LA VANGUARDIA DOMINGO, 15 FEBRERO 2015
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EL TRIÁNGULO DEL EIXAMPLE SE REINVENTA
Sant Antoni, el barrio revelación
Vistas al patio interior de la biblioteca Sant Antoni-Joan Oliver desde una terraza situada entre la ronda de Sant Pau y la calle Comte Borrell
Un toque extra de modernidad cuaja en torno al mercado en rehabilitación y hace de Sant Antoni un barrio sorprendente, vivo, cambiante y con identidad Isabel de Villalonga
S
oplan nuevos aires en Sant Antoni. Sus calles son un hervidero de últimas tendencias, se restauran los edificios y se abren locales con personalidad gestionados por jóvenes emprendedores que tienen querencia al barrio, su historia y sus gentes. Lo dicen los hermanos Olga y Abdón Llata, que nacieron en Sant Antoni y asisten ahora a su transformación desde El Dinàmic, el restaurante que abrieron hace cuatro meses en el pasaje Calders y que llenan a diario con comensales de todos los puntos de la ciudad. “El barrio ha cambiado, se ha rejuvenecido, pero mantiene su personalidad, su sencillez y sus tradiciones; la gente se conoce y todavía persisten muchos de los antiguos negocios.” Vivir en este rincón del ala izquierda del Eixample, a medio camino del Raval y el Poble Sec, es el objetivo de muchos jóvenes que buscan una zona céntrica y bien comunicada para instalarse. “Actualmente el precio de las viviendas se ha estabilizado, y con una media del 52% más bajo respecto a los del año 2006, es un buen momento para comprar, porque cuando se abra el mercado todo puede cambiar”, aseguran los agentes inmobiliarios que trabajan en la zona. Son fincas sencillas, típicas de ese modernismo modesto y anónimo que creció al amparo del merca-
do de Sant Antoni, inaugurado en 1882. Pisos, de entre 70 y 120 m2 con fachada, contra fachada y dos patios de luces que, en muchos casos, conservan el suelo hidráulico y las bóvedas catalanas de origen. Este es el encanto de un piso de 80m2 de la calle Villamarí, en venta por 245.000 euros. La cercanía al edificio del mercado, verdadero símbolo del barrio, cotiza al alza y por esta ubicación han apostado ya importantes promotoras como Elix, que tras restaurar una finca en la calle Parlament y otra en la calle Calabria ahora practica una remonta en
FOTOS: FREDERIC CAMALLONGA
un edificio de la calle Manso, cuyos pisos, de 65 m2 y 42 m2, ponen a la venta por 275.000 euros + IVA y 195.000 + IVA respectivamente. En cuanto al alquiler, la demanda supera con creces a la oferta y las oportunidades no tardan ni una semana en encontrar inquilino. “Sant Antoni es un barrio emergente, pero las causas no son fruto del azar”, dice Marcela Lavitula Taylor. En opinión de esta arquitecta, que ejerce de personal shopper inmobiliario, “parte de la fama la debe también a los turistas que, con el Born por las nubes y el Raval pendiente de rehabilitar, fueron los primeros en descubrir las ventajas que ofrecía el barrio. Por otro lado –añade– parece haber también una intención municipal en potenciar la avenida del Paral·lel convirtiéndola en un eje gastroAmplia y nómico que se atractiva oferta. ha prolongado Biblioteca Sant por el barrio Antoni – Joan sembrando sus Oliver, muy cerca calles de nuedel restaurante vas propuesEl Dinàmic y tas”. Aquí han del mercado desembarcado de Sant Antoni grupos tan potentes como Moritz y los hermanos Adrià, que cuentan ya con cinco locales en el distrito: Tikets, Pakta, Bodega 1900, Hoja Santa, Niño Viejo y otro más, Enigma, que abrirá en primavera. Una movida culinaria más informal ha encontrado su epicentro en la calle Parlament, donde a su rebufo se han instalado también galerías de arte (Escalera de Incendios), librerías de intensa actividad cultural (Calders), pastelerías chic (Zuckermans), y en la calle Viladomat, dos interesantes comercios de muebles vintage (El Recibidor y Valnot). Hay de todo y para todos los gustos.