Mis tebeos favoritos I: The Spirit, de Will Eisner
Álvaro Pons
Per l’Álvaro Pons és el millor còmic de la historia: http://www.lacarceldepapel.com/2005/08/01/mis-tebeos-favoritos-i/. ¿Se puede decir que una obra es la mejor de la historia en cualquier rama del arte? En general, es posible que sea una temeridad fruto de la ignorancia o de la prepotencia, quién sabe, pero en la historieta, quizás porque sea un arte todavía joven, o vaya usted a saber por qué, existe una obra que está a años luz de las demás, que marca por sí misma un antes y un después de tal calibre que el lenguaje propio del medio fue cambiado por esa obra. Hablar de la obra magna de Will Eisner, The Spirit, precisa de volúmenes y volúmenes, cada una de sus historietas de 7 páginas es motivo más que suficiente para un largo capítulo de análisis, exprimiendo de cada una de sus viñetas la esencia de lo que entendemos por tebeo. Desde sus inicios el 2 de Junio de 1940, la obra de Eisner estaba llamada a revolucionar el mundo del tebeo. Primero en su innovador formato, un intento de unir la pujante fuerza de los comic-books con la tradición del suplemento dominical de tiras de los periódicos, creando el primer suplemento de cómics propiamente dicho. Una innovación que provenía de un autor con una amplia experiencia en el campo del comic book gracias al triunfo del estudio Iger-Eisner, un hervidero de series de éxito que fue crisol de autores fundamentales para la historia del cómic. Nombres como Lou Fine, Jack Cole, Jack Kirby, Reed Crandall, Mort Meskin o George Tuska nacieron y se
formaron en este estudio, siempre buscando nuevos caminos expresivos dentro de la historieta. Tras la ruptura del estudio, Eisner, acompañado de autores como Bob Powell, Alex Kotzky, Lou Fine, Jack Cole y otros, comienza una nueva empresa con un suplemento a color para los periódicos en formato comic-book, toda una aventura en la que destacaba un personaje por encima de todos: el luchador enmascarado The Spirit, una suerte de superhéroe que bebía tanto de Batman o The Shadow como de la mejor tradición de la novela policiaca de los años 30, contando la historia de Denny Colt un detective privado que es dado por muerto y que aprovecha su presunta desaparición para enfrentarse al crimen con las manos libres. Durante los primeros años de la serie, las aventuras del trajeado luchador mezclaban con habilidad el género policiaco con un abierto sentido del humor que impregnaba toda la serie. Sólidas historias en las que Eisner iba probando nuevas estructuras, nuevas ideas, pero que no dejaban de ser un entretenimiento divertido. Pero llegó la segunda gran guerra y en 1942 Eisner fue movilizado, un momento clave para la serie, que durante su ausencia fue continuada por Lou Fine, Jack Cole e incluso Joe Kubert. La vuelta de Eisner en 1945 trae a un autor maduro, asentado, que tiene muy claro lo que busca y lo que quiere expresar. Y vaya si se notó. A partir de 1945, la serie despega y se aleja de su concepción para introducirse radicalmente, por un lado, en la experimentación gráfica y del lenguaje y, por otro, en un desarrollo de las tramas y de los personajes que llevan a la serie a convertirse en una lúcida crítica de la sociedad que rodeaba al autor. Un ascenso imparable que se redondea con la incorporación de Jules Feiffer a los guiones, consiguiendo formar un tandem nunca igualado. Feiffer aporta su inteligente visión de la vida, que se complementa perfectamente con los principios humanistas de Eisner y que le permiten concentrarse más en el desarrollo de nuevos recursos narrativos. Durante los cinco años que dura la serie hasta su cancelación, en The Spirit encontraremos el mayor catálogo de recursos narrativos jamás desarrollado en la historia del cómic. Eisner probó todas las posibilidades, las exploró, las estrujó y consiguió la proeza alquímica de transformar el papel y la tinta en oro. La narración subjetiva, los trasvases entre medios, el discurso metalingüístico, las atrevidas composiciones… cualquier idea que se quiera imaginar está en las páginas de The Spirit. Es sorprendente como muchos autores pretendidamente innovadores usan recursos que ya estaban en la obra de Eisner. Pero es que, además, las historietas de Spirit de esta época rezuman humanidad por todas y cada una de sus viñetas. Spirit deja de ser el protagonista para ser una simple excusa argumental que permita enfocar el protagonismo sobre unos secundarios gloriosos. Desde los villanos a las mujeres fatales, pero sobre todo por las decenas de personajes anónimos que cimentan la gran obra que es The Spirit. Una obra maestra de lectura obligada para cualquier aficionado al cómic. Ediciones en España: Hasta el momento, quizás las dos ediciones más conocidas eran la de ediciones Garbo de finales de los 70 (que se basaba en la edición de Warren), que contabilizó unos 27 números (aunque a partir del 23 sólo una de las historias que incluía era de Spirit) y la que hizo Norma siguiendo la edición de Kitchen Sink en los 90 y que totalizó 70 números. En ambos casos la edición era en blanco y negro (una de las recomendaciones del propio Eisner, que prefería sus historias en blanco y negro pese a ser originalmente editadas en color) y se centraba en la época más gloriosa del personaje (a partir de 1946). La edición de Garbo, en formato revista, es bastante compleja de encontrar y su reproducción es bastante lamentable. Tampoco es fácil hacerse con números de la edición de Norma, en formato comic book, pero su buena reproducción hace la labor muy apetecible. También editó cinco álbumes de la colección CIMOC Extra Color con una selección de historietas del personaje a todo color. Aunque para difícil de encontrar, la edición de Toutain de “The Spirit: Espacio Exterior”, una historia inconclusa del personaje que experimentaba con la posible continuación de la serie a manos de Jules Feiffer y Wally Wood. Norma también editó la colección de Dark Horse The Spirit, las nuevas aventuras, una colección que recopilaba la visión del personaje de autores como Alan Moore, Moebius o incluso Daniel Torres.
Desde hace un par de años, la editorial Norma está publicando en España la edición cronológica “Los Archivos de Spirit”, traducción de la impresionante edición que está haciendo DC en los USA. Tomos en tapa dura, a todo color, en los que se sigue un estricto orden y de los que acaba de aparecer la sexta entrega, correspondiente al primer semestre de 1943 (en los USA la edición ya va por el tomo 16, correspondiente al primer semestre de 1948). Una excelente oportunidad para conseguir la mejor obra del cómic de todos los tiempos. O por lo menos, la que más me gusta a mí. 'The Spirit', de Will Eisner, una obra maestra
José Manuel Puyana
Fragment de l’article aparegut a Diario Bahía de Cádiz: http://www.diariobahiadecadiz.com/noticias/bahiacultural/spirit-de-will-eisner/. El 2 de junio de 1940, poco tiempo después de la aparición de los primeros cómic-books y de la creación de personajes como Superman o Batman, nació The Spirit. Era el primer cómic-book que se distribuía como suplemento de los periódicos dominicales, al principio bajo el título The Spirit Section, ofreciendo semanalmente a sus lectores una aventura completa en solo siete páginas. The Spirit constituyó un éxito enorme e inmediato a lo largo y ancho de toda América, sobrepasando las fronteras de los Estados Unidos y llegando a Cuba, Venezuela y otros países del continente americano. Su rápido éxito le llevará después a las tiras diarias (cómic-strip), los cómic-books y la radio. Pero The Spirit era algo más que un gran éxito comercial, era un excelente vehículo para que su autor, Will Eisner, que por entonces contaba sólo con 23 años, desarrollara sus innovadoras ideas. Eisner, nacido en Brooklyn en 1917 y fallecido en 2005, se consideraba a sí mismo un “escritor visual”, y admitía la influencia que tenía el cine, especialmente el “cine negro”, sobre su obra, aunque lo cierto es que en The Spirit se anticipó al mismo cine en ofrecer soluciones, enfoques, ángulos, planos, o efectos de luz, que luego han copiado algunos directores de cine. Por ello no es raro encontrar críticas en las que se compara la figura de Will Eisner con la de Orson Welles, considerando a ambos maestros en sus respectivos campos, autores absolutamente personales creadores de nuevas técnicas y que dieron una nueva dimensión al lenguaje de la imagen. Bajo el antifaz de Spirit se esconde Denny Colt, un policía de ‘Central City” al que en su primera historia vemos ir tras la pista del “Doctor Cobra”, un villano que pretende envenenar los depósitos de agua de la ciudad con un fluido que dejará a quién la beba en un estado de muerte aparente, permitiéndole, junto al criminal conocido como “The Octopus”, apoderarse de la ciudad. Cuando se dispone a detenerle, Denny acaba siendo lanzado contra el tanque que contiene el extraño líquido. Dado por muerto, Denny Colt “resucita” poco después y se refugia en el cementerio Wildwood. Allí se recupera y decide adoptar una nueva identidad, “Spirit”, un enmascarado que en su lucha contra el crimen cuenta con la ayuda del viejo comisario Dolan, cuya hija Ellen está enamorada de Colt. En The Spirit, Eisner, siempre con un toque surrealista y de fantasía absurda, relataba historias de amor, de crímenes, de terror y de humor, protagonizadas por un Spirit transgresor y nada convencional si lo comparamos con otros personajes del cómic coetáneos como Superman, Batman o el Capitán América. El perfecto equilibrio entre el drama y el humor es lo que hacen de Spirit un personaje tan original y fresco hoy como en los años cuarenta. Es un héroe atípico, demasiado humano e imperfecto. Spirit es inteligente, y más que bueno es inocentón. Es fuerte, ágil, sabe pelear, pero también es un poco torpe, y en las peleas reparte tantos golpes como recibe, llevándose a veces auténticas palizas, cuando no navajazos o balazos. Es un héroe que al final del día no se queda con la chica, ni recibe el agradecimiento y reconocimiento de sus conciudadanos, y al que en muchas ocasiones veremos ahogando sus penas en un bar, mal afeitado y con aspecto de necesitar una buena ducha.
Además, es un mujeriego, siendo su relación con las mujeres que le rodean, por regla general muy influidas por las “Femme Fatales” cinematográficas, uno de los elementos más divertidos de la serie. Mujeres como P´Gell, Lorelei Rox, “Wild” Rice, Satín, “Miss Cosmek” o Autumn Mews, que Eisner muestra valientes, divertidas, peligrosas, inconscientes, infantiles e incluso maltratadas, que toman sus propias decisiones y son más o menos independientes, dotándolas con una variedad de matices que no era nada habitual ver en las mujeres de ficción, y de una modernidad de pensamiento y actuación que aun hoy día llama la atención. Curiosamente esta modernidad en los personajes femeninos contrasta con el tratamiento de otros personajes, como Ebony White, un niño negro de doce años que ejerce de amigo y “sidekick” oficioso del héroe, y cuya representación, tanto física como intelectual, no deja de ser un estereotipo de la gente de color muy generalizado en esos años, pero que hoy nos resulta racista, chocante e incómoda. En cuanto a sus enemigos (y con la salvedad de The Octopus, genio criminal y enemigo recurrente de nuestro héroe), aunque en sus inicios sus nombres y características serían los típicos de los comic-books de su tiempo (el Doctor Cobra, Mr. Carrion, Palyachi el Clown Asesino, Mr. Medianoche, Orang el Mono Humano, etc), con el tiempo Eisner enfrentará a Spirit a personajes más reales, como políticos corruptos, mafiosos, ladrones de bancos, asesinos a sueldo, etc. Y es debido a todo esto, y al genio narrativo de Eisner, que The Spirit es considerada hoy como una de las mejores y más influyentes obras de la historia del cómic.