El día 8 de diciembre de 1973, me sacaron de la cárcel de Chin Chín de Puerto Montt, la policía civil que no era de investigaciones de Chile, fui trasladado a un barco de nombre Capitán Luis Alcázar de la Empremar. Una vez que quedamos solos, el capitán me dijo que me entendiera con el primer piloto. Este señor resultó ser amigos de mis hermanos Baltazar y Manuel. Debajo de una escalera me improvisó un camarote.
Hoy vivo en Quellón, junto a una chilotita, compañera de mi vida, que me dio tres maravillosos hijos. A veces pienso, que preferiría quedarme ciego antes de perderla.
Lejos de ese pasado ha trascurrido entre mis quehaceres del hogar, como dirigente social, amigo de la biblioteca de Quellón, donde he sido apoyo en cuentacuentos y narrador de historias, lo cual reuniendo ciertas anécdotas de mi vida, he publicado un pequeño libro que ha sido una catarsis de la vida misma.