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SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS) SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS)
Losvecinos se negaron en rotundo a que el santo milagrero abandonase su lugar de RODIL, SARSFIELD, EL EMPECINADO Y EL CURA MERINO47 reposo; ya que desde que fue enterrado en la localidad todo habían sido parabienes y no estaban dispuestos a renunciar a ello. Las casas de Gata se encontrabantodavía humeantes, el archivo municipal había sido calcinado y los objetos de plata y oro de la iglesiafueron pasto del saqueo de las tropas
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Los monjes les imploraron repetidas veces durante toda la noche, e incluso les gabachas. Mientras tanto las gentes de orden de la Villa se iban reuniendo poco a poco en casa ofrecieron compensaciones a cambio; pero los vecinos se mantuvieron firmes en su decisión. Al de Dº Pedro Hontiveros, uno de los personajes más ilustres y con mayor ascendiente social de la final suplicaron por llevarse tan sólo la cabeza del santón;y de esa manera compartir las población. buenaventuras del devoto del Señor entre los dos pueblos,y que al menos en el conventoque fundó el Santo pudiese existiruna reliquia del mismo paraque ésta fueseasívenerada.Pero sólo El reloj de pared del salón de la casa detanexcelsovecino iba marcando los cuartos y obtuvieron de los robledanos la misma respuesta que les habían dado durante toda la noche; las horas de un día en el que la tensión se mascaba en el ambiente. El primeroen entrar en el indicándoles con las garrotas,de manera pedagógica,la salida del pueblo. salón fue Jerónimo Merino, el conocido cura Merino. Detrás de él Juan Martín Díez, El
Empecinado, y por último el general Rodil. Todos se quedaron sentados alrededor de la chimenea;bebiendo un trago de vino y comiendo un poco de queso,junto a algunos embutidos locales,entre los que predominaba la morcilla de calabaza. REUNIÓN DE MITRADOS46 El tiempo parecía más espeso de lo habitual y la demora del cuarto visitante estaba
Los carruajes habían quedado al pie del castillo de Eljas, desde allí los vehículos no sacando de sus casillas a los allí reunidos. podían avanzar hasta lo alto de la sierra. Delcoche más lujoso descendió el Obispo de Ciudad Rodrigo, de semblante serio y enjuto de carnes se subió a uno de los caballos de un salto, en Por fin a las doce en punto de la noche la puerta del salónse abrió y el capitán Sarsfield otros tiempos había sido un excelente jinete y su destreza a lomos de los equinos era bien entró en la sala;se quitó el capote y el sombrero empapados por el agua de la lluvia y dio las conocida en toda la Diócesis. buenas noches a los presentes;mientras intentaba entraren calor acercando sus manos a las llamas de la chimenea. Cuando ya había entonado el cuerpobebió un buen trago de vino,junto a
Sin esperar a los demás picó espuelas y tras un breve relincho del caballo comenzó a un pedazo de queso.Una vez saciada su sed y su hambreintrodujosu mano en la bandolera y trotar por callejas y veredas hasta lo más alto de la cumbre de la sierra. Él siempre había sido el extrajo de ella un documento firmado por el Duque de Wellington,que había establecido su primero en llegar y el último en irsey desde luego con tan ilustres comensales con los que había cuartel general en la localidad de Fuenteguinaldo. En dicho documento pedía el apoyo a todos quedado en reunirse pretendía quetodosiguiese siendo igual. los presentes y a las fuerzas que comandabanparaque acudiesen en su ayuda ante el próximo enfrentamiento que tendría lugar en Ciudad Rodrigo. Después de una larga carrera, no exenta de algún peligro y caída que otra, él y toda su modesta corte de sirvientes y ayudantes alcanzaron la cima y procedieron a montar los enseres La noche fue larga y los allí presentes debatieron durante horas el desarrollo de la donde sentarse;colocando los alimentos que habían llevado con ellos en lujosas vajillas guerra y los males que habían llegado a la Patria de la mano de un dictador criminal como era asistidas por cuberterías de plata. Napoleón. Al alba todos abandonaron la casa y en el futuro volverían a verse las caras, pero en bandos enfrentados. Poco a poco fueron llegando el resto de los invitados.Por un lado, el Obispo deViseu, por otro el Obispo de La Guardia y el último en llegar el mitrado de Alcántara. Cada uno de ellos se colocó en un lado de la cima, que no era otro que la porción de terreno sobre la que ellos detentaban su jurisdicción eclesiástica; sin que ningunode ellos invadiese el terreno del otro. MENSTRUACIÓN48 Los celos por demostrar su poder sobre el suelo terrenal losllevaba a este tipo de La familia de Tarsicio se encontraba muy concentrada en las labores del campo.En prácticas,en las que los egos personales rivalizaban obviando la doctrina de la Iglesia y las Valverdedel Fresnohabía llegado la hora de sembrar los campos y mientras los varones de la enseñanzas de Cristo.familia cañeaban el huerto, las féminas se encargaban de ir preparando los plantones de las hortalizas que ese año querían recolectar. Luisa, la adolescente de la familia, no se encontraba excesivamente bien, y a los mareos que sufría desde hacía unos días ahora se le juntabanahoraunos dolores inmensos en el vientre;
47 Relato inspiradoen el libro de Dº Marcelino Guerra Hontiveros; Apuntes Históricos acerca de la Villa de Gata.
48 Relato inspiradoen el libro:Fala e Cultura d´Os Tres Lugaris. 46 Relato inspiradoen el libro: A través de Sierra de Gata, El País del Aceite del Oro.