Villa del Campo. Folklore local por Emilio Moreno

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Notas El objetivo de este trabajo, es el de tratar de perpetuar nuestro folklore, o lo que es lo mismo, nuestra forma de vida, costumbres y tradiciones, ni que decir tiene que puede haber otros puntos de vista que ligeramente puedan variar lo expresado, lo aquí expuesto se desarrolla en base a documentos, testimonios y recuerdos, es probable que no estén todas, de hecho faltan algunas de marcado carácter religioso, que el devenir de los tiempos las ha ido cambiando, documentar o rescatar su profundo contenido, requiere un minucioso rastreo de los archivos Diocesanos que contiene la más completa información local de los últimos cuatrocientos años. La ilustraciones graficas aquí representada, se muestran con la única intención de dar testimonio, y a su vez complementar el texto y hacerlo más agradable y comprensible, las personales se enmarcan bajo un tono festivo representando un acto o motivo colectivo de la vida y costumbre de Villa del Campo y es en ese exclusivo marco colectivo donde cabe encuadrarlas, en ningún caso se pretende utilizarlas más allá del contexto que en sí representan. Han sido seleccionadas por su fidelidad y adaptación al texto que se expone en cada momento. ¡Bajo ningún concepto se deben interpretar de otro modo! Casi todas, aparecen ya expuestas en diferentes páginas web, deduciéndose que han sido subidas a ellas, de manera voluntaria por alguno de sus propietarios, aun así, si alguien se sintiese incomodo con el trabajo que representan, serian retiradas.


Emilio Moreno Villa del Campo Folklore Local

A Olivia Gilchrist Moreno Esperando poder abrazarla de nuevo 30 de Octubre 2020


Villa del Campo Folklore Local

Prologo El término folklore, es tan amplio que abarca todo aquello que es compartido por la población y que suele transmitirse, de generación en generación. El folklore de un pueblo puede ser esencial para entender la forma en la que ha vivido, y como fue surgiendo la estructura social que ha llegado hasta nosotros. El folklore local comprende y distingue la identidad propia de cada pueblo, y dentro de él pueden distinguirse al menos cuatro formas o estados de desarrollo, el reciente, el vivo, el moribundo y el muerto. Resulta difícil conocer en qué estado se encuentra el folklore de Villa del Campo, ya que tiene parte de las cuatro, crea, vive, agoniza, y muere. Son muchas las tradiciones que se han perdido, y hay otras que aunque un tanto descafeinadas, siguen presentes, la tradición muere cuando deja de celebrarse, y cuando una tradición deja de celebrarse, algo propio se muere, razón por la que no deberíamos olvidarlas, bienvenidas sean las nuevas, sin dejar de hacerlas, debemos barrer bajo las alfombras y desenterrar lo que pueda ser recuperado, mostrar el valor de sus raíces y tratar de perpetuarlo. De dónde venimos. No cabe duda que tuvimos dependencia Leonesa, en el seno de su reino nacimos y de él bebimos, no en vano enfundarse el traje típico, en Villa del Campo se denomina vestirse de Charra, extinguido el reino Leonés, la correspondencia con Castilla fue constante y sí miramos los Cancioneros Populares de otras regiones encontramos multitud de similitudes con zonas no tan limítrofes. Dentro de las gamas que abarca el folklore suele sobresalir la música y el atuendo, y conjuntamente, ambas intervienen en las manifestaciones sociales, festivas y religiosas, motivo por el que suelen ser las más llamativas y vistosas.

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La Indumentaria

(Viva en la vertiente femenina y casi muerta en la masculina)

Mozas de Villa del Campo en Carnaval

Dada la variedad y peculiaridades de la indumentaria que atesoran los pueblos Cacereños, resulta imposible unificar un atavío representativo a nivel regional, y mucho menos provincial, a lo sumo unos sobresalen más que otros, pero todos llevan un valor añadido que los hace singulares.

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Tres Campusos, con diferentes trajes

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Campusas con sus mejores galas

Jóvenes Campusas acompañadas por Tío José, tamborilero de Aceituna, el Gato y el Pollo.

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Bellezas Campusas

Por otro lado, es lógico y razonable que a ciertas conmemoraciones o actos oficiales sea menester enviar representación provincial, ataviada con la indumentaria tradicional y que en ellos se aluda a los representantes y a su localidad como embajadores provinciales en lugar de representativos de ella. (No son pocas las veces que se ha intentado presentar de manera unificada el traje típico provincial, en detrimento de las ricas variantes que ofrece la región, incluso localmente es imposible hacerlo, siempre se obtuvo el mismo resultado, hermosísimas estampas, llenas de luz y colorido pero carentes de representación provincial, solo el pueblo elegido se siente o ve representado en la estampa. Prefiero la variedad acorde, que muestran tantos pueblos, a la uniformidad de criterio, que se pretende instaurar. En este tipo de actos, de un tiempo a esta parte, y no sin méritos propios, se viene imponiendo la indumentaria de Montehermoso, que cuenta con una enorme tradición muy unificada en su conjunto, que le han dado cierta situación de privilegio frente a otros pueblos de arraigado atuendo, no en vano hay detalles característicos, capaces de dar giros inesperados y de manera involuntaria verse favorecidos frente a otros de idéntica calidad, y uno de esos involuntarios detalles encumbró a Monterhemoso más que su ya afamado traje, que gozaba de cierto prestigio provincial, antes de que se

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produjera el citado giro, puesto que una representación Montehermoseña ataviada con sus mejores galas fue enviada en 1878 a la Real boda de Alfonso XII y Maria de las Mercedas y con su atuendo bailaron sus sones delante de sus Reales Majestades, y como queda patente en las fotografías de J. Laurent y artículos del evento, el detalle no es otro que la hoy famosa Gorra, ni estaba ni formaba parte del atuendo, tuvieron que pasar 39 años para que se viera reflejada en el cuadro que la inmortalizó. Según acreditadas publicaciones, como las de Valadés Sierra (Revista de Dialectología y Tradiciones Populares) y las más cercanas de Juan Jesús Sánchez Alcón en su blog (Montehermosocultural). En 1917 Joaquín Sorolla recorría Extremadura buscando un enclave representativo de Extremadura, para el encargo de la poderosa Hispanic Society of America sobre las regiones de España y estando en Plasencia vio que al mercado de los Martes acudía gente ataviada con un llamativo sombrero o gorra, lógicamente eran Montehermoseñas con traje de faena que incorporaban el tocado para cubrirse del sol, y decidió que era lo que buscaba, poco importa ya sí Sorolla conocía o no la indumentaria de gala de Montehermoso, que lo vio en el mercado de los Martes de Plasencia era el atuendo ordinario, y de este, la Gorra fue lo que más captó su atención, buscó un encuadre que encontró junto al puente de Trujillo y aunque la Gorra no formaba parte del atuendo de gala, Sorolla la inmortalizo sobre el lienzo, y como tal llegó a su destino, la biblioteca que la citada Sociedad tiene en Nueva York, el cuadro fue un éxito y a raíz del hecho, fueron engordando invenciones entorno a la gorra, dándole una tradición y usos que no se ajustaban a la realidad. (Es impensable que una mujer llevase un cartel en forma de espejo, roto o no, pregonando el estado social en que se encontraba, hoy se interpreta de manera más lógica, dándole una función más sencilla, como la del coqueteo o propio acicalamiento, antes del regreso al pueblo tras las duras faenas del campo, antes de llegar al pueblo se miraban en el espejo y se arreglaban en la medida de lo posible, algo que no se le puede negar a ninguna mujer). El interés por los modelos y patrones culturales comarcales, que utilizó Sorolla dentro y fuera del cuadro dedicado a Extremadura, creció rápidamente, la Hispanic Society of America vio en la zona un enorme potencial en estado puro y de paso convirtió a Montehermoso en lugar de visita indispensable y aunque cuando en 1928 Matilda Anderson visito la zona, ya se habían iniciado ciertas modificaciones, (en 1920 aparece un articulo de José Ortega Munilla ilustrado con fotografía de Montehermoseñas ataviadas con gorras) estas aún no alcanzaban a alterar a su gente, además de recoger ciertas cuestiones comunes en los pueblos de la zona (no propias de Montehermoso), Matilda principalmente centró su gran trabajo en la indumentaria, quedando este reflejado en innumerables fotografías, 10 de ellas aparecen en “Extremadura Costume: Women's 8


Festival Dress at Montehermoso Cáceres” y el resto en Spanish Costume Extremadura. También desde dentro creció el interés, no fueron pocos los artistas que plasmaron la belleza y pureza de los trajes y costumbres entre ellos el fotógrafo José Ortiz Echagüe. Matilda Anderson volvió al entorno en 1949, lo que indica que aún quedaba materia y zonas que explorar.

La actual indumentaria tradicional de Villa del Campo, se asemeja a la Salmantina, de hecho vestirse con dicho traje aquí es conocido como vestirse de Charra, quizás como dice Valadés Sierra este como otros muchos trajes, sea fruto de la tradición inventada, lo cierto es que los lazos con las tierras Salmantinas en especial y con el resto de las Castellano Leonesas, desde siempre fue muy amplio, no hay que olvidar que todo indica que el Campo fue poblado con gente desplazada de la Rivera del Coa, hasta entonces territorio Español, y relativamente próximo a Ciudad Rodrigo, queda claro que de aquella época no proceden los trajes, pero el potente trasiego posterior con las tierras del vino y el pan, bien pudo introducirlos. (Uno de los medios que más expandió el cruce o intercambio de culturas fue la trashumancia y los arrieros y en el Campo no faltaron ninguna de las dos cosas, trashumancia hubo mucha y el Campo llegó a contar con casi cien cabezas de familias dedicadas a la profesión de arrieros). 9


Pese a que el aĂąo de la foto habĂ­a buena cosecha de quintos, estos rehusaban participar en la fiesta con el correspondiente atuendo.

Campusas bajo floridos balcones.

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NiĂąas Campusas luciendo su arte en Villanueva de la Sierra.

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De un tiempo a esta parte, se tiende más a uniformar y seguir modelos de patrones copiados, algo que a mi entender, en nada le beneficia, todos sabemos que las modas o costumbres llegan o se instalan en determinados puntos y épocas y que en ellos pueden experimentar transformaciones y retornar o emprender otro camino ya transformadas, todo ello de manera natural, como ha sucedido siempre, es por tanto que no creo que la actual tendencia unificadora sea la correcta, y me inclino a un modelo más diverso o heterogéneo, algo más propio, basta con ojear algunas fotos antiguas en las que dentro de un estilo, las mismas prendas faldas, blusas, mandiles, chalecos, pañuelos, etc. etc. eran diferentes entre sí, esto es algo que probablemente nunca se llegue a constatar, sin embargo no deja de ser cierto y me pregunto sí hay alguien capaz de imaginar los tesoros que albergan y guardan los baúles del Campo. 12


Chalecos

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Jubones y Pañuelo. El pañuelo aparece en varias fotografías, sobre diferentes hombros

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Cobijas

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Calzas

Traje, Pantalรณn Bombacho

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Calzones

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Quizás algún día haya, voluntad suficiente, para promover y desempolvar tanto tesoro oculto. Mientras tanto, los verdaderos y variados tesoros locales, siguen ocultos mientras el implacable paso del tiempo, los lleva a su estéril descomposición. 18


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No corren los mismos tiempos, ni circunstancias que puedan dar un giro tan inesperado como el de la gorra de Montehermoso, pero mientras no salgan a la luz esos tesoros, localmente no se podrรก hablar con propiedad, de lo que llamamos vestirse de charra.

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Las tradiciones Los Quintos

La falta de quintos, y su principal motivación, han hecho que esté perdida.

Una de las tradiciones folklóricas con las raíces más hondas es La Quinta, en mayor o menor medida por muy pequeño que fuera el pueblo, nunca faltaba una fiesta para ellos.

La palabra quinta, proviene de la antigua obligación de entregar la quinta parte de los mozos, para el sustento de los reales ejércitos, a los quintados, es decir a quienes mediante sorteo salían elegidos, se les llamaba quintos, más tarde se identifico como quintos a todos los que se sorteaban, obviamente desde aquel lejano siglo XV en que se instituyo esta obligación, a pasado mucho tiempo y fueron muchos los cambios que se produjeron hasta su total desaparición. Aun así, la palabra sigue viva en la memoria colectiva. La evolución demográfica, ha hecho estragos en numerosos pueblos, en que la quinta estaba sumamente enraizada, la baja natalidad ha dejado bajo mínimos a muchas poblaciones, entre ellas a Villa del Campo. Debido a las circunstancias ya expuestas, se podría considerar que son fuerzas mayores, quienes imposibilitan tan arraigada costumbre y no hay por que darla por perdida, de hecho, en la actualidad, quienes formaron una

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quinta, suelen reunirse un determinado año y de algún modo, reeditan lo celebrado en su tiempo. Al hacer la introducción de Pozuelo, en su Spanish Costume Extremadura, cuenta Ruth Matilda. “A través de calles empedradas, tapiadas con casas de mampostería o tapia, y llenas de charcos, jóvenes con blusas de algodón y pantalones de pana desfilaban y cantaban en una ruidosa celebración de su inminente entrada en el ejército. También salían muchachas con flores en el pelo, con brillantes chales estampados y delantales pálidos, estos grupos se las ingeniaban para reunirse de vez en cuando”. La escena la vio en Pozuelo pero más o menos se daba en todas partes. No son pocos los autores que se han hecho eco de esta un tanto incongruente celebración, ¿Por qué cantan y están contentos, si les espera un futuro incierto? La respuesta a esta paradoja habría que buscarla en cada caso, la situación individual o colectiva venia a ser desgarradora, en pocas fechas los protagonistas de este ruidoso folklore experimentaban un cambio brutal, el acto del paso a la mayoría de edad, conllevaba el crónico peligro de la guerra, iban a servir al Rey, la vida y la muerte frente a frente, especialmente durante el cercano siglo XIX y la mitad del XX, Nuria Salas califica este periodo como crónico. “Guerras peninsulares 1808-1815, 1823, 1825-1827, 1833-1840, 1841-1849, 1854-1856, 1872-1876, 19361939. Guerras de Ultramar 1810-1826, 1859-1860, 1866-1877, 18941901, 1909, 1920-1923”. No siempre fue tan dramático, pero las cifras asustan con solo mirarlas. En Villa del Campo, de año nuevo al carnaval, cada Domingo o festivo y en alguna que otra fecha señalada, antes de que despuntase el alba y los gallos anunciaran la mañana, se rompía el silencio que en las frías calles reinaba, eran los quintos de hogaño que tocando las castañuelas al ritmo del tamboril y al son de la flauta venían entonando alboradas. Las novias amigas o hermanas, engalanaban las castañuelas con madroños de lana y cintas rizadas. La celebración duraba todo el día y de entre las muchas canciones alusivas al tema de la quinta, nos han llegado tres que de boca de Tío Paulino el Tamborilero, recogió García Matos.

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Melodía Nº 114. Manuel García Matos "Cancionero Popular de la Provincia de Cáceres" Canción de quintos

¿Cómo quieres que vaya de noche a verte? ¿Cómo quieres que vaya de noche a verte, si tienes la cocina llena de gente? (Que resalada eres, dame la mano que la reina* me lleva, a ser soldado. A coger los galones para ser cabo). *El estribillo incluye la palabra Reina, lo cual nos lleva al reinado de Isabel II ya que la Católica queda un poco lejos, y de paso data la canción con al menos 150 años de antigüedad. Melodía Nº 116. Manuel García Matos "Cancionero Popular de la Provincia de Cáceres" Por cima de tu ventana

Por cima de tu ventana tengo que formar un coche con los estribos de oro para robarte una noche. ¡Viva Segovia! ¡Viva Segovia! que en Villalcampo tengo la novia. Además de García Matos y Joseph Crivillé que la recogieron en sus cancioneros, José Luís Majada Neila, la incluye en “Ser Quinto en Extremadura” añadiendo, que al parecer, el quinto o soldado está sirviendo en Segovia y canta a la novia que la tiene en Villa del Campo. Melodía Nº 253. Manuel García Matos "Cancionero Popular de la Provincia de Cáceres" Eres Blanca Paloma (Son no Brincao) Eres Blanca Paloma de los jardines, tus labios dibujaron 24


los serafines. ¡Ay! madre, madre, a mi amante le han hecho carabinero por que lo vale. Mientras cantando daban vueltas por el pueblo, entre otras actividades, los quintos, se detenían y entraban en todas las tabernas o bares que hubiera, bebían y llenaban la bota que siempre llevaban consigo, invitando a echar un trago a todo el que encontraban, tras la misa entraban en las casas donde vivían mozas y bailaban juntos una jota, el martes de carnaval estas les obsequiaban con un chorizo, y como no podía ser menos se corrían los gallos. (Hasta mediados los años cincuenta, se pudo contemplar en Villa del Campo el primitivo sentido del acto, este solía coincidir como en otros muchos lugares, con el martes de carnestolendas, (Carnaval) ultimo día hábil de entre los festivos que se permitía comer carne, los gallos solían ser consumidos, entre el regocijo de los familiares. El motivo por el cual se llevaba a cabo, variaba poco del originario Celta, correr los gallos, seguía representando esa prueba de valor o bautismo de sangre, en la que el mozo pasaba a ser acto para la guerra, si bien esta, no estaba siempre presente, como ya se ha dicho, existía la obligación de cumplir el servicio militar, el joven debía abandonar su casa y la custodia paterna para incorporarse al ejercito, este hecho, suponía en numerosísimos casos, la única oportunidad que los jóvenes de los pueblos tenían para salir y conocer otras tierras, otras culturas y en el peor de los casos, otros Continentes, motivos por los que seguía vigente la tradición, darle protagonismo a los quintos, agasajándolos con celebraciones, antes de iniciar tan decisiva prueba de fuego, a la vuelta del servicio se solía decir que volvían hechos unos hombres y generalmente acto seguido solían casarse, con la consiguiente creación de una nueva familia, y la ruptura de temas tabúes hasta antes de la quinta. La fiesta en si era un autentico derroche de colorido y belleza, los típicos atuendos, salían de los baúles y tanto jinetes como cabalgaduras, lucían sus mejores galas. Los últimos gallos que se recuerdan, fueron corridos en la entrada del Cristo, la altura a la que estaban colgados, por costumbre solía ser, la de un carro con la pértiga hacia arriba, si bien en el momento de que el quinto pasaba bajo la soga de la que colgaban los gallos, esta solía ser tensada, ganando altura, dificultando aun más la ejecución, en esta ultima etapa, ya no se arrancaba la cabeza al ave, esta acción era mal vista y entrañaba más riesgo para el jinete, si no tenia mucha destreza, corría el

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riesgo de verse descabalgado, perdiendo el equilibrio en el intento, por lo que se octava por un palo, vara o garrote para la ejecución). El origen de tan popular carrera ecuestre, parece proceder de las antiguas pruebas de inicio que ejercían los Celtas para seleccionar a los jóvenes que estaban preparados para guerrear. Llegado el momento, en la agresión al animal, que requería astucia, destreza, habilidad, valor y fuerza física, los jóvenes Celtas venían a demostrar que eran actos para la lucha. La ceremonia o ritual, consistía en arrancar a cuajo con la mano, desde una cabalgadura al galope, la cabeza de un gallo, que se hallaba colgado por las patas, sobre un cordel, a una altura solo alcanzable desde la montura. Esta vistosa y cruel demostración, de correr los gallos, presente en casi toda España, citada por grandes autores, como Lope de Vega, bajo el seudónimo de Maestro Tomé de Burguillos, en el Soneto LXXXVII, dedicado al nacimiento del Príncipe Baltasar Carlos, hijo de Felipe IV y por Luís de Góngora en el Romancillo de Hermana Marica, fue sustituida por la pita ciega, no menos cruel, pero más tolerada por la nueva sociedad emergente de la época, terminando de este modo con tan ancestral y renombrada fiesta de vital importancia dentro de la quinta, y con el entierro de la sardina, quedaban prácticamente cerradas la actividades de la quinta. De un tiempo a esta parte, la elaboración del arco triunfal a Jesús Resucitado, corría y corre a cargo de quintas y quintos.

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Las Candelas

(A duras penas sobrevive)

Al igual que los rituales de las Purificas, tan extendidos y admirados en toda Extremadura, Las Candelas se basan en la Presentación del Niño en el Templo, tras el parto la mujer quedaba impura y debía purificarse para poder participar en el culto. En Villa del Campo, “Las Candelas” están en continuo desuso, y muy desvirtuadas, suprimiendo antiguos rituales, la falta de sabia nueva, hace estragos en las pequeñas poblaciones, aunque en la medida que se puede se sigue celebrando. La puesta en escena de la festividad, recaía cada año en la mayordomía de la Virgen del Rosario, que atendía esta fiesta de las Candelas la procesión del encuentro el Domingo de Resurrección y la no memos populosa del Ofertorio, primer domingo de Octubre, la falta de Mayordomas, recayó en las jóvenes lugareñas que simbólicamente entraban en quinta, durante décadas, ellas fueron las encargadas de sacar adelante la fiesta, cuando no hay quintas se recurre a voluntarias que se ofrecen a fin de que la fiesta aunque con escasa brillantez no desaparezca, hoy por hoy, hasta esto ultimo resulta complicado de hacer.

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La celebración comienza la noche del día 1 de febrero, con la captura de pájaros, al caer la noche los Mayordomos o quintos provistos de linternas, mantas o tupidas redes, se acercan a los numerosos pozos de los huertos que rodean al pueblo, por lo general encañados a piedra seca, donde los pájaros encuentran refugio, parar pasar las duras noches de invierno, en silencio se cubre el brocal, con una manta o red, y tras introducir cabeza y manos entre manta y brocal, se encienden carburos o linternas a la ved que se arroja una piedra al agua, desorientados los pájaros salen en desbandada hacia la luz, cayendo en las manos que los atrapan, también solían cogerse en los agujeros de las numerosas paredes de tapia para ello se utilizaba una tupida red a modo de cazamariposas y sujeta a una vara larga se colocaba en los citados agujeros, al agitar un poco la vara los pájaros salían quedando en la red atrapados, los capturados se meten en una cesta de mimbre o castaño con doble tapadera donde puedan respirar, y se entregan a las encargadas de organizar la fiesta.

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Al día siguiente, se celebra misa a la que acuden la Mayordoma y familiares o amigas, o bien las quintas de turno ataviadas con peineta y mantilla, antes de la misa, se hace una pequeña procesión con velas alrededor de la Iglesia, que viene a representar o escenificar a la Virgen llegando al tempo de Jerusalén.

(Según la Ley, Hebrea, la madre que daba a luz quedaba "legalmente" impura por cuarenta días si lo nacido era hijo, y ochenta si era hija, durante este tiempo no podía tomar parte en los actos religiosos públicos, cumplido el período, debía ir al templo y en el atrio de las mujeres, recibir la declaración de estar "legalmente" pura, por el sacerdote de turno. Por la purificación debía ofrecer un cordero de un año y una tórtola o paloma; los pobres podían sustituir el cordero por una paloma o tórtola, María era pobre y ofreció dos palomas o tórtolas, una de las dos ofrendas era sacrificada en holocausto de adoración, y la otra por el "pecado". En aquel tiempo ya se había suprimido que la primogenitura fuera destinada al culto o sacerdocio, dejándolo en un simbólico rescate, y aunque no era obligatorio hacerlo pagar el rescate en el Templo, es de suponer que José, pagase allí el "rescate" de la primogenitura del niño, consistente en cinco siclos de plata “cantidad mencionada en la canción de las Purificas como precio de la Purificación de María, los citados siclos no encajan en la Purificación, ya que a los pobres se les permitía sustituir el cordero por una paloma y el precio de la paloma no es el mismo que el del cordero, razón por la cual el precio de purificarse no debía estar fijado como lo estaba el del rescate de primogénito”. Vivía en Jerusalén un hombre justo y piadoso, llamado Simeón, al que el Espíritu Santo le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Guiado por el Espíritu, fue al Templo, vio a Jesús y tomándolo en sus brazos alabó a Dios, por haber cumplido la promesa de ver al salvador del mundo, tras bendecirlos le anuncia a María el dolor que le ha de sobrevenir, tanto Simeón como la 31


profetisa Ana, que no se separaba del Templo, hablaba maravillas del niño, siendo este el primer momento, en que María y José, empiecen a tomar consciencia de quien era Jesús). Dadas las características o normas del citado templo, es difícil encajar la escena representada en las Candelas con lo ocurrido en Jerusalén, razón por la cual es más probable que esta sea tomada de la iconografía popular representada con María ofreciendo el Niño a Simeón, o Simeón con el Niño y María haciendo la ofrenda de las tórtolas.

Ya dentro del templo, ante el altar, se escenifica la presentación, la Mayordoma o quinta mayor, toma al niño y lo presenta al sacerdote, este lo recibe en una bandeja y lo deposita en el altar presidiendo la ceremonia, (dicha imagen esta especialmente adaptada para cada una de las tres veces que sale en precesión al año, en esta ocasión sale portando al niño Jesús que mediante un saliente de madera adosado al niño se introduce en el costado de la madre, simulando que lo lleva en la mano, o bien con una luminaria encendida y el niño a los pies de ella,) acto seguido, la virgen vuelve a su altar y comienza la misa.

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(Al contrario que el resto de imágenes que por su festividad procesionan, la Virgen del Rosario no ocupa un lugar destacado en el Altar Mayor, recordando el atrio de las mujeres del Templo de Jerusalén, que era el lugar destinado a ellas dentro del Templo, la Virgen ocupa un lugar junto a su altar, ubicado en el medio del templo al lado del Evangelio) llegado el ofertorio, las encargadas de la ceremonia, en procesión interior acercan a la Virgen hasta los pies del altar mayor y la Mayordoma o quinta mayor, ofrece las aves al párroco, simulando la ofrenda de Maria y José en el Templo.

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El párroco desatando la cesta de los pájaros, da rienda suelta a las aves que revolotean por la iglesia sin sufrir daños, en alguna ocasión se limito el numero de aves, ya que el revoleteo de estos ocasionaba algarabía en la

feligresía y la distraía del culto, (tras la colocación de cristaleras en los ventanales de la Iglesia, la suelta de aves se realiza en plena calle, evitando así que estas se estampen sobre las cristaleras) terminada la ceremonia le virgen es llevada al altar mayor y el párroco le devuelve el niño, con las proféticas palabras de Simeón, anunciando a Maria el dolor que había de pasar, con la salvedad de que el párroco no pronuncia las palabras descritas en el Evangelio de Lucas, aunque vienen a significar lo mismo, dichas de forma más comprensibles para el pueblo, tras la misa se abren las puertas y las aves abandonan la Iglesia.

Jueves de Comadres De un tiempo a esta parte, la asociación de amas de casa viene celebrando esta antiquísima tradición que estaba en la memoria pero que no tenía eco, las comadres se visten de época o disfraces, comen y bailan en torno a una buena merienda, cualquier cosa con tal de pasar una tarde agradable. 34


El Carnaval

(Sobrevive adaptado a los nuevos tiempos)

Los testimonios del Carnaval que conocemos, vienen marcados por las leyes de la posguerra, plagado de tipismo nacional en multitud de facetas y amenizado por los quintos que en estas fechas cerraban su ciclo festivo corriendo los ancestrales gallos. Esta tradiciรณn, nunca se perdiรณ, fue arrancada por las citadas leyes. (Ver los Quintos)

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Tirar Tiestos

(Inviables con los nuevos tiempos)

Una de las tradiciones, que no tiene posibilidad de recuperarse, es la de tirar tiestos en las casas, en primer lugar porque ya nadie deja la puerta abierta hasta acostarse, como era costumbre antiguamente, y en segundo porque ni los suelos lo permiten, ni nadie lo aguantaría resignado, como se hacia en un tiempo no tan lejano. La costumbre estaba plenamente extendida por toda España, con muchas variantes en cuanto a fechas y significado. En Villa del Campo, el hecho de tirar tiestos, no guardaba relación con el galanteo amoroso que en tantos sitios se le atribuye, sin descartar que en su origen tuviera otras connotaciones, adoptadas por adultos que poco a poco fueron quedando en meras travesuras, primero juveniles y finalmente infantiles con las que se perdió su tradición, que llego a estar plenamente integrada en el pueblo. En cuanto a las fechas en que la practica era común, también adquiere una pequeña variante, aunque sin salirse mucho del periodo generalizado que solía ser en invierno, (en nuestro caso en cuaresma) el mero hecho de que dicha practica aparezca documentada en invierno, la separa del citado galanteo amoroso y le da sentido de travesura o perrería, como forma de paliar las largas noches de invierno. 44


Al menos en lo que se conoce o ha llegado hasta nosotros, como ya se ha dicho, más que nada se trataba de chiquilladas, pequeñas travesuras, que se practicaba durante la cuaresma, (tiempo de perdón) cuando más estruendo causara mejor, también se solía echar en el envase de barro, productos mal olientes, mezclados con algunas brasas, tales como cagajones secos, pezuñas de animales o cuernos, a sí como envases de cristal, botellas, bombillas o tarros, con liquido, o polvo de pimiento picante, y una retahíla de cacharros que causaban molestias tolerables, normalmente se practicaba en un entorno reducido, próximo a donde se vivía o de confianza, el día más propicio para tales travesuras solía ser la noche de los viernes, tras el Miserere, solía haber mucha mocedad en la calle y ese día también lo practicaba. Aquí como en otras muchas partes, tiesto significa, principalmente maceta, sitio en el que se plantan flores, pero también se suelen llamar tiestos a muchos trastos viejos, por tanto la variedad de aperos para tirar era muy amplia, cazuelas, pucheros, tazas, tazones, utensilios de cocina bastante frágiles que tanto abundaban en aquella época, aunque lo más corriente era tirar lo que mas a mano se tenia, un trozo de teja, ladrillo, gorrones y algún que otro tiesto con tierra incluida, que previamente había sido hurtado de algún corral, la cuestión era molestar o fastidiar lo máximo posible. Tal vez el motivo de tirar los tiestos, tenga su arraigo en el echo de estar en cuaresma, tiempo de perdón por antonomasia. La puesta en escena era bien simple, después de oscurecer y normalmente antes de cenar, aprovechando que las puertas tenían postigos y que estos solo se solían cerrar por la noche, bien en pandilla o solo, se iba al sitio o sitios deseados, se abría el postigo y se solía preguntar por alguien de la casa, “tía Maria”. ¿Habéis “cenao”? (Pregunta muy común en aquellos tiempos), y sin esperar respuesta, se espetaba, ¡Allá va el arroz y el “pescao”! Se tiraba el cacharro y pies para que os quiero, luego se contaban estas travesuras como hazañas, en poco tiempo todo esto se fue perdiendo, ahora seria imposible, las puertas están cerradas a cal y canto, y ni el aguante de los suelos, ni el de la gente es el mismo, ya no toleramos nada, ni permitimos nada a nadie.

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EL MISERERE (Perdido)

Aunque se encuadraba dentro de la liturgia de cuaresma, el miserere tenía tanto alboroto popular como fervor religioso, por lo que se podía decir, que había un miserere dentro de la ermita del Cristo y otro fuera en la calle, todos se congregaban, y cada cual lo celebraba a su manera, se desconoce si en otro tiempo la cofradía de la Vera Cruz como encargada del culto de la Pasión del Señor (por su abundancia y contenido, los actos de este culto merecen un capitulo aparte) y demás actos de Semana Santa, también organizaba el miserere en la ermita de San Blas, lo cierto es que cada viernes de cuaresma, entorno al miserere se juntaba todo un pueblo. Como en otras muchas partes, las llamadas a las celebraciones religiosas solían hacerse con toques de campana, que anunciaban la proximidad de la celebración y un posterior toque de esquilón indicaba cuando empezaba, en esta caso el llamamiento se hacia con un toque de esquilón que recordaba que era viernes de cuaresma y la convocatoria era en el Cristo, no en la Iglesia. Poco a poco la monotonía de las calles se convertía en un hervidero de gente que con sillas, cojines o banquetas se encaminaban hacia la ermita del Cristo, extramuros de la población, en aquellos tiempos no era fácil que los padres dejaran a las chicas salir de noche y el miserere era una excusa perfecta para reunirse, las mozas bajaban alegres en cuadrillas de amigas o vecinas y aprovechando la poca visibilidad de las calles, los chicos se escondían en las esquinas para asustarlas, a medida que se iba llegando al Cristo, el bullicio era más que palpable, todo el pueblo se congregaba allí, aunque no todo el que se acercaba al miserere entraba en la ermita, gran parte de la concurrencia masculina no cruzaba el umbral y se quedaba fuera, bien en el portal de la ermita o entre las cruces del Calvario, donde formaban distendidos corrillos, en los que se contaban exageradas hazañas y aventuras que quizás nunca ocurrieron, para ellos eso era el miserere, no los sermones o cánticos que el cura pudiera hacer dentro, los que entraban ocupaban la parte trasera de la ermita o subían a la tribuna donde los niños se apoyaban en la barandilla o metían sus masacradas piernas entre los barrotes. 46


El Miserere de la ermita, era muy diferente al que se vivía en la calle, allí se palpaba el fervor popular y se esperaba con fe las palabras del orador. El Púlpito da solemnidad y confianza, la voz partiendo desde lo alto, se derrama sobre quienes escuchan, ahondando en los sentidos y calando el alma, era tiempo de cuaresma y el párroco emulando al Bautista, preparaba el camino el Señor. El acto comenzaba desde el pulpito, desde allí desgranaba su verbo basado en textos del antiguo testamento, parábolas y Evangelios encaminados al perdón y el arrepentimiento, cuantas veces se abran escuchado las parábolas del hijo prodigo, los talentos, el buen pastor, el centurión, Sodoma y Gomorra, el diluvio, las bodas de Caná, el Sermón de la montaña, la Viña, las diez Vírgenes, los hijos de Jacob, o los Sueños del Faraón. Aquí, cada uno de los temas podía ser tratado con mayor profundidad, dándole si cabe mayor sentido, ya que sin el ritual de la misa, todo era sermón. Terminado el sermón, se ponía la capa pluvial, y de rodilla ante la imagen del Santo Cristo de los Desamparados, en solemne acto, entonaba el Miserere, el hecho de hacerlo en latín, dio lugar a un dicho que se solía decir en el Campo cuando alguien se garabateaba, “Habla más claro, no se te entienda na, pareces el cura cuando canta el Miserere” y suponía que la inmensa mayoría de quienes asistían, desconocía que lo que se cantaba era el Salmo 50, que se llama así, porque así comienza y que en el se pide a Dios piedad, por males y miserias, tras el cántico, finalizaba el acto. El regreso a casa, daba a la noche un toque muy especial, como ya se ha dicho, no era fácil que los padres dejaran salir a las chicas a esas horas de la noche, y la ocasión era bien aprovechada por las parejas que bien por edad o inconveniencia, aun no tenían formalizadas las relaciones, razón por la que en cualquier momento se podía producir algún achuchón inesperado o no, alguna caricia furtiva o algún que otro beso casi robado, para ellos, este era su Miserere, no lo que el cura había cantado.

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La Romería

(Algo descafeinada, pero muy celebrada)

Ermita de la Virgen de Gracia. Villa del Campo (Cáceres)

“Y llegado a Villa el Campo la romería es soná, que a esa Virgen de Gracia, bien la suelen paseal". Fragmento de copla de ciegos, que dicta los tópicos lugareños de la comarca.

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Madonna. Obra del gran pintor Cacereño, FRANCISCO DOMÍNGUEZ PENIS “Virgen de Gracia, Patrona de Villa del Campo”

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La Romería se celebra el lunes de cruces, y como indica la copla, siempre ha sido muy soná, no es el único testimonio que lo acredita, allá por 1752 en el súper conocido Catastro del Marques de la Ensenada, figura que el caudal de propios de esta Villa gastaba el día de la Romería, 100 Reales en derechos de misa y procesión y dar refrescos a vecinos y forasteros que a ella acudían, (de lo cual, se deduce que la fiesta la pagaba el común del pueblo, y aunque no pueda ser deducido, se sabe que los refrescos no eran tales, si no puro vino de pitarra). La ermita se halla a una legua del pueblo y hasta los años 50-60 del pasado siglo contó con ermitaño. Por un lado los tiempos modernos, han ensombrecido y agrandado la fiesta, que en lo litúrgico ha cambiado muy poco, la devoción no ha decaído si esta es comparada con el numero de habitantes actual y el envejecimiento de estos.

Misa en la explanada de la Ermita

Además de la Misa, los platos fuertes son las pujas por sacar o meter a la Virgen de su Ermita llevarla y echarle la bandera.

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La Puja El sacar o meter a la Virgen de su Ermita, es un honor que se gana en silenciosa subasta, la Virgen es sostenida en las andas por quienes pujan por sacarla, cuando alguien ofrece más por la parte que uno sostiene pasa a llevarla el, la subasta dura mientras haya pujas, el motivo de las pujas suele ser por alguna manda o por el simple placer de sacarla. Dicho acto forma parte del contacto popular entre Virgen y pueblo, al salir a la calle la Virgen se mezcla con su pueblo, este la vitorea, se ofrece a ella y la comparte, dando lugar a un profundo espíritu festivo o comunión entre Virgen y pueblo, al meterla se despiden hasta el siguiente encuentro. Una vez en la calle coger a la virgen cuesta una cierta cantidad, la duración del tiempo que se tiene cogida es hasta que otra persona pague por cogerla.

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La Bandera Sí se ajusta a los cánones lógicos, echar la bandera, es una bella expresión cargada de sentimiento. La bandera es un símbolo representativo que va delante de quien lo ostenta, anuncia y representa a quien viene detrás, la bandera de la Virgen de Gracia, no solo indica que ella está presente, sí no que además se puede echar. Echar la bandera a la Virgen de Gracia es una sublime oración que en Villa del Campo hace con fervorosa devoción, hay muchos estilos y todos son muy dignos, en ellos cada cual demuestra su habilidad o destreza, la plegaria dibujada en el aire llega hasta el cielo, formando una salve de singular belleza, que el pueblo entona en sonora y continua ofrenda.

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Momentazo, con todo merecimiento ENMARCADO

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En algunas ocasiones la RomerĂ­a se ha celebrado en el pueblo, Abencio echando la bandera en la plaza.

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Puerta de la Iglesia, en la margen superior derecha puede verse el mĂ­tico collage de Don FelicĂ­simo alusivo a la decencia de la mujer.

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1952

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Y tras las ceremonias religiosas, tiempo para el esparcimiento

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Es la hora y de disfrutar de la compaùía de los amigos, familiares y allegados, el pitarra riega las sedientas gargantas y entre trago y trago bien sienta un baile o una jota.

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Himno Moderno Letra: Dolores Pizarro. Música: Antonio Martín Como un niño pequeñito que a su madre necesita así invoco yo tu nombre virgen de gracia bendita. En un espléndido valle asiento tiene tu ermita entre tomillo y jarales entre trigales y encinas. Llena de gracias, te hizo el dios todo poderoso llena de gracias cantamos en este pueblo nosotros. Con este título hermoso Villa del campo te honra que siempre fuiste ¡Oh madre! su honor, su amparo y su gloria Llenos de fe y confianza a ti recurren tus hijos en todas sus aflicciones porque tú les des cobijo. Y como una madre buena de ternuras infinitas sus ruegos siempre escuchastes cuando en su bien convenía. Por eso siempre acudieron con sus penas y alegrías a ti patrona señora reina, madre, luz y guía. ¡Oh maría de gracia llena! patrona nuestra querida guía siempre a Villa del campo protégelo, madre mía. Como un niño pequeñito que a su madre necesita a ti te quiero yo madre y te invoco cada día.

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HIMNO ANTIGUO Viva la Virgen, nuestra patrona que en nuestro pueblo tiene su altar y reine siempre triunfante Cristo en Villalcampo noble y leal. Siempre seremos tus fieles hijos. Nuestra abogada siempre serรกs y con tu gracia perpetua siempre derrotaremos a Satanรกs. Viva la Virgen....

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El Zajumo (Zahumo o Sahúmo) En la noche de San Juan

(En desuso, alguna que otra persona suele quemar en un brasero o cualquier otro apero, algo de tomillo de la procesión del Corpus, metiendo en casa solo el rescoldo)

Desde los tiempos más remotos, viene celebrándose el solsticio de verano, como triunfo de la luz sobre la oscuridad, momento en que el sol se halla en su máximo esplendor. Cuenta la tradición que el hombre primitivo observaba que a partir del solsticio de verano el día menguaba, por lo que era necesario vigorizar el sol, encendiendo hogueras, pretendían apoyarle para que no decayera. Partiendo de estas remotas creencias, el ser humano ha seguido haciendo todo tipo de rituales durante esa noche. La mitología griega, llamaba a los solsticios “Puertas”, la de verano la consideraban de los hombres y la de invierno de los Dioses, por ellas dicen que corría un flujo energético, aprovechado por los magos para sus fines. El rito de las hogueras proviene de las ya mencionadas para ayudar a que no decayera la fuerza del sol, más tarde fueron derivando hacia hogueras purificadoras que aniquilaban lo dañino y perjudicial, y unido a las plantas aromáticas que quemaban, desinfectaban los hogares y ahuyentaban los malos espíritus. Los Celtas celebraban una fiesta que llamaban “Fuego del Bel” o Bello Fuego, encendían hogueras y las saltaban con una pértiga, luego los Druidas, hacían pasar el ganado por delante del fuego para purificarlos y curarlos de males, las cenizas se utilizaban para fertilizar los campos y pasando estas por la parte enferma curaba sarpullidos, callos, grietas y demás enfermedades cutáneas. Otra parte del ritual son las plantas, que en esa noche se creen milagrosas, o con poderes curativos las más conocidas son el trébol y la verbena, planta que da nombre en muchos lugares a la celebración, y posteriormente, nombre genérico a las fiestas veraniegas. Saltar, bailar o pasar por delante del fuego, son costumbres muy arraigadas, bailando se daban gracias por las cosechas y por disponer de más horas de luz, al saltar se quemaban los malos recuerdos. Ovidio relata en los fastos “encended los fuegos, haced pasar vuestros miembros generosos a través del fuego crepitante”. Según antiguas creencias se afirmaba que saltando por encima de las hogueras y aspirando su humo, se podía conseguir la curación de maleficios, protección de animales dañinos, incluso la garantía de matrimonio.

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“Salto por encima del fuego de San Juan, para que no me muerda ni perro ni culebra”. “Si cortas la verbena de la noche de San Juan, te librará de culebras y de todo mal”. Lo que comenzó como un rito, con claras raíces paganas, fue tomando forma religiosa y cultural, en el solsticio de verano tenían lugar las mayores celebraciones regeneradoras y la cultura cristiana, colocó en esas fechas a San Juan Bautista, regenerador donde los haya. El Evangelio de Lucas, narra que en los días siguientes a la anunciación, (25 de Marzo) Maria fue a visitar a Isabel, su prima, y especifica que esta se hallaba en el sexto mes de embarazo, por tanto no resulta difícil hallar la fecha aproximada del nacimiento del Bautista, San Juan es el único Santo que se celebra en el día de su nacimiento y no en el de su muerte, como es tradicional, por tanto hay un motivo por el cual la Iglesia pudo utilizar esa fecha, copando de este modo los solsticios, el de invierno con la Navidad y el de verano con el Bautista. San Agustín, gran maestro de la Iglesia, justifica la conmemoración del nacimiento por que fue santificado en el vientre de su madre y fue digno motivo de alegría para la humanidad, tener entre ella al que anunciaría la proximidad de la redención. Expuestas las características genéricas y ancestrales, si la celebración es o no, heredera de rituales, prácticas o costumbres, es algo que cada uno ha de valorar desde sus propias creencias o experiencias. En lo que a Villa del Campo se refiere, las costumbres que llegaron a nosotros, tienen un marcado acento religioso, con algunas connotaciones clásicas de las tradiciones adoptadas por la iglesia, debido quizás a que la fundación de esta, como la mayoría de las poblaciones cercanas, es al menos seis siglos más tarde, de que el cristianismo adoptase la tradición pagana, y por ello no se queman enseres viejos que simbolicen deshacerse de lo pecaminoso si no de hogueras hechas con aromáticas plantas purificadoras, especialmente Tomillo, y otras plantas aromáticas, que sirvieron de alfombra natural e impregnaron de aromas las calles en la procesión del caluroso Corpus que relucía más que el sol. Los tomillos y demás plantas aromáticas que servían de alfombra al paso del Santísimo en las procesiones del Corpus Christi (cuando la fiesta era el jueves) y la del domingo siguiente, considerada como Octava del Corpus o Corpus chico, se recogían tras las procesiones y se guardaban en sacos, para ser quedadas en la noche de San Juan, al oscurecer del 23 de Junio, el tomillo y demás plantas aromáticas se colocaba delante de la puerta de cada casa, creando una maravillosa sucesión de hogueras que cubría todo el pueblo, la espléndida estampa se enriquecía aun más, cuando una hilera de niños y jovenzuelos recorrían las calles saltándolas sin cesar en tremenda 71


algarabía, las puertas de las casas permanecían abiertas mientras ardían las hogueras, procurando que el humo entrase en las casas, así se reforzaba aún más esa energía que protegía de los malos espíritus representados por la culebra, “Pa que no entre la culebra en to el año”. Cuando las hogueras decaían se solían coger los tizones humeantes, bien en una lata o brasero y con ellos se zahumaban todas las dependencias de la casa.

Indudablemente ni las calles, ni casas de hoy día, se prestan a estas ancestrales tradiciones, entendiendo que en su conjunto, la tradición no se cumple y puede considerarse extinguida. También era frecuente, durante el amanecer, recoger ciertas plantas, que al ser tomadas como infusión, sanaban dolores estomacales. Y algo tan sumamente curioso, como insólito, consistía en sacar un cubo de agua de un pozo, romper y verter en él, un huevo y este tomaba en el agua, la figura del Santo que se deseara, todo ello había que realizarlo mientras sonaban las doce campanadas, posteriormente la figura se descomponía. Pero quizás, lo más ancestral y a su vez Céltico del Zajumo, sea esa costumbre infantil y juvenil de en frenética carrera, recorrer las calles del pueblo, saltando las hogueras dejando atrás lo pasado y enfrentándose al futuro, representado en la siguiente hoguera.

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Las Bodas en la tradición Campusa

(Los nuevos tiempos se llevaron consigo este tipo de tradición)

Boda de Carmen y Luís

Ir de boda suponía una fiesta extra, que no estaba en el calendario festivo, ya que estas solían ser en días de diario, las bodas tradicionales conllevaban un gran trabajo colectivo, como era preceptivo comenzaban con las amonestaciones, es decir anunciar públicamente la intención de casarse, por si existía algún impedimento a dicho matrimonio, al tratarse de ceremonias por la Iglesia, como solía decirse, se anunciaban tres veces en la misa mayor de los Domingos, las invitaciones se hacían de manera presencial, los novios recorrían el pueblo entrando en las casas de quienes querían invitar, comunicándole su invitación, esta podía ser a todos los miembros o a alguno en particular, los más allegados participaban en los diferentes preparativos, preparar dulces, comida, acarrear mesas sillas y bancos, (hay que tener en cuenta que las celebraciones se hacían en las casas de los padres de los novios y como es lógico en estas, no había mesas ni sillas para todos los invitados). La víspera por la noche acompañados de música, los novios salían por el pueblo recogiendo a quienes habían invitado, y juntos marchaban al salón de baile dando inicio a la fiesta.

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El siempre elegante Pedro Corchero, se dirige a buscar a la novia

La celebración duraba todo el día, tras los toques pertinentes de misa, la celebración nupcial, comenzaba en la mañana, con el padrino saliendo a buscar a la madrina, juntos partían a casa del novio y tras la bendición de rigor por parte del padre, con los padrinos y demás invitados, se encaminaban a buscar a la novia, llegados a ella, tras los protocolos acostumbrados, emprendían el camino a la Iglesia, todo ello amenizado con acordeón o tamboril, (los antiguos tamborileros amenizaban estos actos, con música especifica para cada una de las partes de que se componía el ritual, ya que había un toque especifico para cada función, y como no podía ser de otra forma, los no invitados, se agrupaban en las bocacalles del paso de la comitiva, especialmente a la llegada a la Iglesia, para ver lo guapa que iba la novia, sin duda podían hacerlo tras la ceremonia, pero para entonces ya no tenia gracia). Tras la celebración, los recién casados y sus invitados recorrían el pueblo en bullicioso pasacalle, pregonando con ello que se habían casado, terminado este, novios e invitados inauguraban el baile mañanero, tras el y la vuelta al pueblo de rigor, se celebraba el convite con la particularidad, de que los invitados comían por separado, los del novio en casa del novio y los de la novia en casa de la novia, los novios comían en casa de uno y cenaban en la del otro, completando le celebración con todos los invitados, tras la copiosa comida, los novios e invitados debidamente amenizados, volvían a salir a la calle a pedir la maná de los novios por todas las calles del pueblo, (bien en especie o metálico, el resto del pueblo que no había sido invitado, contribuía con su aportación al sostenimiento y creación de la nueva familia).

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Convite en casa de la novia

Finalizada la maná se volvía al baile, al que poco a poco se agregaban quienes iban finalizando las tareas cotidianas, culminando con ello la alegría y felicidad de todos el pueblo con los recién casados.

Salida de la Iglesia

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La ausencia de viajes de luna de miel y demás costumbres de la sociedad actual hacia que la noche de boda, los novios pernoctaban en lo que ya era su residencia, aunque a veces no lo hacían solos, solía ser bastante habitual hacerle alguna trastada en aquella noche tan señalada, en el bullicio de la fiesta, bien amigos o parientes conseguían entrar en la casa y solían echar sal en la cama, hacerles la petaca, o colgar algún cencerro en el somier, en el peor de los casos, permanecían dentro causando algún que otro inoportuno susto. Todo ello solía ser llevado con bastante resignación.

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La Trilla Convivencia en las Eras (Perdida)

Toma aérea con vista parcial de las eras, en la que se aprecia el inicio del hacinamiento de la mies, también puede apreciarse que por debajo de la laguna de arriba, en el llamado ejido patero de las eras, aun no se había iniciado la construcción de la casa de la Pepa ni del Secretario y mucho menos las escuelas.

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La rudimentaria labor de los trabajos agrícolas hasta finales del siglo XX, conllevaba grandes dosis de colectividad, cierto que casi todo tipo de recolección implicaba la participación de toda la familia, casi todas se desarrollaban a lo largo y ancho del término, en algunos casos como la recogida de aceitunas podían verse considerables cuadrillas en las que paralelamente se desarrollaban otras labores de toda índole, ya lo dice la copla. Cogiendo aceitunas se hacen las bodas, el que no va a aceitunas, no se enamora. No sé que tiene madre, para cosa de amores los olivares.

Sin duda eran jornadas de estrecha relación, pero por su cercanía y contenido, donde más se notaba la convivencia era en el escenario de las eras, en apenas unos días, las desamparadas eras pasaban a ser el epicentro del pueblo, el fruto de cientos de fanegas de tierra se concentraba allí, llegado el momento de separar la paja del grano, las eras se poblaban de hacinas (jacinas) de mieses que se elevaban al cielo, forjando un paisaje, que evocaba antiguos poblados, desde que se disponían los primeros haces, hasta la recogida de la paja, la reducida superficie que a cada cual le correspondía pasaba a convertirse en su morada, con las estrellas como techo.

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Ante las largas horas de tedio, la trilla requería relevos, sobre el trillo el viejo tarareaba viejas canciones de acompasado son adormilado, el joven, tralla en ristre dominaba las bestias a riendas sueltas, mientras el pedernal quebraba una y mil veces las ardientes pajas, para los niños la trilla era una mágica alfombra que al subirse al trillo les trasladaba a un tiovivo o carrusel que suavemente se deslizaba dejando tras de sí ríos de paja, fuera del trillo, las eras repletas de recovecos, rincones y pasillos era un lugar perfecto donde jugar hasta la hora de irse a dormir.

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La rutina diaria impedía ver la parte estética que de manera colectiva y a su vez espontánea, se escenificaba, todo estaba en movimiento, mientras uno trillaba otro barría, deshacía las partes que se allegaban o sacaba bálago, al cantear la parva en grupo, se desarrollaban vistosas y armoniosas piezas de ballet, el limpiar a mano conllevaba grandes dosis de arte, había que utilizar la herramienta y el movimiento apropiado, para sacar el máximo provecho al escaso viento, la trilla en sí generaba de manera común o individual, bellas escenas que no pasaron desapercibidas para el séptimo arte.

Al caer la tarde se acercaba a ellas una hilera de mujeres, porteando con inigualable equilibrio la vianda sobre sus cabezas, básicamente gazpacho o ensalada, sobre su suelo se ponía la mesa, se comía sin platos, a gamellón, desde una cazuela, al caer la noche, distendidas y amenas conversaciones entre vecinos o amistades, terminadas estas, al sereno, sin más techo que las estrellas, sobre la mullida parva se extendía la cama, la grandiosa posada de millones de estrellas, abría sus imaginarias puertas, entre tanto daba tiempo a gastar alguna broma más o menos pesada a los primeros en irse a dormir, arrastrarlos por la parva, quitarles las mantas eran las fechorías más comunes, y acariciados por el relente, llegaba la madrugada, los incesantes gallos de los cercanos balcones pregonaban la aurora, tocaba recoger la cama y vuelta a empezar, un nuevo día se acercaba para vivirlo en hermandad, bajo las respetadas normas verbales de la tolerancia y la fraternidad. 82


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Vista total de las eras, en el que se aprecia la construcción de las casas de la Pepa y del Secretario.

Durante todo el proceso se convivía dentro de un espacio común participativo y solidario, sin títulos ni acreditaciones, la comunidad de las eras, era todo un fenómeno social, una gran casa sin paredes, puertas, ventanas ni techo, en la que todos eran piezas activas de un colosal puzzle, coordinado por las reglas de la tolerancia y la convivencia. 86


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La Feria

(Muy viva, las diferentes peñas, con sus respectivas carrozas, la renuevan cada año)

Música a la sombra de los portales de la plaza de Villa del Campo

El origen de la feria viene a encuadrarse en torno a finales del siglo XVII o comienzos del XIX, en 1971 se produce el Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, compuesto por 57 preguntas que habrían de contestar todos lo pueblos integrantes de la recién creada Audiencia extremeña, la pregunta décima hacia referencia a sí había en la localidad ferias ó mercados, en caso de no haberlos, sí convenía su establecimiento, la respuesta fue que no había feria y que convendría poner una.

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La feria fue establecida y se celebra el 24 de Agosto, festividad de San Bartolomé, con el tiempo el Apóstol, se convirtió en patrón del pueblo, en todos los sentidos la feria adquirió gran renombre, y se hizo muy forastera, a ella acudían desde varios kilómetros a la redonda, dispuestos a devorar sus famosas tencas, ir a la feria del Campo y no probarlas, equivalía ha no haber asistido, la feria conllevaba mucha fiesta (tres días consecutivos) daban mucho de sí, tras la estampida migratoria de los 50 del pasado siglo, era casi obligatorio retornar a ella. Poco a poco los clásicos bailes de la feria se fueron apagando, al final de la década de 1970 las verbenas costeadas por cuestación popular alcanzaron un enorme éxito, todo el pueblo participaba, surgieron peñas y de estas la mayor atracción folklórica que no para de crecer, el 23 de Agosto víspera de la feria el pueblo entero se transforma, con total integración, en el evento participan tanto los residentes como los veraneantes, hijos nietos o biznietos de emigrantes Campusos. Las calles del pueblo son recorridas por originales desfiles de carrozas, comparsas y concursos de disfraces, dando colorido a una nueva y bulliciosa fiesta, que aun siendo la más joven es la que con mayor participación cuenta. A la antigua atracción de las tencas, se une ahora esta fiesta de “Las Carrozas” fiesta que refleja el buen hacer de un pueblo que sabe resurgir de sus cenizas.

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Diseñador de Camisetas, ¡Que recuerdos! aún tengo presente, donde y como diseñe el molde.

Vuelta a casa y a esperar al año que viene…

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El Cristo de los Desamparados

(Reducido a la celebración de la Santa Misa en su ermita)

Composición sobre un óleo del artista Cacereño, Francisco Domínguez Penis

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“Venid a mí todos los que estáis cansados, agobiados y yo os aliviaré y ampararé”. Este texto Evangélico de San Marcos, reza sin letras o suena como efecto llamada en el corazón de la gente de Villa del Campo. Al igual que la feria, el Cristo contaba con tres días de fiesta, por llamarla de algún modo dicha festividad era más local, no tan forastera como la feria, pero siempre gozo de gran entusiasmo y fervor popular, en contestación a la pregunta 23, del Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura en Marzo de 1791, el consistorio de Villa del Campo indica que “Continua a la población, hay una ermita donde se venera él Santísimo Cristo de los Desamparados, a él concurren ordinariamente, todo género de personas, con especial privativa devoción.” Y el prior del Campo prosigue. “Se concurre a ella el día 14 de Septiembre, hay misa, sermón, al igual que otros varios días del año, en que la devoción del Señor lleva a ella al pueblo, sin que haya quimeras en las concurrencias… No hay ermitaño, convendría ponerlo porque esta imagen es de especial veneración de los vecinos y siempre está cerrada”. Aquel año de 1791, la citada ermita tenía una renta de 660 reales de vellón fruto de la renta de unas posesiones que tenia y de limosnas, las cargas ascendían a 272 reales, 60 de ellos se destinaron como limosna al predicador que ese año predicó en la misa solemne de su festividad, quedando en las arcas un superávit de 388 reales. Tras las desamortizaciones, se pasó a pedir la Maná del Cristo, como ayuda al culto.

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Las paredes de la ermita estaban plagadas de reliquias de cera, ofrendas que había sido encomendado al Cristo, o puesto en sus manos la curación, podían verse muletas que alguien había utilizado y ya no necesitaba, así como un sin fin de objetos se depositaban allí, también era frecuente cantar ramos por curaciones y otras necesidades, consistía en engalanar la rama de un árbol o un palo largo adornado con cintas, dulces y otros objetos, se componían unos versos alusivos a la curación, o el favor recibido, versos que se iban cantando, a medida que la comitiva que lo acompañaba se abría paso entre el gentío que solía abarrotar la ermita, llegado al altar se ofrecía y a la salida de misa se vendían todos los objetos que habían compuesto el ramo. Como puede verse, se trataba de una fiesta de profundo arraigo religioso, todo giraba entorno al amparo de este Cristo que en serena agonía, acoge a todo aquel que se siente desamparado, en todo el pueblo se respiraba fraternidad, todos unidos, dando gracias y haciendo propias las causas o motivos que habían llevado a cualquier vecino al ofrecimiento de la mayordomía.

Mayordomos y familiares tras la misa del día del Cristo

(Solía ser costumbre que los Mayordomos invitaran a comer en su casa a los más allegados a la familia, y aquí puede verse a esta familia que en compañía del párroco que también era invitado, se disponen a regresar a su casa para celebrar el tradicional convite). 101


Pero si algo refleja la devoción de la fiesta del cristo es la “Bautiná” una envolvente alborada, que encierra en su titulo, una misteriosa e inusual palabra, tan solo aquí pronunciada. “Bautiná” Alborada al Cristo de los Desamparados Para empezar a cantar Cristo de Desamparados, para empezar a cantar las golondrinas guiamos, con los rayos del sol por ese templo volando. Cristo de Desamparados hermoso y divino lirio, Cristo de Desamparados que después de mil martirios, te hallas crucificado, te hallas crucificado. Ya venimos, mayordomo, de cumplirte la promesa, que ofreciste cuando estaba la mujer casi muerta, que ofreciste cuando estaba, la tu mujer casi muerta.

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La primeras estrofas hace alusión a las Golondrinas que son guiadas con los rayos del sol anunciando las bondades de Cristo, (Además del simbolismo y sentimiento alegórico de los pueblos, las golondrinas forman parte del lirismo poético y tanto en la iconografía como en la literatura, fácilmente pueden verse golondrinas arrancando espinas, aliviando el dolor de Cristo). La segunda a los lirios, (“Cristo de Desamparados hermoso y divino lirio”, el aspecto sereno y puro del lirio puede verse en infinidad de representaciones de Jesús) símbolos de pureza y mencionados como ejemplo en el Evangelio, “Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos”. Y la tercera en la promesa hecha por el Mayordomo. En esta ocasión la promesa es realizada por el marido, en plena gravedad de su esposa. El contenido de los versos muestra el pleno desarrollo de la Alborada, de entrada, antes de empezar a cantar, sitúa las voces cantoras en la propia ermita, donde han pasado la noche en compañía del Mayordomo, y con los primeros rayos del sol, las golondrinas representadas en las voces femeninas que entonaran la Alborada, salen del Templo a cantarla. Generalmente, las Alboradas eran cantadas por mujeres entorno al Santo en la procesión del amanecer, (por su volumen y estructura, el Cristo de los Desamparados ha salido en procesión muy pocas veces, en esta ocasión solo había canto de Alborada). La segunda estrofa nos sitúa en plena acción, el Hermoso y Divino Lirio padeció martirios y fue crucificado por la redención de todos, y allí están una vez más las piadosas mujeres entonando sus alabanzas, cual golondrinas que arrancan espinas a Cristo. La Tercera muestra a las mujeres de regreso a la ermita del Cristo, tras cumplir la promesa hecha por el Mayordomo, expresamente indican al Mayordomo, que vienen de cumplirle la promesa que el había ofrecido, por lo que puede entenderse que el mayordomo se quedaba en la ermita a los pies del Cristo y no participaba de la Alborada. La devoción al Cristo no ha decaído, se sigue celebrando misa y se pide la Maná, pero muy lejos de aquellas multitudinarias celebraciones, la fecha y la demografía actual, no permite más de lo que se hace.

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(Plana Mayor de la Iglesia, codo a codo, Curas monaguillos y sacristรกn)

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Pidiendo la Manรก del Cristo

Interior de la ermita durante la Semana Santa 106


El Ofertorio (Al igual que las Candelas, vivo pero con muchas dificultades)

Una de las fiestas más ancestrales celebradas en todo tipo de cultura, son los ofertorios, todos suelen tener un mismo fin, el agradecimiento a una divinidad por los bienes obtenidos, se suele decir que la Iglesia Católica utilizó las fiestas paganas adaptándolas al cristianismo para eliminarlas del calendario, puede que fuera así, pero si todas las culturas lo hacen, no hay duda que se copiaron unas a otras, y puesto que la cristiana fue posterior a otras, por que no hacer lo mismo.

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Al igual que en otros pueblos agrícolas, el Ofertorio en Villa del Campo, se celebra el primer domingo de Octubre, fecha en la que los frutos ya están en las trojes y se preparan las tierras para una nueva cosecha, tratándose de un pueblo agrícola ganadero, era costumbre ofrecer grano, cada cual lo hacia según sus posibilidades, la gente llegaba a la plaza con una cuartilla de trigo, un celemín (en la propia medida de volumen) o con media fanega al hombro, y un sin fin de productos, en la ceremonia también participaban los niños y aun pueden verse en fotografías no muy lejanas a pequeños transportando un saquito de trigo si era niño, y a niñas con bandeja de dulces, los dulces formaban y forman gran parte de las ofrendas, por lo general, los productos perecederos que se ofrecían eran subastados tras concluir el ofertorio y buena parte de ellos volvían a quienes los habían ofrecido, casi nadie quería que otro se llevase lo que el había elaborado y pujaba más alto con tal de llevárselo, llegándose a producir piques que aumentaban el precio por encima de su valor.

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En Villa del Campo el Ofertorio se hace por la tarde, la Virgen del Rosario es llevada en procesión hasta la plaza, donde se le hace la ofrenda, tras la subasta, también en procesión vuelve a la Iglesia, el hecho de que dicha festividad, se celebre masivamente el primer Domingo de Octubre y bajo la advocación de la Virgen del Rosario, indica que la celebración debe ser antiquísima, ya que hasta mediado el siglo XVI, su festividad se celebraba dicho Domingo, fue el Papa Pío V quien fijó su fiesta al 7 de Octubre, aun así se sigue celebrando el primer Domingo de Octubre.

Bellezas Campusas en el Ofertorio, y que decir de los pañuelos, pendientes y collares.

Arte y tradición desde la cuna.

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Antiguo Ofertorio, con la presencia de niñas de comunión con trajes cortos. Destacar que la imagen que procesiona es la antigua Virgen del Rosario. El detalle de la imagen, hace a esta fotografía, la más antigua del Ofertorio. 116


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Arte y tronĂ­o a raudales, se supone que en esa zona, es donde estaba la edificaciĂłn, entorno a la que se creo el pueblo, no hay mejor forma de rendir tributo, que el salero con el que las Campusas pisan su suelo.

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Las Matanzas

Las nuevas tecnologías y los hábitos de consumo, han mermado esta tradición que tan buenos resultados daba a la economía familiar.

Realizar una matanza a la vieja usanza, según se entiende en la tercera y cuarta, definición del diccionario, conllevaba un enorme trabajo colectivo, hoy por ti, mañana por mi, la colectividad se ponía en marcha ayudándose unos a otros, todas las manos disponibles eran pocas, la ausencia de refrigeradores hacia que todas las tareas que no eran pocas, habían de realizarse en un solo día, dentro del gran trabajo que conllevaba la matanza, en su entorno se vivía un cierto aire festivo, la coordinación era total, como es bien sabido del cerdo se aprovecha todo, la cadena humana se ponía en marcha desde que caía la primera gota de sangre, esta debía ser batida para que no coagulara, y ya no paraba hasta lavar las artesas tras haber sido embutido el ultimo chorizo o morcilla. Para la chiquillería era un motivo de fiesta, incluso se les solía permitir no ir a la escuela, en muchos casos también formaban parte del gran 122


engranaje, llevaban la lengua a reconocer, y en el proceso de embutir, pero so mejor momento era disfrutar del columpio, era tradicional darle una soga y una manta para que se columpiaran, (normalmente no se dejaba una soga en buen estado para columpiarse, el roce del vaivén las debilita y estas eran un bien preciado) la soga se ataba a dos ramas de olivo, para mayor comodidad, sobre ella se terciaba la manta debidamente doblada, y la diversión estaba asegurada.

Las distendidas cenas con los familiares y amigos regadas con buen vino de pitarra, servían de colofón a un ajetreado día de trabajo colectivo no remunerado que se vería compensado con la ayuda que otros a ti te prestaban, toda una verdadera demostración de convivencia, de la que ahora estamos tan necesitados.

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Sobrao repleto de chacina

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Lavando tripas

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La Chiquitia y los Carboches

(Perdida la Chiquitia y vivo el Carboche)

Quedan muy lejos los tiempos, en los que se podía ver a los niños, de Villa del Campo, con una cesta en la mano, pidiendo la Chiquitia, cierto que en estos tiempos, a los pocos que quedan en la localidad, no les motivaría demasiado sí desde casa, les mandasen a casa de los parientes y amigos, y al regreso se encontraran con unos cuantas castañas, unas bellotas, unos higos, y en el mejor de los casos le añadieran alguna granada y un membrillo, generalmente, ¿Qué puede hacer un niño de hoy con semejante vianda? Lo más seguro es que no volviera a buscarla, en cambio no hace tanto, estas pequeñas cosas eran un verdadero tesoro. Con los tiempos que corren no es de extrañar que la costumbre esté más que perdida, afortunadamente el Carboche no corrió la misma suerte, los productos de la Chiquitia estaban destinados al Carboche, palabra derivada de la carbochera, “utensilios donde se asan castañas” aunque el Carboche no solo era asar castañas, gracias a lo cual hoy día, con las variantes actuales la tradición se sigue celebrando.

Tradiciones Burlesca (En desuso)

Obviamente no eran, ni podían ser tradiciones de masas, pero como expresión, siempre estaban presentes en la memoria colectiva, y en cualquier momento podían ser aplicadas. Molde de los Buñuelos El molde de los Buñuelos era unas de las experiencias, que bien te podía abrir los ojos y pasar de la inocencia a la experiencia, o hacerte pasar un mal trago, ya que a bote pronto, el resultado de ir a buscar el citado molde, podía ser demoledor. Se practicaba con niños, ya creciditos y normalmente se hacia dentro de un entorno próximo, se mandaba a algún niño que hiciese tal recado, (algo 127


muy común en otros tiempos y por lo general el niño o niña solía hacer el recado) se le decía que fuera a una casa determinada y le pidiera el molde de los buñuelos, sí el niño no decía quien lo había mandado, lógicamente se le preguntaba que para quien era, y según de quien se tratase podía o no hacerse, y según sus fuerzas se le daba el modelo de molde, que solía consistir en algo de peso como unas piedras, ladrillos o utensilios inservibles metidos en un saco atado, tras el esfuerzo realizado, cuando llegaba a su destino y descubría lo que había portado, la decepción era enorme, había sido engañado y los mayores se reían a costa de el, si contaba la experiencia se podía correr lo voz sobre el engaño del recado para que otros no fueran engañados, pero corría el riesgo de que los demás también se rieran de ella o el ya que los habían engañado y podían tomarlos por bobos.

Ir a Moitos con un costal Salvo que etimológicamente, la palabra tenga algún otro significado, Moito procede del Gallego “Mucho” algo que resulta incongruente para el uso que aquí se le da, ya que ir a Moitos con un costal, era equivalente a ir a cazar Gamusinos, razón por la que tal vez dicha palabra, sea un simple localismo. El engaño consistía en que por la noche o al oscurecer, unos cuantos “listos” convencían a uno más “tonto” para ir a coger moitos, al inocente le daban un saco y lo ponían con el, tapando el albañar o agujero de la pared por donde pasaba el agua cuando llovía, advirtiéndole que no debía moverse de allí, acto seguido se alejaban a espantarlos para que fueran en la dirección deseada y cuando se acercaban tiraban piedras que caían en el saco haciéndole creer que eran los moitos, tras la caza le hacían cargar con el saco y le convencían de que lo llevara a su casa, completando así la broma. Cuenta una leyenda urbana, que en una ocasión, en la que se realizó esta burla, dejaron al inocente en el albañar correspondientes y el resto se marcho al pueblo a esperarlo, en la huida, alguna liebre espantada conocedora del terreno, pasó por el citado albañar y cayó en el saco, el burlado lo ató y como los demás no venia, con el saco a cuestas se fue al pueblo, allí le esperaban los demás para reírse de el, ante la captura que había hecho no pudieron hacerlo, siendo el quien se rió de ellos.

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La música

La enorme publicidad que la Hispanic Society of America dio a la zona causó un enorme interés en Norteamérica que deseosos de tradiciones se lanzó a recopilar su enorme riqueza musical. A comienzos de 1930, Kart Schindler, Alemán afincado en Nueva York, recorrió parte de Extremadura con algo nunca visto, un gramófono marca Fairchild Aerial Company, que grababa en discos de aluminio, el trabajo fue publicado en 1941 bajo el título de “Música y poesía popular de España y Portugal” (Folk Music and Poetry of Spain and Portugal,). Ya en 1952 le siguió Alan Lomax, “Spanish Recordings Extremadura” y “Collection Folklore de Extremadura” A nivel nacional fue Bonifacio Gil García quien presentó en 1931 el primer tomo del “Cancionero Popular de Extremadura” de escaso contenido Cacereño, le siguió el Placentino, Manuel García Matos. Consciente del peligro que sobre la música tradicional se cernía, el gran musicólogo García Matos realizó una fructífera recopilación de temas musicales que de no haberlo hecho sin duda se hubieran perdido para siempre, por tanto es a él a quien debemos que, aunque un tanto olvidadas aún podamos conocerlas y escucharlas, para un mayor conocimiento de sus valiosos propósitos, aprendió y dominó el tamboril y la flauta de tres agujeros. García Matos conocía el amplio abanico de grandes tamborileros repartidos por toda la alta Extremadura y de algún modo estableció su cuartel general en Montehermoso, entablando gran amistad con el gran tamborilero Antolín Garrido, aunque sin duda el resultado habría sido idéntico con cualquier otro, dada la alta profesionalidad de todos ellos, una vez más funcionó la química entre Plasencia y Montehermoso, como todas las cosas, esto tenia sus ventajas y desventajas, por un lado estaba el efecto llamada y por otro restaba méritos al resto de localidades, ya que en líneas generales había muchos sones idénticos y comunes en las diferentes poblaciones y salvo que las diferencias fueran muy notables, anotaba y registraba los escuchados en 129


Montehermoso que es donde estaba más tiempo, aun así el Campo que tenia como informante al gran tamborilero Paulino Bonilla, (Tío Paulino el Tamborilero) no salió mal parado. Del Campo se llegaron a registrar unos cuarenta sones y canciones con sus respectivas partituras (posiblemente haya más en las anotaciones del autor no publicadas) algunas de carácter único, en otros casos se valoraron positivamente sus variantes y se incluyeron como referencia o alternativa y es en este campo musical donde Villa del Campo cuenta con más bazas positivas, aquí no hay que reinventar la historia ni aplicar la tradición inventada, el Campo cuenta con canciones propias y otras cuya única referencia sólo en él se recuerda, aquí sí se podría dar, o habría lugar para un sonoro e inesperado giro que se oyera en todo el mundo. No cabe esperar grandes sorpresas, pero por si acaso, ya se han dado pequeños pasitos. ¿Qué se va a hacer en Villa del Campo con lo recientemente hallado?, NADA, absolutamente nada, a veces me da pena tanta pasividad, otras, ante tanta indiferencia en todos los ámbitos y sentidos, es vergüenza ajena lo que me invade. Como ya se ha dicho, no hay antigüedad inventada, entre otros por aquí pasó la Real Comitiva de Maria Manuela de Portugal camino de su boda con Felipe II. La Bautiná es única tanto en nombre como en contenido y qué decir del baile de la Rúa, es aquí donde únicamente hay rastro de él, Villancicos, romances y un largo etc. Alguien conoce un crucero Armas Christi semejante a la Cruz del Alto, o un doble Sepulcro Mural en Nicho de las características del de Villa del Campo, alguien cuelga en su pared un escudo imperial como el del Ayuntamiento. Sí un precioso sombrero, que pudo proceder de la evolución de sombrero de Capota, alcanzó tan altas cotas, qué no podría hacer este conjunto, para ello habría que darse a conocer, y no permanecer parado, viendo como año tras año, caen al suelo las hojas del árbol.

Canciones de Villa del Campo recogidas por Manuel García Matos entorno a 1940 y publicadas en el "Cancionero Popular de la Provincia de Cáceres" y "Lírica Popular de la Alta Extremadura". A la Memoria del Insuperable Tamborilero, Paulino Bonilla (Tío Paulino el Tamborilero) Melodías del Catalogo de Manuel García Matos "Cancionero Popular de la Provincia de Cáceres"

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Nº 10 El niño perdido (Villancico)

El niño perdido se fundamenta en la escritura del Niño Perdido y hallado en el Templo, para desde ella formar el Villancico que a todas luces termina en la celebración de la Noche Buena. Sobre el mismo tema hay otras versiones, pero esta se tuvo siempre como muy Campusa, allá por la década de los 80, en una feria del libro en la Plaza Mayor de Cáceres encontré un libro que incluía Villancicos Cacereños y este se encontraba como propio del Campo. (El verso 18 termina "y de mi padre Jesús" cuando lo lógico es que diga José en lugar de Jesús")

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Melodía Nº 31 Romance de las tres Cautivas

Romance muy extendido por toda España, lo cual lo hace muy meritorio que fuera recogido en Villa del Campo.

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Melodía Nº 33 Las Señas del Esposo. También conocida como “Estaba La Catalina”

Otro romance súper conocido, más puro que la versión posterior recogida en Arroyo de la Luz por Alan Lomax, incluida en“Spanish Recordings Extremadura”.

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Melodía Nº 67 El mi niño Lindo El mi niño lindo, el mi niño guapo, el mi niño lindo, es un buen muchacho. (Alo, ro, alo, ro, alo, ro, alo, ro, alo, ro, alo, ro, que ya se durmió). Melodía Nº 85 Como quieres que tenga contigo enojos ¿Cómo quieres que tenga contigo enojos, si eres la clavelina de los mis ojos? (1) (Con una guitarra, con un almirez, con una pandereta, que retumbe bien). (2) (Bis) Se repiten los dos últimos versos.

Melodía Nº 96 Porque te quiero, mis padres me castigan con rigor

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Melodía Nº 114 ¿Cómo quieres que vaya de noche a verte? Canción de quintos

¿Cómo quieres que vaya de noche a verte, si tienes la cocina llena de gente?. (Que resalada eres, dame la mano que la reina me lleva, a ser soldado. A coger los galones para ser cabo). Melodía Nº 116 Por cima de tu ventana

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Melodía Nº 122 Señor Alcalde Mayor

Señor Alcalde Mayor, no prenda usté a los ladrones, porque tiene usté una hija que roba los corazones. (Olé y olé resalada) (3) (3) (Repite el cuarto verso de la copla después del verso del estribillo). Melodía Nº 189 Para que quieres majo los esquilones

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Melodía Nº 205 Para qué madrugas tanto

¿Para qué madrugas tanto? madruguerita del alma, si sabes que yo te quiero ni aunque estés en la cama.

Melodía Nº 208

El día de la Ascensión El día de la Ascensión vas a Misa con tu madre, pareces la flor de lila cuando la menea el aire. (olé dueño mío y olé) (4) (4) (Se repite el cuarto verso tras el estribillos)

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Melodía Nº 212 Arriba el limón

Singular canción muy extendida por todo el territorio nacional, que aquí presenta una importante variante subiendo el Limón y bajando la Lima ya que en el resto de versiones es "Arriba la Lima abajo el Limón" y la particularidad de que se menciona en una segunda canción local el día de la "Ascensión" lo cual indica que ese día debió ser muy importante para el pueblo.

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Melodía Nº 227 Bautiná Alborada al Cristo de los Desamparados

La Bautiná, que decir de la Bautiná… Emblemática, misteriosa, simbólica, relevante, quizás ninguna de estas palabras defina el titulo de Bautiná, o tal vez tenga un poco de cada una de ellas. Armónicamente, al igual que otras canciones de tradición local, en su contexto melódico, la Bautiná contiene más semejanzas al sistema oriental, que a las gamas de tonalidad menor, usadas en occidente y más propias de estas tierras. Poéticamente es octosílabo con rima asonante en los versos pares, de tres estrofas en sextetos, las dos primeras se fundamentan en simbologías y la tercera en hecho real. La primera hace alusión a las Golondrinas que son guiadas con los rayos del sol anunciando las bondades de Cristo, (Además del simbolismo y sentimiento alegórico de los pueblos, las golondrinas forman parte del lirismo poético y tanto en la iconografía como en la literatura, fácilmente pueden verse golondrinas arrancando espinas, aliviando el dolor de Cristo). La segunda a los lirios, (“Cristo de Desamparados hermoso y divino lirio”, el aspecto sereno y puro del lirio puede verse en infinidad de representaciones de Jesús) símbolos de pureza y mencionados como ejemplo en el Evangelio,

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“Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos”. Y la tercera en la promesa hecha por el Mayordomo. Con intención o sin ella, dentro del contenido de los versos, pueden verse datos que describen el desarrollo de la Alborada, ya de entrada, antes de empezar a cantar, sitúa las voces cantoras en la propia ermita, donde probablemente hayan pasado la noche, Mayordomo y acompañamiento, y con los primeros rayos del sol, las golondrinas representadas en las voces femeninas que entonarán la Alborada, salen del Templo a cantarla. Generalmente, las Alboradas eran cantadas por mujeres entorno al Santo en la procesión del amanecer, (El Cristo de los Desamparados ha procesionado muy pocas veces, y parece obvio que no había procesión, si no canto de Alborada). La segunda estrofa nos sitúa en plena acción de la Alborada, el Hermoso y Divino Lirio padeció martirios y fue crucificado por la redención de todos, y allí están una vez más las piadosas mujeres entonando sus alabanzas. La Tercera muestra a las mujeres de regreso al Templo del Cristo, tras cumplir la promesa hecha por el Mayordomo, expresamente indican al Mayordomo, que vienen de cumplirle la promesa que el había ofrecido, por lo que puede entenderse que el mayordomo se quedaba en la ermita y no participaba de la Alborada.

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Melodía Nº 251 La Pandereta La Pandereta que toco tiene un cascabel colgado y más arriba un letrero del galán que está bailando. (Vengo del mar vengo del río vengo de la mar busco al dueño mío.) Sobre esta canción hay otra en plan erótico quizás también recogida por García Matos, sin que este la incluyera en el libro, no se transcribe aquí por no herir sensibilidades femeninas, ya que en dicha canción la Pandereta no es instrumento musical.

Melodía Nº 253 Eres Blanca Paloma (Son no Brincao)

Eres Blanca Paloma de los jardines, tus labios dibujaron los serafines.

¡Ay! madre, madre, a mi amante le han hecho carabinero por que lo vale.

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MelodĂ­a NÂş 256 Un pajarito de oro

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Melodía Nº 261 En el cielo no hay faroles

En el cielo no hay faroles Que todas son estrellitas, para alumbrar a los padres que tengan hijas bonitas. (¡Olé resalada y olé!) 5 5 Se repite el último verso después del de estribillo. Melodía Nº 270 Por cima de tu ventana

Por cima de tu ventana por bajo de tu balcón, hay una fuente que mana agua de verde limón. (Palomita blanca de Mayo, dime la "verdad", "resalá", yo te la diré, dueño mío, a la noche cuando vaya).

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Melodía Nº 312 Música Instrumental A. Tocatas varias A. Alboradas

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Melodía Nº 316

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Melodía Nº 321

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Melodía Nº 223

Esta canción debe tener algo especial, a pesar de ser música de baile siempre viene especificada como La "María"

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MelodĂ­a NÂş 324

Algo similar a la anterior le sucede a esta.

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Melodía Nº 330

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Melodía Nº 331

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Melodía Nº 332

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Melodía Nº 333

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Melodías del Catalogo de Manuel García Matos "Lírica Popular de la Alta Extremadura"

Melodía Nº 9 Eres morena y robas los corazones

Melodía Nº 40 Morenitas son las pulgas

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Melodía Nº 41 Eres una ladrona que me ha robado todo

Melodía Nº 49

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Melodía Nº 50

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Melodía Nº 51

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Melodía Nº 60

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Melodía Nº 72

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Melodía Nº 140 Alborada

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Melodía Nº 141 Alborada

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Melodía Nº 142 Alborada

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Melodía Nº 147 Alborada

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Y como colofón El baile de la Rúa, visto desde la magna presentación del musicólogo Manuel García Matos, con figurines de F. Lancho.

Enlace al audio de Anhinojo Folk en colaboración con el Abuelo Mayorga https://villadelcampo.blogspot.com/2020/10/baile-de-la-rua-audio-deanhinojo-folk.html

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Enlace al audio de Anhinojo Folk en colaboraciรณn con el Abuelo Mayorga https://villadelcampo.blogspot.com/2020/10/baile-de-la-rua-audio-deanhinojo-folk.html

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Enlace al audio de Anhinojo Folk en colaboraciรณn con el Abuelo Mayorga https://villadelcampo.blogspot.com/2020/10/baile-de-la-rua-audio-deanhinojo-folk.html

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Las Tres Comadres Borrachas Jueves 13 de Marzo 2019 Versión recogida en Villa del Campo por Montaña Alonso Fuentes Dicta y canta “Avencio” Estaban las tres comadris en un barrio toas tres. Y ajuntandu la merinda pal día, de San Andres. La una pusu treinta guevus para cada una diez, La otra pusu un jamonillo, que de arrobas pesa tres. La otra pusu un jarro e vinu del buen vinu de jerez. Y a esu de la media nochi borrachitas toas tres. La una mira para el riu dici que corre al revés, la otra mira para el cielo dici que pañuelus ve, la otra mira para el jarro dici que vinu no ve. Y a esu de la madrugada a llamalas vinu Andrés, agarras pol la manu se las lleva a casa el juez, pa que paguin la multa que le sea menester. Audio y más información sobre esta canción en https://villadelcampo.blogspot.com/2019/03/las-tres-comadresborrachas.html

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Otras Canciones recogidas en "Romances y Canciones en la Tradición Andaluza". Recogidas por Manuel Manrique de Lara en Algeciras a Hilaria Felipi natural de Villa del Campo, año 1916 Camina la Virgen Pura, Camina para Belén

Este antiquísimo Romance o Villancico, (también conocido como "La Fe del Ciego, o El Naranjel") es conocido en todas partes, tiene innumerables versiones y variantes, en algunas de ellas la Sagrada Familia va de Egipto a Belén y en otras de Egipto a Nazaret, (en este caso no especifica de adonde viene, tan solo que camina para Belén). No parece que el destino de regreso fuera Belén, las escrituras indican que a Belén fueron a Empadronarse y las mismas escrituras muestran a Jesús como Nazareno, por tanto parece lógico que al regreso marcharan a Nazaret, en cualquier caso las acciones que representan están tomadas de los Evangelios Apócrifos y muchas de ellas parecen inverosímiles, es una lastima no poder contar con la versión integra que debe ser interesante, ya que la versión Campusa que da Hilaria Felipi, es recogida en un Cancionero y Romancero de prestigio como lo es el Andaluz, no acaban aquí las peculiaridades del romance ya que años más tarde lo encontramos

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convertido en plegaria a la Virgen de Gracia. Fátima. N. M. nos lo muestra tal y como ella lo aprendió de boca de su madre. Plegaria a la Virgen de Gracia Santa María de Gracia que estáis en el encinar, las bellotas son de oro y las hojas de cristal, y ese niño que lleváis de Egipto para Belén, en la mitad del camino, tenia sed. ¡Allá arriba en aquel alto hay un viejo naranjel¡ La virgen como era virgen, no cogió más que tres, el niño como era niño, todas las quería coger. Ese niño que tenéis, resplandece más que el sol, y disipa las tinieblas de nuestro corazón. El hijo de Dios vivo, proteja a Villa del Campo de todo mal desatino. Tú eres madre santa y el tú divino hijo. Ora pro nobis. Amén. San José se retira desconsolado

No acaban aquí las canciones dictadas por Hilaria Felipi, Manrique de Lara entre otras le recogió, El Segador, La Bastarda, La Loba parda, La capea de los mozos de Monleón, Los bandidos y los arrieros, La Nochebuena explicar quiero y la hermosísima Guirnalda de rosas.

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Existe una grabación algo más reciente, realizada por un instituto de Coria, a mi tía Vicenta, sin que haya certeza de que esté publicada, la grabación costó mucho tiempo recuperar una copia y una vez conseguida, está a salvo en el ámbito privado o particular, que atañe a sus más cercanos familiares.

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Anexo Al Folklore Semblanza de una Campusa

Faja con las iniciales V C. Víctor Cobo, Director de la Agrupación Coros y Danzas “La Nacencia” de Alcalá de Henares, (Madrid)

Conocer, difundir y salvaguardar, son atributos validos en todas las facetas de la vida, pero aún cobran más sentido, si esas cualidades se refieren a las costumbres y tradiciones de la Indumentaria Tradicional Extremeña. Todas esas cualidades se dan en ella y a tenor que las borda, ella reconstruye el pasado, vive el presente y siembra el futuro de la citada indumentaria, costumbres y tradiciones. Si a ello añadimos que esos valores los infunde en su familia y propaga a los cuatro vientos, nos adentramos en una dimensión poco común. 169


Faja de Chinos de Sergio Castro

Desde muy joven “a los 12 años” se inició en las labores del bordado, la practica y la observancia de trabajos antiguos hicieron el resto. Su primer gran trabajo fue aceptar un reto o encargo de Felipa Felipe. (Felipa de la tahona). La prenda en si era un viejo mantón que no había por donde cogerlo, y aceptó el encargo con la condición de que le permitiese a ella hacerse uno igual, pero el resultado fueron tres mantones, uno para ella y dos para la propietaria. Tras ellos surgieron muchos, pero esto no era suficiente y se fue a Montehermoso a aprender Patronaje (Corte y Confesión). De la mano de M. Carmen González Garrido, nieta de Marcelina Domínguez Garrido, aprendió corte y confección. (Marcelina fue la famosa Montehermoseña que con su personalidad cautivó al pintor Joaquín Sorolla, que además del cuadro de “El Mercado” realizado en 1917 por encargo de la Hispanic Society of America de N. York para decorar la sala de la biblioteca de la institución junto a otras obras que componen la serie Visión de España, la inmortalizó en uno propio, llamado “Tía Marcelina” donde se aprecia mejor su personalidad, nuestra Campusa tuvo la suerte de conocerla personalmente, cuando Marcelina era ya muy mayor. Hoy día, tanto, M. Carmen González Garrido, como su hija Elsa Sánchez, la recuerdan con especial cariño como si se tratara de un miembro más de la familia). Cada mañana cogía el autobús de línea en Villa del Campo y se desplazaba a Montehermoso, el turno del curso era matutino y al finalizar volvía a casa en el autobús de medio día, así estuvo unos dos años. Al finalizar el curso 170


hizo bordados por encargo para la tienda de ropa tradicional de Montehermoso, “Julia de Labrador”, alternando con encargos de todo tipo de bordados que le hacían desde otros pueblos que no eran pocos. En 1984 con 22 añitos expone sus trabajos en Trujillo, representando a Villa del Campo (la foto no es muy buena pero pueden apreciarse una decena de prendas). Nacida en Plasencia, hija de Gregorio y Luisa, esta Campusa no es otra que María Miguel Fuentes, o si lo preferís “Macaria”.

Actuación en Santa Cruz de la Sierra (Cáceres) Julio 2019

Tras su matrimonio ya en Alcalá de Henares seguía trabajando para gente de los pueblos cercanos o no de Villa del Campo. Amante del folklore con tan solo 5 y 3 añitos respectivamente, llevó a sus hijas Cristina y Verónica a que aprendieran los bailes tradicionales Extremeños en el Centro Extremeño de Alcalá de Henares, es allí donde también les inculca el valor de sus orígenes y la pasión por sus costumbres, sus trajes y su folklore. Pasión que sus hijas comparten con sus abuelos, disfrutando cada vez que 171


pueden venir y verlas bailar o cuando éstas llevan los videos de sus actuaciones para que sus abuelos y vecinas lo vean en Villa del Campo. Tras las sucesivas etapas que arrancan en el grupo infantil, Cris y Vero pasaron a formar parte del grupo titular de Coros y Danzas “La Nacencia” grupo perteneciente a la Federación de Asociaciones de Coros y Danzas de España (FACYDE) y la Federación Extremeña de Folclore (FEF) y a la Federación Asociaciones Extremeñas de la Comunidad de Madrid (FAECAM) y representaron al Centro Extremeño en todos los eventos de la asociación los años en que fueron damas de ferias de Alcalá de Henares. En el Centro Extremeño de Alcalá de Henares, Mari hace amistad con Chus Cano, directora del grupo de Coros y Danzas “La Nacencia” perteneciente a dicha asociación. Chus ve sus trabajos y le hace algunos encargos de Indumentaria Tradicional y Costumbrista entre otras muchas piezas. La buena calidad de los trabajos satisfacen a Chus y comienza a enviarle cada vez más gente de su agrupación y de grupos afines, atraída por el baile se une al grupo senior y ha llegado a bailar con el grupo titular en las actuaciones de Santa Cruz de la Sierra (Cáceres) (2019) y en Parla, (2019) y ha formado parte de los espectáculos de “La Nacencia” “Bailando a los Elementos” (2018) y “Mujeres Extremeñas” (2019) ambos dirigidos por Víctor Cobo, aparte de las actuaciones del grupo senior, con el que ensaya y actúa en la actualidad. En Enero de 2018 se produce un relevo en la dirección del grupo “La Nacencia”. Víctor Cobo se hace cargo de la agrupación e incluye a Mari en su junta directiva, con el cargo de Responsable de Vestuario, sin remuneración alguna, ya que los cargos de la agrupación no son remunerados. Como ya se ha dicho, mucho antes de que esto ocurriera Mari elaboraba prendas para el grupo y particularmente para algunos de sus miembros que además, profesionalmente ejercen otras disciplinas como el flamenco y la Danza Española. Además de los lógicos ensayos y actuaciones del grupo, dentro del Centro Extremeño se practican otras actividades que imparten algunos socios, entre ellas un taller de bordado, de tres horas de duración, que semanalmente imparte Mari, a un precio simbólico. En el taller suelen participar los socios del Centro, especialmente las madres de bailarinas que bajo la supervisión de Mari crean nuevas prendas que después lucen en las actuaciones. (El virus la sorprendió en plena creación del bello pañuelo de plumaje de Malpartida y actualmente en el Campo ha ultimado las chambras chinatas que lucirá la agrupación en futuras actuaciones). Entre las funciones como responsable de vestuario, además de limpiar, planchar y restaurar, Mari supervisa las prendas del grupo que van a ser utilizadas en las actuaciones, y a cada participante les entrega su ropa debidamente ordenada, al finalizar la actuación ellos han de informarla si han sufrido algún desperfecto, para luego restaurarlo, ya que Maria Miguel Fuentes, vale igual para un roto que un descosido. También ayuda a poner 172


mantones y pañuelos antes de las actuaciones a las bailarinas, es tan generosa que siempre tiene alguna historia o chascarrillo que contar. (Mari no solo enseña en el taller que imparte en el Centro Extremeño, sino que también enseña en casa a sus hijas, las cuales ayudan y participan en la confección de la indumentaria que visten orgullosas en las actuaciones del grupo “La Nacencia”.) Iniciábamos esta semblanza dando a entender que Conocer, difundir y salvaguardar, eran atributos validos en todas las facetas de la vida y que todas esas cualidades se daban en ella. No puedo por menos decir que lo ha bordado. Componiendo piezas antiguas, ha reconstruido el pasado, deleitando con su baile y sus obras, vive el presente, y no cabe duda que en su vientre, sembró las semillas del futuro.

Cristina y Verónica, hijas de Maria Miguel Fuentes, las alegres semillas del futuro.

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Algunas de las prendas elaboradas y confeccionadas por Maria Miguel Fuentes

Chus Cano con traje de luto y Víctor Cobo con Chambra, obras de Maria Miguel Fuentes

Chambra Montehermoseña de Víctor Cobo

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Chus Cano con traje de luto y detalle de las prendas elaboradas por Maria Miguel Fuentes

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Chus Cano con falda de Castuera y detalle de la falda, obra de Maria Miguel Fuentes

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Faltriquera y falda de Chus Cano, obra de Maria Miguel Fuentes

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Víctor Cobo, la faja es obra de Maria Miguel Fuentes. En ocasiones los picos y puños de algunas prendas son añadidos, en este caso los picos son obra de Maria Miguel Fuentes, añadidos a un chaleco de Víctor Cobo.

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Chaleco de VĂ­ctor Cobo y detalle de los picos.

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VĂ­ctor Cobo, con traje de gala de Badajoz, el Chaleco es obra de Maria Miguel Fuentes

Vista frontal Chaleco de VĂ­ctor Cobo

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Parte posterior del chaleco y detalle frontal

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VĂ­ctor Cobo en plena actuaciĂłn con chambra chinata obra de Maria Miguel Fuentes

Detalles de la chambra

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Chambra Chinata de VĂ­ctor Cobo

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Elsa Sánchez González, (biznieta de Marcelina Domínguez Garrido)

Picos en elaboración del chaleco de Carlos marido de Elsa, y Puños del jubón de Elsa Picos y Puños elaborados por Maria Miguel Fuentes, los puños son un regalo de Mari a Elsa que demuestra la gran amistad entre las dos familias, para Elsa tienen un doble valor, no solo por el regalo, los puños son copia del traje de Montehermoseña del museo de Montehermoso y Elsa los luce orgullosa en cada actuación con el grupo “Sabor Añejo” de Montehermoso.

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Cintas de sĂ­guemepollo de Elsa, obra de Maria Miguel Fuentes. Izquierda: Ofertorio 1982, fiesta en la que como invitada participo Elsa con su medio traje de Montehermoso, en la foto la familia de Elsa fue invitada por la de Mari a dicha fiesta, Elsa esta de la mano de Luisa y debajo de Mari.

Chaleco de Sergio Castro, obra de Maria Miguel Fuentes.

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Chaleco y Faja de Florentino Nieto, obra de Maria Miguel Fuentes.

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PuĂąos y Cintas de MĂłnica Salor, obras de Maria Miguel Fuentes.

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CorpiĂąo de NoemĂ­ Ferrer, parte delantera y detalle, obra de Maria Miguel Fuentes.

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Parte posterior y detalle, CorpiĂąo de NoemĂ­ Ferrer, obra de Maria Miguel Fuentes.

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Faja de Jesús Casareño, obra de Maria Miguel Fuentes.

Faja de Sergio Gutiérrez, Obra de Maria Miguel Fuentes.

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Camisa de Sergio GutiĂŠrrez, obra de Maria Miguel Fuentes

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Chaleco de Sergio GutiĂŠrrez y detalle de los picos, obra de Maria Miguel Fuentes

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Falda de Laura Iglesias, obra de Maria Miguel Fuentes

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Cris en plena actuaciรณn y posando

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Vero con componentes del grupo “La Nacencia�

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Vero bailando Rondeñas con “La Nacencia” en “Bailando a los Elementos” dirigido por Víctor Cobo.

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Mari, Bailando la Velada de San Juan en el Espectáculo “Bailando a los Elementos”.

Mari, Bailando el Fado Batido, en “Mujeres Extremeñas,” Dirigido por Víctor Cobo.

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Mari, Bailando “El Rianisi” en “Mujeres Extremeñas” Dirigido por Víctor Cobo.

Mari, Bailando “El Verdigaio” en “Mujeres Extremeñas” Dirigido por Víctor Cobo.

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Mari, Bailando “La Jota de la Uva” en “Mujeres Extremeñas” Dirigido por Víctor Cobo

Mari, con Víctor Cobo y Elena, momentos antes de la actuación en Parla, Junio 2019

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Exposiciรณn en Trujillo 1984

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Quintas de 82

JovencĂ­sima Mari, siempre comprometida con la tradiciĂłn

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Mari en su calle

202


Tradición inculcada desde la cuna y de tal palo‌

203


…Tal astilla.

Cristina y Verónica. La Saga continúa…

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MĂĄs prendas hechas por Maria Miguel Fuentes

Falda Picada y CorpiĂąo Bordado.

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Falda Bordada

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Falda y Mantรณn bordados

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PaĂąuelo de Plumaje

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Pañuelo de Gajo y detalle del Pañuelo.

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Traje de Montehermoso

Zapatos y enaguas

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Agradecimientos Agradecimiento a quienes en su momento hicieron publicas estas fotografías subiéndolas a la red y a quienes han mostrado sus prendas para ser fotografiadas, de manera especial a Maria Miguel Fuentes, sin la cual este trabajo se hubiera visto muy mermado de contenido. Destacar que la recopilación musical, hubiera sido imposible sin la ayuda del convencidísimo anónimo que reavivó la búsqueda y me animó a seguir buscando. Gracias por tu tesón y trabajo. Gracias por no darte por vencido. A toda la gran familia de la Agrupación de Coros y Danzas “La Nacencia” del Centro Extremeño de Alcalá de Henares, en especial a su Director Víctor Cobo, a Chus Cano, Florentino Nieto, Noemí Ferrer, Sergio Castro, Mónica Salor, Jesús Casareño, Laura Iglesias, y Sergio Gutiérrez. Resaltar la complicidad de Cristina y Verónica Manzano Fuentes, sin la cual el hermoso Anexo no hubiera sido posible. A las Montehermoseñas, Elsa Sánchez González, “Sabor Añejo” y a su madre M. Carmen González Garrido. A Montaña Alonso Fuentes y a Avencio (que Dios lo tenga en su gloria) por esa valiosísima versión recogida por Montaña. Y finalmente Al Grupo “Anhinojo Folk,” y al "Abuelo Mayorga" por el audio del baile de la “Rúa”.

Emilio Moreno. 30 de Octubre 2020

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Índice Prologo …………………………………………………………………….2 Indumentaria ……………………………………………………………….3 Las Tradiciones Los Quintos ………………………………………………………………21 Las Candelas ……………………………………………………………..28 Jueves de Comadres ……………………………………………………...33 El Carnaval ……………………………………………………………….34 Tirar Tiestos ……………………………………………………………...43 El Miserere ……………………………………………………………….45 La Romería ……………………………………………………………….47 Zajumo ……………………………………………………………………69 Las Bodas ………………………………………………………………...72 La Trilla …………………………………………………………………..78 La Feria …………………………………………………………………...88 El Cristo …………………………………………………………………..98 El Ofertorio……………………………………………………………... 106 Las Matanzas ……………………………………………………………121 La Chiquitia ……………………………………………………………..126 Tradiciones Burlescas Molde de los Buñuelos ………………………………………………….126 Ir a Moitos ………………………………………………………………127 Introducción a la Música La Música ……………………………………………………………….128 "Cancionero Popular de la Provincia de Cáceres" El niño perdido (Villancico) …………………………………………….130 Romance de las tres Cautivas …………………………………………...131 Las Señas del Esposo. “Estaba La Catalina”….…………………………132 El mi niño Lindo ………………………………………………………...133 Como quieres que tenga contigo enojos ………………………………...133 Porque te quiero, mis padres me castigan con rigor …………………….133 ¿Cómo quieres que vaya de noche a verte? ……………………………..134 Por cima de tu ventana ………………………………………………….134 Señor Alcalde Mayor ……………………………………………………135 Para que quieres majo los esquilones …………………………………...135 Para qué madrugas tanto ………………………………………………...136 El día de la Ascensión …………………………………………………..136 Arriba el limón ………………………………………………………….137 Bautiná …………………………………………………………………..138


La Pandereta …………………………………………………………….140 Eres Blanca Paloma (Son no Brincao) ………………………………….140 Un pajarito de oro ……………………………………………………….141 En el cielo no hay faroles ……………………………………………….142 Por cima de tu ventana ………………………………………………….142 Melodía Nº 312 ………………………………………………………….143 Melodía Nº 316 ………………………………………………………….144 Melodía Nº 321 ………………………………………………………….145 Melodía Nº 223 “La Maria” …………………………………………….146 Melodía Nº 324 “De toros” …………………………………………….147 Melodía Nº 330 ………………………………………………………….148 Melodía Nº 331 ………………………………………………………….149 Melodía Nº 332 ………………………………………………………….150 Melodía Nº 333 ………………………………………………………….151 "Lírica Popular de la Alta Extremadura" Eres morena y robas los corazones ……………………………………...152 Morenitas son las pulgas ………………………………………………..152 Eres una ladrona que me ha robado todo.……………………………….153 Melodía Nº 49 …………………………………………………………...153 Melodía Nº 50 …………………………………………………………...154 Melodía Nº 51 …………………………………………………………...155 Melodía Nº 60 …………………………………………………………...156 Melodía 72……………………………………………………………….157 Melodía Nº 140 “Alborada” …………………………………………….158 Melodía Nº 141 “Alborada” …………………………………………….159 Melodía Nº 142 “Alborada” …………………………………………….160 Melodía Nº 147 “Alborada” …………………………………………….161 Baile de la Rúa ………………………………………………………….162 Varias Las Tres Comadres Borrachas …………………………………………..165 Camina la Virgen Pura, Camina para Belén …………………………….166 Plegaria a la Virgen de Gracia …………………………………………..167 San José se retira desconsolado …………………………………………167 Anexo Al Folklore Semblanza de una Campusa …….………………………………………169



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