¿CONOCES AL DIABLECILLO DEL BOSQUE?... PUES TE LO VOY A PRESENTAR Danilo Cuervo, un pequeño escritor de 10 años de edad, es el ganador del I Concurso Nacional de Cuento “Escribir para leer, leer para escribir…”, y con esta pregunta inicia su historia de un personaje mágico que inventó en el Club de lectura infantil del Parque Biblioteca León de Greiff, La Ladera. Su cuento ha sido reconocido “por su estructura narrativa, tono, lenguaje infantil, elementos retóricos, contundencia del final, y por ser un relato completo”, según lo certifica el jurado, y la Fundación EPM en alianza con la Corporación Cinefilia. Presentamos entonces al Diablecillo del bosque, y felicitamos a Danilo y al Parque Biblioteca León de Greiff, por este reconocimiento que nace en las iniciativas de lectura y escritura del Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín.
EL DIABLECILLO DEL BOSQUE Por: Johan Danilo Cuervo Córdoba
¿Conoces al Diablecillo del bosque?........Pues te lo voy a presentar. El Diablecillo es un ser de pequeña estatura, con unos cachos largos y puntiagudos, tiene la cola muy larga, su piel es de color rojo muy fuerte y tiene un olor a azufre. Es un Diablecillo muy travieso, le gusta hechizar a la gente para que se confunda y se pierda en el bosque durante un largo tiempo. Un día cansado de su rutina, decide caminar un rato por el bosque y de repente se encuentra una pequeña hada muy hermosa, delicada y con una fragancia exquisita. La observa un largo rato, recogiendo flores y cantando melodiosas canciones. El Diablecillo se acerca al hada y le pregunta cuál es su nombre y de donde viene, ella se asusta por un momento, pero luego responde con una sonrisa: Mi nombre es Claravel y vengo del mundo de las hadas. El Diablecillo intrigado le pide el favor de que lo lleve a conocer su mundo. Claravel le dice que sí, pero tendría que ponerse un disfraz para que no reconozcan que es un Diablecillo, ya que en ese lugar no están permitidos. Los dos buscan hojas, tela, algodón…. y varios elementos que le puedan servir para su disfraz.
Divirtiéndose mucho Claravel disfraza al Diablecillo, cubriendo todo su cuerpo de hojas, sus cachos y cola de algodón. El Diablecillo está listo, he inician su largo viaje hacia el mundo de las hadas. Mientras caminaban escucharon un ruido entre los arbustos, muy asustados retroceden un poco. De repente sale un ogro con un feroz rugido, los dos muy asustados comienzan a correr, corren y corren, Claravel mira un túnel por donde pueden escapar del ogro. Al pasar al otro lado los dos sueltan un suspiro de alivio, - uuuuujjjjjjjuuuuu - y comienzan el recorrido por el mundo de las hadas. Claravel decide llevar al Diablecillo primero a la estación de invierno, todo era muy blanco y hacía mucho frio. El Diablecillo no estaba acostumbrado a tanto frio, entonces decidió irse a la siguiente estación lo más pronto posible. Luego llegaron a la estación de otoño, había muchas hojas y muchos animales. Los dos se divirtieron mucho jugando con los animales y daban vueltas entre las hojas. Luego llegaron a la estación de verano, hacía mucho calor, esta fue la estación que más le intereso al Diablecillo, porque a él le gustaba mucho el calor. Por último fue la primavera, había muchas flores, vieron muchas hadas que estaban arreglando el capullo para el baile de primavera y al Diablecillo le pareció hermoso. Claravel y él deciden ayudar, pues el baile seria esa misma noche. Ninguna de las hadas se dio cuenta de la verdadera personalidad del Diablecillo ya que su disfraz era perfecto.
Después de terminar, apurados van a arreglarse; los dos se ponen muy elegantes. El Diablecillo apenado le dijo a Claravel que él no sabía bailar. Ella le da una clase rápida, y para prevenir hace un hechizo sobre el Diablecillo para que baile muy bien. Más tranquilos el Diablecillo y Claravel se dirigen al baile. Comienza la primera canción y los dos bailan, pero el hechizo va perdiendo su efecto, el Diablecillo se equivoca en un paso y tropieza, cae directo en el pastel. Todas las hadas se burlan de él, al levantarse el Diablecillo no se dio cuenta que se le había caído el algodón que tenía en la cola. Todas las hadas lo vieron, una de ellas le quito por completo el disfraz y los guardias lo llevaron donde la reina de las hadas. Le contaron lo sucedido y la reina muy enfadada les pide a los guardias que saquen al Diablecillo del mundo de las hadas. Y en ese mismo momento aparece su amiga Claravel para defenderlo. Ella le dice a la reina que el Diablecillo ha cambiado mucho su forma de ser, que ya no hace maldades y no molesta a la gente. El Diablecillo le dice a la reina que él se quiere quedar en el mundo de las hadas. - no quiere seguir siendo un Diablecillo que hace travesuras - mejor quiere quedarse con las hadas que son buenas. La reina decide darle una oportunidad, pero debe de pasar una prueba de pureza y luego aceptar algunas condiciones: primero debía de cortarse la cola, luego sus cachos puntudos y por último bañarse
muy bien para quietarse el olor a azufre. El Diablecillo acepta sin quejarse. La reina de las hadas iba a comenzar a explicarle la prueba de pureza al Diablecillo, cuando escucharon unos gritos de auxilio, algunas hadas eran perseguidas por el ogro, ya que había conseguido entrar al mundo de las hadas, el Diablecillo en una acción heroica utiliza su hechizo de confundir a los demás para que se pierdan en el bosque, lo utilizó con el ogro y este salió del lugar sin saber su rumbo, todas las hadas saltaron de felicidad y le agradecieron al Diablecillo por salvarlas. La reina decidió no hacerle ninguna prueba al Diablecillo y tampoco cortarle sus cachos y su cola, pero si debía de bañarse puesto que a ellas les molestaba el olor a azufre y así con su acto demostró ser puro de corazón. La reina le brindó el puesto de guardián del mundo de las hadas, ya que con sus cachos podría pinchar a los enemigos y confundirlos con su hechizo, y desde entonces el Diablecillo vivió feliz para siempre en el mundo de las hadas.
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