Niñas valientes, mujeres fuertes
Biblioteca Sara Suárez Solís Biblioteca Tudela Veguín
1
Elenita. Capbell Geeslin. Ana Juan (il.) Kókinos, 2006
Elena lo tenía claro. Ella de mayor quería dedicarse, como su padre, a soplar el vidrio. Pero, ¿quién había visto nunca una niña sopladora de vidrio? “Cualquier sueño es posible para quien se escucha a sí mismo, vence el miedo y emprende el camino”.
Cuento para Susana. Josefina Aldecoa. Ximena Maier (il.) Alfaguara, 2003
Susana, la protagonista y narradora de esta historia vivía en una casa perdida en las montañas de León. En aquella época no había televisión, ni ordenadores, pero existían otras muchas cosas con las que divertirse y crecer.
¿Qué hacen las niñas? Nikolaus Heidelbach.
Círculo de lectores, 1996
Un abecedario con nombres y cosas de chicas.
2
Pippi Calzaslargas. Astrid Lindgren Juventud, 2007
Pippi, una niña pecosa y de pelo color rojo, solo tiene nueve años, pero ha viajado por todo el mundo y sabe arreglárselas muy bien sola. Vive con el señor Nelson y su caballo Pequeño Tío. Sus mejores amigos son Anita y Tommy. Pippi ha sido para muchas generaciones un modelo de niña valiente y rebelde.
Alicia en el país de las maravillas. Lewis Carroll. Helen Oxenbury (il.)
Lumen, 2012
Alicia es una niña inquieta, curiosa, que se atreve a seguir un conejo blanco por un mundo lleno de seres extraños y cosas disparatadas.
Witika, hija de los leones. Blanca Álvarez. Carmen García Iglesias (il.) Destino, 2005
Wikita todos los días, aunque tiene mucho miedo a los leones, debe recorrer un camino en busca de agua. Allí en el manantial encontrará un día una leona herida. “Ahora todos hablan de Witika como la hija de los leones”
3
Lili, libertad. Gonzalo Moure. SM, 2007
Lili se ha tenido que cambiar de ciudad y colegio, y no le gusta que le ordenen cosas sin sentido. Quiere pensar por sí misma. “La abuela Valeriana, que se conservaba muy joven y solía vestir ropa muy provocativa, le había advertido una vez: —A la gente no les gusta que te salgas del rebaño. Las ovejas, lana. Y si no, leña. Pero a la abuela Valeriana nada le asustaba. Era valiente, vivía independientemente, iba a los conciertos de rock y hacía lo que le gustaba sin que nadie se atreviera ya a meterse con ella”
La evolución de Calpurnia Tate. Jacqueline Kelly. Roca, 2010
Calpurnia era la única chica de siete hermanos. Vivía en Texas a finales del siglo XIX y ella quiere ser científica, pero su madre, quiere que toque el piano y aprenda a coser y cocinar. “Mamá empezaba a ser consciente de hechos lamentables: mis bollos eran como piedras, los bordados me salían torcidos, y mis costuras trazaban un zigzag”.
4
Yo voy conmigo. Raquel Díaz Reguera Thule, 2015
A ella le gusta Martín, pero él no la mira. Sus amigas le aconsejan cambiar para gustarle. Pero, al final, decide ser ella misma
Las flores de Irina. Mónica Rodríguez. Raquel Aparicio (il.)
SM, 2012
Irina soñaba con flores y con peces. Tal vez fue flor o pez o sirena. Irina busca saber a dónde pertenecía. “—¿Y cuál es la pregunta correcta? La voz de Mara Murgen sonó lejana y hermosa, como si en ella guardase todo el orgullo de una madre. –Ella me dijo: “La pregunta que debo hacerme es: ¿quién quiero ser a partir de ahora?” Eso dijo”
Todo es máscara. Rosa Huertas. Alex Fernández Villanueva (il.) Anaya, 2015
Madrid, 1835, Eugenia, una joven de buena familia desaparece tras un baile de máscaras. Teresa, su gran amiga, empieza a sospechar y decide buscar información por su cuenta, pero que una mujer haga preguntas no está bien visto.
“—No he tenido elección –contestó con una fuerza renovada. Usted me negó la ayuda por mi condición femenina”.
5
Mujeres. Isabel Ruiz Ruiz. Ilustropos, 2015
18 mujeres reales: poetas, pintoras, científicas, políticas que ocupan su lugar en la historia “No soy la única, pero aún así soy alguien. No puedo hacer todo, pero aún así puedo hacer algo. Y justo porque no puedo hacer todo, no renunciaré a hacer lo que sí puedo”.
Elas (Las que llevan). Cecilia Afonso Esteves Kakandraka, 2010 (2008)
Un poema, un homenaje, palabras de mujer para las mujeres, las que siempre llevan.
La señora de los libros. Heather Henson. David Small (il.)
Juventud, 2010 (2008)
Una historia inspirada en la vida real de una valiente bibliotecaria que a caballo subía los libros a las últimas casas de las montañas de los Apalaches de Kentucky “Me quedo pasmado cuando veo que la señora se niega en redondo. No acepta una bolsa de frambuesas, ni un manojo de verduras, ni nada que papá le ofrezca a cambio. Esos libros no cuestan dinero, como no cuesta dinero el aire. Y no sólo eso, sino encima dentro de quince días ¡piensa volver por aquí para cambiarlos por otros! (…) Siempre vuelve, aunque llueva a mares, haya niebla o haga frío”.
6
Plantando los árboles de Kenia: la historia de Wangari Maathai. Claire A. Nivola Juventud, 2012
Wangari volvió a Kenia al terminar sus estudios en la Universidad. Se encontró un país donde se habían talado los árboles, donde no se cultivaba la tierra. Así que decidió enseñar a plantar árboles para recuperar la tierra. “Cuando nos damos cuenta que somos parte del problema, podemos convertirnos en parte de la solución”
Maria Zambrano: la música de la luz. Luisa Antolín. Antonia Santolaya (il.)
HotelPapel, 2009
Desde niña María siempre fue muy curiosa, siempre tenía ganas de saber y aprender. Con años estudió filosofía que significa “amor a la sabiduría”. “En todos esos años de pensar y vivir, de vivir y pensar, de hacerse preguntas y buscar respuestas, María fue creando su propia filosofía. No encontró una única respuesta a las preguntas que le hacía a su madre y a su padre cuando niña. Pero nos abrió un camino nuevo para ir a buscarlas”.
7
El cementerio de los ingleses. José María Mendiola. Constantino Gatagán (il.) Edebé 2005
Virgina ha venido desde Inglaterra, sola, para averiguar qué hay de cierto en una vieja leyenda familiar. Nadie la parará hasta solucionar aquel vejo misterio.
Diario de un campo de barro. Ricardo Gómez
Edelvives, 2003
Nushi vuelve a los Balcanes tras haber pasado un año de acogida en una casa española. Ahora, desde el campo de refugiados donde vive, escribe y manda sus vivencias a su otra casa. “Shemsie está entusiasmada porque va a trabajar en las aulas enseñando a leer a los más pequeños (…) Imagino que por las noches soñará con su biblioteca y con que todo el mundo termine leyendo. Es una mujer encantadora. Supongo que en circunstancias como éstas la vida sigue adelante gracias a los esfuerzos de personas como ella”.
8
Mujeres. Eduardo Galeano Siglo XXI, 2015
“En el día de hoy, 18 de octubre, del año 1929, la ley reconoció, por primera vez, que las mujeres de Canadá son personas. Hasta entonces, ellas creían que eran, pero la ley no. La definición legal de persona no incluye a las mujeres, había sentenciado la Suprema Corte de Justicia. Emily Murphy, Nellie McClung, Irene Parlby, Henrietta Edwards y Louise McKinney conspiraban mientras tomaban el té. Ellas derrotaron a la Suprema Corte”.
9
Historia de una maestra. Josefina Aldecoa. Alfaguara, 2006 (1990)
La narración, hecha desde la memoria, de la vida de Gabriela durante los años veinte y hasta el comienzo de la guerra civil. “Los niños eran todos negros. La mía era la escuela nacional y gratuita y sólo los negros la frecuentaba. Todos dijeron que estaba loca cuando la elegí. Yo tenía veinticuatro años y afán de aventuras. Si fuera hombre… pensaba. Un hombre es libre”.
Una mujer de recursos. Elizabeth Forsythe Hailey Libros del Asteroide, 2015 (1978)
A través de las cartas, telegramas, notas que escribe Bess a distintos destinatarios a lo largo de los años, conocemos la vida de esta mujer valiente y ambiciosa.
Memorias por correspondencia. Emma Reyes.
Libros del Asteroide, 2015 (2012)
Las cartas que la pintora Emma Reyes envía a un amigo historiador relatando las duras circunstancias de su infancia.
10
Los hombres que no amaban a las mujeres. Stieg Larsson Destino, 2008 (2005)
Harriet Vanger desapareció hace treinta y seis años. No se encontró rastro de la muchacha. Su tío vive obsesionado con resolver el misterio y encarga esta tarea a Mikael Blomkvist un periodista de investigación. “En el mundo de Lisbeth Salander, éste era el estado natural de las cosas. Como chica, constituía una presa legítima; sobre todo si vestía una chupa de cuero negro desgastada y tenía piercings en las cejas, tatuajes y un estatus social nulo. Pero echarse a llorar no servía de nada”.
La corredora. Carrie Snyder Alfaguara, 2015 (2014)
Nadie parece recordar la gesta de Aganetha en 1928. Su medalla de oro para Canadá en los primeros Juegos Olímpicos que las mujeres pudieron participar en pruebas de larga distancia. Ya de mayor, vuelve a su casa y recuerda aquellos momentos. “Es una historia corriente. Una historia muy corriente. Pero no me importa. Es la mía”
Como agua para chocolate. Laura Esquivel
Salvat, 1994 (1989)
Tita ha aprendido desde pequeña, que no siempre tenemos cerca los ingredientes para la felicidad, pero eso no quiere decir que no haya posibilidades. Y así descubrió que en sus platos había mucho más que sabores y texturas.
11
Diez mujeres. Marcela Serrano Alfaguara, 2011
Natasha, una terapeuta, ha decidido reunir a nueve mujeres muy distintas con la idea que compartan sus historias, porque las heridas se empiezan a curar cuando se rompe el silencio.
“Años y años callada. Se va haciendo una especie de nudo por dentro, una madeja, y ya no hay cómo desenredarla. Todo se va poniendo oscuro. Una tiende a dejar pasar a las cosas que duelen y es un error, es una forma de no aprender”.
La letra escarlata. Nathaniel Hwathorne
Círculo de Lectores, 1996 (1850)
En junio de 1642 una multitud se reúne en la ciudad puritana de Boston para presenciar el castigo a Hester Prynne, una joven declarada culpable de adulterio y condenada a llevar una “A” escarlata en su vestido para su vergüenza.
“La verdad es que estos pequeños puritanos pertenecientes a la generación más intolerante que jamás haya pisado la tierra, tenían una vaga idea de que había algo raro, extraterrenal o distinto a lo acostumbrado, en la madre y en la hija; y por ello las despreciaban interiormente y con frecuencia las insultaban. Pearl captaba estos sentimientos y los correspondía con el odio más amargo que pueda suponerse capaz de albergar una niña”.
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Memorias de África. Isak Dinesen RBA, 2008 (1937)
Recién casada, una joven aristócrata danesa viaja a Kenia y allí permanecerá durante casi veinte años. “Como esperaba, al salir de casa me encontré al círculo entero de los ancianos cerca de las cabañas de los criados. Para que su asamblea no perdiera dignidad hicieron que no me veían, hasta que se dieron cuenta de que me iba. Se levantaron rápidamente sobre sus viejas piernas y comenzaron a agitar sus brazos hacia mí. Les saludé con la mano y me fui”.
Leonora. Elena Poniatowska Seix Barral, 2011
Desafió las convenciones sociales, a sus padres y a maestros, y rompió cualquier atadura religiosa o ideológica para conquistar su derecho a ser una mujer libre, personal y artísticamente. “A Leonora le resulta incomprensible que una persona se convierta en número”
Orgullo y prejuicio. Jane Austen.
Losada, 2009 (1813)
Inglaterra rural, finales del XVIII, los Benet, un hogar con cinco hijas en edad de casar. El señor Bengley llega con todo su dinero y un amigo el Sr. Darcy. Y entre las cinco, Elizabeth, una gran lectora, busca ser feliz por encima de todo.
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La guerra no tiene rostro de mujer. Svetlana Alexiévich Debate, 2015
Un libro de los recuerdos de aquellas mujeres que participaron en la Segunda Guerra Mundial y de las que casi nadie habla.
“Ay, nenas, qué puñetera fue esa guerra… Vista con nuestros ojos. Con ojos de mujer… Es horrenda. Por eso no nos preguntan…”
La vida de las mujeres. Alice Munro Lumen, 2011 (1971)
La vida cotidiana, las relaciones familiares, observadas por una niña que poco a poco va siendo consciente que tendrá que elegir entre la cómoda mediocridad o arriesgarse por otras opciones más interesantes.
“Mi madre no se había desprendido de nada. Dentro de la persona que nosotros conocíamos, y que a veces podía desdibujarse o descarrilarse un poco, conservaba su aspectos más jóvenes y llenos de energía e ilusión”.
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En el filo del obrador. Dorita García Rubio Trabe, 2012
Una saga de mujeres que parte de aquel pueblo en la montaña hasta llegar a ser y hacer lo que quieran. “Victoria, tu nombre te obliga a ser valiente y salir victoriosa de todo cuanto emprendas, igual que toda mujer que se precie, pero tú más, para hacer honor a tu nombre”.
La casa de los espíritus. Isabel Allende Comunicación y Publicaciones, 2005 (1982)
Una saga familiar de una poderosa familia de terratenientes latinoamericanos encabezada por el despótico patriarca Esteban y en la que las mujeres establecen unos lazos de conexión que las unen a través de los años y las hace fuertes. A las tensiones familiares se unen los conflictos sociales, políticos del momento.
“Mi abuela escribió durante cincuenta años en sus cuadernos de anotar la vida. Escamoteados por algunos espíritus cómplices, se salvaron milagrosamente de la pira infame donde perecieron tantos otros papeles de la familia. Los tengo aquí, a mis pies, atados con cintas de colores, separados por acontecimientos y no por orden cronológico, tal como ella los dejó antes de irse.”
Selección: Infantil y Juvenil: Chelo Veiga. Bibliotecaria. Adultos: Mercedes Pascual. Auxiliar.
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