PARQUE BIBLIOTECA MANUEL MEJÍA VALLEJO, GUAYABAL
Textos Andrés Vásquez Juan Diego Hernández Jessika Cano Mariela Lopera Carolina Hoyos Stefania Marulanda
Diseño y diagramación Laura Carvajal Arcila Primera Edición, noviembre 2018 Guayabal, Medellín, Colombia Distribución Gratuita
Estos ciclos de cine se realizaron gracias a la alianza de la Cinemateca Municipal de Medellín con el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín, la cual busca llevar el cine a los públicos de la ciudad a través de diferentes catálogos que brindan una oferta de calidad en cada uno de los territorios. La Cinemateca Municipal de Medellín es un programa adscrito a la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín destinada a convertirse en el centro dinamizador y articulador del sector audiovisual con la ciudadanía. Actualmente está ubicada en el Teatro Lido pero es un espacio itinerante que trabaja con de tres componentes: exhibición, formación y archivo y se mueve a través de equipamientos de la Alcaldía de Medellín, como casas de la cultura, bibliotecas y UVAS, además tiene alianzas con diferentes festivales de la ciudad, con corregimientos y otros municipios de Antioquia.
Introducción El cine es, sin duda, una de las formas de narrar características de nuestro tiempo. En el séptimo arte coinciden la literatura, la fotografía, la música, la actuación y otras formas artísticas que nos brindan una experiencia única, en la cual podemos sumergirnos en cada una de las historias que se nos presentan. La pantalla gigante y las letras se funden en esta experiencia que es toda una aventura para los sentidos, incluyendo el sentido crítico. Los aportes y análisis que hacemos los espectadores nos convierten en sujetos con palabra activa, con viva voz, que no solo recibimos de la pantalla sino que ayudamos a construir una visión enriquecida de la película como obra de arte. Cinema 15 es un grupo de aficionados al cine que nos reunimos cada quince días para conversar alrededor de diferentes películas y documentales, partiendo de la película misma como un texto al que podemos y queremos analizar y compartiendo lecturas cortas relacionadas con cada temática. Durante el año 2018 se proyectaron diversas películas organizadas por ciclos, los cuales giraban alrededor de temáticas que buscaban despertar el interés del público participante. Se generaron espacios de reflexión, lectura compartida y apreciación estética, contribuyendo a que la ciudadanía de la Comuna 15 en particular, y de la ciudad en general, se apropiara de este espacio de encuentro. Este fanzine contiene las memorias de este proceso. Es un compendio de ideas y experiencias aportadas por los participantes que busca realizar una invitación abierta a las personas interesadas en el lenguaje cinematográfico, donde a manera de álbum se exponen algunas imágenes y reseñas cortas de cada una de las películas exhibidas, además del consolidado de las opiniones e impresiones que salieron a relucir en las sesiones de conversación con los asistentes tras las proyecciones. Agradecemos especialmente a cada una de las personas que se han ido sumando a este espacio para reflexionar y disfrutar del séptimo arte, al equipo de trabajo del Parque Biblioteca Manuel Mejía Vallejo, Guayabal, por su interés y compromiso con cada uno de los ciclos y a la Cinemateca Municipal de Medellín que desde la gestión de Maderley Ceballos, Ana María Ramírez y David Rendón, han articulado diferentes procesos de la ciudad, del país y de otras partes del mundo para disponer de una oferta de calidad en cada uno de los territorios.
Marzo
Ciclo El nuevo cine colombiano Chocó (2012, Colombia, 80 minutos). Chocó trata de una manera muy bella temas como el amor inmenso de una madre inmersa en contextos de gran pobreza, un amor que la lleva a hacer todo lo necesario para mantener la tranquilidad y felicidad de sus hijos. En nuestra sociedad el machismo es un tema de todos los días. En este caso se nos muestran situaciones en que este tipo de menoscabos y maltratos de género llegan al punto de que muchos esposos y padres, no solamente no ayudan en la crianza y manutención de sus hijos, sino que además agregan dificultades a las madres maltratadas y cabeza de familia. A pesar de la pobreza y los malos tratos la que se nos ofrece es una realidad múltiple, llena no sólo del drama de la dificultad, sino también de los momentos de alegría, contemplación de la belleza de la naturaleza y grata convivencia familiar, en los momentos en que todo el esfuerzo da frutos y el sudor del trabajo se convierte en alimento para el futuro gracias al amor. Otro tema importante que trata la película es el de la minería artesanal o tradicional en oposición a la minería industrial, que causa tan terribles desastres ambientales y crisis ecológicas que afectan la vida de todas las comunidades que moran en los territorios en que se lleva a cabo dicha explotación. En la cinta la diferencia abrumadora se nos muestra no solamente en el tema de las malformaciones congénitas y demás afecciones de salud ocasionadas por el mercurio que va a dar a las aguas en los procesos de minería industrial, sino también, de manera análoga, en el trato ameno y comunitario de los mineros tradicionales en oposición a la fría crueldad de la gran empresa minera.
La Sirga (2012, Colombia, 89 minutos). Una película de ambientes fríos y locaciones húmedas y tristes, que nos hacen revivir la condición espiritual del desarraigo, el desplazamiento, el abandono y la pérdida de las seguridades. Cuando todas las opciones se cierran solamente nos queda la familia, para bien y para mal. Es difícil aceptar la ausencia de los que parten, extrañarlos y sentir culpa por su partida puede llevarnos a una vida agria de insatisfacciones y rencores. Por más terrible que parezca la situación siempre es posible volver a empezar, sembrar nuestras raíces en otros suelos y allí buscar la manera de construir un futuro para los nuestros. Sin importar qué tan duras y hostiles parezcan nuestras circunstancias siempre podemos afrontar las dificultades con dignidad y entereza, mientras conservemos la fuerza de espíritu y amor por la vida que vendrá, aceptando la belleza y el futuro que anhelamos tanto como sus embates y matices más oscuros, ya que éstos nos fortalecen, y engendran el impulso de construir algo mejor. Mateo (2014, Colombia, 86 minutos). En la historia de nuestro país siempre ha estado al acecho el monstruo letal de la violencia, y no sólo con la forma de la fuerza letal que amenaza con herirnos y exiliarnos, sino como posibilidad de un impulso terrible que nos lleva a hacer el mal a otros, degradando nuestras vidas y conciencias. La pobreza engendra violencia a través del dolor y la ignorancia, y el ciclo de horror e impunidad recomienza de manera interminable, llevando a personas nobles a caer en la brutalidad empujadas por el hambre y las necesidades cotidianas. Siempre habrá intereses, sobre todo económicos, listos a aprovecharse de la necesidad de los demás para llevarlos a hacer su trabajo sucio por remuneraciones insignificantes. Una opción certera en contra de los rigores de nuestra guerra civil interminable es el arte, que permite tramitar dolor, hacer catarsis, perdonar, expresar de maneras constructivas el dolor de nuestra historia y buscar formas de expresión y manifestación pacíficas y constructivas. Un ser sensible que desea expresarse nunca querrá hacer daño a otros o pasar sobre sus derechos por simple placer de forma, ni tampoco tendrá tantas posibilidades de llegar a hacerlo empujado por las penurias económicas y las presiones del contexto social.
Tierra en la Lengua (2014, Colombia, 120 minutos). Este filme nos enfrenta a varios tipos de violencia, aunque de maneras indirectas. Se trata de una hostilidad irrefrenable que hace parte de nuestra cultura desde siempre: la crueldad del machismo y las ideas retrógradas de personas perdidas en tiempos de dificultad, la crueldad del rencor de aquellos seres que han debido sufrir sus actos impositivos, y la crueldad del ambiente, representada en este llano inhóspito en el que los animales y personas mueren de maneras tan repentinas y crudas como en las que sucede su repentina aparición. Esta imagen del patriarca que es proveedor y pilar a la vez que maltratador y opresor no deja de parecernos un cuadro familiar que se repite día a día en el horizonte de nuestras costumbres e idiosincrasias. Se trata de personajes admirables por su fuerza y tesón, pero a la vez temidos y odiados por las generaciones actuales, menos familiarizadas con los rigores de la vida campesina y los valores morales de antaño, asociados a la capacidad vista en la forma de la fuerza impositiva de “lo masculino”. Nos ofrece una reflexión acerca del derecho a morir, a disponer de la propia vida en situaciones de extremo dolor y enfermedad. Es este caso, el director nos ofrece una perspectiva en la que ofrecer la muerte es la mayor misericordia posible, una misericordia que aparece negada por el rencor hacia un ser temido y odiado, un patriarca tiránico y reacio a toda clase de cambio.
Abril
Ciclo de Animación Japonesa Arrietty y el mundo de los diminutos (2010, Japón, 94 minutos). Arrietty y el mundo de los diminutos nos invita a reflexionar acerca de los prejuicios que a veces tenemos cuando conocemos a alguien, basándonos en meras impresiones o en comentarios que nos han hecho y que nos impiden cruzar ese umbral y llegar a entablar diálogo. Muchas veces preferimos generalizar nuestros juicios en lugar de intentar conocer cada situación y cada persona con todas las particularidades que tiene; de esta manera nos privamos de la oportunidad de conocer tantas personalidades y contextos diferentes que están allí esperándonos. El filme también muestra, de forma explícita y recurrente, cómo hasta lo más simple puede convertirse en un obstáculo: el modo en que los problemas llegan a agigantarse, muchas veces, por causas mentales más que por cualquier impedimento material o de cualquier otra clase. Se trata de una metáfora de la debilidad y el sentimiento de pequeñez en la derrota que siente el ser humano a veces. Esta película nos evoca esos momentos en que hemos deseado estar en un mundo de fantasía alejados de los problemas cotidianos; quizá en la infancia, cuando imaginábamos seres extraños habitando nuestro entorno, compañeros de juegos y travesuras. Kiki la Hechicera (1989, Japón, 102 minutos). Kiki, la hechicera, es una película que retrata la transición de la niñez a la edad adulta. Los participantes también identificaron un mensaje educativo enfocado en ayudar y respetar a los adultos. Enfrentarse a temores y responsabilidades, son tópicos que también están muy presentes. Finalmente, quizá lo más interesante de esta película, es que desmitifica la imagen común que se tiene de las brujas, presentándonos seres nobles, buenos y dispuestos a ayudar.
Haru en el Reino de los Gatos (2002, Japón, 72 minutos). Haru en el reino de los gatos es una película divertida, con una historia bastante original y fantasiosa. Nos presenta unos animales domésticos, en este caso gatos, en un ámbito completamente distinto al real, quizás tratando de develar esa intriga que nos produce no saber si los animales realmente tienen conciencia: aquellos momentos en que nos hemos preguntado ¿qué estará pensando aquel gato? Nos enseña cómo después de volar por mundos desconocidos y hasta oníricos, nos toca incorporarnos a la realidad nuevamente, cómo la cotidianidad de la vida se impone a la fantasía, aunque la ilusión llene nuestra vida de belleza y nuevos sentidos. Otro tema que se reitera es la importancia de ser uno mismo, de intentar comprender el mundo de los demás sin dejar de lado nuestra propia personalidad, sueños y creencias. Finalmente está el tema de la voluntad e individualidad personales, la importancia de aclarar ante los demás nuestros deseos y sentimientos para no terminar obrando únicamente con base en lo que quieran los demás, dejándonos de lado a nosotros mismos en el proceso. Mi vecino Totoro (1988, Japón, 102 minutos). Un espectador adolescente imaginó otro final alternativo para la película. Haciendo referencia a la mitología japonesa, la cual rinde constante homenaje a los espíritus y a la muerte, imaginó un final en el que la hermana menor se ahoga en el lago y la madre de las niñas finalmente muere. También se habló de cómo esta película nos invita a asumir los retos y sonreír, tal como lo hacían las pequeñas protagonistas, ante las adversidades que se nos presentan. Se hizo un comparativo con la realidad, en el que los hermanos mayores deben cuidar de los más pequeños ya que sus padres se encuentran casi todo el día por fuera, lo que rompe el vínculo familiar en muchas ocasiones. Esto pudo ser el argumento para que los espíritus del bosque, como Totoro, cumplieran la labor de acompañar y brindar afecto a estas niñas que pasaban la mayor parte del tiempo sin sus padres. Este mundo mágico es presentado como una manera de extraer a las protagonistas de esa realidad tan difícil. Dada la bondad y la diligencia con la que actuaban estas niñas, se reflexionó acerca de que a las personas buenas siempre les suceden cosas buenas, todo les fluye y les llega de acuerdo a lo mucho que han dado a los demás.
Mayo
Ciclo de cortometrajes colombianos Alabaos, Gualíes y tumbas (2011, Colombia, 39 minutos); Hee Yaia Keti Oka. Conocimiento tradicional de los jaguares del Yuruparí (2010, Colombia, 8 minutos 21 segundos); Mu Drua [Mi tierra] (2011, Colombia, 21 minutos). En nuestra cultura tenemos un tabú muy fuerte con la muerte. No solamente nos da miedo morir, sino que también nos aterra todo lo que nos recuerde aquel final inexorable: los cadáveres, los funerales, el llanto, todo esto nos parece desagradable y deprimente. Por eso nos parece tan complicado entender este tipo de rituales antiguos, en que la muerte es afrontada como algo necesario; algo que no nos alegra, pero que debemos recibir con respeto y gracia, con cantos emotivos y rezos de esperanza y amor. Si la muerte resulta aterradora y difícil de pensar, la defunción de un niño no podría resultarnos menos que devastadora y escalofriante. Es muy interesante esta oportunidad de comparar nuestros rituales mortuorios con otras maneras de encarar la muerte y la pérdida, sobre todo en este caso, que se trata de formas de la espiritualidad que hacen parte de nuestro sentir popular, entendido en todo el conjunto de la inmensa diversidad de nuestras raíces: de nuestra historia étnica, social y cultural.
Cortometrajes Talleres de creación documental y ficción de la Cinemateca Municipal de Medellín, 2017. Cuando uno habita una ciudad, cuando la recorre y vive día tras día, pasa muchas veces que, en lugar de conocerla mejor, al final termina por hacerse insensible a los acontecimientos y seres que la habitan. Los sentidos y emociones se van embotando por la exposición prolongada a la cotidianidad urbana, y nos volvemos un poco ciegos, distantes e indiferentes a realidades que nos rodean y permean constantemente. Estos cortometrajes representan una excelente oportunidad de vivir pequeñas historias locales que usualmente pasarían desapercibidas, pero no sólo eso, sino que también nos permiten apreciar las más diversas nociones y posturas ante lo audiovisual. A través de las inquietudes y aprendizajes de los participantes en estos talleres podemos no sólo conocer algunos momentos y rincones invisibles de nuestra ciudad y departamento, enfocándolos desde ojos cercanos pero ajenos, sino que además nos invitan a adentrarnos en las exploraciones estéticas y estilísticas de algunas personas interesadas en trabajar las más diversas tendencias audiovisuales y cinematográficas, ofreciendo así un panorama que nos lleva desde el documental tradicional hasta la ficción de espantos, pasando por tantos otros filtros de inmersión, posibilidades y sensaciones remotas a la vez que familiares.
Junio
Ciclo «Otras voces» Persépolis (2007, Francia, 95 minutos). Cuando vemos las realidades y dinámicas diarias de otros países que han pasado por grandes conflictos armados es inevitable encontrar puntos de identificación con nuestra historia: el miedo, los desplazamientos forzados, la situación de sitio en sectores urbanos, la represión estatal y la constante disidencia y rebelión de algunos; sin embargo, hay cosas que nunca podríamos imaginar. Aquí nunca hemos vivido en una dictadura (no en una abiertamente declarada), y mucho menos en una dictadura determinada por el fundamentalismo religioso y los valores democráticamente insostenibles del mundo antiguo, que se regía por la magia, la religión y las creencias supersticiosas. Nos quedamos sin palabras al darnos cuenta de que estos sistemas de gobierno no quedaron sepultados siglos atrás, sino que numerosos países en pleno siglo XX y hasta XXI han debido someterse a estos rigores anacrónicos. A veces huimos de la patria para evitar las dificultades que la acosan; no obstante, no podemos huir de nuestras raíces, porque ese dolor y pena que dejamos atrás volverán para seguirnos hasta el confín de la tierra, como fantasmas de una vida dejada atrás en el éxodo. Crecer, cambiar, hacer amistades y convertirse en lo que uno será el resto de su vida son procesos muy fuertes y complejos, y mucho más si debemos atravesar por ellos lejos de nuestro hogar y familia, intentando encajar y aprender las costumbres de nuevos lugares al tiempo que intentamos conocer y acoger a esa nueva persona en la que nos estamos convirtiendo lentamente.
Julio
Nuevo Cine Colombiano Los Hongos (2014, Colombia, 103 minutos). Inicialmente se indaga con los asistentes a la proyección de qué creen que se pueda tratar un filme con este título. Los participantes coinciden en que se va a tratar de drogadicción y suciedad. Respecto al arte urbano, se conversa que por medio de éste se busca embellecer un espacio y expresar lo que se siente, que se manifiesta de varias formas: el grafiti, las calcomanías, los afiches y hasta textiles que envuelven árboles y partes en la ciudad. Se comenta que inicialmente surge como protesta y que en su momento tanto como en la actualidad, ha sido visto como vandalismo, no se deja de reconocer que muchos artistas de este género han logrado disminuir un poco este estigma. Al preguntárseles sobre si han visto arte urbano cerca a sus casas o en sitios que hayan visitado contestan que sí y coinciden en que lo han visto al contrario de lo que menciona la persona que dirige el foro, que les ha parecido que afea la ciudad y que además es un abuso de quienes lo hacen, porque donde lo hacen no les pertenece. Se les consulta si consideran que lo que hacen los chicos está mal y se conecta con el tema siguiente qué es la libertad y el orden, frente a lo cual cambian un poco el calificativo inicial porque reconocen que en verdad los chicos no dañan con sus pinturas y que algunas les parecen bonitas.
Noche Herida (2017, Colombia, 86 minutos). La película sostiene un formato común en el documental colombiano: escenas capturadas a cámara fija, con poca iluminación; extensas y lentas. En Noche Herida, particularmente, estas tomas permiten la contemplación de las locaciones que en general son espacios pequeños y cerrados, de manera que los espectadores obtienen una sensación de envolvencia que les permite empatizar con los personajes. El director se acerca tan íntimamente a la familia protagonista, que logra registrar momentos de enojo, tristeza, histeria, en los que al parecer cada personaje omite la existencia de las cámaras y se desenvuelve con total naturalidad. Aunque en ningún momento de la película se exponen tomas fotográficas que evidencien el conflicto armado colombiano, mediante la narración verbal se evocan recuerdos de cuando la familia fue víctima de desplazamiento forzado del campo a la ciudad y, posteriormente, uno de sus miembros se enfrenta al desplazamiento urbano. Al finalizar la película aparece por primera vez un personaje entre los brazos de Blanca que inquieta a los asistentes y da pie a especular su origen: “es común que las familias más vulnerables, tal vez por menos posibilidad de educación, sean las de mayor índice de reproducción y en las que se vean más casos de madres adolescentes que aun no han terminado de formarse como seres íntegros y deben asumir el rol de mamá tempranamente, lo que puede generar una cadena similar que permite que los problemas se multipliquen y/o agraven”. El personaje Didier, pese a que no actúa en todas las escenas, es el que sostiene la línea histórica del largometraje, pues el conflicto actual se centra en que abandona a su abuela y se ve envuelto en problemas. Este personaje también es comentado por los asistentes quienes reflexionan sobre la pérdida de autoridad de los padres y acudientes, y la dificultad que es que uno joven no tenga un proyecto de vida establecido.
Agosto
Ciclo «Distopías» Distrito 9 (año 2009, Sudáfrica, 113 minutos). Iniciando con un formato de falso documental, la película transmite desde el comienzo la sensación de que quiere ser un fiel reflejo de lo que viven sus personajes. Muy pronto los espectadores se dan cuenta de que la presencia de alienígenas, naves espaciales y armamento futurista, revelan una cotidianidad que no pertenece a este tiempo. Los asistentes a la proyección se centraron inicialmente en hablar sobre la veracidad o falsedad de las historias que tienen que ver con extraterrestres, mencionado que es difícil saber con certeza si los gobiernos ocultan información con respecto a posibles contactos de los humanos con otros tipos de vida inteligente. Alguno incluso alcanza a mencionar que ha escuchado que los humanos somos un experimento de razas alienígenas. Partiendo de las semejanzas o diferencias que puedan presentarse con situaciones de la vida real, el moderador pregunta si se encuentran paralelismos con eventos históricos. Así, se habla por ejemplo del Appartheid que sucedió en Sudáfrica, en el cual se discriminaba a las personas de color de manera similar a como en la película se segregaba a los “langostinos” (extraterrestres). También se mencionan semejanzas con lo que ocurrió durante el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, considerando que hay algunos elementos en común (campos de concentración, experimentos biomédicos, negación y desprecio por la individualidad del otro, etc.). La discusión termina con una invitación a hacer una lectura crítica de la realidad que presentan los medios de comunicación.
Fahrenheit 451 (año 1966, Reino Unido, 112 minutos). Partiendo de la afamada obra de Ray Bradbury, reconocido escritor de ciencia ficción, esta película nos relata un futuro en el cual los bomberos no se dedican a apagar incendios sino a quemar libros, ya que se considera que la lectura es perjudicial y peligrosa y, por lo tanto, está prohibida. Los asistentes resaltaron lo visionaria que resulta la obra pues, pese a que tiene más de cincuenta años, presenta elementos que se parecen mucho a los que se pueden encontrar en la actualidad (como por ejemplo las pantallas que ocupan toda una pared y que permiten intercomunicarse a la vez que presentan contenidos). También se habla acerca de lo artificiosa que parece toda la atmósfera de la película, pues los personajes no parecen muy realistas y los encuadres elegidos por el director refuerzan esa sensación de pantomima. De igual modo, se propició una reflexión acerca del poder de la censura y de las limitaciones a la libertad de pensamiento, resaltando que estos elementos forman parte de la cotidianidad de muchas personas en el mundo contemporáneo.
Septiembre
Ciclo «Desencuentros» Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (año 2004, Estados Unidos, 108 minutos). Esta proyección fue la primera que responde al nuevo formato de Cinema 15 como club de lectura y estuvo acompañada por textos cortos de Jaime Sabines y Mario Benedetti, así como por algunas preguntas que permitieron guiar la discusión. Los participantes estuvieron expectantes antes de comenzar la discusión y en esos primeros momentos manifestaron que no les gustaría borrar los recuerdos que han tenido con sus exparejas, aunque estos les resultaran dolorosos o tristes, por cuanto se trata de experiencias vividas de las cuales se puede aprender. Tras la proyección de la película se analizaron algunos de los elementos que proponen el director y el guionista para narrar la historia. Un elemento significativo, por ejemplo, es el cambio en el color del pelo de Clementine (interpretada por Kate Winslet), ya que estos cambios nos permiten ubicarnos temporalmente en una historia que va dando saltos en el tiempo y va regresando progresivamente a los eventos más antiguos. También resaltaron la actuación de Jim Carrey en el papel de Joel, pues para los asistentes fue muy sorprendente ver a este afamado actor en un rol diferente al que acostumbra (principalmente comedia). Además de la historia principal de Joel y Clementine, los asistentes mencionaron como interesantes la historia de Patrick (Elijah Wood) seduciendo a Clementine cuando ella ya ha borrado sus recuerdos, y la de la secretaria del doctor (Kirsten Dunst) con este último (Tom Wilkinson). Estas dos historias se tejen de manera paralela a la principal y la complementan, lo cual, sumado al manejo de la fotografía y de los elementos compositivos que le dan una atmósfera surreal, onírica y paradójica a la película, hacen que el relato sea mucho más potente y efectivo. A manera de conclusión, algunos asistentes mencionan que aprendieron la importancia de la escucha y de la tolerancia en la relación de pareja, puesto que por un capricho o por un evento relativamente insignificante, los protagonistas toman decisiones radicales de las cuales habrían de arrepentirse más adelante. También hablaron sobre la afinidad entre lo presentado en la cinta y los textos de Sabines (Espero curarme de ti) y Benedetti (Te espero), puesto que responden bien a los desencuentros que suceden en la historia.
Perdidos en Tokio (año 2003, Estados Unidos-Japón, 101 minutos). En esta actividad se hicieron dos lecturas cortas para acompañar y orientar la discusión: una al comienzo (Ausencia de Jorge Luis Borges) y otra al final (Si tú me olvidas de Pablo Neruda). El público asistente, conformado por jóvenes, adultos y adultos mayores, discutió acerca de la relación que sucede entre los dos personajes principales, resaltando que se trató de una amistad a pesar de las múltiples diferencias que había entre ellos, incluyendo las edades y los estilos de vida que habían asumido previamente. Si bien se trató de una historia de amor y era evidente la atracción entre el actor y la joven, ambos respetaron las vidas familiares que ya habían conformado. También se conversó acerca de la parte técnica de la película, incluyendo la música elegida, los colores (muy iluminados, cálidos y saturados) y algunos aspectos de los planos, como por ejemplo las tomas de la chica sentada al lado de la ventana o la intensidad lumínica de la ciudad de Tokio. Todos estos recursos que emplea la directora contribuyeron a darle a la película una atmósfera de saturación, tecnología y soledad, reafirmando la idea de los desencuentros que suceden en una ciudad con idioma, costumbres y ritmos de vida muy diferentes, a veces casi opuestos.