Número 79 de la revista Taurodelta by Taurodelta

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nº 79 octubre de 2016

Revista oficial de la plaza de toros de Las Ventas

José Garrido: Entre la búsqueda del arte y la necesidad del triunfo

Alcurrucén: la obra ganadera de los Lozano

Pedro Trapote: “Los que forman parte de la Fiesta deberían reestructurarla”

Antonio Bañuelos, o el sueño de una tarde de verano

Curro Molina: “Me gusta torear con el alma”

Francisco Lorente: “En España solo funciona la pintura que se hace a modo especulativo”

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SUMARIO nº 79 • octubre de 2016 nº 79 octubre de 2016

Revista oficial de la plaza de toros de Las Ventas

José Garrido: Entre la búsqueda del arte y la necesidad del triunfo

Alcurrucén: la obra ganadera de los Lozano

Pedro Trapote: “Los que forman parte de la Fiesta deberían reestructurarla”

Antonio Bañuelos, o el sueño de una tarde de verano

Curro Molina: “Me gusta torear con el alma”

Francisco Lorente: “En España solo funciona la pintura que se hace a modo especulativo”

Ilustración de Portada: Sol y Sombra, obra de Francisco Lorente, accésit del Concurso de Carteles Taurodelta 2016

Edita: Taurodelta S.A. - C.I.F. A20620456

Dirección: José María Baviano, b+c Comunicación. byc@byc1.com Coordinación y edición: b+c Comunicación. byc@byc1.com Redacción: José Ignacio de la Serna, David Plaza, Juan Pelegrín, Javier Bajo y Gonzalo Bienvenida. prensa@taurodelta.es. Tfno: 91.356.22.00. Ext. 241 y 224. Fax: 91.361.43.43.

Temporada Taurina

Pintores Taurinos: Francisco Lorente

Entrevista con: José Garrido

Clásicos ganaderos: Alcurrucén

Entrevista con: Pedro Trapote

Antonio Bañuelos, o el sueño de una tarde de verano

Hablando en Plata: Curro Molina

Las razones del aficionado: La gran paradoja

Colaboradores en este número: Joaquín López del Ramo, Laura Tenorio y José Carlos Arévalo. Diseño, Producción e Impresión: Nueva Imprenta, S.L. La Granja, 45. 28108 Alcobendas. MADRID. Tel.: 91 662 48 68 Maquetación: Javier Jiménez de Molina. Publicidad: Taurodelta, S.A.

Plaza de Las Ventas

Visítenos en la web: www.las-ventas.com

Depósito legal: M-10844-2007

Puede acceder a los contenidos de todos los números de la revista en www.las-ventas.com Información sobre actualidad y actividades en la Plaza de Las Ventas: 902 1931 66

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NOTICIAS Departamento de comunicación de Taurodelta • Fotos: Centro de Asuntos Taurinos de la CAM

Taurodelta felicita al nuevo gestor de la plaza de Madrid Taurodelta conoció el pasado 27 de septiembre la decisión de la Comunidad de Madrid de proponer a la Mesa de Contratación la UTE Simón Casas-Nautalia para la gestión de la Plaza de Las Ventas durante las próximas cuatro temporadas. Taurodelta felicitó a la nueva empresa y le deseó suerte y acierto en esta labor, sustancial en el devenir de la Tauromaquia.

Taurodelta S.A. cumple en octubre 10 años como gestora de la Plaza de Toros de Las Ventas. Global Gudea S.L.U. es una sociedad participada al 100% por el Grupo BAL, propiedad de Alberto Baillères.

Finaliza la temporada de exposiciones en Las Ventas

Taurodelta, que continuará en Las Ventas hasta el próximo 31 de octubre, agradece a profesionales, abonados, aficionados, medios y proveedores la confianza y la colaboración mostrada durante estos diez años de trabajo en común, así como a los distintos equipos de gerencia en el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid.

Óleo de Raúl Suárez.

guna vez exponer sus trabajos en la capital de España.

Obra de Albert Sesma.

Taurodelta S.A. concurrió al concurso para la gestión de Las Ventas en U.T.E. con Global Gudea S.L.U. Taurodelta S.A. llegó a un acuerdo con la sociedad española Global Gudea S.L.U. para la constitución de una Unión Temporal de Empresas que concurrió al concurso para la gestión del servicio público de gestión de la Plaza de Toros de Las Ventas. Ambas sociedades aportaron la documentación necesaria para la proposición que se presentó en la Comunidad de Madrid. Esta unión temporal, en caso de haber conseguido la adjudicación, se habría denominado Taurodelta y Manuel Martínez Erice hubiera sido el director único de la UTE.

Con la celebración de la Feria de Otoño finalizará la temporada de exposiciones artísticas en la plaza de toros de Las Ventas, que serán acogidas por dos de las salas culturales de las que dispone la Monumental madrileña: La sala ‘Antonio Bienvenida’ y la sala ‘Antoñete’. La sala ‘Antonio Bienvenida’ acogerá desde el día 29 de septiembre y hasta el 12 de octubre, ambos inclusive, una exposición de fotografías de Fred Hochberg ,fotógrafo norteamericano quien en las décadas de los años cincuenta y sesenta captó con su cámara escenas curiosas del mundo de los toros. Los tipos, el detalle de las caras de los espectadores, el lenguaje corporal del torero o del conjunto del rejoneador con su caballo y, sobre todo, escenas de corrales, muestran la sensibilidad y estética especial de un Hochberg que quiso al-

Por su parte, la sala ‘Antoñete’, entre el 28 de septiembre y el 12 de octubre, acogerá dos exposiciones de pintura de los artistas Raúl Suárez y Albert Sesma. Ambos pintores nos presentan una extensa obra en la que se descubre el amor mutuo hacia la escena taurina. Sin

Fotografía de Fred Hochberg.

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que uno sepa del otro, los dos, hermanos del óleo, nos muestran dos maneras de ver al toro y sus inquietudes.

La AJTE organiza el encuentro de jóvenes aficionados el 2 de octubre, con la presencia de Román Con el fin de celebrar la primera temporada de la nueva Grada Joven, La Asociación Juvenil Taurina Española junto con la colaboración de Taurodelta, organiza el próximo domingo, 2 de octubre, un encuentro y coctel-comida con el matador de toros Román, que actúa en la Feria de Otoño y es además una de la revelaciones de la actual temporada. La Sala Vip (Sala Alcalá) de Las Ventas será de los jóvenes. Durante el encuentro se servirá un catering. La pulsera de acceso a la Sala Vip se podrá obtener en las barras situadas en la Grada del Tendido 5 el jueves 29 y viernes 30 de septiembre durante los festejos. El último día para apuntarse es el 30 de septiembre. Para participar en esta actividad y relacionarse con el resto de aficionados de la misma edad ponte en contacto con ajtetoros@gmail.com o acudir directamente a la barra citada para obtener la pulsera. Lugar: Sala VIP (Sala Alcalá situada junto al acceso del Tendido Bajo del 9). Fecha: Domingo 2 de septiembre. Importe: 21€ IVA incluido por persona. Hora: Al concluir la novillada matinal (empieza a las 11:00h). Actividad dirigida a: Jóvenes menores de 25 años. Los menores de edad podrán estar acompañados por sus padres.

Homenaje a Baltasar Ibán y a César Rincón La Unión de Abonados de Madrid celebrará un homenaje a la ganadería de Baltasar Ibán y al matador de toros César Rincón el próximo 1 de octubre, a las 12:30, en la Sala Antonio Bienvenida de Las Ventas. En el acto participarán: Cristina Moratiel, ganadera de Baltasar Ibán. César Rincón, matador de toros. Manuel Ángel Fernández, Director Gerente del centro de Asuntos Taurinos de la CAM. Jesús Fernández, presidente de la Unión de Abonados Taurinos de Madrid. Jesús Ron, vocal de la Unión de Abonados Taurinos de Madrid.

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TEMPORADA 2016

Fotos: Juan Pelegrín

Reseña del 4 de septiembre

Temporada 2016

Saludos para Miguel Ángel León JAVIER CASTRO: Silencio y silencio con un aviso. MIGUEL ÁNGEL LEÓN: Saludos con un aviso al arrastre de sus dos novillos. MARIO SOTOS: Silencio y silencio. SE LIDIARON SEIS NOVILLOS DE EL MONTECILLO. 1º Nº 30, Balancino, castaño, 502, 4/13 • Silencio 2º Nº 35, Aldeano, negro listón, 465, 11/12 • Palmas 3º Nº 11, Maleante, colorado, 452, 12/12 • Silencio 4º Nº 21, Actor, negro bragado meano, 473, 11/12 • Palmas 5º Nº 22, Alcachofa, castaño salpicado, 504, 12/12 • Silencio 6º Nº 53, Enfocado, negro, 511, 11/12 • Silencio

Miguel Ángel León saludó en sus dos novillos.

Miguel Ángel León saludó al arrastre de sus dos novillos consiguiendo así el balance más importante de la tarde. La novillada de El Montecillo tuvo sus mejores ejemplares en el segundo y cuarto, aplaudidos ambos, y en general se comportó con nobleza y le faltó algo de motor. León cuajó sus mejores momentos en las tandas finales de su faena al segundo, cuando, sobre todo por el pitón izquierdo, dibujó pases de gran calidad. Anduvo toda la tarde con facilidad y buen gusto. Mario Sotos dejó muestras de un buen concepto del toreo con momentos de mucho interés tanto con el capote como con la muleta. El debutante mexicano Javier Castro tuvo una actuación llena de tesón y voluntad.

Miguel Ángel León frente al segundo de El Montecillo.

Reseña del 11 de septiembre

Temporada 2016

Una oreja para una gran estocada de Pérez Mota PAULITA: Silencio en su lote. PÉREZ MOTA: Saludos con un aviso y una oreja. ANTONIO NAZARÉ: Silencio al arrastre de sus toros. SE LIDIARON SEIS TOROS DE SAN MARTÍN. 1º Nº 43, Ratero II, negro entrepelado bragado , 593 • Silencio 2º Nº 54, Cidrón, cárdeno bragado meano, 622, 4/12 • Silencio 3º Nº 46, Logroñés, negro bragado meano, 480, 4/12 • Silencio 4º Nº 27, Vinagrero, cárdeno salpicado, 554, 4/12 • Silencio 5º Nº 40, Patera, negro entrepelado, 601, 4/12 • Silencio 6º Nº 52, Monaguillo, cárdeno, 611, 4/12 • Silencio

Pérez Mota paseó la única oreja de la tarde.

Pérez Mota corta la oreja del quinto toro de la tarde gracias a una buena estocada en todo lo alto de la que salió volteado con violencia. Antes el gaditano había toreado con buen aire a dos toros, como casi toda la corrida, nobles pero faltos de casta y sin empuje en el último tercio. Paulita y Antonio Nazaré anduvieron por la misma senda, intentando poner de su parte todo lo que les faltaba a los toros sin que el éxito les llegara.

El toreo al natural de Pérez Mota.

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RESEÑAS

Reseña del 18 de septiembre

Temporada 2016

Buena tarde de la terna sin trofeos IVÁN VICENTE: Saludos y silencio con un aviso. EDUARDO GALLO: Saludos con un aviso al arrastre de sus dos toros. ESAÚ FERNÁNDEZ: Saludos y silencio con un aviso. SE LIDIARON SEIS TOROS DE LAGUNAJANDA. 1º Nº 9, Oceanador, negro listón, 555, 10/10 • Palmas 2º Nº 6, Obstentoso, negro listón, 587, 10/10 • División 3º Nº 46, Goloso, negro listón, 542, 1/11 • Silencio 4º Nº 67, Lavandero, negro, 553, 2/11 • Silencio 5º Nº 50, Mohíno, castaño albardado, 513, 1/11 • Silencio 6º Nº 44, Gallego, castaño, 584, 1/11 • Silencio

La clase de Iván Vicente, de nuevo en Las Ventas.

La terna proporcionó una buena tarde, aun sin cortar trofeos, con una corrida muy noble de Lagunajanda, ganadería que tomó antigüedad. Iván Vicente dio muestras de la calidad de su toreo destacando en la lidia de su primero con algunos pasajes de buena factura y el saludo con el capote. Eduardo Gallo tuvo momentos de mucha hondura con sus dos toros a los que recetó algunos pases sensacionales por ambos pitones. Esaú Fernández puso toda la voluntad y recibió a sus dos toros a portagayola.

Eduardo Gallo dejó muletazos muy hondos.

Reseña del 25 de septiembre

Temporada 2016

Rubén Pinar, herido; la terna se impone a una mala corrida RUBÉN PINAR: Silencio y saludos. Herido por el cuarto toro. ALBERTO LAMELAS: Saludos con un aviso y saludos. SERGIO SERRANO: Palmas y saludos. SE LIDIARON CUATRO TOROS DE CONDE DE LA MAZA, UN SOBRERO DE EL CORTIJILLO (5º) CONDE DE CABRAL (6º). DOS TOROS DEVUELTOS DE EL RISCO. 1º Nº 42, Draculero, negro, 518, 1/12 • Pitos 2º Nº 60, Milanero, negro listón, 585, 3/12 • Silencio 3º Nº 4, Cocinosito, castaño, 512, 10/11 • Palmas 4º Nº 24, Limpio, negro listón, 560, 10/11 • Silencio 5º Nº 41, Musiquero, colorado chorreado, 529, 10/11 • Pitos 6º Nº 14, Caldereta, negro, 525, 11/11 • Silencio

Y OTRO DE

Sergio Serrano confirmó la alternativa en Las Ventas.

Rubén Pinar fue herido por el cuarto toro de la tarde sufriendo dos heridas que le impidieron continuar la lidia. La terna exhibió firmeza y voluntad sin que ninguno de los toros de los cuatro hierros que se lidiaron les permitiera la menor opción. Sergio Serrano confirmó con muchas ganas, sin dejar pasar un turno de quites y con momentos puntuales de brillantez. Lamelas se la jugó con dos ‘pájaros’, de la misma forma que lo hizo Rubén Pinar.

Momento de la cogida de Rubén Pinar.

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PINTORES TAURINOS

Francisco Lorente Trabajó en publicidad como director de arte. “O sea, ni director ni arte”, dice de entrada. Hizo anuncios de televisión como creativo. Y dibujos. Y guiones. De eso hace ya mucho tiempo. Francisco Lorente es de los que puede contar que vio torear juntos a Manolete y a Carlos Arruza: “Arruza era un torero deportivo, con muchas facultades, sin embargo Manolete tenía otra clase. De hecho siempre me han gustado los toreros de arte como Curro Romero y Rafael de Paula. O ése que va ahora con el pelo largo... Morante”, matiza esta vez. Texto: Lateva

ijo de un albañil enamorado de la Fiesta, empezó a ir a los toros acompañando a su padre en una andanada de sol, en la Monumental de Barcelona. Vivió los años de mayor esplendor taurino de la ciudad condal, “cuando se daban toros tres o cuatro días a la semana. Había una afición brutal, exigente y conocedora, y muchos grandes toreros. Después empezó la decadencia hasta llegar a donde estamos hoy, sin toros, salvo los correbous, que son unas fiestas muy enraizadas y se mantendrán por los votos que consiguen”. ¿Qué le sorprende? Pues que Madrid pueda dar un mes seguido de toros, a plaza llena. Porque de no ser así, no sería negocio. ¿Alguna cosa más? Pues no deja de sorprenderme cómo de repente han humanizado a los animales, cuando el mundo está cada vez más deshumanizado. Es puro cinismo. No entiendo nada, la verdad. Se entiende con sus lienzos, de los que salen carteles de toros. Bueno, el cartel con el que gané el Accésit de Taurodelta este año, es una obra de la que tenía hechos distintos bocetos. Cambié las proporciones, añadí la torre, lo convertí en cartel, por eso lo simplifiqué, porque para mí los carteles son una síntesis, una simplificación de las cosas, de ahí esos colores planos. Y el picador es casi un hombre medieval, un hombre de hierro, por eso es tan cuadrado. No soy retratista. ¿Se había presentado otras veces? No. Ha sido la primera vez. No tenía ni idea, fue una amiga quien me comentó la convocatoria, porque yo vivo bastante al margen de la tecnología. No tengo ordenador, sólo móvil. Por eso fue una sorpresa salir premiado.

Sol y Sombra, obra de Francisco Lorente, accésit del Concurso de Carteles Taurodelta 2016.

¿A qué aspira? A exponer para mis amigos y darles jamón. ¿Cuántas horas dedica a pintar? Pinto a diario. En el corazón del barrio gótico de Barcelona, tengo un estudio en ruinas, pero al que voy todos los días.

¿Vive de su pintura? No, vivo de la caridad del Gobierno. La pintura es un complemento. La pintura está perdida. Solo funciona la que se hace a modo especulativo; en España, Barceló y alguno más. Y no es porque no haya talento, porque hay gente muy buena.

Para usted, cualquier tiempo pasado fue mejor. No lo sé, la verdad. Hoy es un tiempo diferente, estamos en un mundo tecnificado, es una maravilla pero creo que lo digital acaba con todo. Nadie sabe a dónde vamos.

Vaya, ¿ha visto toros en Madrid? Sí, hace años vi a El Caracol, un diestro que tuvo su cartel, su momento, pero después desapareció... Un amigo al que le vendí un cuadro me quiso invitar a ver a José Tomás en Alicante, pero al final desistí, porque pensé que seguro después me hubiera pedido pintura gratis. Y no, mi trabajo no es compatible con esto.

Para terminar, y aprovechando el privilegio de su edad, por qué cree que a Barcelona llegó el declive de los toros. Creo que fueron razones políticas. En los medios no salía nada, ni crónicas ni reseñas ni nada. Y ya se sabe que lo que no está en los Medios no existe. No debemos olvidar que la última corrida en la Monumental se celebró con un lleno hasta la bandera, claro que ya con muchos pijos.

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ENTREVISTA

José Garrido: “Entre la búsqueda del arte y la necesidad del triunfo hay un camino, el toreo”

José Garrido es un joven matador extremeño de veintitrés años que avanza por el escalafón con paso muy firme. Debutó con caballos en Olivenza en 2013 y desde ese día su crédito entre los mejores aficionados fue en aumento. Dio un aldabonazo en Bilbao al matar seis novillos y cortar seis orejas, tomó la alternativa en la feria de Sevilla dos años después en un cartel estelar y la confirmó al año siguiente con otra terna no menos importante. Pero tanto su última feria de Abril como su presentación de matador en Las Ventas, ambas con toros muy deslucidos, frenaron sus contratos, añadieron tensión a su lucha y argumento a su carrera. No hay mal que por bien no venga, la respuesta del torero llegó en las últimas Corridas Generales. Fue el triunfador absoluto de la Feria, a pesar de las dos monumentales faenas de Urdiales y Fandiño, y los aficionados respiraron, comprobaron que tenían razón: a José Garrido no se le adivina el techo, ni en la clase ni como lidiador.

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Texto: José Carlos Arévalo Fotos: Carlos Arévalo

hora, días antes de su reaparición en Madrid, hablé con el espada en la dehesa de El Puerto de San Lorenzo, donde ha tentado unas becerras y se ha probado con un toro. Allí me encontré y conversé también con su mentor, Antonio Ferrera, que no le habla desde la barrera -¡gracias os sean dadas!- mientras torea en el ruedo. Luego nos dejó –gracias otra vez– para que Garrido y el que suscribe hablásemos a solas. Pregunta | ¿Cuándo descubres tu afición y tomas la decisión de ser torero? Respuesta | Fue algo casual, gracias a un amigo, Joao Agusto Moura, que entonces era novillero con picadores. Le acompañé un día al campo, donde iba a torear unas becerras. Recuerdo que me dejó su muleta y me vi ante el animal, y vi que perseguía el trapo que yo le ofrecía. Recuerdo que me fascinó que lo siguiera y la emoción que eso me produjo. Recuerdo que me encelé. Así que otro día fui a la Escuela Taurina de Badajoz y me apunté. Todo era muy natural. Yo soy de campo, aficionado al caballo, con querencia por los animales. En la escuela empecé a descubrir su bravura. Primero como jugando. Después, aprendiendo a estar frente a ella, con ella. Luego comprendiendo al animal y después respetándolo. Y así hasta ahora. Desde la primera vez que te vi me llamó la atención tu sentido innato de la colocación ante el toro, la su-

tileza intuitiva de tus toques y, sobre todo, el trazo asolerado con que ejecutas las suertes. ¿De quién has bebido? De todos un poco, y en especial, de dos toreros, el maestro Manzanares y el maestro Ojeda. El complemento de los dos singulariza lo que para mí es el toreo. Me vienen ahora a la cabeza tus lances al primer ‘torrestrella’ en la pasada Feria de Bilbao. El toro embestía de salida con mucho ímpetu, pero tu abrochaste su embestida y en el trazo de la verónica percibí un aroma muy antiguo, como de capeador de los años treinta. Las distintas embestidas varían el son del lance, pero no el sentimiento de tu trazo. No digo que me parezca a él, ni

mucho menos, pero mi referente en el toreo de capa es Rafael de Paula, su juego de brazos unido a su juego de cintura, la palma de las manos encendiendo los vuelos del capote que cosen la embestida… torear con medio capotito, enganchar los vuelos con los dedos y que en el embroque todo sea uno, toreo y embestida, no que pase el toro sino que su embestida se prenda en el engaño… ¿Cuándo, en qué momento entiendes al toro? ¿Por qué eliges un sitio, una distancia, una suerte y no otra? ¿Por qué tu toreo goza de esa clarividencia? Quizá no sea yo un torero de explosión. Por supuesto, los toros –no todos- hablan muy clarito. Y eso determina tu manera de enfrentarte a ellos. A mí me gusta apostar, aun a sabiendas de que, por ejemplo en una serie de muletazos, habrá uno o dos de servicio, que ayudan a la embestida, pero que darán paso a ese muletazo perfecto en el que el toro se sincroniza con tu sentimiento y con tu mando. Y cuando eso sale, el toreo llega mucho más que una serie de muletazos todo lo meritorios que puedan ser, pero sin contenido. Al margen del toro bronco, que sólo exige pelea, veo que tu toreo progresa hacia una mayor sustancia. Sin ir más lejos, en tu manera de citar, de ir al toro, o en tu manera de rematar, de irte de la suerte hay como una advertencia del toreo que vas a hacer o como prolongación de ese toreo, más allá del lance o del pase. Lo primero, el cite, es cuestión del torero. Lo citas como él te ha dicho que

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ENTREVISTA

debes citarle. Lo segundo, el cómo salir de la suerte, lo impone el toro… porque no siempre ha respondido como tú creías; puede que lo haya hecho mejor o peor y eso te provoca la forma de irte o de volver, y en cierto modo te inspira porque te impone la improvisación. Es entonces cuando la plaza se llena de armonía y la gente entra en la faena. ¿En qué faena has sentido ese flujo del toreo que se inicia antes de empezar y no termina cuando ha terminado? En una faena muy reciente, en Valladolid. No fue una faena redonda, pero el toro se deslizaba con tanto ritmo que después de vaciarme en un pase sentía el siguiente en la palma de la mano antes de darlo. Y después, la sensación de mi entrega y la del toro era mayor de lo que había presentido. ¿Por qué no se ha advertido en ti el paso del novillo al toro? Mi segundo año de novillero, que fue el bueno, se logró gracias a una temporada muy bien estructurada. Plazas de menor a mayor, el utrero progresivamente más cuajado y sentir públicos con distinto calado. Luego, el invierno fue muy intenso. De preparación muy intensa. Sabía lo que me esperaba en la temporada siguiente. Y no digo que no notara el salto del novillo al toro. El carácter más fuerte del toro, su mente más compleja, todo eso impresiona. Pero, con sinceridad te digo que me sentía desde el principio mejor con el toro, me sorprendió que se acoplara mejor a mi toreo. En esta fase inicial de tu carrera como matador, tan urgida por el triunfo, ¿no sientes este condicionante como un obstáculo para desarrollar sin trabas la parte más creativa de tu toreo? ¡Ay!… acabas de decir misa. El triunfo es para un torero que empieza como el agua de has de beber todos los días. Si no hay orejas no hay crédito. Si no matas al toro es como si la faena no hubiera existido. Y eso atenaza tu crecimiento como torero… Pero también en este aspecto la experiencia cuenta. Yo, este año, he disfrutado mucho más que el anterior. Me dije que se puede triunfar y no perder la regularidad del triunfo sin renunciar a tu concepto. Y en muchas ocasiones me he salido con la mía. Has mencionado la suerte de matar. Yo opino que los toros advierten

durante la faena de muleta cómo hay que matarlos. A ti te veo muy seguro con la espada. Si a un toro lo has toreado despacio y lo has citado en corto no es lógico perfilarte de lejos y darle un toque fuerte antes del embroque. Entonces, reaccionará con violencia y no te dejará cruzar. El toro, según su comportamiento, te impone distancia, altura y velocidad. Pero lo que de verdad importa en esta suerte es querer matar, estar convenci-

do de que vas a hacerlo. Este año hubo un toro en Bilbao, quizá el toro más importante de mi carrera, en el que al perfilarme estaba seguro, totalmente seguro, de que lo iba a matar. ¿Por qué sois tan premiosos ahora los toreros, sobre todo los jóvenes, tú entre ellos, en la preparación del toro para la muerte? Por dos razones. La primera es técnica. Ahora las faenas se exigen muy largas

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Noto algo que antes no me pasaba, que los aficionados sienten lo mismo que yo mientras toreo. Compruebo que la gente empieza a verme como yo me veo y eso me da fuerza.

y luego cuesta mucho cuadrar al toro. La segunda es psicológica. Las dudas, la necesidad de asegurar el triunfo. Eso es lo que pasa. ¿Cómo ves tu próxima temporada? Dentro de lo que cabe, con más tranquilidad. Yo no estoy seguro de que voy a torear cuarenta corridas. Sería absurdo después de lo que me ha pasado este año. Pero los públicos me dan seguridad. Noto algo que antes no me pasaba, que los aficionados sienten lo mismo que yo mientras toreo. Compruebo que la gente empieza a verme como yo me veo y eso me da fuerza. Sí, creo que el año que viene será un buen año. Porque yo me entiendo con los toros y sé que voy a estar bien. Ahora que hablas del toro, ¿con qué toros, con qué encastes o ganaderías te entiendes mejor? Me importa más lo que un toro es por sí mismo que la ganadería o encaste a que pertenezca. En mi corta carrera me he encontrado con toros de ganaderías consideradas toreristas que eran de una dureza ingobernable, aunque también muy buenos. Y me las he visto con toros de ganaderías denominadas toristas que me han regalado unas embestidas extraordinarias. Sin ir más lejos, este año en Gijón toreé un toro de Adolfo Martín con una cadencia tan sutil, con un compás tan lento y tan rítmico que sacó de mí todo el temple del que era capaz. Evidentemente, el toro que me gusta es el que prefieren todos los toreros, los que ofrecen las ganaderías con un gran fondo de bravura. Pues que la bravura te acompañe y que los aficionados tengamos la suerte de disfrutar con ella tu toreo.

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CLÁSICOS GANADEROS EN LAS VENTAS

El toro Malagueño, de Alcurrucén, premiado en la feria de San Isidro de 2016 y doblemente desorejado por David Mora. Seriedad combinada con la finura y belleza características de Núñez.

Alcurrucén: la obra ganadera de los Lozano Llegados a la fama y la fortuna como empresarios y apoderados de grandes figuras, los hermanos Pablo, José Luis y Eduardo Lozano han culminado su dilatada carrera taurina alcanzando también el éxito como ganaderos. Lo que en principio fue para ellos una actividad secundaria y supeditada a las otras, se convirtió en algo gradualmente más importante, hasta el punto de conformar una ganadería que desde principios de los 90 ha mantenido muchas de las mejores virtudes de la excepcional sangre Núñez, pero recreado su tipo con mayor tamaño y pitones que los originalmente diseñados por el genial don Carlos en “Los Derramaderos”. Bien podría pensarse que “Alcurrucén” es el molde donde los Lozano han volcado y acrisolado el cúmulo de experiencias y conocimientos de toda una vida, que toma cuerpo en esos toros variopintos, bellos y serios, cuya embestida ha propiciado muchos de los más grandes momentos de la tauromaquia actual, con la plaza de Madrid como mascarón de proa.

Texto: Joaquín López del Ramo Fotografías: Botán, Sánchez Vigil, Manuel Durán y Paloma Aguilar

a trayectoria ganadera de los Lozano empezó en el año 1966, al adquirir junto con su entonces poderdante Palomo Linares un hierro que anunciaron a nombre de La Jarilla. No obstante, la familia originaria de Alameda de la Sagra, ya contaba con antecedentes ganaderos, pues su tío materno Manuel Martín Alonso compró en 1927 la ganadería al duque de Veragua,

vendiéndola en 1930 a Juan Pedro Domecq. Nuestros protagonistas han estado toda la vida ligados al mundo taurino, siendo el mayor de ellos, Pablo, quien abrió el camino, primero como matador de toros y después colaborando estrechamente con sus hermanos en sus actividades empresariales y de apoderamiento, en las que tuvieron inicialmente mucha relación con los Do-

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minguín. Pablo Lozano ha sido también reconocido como el “cerebro” de la casa en cuestiones ganaderas. La Jarilla adoptó el mismo hierro que actualmente ostenta Alcurrucén (una P y una L entrelazadas) y se formó con una partida de vacas y sementales de Eusebia Galache, ganadería que los Lozano conocían muy bien por ser habituales clientes de la misma (así como de las de Francisco y Salustiano) para las corridas que montaban o lidiaban sus toreros. No olvidemos que aquellos eran los años dorados en que las figuras se rifaban las camadas de este histórico apellido salmantino, por la brava clase y temple excepcionales de sus toros. Más o menos cuando Palomo compró lo de Graciliano Pérez-Tabernero en 1969, y aun siendo socios y apoderados de éste hasta el final de su carrera, los Lozano quedaron como únicos propietarios de La Jarilla. Durante casi dos décadas estuvieron lidiando camadas cortas y en plazas poco relevantes, por lo que era una ganadería apenas conocida. PRIMEROS AÑOS CON NÚÑEZ Como todos los profesionales del mundo taurino, los Lozano conocían perfectamente y admiraban la ganadería de Carlos Núñez, por ello, cuando sus herederos pusieron en venta una parte de la misma hacia 1977 no dudaron en adquirirla, cosa que hicieron en sociedad con los también toledanos Lorenzo y Alejando García. Fueron más de 200 vacas y varios sementales, de los que los Lozano se quedaron con unas 120 vientres y tres toros de simiente, que transfirieron a La Jarilla, cuya denominación cambiaron en 1982 por la actual de Alcurrucén, nombre de una finca sita en la localidad cordobesa de Pedro Abad. Nuestros protagonistas siguieron básicamente la línea del semental Bocineto, cedido por los Núñez durante un año, y de él sacaron dos excelentes progenitores: Cigarrero y Manchoso, originarios de la rama Rincón-Pedrajas, que predominó desde estos inicios sobre la de Villamarta, aunque la huella de esta otra sangre básica en Núñez sigue presente en la actualidad. Se ha especulado con la posibilidad de que los Lozano no eliminaran totalmente el ganado anterior, y de ahí que salgan toros de Alcurrucén ensabanados, be-

Instantánea de la primorosa faena de Julio Aparicio al toro Cañego, de Alcurrucén, con el que obtuvo el mayor triunfo de su carrera en Madrid el 18 de mayo de 1994.

rrendos y con otros accidentes de pelo blancos típicos de lo de Galache. El tal sentido, debe recordarse que estas capas también se han dado mucho en lo de Núñez-Villamarta, aunque quizás no con tanta profusión. Ciertas o no, estas cosas forman parte del secreto de las ganaderías y no corresponde aquí entrar en ellas. Más fundado es el hecho de que en Alcurrucén hubo en los años 80 reses de los hermanos Sampedro y más tarde padreó algún toro de Torrestrella, otros de Jandilla e incluso de Moura, hierros todos ellos con un común origen IbarraPedrajas-Mora Figueroa. Tratándose de una ganadería con gran número de cabezas, siempre hay margen para una parcela experimental, aunque la base es abrumadoramente Núñez. Los Lozano también fueron propietarios entre 1984 y 1987 de la ganadería murubeña de Félix Cameno, que anunciaron como El Madrigal y vendieron a la familia Sánchez Cobaleda, que lidia actualmente con el nombre de Castillejo de Huebra. La temporada de 1986 ya fue significativa en cuanto al número de festejos de Alcurrucén, siendo El Soro el torero que triunfó con más fuerza. Estas camadas iniciales de origen Núñez tuvieron un tono de juego medio y se lidiaron en plazas buenas pero no de máximo nivel, salvo excepciones, cosa lógica en la fase de arranque de una ganadería. El primer compromiso importante fue la corrida de la feria de Málaga de 1988, con Niño de la Capea, Espartaco

y Joselito en el cartel, que embistió desigualmente pero en la que hubo un ejemplar de gran nobleza, el chorreado Barquito, al que el maestro salmantino le cortó las orejas y el rabo. Fue el toro con el que empezó a sonar el nombre de Alcurrucén. Los Lozano habían debutado como ganaderos en Madrid el 18 de mayo de 1985, con dos sobreros que correspondieron a Curro Vázquez y Yiyo y fueron difíciles, al igual que otro corrido al día siguiente. De manera imprevista, en la feria de San Isidro de 1989 entró un encierro de este hierro como sustituto de otro de Núñez, pero el festejo se suspendió por lluvia y fue aplazado al 18 de junio siguiente, con Rafael de la Viña, José Luis Bote y El Fundi como matadores, adquiriendo en esta fecha la ganadería antigüedad oficial. El juego de los toros de aquella tarde dejó bastante que desear, al igual que el de otro de sus hermanos corrido el 31 de mayo. Mejor son mostró Saltador, lidiado también como sobrero en Madrid el 2 de julio del mismo año. En la temporada de 1990, los hermanos Lozano iniciaron su etapa como empresarios de Las Ventas, que se extendería hasta 2004. Tal lapso de tiempo dio ocasión a que sus toros se anunciaran con frecuencia en nuestra plaza, si bien ellos graduaron prudentemente sus comparecencias como ganaderos. Así, en el primer año de la gestión sólo lidiaron en Madrid dos novillos sobre-

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CLÁSICOS GANADEROS EN LAS VENTAS

Ventas en 1996 con varios toros sueltos que dieron poco juego, una manejable corrida de rejones en la que destacó Barrenero, al que los hermanos Domecq cortaron las dos orejas y, sobre todo, el muy noble novillo Sartenero, con el que triunfó Cristina Sánchez el 21 de mayo, en su despedida de la plaza madrileña como novillera.

José Tomas toreando al natural a Corchito, un chorreado de Alcurrucén que lo puso en órbita de figura tras cortarle las dos orejas en Madrid el 27 de mayo de 1997.

ros y una corrida de rejones. De los utreros destacó Chovito, al que Mariano Jiménez cortó una oreja, y los de rejones fueron nobles, propiciando el éxito de los caballeros. En 1991 se jugaron varios novillos sueltos de poco juego y dos toros que sí embistieron con nobleza: Cumbrealta, lidiado por Ruiz Miguel el 22 de mayo, y Preferido, el 27 de mayo por El Niño de la Taurina. Un paso trascendente para Alcurrucén fue su debut en la feria de Sevilla el 23 de abril de 1992, con una corrida de buen estilo en la que destacó Herrero, al que el maestro José María Manzanares realizó una soberbia fanea. Ya en Madrid, el 13 de mayo de este año salió otro toro notable, Granizo, que embistió con clase a la muleta de Fernando Cepeda. Una semana más tarde, también dentro de San Isidro, se lidió una novillada completa de muy buen son, en la que actuaron Joaquín Díaz, Ángel de la Rosa y Óscar Higares, quien cortó una oreja al excelente Cachorrero. La progresión de la ganadería se confirmó en 1993 con una notable corrida en Sevilla y un gran toro de nombre Carabella al que Litri cortó una oreja la tarde del 13 de mayo en Madrid, aunque la novillada de la feria isidril no respondió. Los Lozano empezaron a tocar el cielo como ganaderos en 1994 gracias a un ramillete de ejemplares sensacionales. Primero fue el bravo Alcahofito, en la feria de Sevilla. Le siguió Cañego, bellísimo chorreado al que Julio Aparicio le cortó las dos orejas en Madrid el 18 de mayo, tar-

de en la que también hubo un gran toro llamado Bocineto, que le tocó a Ortega Cano. Y al día siguiente, de nuevo en Madrid, saltaría otro excelente, de nombre Monjito, del que Curro Vázquez fue premiado con un trofeo. El cuadro de honor de la temporada lo completaron Alcachofo, cuyas dos orejas conquistó Manzanares en la feria de Julio de Valencia, y Palmero, al que Pepín Liria cortó los máximos trofeos en Murcia. Apenas presente en Madrid durante 1995, año en que logró éxitos sonados en plazas como Castellón, Sevilla, Valencia o Dax, Alcurrucén retornó a Las

Entre los hitos más importantes en la historia de Alcurrucén está sin duda la corrida celebrada en Madrid el 27 de mayo de 1997, en la que actuaron Litri, Julio Aparicio y José Tomás, obteniendo éste último un triunfo clamoroso frente al gran toro Corchito, de pelo chorreado, al que cortó las dos orejas. Esos fueron los únicos trofeos de una tarde en la que hubo otros dos toros de alta nota: el segundo, Cornetillo, colorado lucero, y especialmente el cuarto, Gaitero, que obtuvo el premio al más bravo de la feria de San Isidro. Además de esta corrida, entre los astados lidiados en la Monumental en 1997 hubo también un novillo soberbio, Pocabarba, del que Eugenio de Mora paseó un apéndice el 8 de junio. La camada de 1998 registró un nivel de juego menor que las precedentes. En Madrid, salieron mansurrones y apagados en general, con sólo un par de excepciones: el toro Pandereto, al que Joselito cortó una oreja el 8 de junio, y el novillo Afanes, que desorejó por partida doble El Juli en su encerrona del 13 de septiembre. Desigual estilo sacaron los cornúpetas de la familia Lozano vis-

La embestida brava, acometedora e incansable del gran toro Arrestado en la muleta de Sebastián Castella la tarde del 25 de mayo de 2011.

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la que hubo un buen toro llamado Guitarra II, y otra muy completa de El Cortijillo, con la que Juan Bautista salió en hombros y a la que pertenecieron cuatro ejemplares de nota: Grajito II, Rompelindes, Grajito I y Barberito. Entre el año 2011 y el actual se han lidiado en Madrid muchos toros magníficos de esta casa, cuya descripción exhaustiva no es posible abordar por razones de espacio: Fiscal, Alcaparroso, Gaitero, Arquero, Pandero, Pelucón, Barbero, Bilbaíno, Licenciado, Alcaparrito, Peladito, etc.

Así embestía ya en el capote de Castella uno de los toros mas excepcionales lidiados en la historia de la plaza de Madrid: Jabatillo, jugado el 27 de mayo de 2015.

tos en Las Ventas durante 1999, destacando sobre todos Amoroso, toro bravo y con calidad que correspondió a Enrique Ponce en la feria de San Isidro. El año 2000 fue uno de los más brillantes de esta ganadería en Madrid, a excepción de la mala corrida de la feria de Otoño. Resultó buena la de San Isidro, que despacharon El Corbobés, Eugenio de Mora y Abellán, destacando por su codicia, recorrido y nobleza los toros Rondeño y Lechuguino, así como un sobrero jugado días más tarde de nombre Ringollano. Excelentes en conjunto fueron también las dos novilladas del hierro filial de Lozano hermanos (formado en1996), tanto la del 26 de marzo, en la que no hubo trofeos, como la del 4 de agosto, en la que Rafael de Julia salió por la puerta grande tras dos grandes actuaciones frente a Pelusa y Pianista, mientras que Corpas cortó una oreja de Cariñoso y Alberto Martín otra de Clarín. Un nuevo éxito se anotó Alcurrucén en San Isidro de 2001, gracias a tres grandes toros de nombres Organillero, Deseado y Pianista, aunque el resto de los lidiados en Madrid no dio la misma talla. Mal juego desarrollaron en general sus hermanos del año 2002, salvando si acaso al castaño Flautista, que desorejó Rivera Ordóñez el 5 de octubre. Y parecido balance fue el de 2003, también con una excepción notable, la de otro castaño de nombre Coplero. Mucha más altura mostró la ganadería en 2004, temporada en la que anotamos varios ejemplares de calidad: Clarín, en la encerrona de Mo-

rante del 11 de abril; el novillo Pocabarba, al que cortó un trofeo Fernando Cruz; Carasucia, del que Uceda Leal logró idéntico premio el 2 de mayo; Pianero, con el que triunfó El Cid en la Beneficencia, y Barbero, de la misma corrida. En las temporadas madrileñas de 2005 y 2006 la ganadería de Alcurrucén tuvo como única aparición la corrida de la feria de San Isidro. El 18 de mayo de 2005 lidió un toro de clase excepcional, Barbudo, colorado bragado con casi 600 kilos, que correspondió a El Cid, además de otros dos buenos: Tamborilero y Afectuoso, con los que César Rincón hizo sendas faenas de oreja, saliendo por la puerta grande. Al año siguiente, El Cid recibió el mismo premio tras la lidia del extraordinario Guitarra y de Musiquero. En 2007 y 2008 los resultados ganaderos de los Lozano en Las Ventas bajaron de tono, con la excepción puntual de algún morlaco. 2009 fue otro de los grandes años de la ganadería en nuestra plaza, con dos corridas en las que saltaron toros completísimos: el 7 de junio el muy bravo y noble Heredero, lidiado por Antonio Ferrera, junto con Afanes y Amable, lote de Rubén Pinar, que salio por la puerta grande. Una semana después se lidió un lote El Cortijillo, hierro formado en 2001 con las reses de origen Núñez que tuvo Palomo Linares, en el que asimismo hubo dos toros estupendos, llamados Peleón y Cantor. En la temporada 2010 saltaron al ruedo madrileño dos novilladas de Lozano hermanos, una corrida de Alcurrucén, en

Pero por encima de todos ellos, nos gustaría destacar tres ejemplares de categoría excepcional, premiados como los mejores de sus respectivas ferias de San Isidro y que perdurarán en la memoria por su bravura, con diferentes matices. El primero tuvo por nombre Arrestado y lo lidió Castella el 25 de mayo de 2011. Fue un toro importantísimo por su bravura, repetición incansable, humillación y gran recorrido, que transmitió una emoción enorme, unida a la clase. El siguiente, y a nuestro juicio más trascendental de los tres, fue el colorado Jabatillo, estoqueado el 27 de mayo de 2015 también por Sebastián Castella, que le corto las dos orejas, siendo premiado con la vuelta al ruedo. Fue un animal que aunó todas las virtudes de un toro bravo: perfectas hechuras, seriedad, gran codicia, duración infinita, galope y una forma de embestir siempre por abajo y con una longitud de embestida impresionante. Sin miedo a exagerar, éste fue uno de los toros más relevantes lidiados en la historia de Las Ventas. Dejamos para el final a Malagueño, que vimos en la última feria de San Isidro y también fue doblemente desorejado por David Mora. Otro gran toro, precioso de hechuras y con la gran virtud de ir a más, tan típica de esta sangre, que mostró un estilo de embestida más templado que los anteriores, también repitiendo y humillando con boyantía y gran nobleza. Arrestado, Jabatillo y Malagueño son un trío de ases que ponen en evidencia la categoría de una obra ganadera, la de los hermanos Lozano. En suma, el mayor y más merecido elogio que puede hacerse a Alcurrucén es afirmar que han sabido mantener la excepcional sangre Núñez que le dio origen, modelándola al contexto actual para seguir haciendo grande la tauromaquia. Por muchos años.

“Los que forman parte de la Fiesta deberían reestructurarla con rigor y seriedad”

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ENTREVISTA

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Pedro Trapote

Se lo decimos por delante. Van a leer al Trapote más personal. Por ello le hemos pedido que hable el hombre, el hijo que fue, el padre que hoy es, incluso el niño que tiempo ha dejó de ser. Rompe plaza solo. Con tono reposado nos comenta lo difícil que está torear incluso teniendo apellido y que tiene la sensación de que a Roca Rey le están quemando, para después pronunciarse sobre Talavante, de quien dice “está que se sale. Aunque no entiendo cómo no le cambian ese look. Él estuvo viviendo en casa mucho tiempo, con Corbacho. La primera vez que le vi en un tentadero ya me hizo pensar en que tenía una muñeca prodigiosa. Tiene el estilo de José Tomás, y su temple, como López Simón, aunque a éste hay que darle tiempo y ver si supera sin secuelas los percances”, dice. Texto: Laura Tenorio Fotografías: Juan Pelegrín

Pregunta | Lo dicho, ¿quién se cree que es?, ¿quién es Pedro Trapote como hombre, padre, hijo? Respuesta | Soy el hijo de un carpintero. Nací al calor de los últimos disparos de la Guerra, en diciembre del 39. Siendo un crío, mi padre me llevó a los toros; él era seguidor de Marcial Lalanda. Aunque yo no entendía las controversias de la Fiesta, pero el espectáculo me fascinó. Después, con el tiempo, como nuestra condición económica era muy humilde me las arreglaba para seguir yendo a los toros. Empecé vendiendo emblemas de Auxilio Social a la puerta de los toros; era como un cartoncito que entonces era obligatorio para poder entrar en los comedores. Así fue como, en las colas de entrada a la plaza, y vendiendo esos cartones a cinco céntimos, los porteros me dejaban pasar gratis. De tifus. Sí, de tifus. Eran pocas corridas, tres o cuatro festejos de feria, que en aquella época eran el gran acontecimiento de la ciudad –Valladolid. Te cuento que siendo mozo empecé a estudiar el Bachillerato con una beca, en el Colegio El Salvador, donde entablé amistad con otro muchacho quien con el tiempo se convertiría en un gran ilustrador taurino: Onésimo Anciones. Éramos muy amigos, teníamos tanta afición que nos íbamos al Matadero a intentar torear las vacas que hubiera; íbamos en bicicleta, siempre uno se quedaba en la tapia, vigilando, mientras el otro intentaba darle trapazos a lo que hubiere. Un día me pilló un tío mío, un hermano de mi padre y ya las cosas se me complicaron.

¿Pero siguió jugando al toro en la calle? Sí,claro, jugaba en la plazuela donde vivía, en San Nicolás. Allí toreábamos de salón de la misma forma en la que hoy juegan al fútbol. Por entonces vi torear a un mexicano, Joselito Huertas y me quedé impresionado; hizo un quite con los pies metidos en la montera.

Cuando en el 47 pasó lo de Linares, en casa recordábamos que el año anterior había ido a verle con mi padre, en una andanada de Sol, en Valladolid. Háblenos de sus hermanos. Mi madre tuvo cuatro hijos varones; mi hermano el mayor murió en un bombardeo, siendo casi un bebé; después estaban los mellizos, quienes curiosamente nunca tuvieron afición, quizá porque como en casa no podíamos permitirnos comprar entradas y mi padre de los tres al que llevaba era a mí por ser el más pequeño, ellos se entretenían más jugando juntos. ¿Qué diría de su madre? Era una señora de mucho carácter, castellana de León, que se tituló en Valdecillas (Santander), como enfermera. Lo pasó mal porque le tocó sufrir las consecuencias de las dos guerras: la Civil española y la Segunda Guerra Mundial. Imagínate con el hambre y las dificultades que había, con mi padre en el Frente, su situación era muy angustiosa. En aquella época la única pensión que había casi era de caridad, el centimillo. Era una mujer recia, con temperamento, muy matriarcal y que fue capaz de sacar adelante a sus hijos. ... Recuerdo que cuando nos fuimos a vivir a Barcelona, mi padre se colocó de acomodador en La Monumental y en Las Arenas, porque las dos eran de Balañá... Lo hizo no tanto por lo que le pagaban de jornal sino más por poder llevarme a los toros y porque yo siguiera con mi afición. Andaba yo ya por los 14 ó 15 años.

No lo he olvidado. A raíz de aquello empecé a ver toros por los pueblos y también a ir a capeas. Se Iba desarrollando mi afición, pero jamás con la idea de poderme enfrentar a un toro. Jugaba al toro, pero no soñaba con ser torero, porque pronto vi mis limitaciones en cuanto a valor y a miedos. ¿A qué diestro recuerda haber alcanzado ver torear? Es un vago recuerdo, porque tenía apenas siete años: mi padre me llevó a ver a Manolete.

Y lo logró. Sí, sí. Yo seguía estudiando. Como se me daba muy bien el baloncesto, me fichó para su equipo el Banco de Bilbao. Después hubo unas oposiciones restringidas para los jugadores que defendíamos los colores del Banco; las aprobé y me fue muy bien, porque en seguida me hicieron director de sucursal, siendo muy jovencito. Fue cuando compré mi primer abono, en el Tendido 5, donde había un sector muy protestón. Éramos un grupo de aficionados que de alguna manera pretendíamos que la Fiesta mantuviera un grado de pureza. Entonces había más corridas de toros en Barcelona que en Madrid, y eso me hacía sen-

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ENTREVISTA

ca me he olvidado de mis orígenes. Los directivos que tengo siempre me están hablando de la rentabilidad, de los impuestos, me piden reajustar la plantilla, ir a los contratos de temporada... Pero yo ¡siempre! lucho por lo contrario. Y de momento lo ha conseguido. De momento estoy ahí, con dificultades, como casi todo el mundo, porque la Crisis está durando ya demasiado, con una fiscalidad cada vez más agresiva y, por lo tanto, cada vez con menos beneficios. Sincérese, diga algún defecto. Muchos, muchos. Pero quizá por donde más me he vencido ha sido por el lado sentimental.

tirme muy orgulloso como aficionado. Viví los momentos más álgidos de Bernadó, Chamaco y de otros toreros catalanes como José María Clavel y Mario Cabré, del que se llegó a hablar mucho sobre su romance con Ava Gadner. A Cabré le vi torear muy bien, sobre todo con el capote; eso sí, tengo mis dudas de si era el miedo, que le atenazaba, lo que le hacía quedarse tan quieto y bajar muchísimo las manos al torear por delantales. Tenía una estética maravillosa. Había otro torero, Manolo Cascales... Pero Cascales no era catalán. No, no, era de Murcia. Tenía ese toreo también de manos bajas. De Barcelona tengo ¡tantos recuerdos! Piensa que llegaba a ver 40 ó 50 festejos en una misma temporada. Chamaco se convirtió en un auténtico suceso allí; le quisieron enfrentar con Bernadó para que hubiera rivalidad. Antonio, muchas semanas, toreaba el jueves, el sábado y también el domingo. Habla de la mejor época de Balañá. Sí, sí, de cuando la tablilla anunciaba a ‘Chamaco y dos más’. Cogí toda su época de novillero. Después apareció Ordóñez quien el día de su alternativa, el repaso que dio, ya lo puede imaginar...A la hora de la verdad, aquello que fue un suceso maravilloso para la Fiesta y que generaba corrillos a la puerta de la plaza, en Las Ramblas y por todos lados había un gran ambiente que, aún siendo catalanista de alguna manera tenía justificación por la cantidad de emigrantes que llegábamos al calor de la oportunidad que Cataluña daba, porque entonces no era discriminatoria como lo es ahora. Todo el mundo tenía la opción de trabajar, aún no habían llegado los planes de desarrollo, y éramos cientos lo que llegábamos de todas partes, muchos éramos aficionados. Se podían ver toros en Tarragona, porque había también una influencia pi-

cassiana y daliniana, con Minuto y otra serie de diestros de por allí. Y aunque el franquismo no lo permitía poco a poco se fueron deslizando los festejos por otras plazas. Recuerdo, por ejemplo, ver toros en Figueras; en los tendidos había turistas, pero también intelectuales y buenos aficionados. Con su primer abono en el bolsillo, ¿la escasez empieza a quedar al margen en su día a día? Pues no tanto. Porque aunque no vivíamos en pensiones, sí en un piso con derecho a cocina, de tal hora a tal hora. Ahí estuvimos hasta que nos concedió una casa el Sindicato, en el barrio de Verdún. Al volver de trabajar andaba 25 minutos desde la última estación de Metro hasta mi casa. ¡Imagínate! O sea, que ha habido que luchar muchísimo. ¿Cuándo fue la última vez que tuvo números rojos en su Cuenta? ¿Números rojos? Bueno, en estos momentos en los que tengo 260 empleados, ¡imagínate lo que son los finales de mes! Y como a pesar de la Crisis y el IVA, no he querido despedir a nadie, pues digo yo que siempre habrá algún número rojo. Aunque personalmente me acoplé a mi salario laboral, para evitar los números rojos. La Crisis, tengo entendido, que la supo planificar. Ah, sí. A los políticos se les llena la boca a la hora de decir y proponer la creación de puestos de trabajos, pero después ni la Administración Local ni la Autonómica ni la Nacional lo hacen posible a través de las competencias que tienen y las legislaciones que elaboran. No dan facilidades, es la gran verdad. ¿Y por qué no he querido despedir a nadie, pese a las circunstancias?, porque nun-

Eso es una debilidad, más que un defecto. Sí, pero cuando lo analizo ya no lo tengo tan claro si es una debilidad o un defecto. Es que me he casado cinco veces, tengo cinco hijos con cuatro señoras distintas, y he probado desde catalana a norteamericana, venezolana, madrileña, etc. Creo que ha fallado algo, que podría ser más bien un defecto por mi parte. Si bien puedo decir orgullosamente que los hijos han vivido siempre conmigo y no con sus madres. ¿Su honestidad, la razón? Hay que intentar ser honesto en todo. Precisamente, si he tenido la vida sentimental que he tenido ha sido por ser honesto conmigo mismo; cuando los sentimientos no han funcionado con mis parejas, he llegado siempre a las soluciones menos traumáticas posibles. Hay que ser honesto con uno mismo para trasladarlo a la educación de tus hijos y que ellos sean capaces de coger ese testigo. Sé que siempre será susceptible de mejora esa actitud generosa que puedo practicar, pero vuelvo a decir que nunca me olvido de mis orígenes y por ello intento ponerme en el lugar de los que se encuentran donde yo estuve en su día. Señor Trapote, ¿cómo se acierta en la vida? Es muy difícil hacerlo. Yo mismo me he equivocado muchas veces; he tenido momentos en los que sólo el esfuerzo y la tenacidad me han hecho remontar. Lo importante es que al final sopeses y sean más los aciertos que los errores. Pero ya digo que yo he tenido muchas equivocaciones. Quizá el tiempo, o sobre todo mis hijos, sean los que hablen de mis posibles aciertos. ¿De qué habla con Felipe González, su cuñado? Bueno, Felipe González es un hombre de Estado con una capacidad más que contrastada. La verdad es que me gusta más escucharle que hablar con él, porque es un pozo de sa-

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biduría, de experiencia. Es una auténtica enciclopedia, lo mismo te habla de botánica que de electricidad, del agua o del petróleo, ¡da igual!, sabe de todo, es un sabio. No solamente está extraordinariamente bien informado sino que tiene además inquietud por seguir aprendiendo, de ahí que profundice en todo, y si a eso le une que tiene una memoria de elefante, es un gozo departir con él. El tampoco olvida sus orígenes. Por descontado, por descontado, nunca. Jamás olvida sus orígenes, a su familia, a su padre, a su madre, a sus hermanos, la vaquería. Es un hombre muy entrañable. Y de afición, ¿cómo anda? Pues mira, él tiene una gran afición por la naturaleza, vamos a ponerlo en primer lugar. Le gusta con locura el flamenco, pero en petit comité, y es un apasionado de la política, es un animal político de tal calibre que le preocupa la globalización, le preocupa Europa, le preocupa España... Todo. González es un universo. Pero ¿y de toros? De toros tiene el gusanillo. De hecho ha escrito no hace mucho un artículo que me lo mandó para que lo leyera por si había puesto alguna barbaridad, me decía. Pero no había nada que objetarle. El problema es que cómo va a una plaza de toros, dónde le colocas: ¿en un palco, en una barrera, en un tendido? ¿Dónde? Le he dicho varias veces que podría acompañarme para que viera a las figuras emergentes. Pero es que no le dejan vivir. Olvídate de las figuras del rock. La gente no le deja. Y él, fíjate, es un hombre muy tímido; socialmente es muy retraído, aunque políticamente es el Top. Ahora lo están comparando con Cánovas del Castillo. Creo que es el político más importante de España. Además, él sigue políticamente evolucionando, ahí ha estado con lo de Venezuela, en lo de La Paz en Colombia, o con el actual momento en España. Haga un símil, por favor: si González fuera torero, ¿quién sería? Pues sería muy difícil encasillarle en un solo tipo de torero. Para mí, el gran torero de mi generación fue Ordóñez, pero veo ahora la austeridad, la seriedad de José Tomás y en muchas cosas González está en esa línea. Él es muy austero, si vieras su casa, que es justo el piso de abajo, sin un ornamento, sólo libros. ¿No dirá que lo tiene puesto de Ikea? Pues ya no sé ni siquiera si llega a Ikea -dice sonriendo. Está todo pintado de gris, no hay casi un mueble y ni una sola pieza de arte. Li-

bros y libros, porque es un hombre que duerme poco y lee muchísimo.

Raúl del Pozo. La división de opinión es algo intrínseco a la Fiesta.

Y usted, ¿qué lee? Estoy releyendo las dos versiones de El Quijote. La de Trapiello y la de Miguel de Cervantes. Y estoy descubriendo que es totalmente actual, después de cuatro siglos.

Por último, ¿qué opinión tiene de la gestión venteña? Todo el que gestione Las Ventas, imagino que quiere lo mejor para la Fiesta, lo que pasa es que no siempre aciertan. Como aficionado me gustaría a veces que los carteles fueran mejores, que se dieran más oportunidades, que se abrieran más los encastes. Lo que más me duele es que los empresarios sean a su vez apoderados y lo que veamos sea un constante cambio de cromos y en los ruedos no haya esa competencia entre los toreros que de verdad les lleve a superarse. Si fuera así, si hubiera verdadera rivalidad cada tarde por ganarse un contrato, la Fiesta tendría mucho más aliciente. Sé que estamos en un relevo generacional, a ver si los jóvenes rompen con los vicios de sus mayores. Mira, el fútbol o el tenis evolucionan constantemente, sin embargo la Fiesta no acaba de hacerlo.

Vamos terminando, pero diga antes en qué cree se pueden parecer los toros y las pensiones. Vamos a ver, los toros da la sensación que están en retroceso, pero yo no me lo creo. Leo mucho sobre la Fiesta y veo al año muchas corridas, voy por todos sitios. No sé si con la necesidad que tienen los ayuntamientos de conseguir votos y de subvencionar, se ha creado un ambiente negativo que lo están aprovechando los animalistas y los nuevos políticos, pero estoy convencido de que la Fiesta se va a mantener por tiempo. Lo que sucede es que son ciclos y lo que hay que hacerla evolucionar con el momento, creo que todos los que forman parte de la Fiesta tendrían que hacer un Seminario para intentar de aquí a medio plazo reestructurarla con seriedad y con rigor. Por eso, respondiendo a la pregunta, creo que las pensiones y la Fiesta están aseguradas. ¿Está usted muy seguro en cuanto a la Fiesta? Sí. Porque la Fiesta está muy dentro de nuestra idiosincracia. Es verdad que puedes leer a Manuel Vicent, pero también tienes a

Tampoco hay relevo en los tendidos. Efectivamente. Y yo lo que digo es que hay que hacer que la mujer se vincule a la Fiesta, hay que pensar cómo, porque si ella va, lo hará también el novio, el marido y los hijos. Hoy la mujer se ha liberalizado y es independiente y tiene que descubrir la Fiesta, la plasticidad y la poesía que hay en ella, así como otros valores que comparte con otras manifestaciones que son socialmente muy aceptadas.

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REPORTAJE

Antonio Bañuelos, o el sueño de una tarde de verano El sueño de los toros que vienen del frío le rondó a Antonio Bañuelos hace ya un cuarto de siglo. De Burgos partió hasta Cádiz, en busca de su Atlántida. Compró el hierro de Paloma Eulate, puro María Isabel Ybarra, añadió “vacas viejas y sementales de Torrealta de la línea de Maribel Ybarra”, con el mismo origen, y se puso a trabajar concienzuda y apasionadamente. Sin salirse del carril de unos ideales: toros cortitos de manos, bien hechos y generalmente no muy cargados de peso, poco a poco consiguió triunfar en plazas de primera con notables resultados, como Zaragoza. Tomó antigüedad en Madrid el 9 de junio de 2011 en la feria del Aniversario. Hasta entonces, sólo había lidiado en San Isidro con suerte dispar.

Largo y profundo embistió "Aseñorado" a la muleta de Javier Jiménez. Texto: David Plaza Fotos: Juan Pelegrín

ero llegó el agosto de 2014 y se destapó con una gran corrida de toros. Varios de nota alta y el triunfo de Leandro y Serafín Marín. “Nada más terminar la corrida, me pidieron una para 2015”. La mala primavera frustró que se lidiara en el ciclo isidril, “por lo que decidimos que estaría más rematada después. Luego, no se encontró momento”, declara. Hubo que esperar a esta temporada. “Por decisión mía, pedí venir en agosto. La corrida toda se lidió cinqueña”. Un puntito de ejercicio cabalístico esconde la decisión, aunque las razones no metafísicas también contaron para el ganadero burga-

lés: “a partir de julio y agosto los toros están más rematados, musculados, que es distinto a como están en primavera, más llenos”. Este reportaje pretende extraer la mirada del ganadero sobre el gran juego de sus toros el pasado 21 de agosto. En los diez veranos de Taurodelta, la de Bañuelos es la ganadería con mejor promedio de orejas (4 en doce toros). Y la única con la que un matador de toros ha conseguido salir por la puerta grande (Javier Jiménez). Dos años después de aquella corrida de 2014, la pregunta es casi obligada: “la del 21, ¿era la corrida que quería traer?”. No lo duda: “era la corrida que quería llevar a Madrid”. Los toros desembarcados, “fueron aprobados

rápidamente, felicitándome por ello el equipo veterinario y la presidencia. Buscaba una corrida de manos cortas, que estuviera muy bien rematada de cuartos traseros y de morrillo. Tenía las hechuras que vamos manteniendo camada tras camada, gracias a los sementales y vacas que hemos conseguido reunir. De pitones, vino con las palas por delante, serios, un tipo de pitón que nos da muy alto en la camada, pero que caben perfectamente en la muleta. De kilos, dio un promedio de 520 Kg. aunque hubo toros por debajo de los 500 Kg.”. Después vino el veredicto del público de Madrid, del que salió bien parado: “se aplaudieron de salida a varios toros y me alegró mucho oír como con toros por debajo de la media tonelada dijeran: ‘ganadero, así

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se viene a Madrid’, eso es precisamente lo que buscamos: trapío, seriedad, kilos justos y buenas hechuras”. Del conjunto a lo individual. Antonio Bañuelos analiza toro a toro un encierro que, a su juicio, tuvo “cuatro toros excepcionales”. 1º, Subastador, nº 30. 530 Kg. Confirmación de Emilio Huertas. “Para mí fue de los mejores de la corrida, junto al sexto. Era muy serio, aunque muy bien hecho. Es el típico toro en el que el torero ve la penca del rabo. En cuanto a juego, tuvo muchísima calidad, recorrido y permitió al torero estar templado. La faena fue larga y el toro duró mucho”. 2º, Arabesco, nº 89. 490 Kg. Correspondió su lidia a David Galván. “Venía de una familia que ha dado toros muy buenos y tenía mucha confianza en él. De presentación me gustó mucho, este toro representaba mucho los orígenes de Maribel Ybarra, con mucha badana, cuello, rematado. Tuvo un comportamiento más cambiante, descolocaba por eso. Tuvo recorrido, toreabilidad y movilidad, aunque fue el de menos temple”. 3º, Lanafrío, nº 7. 502 Kg. Correspondió a Javier Jiménez. “Este toro fue más estrecho que el segundo; más largo y con menos culata. Lo vi bravo en el caballo, donde empujó y humilló, cualidades que siguió teniendo en el último tercio. Fue un toro muy bueno, obediente, pronto. Otras de sus cualidades fueron la transmisión y movilidad. Javier Jiménez estuvo muy bien, siempre firme y seguro. Aprovechó todo lo que el toro

"Aseñorado", lidiado en sexto lugar. Javier Jiménez cortó una oreja y salió a hombros.

tenía dentro y se tiró a matar con mucha verdad, cortando una oreja de ley”. 4º, Palomo Blanco, nº 46. 537 Kg. Correspondió a David Galván. “De la familia de los Palomos/as que mantenemos en homenaje y recuerdo a Paloma Eulate, madre de Borja Prado, y titular del hierro hasta que lo compramos. Una familia que ya venía de las vacas de Ybarra. Todos los años tenemos muchas vacas y toros con el nombre de Paloma/o… Este fue un poco más brusco y el que menos me gustó de la corrida. No presentó grandes dificultades, Galván estuvo muy firme con él, lástima que luego pinchara. Quizás David no tuvo suerte con el lote que se llevó”. 5º, Obrador, nº 26. 564 Kg. Correspondió a Emilio Huertas. “Un toro de hechuras muy ibarreñas. Me sorprendió mucho, porque no estamos acostumbrados a que en nuestra casa pesen tanto los toros. Me daba miedo, pero no le quité peso, estaba totalmente rematado, y me daba miedo que no pudiera mover ese peso, cosa que sorprendente-

"Lanafrío", lidiado en tercer lugar por Javier Jiménez. El sevillano cortó una oreja.

mente sí hizo. Este toro tuvo humillación, temple, calidad y duración. Me dio mucha pena que Huertas no le cortara la oreja porque le hacía mucha falta. Al final, el presidente no la concedió y dio una vuelta al ruedo”. 6º, Aseñorado, nº 34. 497 Kg. Correspondió a Javier Jiménez. “En ese momento la plaza estaba muy animada por lo exitosa que venía resultando la tarde. Este toro tenía, para mí, buenas hechuras. Movilidad, alegría… Fue el toro que más me gustó de toda la corrida. Por el derecho fue muy bueno y por el izquierdo aún mejor, con más recorrido, que supo aprovechar el torero. Javier Jiménez cuajó una gran faena y salió por la puerta grande. Para nosotros, que haya una puerta grande con una corrida de la casa en Madrid también es muy importante”. Antonio Bañuelos cree que “era una tarde de cinco orejas. Es muy difícil que en una plaza de primera como Madrid embistan cuatro toros con tanta calidad”, explica. “La corrida venía abierta, con toros contrastados y con dos toros hijos de toros indultados (3º y 5º) que llevan poco tiempo dando resultados” y que hacen albergar muchas esperanzas al ganadero. “Creo que es importante que el indulto se produzca en la plaza siempre que se lo haya merecido el toro. Nosotros tenemos siete toros indultados en 25 años de historia y tres de ellos vienen de padres indultados”. A Bañuelos le hubiera gustado tener en el campo el lote que correspondió a Javier Jiménez, “me los hubiera llevado sin dudarlo”. De Aseñorado se llevó los testículos, con el fin de sacarle lo que en la jerga veterinaria se denomina “pajuelas” para tener descendientes. “Este toro es lo que buscamos en los ‘laboratorios’, que son los tentaderos, animales que tengan continuidad, duración, temple, forma de humillar, de planear haciendo el avión en la muleta”. Ojalá veamos muchos más como ése.

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ESCUELAS TAURINAS

Tres novilleros con proyección para la final de El Camino hacia Las Ventas 2016 Alfonso Ortiz, Francisco de Manuel y Alejandro Adame consiguieron ilusionar a aficionados y profesionales en el certamen. Con la tradicional Feria de Otoño llega a Las Ventas la final de El Camino hacia Las Ventas, un festejo matinal que supone la guinda del certamen sin picadores más importante de España. Es un cruce de caminos en un escenario que puede lanzar la carrera de un joven novillero y darle a conocer. El nivel del circuito celebrado en 2016 fue muy elevado. El jurado tiene la seguridad de que la final acuartela a los mejores participantes. Los tres proceden de familias muy vinculadas a la Fiesta.

De izquierda a derecha, Alfonso Ortiz, Francisco de Manuel y Alejandro Adame. Texto: Gonzalo Izquierdo Bienvenida Fotos: Alfredo Arévalo, Carlos Pinto y Joaquín López del Ramo

l último en clasificarse fue Alfonso Ortiz. El novillero toreó en las plazas de Las Rozas de Puerto Real y en San Agustín del Guadalix. La segunda tarde, la última del camino, supuso la corroboración de su concepto torero. El jurado valoró especialmente su forma de interpretar el toreo, el empaque y su elegancia natural. La personalidad en su conjunto. Un corte de torero propio del que ha crecido entre capotes. De niño se quedaba ensimismado viendo entrenar a su padre, Marcos Ortiz, banderillero de la cuadrilla de Uceda Leal y Álvaro Lorenzo en la actualidad.

Alfonso considera determinante haber crecido en ese ambiente: “Conocerlo desde la infancia me ha ayudado a admirar el toreo desde la base, además de a decidirme a entregar mi vida por ello”. Con respecto a su paso por el Camino, Alfonso reconoce que “ha sido una gran experiencia poder participar en el certamen que termina en Las Ventas. La primera tarde disfruté, pero no acerté con la espada. En cambio la segunda estaba más presionado porque tenía que mantenerme en tercer lugar para estar en Madrid y pude con la responsabilidad. Hago un balance positivo”. En Perales de Tajuña apareció un torero espigado con rasgos latinos que

cautivó a los presentes. La revelación de la temporada en el escalafón inferior llevó el nombre de Francisco de Manuel. En Collado Mediano ratificó su claridad de ideas y consiguió clasificarse como finalista con la mejor puntuación. El primero de la clasificación general. Francisco de Manuel es hijo de otro profesional del mundo del toro, Manolo Fuentes. Maduró con la preocupación de que le pasase algo a su padre tras vivir algún percance. Siempre tuvo clara su vocación por el toreo. En una de esas tardes de miedo, preocupación, inquietud, se acercó a su padre y le dijo: “El próximo día te quedas en casa y voy yo a torear por ti, no quiero que te pase nada”. Su sueño era lucir los vestidos de torear que veía a diario en casa.

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Ortiz deslumbró con su gran concepto en San Agustín de Guadalix.

Su mayor objetivo es ser “un torero completo, clásico pero con raza y mucha ambición, que es de la única manera que se puede llegar a ser alguien en este mundo”. Pese a la imagen de superioridad de los toreros siempre queda algún resquicio de inseguridad. Francisco de Manuel no deja entreverla de ninguna manera y continúa: “Mi objetivo es expresar lo que siento con cualquier clase de toro a través del poder, sueño con sacar lo que llevo dentro”. El certamen supuso el despegue del torero, “la Escuela confió mucho en mí desde el principio. Llevaba pocos festejos toreados, pero la suerte estuvo de mi lado y pude mostrar mi concepto en las dos novilladas en las que participé. Estoy encantado de la imagen que he dado”. Tanto Alfonso Ortiz como Francisco de Manuel representarán a la Escuela de Arganda del Rey, que dirige la Fundación El Juli. No se lo pondrá fácil el pupilo de la Escuela de toros de El Batán: Alejandro Adame. Hermano de la mayor figura del toreo mexicana, Joselito Adame, y del recién alternativado Luis David Adame,

Alejandro Adame mostró en Collado Mediano su arrolladora intuición.

quien ha sido líder de los novilleros con picadores en la temporada 2016. Los primeros recuerdos taurinos que aparecen en la mente del mexicano son jugando al toro con sus hermanos. De aquella fantasía de suertes imposibles, arriesgados lances y vibrantes rivalidades nació la afición por un mundo del que conoce la gloria y la tragedia. Muchos aficionados se estremecieron cuando vieron como el pequeño de los Adame no podía contener el llanto en una contrabarrera del tendido nueve tras ver como un novillo le atravesaba el gemelo a su hermano Luis David. La regencia, el mayor, a su lado le tranquilizaba. Luis David sangró abundantemente pero terminó la faena y estoqueó en un heroico gesto. Aquella imagen de superación reafirmó al pequeño Alejandro las ganas de ser torero. A finales de junio debutó en Las Rozas de Puerto Real y volvió a gustar en Collado Mediano. Mostró intuición natural, temple, capacidad y gusto perfilándose como favorito. Tiene claro el camino a seguir: “Admiro a todos los toreros y todas las formas de entender el toreo, pero siempre me han lla-

Francisco de Manuel irrumpió con fuerza siendo la revelación del certamen.

mado la atención los toreros con personalidad y naturalidad, ese sello me gustaría alcanzar”. Tener dos hermanos en activo puede resultar una ventaja por los contactos adquiridos o un lastre por los enemigos coleccionados. Pero Alejandro quiere quedarse al margen de las carreras de sus hermanos por lo que su mayor meta es “luchar por mi sueño, con trabajo, sacrificio, constancia y humildad”, dice con rotundidad el mexicano. Para Alejandro Adame fue una auténtica sorpresa que contasen con él para representar a la Escuela de Madrid en El Camino ya que como indica el propio novillero “tuve una fuerte lesión en el mes de marzo, me partí la clavícula, tras recuperarme me propusieron torear. La mentalización fue fundamental. Me alegro que creyeran en mí”. Tres caminos que se juntan el próximo dos de octubre con una novillada de Jandilla en la que tendrán la oportunidad de conquistar la catedral del toreo. En el próximo número de Taurodelta les informaremos de lo ocurrido en dicha final con las declaraciones de los protagonistas. Por otra parte, la final del Certamen de las Escuelas Taurinas organizado por la Comunidad de Madrid en colaboración con Taurodelta y Movistar+ se celebró el sábado 24 de septiembre. San Agustín de Guadalix vivió la última cita del certamen en el que se lidió una becerrada complicada de Santos Alcalde. El vencedor de esta edición fue el novillero portugués Joao D’Alva de la Escuela Taurina de Vila Franca de Xira, que consiguió 22 puntos. El segundo lugar lo ocupó Juan José Villa Villita, de la escuela de Madrid, que obtuvo 20 puntos. El tercer finalista fue Guillermo García, de la misma escuela, que llegó a los 17 puntos.

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HABLANDO EN PLATA

Curro Molina:

“Me gusta torear con el alma” Texto: David Plaza Foto: Juan Pelegrín

rancisco José Salguero Molina, Curro Molina (1974), posee una memoria formidable que sabe utilizar para hablar, para torear y para lo que se le ponga entre ceja y ceja. El gen del toreo lo llevaba programado desde que nació. Por eso, sin antecedentes taurinos, la curiosidad y atrevimiento, le empujaron con tan solo nueve años a apuntarse –porque sí– en la escuela taurina en Alcalá de Guadaira, su pueblo. “Recuerdo cómo los primeros veinte días no me dejaron coger un capote ni una muleta. Me sentaron en el estribo para que viese”. Corrían los meses de 1986 familiarizándose con las trastos hasta que a finales de año pudo ponerse delante de unas becerras y probar ese ‘dulce veneno’ llamado toreo. “La primera vez fue una mezcla de pánico y emoción”. Los profesionales fueron decisivos en ese período formativo “porque nos inculcaron el toreo antiguo: cómo se toreaba y qué había que hacer”. Con apenas 14 años debutó sin caballos en 1988, “unos años maravillosos de mi vida”. Aunque la cifra de festejos no era elevada, la ilusión y ganas de ser figura mantenía a Curro con la llama viva. En 1991 debutó en Sevilla, con tan mala fortuna que su primer novillo le produjo una conmoción cerebral, quedándose inédito. Un año después ganó el Bolsín Taurino de Bailén y en 1994 el de Ciudad Rodrigo, lo que le dio opción a torear el festival del carnaval de la ciudad. Se cuajó con novilladas sin picadores de gran trapío. Estaba preparado para mayores empresas, sin embargo en julio llegó a Sevilla con dos caminos: o triunfaba o lo dejaba. “Al primero lo pinché y perdí la oreja; y en el siguiente di una vuelta al ruedo”. Salió cruz, y se quitó; “a los quince días un amigo me dijo, ¿por qué no te haces banderillero?”. Ese amigo era Adolfo de los Reyes, en aquel entonces novillero con caballos, con el que debutó. Curro tenía 20 años. “En apenas dos meses toreé más de una decena de novilladas con caballos, otras tantas sin caballos,

algún festival y a final de temporada una corrida de toros con El Cordobés”. Pregunta | Curro Molina, prefiere hablar de toreros de plata en vez de banderilleros. Le asiste la razón. ¿Le costó cambiar de rol? Respuesta | Cuesta trabajo cambiar porque uno quiere ser figura del toreo con la espada y la muleta. Tuve que prepararme con el carretón porque yo no había banderilleado. Me lo tomé muy en serio y le cogí el aire enseguida. Tanto que en 1996 su nombre ya estaba en boca de profesionales y aficionados. El 10 de abril toreé la novillada de la feria de abril de Sevilla en la que actuaron Vicente Bejarano, Morante de la Puebla y Rondino. Esa misma noche recibí la llamada de Domingo Valderrama para torear la de Miura el 28 de abril. Estaba muy fuerte, me veía preparado: aposté y gané. Ese año lo terminé con 26 corridas con Valderrama y 30 novilladas sin caballos con Víctor Janeiro. Pasaba de Miura, Victorino, Dolores a las sin caballos. No fue fácil pero conseguí estar a la altura, aplicando mi concepto que siempre ha sido hacer las cosas justas y medidas.

Desde el principio se exigió a usted mismo muchísimo. Tenía muy claro que quería ser figura de los banderilleros. Era una prueba a sangre y fuego. Banderilleaba todos los toros con la misma pureza. Tras la temporada del 96, a tumba abierta, en 1997 le surgieron otros proyectos. Alberto Ramírez, me dio 25 novilladas. Toreé cerca de treinta corridas de toros con Fernando Cepeda, seis con Rafael de Paula, seis mano a mano con Jesulín de Ubrique… Fue mi lanzamiento. Para un “paulista y manzanarista”, como Curro Molina se declara, la llamada de Paula supuso alimento para su alma. “Había toreado en Ronda y una persona cercana al maestro me llamó para decirme que el maestro quería hablar conmigo”. Fueron seis tardes, “mágicas”, como la de Puerta Banús, con Romero, Paula y Manzanares. ¿Qué otros toreros también le han marcado? Cepeda, me dio en aquel momento un calor especial. Ese año 97 Fernando toreó todos los toros con el capote. Son

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cosas que te llenan. Estuve la temporada con él y en 1999, tras cortar la temporada Jesulín, me llamó otra vez. Pero sobre todo los que me han marcado algo muy especial han sido Sebastián Castella y Finito. Con Finito de Córdoba fueron cuatro años. Unos años maravillosos, me trató como algo más que a un torero. La primera, la de 2002, fue muy bonita y larga. La terminamos con 104 corridas de toros. De aquel año me guardo el recuerdo de Sevilla en abril con un toro de Victoriano del Río: me tocaron la música con las banderillas y el capote. ¿Cómo fue aquello de que sonara la música con el capote? Le pegué solamente tres capotazos en la lidia y la gente reaccionó. Después, para cerrarlo había visto que los toreros antiguos le soltaban un pico y se quedaban a una mano para correrlos. Se me vino y le solté el capote como si fuera una larga, quedó precioso. El público se puso en pie y comenzó a sonar la banda. Fue impresionante. Y llegó Sebastián Castella. Sebastián me ofreció hacer la temporada de América de 2006 completa. Casi tres meses. Nunca había estado tanto tiempo. Toreamos más de treinta corridas de toros. Conocer a Sebastián fue un punto y aparte. No había visto a otro hacer las cosas que le hacía a los toros. Me impresionó. A lo largo de los años hemos ido haciendo una amistad muy bonita. Perdón si no soy modesto, pero teníamos mutua admiración. Los cuatro años con él fueron maravillosos. Hasta que llegó la fatídica lesión. Mi forma de banderillear era muy explosiva, de poder a poder. Creo que mi lesión vino por la exigencia que me imponía banderilleando. Comencé a tener roturitas en los abductores, hasta que el tendón se en-

grosó de tantas lesiones. Me infilitré, me operé dos veces, hice de todo. Tras la última intervención, estuve dos años sin poder hacer nada. Comenzaba a entrenar y no podía estar más de diez días seguidos, además se me complicó con un tema de cadera. Lo dejé muy joven. Puedo decir que me marché con la cabeza alta y que me fui feliz y orgulloso de lo que había logrado. Después, apoderó a Javier Conde, montó una empresa y desde hace dos temporadas trabaja de veedor para Sebastián Castella. Ver el toro no es nada fácil, porque como bien dice don Pablo Lozano hay tres tipos de toro: el del campo, el de los corrales y el de la plaza. Es un trabajo de gran responsabilidad. ¿Cómo era, cómo es el capotazo de Curro Molina? A mí me gusta torear con el alma. Yo he sentido el capotazo en las manos, cuando le echaba el vuelo suavemente a un toro notaba esa sensibilidad que luego se veía desde fuera. Por otro lado, está la colocación en la plaza y el empaque. Los capotazos tienen que ser los justos, al toro hay que buscarle el pitón de fuera y pararte cuando embrocas al toro con los vuelos, que es lo difícil. Llevarlo toreado hasta el final y hacerlo con sabor y alma, resumen para mí lo que debe ser la lidia. ¿Y el par de banderillas? Siempre he buscado hacerlo de poder a poder. Primero dejar venir al toro; después, arrancar tú, al principio un poco andando, reunir el par y cuadrar en la cara, para salir de la cara andando. Ese era mi par perfecto. Dónde se ve de aquí en adelante. Ahora, con Sebastián con el que soy muy feliz; y también con Varea, al que apodero. En el futuro no sabría decirle donde me veo, pero intentaré que sea siempre feliz.

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LAS RAZONES DEL AFICIONADO

La gran paradoja Texto: José Carlos Arévalo Fotografía: Juan Pelegrín

l antitaurinismo se basa en un complejo de culpa del hombre con respecto al animal que nada tiene que ver con la corrida de toros. A dicha culpabilidad podríamos ponerle fecha si alguien hubiera escrito una historia natural de la humanidad. Personalmente, sospecho que se fragua al mismo tiempo que la revolución industrial y la explosión demográfica, cuando comienzan el cerco y, en muchos casos, la destrucción de la fauna. Durante el siglo XIX la agricultura industrial arrancó al bosque una ingente cantidad de kilómetros cuadrados, lo que expulsó a algunas especies de su hábitat, destruyó a otras y cerró a muchas los caminos de su nomadeo. En paralelo, el desarrollo de la industria impulsó la concentración y ampliación de masas humanas en urbes con un crecimiento demográfico vertiginoso. Más tarde, también como consecuencia de estas inmensas concentraciones urbanas, a las que se sumó la industrialización de la pesca y el transporte marítimo, sucedió la contaminación del mar y los subsiguientes acoso y destrucción de sus especies. Concentrados los humanos en grandes urbes, se enjauló a la fauna dedicada al consumo alimenticio en campos de concentración animal, por tierra y mar, donde viven estabulados, encajonados, y se los manipula genéticamente en muchos casos, así como se manipula químicamente su nutrición, en aras de multiplicar la productividad nutritiva y reproductiva. Calculan los naturalistas que alrededor de cincuenta mil millones de animales malviven y se transforman en tales condiciones. No es de extrañar que un inmenso complejo de culpa sacuda a los humanos, sobre todo en las áreas más industrializadas del mundo occidental. En el marco europeo, España fue una excepción. Debido a su aislante orografía y a su automarginación científica y cultural, su población, poca y dis-

persa, ha sido secularmente poca: a finales del siglo XVIII poco más de 10 millones. Su desarrollo industrial data de los años sesenta del pasado siglo y en paralelo acontece el crecimiento de sus urbes: su territorio rural, siempre poco poblado, logra semi vaciarse en la segunda parte de dicho siglo. Pero antes, a principios del XIX, una subraza bovina, la del toro de lidia, protagoniza una conquista insólita de la fauna*: preservar y mejorar su hábitat, un territorio extensivo donde vive libre y crece de acuerdo con su desarrollo biológico natural y presenta una tasa de muerte por depredación muy baja, tal vez la más baja entre los mamíferos, no alcanza el 7%, desde luego infinitamente menor que la del resto de bovinos. Y esto sucede por dos razones: una, a las poblaciones de la península Ibérica, del sur de Francia y de algunos países latinoamericanos, les gusta jugar al toro, por lo que salvan y protegen al bovino agresivo de su extinción; y dos, porque a partir del siglo XIX, gracias al desarrollo creativo de la lidia y a la subsiguiente construcción de plazas cerradas, el precio de la bravura supera con mucho el precio de la carne. La creación de la ganadería de bravo es el punto de partida del ecosistema que diseña el ciclo ecológico que traza la vida del toro, cuyo punto final es su lidia y muerte en la plaza. La corrida de toros tiene un origen muy antiguo, el de la coexistencia natural del hombre con el animal salvaje: la caza. En efecto, la predación, ni buena ni mala, es un hecho natural necesario para la preservación y evolución de las especies. La humana, debido a su condición supranimal termina por obviarla –la predación en serie, industrializada, es otra cosa–, pero una pulsión ancestral, la nostalgia de su origen natural, le devuelve a ella: así inventa la caza y pesca deportivas, y el toreo**. Y su desarrollo, sometido a vedas y reglas, las convierte en un paradigma ecológico que las legitima éticamente frente a la destrucción del hábitat perdido por los demás animales

domésticos, y en contraste con su manipulación biológica, nutritiva y existencial. El caso de las corridas de toros es muy contundente. Sin ellas, el toro bravo se habría extinguido y su hábitat, desaparecido: en torno a setecientas mil hectáreas de bosque, marisma o dehesa, refugio de otras especies y verdaderos pulmones del territorio, ya no existirían. Esta es la gran paradoja del antitaurino. Una paradoja vergonzante: su carencia de argumentos para una producción agropecuaria sostenible y su cerril agresividad contra la caza y pesca deportivas y el toreo. * Seamos rigurosos, concedamos que otras especies, las ovina, caprina, porcina y, parcialmente, la bovina mantuvieron en España, hasta nuestros días, notables espacios vitales, aunque no tan reglados y bien conservados como el del toro de lidia. ** Las inusitadas prestaciones cinéticas del toro bravo desarrollaron el primitivo acto de caza y/o sacrificial en una acción dramática, la lidia, regulada ética y etológicamente, aspectos tratados en artículos precedentes de esta serie de Taurodelta.

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LA IMAGEN DEL MES

Las figuras, por Víctor Barrio

as máximas figuras, la plaza de Valladolid llena, como se suele decir, hasta la bandera. La Infanta Elena en los tendidos. Todo en memoria de Víctor Barrio. La nómina de toreros, excelsa, prácticamente imposible de mejorar en estos días: En cabeza, José Tomás, compartiendo cartel con Juan José Padilla, Morante de la Puebla, El Juli, José María Manzanares y Alejandro Talavante. Todos ellos lidiaron toros de lo mejor del campo bravo, no cabía más lujo en las divisas. Raquel, la viuda de Víctor, recibió los sinceros brindis de todos los matadores, las ovaciones conmovidas del público presente. La mayoría de esos aficionados no lo vieron torear jamás. En Valladolid nunca pegó un natural ni toreó esas divisas con frecuencia, si es que alguna vez lo hizo. Los toreros que lo homenajearon no compartían carteles ni ferias con Víctor. Tal vez el homenaje que más justicia haría con la memoria del torero fallecido sería abrir esos carteles, dejar que la enorme cantidad de toreros modestos, como él, tengan más oportunidades, que los públicos de las grandes plazas también los conozcan. Sería una forma extraordinaria de honrar su memoria y, de paso, hacer más rica la tauromaquia.

Texto: Juan Pelegrín Foto: Joaquín Arjona

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