toda esta zona del Pacífico) provoca que el turismo se limite a algunas islas, y que el resto permanezca al margen del sector (cuadro 13.6 y figura 13.9). Las conexiones marítimas y aéreas con Australia, Nueva Zelanda y Extremo Oriente han otorgado, desde la década de los noventa, una buena accesibilidad a esta área. Asimismo, los enlaces entre los distintos archipiélagos y entre islas de un mismo archipiélago son generalmente muy densos, gracias a la existencia de compañías estatales como Air vanuatu o Sunflower (Fiyi), o bien mediante cruceros.
CUADRO 13.5 Valores turísticos de la región melanésica Superficie km 2
País
Capital
Fiyi Nueva Caledonia Papúa-Nueva Guinea Salomon Vanuatu
Suva Nouméa Port Moresby Honiara Port Vila
Fuente: OMT (1997).
18.274 18.750 461.691 28.496 14.763
Población
Capacidad alojamiento
Número de turistas
700.000 145.000 3.613.000 320.000 140.000
13.592 5.350(1994) 5.262(1994) 1.190(1994) 1.148(1994)
359.000 105.000 66.000 16.000 49.000
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Capítulo 13: Oceanía
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CUADRO 13.6 División funcional de la Melanesia Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Papúa-Nueva Guinea
Incipiente turismo internacional en aumento
Turismo de naturaleza Turismo de submarinismo Turismo étnico
Islas Salomón
Escaso turismo internacional
Turismo cruceros Turismo de sol y playa Turismo de submarinismo
Vanuatu
Incipiente desarrollo turístico marcado por problemas de infraestructuras
Turismo de cruceros Turismo de sol y playa
Nueva Caledonia
Turismo internacional con dominio absoluto del mercado japonés y del procedente de la metrópoli
Turismo cultural Turismo de sol y playa
Fiyi
Único espacio turístico de uso muy intenso en toda la zona de Melanesia, sirviendo de enlace a otros destinos. Turismo internacional
Turismo de sol y playa Turismo de cruceros Turismo étnico
13.3.1. Isla de Nueva Guinea Compartida por dos países, su parte occidental está bajo la tutela de Indonesia; mientras que la parte oriental pertenece al estado de Papúa-Nueva Guinea, que comprende además los archipiélagos de las Bismark, las Luisiadas, Almirantazgo, la isla de Estrecasteaux y otros pequeños territorios insulares. Nueva Guinea es uno de los territorios más antiguamente poblados de esta región oceánica; los navegantes portugueses y españoles que llegaron a ella en el siglo xvI le otorgaron los topónimos de Papúa, palabra malaya (significa pelo encrespado) y Nueva Guinea, por considerar que sus habitantes guardaban parecido con los de las costas de la Guinea africana. Dividida en 1848 entre holandeses e ingleses, la parte oriental se convirtió en 1975 en el estado de PapúaNueva Guinea, mientras que el territorio vecino dejaba en 1963 de ser la última de las colonias holandesas de las Indias Orientales para formar parte de una de las 26 provincias de Indonesia con el nombre de Irian Jaya. La dorsal montañosa que atraviesa de oeste a este la isla, con cimas que sobrepasan en el sector occidental los 5.000 m, da lugar a un territorio muy accidentado. La combinación con un clima ecuatorial, dada su situación latitudinal, permite contemplar una de las selvas
más grandes del mundo. Este marco físico tan complejo ha permitido a su vez la existencia de multitud de poblaciones indígenas con una cultura, una lengua y un sistema de vida propio. La población es eminentemente rural y practica una agricultura de subsistencia. No obstante, también es una de las reservas más grandes de madera del mundo, y además en sus montañas hay importantes depósitos de cobre, oro y uranio. En las zonas costeras los principales recursos son el gas y el petróleo. Irian Jaya se encuentra en la actualidad casi al margen del turismo, aunque se ha iniciado su descubrimiento. Unos pocos miles de visitantes, la mayor parte europeos, acceden a su territorio para realizar básicamente trekking por el valle de Balien, en sus Tierras Altas, y para navegar por sus costas. Para los ecologistas es un verdadero paraíso, ya que está catalogada como una de las mayores reservas naturales. Hasta hace sólo dos décadas gran parte de sus pueblos indígenas practicaban el canibalismo, por lo que a menudo aparece en los catálogos de las agencias de viajes como una propuesta de viaje de retorno a la Edad de Piedra, si bien la zona que se visita es la más adaptada a la cultura moderna. Desde Yakarta o desde la isla de Bali es posible acceder a Jayapura, la capital, y desde allí a Wanema, principal centro del valle de Balien.
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 13.9. El espacio turístico de la Melanesia.
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Capítulo 13: Oceanía
El desarrollo turístico de Papúa-Nueva Guinea es mayor (66.000 turistas en 1997), aunque obviamente incipiente y muy por debajo de sus posibilidades. A su capital, Port Moresby, llegan principalmente vuelos procedentes de Australia, Indonesia, Singapur, Islas Salomón, vanuatu y Filipinas. Al igual que en Irian Jaya, el contraste entre las culturas es asombroso, ya que por ejemplo, en la capital, cerca de los rascacielos, se encuentran palafitos que acogen a la población indígena. Papúa-Nueva Guinea es uno de los territorios vírgenes del planeta, y atesora la mayor diversidad biológica en peces, siendo lo más destacable los pequeños animales exóticos. En la actualidad se ha convertido en destino predilecto de los amantes del submarinismo, con Kimbe Bay, en la zona conocida como Nueva Bretaña, y Rabaul como dos de los lugares preferidos.
13.3.2. Vanuatu El archipiélago de vanuatu lo componen doce islas grandes y varias decenas pequeñas, con un total de 15.000 km2 que se extienden a lo largo de más de 800 km. Las más pobladas son Espíritu Santo, Efaté y Malekula. La mayoría de su población es rural, y sólo existen dos ciudades: Port vila, principal centro comercial del archipiélago y Santo (Luganville). Descubiertas en 1606 por un navegante portugués (Pedro Fernándes de Queirós) que las llamó “Terra Australia del Espíritu Santo”, fue James Cook quien en 1774 las denominó Nuevas Hébridas. Administradas en condominio por Francia y Gran Bretaña consiguieron su independencia en 1980. Con unas características físicas similares a otras islas de esta área, sus elevadas precipitaciones (4.0002.000 mm) les confieren una abundante vegetación tropical. La agricultura de exportación y la pesca contribuyen prioritariamente a su economía, en este último caso gracias al aporte de compañías extranjeras por derechos para faenar en sus aguas. La agricultura aseguró durante tiempo la subsistencia acogiendo a un 89% de la población activa, con la nuez de coco como principal producto para la exportación. No obstante, a falta de recursos minerales han estimulado otras fuentes de riqueza económica. La banca internacional (paraíso fiscal), el registro de buques mediante la concesión de banderas de conveniencia a flotas extranjeras y el turismo son en la actualidad una importante fuente de ingresos.
481
En vanuatu el desarrollo turístico fue previo al de otros destinos del Pacífico, pero se estancó a mediados de los ochenta y comenzó a declinar por la supresión de las conexiones aéreas con su principal mercado, Australia. Así, si en 1977 el país recibió 25.000 turistas, en 1986 había descendido hasta poco más de 20.000, habiéndose recuperado en la actualidad hasta los 49.000 de 1997. Este nuevo repunte ha sido posible gracias a que en 1987 el gobierno estableció su propia línea aérea para resolver este grave problema que condicionaba su desarrollo turístico. Además, la concesión a una compañía australiana para operar un casino abrió mayores posibilidades y atractivos al país (figura 13.10). Otros 31%
Europa 6% América 3%
Japón 2%
Australia 58%
FIGURA 13.10. Llegadas de turistas internacionales a Vanuatu según mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
El caso de vanuatu sirve de modelo para explicar los problemas que tienen estos países del Pacífico para un correcto planeamiento de su desarrollo turístico. Las inversiones, la capacidad de sus hoteles y de sus infraestructuras están subordinadas a la existencia de determinadas conexiones aéreas y al tipo o modelo de naves capaces de aterrizar en sus aeropuertos. Por lo tanto, el éxito turístico de los pequeños países insulares del Pacífico Sur está estrechamente ligado al ajuste de la capacidad hotelera con la oferta de transporte.
13.3.3. Nueva Caledonia Territorio francés de ultramar, la isla principal que da nombre al archipiélago se halla a más de 17.000 km de Francia y a 1.500 de Australia. La isla principal de la “grand terre” se extiende sobre 16.750 km2 con una longitud de más de 400 km y una anchura media de 40 km, con una larga cadena montañosa en toda su longitud que explica la oposición climática de los dos litorales, ya que la costa oriental registra precipitaciones de hasta dos y tres veces superiores a la occidental. Como otros
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Parte III: Las regiones turísticas
archipiélagos, la isla es víctima de los ciclones que azotan esta área durante el verano austral. Posee una importante riqueza minera (tercer país productor de níquel), pero desde los años setenta el turismo contribuye poderosamente a su economía. Como puede verse en la figura 13.11, Japón domina en gran medida este mercado con valores próximos al 33% del total de las llegadas, gracias a las excelentes conexiones con este país. La metrópoli aporta cotas algo superiores, y como en otros destinos de la región oceánica, Australia (con un 14%) y Nueva Zelanda son también dos importantes países emisores. Nouméa, la capital, concentra más de tres cuartas partes de los establecimientos hoteleros. Su aire afrancesado, como el de toda la isla, ha dado en considerarla el París del Pacífico sur, lo que puede explicar en parte la predilección que por ella siente el mercado japonés. Ocasionalmente, los enfrentamientos políticos y sociales entre la población y las reivindicaciones de independencia frenaron la frecuentación turística, como los graves disturbios ocurridos en 1988. Japón 33%
Otros 14% Estados Unidos 1% Francia 38%
Australia 14%
FIGURA 13.11. Llegadas de turistas a Nueva Caledonia según mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
13.3.4. Islas Fiyi Este archipiélago está situado en la zona de transición entre Melanesia y Polinesia. Comprende más de 320 islas (nueve de ellas mayores) de las cuales sólo están habitadas 105. Ocupan una superficie de 18.274 km2 y se disponen en forma de herradura. A lo largo del arco occidental se alinean las dos islas mayores, que constituyen el 87% de la superficie total: viti Levu (10.497 km2), en la que se encuentra Suva, capital del Estado; y vanua Levu (5.534 km2). El arco oriental comprende las islas Lau o de Levante, y en el interior se abre el mar de Koro, salpicado de islas. Gran parte del archipiélago está orlado por arrecifes coralinos, constituyendo el segundo complejo coralino del mundo después de la Gran Barrera de Aus-
tralia, lo que se ha convertido en uno de sus atractivos principales. La economía se sustenta en la agricultura de exportación (el azúcar representa el 50% del total) y en el turismo. Su clima se caracteriza por las abundantes precipitaciones condicionadas por el relieve y los alisios, lo que marca el desarrollo turístico que se concentra en las áreas más idóneas. Con un típico clima tropical, este archipiélago presenta una estación seca de junio a septiembre, lo cual es de particular interés teniendo en cuenta la importancia que representa el mercado norteamericano, ya que se corresponde con su período vacacional. Dicho período coincide a su vez con las vacaciones de invierno del hemisferio sur, con lo que Australia es, de nuevo, otro de los principales mercados. El archipiélago de las Fiyi es el principal destino insular de todo el Pacífico Sur, doblando a su más cercano rival, la Polinesia francesa. En consecuencia, es a su vez el principal destino de toda el área melanésica con 359.000 turistas, concentrando el 60% de las llegadas, el 55% de los ingresos y el 51% del alojamiento. Situadas en las principales rutas que unen América del Norte con Australia y Nueva Zelanda, sus casi veinte aeropuertos, de entre los que destaca el internacional de Nadi, garantizan unas excelentes comunicaciones con otras islas (Tonga, Salomón, vanuatu, Samoa, etc.) y con los principales mercados emisores: Nueva Zelanda, Australia y Japón. Asimismo, la compañía doméstica Sunflower ofrece servicios a más de 15 destinos en las propias islas Fiyi. En función del mercado de origen es posible detectar algunas diferencias en los flujos hacia las Fiyi. Así, mientras que para la mayoría de los visitantes neozelandeses o australianos es destino único, para americanos y en especial para los europeos suelen ser parte de un circuito más amplio por el Pacífico, que se suele completar con otros destinos insulares de la zona y, sobre todo, con Australia y Nueva Zelanda (figura 13.12).
Reino Unido 10% Japón 12%
Otros 40%
Australia 22% Estados Unidos 12% Canadá 4%
FIGURA 13.12. Llegadas de turistas a las islas Fiyi según mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
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Capítulo 13: Oceanía
La isla de viti Levu concentra en su costa sudoeste numerosos hoteles-clubes, destino preferido de los australianos; mientras que las islas más orientales acogen a los más selectos y escasos hoteles-bungalows existentes, construidos con un absoluto y ejemplar respeto al medio ambiente en parte gracias a las premisas iniciales del Plan de Desarrollo Turístico. En las Fiyi, como en vanuatu (Mc Lisky), el gobierno, preocupado por limitar ciertos impactos sociales y culturales desarrolló políticas más bien prudentes respecto a la extensión del turismo, favoreciendo la construcción de grandes hoteles internacionales en las islas principales pero dejando otras formas alternativas y menos impactantes para las periféricas. Esto ha permitido en algunas pequeñas islas del archipiélago, como por ejemplo en la Tortuga (Turtle Island), la existencia de uno de los hoteles resort más exclusivos del Pacífico Sur: el selecto Turle Lodge, que con sólo 28 plazas es el único alojamiento de la isla. Otros pequeños grupos de islas de las Fiyi, como las Mamanucas, situadas frente a la costa occidental de viti Levu, albergan también resorts para satisfacer la demanda del importante mercado australiano que ve en las Fiyi un espacio insular muy semejante a sus islas de la costa nordeste de Queensland.
13.4. Micronesia A 800 km al este de las Filipinas, al norte de los territorios melanésicos y dejando al este las múltiples islas de la Polinesia, se localiza la Micronesia. Comprende principalmente el archipiélago de las Islas Carolinas, las Marianas, las Marshall, las Gilbert y las Fénix. A excepción de algunas de las islas Gilbert y de las Fénix, el resto se hallan situadas al norte del Ecuador. En esta área oceánica es donde mejor se plasma y contempla la política expansionista de Estados Unidos del siglo xIx, que tuvo su principal centro en el Pacífico. Con la creciente intervención estadounidense en la política mundial la zona cobró singular importancia en la Segunda Guerra Mundial, y su interés estratégico aún se mantiene. Políticamente la situación ha variado en estos territorios en las tres últimas décadas, dependiendo de las metrópolis con intereses coloniales en el área, del reclamo de independencia y de los intereses económicos que las grandes potencias (Estados Unidos, Japón, Rusia) han manifestado por la zona. La mayoría de estos territorios
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descubiertos por navegantes españoles (de ahí el nombre de Carolinas y Marianas en honor de Carlos II y de la mujer de Felipe Iv) formaron parte, después de la Segunda Guerra Mundial, del “Trust Territory of the Pacific Islands”, las islas del Pacífico en administración fiduciaria de Estados Unidos. Tan sólo las Gilbert, actual estado de Kiribati, fue protectorado británico hasta su independencia, así como el minúsculo estado de Nauru que permaneció bajo administración fiducidaria de Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda. La situación política ha variado desde finales de los años setenta, cuando algunos de estos territorios, como recoge el cuadro 13.7, dejaron de estar bajo el fideicomiso de Estados Unidos y optaron por su plena independencia. Otros, en cambio, mantienen sus lazos con la metrópoli con estatutos de Comunidad de Unión Política. La mayoría de las islas basan su economía en la agricultura, que en ocasiones es diezmada por los terribles tifones que periódicamente se producen, y en la pesca. Por su parte, el turismo es contemplado siempre como un sector económico que puede ayudar a diversificar la economía y a mejorar las balanzas de pagos, dado que se ven obligados a importar gran parte de los bienes de consumo. Si bien Estados Unidos es el país con mayor interés en la zona por la administración fiduciaria de parte del territorio, la lejanía a la metrópoli otorga a Japón el papel de motor del turismo y de principal emisor, dándose la situación extrema de la compra por nipones de algunas islas para su uso durante cien años. Así, si después de la Segunda Guerra Mundial, y tras los duros combates entre japoneses y norteamericanos la zona quedó casi toda ella bajo el control de Estados Unidos, ahora es el yen el que ha ganado la batalla al dólar y se aprovecha de estos territorios considerados clave para la estrategia defensiva de la potencia americana (cuadro 13.8 y figura 13.13).
13.4.1. Territorios bajo la tutela de Estados Unidos El desarrollo turístico de Micronesia se concentra exclusivamente en los territorios que aún mantienen lazos con la gran potencia americana: Guam y las Marianas. Ello es consecuencia directa de sus mayores dimensiones y de su situación más próxima a Japón, el potente mercado emisor de la zona. La estrecha isla de Guam, el más occidental de los territorios
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Parte III: Las regiones turísticas
CUADRO 13.7 Organización política de la Micronesia Países independientes País
Capital
Islas Marshall
Majuro
181
Kiribati (antes islas Gilbert)
Bairiki
861
Kolonia
508
Nauru
Yaren
21,4
Palau
Koror
508
Estados Federados de Micronesia: Chuuk (antes Truk), Yap, Ponhenpei (antes Panape). Islas todas ellas pertenecientes al archipiélago de Las Carolinas
Extensión (km2)
Territorio bajo administración de Estados Unidos Extensión (km2)
Territorio
Capital
Guam
Agana
549
Garapan
404
Marianas
de Estados Unidos, cuenta con 150.000 habitantes y con un tercio de sus 549 km2 ocupados por bases militares. El millón de turistas que recibió en 1997 supuso casi el 47% del turismo que accede a toda la Micronesia. Las vecinas islas Marianas acogieron en el mismo período a casi a 685.000 turistas, un 31% del turismo del área. Su atractivo se basa, además de en los comunes a todas las islas del Pacífico, en los restos culturales dejados por la colonización española en el siglo pasado, así como en los derivados de los violentos com-
bates entre japoneses y americanos durante la Gran Guerra. Ambos destinos están bien comunicados con Japón, Filipinas, Hawái, Corea, Estados Unidos y con los archipiélagos cercanos. En los dos casos, como ejemplifica la figura 13.14, referida a la isla de Guam, la supremacía del turismo japonés es abrumadora. A diferencia de otras islas del área oceánica, ambas se caracterizan por un promedio inferior de días de estancia, ya que los japoneses acuden a ellas no sólo para sus cortos viajes de luna de miel sino también para breves vacaciones.
CUADRO 13.8 División funcional de Micronesia Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Territorios bajo la tutela de Estados Unidos: Guam y Marianas
Turismo internacional con predominio absoluto del mercado japonés
Turismo cultural Turismo de sol y playa
Países independientes
Incipiente turismo internacional de escaso desarrollo por nivel de infraestructuras y con perspectivas distintas en función de las propias características físicas de los estados
Turismo de buceo y submarinismo Turismo de sol y playa
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FIGURA 13.13. El espacio turístico de la Micronesia.
Capítulo 13: Oceanía
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Parte III: Las regiones turísticas
Estados Unidos 3%
Corea 9%
Otros 8% Japón 80% FIGURA 13.14. Llegadas de turistas a Guam según mercado de origen. Fuente: OMT (1997).
13.4.2. Países independientes De entre los que componen el área es la República de Paláu la que presenta un mayor desarrollo turístico, si bien tan sólo recibió a 74.000 turistas en 1997, un 3,42% del total de la zona. Con sus más de 500 km2 de extensión se está convirtiendo en uno de los paraísos para el buceo y submarinismo. La diversidad de especies es enorme, pero lo que más atrae a los practicantes es la presencia masiva de tiburones que pueden verse en todas las inmersiones. Continental Micronesia es la compañía aérea que permite acceder a éste y a otros destinos de la zona. Una de las características de todos los países independientes es su atomización en cientos de islas y las enormes distancias entre ellas, lo que dificulta el aprovechamiento turístico. La república de Kiribati ejemplariza esta situación. El país está formado, entre otros, por los archipiélagos de las Gilbert y las Fénix, pero la mayoría de las islas son atolones coralinos rodeados de arrecifes cuya altura media no sobrepasa los 8 m. El resultado es que Kiribati ocupa una vasta área oceánica (3 millones de km2) de más de 3.200 km de oeste a este, pero sólo tiene 931 km2 de tierras emergidas que acogen unos 70.000 habitantes, un tercio de los cuales vive en la capital, Bairiki, en la isla de Tarawa. El turismo produce un destacado aporte a la economía nacional (algo más del 10% del PIB), aunque son la agricultura de exportación y la venta de permisos de pesca la más considerable fuente de ingresos. En 1989 el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas esbozó un plan para estimular el crecimiento económico de algunas de sus islas, enfatizando el desarrollo de infraestructuras y el turismo, pero la lejanía entre ellas y hasta los principales mercados ha mermado los esfuerzos por incrementar el sector. La creación de una compañía aérea de ámbito local (Air Tungaru Corporation) sirve para enlazar las
numerosas islas entre sí y con algunos de los mercados emisores, como son las Hawái y las Fiyi, aunque los turistas prefieren en ocasiones navegar en las típicas embarcaciones indígenas buscando los paisajes idílicos de los Mares del Sur. No obstante, la zona de Micronesia no está exenta de problemas que pueden mermar su desarrollo turístico en los próximos años, como los vertidos indiscriminados de material nuclear y las consecuencias del efecto invernadero. De hecho, ya en 1989 un informe de las Naciones Unidas señalaba a Kiribati como uno de los países que desaparecía bajo el mar durante el siglo xxI si no se tomaban medidas drásticas para reducir el efecto invernadero, y desde entonces la situación tinede a empeorar. Las Marshall sirven también para evidenciar los problemas que aquejan a la zona. Con una extensión de unos 181 km2, son islas bajas coralinas dispuestas en dos cadenas o hileras. Al este la de Ratak, compuesta por 16 atolones, y al oeste la de Ralik (18 atolones). A esta última cadena de islas pertenece la más conocida de las que integran este reciente país: Bikini. Su fama se remonta a julio de 1947, cuando estalló la primera bomba atómica que obligó a evacuar a todos los bikinianos. Al igual que la mayoría de atolones del Pacífico, las Marshall no pueden producir lo suficiente para sobrevivir. La economía moderna no hace rentables ni la pesca ni el cultivo de cocoteros u otras formas más tradicionales de subsistencia. Así, ante el aumento de la población (en el caso de las Marshall los índices de natalidad son altísimos, y casi tres cuartas partes de la población tiene una edad inferior a los 30 años), el turismo parece ser la única fuente segura de riqueza. Bikini aporta, además, la experiencia de bucear contemplando barcos de guerra, con lo cual el “laboratorio nuclear” empezaría a rentabilizar su fama mundial.
13.5. Polinesia Se trata de un conjunto de archipiélagos en el sector oriental de Oceanía cuyos límites los constituyen, al norte las islas Hawái, al sur la cercana Nueva Zelanda y al este las islas chilenas de Pascua y de Salas y Gómez. Niue, Tonga, Tuvalu, Samoa, Samoa occidental, las islas Cook y la Polinesia francesa forman parte de ella, junto a los ya mencionados archipiélagos de las Hawái y la isla de Pascua.
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Capítulo 13: Oceanía
La Polinesia evoca, como ningún otro lugar en Oceanía, el mito de los Mares del Sur, con su lujuriosa vegetación, su clima de excepción, su naturaleza exótica, sus playas festoneadas de cocoteros, sus atolones coralinos y, cómo no, indígenas hermosas y hospitalarias; amén de algunos recursos claramente diferenciales como por ejemplo los moai de la Isla de Pascua. Los navegantes y expedicionarios de la segunda mitad del xvIII (Cook, Bouganville, etc.) revelaron a Europa la existencia de estos archipiélagos, y más tarde las novelas de Robert L. Stevenson o los estudios antropológicos de Thor Heyerdahl favorecieron la admiración por estos lugares. Atraídos por su embrujo también llegaron pintores como Gauguin y Matisse, que junto con los anteriores han contribuido a elevar la realidad a categoría de mito (cuadro 13.9). El paraíso sí existe en los Mares del Sur, aunque notablemente transformado. Apenas ha cambiado la belleza de sus paisajes, el turquesa de sus lagones o la riqueza de su mundo submarino; pero las sucesivas invasiones de misioneros, colonizadores, traficantes y ahora de turistas han contribuido a cambiar estructuras sociales y económicas, con lo que sus ancestrales culturas se prostituyen para deleite del turista. vertidos y pruebas nucleares ensombrecen también el idílico paraíso. Actividades económicas, formas de organización política y desarrollo turístico marcan las diferencias que presenta este inmenso conjunto de archipiélagos, separados en ocasiones por la Línea Internacional del cambio de fecha (cuadro 3.10 y figura 13.15).
487
13.5.1. Tonga El reino de Tonga es una de las más antiguas unidades políticas de toda Oceanía. Sus más de 100 islas e islotes (antes llamadas islas de la Amistad) de las cuales sólo 45 están habitados, abarcan una extensión de casi 700 km2 que nunca estuvieron sometidas a potencias extranjeras, si bien aceptaron el protectorado británico y posteriormente acuerdos de cooperación con Francia y Estados Unidos. Tonga es el único país que mantiene un gobierno monárquico hereditario desde la segunda mitad del siglo xIx, por lo que como atractivo turístico diferencial ofrece la visita a sus palacios y tumbas reales. La isla de Tongatapu y su capital, Nukúalofa, concentran el mayor interés. Su desarrollo turístico se inició a fines de la década de los ochenta, con un plan de desarrollo a diez años que contempló la construcción de instalaciones hoteleras. Al igual que en el caso de Niue, la propiedad y el control de la mayor parte de los servicios turísticos es estatal, debido al escaso interés que manifiestan en ocasiones los inversores extranjeros y a las restricciones que impone el gobierno para la posesión de la tierra a los no ciudadanos del país. El incremento de turistas en Tonga es lento pero constante: 16.000 en 1986, 21.000 en 1990, 26.000 en 1994 y 26.000 en 1997. Además, presenta la particularidad de ser un mercado repartido casi por igual entre cuatro áreas emisoras: Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Europa. En el primer caso se explica por el significativo porcentaje de población de Tonga en Estados Unidos, y en el segundo
CUADRO 13.9 Valores turísticos de la región Polinésica País Islas Cook Hawái Niue Polinesia francesa Pascua Samoa Occid. Samoa americana Tonga Tuvalu
Capital Avarua Honolulu Alofi Papeete Hanga Roa Apia Pago Pago Nukúalofa Funafuti
Superficie km2 236 16.641 258 4.500 160 2.842 200 699 26
Población 18.000 1.200.000 2.100 190.000 2.500 152.000 28.000 95.000 9.000
N° de camas 1.973 129.265 141 7.664 500 1.614 545 1.312 97
* Incluye turismo doméstico. Fuente: OMT. Datos de 1997 de las Islas Cook, Polinesia Francesa y Samoa. El resto de datos de 1994.
N.° turistas (1997) 50.000 6.876.150* 2.000 180.000 – 68.000 22.000 26.000 1.000
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Parte III: Las regiones turísticas
CUADRO 13.10 División funcional de la Polinesia Área geográfica
Uso turístico del territorio
Tipología de la actividad
Samoa y Samoa americana
Incipiente turismo internacional
Turismo cultural Turismo de sol y playa
Islas Cook
Desarrollo creciente del turismo internacional
Turismo de submarinismo Turismo cultural Turismo de sol y playa
Polinesia francesa
Turismo internacional muy concentrado en algunas de sus islas
Turismo de sol y playa Turismo étnico Turismo de cruceros
Hawái
De uso masivo para el turismo doméstico procedente de Estados Unidos. Desarrollo muy intenso y masivo del turismo japonés
Turismo de sol y playa Turismo de naturaleza Turismo cultural
Pascua
Escaso turismo internacional
Turismo cultural
y tercero por la proximidad. En cuanto a la presencia de europeos, es debida a la posibilidad de visitar Tonga en combinación con las Cook y las Fiyi, pues la compañía estatal Friendly Islands Airways enlaza las islas con Samoa, Fiyi, las Cook y Nueva Zelanda. Asimismo, Tonga subraya los impactos culturales que el turismo provoca, ya que es uno de los escenarios donde la cultura ancestral, la acogedora hospitalidad, el típico atuendo, las danzas tradicionales, la gastronomía, los valores familiares de antaño han variado sustancialmente como adaptación al turismo.
13.5.2. Samoa Americana y Samoa Occidental Las islas Samoa, descubiertas a fines del xvIII, despertaron el interés de Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña. Acuerdos previos a la Primera Guerra Mundial estipularon la división de las islas en dos zonas de influencia separadas por el meridiano 171º oeste y un estrecho de 75 km: las orientales quedaron bajo influencia estadounidense y las occidentales bajo la alemana. Al término de la Primera Guerra Mundial Nueva Zelanda recibió las islas alemanas, que en 1962 alcanzaron la independencia siendo la primera de las pequeñas colonias que lo lograba. Por el contrario, la
parte oriental de las islas Samoa sigue manteniendo su unión con Estados Unidos, constituyendo un territorio no incorporado. Samoa Occidental ocupa una extensión de 2.842 km2, mientras que la parte americana se reduce a unos 200 km 2. El turismo es en ambos casos una importante fuente de ingresos, y desde los años noventa Samoa Occidental se ha convertido en un paraíso fiscal, al igual que otros destinos oceánicos. La isla de Upolu, de formación volcánica y donde se halla la capital, Apia, es el principal atractivo turístico. Sus aldeas tradicionales con sus casas típicas (los fale), la contemplación de los bellos tatuajes indígenas, y los acantilados de sus playas se suman a la visita a la localidad de vailima, última morada del famoso escritor Robert L. Stevenson que tanto facilitó con sus escritos el conocimiento de los paraísos polinésicos. En la Samoa americana la capital, Pago Pago, es el lugar idóneo para partir a explorar la isla de Tutuila, famosa por sus densos bosques. El origen de los visitantes es distinto para ambas Samoas: más regional en Samoa Occidental y con predominio de visitantes de Estados Unidos (valores superiores al 50%) en la Samoa americana. Australia y Nueva Zelanda generan más del 20% de visitantes a ambas partes. Asimismo, las conexiones con Tonga, las Cook, las Fiyi y vanuatu son frecuentes, favoreciendo los circuitos por la zona.
Capítulo 13: Oceanía
FIGURA 13.15. El espacio turístico de la Polinesia (excepto las Hawái y Pascua).
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Asia-Oceanía 41%
13.5.3. Las Islas Cook Constituyen, junto con la Polinesia francesa, los dos destinos más frecuentados de la Polinesia austral. Gran Bretaña las convirtió en protectorado en 1888 y en 1901 fueron anexionadas a Nueva Zelanda. En 1965 obtuvieron la autonomía en el marco de una libre asociación con este país. Sus ciudadanos lo son legalmente de Nueva Zelanda, y muchos de los turistas que pasan sus vacaciones en las Cook son neozelandeses (un 40%). Algunas de sus 15 islas son de origen volcánico y otras atolones coralinos, y se extienden por una vasta área oceánica de más de 2 millones de km2 entre Samoa y Tonga a occidente y la Polinesia francesa al este, pero tan sólo tienen una superficie emergida de 240 km2. Casi el 90% de sus 20.000 habitantes viven en las islas del grupo meridional que se hallan muy próximas a Tahití, lo que facilita la comercialización conjunta de Tahíti y otras islas de la Polinesia francesa con las más visitadas de las Cook. A su vez, éstas forman parte en ocasiones de una extensión del viaje a Nueva Zelanda. Rarotonga, de 67 km2, es la más visitada de las Cook; en ella se halla la capital, Avarua. Desde 1974, año en que se amplió el aeropuerto, el turismo desempeña un papel importante en su economía, ya que gracias a este desarrollo de las infraestructuras la capacidad de alojamiento ha podido ir aumentándose sensiblemente (casi hasta quintuplicarse). No obstante, este crecimiento no ha ensombrecido el bello paisaje volcánico, pues la ley impide que ningún edificio sea más alto que los cocoteros. Aitutaki, con su laguna rodeada por la barrera coralina, Mangaia, Mitiaro y Mauke son algunas de las islas que en ocasiones mediante una travesía en velero son ofertadas en el archipiélago. Submarinismo, buceo y pesca son algunas de las actividades a realizar en las Cook; y las sinuosas danzas y sus mujeres con las “‘ei” de flores en torno al cuello reflejan, como en la Polinesia francesa y Hawái, algunos de los tópicos que busca el turista (figura 13.16).
13.5.4. La Polinesia francesa Se trata de un conjunto formado por más de 150 islas e islotes cuya superficie no excede de los 4.500 km2, pero que están repartidos por más de 2 millones de km2 de océano. Este conjunto de pequeñas islas se encuentra agrupado en cuatro archipiélagos: Socie-
América 19%
Europa 40% FIGURA 13.16. Procedencia del turismo en las islas Cook según las principales áreas continentales. Fuente: OMT (1997).
dad, con las islas de Tahití, Moorea, Bora-Bora, etc.; Marquesas; Islas Australes; y el archipiélago de Tuamotu-Gambier al este de Tahití. Gran parte son de origen volcánico, por lo que presentan un relieve muy accidentado con alturas que llegan a sobrepasar los 2.000 m; a este tipo de islas se contraponen las de origen coralino, los atolones, muy numerosas en el archipiélago de Tuamotu. Gauguin ayudó con sus lienzos a plasmar el encanto de este rincón polinésico, que se ha convertido en la actualidad en el paraíso de turistas acaudalados. No obstante, su lejanía de la metrópoli (más de 16.000 km) y de las principales áreas habitadas (6.000 km hasta Australia y a 7.000 km de la costa americana) supusieron hasta la década de los sesenta un factor negativo para su desarrollo. La mejora de las infraestructuras (aeropuerto de Papete) provocó un rápido crecimiento de la demanda en los setenta, que no encontró un parque hotelero suficientemente dimensionado para responder a ella, por lo que se creó la Oficina de Promoción del Turismo de Tahití con la misión de coordinar su promoción y dar asistencia en los principales mercados emisores, al mismo tiempo que el gobierno francés concedió fondos especiales para formación del personal y para la mejora del equipamiento. En 1997 la Polinesia francesa acogió a 180.000 turistas, que en su mayoría realizaron estancias de alrededor de ocho días. La atomización de la Polinesia francesa interviene en el modo en como se distribuyen los flujos turísticos. Un 90% de los visitantes pasa por tres de sus islas: Tahití, donde se halla capital, Papeete, y viven las tres cuartas partes de los habitantes de la Polinesia francesa, y las cercanas Moorea y Bora Bora. Infraestructuras muy desarrolladas y de calidad; así como la escenificación de ritos ancestrales (las conocidas bodas), espectáculos de danzas, naturaleza y vegetación lujuriosas, deportes náuticos, windsurf y playas bien equipadas se ofrecen en estas islas al alcan-
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Capítulo 13: Oceanía
ce del sibarita turista. En el mismo grupo de islas de la Sociedad, la de Huahine, además de un variado paisaje de montañas conserva importantes restos arqueológicos: los “maraes” centros religiosos donde se ofrecían las ceremonias a los antiguos dioses. Para sentirse más en el auténtico paraíso de los Mares del Sur, algunos turistas prefieren visitar dos de los atolones del archipiélago de las Tuamotou que cuentan con oferta de alojamiento, el de Rangiroa y el de Manihi. El primero es un óvalo perfecto cubierto de palmeras y cocoteros, y rodeado de una barrera exterior de arrecifes que aloja una laguna interior. El mundo submarino que rodea al atolón de Manihi, incluidos los pacíficos tiburones, es el atractivo diferencial de este destino a dos horas de vuelo de Tahití. Las islas de la Polinesia francesa forman parte en ocasiones, junto con las Fiyi y las Cook, de un circuito por el Pacífico, o de los más exclusivistas viajes de vuelta al mundo. Sus conexiones aéreas son excelentes con Norteamérica, Australia, Nueva Zelanda y con el Sudeste Asiático, y evidentemente con Francia. Estados Unidos ha sido el principal mercado emisor hasta hace pocos años, cuando debido a su regresión ha sido superado por el francés, lo que refleja los poderosos vínculos coloniales con la metrópoli (figura 13.17). Nueva Zelanda Italia 6% Japón 4% 8%
Estados Unidos 22% Reino Unido 2%
Alemania 4% Otros 18%
Australia 5%
Francia 31%
FIGURA 13.17. Llegada de turistas a la Polinesia francesa según mercados de origen. Fuente: OMT (1997).
13.5.5. Las islas Hawái Este archipiélago volcánico alejado 3.800 km de la costa oeste americana, que se extiende por el Pacífico ocupando una extensión de 16.641 km2, es el más turístico de todos los destinos polinésicos. Formado por 117 atolones deshabitados y 7 islas pobladas, es una perfecta combinación de selva tropical, volcanes, cataratas, lagos, playas de arena blanca, “hula hula” y paraíso de los surfistas de todo el mundo.
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Las islas de Maui, Hawái, Molokai y Kauai se reparten entre ellas unos 200.000 habitantes, mientras que Oahu cuenta con más de un millón. Esta isla y su capital, Honolulu, son el destino principal de los 7 millones de turistas que cada año acuden al archipiélago, en su mayoría americanos y japoneses (un 90% aproximadamente entre ambas nacionalidades). Bautizadas como Sándwich por James Cook (su descubridor en 1778), son territorio de Estados Unidos desde 1898, y en 1959 se convirtieron en el 50 Estado de la Unión. Como consecuencia de ello sus cifras de turistas quedan al margen de las estadísticas suministradas por la OMT, que considera movimientos domésticos todos los provenientes de Estados Unidos. Sin embargo, esto no enmascara su importancia como destino, ya que hay aproximadamente 150.000 turistas presentes en las islas en cualquier momento, lo que dada la población total del estado (1,2 millones) supone que una de cada ocho personas presentes cualquier día en las Hawái es un turista. La isla de Oahu es el centro social, político e industrial del archipiélago. En Honolulu, su capital, el Diamond Heat, un volcán extinto, se ha convertido en el símbolo de las Hawái. La famosa playa de Waikiki es meca del turismo internacional, ya que en un día cualquiera en sus 2 km2 y su paseo se agolpan más de 120.000 personas. Es también paraíso del shopping (imprescindible la compra de una típica camisa), y en infinidad de locales se ofrecen espectáculos de danzas. La isla acoge no sólo a los turistas ávidos de sol y playas, sino que ofrece también sus extraordinarios servicios e infraestructuras para el turismo de congresos e incentivos (figura 13.18). Aproximadamente un 20% de los turistas que llegan a las islas procede de Japón, y en Waikiki la mitad de los hoteles son de propiedad japonesa, convirtiendo este enclave en un barrio de Tokio. La isla no rechaza obviamente a este potente mercado emisor, pero mantiene vigente el recuerdo de los ataques japoneses de diciembre de 1941 en Pearl Harbor. De hecho, una de las visitas culturales a realizar en la isla de Oahu es al Memorial elevado en su recuerdo. En las otras islas el turismo no mantiene tanta presencia, con lo cual la presión por ofrecer un tipismo irreal es menor. Mauni, con su volcán de 3.000 m, el Haleakala, es la isla predilecta por sus playas, en las que compiten los mejores surfistas del mundo. Hawái, la “big island” por su tamaño, es de las tres grandes la que permanece algo más al margen del turismo de masas y de las lunas de miel orga-
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Parte III: Las regiones turísticas
FIGURA 13.18. El espacio turístico en la isla de Hawái.
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nizadas. Conocida por sus volcanes (especialmente los de Mauna Loa y Manua Kea), algunos de ellos se mantienen en activo. Además, cuenta en su área nordeste con centros planificados modelo en su género. Algunos de los criterios mantenidos en el planeamiento turístico, emprendido hace más de 20 años son: adecuada orientación de los hoteles, racional diseño de la red de acceso, preservación y mantenimiento de los lugares históricos próximos (mediante la creación de parques arqueológicos), centros comerciales integrados ubicados junto al centro de acogida de visitantes y alejados del núcleo residencial, etc. En cuanto a Molokai, acoge tan sólo a unos 9.000 turistas. La isla, casi carente de alojamiento, servicios y buenos accesos, permite en la actualidad disfrutar del verdadero mito de las Hawái. No obstante, es testimonio histórico de la más famosa colonia de leprosos existente en el mundo, fundada en 1866. Dedicada luego a la agricultura de exportación, los cultivos han sido suspendidos por baja rentabilidad, con lo que su futuro puede reducirse al desarrollo del turismo. Las primeras acciones de desarrollo turístico se han realizado en su zona occidental por inversores japoneses. Las Hawái evidencian una de las características más comunes de la distribución espacial del turismo en los espacios insulares, aspecto analizado por Pearce y otros autores (Cazes, Britton, etc.) en diversas partes del mundo. El modelo general subraya la concentración del alojamiento en un pequeño número de localidades costeras, generalmente próximas a las principales áreas urbanas. En el caso de la isla hawaiana de Oahu, la playa de Waikiki en Honolulu concentra 32.800 habitaciones de las 36.467 con que cuenta toda la isla. En el caso de la isla de Maui, la denominada costa Kaanapali concentra el 60% del alojamiento. La accesibilidad al archipiélago está asegurada por continuos vuelos que le unen a Los Ángeles, San Francisco, Australia, Extremo Oriente (Japón, Taiwan, Hong Kong, etc.) y a otras muchas islas del Pacífico, al mismo tiempo que frecuentes servicios aéreos enlazan las islas entre sí. Los cruceros son también un modo usual de comercialización de este destino. Para
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la potente clientela doméstica procedente de Estados Unidos, la estancia media es de cinco días con paquetes turísticos muy asequibles que incluyen el vuelo, alojamiento y los típicos “alhoa”, por lo que es el único destino masivo de toda la Polinesia.
3.5.6. La isla de Pascua Rapa-Nui (que significa piedra grande), nombre original de la isla, perteneciente territorialmente a Chile desde 1888. Descubierta el día de Pascua del año 1722 encierra un misterio apasionante en sus “moai”, las gigantescas estatuas que son su principal atracción turística. Siuada a 27° 30’ de latitud Sur, se halla a poco más de 4.000 km de la costa americana y una distancia algo superior la separa de Tahíti. De forma triangular, su origen es volcánico, aunque las últimas erupciones se cifran en el siglo Iv d. C. El retiro secular que durante siglos imperó (según Thor Heyerdahl era “el lugar más solitario y aislado del mundo”) y que la convirtió en refugio de tradiciones y arte antiguos se va diluyendo con la llegada de los visitantes. Las comunicaciones han mejorado desde 1967, antes sólo posibles mediante navegación marítima. Su accesibilidad se establece ahora gracias a los vuelos que mantiene la compañía aérea chilena, que desde la capital estatal, Santiago, parten hacia Tahíti vía Pascua. Hanga Roa, la única población de la isla, concentra a los 2.000 habitantes mezcla de raza polinesia y de cruce con la población chilena. Al norte de la isla Anakena (“agosto” en rapaniu, el dialecto polinesio) es una playa que en sus fondos acoge, como otros destinos oceánicos, espectaculares formaciones coralinas. Las grandes plataformas de los “ahus” o templos que acogían centenares de “moais” se localizan en todo el perímetro costero. En el volcán Rano Raraku eran esculpidas las figuras y trasladadas a los diferentes templos. Constituye este enclave uno de los principales lugares de visita, al igual que los principales “ahus”. El de Tahai se localiza próximo a la capital y el de Akivi (de los 7 “moais”) es uno de los pocos que se ubica en el interior de la isla.
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OTROS TÍTULOS DE LA COLECCIÓN
GESTIÓN TURÍSTICA
1 Reisen. Deutsch als Fremdsprache für das Tourismusstudium Borrueco, María
2 Contabilidad analítica: edición adaptada al nuevo PGC Aranda Hipólito, Ángel
3 Fundamentos teóricos y gestión práctica de las Agencias de Viajes González Cobreros, M.ª Ángeles
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5 Elementos para el estudio de la economía de la empresa turística Figuerola Palomo, Manuel
6 Manual de estadística descriptiva aplicada al sector turístico Fernández Aguado, Carmen
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10 Manual de derecho mercantil Arcarons, R./Casanovas, O./Serracant, F. R.
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12 Gestión financiera (2.ª edición) Antich Corgos, Jorge/Moya Claramunt, Miguel
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13 Manual de Marketing general y de servicios turísticos López, Aurelio
14 Marketing y turismo Altés Machín, Carmen
15 Derecho fiscal general y turístico (2.ª edición) Feltrer Rambaud, Loreto
16 Introducción al derecho. Edición dirigida al sector turístico Pedrero Martínez, Jesús/García-Valdecasas, Juan
17 Manual de derecho administrativo turístico (2.ª edición reducida) Arcarons Simón, Ramón
18 Manual de Geografía Turística de España Calabuig Tomás, Jordi/Ministral Masgrau, Marta
19 Contabilidad de costes para Agencias de Viajes, Hoteles y Campings Oller Nogués, Jordi
20 Marketing práctico del turismo de recepción en Europa. Hostelería, restauración, turismo comercial e institucional Parenteau, Alain
21 Derecho laboral turístico (3.ª edición) Rollano Borús, Esperanza
22 Psicosociología del turismo Montaner Montejano, Jordi
23 Historia del arte y patrimonio cultural de España Rebollo Matías, Alejandro
24 Asistencia y guía a grupos turísticos Picazo Zamora, Carlos
25 Náutica de recreo y turismo en el Mediterráneo Chapapria, V. E.
26 Alojamiento turístico rural. Gestión y comercialización Juan Martínez, F./Solsona Monzonís, J.
27 Una introducción al turismo Lickorish, J./Jenkins, C. L.
Biblio:Biblio 17/06/09 10:41 Página 511
28 Gestión y organización de congresos. Operativa, protocolo y ceremonial Herrero Blanco, Paloma
29 Ecoturismo. Impacto, tendencias y posibilidades Wearing, Stephen/Neil, John
30 Economía del ocio y el turismo Tribe, John
31 Geografía del turismo en el mundo Mesplier, Alain/Bloc-Duraffour, Pierre
32 Derecho civil aplicado a las enseñanzas turísticas Arcarons, Ramón/Casanovas, Óscar/ R. Serracant, Fernando
33 Reisen. Deutsch als Fremdsprache für das Tourismusstudium. Arbeitsbuch Borrueco, María
34 Turismo y Transporte Blasco, A.
35 Viajes y turismo en Europa Davidson, Rob
38 Calidad de servicio en hoteles de sol y playa García Buades, E.