LA POESÍA ROMÁNTICA EUROPEA
The Funeral of Shelley, Louis Edouard Fournier (1889)
1. GENERALIDADES a) Contexto histórico, artístico e ideológico. El Romanticismo es un movimiento cultural, literario y artístico que tiene sus primeras manifestaciones a finales del siglo XVIII (Prerromanticismo) y alcanza su apogeo en la primera mitad del siglo XIX. Surgido en Alemania e Inglaterra y extendido pronto por toda Europa, el Romanticismo supone también una nueva sensibilidad, una nueva concepción del mundo y de la vida, con repercusiones en lo político y en lo social. Aunque constituye, en líneas generales, una reacción frente al excesivo racionalismo y academicismo ilustrado (se sustenta en los sentimientos; más que las ideas, se valoran las emociones), lo cierto es que muchos de los planteamientos románticos tienen su origen en las ideas de la Ilustración, sobre todo a raíz de la Revolución Francesa, cuyo lema “Libertad, igualdad y fraternidad” podría ser respaldado por cualquiera de los autores que vamos a estudiar. En definitiva, se trata de un movimiento a cuyo triunfo contribuyeron factores políticos (el liberalismo y el nacionalismo son las ideologías del momento), sociales (la burguesía, que se ha convertido en la clase dominante, impone sus gustos) y culturales (el idealismo alemán, corriente filosófica basada en el individualismo, impregna de subjetividad toda la literatura y el arte).
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b) Principales temas. Los poetas románticos no pretenden, como los neoclásicos, enseñar nada ni comunicar ideas, sino expresar su propia intimidad: sus deseos, sus dudas, sus afanes. Incluso cuando dirigen la mirada al mundo exterior, éste se tiñe de sus cambiantes estados de ánimo. Podría afirmarse, pues, que toda la poesía romántica gira en torno a los sentimientos, gran núcleo temático en el que tienen cabida:
Las emociones: entusiasmo, tristeza, soledad, terror, desconsuelo ante la muerte, etc. Entre ellas ocupa un lugar especial la angustia vital o mal del siglo, que anuncia ya la idea de la vida como algo absurdo, propia del siglo XX. Esa melancolía conduce al poeta a las ruinas, los páramos, los recuerdos…
Las ansias de libertad, que se traducen en una rebeldía ante todo: tiranías políticas, dogmatismos religiosos, prejuicios morales y sociales, preceptos literarios…
La mujer y el amor, que son la principal fuente de inspiración: una mujer y un amor idealizados, como en la poesía trovadoresca o en la de Dante, que, al chocar con la realidad, arrastran al poeta a la desesperación.
La naturaleza: frente al sereno paisaje clásico, el poeta romántico prefiere una naturaleza agreste, tempestuosa, violenta, sobre la que proyecta su intimidad.
El pasado: a la vida y el tiempo en que les ha tocado vivir, que rechazan, oponen otras épocas que les permiten soñar con un mundo ideal en su perfección.
El misterio, que lleva al poeta a buscar las sombras, la duda, el ensueño, el más allá… Y el horror, que atrae al poeta romántico hacia los sepulcros, los fantasmas, los monstruos, los seres infernales…
c) Aspectos formales. Desde este punto de vista, a los poetas románticos les caracteriza un gusto por la belleza formal que -hasta cierto punto- comparten con el clasicismo. Algunos, como Shelley o Keats, son verdaderos maestros en el uso de las formas tradicionales, que utilizan con una armonía exquisita. A través de su poesía, los románticos pretenden crear un mundo ideal donde poder refugiarse de esa realidad que tanto les desagrada. Por otro lado, su anhelo de libertad les hace endiosar la inspiración, y les lleva a buscar una expresión original y a probar nuevos ritmos acentuales y nuevas combinaciones de versos. Su necesidad de comunicar los sentimientos más íntimos les obliga a utilizar un lenguaje y unos recursos expresivos un tanto exagerados. De ahí el tono apasionado que predomina en estos textos, donde podemos apreciar: - un vocabulario relacionado con el campo semántico de lo crepuscular y decadente, lo sepulcral y lo tétrico; - abundante adjetivación expresiva (epítetos); - interrogaciones retóricas, exclamaciones e interjecciones; - paralelismos y anáforas; - metáforas dotadas de gran intensidad. 2
En definitiva, se trata de un estilo efectista, que busca conmover y llamar la atención del lector tanto por lo que expresa como por la forma de expresarlo.
2. LA POESÍA ROMÁNTICA ALEMANA La poesía romántica alemana había tenido un precedente en los autores del Sturm und Drang. También se vio impulsada por la revista Athenaerum, fundada por los hermanos Schlegel, donde se publicaron las teorías de August Schlegel, según las cuales la poesía romántica tenía que ser una manifestación medieval, libre de la influencia clásica. Aunque la nómina de poetas románticos alemanes es amplia y de mucha calidad, destacan sobre todo Friedrich Hölderlin y Novalis. 2.1. FIEDRICH HÖLDERLIN (1770-1843) Trabajó como preceptor en casa de un rico banquero y vivió una historia de amor con la mujer de éste, Suzette Gontard, a quien él llamaba Diótima en sus poemas. A pesar de que su marido descubrió la relación, se siguieron viendo en secreto. Enfermo de esquizofrenia, su estado empeoró y se hizo irreversible cuando conoció la muerte de Suzette. Hölderlin no perteneció directamente ni al Clasicismo ni al Romanticismo pero su pensamiento refleja elementos comunes a ambos. Comparte con el Clasicismo su gusto por la belleza de la forma y la exaltación del mundo griego. “El archipiélago”, considerado su mejor poema, evoca con gran plasticidad la Grecia clásica como símbolo de su ideal de mundo perfecto y de aspiración lírica. Es romántico su sentido místico de la naturaleza, así como de los elementos del panteón y las imágenes cristianas. Hay que destacar que su poesía fue adquiriendo cada vez más tonos pesimistas. Su obra de juventud es de inspiración rousseniana: la naturaleza es inocente y el mal del mundo es un producto perverso de la sociedad; posteriormente, Hölderlin llegó a la conclusión de que el mal también existía en la naturaleza y que el ser humano nacía de la corrupción. A pesar de que es conocido sobre todo como poeta (escribió elegías e himnos), es también autor de una novela, Hiperión o el ermitaño de Grecia, y de un drama en fragmentos, La muerte de Empédocles. 2.2. NOVALIS (1772-1801) Colaboró en la revista Athenaerum, una de las primeras manifestaciones del Romanticismo alemán. La muerte de su prometida, Sophie von Kühn, a causa de la tuberculosis, lo afectó profundamente. Murió prematuramente, también a causa de la tuberculosis. La obra de Novalis es a la vez literaria, poética y filosófica. Publicó muy poco en vida y es autor de miles de notas teóricas en las que combina ciencia, poesía, religión, política y filosofía. La mayor parte de estas notas se recogen en una obra titulada El borrador general, donde imaginó una forma específica de saber total, en el que el arte y, sobre todo, la 3
poesía son la clave de todo. En el fondo de la reflexión de Novalis se encuentra la búsqueda de un idealismo mágico que combina potencia espiritual y creación literaria. Este idealismo tiene como finalidad producir, gracias a la imaginación creadora, una armonía global que él denomina la edad de oro.
Los textos poéticos de Novalis son, en verso, Himnos a la noche y Cantos espirituales, y en prosa, los Discípulos en Sais. Los Himnos a la noche son una colección de poemas en los que el poeta enaltece la noche, identificada con la muerte, como el paso hacia la “vida verdadera”. Para Novalis, la noche es la descubridora del verdadero sentido del mundo y hace posible el retorno a una divinidad que el día ha corrompido. El autor peregrina por la noche hacia su propio yo, donde se halla el centro del cosmos. En esta peregrinación por la noche el poeta encuentra a su amada Sophie, con la que se une para descubrir el misterio del mundo: a través del descubrimiento de la belleza, se enlazan el amor y el conocimiento. La obra maestra de Novalis, en prosa, es Enrique de Ofterdingen, situada en un universo medieval mítico, que se publicó póstumamente. En esta obra aparece una expresión que se haría célebre: “flor azul”. En Novalis, esta flor simboliza el amor absoluto, pero también la unión del ensueño y el mundo real, uno de los grandes objetivos del Romanticismo.
3. LA POESÍA ROMÁNTICA INGLESA 3.1. LOS PRECEDENTES La poesía romántica inglesa tiene algunos precedentes importantes. Edward Young publicó las Noches, poemas que, aunque no presentan la melancolía enfermiza del siglo XIX, sí expresan el sufrimiento de un alma que se siente herida por la vida. Thomas Gray publicó la Elegía escrita en un cementerio de aldea, que constituye una reflexión sobre la fugacidad de la existencia ambientada en una atmósfera crepuscular. 4
El escocés James MacPherson es un caso curioso: publicó un ciclo de poemas, narrados por un tal Ossian, que dice haber traducido de antiguas fuentes gaélicas y que en realidad son la recreación personal de un pasado que se inventa y mitifica. La obra de MacPherson introduce la pasión por el pasado medieval y, estilísticamente, recurre a descripciones monótonas con las que se quiere predisponer al sueño. 3.2. LAS DOS GRANDES GENERACIONES DE ROMÁNTICOS La poesía romántica inglesa se manifiesta en dos generaciones de poetas: a) La primera recibe el nombre de lakistas, porque sus componentes residieron una
temporada en la región de los lagos del noroeste de Inglaterra. Compusieron entre 1798 y 1815 los primeros poemas claramente románticos y está representada sobre todo por William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge, autores de una obra conjunta y anónima, las Baladas líricas. En las baladas de Wordsworth el aspecto esencial es el análisis del yo, la meditación solitaria y la emoción producida por la contemplación de la naturaleza; en los versos de Coleridge, en cambio, predominan la ensoñación, el presentimiento de lo misterioso y sobrenatural, y las visiones poéticas alucinantes. Las Baladas líricas contienen la obra maestra de Coleridge, la “Balada del viejo marinero”. Este poema narra la historia de un misterioso marinero que, con motivo de la celebración de un matrimonio, decide contar su historia a un invitado. En el pasado, el marinero asesinó a un albatros con su ballesta. Por ello, fue castigado y tuvo que presenciar la muerte de su tripulación, ya que había perturbado el orden de la naturaleza. Finalmente, sin embargo, es perdonado por un ermitaño, que le impone como penitencia contar su historia. b) Los poetas de la segunda generación reciben, por sus actitudes e ideas, el nombre de
poetas satánicos o poetas rebeldes. Forman parte de ella tres grandes figuras de la lírica inglesa: Lord Byron, Percy Bysshe Shelley y John Keats. 3.2.1. LORD BYRON (1788-1824) Muy famoso en Europa ya en su tiempo, fue más romántico por su vida, extravagante y visceral, que por su obra, que -al menos formalmente- respeta las convenciones neoclásicas. Tenía una pequeña deformidad en el talón que lo marcó toda su vida. Heredó de su tío el título de lord y una gran fortuna. Murió en Grecia, a donde había acudido para luchar por la liberación de aquel país, víctima de unas fiebres. Sólo tenía 36 años. Los héroes de Byron, quizá como proyección del propio autor, son inteligentes, atrevidos y pasionales, pero a la vez infatigables, vulnerables y solitarios, de forma que se ven incapaces de encontrar la paz o la felicidad. Con los protagonistas de sus obras, Byron creó una figura arquetípica de la literatura, el héroe de Byron, que combina la pasión del culto romántico al artista con el egoísmo del solitario que sólo se fija en sí mismo. El héroe de Byron es un marginado y un rebelde, que, sin embargo, no se preocupa por los cambios sociales, sino sólo por la satisfacción de sus necesidades personales.
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La primera obra importante de Lord Byron es La peregrinación de Childe Harold, donde relata su viaje por Europa, enalteciendo la libertad y atacando a veces a ídolos nacionales, como el duque de Wellington. Otro bloque de su producción está constituido por los poemas narrativos El infiel, El corsario o Caín. Este último es un poema dramático en el que la historia de Caín y Abel (la rivalidad fraterna a causa de la predilección divina de Dios por Abel, que acaba con fratricidio) se convierte en un reflejo de la rebelión romántica contra la injusticia divina por elegir a Abel y no a Caín, y por haber creado un género humano que paga la culpa (el trabajo, el dolor, la muerte…) de sus primeros padres. La obra más importante de Byron es Don Juan, donde realiza una caricatura del Romanticismo. El poema trata de la vida afectiva del joven don Juan que, desde Sevilla, recorre el mundo de amor en amor, pasando también por Inglaterra. 3.2.2. PERCY BYSSHE SHELLEY (1792-1822) Nacido en el seno de una familia noble, fue una persona enfermiza y problemática. Estuvo casado con Mary Godwin, creadora de Frankenstein, fue amigo de Lord Byron y murió en un naufragio cuando sólo tenía 30 años. La poesía de Shelley canta la indestructibilidad de la belleza y el poder del amor, así como su gran atracción por la naturaleza. Muy a menudo, tiene un tono profético con el que quiere transmitir unos determinados valores morales, de inspiración clásica. Al mismo tiempo, una parte considerable de la producción de Shelley tiene un trasfondo político y social y, como pensador, no le resulta extraña la poesía con un fuerte componente filosófico. Desde el punto de vista formal, es un maestro en el uso de las formas poéticas tradicionales, que utiliza con una armonía exquisita y, a veces, con metáforas dotadas de una gran intensidad. Uno de los poemas más sublimes de Shelley es Adonais, elegía a la muerte de Keats, poema místico en el cual se enfrenta con serenidad a la muerte y concluye que ésta siempre será derrotada por la inmortalidad del espíritu humano. La composición también es una reflexión sobre la validez y la perdurabilidad de la creación poética. Como dramaturgo, Shelley escribió el drama lírico Prometeo desencadenado, que cuenta la historia de la liberación de Prometeo como rechazo de cualquier forma de tiranía, y el drama en verso Helas, destinado a recoger fondos para la liberación de Grecia. 3.2.3. JOHN KEATS (1795-1821) Nació en un ambiente modesto y tuvo una vida breve y difícil: perdió a sus padres y a sus hermanos, enfermó de tuberculosis y murió a los 26 años. La obra de Keats es subjetiva e individualista como la de sus predecesores, pero introduce un nuevo tono realista. Su primera gran obra, Endimión, aparecida en 1818, es un poema narrativo distribuido en cuatro libros e inspirado en la mitología griega: Endimión fue dormido por Selene (la Luna) de forma indefinida, a fin de preservar su belleza. En esta obra aparece un mundo onírico como expresión de la realidad interna o poética. En 1820 publicó Hiperión, un largo poema épico inacabado en el cual se narra la derrota de los titanes (Hiperión es uno de ellos) por obra de los dioses olímpicos. Estas divinidades instauran un nuevo orden, caracterizado por la belleza y la perfección. Por otro lado, Keats es autor de cinco grandes odas: Oda a una urna griega, Oda a la indolencia, 6
Oda a la melancolía, Oda a un ruiseñor y Oda a Psique. Se trata de unas composiciones de gran perfección formal, aunque no están exentas de una enorme pasión subyacente, en las que se reflexiona sobre el amor, la melancolía, el tiempo y el dolor. La Oda a una urna griega, la más conocida, trata sobre el poder inmortalizador de la belleza, manifestado en las producciones artísticas que fueron capaces de elaborar los antiguos griegos. 4. LA POESÍA ROMÁNTICA FRANCESA Hasta 1820, Madame de Staël y François René de Chateaubriand fueron las dos únicas grandes figuras influidas en Francia por las corrientes románticas. La primera es autora de un ensayo (Sobre Alemania) con el que favoreció la entrada del Romanticismo en Francia. Chateaubriand, por su parte, es conocido sobre todo por una autobiografía, Memorias de ultratumba. En torno a 1820, la influencia del precedente lejano de Rousseau y del más cercano Chateaubriand, unida a la de Goethe y Lord Byron, propiciaron la aparición de un grupo poético en el que destacaron Alphonse de Lamartine (1790-1869) y Victor Hugo (18021885). Lamartine escribió las Meditaciones, un conjunto de poemas elegíacos que provocaron una gran conmoción por su tono suavemente melancólico y la delicada ternura con la que se expresa el sentimiento amoroso, visto siempre como pura emoción. También tuvo mucho éxito “El lago”, poema en el que la visión de la naturaleza da lugar a una gran exaltación lírica. La poesía de Victor Hugo (Hojas de otoño, Los cantos del crepúsculo, Las contemplaciones…) suele reflexionar sobre el misterio de la creación y, a veces, constata la impotencia fundamental del ser humano en el marco de este universo que le sobrepasa. 5. LA POESÍA ROMÁNTICA ITALIANA. GIACOMO LEOPARDI (1798-1837) Su familia pertenecía a la nobleza arruinada. Devorador de libros, fue un niño superdotado y solitario que con catorce años ya había escrito el famoso soneto “La muerte de Héctor” y que con dieciséis ya anotaba clásicos grecorromanos. Durante toda su vida estuvo muy marcado por una salud delicada y por la pobreza, hechos que le trajeron diversas desilusiones amorosas. Jorobado de nacimiento, e 1819 se quedó casi ciego, de forma que tampoco pudo refugiarse en la lectura a partir de ese momento. Murió víctima de una epidemia de cólera. Sus primeras obras son producto de una pura erudición clásica. Sin embargo, en 1816 vivió una transformación poética que los críticos denominan “conversión literaria”, es decir, el paso de la erudición al sentimiento de belleza. En 1819 se produjo una segunda conversión, la “conversión filosófica”, marcada por el paso de la belleza a la búsqueda de la verdad. La obra poética de Leopardi está formada por los Cantos, cuyo tema fundamental es el aislamiento, tanto individual como del género humano. Para el poeta el aislamiento es la forma de observar el mundo desde la propia experiencia; a partir de la experiencia subjetiva, el autor objetiva la idea del ser humano y del mundo como dolor e insolidaridad, imposibilitando cualquier intento de felicidad. La obra de Leopardi, que se caracteriza por una gran perfección formal, heredada del Neoclasicismo, contiene grandes dosis de sensibilidad e imaginación, con las que el poeta crea un mundo ideal donde pretende refugiarse de la realidad, que no le gusta. El poeta considera que el ser humano está marcado por la vanidad y la infelicidad, y que ésta es 7
absoluta porque no existe ningún ser superior que lo redima. En esta situación, el único alivio procede de la poesía, que a menudo rememora la juventud, la esperanza o los días felices en que el mundo se presentaba a Leopardi como una visión del paraíso. Una parte de su producción poética también tiene un marcado carácter filosófico. En este sentido, el autor es cada vez más pesimista y llega en su última composición (“La retama”) al nihilismo total.
GIACOMO LEOPARDI
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