CLUB DE LECTURA TECLA SALA. Cuentos de lo sobrenatural. Charles Dickens

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CLUB DE LECTURA

Cuentos de lo sobrenatural Charles Dickens

Biblioteca Central Tecla Sala

Febrer de 2012

Charles Dickens (Portsmouth, Reino Unido, 1812-Gad's Hill, id., 1870) Escritor británico. En 1822, su familia se trasladó de Kent a Londres, y dos años más tarde su padre fue encarcelado por deudas. El futuro escritor entró a trabajar entonces en una fábrica de calzados, donde conoció las duras condiciones de vida de las clases más humildes, a cuya denuncia dedicó gran parte de su obra. Autodidacta, si se excluyen los dos años y medio que pasó en una escuela privada, consiguió empleo como pasante de abogado en 1827, pero aspiraba ya a ser dramaturgo y periodista. Aprendió taquigrafía y, poco a poco, consiguió ganarse la vida con lo que escribía; empezó redactando crónicas de tribunales para acceder, más tarde, a un puesto de periodista parlamentario y, finalmente, bajo el seudónimo de Boz, publicó una serie de artículos inspirados en la vida cotidiana de Londres (Esbozos por Boz). El mismo año, casó con Catherine Hogarth, hija del director del Morning Chronicle, el periódico que difundió, entre 1836 y 1837, el folletín de Los papeles póstumos del Club Pickwick, y los posteriores Oliver Twist y Nicholas Nickleby. La publicación por entregas de prácticamente todas sus novelas creó una relación especial con su público, sobre el cual llegó a ejercer una importante influencia, y en sus novelas se pronunció de manera más o menos directa sobre los asuntos de su tiempo. En estos años, evolucionó desde un estilo ligero a la actitud socialmente comprometida de Oliver Twist. Estas primeras novelas le proporcionaron un enorme éxito popular y le dieron cierto renombre entre las clases altas y cultas, por lo que fue recibido con grandes honores en Estados Unidos, en 1842; sin embargo, pronto se desengañó de la sociedad estadounidense, al percibir en ella todos los vicios del Viejo Mundo. Sus críticas, reflejadas en una serie de artículos y en la novela Martin Chuzzlewit, indignaron en Estados Unidos, y la novela supuso el fracaso más sonado de su carrera en el Reino Unido. Sin embargo, recuperó el favor de su público en 1843, con la publicación de Canción de Navidad. Después de unos viajes a Italia, Suiza y Francia, realizó algunas incursiones en el campo teatral y fundó el Daily News, periódico que tendría una corta existencia. Su etapa de madurez se inauguró con Dombey e hijo (1848), novela en la que alcanzó un control casi perfecto de los recursos novelísticos y cuyo argumento planificó hasta el último detalle, con lo que superó la tendencia a la improvisación de sus primeros títulos, en que daba rienda suelta a su proverbial inventiva a la hora de crear situaciones y personajes, responsable en ocasiones de la falta de unidad de la obra. En 1849 fundó el Houseold Words, semanario en el que, además de difundir textos de autores poco conocidos, como su amigo Wilkie Collins, publicó La casa desierta y Tiempos difíciles, dos de las obras más logradas de toda su producción. En las

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páginas del Houseold Words aparecieron también diversos ensayos, casi siempre orientados hacia una reforma social. A pesar de los diez hijos que tuvo en su matrimonio, las crecientes dificultades provocadas por las relaciones extramatrimoniales de Dickens condujeron finalmente al divorcio en 1858, al parecer a causa de su pasión por una joven actriz, Ellen Teman, que debió de ser su amante. Dickens hubo de defenderse del escándalo social realizando una declaración pública en el mismo periódico. En 1858 emprendió un viaje por el Reino Unido e Irlanda, donde leyó públicamente fragmentos de su obra. Tras adquirir la casa donde había transcurrido su infancia, Gad’s Hill Place, en 1856, pronto la convirtió en su residencia permanente. La gira que inició en 1867 por Estados Unidos confirmó su notoriedad mundial, y así, fue aplaudido en largas y agotadoras conferencias, entusiasmó al público con las lecturas de su obra e incluso llegó a ser recibido por la reina Victoria poco antes de su muerte, acelerada por las secuelas que un accidente de ferrocarril dejó en su ya quebrantada salud. "Charles Dickens". En: Biografías y Vidas [en línea]. [Consulta: 16/01/2012]. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/dickens.html

Bibliografía Su novela "David Copperfield" (1850) es en parte autobiográfica y trasunta sus sentimientos al respecto. A partir de 1827 comenzó a prepararse para trabajar como reportero, en una publicación de un tío, The Mirror of Parliament, y para el periódico liberal The Morning Chronicle. En 1833 publicó The Monthly Magazine, una serie de artículos descriptivos de la vida cotidiana, bajo el seudónimo de Boz. En 1836 publicó, siguiendo este estilo, "Los apuntes de Boz". A esta obra le siguió "Papeles póstumos del club Pickwick" (1836-1837), una obra en un estilo similar al de los cómics, que señaló una línea editorial. Editó los semanarios Household News (1850-1859) y All the Year Round (1859-1870), escribió dos libros de viajes, Notas americanas (1842) e Imágenes de Italia (1846); Casa desolada (1852-1853), La pequeña Dorritt (1855-1857), Grandes esperanzas (1860-1861), Nuestro amigo común (1864-1865), Oliver Twist (1837-1839), La tienda de antigüedades (1840-1841), Barnaby Rudge (1841), Martin Chuzzlewit (1843-1844), Dombey e hijo (1846-1848), Tiempos difíciles (1854), Historia de dos ciudades (1859) y El misterio de Edwin Drood, que quedó inconclusa.

Legado Charles Dickens era una personalidad muy reconocida y sus novelas fueron muy populares durante su vida. Su primera novela terminada, Los papeles póstumos del Club Pickwick (1837), le otorgó una inmediata fama que continuó durante toda su carrera. Mantuvo una gran calidad en todos sus escritos, y, aunque raramente se apartaba de su típico método dickensoniano de siempre intentar escribir una gran «historia» en una manera convencional (la doble narración de la casa desolada son una notable excepción), experimentó con numerosos temas, caracterizaciones y géneros. Algunos de estos experimentos fueron más exitosos que otros y la apreciación pública de sus obras variaron a través del tiempo. Normalmente se alegraba de dar a sus lectores lo que ellos querían, y la mensual o semanal publicación de sus trabajos en episodios significaban que el libro podría cambiar mientras la historia ocurría según el gusto del público. Un buen ejemplo de esto son los episodios americanos de Martin Chuzzlewit, los cuales fueron puestos como respuesta de Dickens a más bajo precio de sus primeros capítulos. En Nuestro amigo mutuo la inclusión del personaje de Riaj fue un positivo retrato de un personaje judío, después de la que criticó con Fagin en Oliver Twist.

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Su popularidad menguó un poco tras su muerte y él es todavía uno de los más conocidos y más leídos de los escritores británicos. Al menos 180 películas y adaptaciones para la televisión basadas en los trabajos de Dickens ayudan a confirmar el mencionado éxito. Muchos de sus trabajos fueron adaptados para el escenario durante su vida y ya en 1913 se realiza una película muda de Los papeles póstumos del Club Pickwick. Sus personajes fueron, a menudo, tan memorables, que parecía que habían cobrado vida propia. Gamp se volvió una expresión de jerga para una sombrilla por el personaje de la Señora Gamp, y Pickwickian, Pecksniffian y Gradgrind entraron a los diccionarios debido a los retratos que les hizo Dickens, como quijotescos, hipócritas o insensible. Sam Weller, el irreverente y atolondrado ayuda de Cámara de Los papeles póstumos del Club Pickwick, era una temprana superestrella, tal vez más conocido que su autor al principio. Esto sucede también en su más conocida novela Cuento de Navidad, con nuevas adaptaciones casi todos los días. Es también la más filmada de las historias de Dickens; muchas versiones datan desde los inicios del cinema. Este simple cuento moralista con su tema de redención, para muchos, suma todo el verdadero significado de la navidad y eclipsa todas las demás historias; además, muestra figuras arquetípicas (Scrooge, Tiny Tim, los fantasmas de Navidad) de la conciencia occidental. Cuento de Navidad fue escrito por Dickens en un intento de prevenir un desastre financiero como resultado de las bajas ventas de Martin Chuzzlewit. Años después, Dickens compartiría que siempre estuvo «profundamente afectado» al escribir Cuento de Navidad y la novela rejuveneció su carrera cono un renombrado autor. En un tiempo en el que Gran Bretaña era el mayor poder político y económico del mundo, Dickens destacó la vida de los pobres olvidados en el corazón del imperio. A través de su periodismo hizo campaña sobre cuestiones específicas —como la higiene y las workhouses— pero su ficción era probablemente lo más poderoso para cambiar la opinión pública sobre las desigualdades de clase. Seguidamente describió la explotación y represión de los pobres y condenó a las instituciones públicas oficiales que permitían la existencia de tales abusos. Su más estridente acusación sobre estas condiciones está en Tiempos difíciles (1854), su única novela que trata de la clase obrera. En este trabajo, utiliza tanto la virulencia como la sátira para ilustrar como este marginado estrato social fue denominado como «Manos» por los empresarios, esto es, que no eran realmente personas, sino sólo apéndices de las máquinas que operaban. Sus escritos inspiraron a otros, en particular, a periodistas y figuras políticas, para incluir en sus agendas estos problemas de opresión de clase. Por ejemplo, las escenas de prisión en La pequeña Dorrit y Los papeles póstumos del Club Pickwick fueron los primeros instigadores en la destrucción de Marshalsea y Fleet Prison. Así como Carlos Marx dijo, Dickens y otros novelistas de la Inglaterra victoriana «...exhibían al mundo más verdades sociales y políticas que las que eran pronunciadas por políticos profesionales, publicistas y moralistas juntos...». La popularidad excepcional de sus novelas, incluso aquellas con temas de oposición social (Casa desolada, 1853, La pequeña Dorrit, 1857, Nuestro amigo mutuo, 1865) subrayaban no sólo su casi natural habilidad para crear apremiantes historias e inolvidables personajes, sino que también aseguraban que los temas públicos sociales y de justicia que normalmente eran ignorados, fuesen enfrentados. Su ficción, con continuas descripciones de la vida inglesa del siglo XIX, ha venido a simbolizar con exactitud y anacronismo la sociedad victoriana (1837–1901) como uniformemente «dickensiana», cuando de hecho, sus novelas relatan el periodo que va de 1770 a 1860. En la década siguiente a su muerte, ocurrida en 1870, un más intenso pesimismo filosófico y social se impusieron en la ficción británica, estos temas contrastaban con la fe religiosa que acompañó incluso a la más desolada de las novelas de Dickens. Posteriores novelistas de la Inglaterra victoriana, como Thomas Hardy y George Grissing fueron influenciados por Dickens, pero sus trabajos exhiben una carencia de creencia religiosa y retrataban personajes inmersos en las fuerzas sociales (principalmente los de la clase baja) que estaban destinados hacia un trágico final más allá de su control.

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Los novelistas continúan influenciados por sus libros; por ejemplo, escritores como Anne Rice, Tom Wolfe y John Irving evidencian conexiones directas con Dickens. El humorista James Finn Garner hasta escribió una versión «políticamente correcta» de Un cuento de navidad. De cualquier manera, Dickens se mantiene hoy como un brillante innovador y algunas veces defectuoso novelista cuyas historias y personajes se han convertido no sólo en arquetipos literarios sino también en parte de la imaginación pública.

Cuentos de lo sobrenatural La historia de los duendes que secuestraron a un enterrador Narra la historia de un enterrador amargado y borracho que, el día de Navidad, se ve atrapado por unos maliciosos duendes y su Rey. El barón de Grogzwig Se trata de un cuento fantástico que trascendió su medio natural; ya que El barón de Grogzwig es un fragmento del capítulo VI de la novela de Charles Dickens Nicholas Nickleby (a veces llamada The life and adventures of Nicholas Nickleby), publicada por entregas entre 1838 y 1839. Sobrevivió, como decíamos, a su marco original, convirtiéndose en un clásico entre los relatos de fantasmas del período victoriano; y en una gran influencia para la notable sátira de Edgar Allan Poe: El diablo en el campanario (The devil in the belfry). Confesión encontrada en una prisión de la época de Carlos segundo Más que de relato habría que hablar de extracto, ya que la Confesión es un fragmento de una obra mayor, una especie de colección de cuentos que Charles Dickens publicó semanalmente desde abril de 1840 hasta diciembre de 1841, llamado El reloj del Maestro Humphrey (Master Humphrey's Clock). Para leer cuando anochezca Estas historias de fantasmas, Para leer al anochecer tienen el buen gusto de la educación victoriana, el misterio denso y nebuloso de un país lleno de leyendas y el aroma de lo cotidiano y doméstico. Pero sobre todo tienen ese puntito sobrenatural agitado por la ironía y el humor negro que nos hace sonreír de medio lado ante lo políticamente incorrecto e hipócritamente real que transmiten, algo sin duda que todavía podemos sentir a diario siglo y medio después. El Guardavías El guardavías sabía que una desgracia estaba a punto de ocurrir, pero ¿qué podía hacer para evitarla? Hacía una semana que había vuelto a ver el espectro de aquel hombre junto a la vía, agitando los brazos en señal de peligro, pero no conseguía averiguar sobre qué le avisaba. Había transcurrido un año desde la primera vez que lo vio junto a la luz roja que hay cerca del túnel y pocas horas después de esa aparición se produjo un mortal accidente. ¿Dónde se hallaba, en esta ocasión, el peligro? Poco podía imaginar el desafortunado que estaba muy cerca de él.

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