Número 77 de la revista Taurodelta

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nº 77 agosto de 2016

Revista oficial de la plaza de toros de Las Ventas

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Víctor Barrio, en el recuerdo

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La familia Passanha-Sobral: historia de afición y renacimiento

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Álvaro de Luna: “Si de mí dependiera, no cerraría una sola plaza de toros”

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Carlos Ávila: “Eficacia es la palabra que resume lo que debe tener un banderillero”

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David Cordero: “No soy un artista; de serlo, solo con carácter ocasional”

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Temporada Taurina

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SUMARIO nº 77 • agosto de 2016 nº 77 agosto de 2016

Revista oficial de la plaza de toros de Las Ventas

Q

Víctor Barrio, en el recuerdo

Q

La familia Passanha-Sobral: historia de afición y renacimiento

Q

Álvaro de Luna: “Si de mí dependiera, no cerraría una sola plaza de toros”

Q

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Carlos Ávila: “Eficacia es la palabra que resume lo que debe tener un banderillero”

Q

David Cordero: “No soy un artista; de serlo, solo con carácter ocasional”

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Q

Temporada Taurina

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Ilustración de Portada: Toro de luces.

Obra de David Cordero, primer accésit del Concurso de Carteles Taurodelta 2016

Edita: Taurodelta S.A. - C.I.F. A20620456

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Dirección: José María Baviano, b+c Comunicación. byc@byc1.com Coordinación y edición: b+c Comunicación. byc@byc1.com Redacción: José Ignacio de la Serna, David Plaza, Juan Pelegrín, Javier Bajo y Gonzalo Bienvenida. prensa@taurodelta.es.

Tfno: 91.356.22.00. Ext. 241 y 224.

Fax: 91.361.43.43.

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Temporada Taurina

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Reportaje: Victor Barrio, en el recuerdo

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Clásicos ganaderos: Passahna-Sobral

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Entrevista con: Álvaro de Luna

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Los minutos de silencio en Las Ventas en un protocolo

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Hablando en Plata: Carlos Ávila

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Las razones del aficionado: Hechos y Prejuicios

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La imagen del mes: Víctor Barrio, in Memoriam

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Colaboradores en este número: Joaquín López del Ramo, Laura Tenorio y José Carlos Arévalo.

Diseño, Producción e Impresión: Nueva Imprenta, S.L. La Granja, 45.

28108 Alcobendas. MADRID. Tel.: 91 662 48 68 Maquetación: Javier Jiménez de Molina.

Publicidad: Taurodelta, S.A.

Plaza de Las Ventas

Visítenos en la web: www.las-ventas.com

Depósito legal: M-10844-2007

Puede acceder a los contenidos de todos los números de la revista en www.las-ventas.com Información sobre actualidad y actividades en la Plaza de Las Ventas: 902 1931 66

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NOTICIAS Departamento de comunicación de Taurodelta

La agencia EFE, premio Taurodelta a la mejor labor informativa de la pasada Feria de San Isidro El pasado 14 de julio, la agencia de noticias EFE obtuvo el premio Taurodelta 2016 a la mejor labor informativa sobre la pasada Feria de San Isidro, según fallo del jurado emitido ese mismo día. Este premio está dotado con 4.500 euros.

El jurado valoró el completo trabajo realizado por la agencia en el aspecto informativo, así como la excelente labor crítica de las crónicas de Paco Aguado y Javier López, en las que sobresalió la neutralidad y el rigor de los datos. Se valoró la gran repercusión que el trabajo de la agencia tuvo en multitud de medios españoles e hispanoamericanos y, además, la constante e importante cobertura prestada a las actividades culturales y divulgativas organizadas en Las Ventas durante la feria.

El jurado valoró también de forma especial los trabajos presentados por 6toros6, y el conjunto de crónicas publicadas por José Antonio del Moral en La Gaceta y por Rafael Navarro en burladero.tv.

Por su parte, José Manuel Álvarez Briones obtuvo el premio de fotografía periodística, dotado con 2.500 €, por el trabajo sobre la cogida de Morenito de Aranda publicado en NTR México. El jurado destacó la oportunidad periodística de la instantánea y la exclusividad de una imagen de gran impacto.

El jurado decidió mencionar especialmente las imágenes presentadas por Ana Escribano de uno de los momentos más emotivos de la feria (el brindis de David Mora al doctor García Padrós), publicada en burladerosdos.com, y por Paloma Aguilar de la Puerta Grande de

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Fotografía de José Manuel Álvarez Briones, Premio Fotografía Periodística de la Feria de San Isidro 2016.

Manzanares y López Simón, publicada en el diario ABC. Los premios periodísticos Taurodelta, en su duodécima edición, fueron convocados el pasado 6 de mayo y el plazo de presentación de trabajos concluyó el viernes día 8 de julio. El jurado de los premios, compuesto por miembros de la dirección y del departamento de comunicación de Taurodelta, agradece la colaboración de todos los profesionales que han remitido sus trabajos.

La Feria de Otoño se celebrará entre el 29 de septiembre y el 2 de octubre El pasado 18 de julio el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid autorizó a Taurodelta a adelantar en una semana el calendario inicialmente previsto para la programación de la Feria de Otoño 2016, que finalmente se anunciará desde el jueves 29 de septiembre hasta el domingo 2 de octubre y en el que se incluirán en el abono tres

corridas de toros y una novillada con picadores. La temporada concluirá con una novillada con picadores el domingo 9 de octubre y una corrida de toros el 12 de octubre.

El órgano administrativo de la Plaza de Las Ventas también autorizó a Taurodelta, de acuerdo con la posibilidad recogida en el vigente pliego de condiciones, a cambiar la fecha y modalidad del espectáculo que inicialmente estaba previsto organizar el lunes 25 de julio, festivo en la Comunidad de Madrid. La celebración de este festejo supondría exceder en uno los espectáculos comprometidos por Taurodelta para toda la temporada, por lo que la solución finalmente adoptada fue programar una novillada mixta matinal el domingo 2 de octubre, dentro de la Feria de Otoño pero fuera del abono.

En esta novillada, como es habitual, se lidiarán seis erales para los tres finalista de la edición 2016 de Camino hacia Las Ventas, pero se programará también la lidia de dos utreros para la presentación

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con caballos en Madrid del triunfador del pasado año, Carlos Ochoa. El festejo, de ocho reses, comenzará a las 11:00 horas.

Taurodelta cierra los cinco carteles de agosto en Las Ventas El pasado 29 de julio Taurodelta dio a conocer los carteles de los cinco festejos que componen la programación del mes de agosto en la Plaza de Las Ventas, tres corridas de toros y dos novilladas con picadores, que comenzarán a las 19:00 horas. Los carteles son los siguientes: Domingo 7 de agosto: toros de El Ventorrillo para Ricardo Torres, David Galán y Pepe Moral.

Domingo 14 de agosto: novillos de Toros de la Plata para Mario Sotos (de Hinojosa, Cuenca, presentación en Madrid), Gerardo Rivera y Ruiz Muñoz.

Lunes 15 de agosto: toros de El Montecillo para Eugenio de Mora, Matías Tejela y Román.

Domingo 21 de agosto: toros de Antonio Bañuelos para David Galván, Emilio Huertas (de Santa Cruz de Mudela, Ciudad Real, confirma alternativa) y Javier Jiménez.

Domingo 28 de agosto: novillos de El Risco para Mario Diéguez, Sebastián Cáqueza (de Choachí, Colombia, presentación en Madrid) y David Martín (de Sevilla, presentación en Madrid).

Taurodelta felicita al Ayuntamiento por la iniciativa de considerar la Feria de San Isidro como evento de interés general Taurodelta, empresa gestora de la Plaza de Las Ventas y organizadora de la Feria de San Isidro durante los últimos diez años, considera de gran importancia la iniciativa adoptada el pasado 27 de julio por el Ayuntamiento de Madrid de considerar de “interés general” la mencionada feria y comparte la alegría de todos los sectores económicos, sociales, culturales y turísticos a los que esta posibilidad devuelve la confianza en un evento que se ha consolidado como la cita más importante de la tauromaquia mundial.

Durante la Feria de San Isidro, que este año ha llegado a su septuagésima edición, se han vendido más de 600.000 localidades entre públicos de todas las edades, nacionalidades y culturas.

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TEMPORADA 2016

RESEÑAS

Fotos: Juan Pelegrín

Reseña del 3 de julio

Temporada 2016

Oreja para Daniel Menés en su presentación JOSÉ MANUEL: palmas y silencio con dos avisos.

CURRO DURÁN: Silencio en su lote.

DANIEL MENÉS: Una oreja y silencio.

SE LIDIARON SEIS NOVILLOS DE SEPÚLVEDA. 1º Nº 59, Cigarrero, negro, 453, 10/12 • Silencio 2º Nº 56, Yegüero, colorado chorreado en verdugo, 498, 9/12 • Silencio 3º Nº 1, Enrejado, negro, 466, 2/13 • Palmas 4º Nº 2, Baratero, negro bragado meano, 509, 10/12 • Silencio 5º Nº 17, Minador, negro, 512, 10/12 • Silencio 6º Nº 60, Huevero, colorado chorreado en verdugo, 506, 12/12 • Silencio

Derechazo de Daniel Menés.

Daniel Menés cortó una oreja en su presentación en Las Ventas. El torero madrileño destacó por su enorme variedad y entrega con el capote toda la tarde. Una faena de mucho tesón, con pasajes de calidad y también variedad le entregó, tras una estocada certera, la oreja del tercer novillo. No pudo redondear su tarde con el sexto. También se presentó el murciano José Manuel, que dejó constancia de buenas formas y oficio, además de banderillear con soltura. Curro Durán se enfrentó al lote con menos posibilidades de la tarde sin volverle la cara.

Reseña del 10 de julio

Temporada 2016

Oreja para El Gallo en una tarde marcada por el recuerdo de Víctor Barrio DAVID DE MIRANDA: Silencio con un aviso y saludos.

AITOR DARÍO EL GALLO: Saludos y una oreja.

JESÚS MARTÍNEZ: Saludos con un aviso y vuelta al ruedo.

SE LIDIARON SEIS NOVILLOS DE CARRIQUIRI. 1º Nº 25, Flauto, colorado, 506, 11/12 • Silencio 2º Nº 15, Doctor, negro listón chorreado en morcillo, 503, 1/13 • Palmas 3º Nº 35, Barba-Azul, colorado chorreado en verdugo, 507, 4/13 • Pitos 4º Nº 23, Peluso, castaño bocidorado, 509, 4/13 • Palmas 5º Nº 30, Flamenco, colorado, 522, 12/12 • Palmas 6º Nº 6, Jaboncillo, castaño albardado, 536, 1/13 • Silencio Aitor Darío El Gallo cortó una oreja en su presentación en Las Ventas. Consiguió el trofeo tras la lidia del quinto, al que toreó con buen trazo, sobretodo por el derecho y en los remaAitor Darío El Gallo paseó una oreja del quinto. tes. También dio una buena impresión en su presentación Jesús Martínez, que dio la vuelta al finalizar su labor con el sexto. Destacó en un primoroso quite a la verónica al quinto. David de Miranda, muy por encima de su lote, dejó detalles de gusto frente a dos novillos que se apagaron enseguida. Se guardó un emotivo minuto de silencio en memoria de Víctor Barrio.

Reseña del 17 de julio

Temporada 2016

Luis Manuel Terrón, herido; buena novillada de Fernando Peña MARIO ALCALDE: Silencio, saludos y silencio en el que mató por Terrón.

LUIS MANUEL TERRÓN: Saludos. Herido por el quinto.

ALEJANDRO CONQUERO: Silencio en su lote.

SE LIDIARON SEIS NOVILLOS DE FERNANDO PEÑA. 1º Nº 6, Senador, negro listón girón, 475, 10/12 • Ovación 2º Nº 20, Carabinero, castaño, 502, 10/12 • Palmas 3º Nº 128, Malsanado, negro listón chorreado, 455, 2/13 • Ovación 4º Nº 34, Escardador, ensabanado mosqueado, 518, 10/12 • Ovación 5º Nº 40, Violinista, negro salpicado, 505, 11/12 • Ovación 6º Nº 72, Cantor, negro entrepelado bragado, 497, 11/12 • Silencio

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Luis Manuel Terrón, que se presentaba en Las Ventas, fue herido de gravedad en el muslo derecho por el quinto novillo. Con el novillo de su presentación se mostró firme y aunque la faena pecó de cierta irregularidad, saludó al arrastre. Mario Alcalde dejó constancia de su buen trazo en dos faenas un tanto frías con un buen lote de Fernando Peña, que lidió una novillada de muy buena nota. Cuatro de los novillos fueron ovacionados en el arrastre.Alejandro Conquero pisó el ruedo de Las Ventas con mucha voluntad y empezó ambas faenas con buen aire sin que llegara a concretar ninguna de las dos.

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RESEÑAS

Reseña del 24 de julio

Temporada 2016

Oreja para Maestro y Salguero; Belando y Salguero, heridos MIGUEL MAESTRO: Palmas, silencio en el que mata por Belando y una oreja.

PABLO BELANDO: Herido por su primero con pronóstico “muy grave”.

TULIO SALGUERO: Oreja, silencio y silencio con un aviso.

Herido por el sexto con pronóstico “menos grave”.

SE LIDIARON SEIS TOROS DE ARAÚZ DE ROBLES. 1º Nº 56, Lodazal, barroso claro, 491, 1/13 • División 2º Nº 52, Carretera, negro listón, 443, 6/13 • División 3º Nº 66, Jilguero, negro listón bragado, 486, 5/13 • Silencio 4º Nº 68, Escritero, negro listón chorreado, 451, 5/13 • Palmas 5º Nº 53, Espontáneo, negro listón chorreado, 485, 3/13 • Silencio 6º Nº 50, Chirón, barroso bragado meano, 513, 1/1 • Silencio

Miguel Maestro dejó buenas sensaciones en Las Ventas.

Miguel Maestro y Tulio Salguero cortaron una oreja. El propio Salguero y Pablo Belando, este con tres heridas de carácter ‘muy grave’ resultaron cogidos en la novillada de Araúz de Robles. Pablo Belando muleteaba al segundo cuando se lo echó a los lomos. En el suelo volvió a levantarlo con violencia provocándole tres heridas, la más grave de ellas en la espalda que alcanzó hasta el pulmón. Salguero fue cogido entrando ya a matar al sexto de la tarde. Miguel Maestro anduvo con oficio y buen aire toda la tarde y fruto de eso cortó la oreja del cuarto, un manso al que toreó a favor de querencia. Salguero cortó la oreja del tercero en una faena de mucha voluntad y actitud por parte del extremeño. Ni el quinto ni el sexto le permitieron rematar su triunfo. La novillada de Araúz de Robles se comportó en general con nobleza pero con falta de motor en el último tercio

Momento de la cogida de Pablo Belando.

Tulio Salguero, que paseó un trofeo, fue herido por el sexto.

Reseña del 31 de julio

Temporada 2016

Mario Palacios pierde un trofeo por la espada MIGUEL MAESTRO: Silencio con un aviso al arrastre de sus dos novillos.

MARIO PALACIOS: Silencio con un aviso y saludos.

AITOR DARÍO EL GALLO: Saludos y silencio.

SE LIDIARON SEIS NOVILLOS DE ADELAIDA RODRÍGUEZ. 1º Nº 4, Vaporisto, negro, 460, 10/12 • Palmas 2º Nº 19, Pintadito, negro, 464, 9/12 • Palmas 3º Nº 9, Cabañoso, negro, 515, 9/12 • Silencio 4º Nº 15, Carablanco, negro, 516, 9/12 • Silencio 5º Nº 24, Fumado, negro, 473, 10/12 • Ovación 6º Nº 25, Forzudo, negro bragado, 474, 9/12 • Silencio Mario Palacios perdió un trofeo por el mal uso de la espada tras su faena al quinto, un novillo encastado que fue ovacionado en el arrastre. Palacios anduvo firme con el utrero llegando a los tendidos. Las manoletinas finales caldearon el ambiente que el acero enfrió de golpe. Aitor Darío El Gallo dejó una buena impresión de nuevo en Las Ventas. Toreó con gusto con el capote en cuantas oportunidades tuvo y demostró que le gusta hacer las cosas despacio y con torería. Miguel Maestro no tuvo un lote que le permitiera el lucimiento y lo despachó con oficio.

Mario Palacios dejó una excelente sensación en Las Ventas.

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PINTORES TAURINOS

David Cordero, Primer Accésit del Concurso de Pintura Taurodelta 2016.

“No soy un artista; de serlo, solo con carácter ocasional” me costó más de lo que pagué. Después, he comprado alguno más, pero ya en España.

David, ¿era la primera vez que se presentaba al Concurso de Taurodelta?

La segunda; el año pasado presenté otra obra que no ganó, pero la eligieron para ilustrar uno de los programas de mano. Era una chaquetilla sobre fondo oscuro.

Como aficionado, que es como le gusta a usted identificarse, díganos qué faenas llenan su particular galería de momentos venteños. ... Recuerdo la de Paula, en la Feria de Otoño, al toro de Benavides; y la tarde de los seis toros del Capea o la de Roberto Domínguez; la de la confirmación de Aparicio, en el 94, con el toro de Alcurrucén; también, y más reciente, la faena de las dos orejas de Juan Mora.

Toro de Luces, de David Cordero, primer accésit del Concurso de Carteles Taurodelta 2016.

Texto: Lateva

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enía siete años cuando empezó a ir a Las Ventas. Su abuelo –acomodador– solía llevarle a los festejos de domingo fuera de feria. Cuando el buen hombre faltó, empezó a ir con su madre -buena aficionada-, a los tendidos altos del 7 y del 8. Hoy, David Cordero tiene 44 años, se encarga de los negocios familiares de joyería y deja claro que él sólo es aficionado, “no soy un artista, o de serlo, únicamente con carácter ocasional. Llevo años haciendo fotografías taurinas, de ahí el cartel, Toro de luces, que compuse con distintas piezas bordadas de una vieja chaquetilla y que envié al Concurso de este año”.

Pregunta | Como no le puedo preguntar por la técnica, dígame cómo se le ocurrió la idea.

Respuesta | Necesitaba llenar las paredes de mi casa y quería cosas taurinas.

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Por internet localicé unos vestidos de luces antiguos, más o menos de 1930. Estaban en Puerto Rico, los vendía un italiano que no sabía a quién habían pertenecido. Cuando me llegaron, estaban en muy mal estado, así que los hice piezas como ya he dicho y con ellas, combinándolas, di forma a la cabeza de toro del cartel. Utilicé las mangas, la trasera de la chaquetilla y las hombreras. Antonio, el sastre de Fermín, cuando lo vio me dijo que parecía una langosta, de modo que lo he bautizado con ese nombre, como Langosta.

Jajaja, ¿ha sabido la procedencia de esos trajes?

Investigué un poco, pero no logré averiguar mucho. Sé que el sastre que los hizo era de Madrid, por lo que podía leerse en los restos de las etiquetas que traían. Estaban cosidos enteramente a mano, todo. Pagué por ellos alrededor de unos 300 dólares, aunque el envío

¿Quién es su torero?

Curro Romero. Le seguí sus últimos años en activo, era un torero que me llenaba. No estando él, Morante, Curro Díaz... También he seguido por amistad a David Mora. De José Tomás reconozco que es de los que mandan dentro y fuera de la plaza, torea muy puro, pero me gusta más otro concepto. Y a Ureña le valoro mucho por su entrega y capacidad. ¿Y de la nueva hornada?

De los jóvenes, el que más me gusta es Garrido.

Para terminar, ¿cuál es su plaza?

Aunque Las Ventas es la más importante, sin duda que el referente, y donde más toros he visto, siendo sincero mi plaza es la de Ceret (Francia). Llevo yendo desde el año 2000 y he podido exponer mis fotos en distintas ocasiones.

Eso sí, vuelvo a decir que no me considero ni artista ni nada que se le parezca, sólo soy un aficionado al que le gusta la fotografía taurina.

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ENTREVISTA

Víctor Barrio, en el recuerdo

Cuando el segoviano Víctor Barrio pensó en el toreo era profesor de golf. En efecto, dirigía un campo de golf que atendía a los aficionados recién instalados en las nuevas urbanizaciones que proliferaron a principios de siglo.

Pero él había nacido allí, en Grajera, de familia sepulvedana, y se había criado en Sepúlveda. Era hijo de la tierra, de la Castilla profunda, por lo que desde adolescente jugaba al toro. Quien conozca la comarca taurina que comprende tanto Pedrajas de San Esteban, Íscar y Cuéllar, como Cantalejo, Carbonero el Mayor, Turégano y Sepúlveda, sabe de encierros y capeas, de novilladas bien programadas y hasta de corridas estelares. Y sabe que dicha comarca dio a la historia del toreo una gran figura, el sepulvedano Victoriano de la Serna.

Texto: José Carlos Arévalo Fotos: Juan Pelegrín y Julián López

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l ensamblaje de encierro y lidia es total. Por eso, en medio está la capea, donde la capa y la muleta sustituyen a la carrera y el mozo corredor y recortador se hace torero. Víctor fue uno de ellos. Experimentó, como diría el sabio Alameda, la emo-

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ción de la templada huída y el temblor de la apasionada entrega a la embestida. Y cuando descubrió que la violencia del toro se puede dirigir, que su agresividad se puede templar, quiso ser torero.

Era el swing del golfista cargado de vida y muerte, la mágica quimera del toreo.

EL FULGOR DE UN TORERO TARDÍO “Pero al principio de todo, recuerda el gran banderillero ya retirado Carlos Ávila, Víctor no sabía ni coger los trastos. Le costó mucho torear de muleta con la mano derecha. Por fin, le indiqué que lo hiciera sin ayuda y cuando se acostumbró pudo armarla con el estoque sin que el cite pareciera una cuchara”.

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Víctor Barrio, sacando a hombros al novillero Carlos Ochoa en Las Ventas.

Sin embargo, “el toreo lo tenía metido dentro, observa el ganadero Pablo González, su mentor y apoderado. Al empezar, cuando hacía tapia en mi casa, le echaba a las peores vacas, aquellas que los matadores habían dejado por imposibles, para disuadirle. Y resulta que las daba plaza, las llamaba, se quedaba quieto como un poste, las hacía pasar, las sobaba y, poco a poco, las acoplaba y las cuajaba. Era algo violento, los matadores lo miraban con cara de poker, así que pronto tentó él solo las vacas”.

“El toreo se lleva dentro, es un instinto que se tiene o no se tiene, asevera Carlos Ávila. Pero para que se manifieste, para que se despliegue templado y consciente, hace falta valor, el valor de pensar mientras la violencia del toro te acosa”. “Y vaya si tenía valor, añade Chano Briceño, picador en su cuadrilla desde el principio. Era un soldado, se clavaba en el sitio que elegía para torear y de allí no le sacaba el toro ni nadie”. “Recuerdo un día, continúa Ávila, era una de sus primeras novilladas picadas, to-

Víctor Barrio junto a Pablo González, quien fuera su apoderado y mentor.

reábamos en Cantimpalos, y cuando fuimos a enlotar descubrimos que los novillos no pertenecían a la ganadería anunciada. Llevaban el hierro de Isaías y Tulio Vázquez. Estaban vareados, bien armados y eran muy fibrosos. Víctor dijo, hemos venido a torear y vamos a torear. La novillada salió muy peligrosa, agresiva y defensiva, con mucho genio.

Pero la toreó como si fuese buena, se puso con la misma verdad que permite el toro noble, y a uno le cortó la oreja”.

“Lo bueno de Víctor, prosigue Briceño, es que las cosas sucedían como antiguamente. Sus triunfos traían cola, se expandían por toda la comarca. Llamaban, entonces, empresarios y concejales.

Y cobraba siempre por torear, y su cuadrilla también, lo legal. Era un tío legal con la cuadrilla, el matador, pero también un compañero más. No admitía la coba, ni mentiras consoladoras, sólo apreciaba la crítica, y cuanto más sincera, mejor”. “A veces era osado, afirma Ávila.

Recuerdo que un día toreamos una novillada de José Escolar, en Saint-Sever. Sa-

Exaltación de odio en las redes sociales La trágica muerte de Víctor Barrio trajo consigo una explosión incontrolada en las redes sociales, que se pronunciaron exaltando en algunos casos las peores y más encendidas muestras de odio de cientos de usuarios. Fue –y sigue aunque con mucha menos intensidad– tan vergonzante la actitud de algunos que Policía y Fiscalía General del Estado trabajan para encontrar motivos de delito y demandar estos mensajes por tres vías que están siendo exploradas: delitos de odio, insultos y amenazas. Por su parte, el equipo jurídico de la Fundación del Toro de Lidia, trabaja también para personarse como acusación de la familia de Víctor Barrio. Algunas denuncias ya han sido presentadas en comisaría. Mientras tanto se estudian una por una las más de 5.000 capturas de pantalla que tienen registradas el despacho Cremades&Calvo-Sotelo con el objeto de interponer las correspondientes demandas que se ajusten a derecho.

David Plaza

lió magnífica, le chorreaba la clase, se deslizaba como la seda. Pocos días después, le llamaron de Calasparra, donde se lidia un novillo muy serio y de importantes ganaderías. Eligió otra vez la de Escolar. Me pareció una ingenuidad.

Claro, salió pegando bocados. ¿Pero cómo le ibas a quitar la razón si la desorejó y fue el triunfador de la Feria?”.

EL TOREO DE VÍCTOR BARRIO La primera vez que vi a Víctor Barrio en una plaza de toros fue en Sepúlveda. Fui con el aficionado mexicano Marcos Antonio Ramírez, también empresario de Morelia y dueño de la biblioteca y pinacoteca taurinas más completas del mundo. A Marcos, que pasa parte de los veranos en Madrid, le gustan mucho las fiestas de toros rurales. Aquel día, por la mañana había rondallas y bailes populares en las calles, un cordero excepcional y vino de la Ribera a medio día, y novillada por la tarde. No recuerdo quiénes acompañaban a Víctor en la terna, pero eran buenos novilleros. Sin embargo, allí no pasaba nada hasta que salió el tercer novillo y Barrio se hizo presente. Decía Luis Miguel Dominguín que para ser figura hay que tener hombros de protagonista. Yo no entendí su afirmación hasta que me la explicó una tarde en su habitación del hotel Villamagna, convaleciente de una herida que le había inferido un jabalí al que intentó torear. Me aclaró: “Tiene hombros de protagonista el actor que roba plano a los demás, aunque estos hablen y él esté callado. Los tiene el torero al que mira el público aunque otros estén toreando”.

Los hombros de protagonista se tienen y se ganan. “No es porque sí, re-

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ENTREVISTA

ponde Pablo González. El público capta con una agudeza especial cuándo un torero va de verdad al toro”. En efecto, eso debió ocurrir aquella tarde en Sepúlveda, porque cuando Víctor se abrió de capa se hizo un silencio especial, total, cargado de premonición: era la intuición callada del toreo, el toreo adivinado antes de que suceda.

En Sepúlveda se conjugaron el torero que llena plaza y el toreo cincelado, seco, cortante pero deslizado por el diestro con valor y personalidad. Recuerdo que le dije a Marcos, “este muchacho tiene hombros de protagonista”. O sea, los del torero que se ofrece a la embestida con tanto valor como aparente ingenuidad. No la ingenuidad de un crío, sino la sinceridad de un hombre que sabe torear y no lo exhibe. Entonces, los cites se cargan de emoción, y de embriaguez el desarrollo y remate de las suertes. Formó un lío Barrio aquella tarde, porque las lidias de de sus dos toros se empaparon de una emoción sostenida que no acabó hasta que los dio muerte. ¿Cómo era el toreo de Víctor Barrio?

Plomada y vuelo, riesgo y serenidad, autoridad y fragilidad. En efecto, hay toreros que colorean el toreo y otros que los esculpen. Y hay toreros que se agitan, valerosos, ante el riesgo y otros que lo amplían con una sigilosa quietud. Víctor lo esculpía y lo anunciaba en silencio. Y como su talla era alta, agrandaba su soledad. Y cuando el toro disparaba su embestida, el binomio toro agrediendo/torero parando provocaba esa contrastada simbiosis que hace estallar el ole y la pasión.

Así lo vi unas cuantas veces, en varios mano a mano con Juan del Álamo y en sus primeras actuaciones en Madrid. Y caló en los tendidos. ¿Por qué no prosiguió su marcha con idéntica intensidad? “A veces era un torero desconcertante, comenta Briceño. Le veías en el campo descentrado y te asustaba que dos días después tuviera que actuar en una plaza. Luego pisaba el ruedo con firmeza y le cortaba las orejas a los toros con la frescura del torero enrachado”. “Sí, abunda Ávila. Te desconcertaba que no se entendiera con una corrida normal, ni buena ni mala, y después te pasmaba cómo resolvía con un marrajo o como estrujaba a un bravo hasta la última embestida. Era un tío bastante complejo. Por simpático, por comunicativo, no lo parecía. Pero

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Carlos Ávila y Chano Briceño, banderillero y picador de confianza de Víctor Barrio.

algo le pasaba siempre por la cabeza, ninguno sabíamos qué. En el coche, en el viaje o camino de la plaza infundía tranquilidad a todos, con buen rollo, con naturalidad. Un día, después de una actuación arrolladora, le pregunté si pasaba miedo. Sí, mucho, me dijo, pero me lo guardo”. Y eso, su firme valor o, a veces, su despasionada entrega, se tradujo en el ritmo lento y sincopado de su carrera. Yo lo atribuía a que empezó tarde a torear, a los veinte o veintiún años, y a que, tal vez por ello, fuera un torero de lenta asimilación, de los que se hacen paso a paso, o a que cuando pisó las plazas apenas sabía del mundo del toro, de sus inmediatas exigencias. Los toreros no se pueden formar paulatinamente como los deportistas, sino que han de ser un prodigio desde el principio. Sin embargo, ahora recuerdo que al poco de debutar con caballos le oí hablar de toros como si hubiera nacido en una ganadería y pasado su vida en los despachos. Era un hombre inteligente. Claro que, como decía Briceño, también era un soldado, valiente y de listeza rápida. Al respecto, Pablo González tiene su opinión: “Nunca le vi amilanarse ante el peligro, ni que un toro le quitara el sitio. No obstante, tuvo baches. Y en momentos inoportunos. Por ejemplo, en su gran temporada de novillero, cuando toreó cuarenta y cinco festejos, triunfó con regularidad en las grandes plazas, pero cortó las orejas una a una, sin los aldabonazos antes habituales. Yo entonces percibí que el problema no estaba en el toro ni en su toreo. Intuí en sus miradas y en el tono de su voz que le afectaba la vida, tal vez problemas familiares o personales. Desde luego, las personas, aunque nunca lo manifestara, pero no el toro. Lo repito, a veces la vida

le mermó concentración, pero nunca un toro le quitó el sitio”. Por desgracia, el último le quitó la vida.

EL ÚLTIMO VIAJE Aquel día, Víctor Barrio salió de Sepúlveda antes de que amaneciera. Se había citado con su cuadrilla en Azuqueca de Henares, camino de Teruel. La fresca de la mañana levantaba el ánimo de todos.

Y también, la corrida que iban a torear por la tarde. Sabían que la componían seis dijes, tres de Ana Romero y tres de Los Maños. (Luego, a los seis “santacolomas” trataron de pregonarlos los de siempre, pero la verdad es que los tres lidiados fueron bravos y nobles). El buen rollito se animó más cuando en la Venta del “103” se encontraron con unas chavalitas que iban a los toros, a Pamplona. Desayunaron, bromearon con ellas y se despidieron deseándose suerte. En los corrales de Teruel se vinieron arriba, ya con razón. Toros de fina estampa, trapío equilibrado y hechuras perfectas. A Víctor le ilusionó el tercero, de Los Maños y le interesó el sexto, más rematado, de Ana Romero. “A Víctor le presionaba la cita, comenta Pablo González. Pero con los toreros siempre hay presiones, por una causa u otra. Así es el toreo. En su caso, ni en Valdemorillo, ni en Madrid, las dos corridas que había toreado este año, pasó nada de particular. Ahora pisaba una plaza de su nuevo apoderado, Alberto García, y era el arranque de una serie de actuaciones en plazas medianas, pero que cuentan. Tenía que triunfar sí o sí.

O sea, nada fuera de lo común. Más tarde lo retaría una gran faena de Curro Díaz, pero eso también suele pasar”.

A Víctor Barrio no le mató el toro, sino el destino. Lo había pasado de mu-

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leta en dos buenas tandas con la derecha. El toro había obedecido con nobleza, y luego, ya con la franela en la izquierda, había que apretarse al natural.

Y fue entonces, en el preciso momento que el toro tomaba la sarga, cuando una ráfaga de viento la movió. Trató de sujetarla con la espada y abrío un hueco que el toro vio al pasar. Y así, al paso, lo enganchó por la pantorrilla y lo derribó. Pero como era bravo, en el suelo lo corneó por el costado y el pitón le llegó al corazón. Murió al instante, sin darse cuenta. Se le voltearon los ojos y dejó de existir. ¿Lo mató el sentido del toro? ¿Lo mató un error del toreo? No, lo mató el azar, ese azar negro que llamamos destino. Ingresó cadaver en la enfermería, se suspendió la corrida y lo lloraron hombres hechos y derechos, los hombres de su cuadrilla y sus dos compañeros de terna. Uno de ellos, Curro Díaz, se jugó la vida al día siguiente en Pamplona. Misterios que tiene el toreo.

LA MUERTE MÍTICA DEL TORERO Pienso que la muerte de un torero en el ruedo es más muerte. La sigue una oleada de consternación colectiva que no provocan otras muertes. Por ejemplo, este último año han fallecido en España doscientos montañeros, una hecatombe que no ha provocado mayor reacción. Son anónimas las múltiples muertes en la playa durante el verano y casi banales las que todas las semanas acontecen en la carretera. ¿Por qué la del torero es una muerte distinta? Me hacía el otro día esta pregunta en Sepúlveda, durante el sepelio de Víctor Barrio, en una villa ahogada por miles de aficionados, toreros, ganaderos, por miembros de toda la fa-

milia taurina llegados desde toda España. Se oficiaba el entierro de un torero y se diría que otra muerte, parcialmente nuestra pero muy aguda, se clavaba en todos nosotros.

Recordé más tarde, cuando era un chaval, la muerte de Manolete, y a mi madre llorando y a mi padre con la cara desencajada, y a los gitanos vendiendo coplas a la muerte de Manolete en todas las esquinas del barrio. Muchos años después, eran otros tiempos, ya sin coplas de cordel, la muerte de Paquirri, grabada en video. Luego, la de Yiyo, aquel príncipe del toreo predestinado a ser figura. En las tres, exactamente el mismo clamor consternado. Y ahora, la de Víctor, televisada en directo, tan estremecedora para quienes la vieron como para los que no.

La muerte del torero en la arena es mayor porque es una muerte mítica. Es decir, acontece a un solo hombre pero nos concierne a todos. Su explicación está en el ruedo. La lidia es una restauración del combate primordial. No el del hombre depredador en lucha con la naturaleza agresiva representada por un animal, al que vence para comer e imponer la autoridad de su especie.

Sino la del hombre que rememora ese combate fundacional y lo convierte en una prueba de su valor y destreza y lo celebra con imaginación y arte, como jugando.

Pero no hay juego en el toreo. Ni hay juego en el torero, que se juega la vida, ni lo hay en el toro, que busca la muerte de quien le quiere matar. En este rito sublime y tremendo, de vida iluminada y muerte, el toro trasciende su esencia animal y se convierte en encarnación del destino. Del destino del hombre que lo

lidia, torea y mata. Es, curiosamente, víctima propiciatoria y agente de la violencia: la violencia del rayo, su embestida disparada; el azar de su acometida, no siempre previsible. Igualmente, el hombre que torea trasciende su identidad depredadora, se convierte en un héroe singular, traumaturgo y artista, cuya acción consiste en convertir la violencia caótica de la naturaleza agresiva a la cadencia ordenada del toreo, al arte.

Eso es lo que el público va a ver a las plazas, el inefable arte del toreo. No un combate entre iguales, pues evidentemente un hombre no es igual a un toro.

Va a identificarse con el protagonista de su especie que se adentra en semejante peligro, con el único humano que compromete su vida con su obra, un héroe, el hombre que representa a la vida en la arena, del mismo modo que el toro es un portavoz del destino que nos espera. De ahí que la muerte del torero sea una muerte mítica, de irradiación colectiva, la de nuestro paradigma heroico y que, sin embargo, no se odie al toro que lo mata, asesino inocente, inconsciente emisario del azar, contrafigura del héroe a través de su bravura. Habría mucho que hablar de cultura y mito en el toreo. Del originalísimo uso que la corrida hace de la antigua tragedia. De la práctica científica de sus artes ilustradas.

Y de la catársis estética que los públicos buscan de plaza en plaza. Pero no hoy.

Hoy es el día de recordar a Víctor Barrio, último héroe de la fiesta brava. Y de maldecir a los animalistas antitaurinos que lo han insultado post mortem. Es tan torva, antiecológica y necia su presunta defensa del animal que ellos mismos se han convertido en animales.

Adios Víctor, torero y amigo. Siempre defenderemos tu memoria.

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El bellísimo Dorado, sardo de la línea Cebada Gago perteneciente al hierro de Manuel Sobral, que no se llegó a lidiar tras haber estado como sobrero en Pamplona y en Madrid. Su sola aparición en las páginas de varias revistas lo hizo famoso.

La familia Passanha-Sobral: historia de afición y renacimiento Para muchas familias ganaderas portuguesas clásicas, el toro es una pasión vital. Esto se ha evidenciado históricamente no sólo en el continuo afán de mejora y cuidado de sus animales, sino, que se visualizó de manera crucial la hecatombe motivada por la revolución de 1974, cuando muchas vacadas sobrevivieron milagrosamente gracias a la inteligencia y valentía de sus dueños y la buena gente del campo, aún a riesgo de vidas y haciendas. Y no sólo salvaron el tesoro bravo, sino que pronto fueron capaces de renacer con éxito. Uno de estos casos fue el de los Passanha-Sobral, saga ganadera que ha manejado con acierto castas muy diferentes, demostrando gran clarividencia en la selección. Gracias a ello, los toros de los herederos de Luis Passanha son actualmente referencias máxima de la estirpe Murube en Portugal, y por otro lado, la rama familiar encarnada por Manuel Sobral emprendió en 2007 una nueva andadura con reses de sangre Cebada-marqués de Domecq, que ya ha dado frutos esperanzadores. Un ejemplo que sirve como exponente de gran hacer ganadero en el muy querido país vecino.

Texto: Joaquín López del Ramo Fotografías: Martín, Sánchez Vigil y López del Ramo

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E

n el mes de abril de 1956, don Diego d’Affonseca Passanha, uno de los más importantes propietarios agrícolas del Alentejo portugués, ingresó en la Unión de Criadores de Toros de Lidia al comprar la ganadería de Claudio Moura, tío-abuelo del conocido re-

joneador luso, de la cual había sido dueno desde 1936. Dicha vacada, con hierro y divisa originales, era la antigua de Casimira Fernández, viuda de Antonio Soler, y fue formada en 1880 por el oliventino Filiberto Mira, antepasado de crítico taurino del mismo nombre ya fa-

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ganadería se convirtió en una de las punteras de la cabaña brava portuguesas desde la segunda mitad de los años 60, lidiando bastante en España. El primer toque de atención importante tuvo lugar en la corrida de presentación en Madrid, la tarde del 23 de abril de 1967, que estoquearon Gregorio Sánchez, Andrés Vázquez y Efraín Girón, y en la que el segundo toro, Cabilanto, fue premiado con la vuelta al ruedo. Ello propició la repetición el 30 de septiembre siguiente, pero en esta ocasión los morlacos dieron menos juego. Algo parecido ocurrió con la corrida lidiada el 28 de abril de 1968 por Andrés Vázquez, Efraín Girón y Serranito, excepción hecha del noble tercero, Navarito, al que el torero colmenareño cortó una oreja.

Instantánea de la faena de Andrés Vázquez al gran toro Cabilanto, premiado con la vuelta al ruedo en la corrida de debut de la familia Passanha en Madrid, el 23 de abril de 1967.

llecido. Su origen era la casta jijona, a la que ya en poder de Soler (1902) y luego a través de su viuda se agregaron reses de Ibarra, Campos Varela y conde de la Corte. Esta curiosa mezcla no debió de resultar mal, puesto que la ganadería gozó de un estimable cartel, especialmente desde mediados los años 20.

La adquisición de la vacada por parte de Moura supuso su traslado desde Olivenza hasta las dehesas próximas a Monforte. El criador portugués se presentó en Las Ventas el 1 de octubre de 1944, con cuatro toros que estoquearon Cañitas, Domingo Dominguín y Ángel Luis Bienvenida y tuvieron una condición mansota. En 1945, don Claudio lidió tres novilladas más en nuestra plaza, que tampoco dieron lustre a la divisa.

Sin embargo, gozó de mayor fortuna en Francia, donde lidió con frecuencia y, particularmente en la plaza de Beziers, logró varios éxitos en la segunda mitad de los 40, si bien por lo general sus toros mostraban bastante desigualdad.

TRES LÍNEAS DE SANGRE Una vez en manos de don Diego Passanha, hubo un intento de compra de reses del conde de la Corte que no culminó con éxito por la negativa de éste a vender. No sería hasta principios de los 60 cuando la ganadería recibió por fin un aporte de sangre externe y de calidad, que resultaría fundamental en su deve-

nir: un lote de vacas y los sementales Formalino y Biengranado de Urquijo, es decir, del más directo linaje Murube.

Esto no conllevó la desaparición de las vacas de Soler, pues aunque parte de ellas fuesen cruzadas con los toros murubeños, otro núcleo se mantuvo en pureza. De forma independiente, y como oro en paño, se llevó el lote de Urquijo, lo que supuso la coexistencia de tres líneas de sangre bajo la misma marca.

En 1963 se produjo el fallecimiento de don Diego Passanha, y la ganadería se dividió en dos partes, correspondientes respectivamente a sus hijos Luis y María, ésta última esposa del conde de Sobral. Ambos hermanos compartirían el hierro original durante algunos años, lidiando con la misma denominación de herederos de Diego Passanha, aunque llevaban sus reses de forma independiente y en fincas separadas: las de Luis en la zona de Évora, y las de María más próximas a Beja. También se llevó a cabo el reparto de las reses según su procedencia: lo antiguo de Soler-Moura y la parte cruzada con sangre Murube quedaron en manos de María, mientras que a Luis pasaron únicamente las reses puras de Urquijo.

Los murubes de Urquijo, que por entonces atravesaban un momento sensacional, aportaron su impronta de bravura con clase, gracias las cuales cual la

La temporada 1969 marcó otro eslabón importante en la trayectoria ascendente de los Passanha. El primer capítulo fue la salida por la Puerta Grande madrileña de Tinín el 6 de abril, tras obtener un apéndice de cada uno de sus toros, Jaramago y Largirucho, que tuvieron una nobleza y son extraordinarios.

Vino a continuación la magnífica corrida lidiada en Talavera de la Reina el 16 de mayo a cargo de Miguelín, Paquirri y Miguel Márquez, quien cortó los máximos trofeos de sus dos toros, Fragado y Habitador, ambos premiados con la vuelta al ruedo. Este mismo galardon fue obtenido el 21 de septiembre siguiente, también en Talavera por el toro Modisto, al que Paquirri cortó el rabo. El buen sabor de boca dejado el año anterior se ratificó en Las Ventas el 26 de julio de 1970, gracias a otro encierro que propició el triunfo de Tinín y Macareno, quienes lograron respectivamente dos y una oreja.

Los Passanha compraron en 1971 la ganadería de la condesa de las Atalayas, integrada por reses de origen Trespalacios. La intención fundamental era hacerse con los derechos del hierro cuyo diseño modificó por el actual: una “P” dentro de un escudo, pasando a manos de don Luis, cuyos herederos lo mantienen hoy. Doña María quedó como única titular de la marca y divisa originales (la “S” de Soler encerrada en un óvalo) y también se hizo cargo de las vacas de las Atalayas, que retentó y desechó en su totalidad. Esta operación supuso, en suma, la separación administrativa las dos ganaderías de la familia, que en la práctica ya funcionaban de forma independiente.

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CLÁSICOS GANADEROS EN LAS VENTAS

Las camadas de machos ya herradas con la “S”, indistintamente de que su propietario fuera uno hermano, se irían lidiando en las siguientes temporadas.

Uno de estos animales fue Sabroso, jugado en la corrida-concurso de la feria de San Isidro de 1971, al que Antonio Bienvenida cortó una oreja. El 1 de agosto de ese mismo año se corrieron en la Monumental madrileña otros cinco astados de Passanha para Jerezano, Riverita y Chanito; dieron un juego mediano, si bien Riverita logró una oreja del quinto, que atendió por Desertor.

Luis Passanha lidió por primera vez a su nombre en Madrid el 3 de septiembre de 1972, adquiriendo así antigüedad oficial, aunque los toros eran aún del hierro paterno. Los cuatro jugados salieron codiciosos y nobles, y con ellos se las vieron Dámaso Gómez, El Paquiro y Juan José. Esta misma temporada destacaron por su juego dos astados formidables: Flor de Almendro, que correspondió a Ruiz Miguel en la plaza francesa de Vic-Fezensac, y Jaleador, lidiado en la feria de Zaragoza por El Alba y ganador de varios premios. Así llegamos al 8 de julio de 1973, que sería la última tarde en mucho tiempo hasta que los murubes de Luis Passanha volvieran a Madrid; sólo se lidiaron tres, al primero de los cuales, que atendió por Navarrito y tuvo buena clase, le cortó una oreja Curro Girón.

REVOLUCIÓN, SAQUEO Y RENACIMIENTO El 25 de abril de 1974 estalló en Portugal la llamada “Revolución de los Claveles”,

Con esta clase embistió a la muleta de Tinín el toro Jaramago, de Passanha, procedente de la rama Urquijo. Fue lidiado en Madrid el 6 de abril de 1969.

que fue un cataclismo para el país y afectó de manera terrible a las ganaderías bravas. La práctica totalidad de las fincas fueron expropiadas, ocupadas, muchas saqueadas y sometidas al control directo de bandas políticas constituidas como “cooperativas”. Varios ganaderos fueron asesinados y todos prácticamente desprovistos de bienes, por lo que en su mayor parte tuvieron que exiliarse.

Las dos vacadas de la familia Passanha corrieron desigual suerte. La menos mala le tocó a don Luis, debido a que en

La actual ganadería de Sobral procede de las Herederas de Bohórquez, que tomaron antigüedad en Madrid el 27 de agosto de 2006. El primer toro fue este espectacular berrendo en castaño ensabanado y capirote.

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la “cooperativa” que se apropió de ella tuvo mucha influencia el mayoral de toda la vida, quien la cuidó en lo posible e impidió el reparto o el sacrificio de las reses. Por ello, cuando en 1976 empezaron a devolverse algunas tierras las cosas volvieron poco a poco a una relativa normalidad, pudiéndose lidiar algunas corridas a medio plazo, en las que incluso hubo toros de premio, como ocurrió en la plaza de Santarem el año 1981.

El 23 de julio de 1989 tuvo lugar la reaparición en Madrid, con una novillada que despacharon El Javi, Ramón Muñoz y Sergio Sánchez y que, salvo un par de astados, no dio excesivas facilidades. Desde 1991, ya de la mano de Joao Passanha, vástago de don Luis, y su hijo Diego, el cartel de la ganadería se afianza notablemente, y sus raíces murubeñas también se revitalizan.

En poco tiempo, los toros de Passanha se convierten en los favoritos de las grandes figuras del toreo a caballo de Portugal, donde se lidian la mayor parte de las camadas.

Las apariciones en España son cada vez más puntuales y, ciñéndonos exclusivamente a Madrid, recordamos la novillada del 25 de abril de 1993, con Jorge Manrique, Raúl Galindo y Miguel Rodríguez, en la que fue ovacionado el excelente cuarto, de nombre Nabantino.

En las temporadas de 1994 y 1995, la ga-

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por romanticismo, sino porque eso salía bueno y él lo conocía perfectamente. Ángel Bohórquez fue un personaje conocido por su pretensión de que el toro bravo fuera considerado como especie cinegética, aparte de su lidia en plazas. A nombre de Herederas de Bohórquez, sus reses tomaron antigüedad en Madrid el 27 de agosto de 2006, con una corrida en la que salió un buen toro castaño salpicado de nombre Malquerido. El 4 de junio de 2007 lidió como sobrero en nuestra plaza el burraco Bollero, que le tocó a Esplá y fue excelente. Finalmente, el 19 de octubre de 2008 se jugó una novillada del mismo hierro en la que embistió bien el colorado Traposo.

Manuel Sobral aun conserva goterones de la antigua sangre familiar, procedente de la cruza entre Soler y Murube, visible en este toro cárdeno, hondo y enmorrillado. Una reliquia genética.

nadería lidia en Las Ventas buenos encierros para rejones, con ejemplares notables, tales como Pacato, al que cortó las dos orejas Luis Miguel Arranz el 24 de julio de 1994, Oportuno y Noivo, jugados en la misma corrida, o Giboia, con el que triunfó Antonio Domecq el 30 de septiembre de 1995. Entre los pocos toros de lidia a pie lidiados en esta época en Madrid (todos sobreros o sustitutos) destacó Negro, que le corresponde a Óscar Higares el 12 de octubre de 1995.

El último festejo de este hierro lidiado hasta el momento en Madrid data el 24 de mayo de 2003, que además es el debut en la feria de San Isidro. Se trata de otra corrida de toreo a caballo en la que actuan Joao Moura, Hermoso de Mendoza y Álvaro Montes. Los toros dan juego desigual, destacando el buen primero, Vaidoso, y el bravo y noble tercero, Sin Nombre.

LOS NUEVOS SOBRAL Volviendo a la funesta etapa revolucionaria, la parte ganadera de la familia que sufrió peores consecuencias fue la de doña María Passanha. Los asaltantes no sòlo se apropiaron del terreno, sino que vendieron o eliminaron muchas las reses, al punto que de las 250 vacas existentes con anterioridad, sólo sobrevivieron unas 60. Además de ello, la selección y las tientas fueron abandonadas. La fase más aguda de este desastre se prolongó hasta mediados de los 80, cuando tímidamente empezó a recuperarse algún ganado. En esta primera eta-

pa de post revolución estuvo al frente de la vacada Manuel Sobral, uno de los hijos de María Passanha. A pesar de la precariedad existe, algunos toros de la casa consiguieron premios en plazas importantes de Portugal, como Alcochete.

Tras el reparto patrimonial entre los herederos en 1991, el ganado bravo quedó en poder de otro de los hermanos, concretamente Joaquín Sobral, quien en el año 2000 vendió las reses, junto con el antiguo hierro y divisa de Soler, a Álvaro Domecq y Luis Erquicia. En estas nuevas manos, la sangre original fue reemplazada por vacas y sementales de Torrestrella. A pesar de los cambios en la propiedad y procedencia, esta ganadería sigue anunciándose como condesa de Sobral, lo que ha dado lugar a no pocas confusiones.

Durante la revolución, el antes mencionado Manuel Sobral huyó a Sevilla apenas sin dinero, como buena parte de su familia. Allí conoció a doña María José Justiniano, con la que se casó y tuvo varios hijos nacidos en la capital andaluza, a los cuales transmitió su pasión por el toro, siempre viva por encima de las adversidades. Por ello, cuando le fue reintegrada una parte de sus tierras se hizo de nuevo ganadero de bravo comprando en 2007 parte de la vacada de Ángel Bohórquez, procedente de Cebada Gago y el marqués de Domecq. Don Manuel añadió a este ganado un pequeño lote de vacas de la antigua casta de Sobral, que fueron tentadas por Álvaro Domecq y que pudo rescatar in extremis y no sólo

El debut de Manuel Sobral se produjo el 16 de junio de 2009 en Sevilla, con una novillada sin caballos que contó con tres erales sobresalientes: Cotorrito, Maravilloso y Gacela. El debut en Madrid tuvo lugar el 23 de septiembre de 2012, con tres novillos jugados como sustitutos. La primera corrida de toros en España tuvo como destino la feria de La Coruña de 2013, y en ella salió otro toro de nota, Janoto, desorejado por Morenito de Aranda. La buena embestida del encierro lidiado en 2015 Medina del Campo, junto con la vuelta al ruedo del gran novillo Manijero en Laguna de Duero, han mostrado que la ganadería posee una base de calidad, y a medio o corto plazo puede dar el salto a plazas españolas más importantes.

Además de su progresión en cuanto al juego, los toros de Manuel Sobral son finos y poseen como atractivo su enorme variedad de capas: toda la gama de negros, castaños y colorados, además de burracos, salpicados, ensabanados, capirotes, salineros y sardos espectaculares, como fue el ya famoso toro Dorado, animal de belleza impresionante que estuvo como sobrero en varias corridas de Pamplona y Madrid y finalmente murió de forma accidental. Además de éstos, aún quedan animales descendientes de la vieja sangre Soler-Murube, claramente identificables por su mayor corpulencia y hondura, así como el pelo cárdeno oscuro, e incluso algunos colorados de vientre oscuro con alguna reminiscencia jijona. La ilusión de sus dueños es volver a las plazas importantes, pero siendo conscientes de que el toro todo debe hacerse despacio. Por historia, categoría y vocación se merecen que la suerte les acompañe en su empeño.

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“Si de mí dependiera, no cerraría una sola plaza de toros”

ENTREVISTA

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Álvaro de Luna Es el día de después. España entera está pendiente de lo sucedido en la víspera. Las encuestas han vuelto a equivocarse. Parece que en este país la incertidumbre empieza a hacerse norma; para los de izquierda, para los de derecha, para los de centro. Para todos. Nadie sabe por dónde se vencerá esta vez el burel que lleva meses calamocheando en los medios del albero político.

Texto: Laura Tenorio Fotografías: Álvaro Marcos

S

on las 11:30h. de ese día de después, cuando llegamos al madrileño Café Gijón. Él ya está allí, charlando amigablemente con Álvaro, el compañero fotógrafo.

Le observo. Alucino. Me quedo perpleja. Según la Wikipedia, sopló más de ochenta velitas –81– en su último cumpleaños. Me detengo, vuelvo a mirarle. Vuelvo a alucinar, y entonces caigo: ¡Ya está, sólo ha cumplido los años bisiestos! Es Álvaro de Luna, El Algarrobo, un rostro solapado a la niñez de los de mi generación.

con Alcalá. Era un sitio donde iban a entrenar los toreros, de modo que cuando alguien nos daba el aviso de que andaba jugando algún diestro, o algún artista, que también iban, allá que aparecíamos todos los chavales por el lugar. En una ocasión vimos a Manolete y a Arruza. Se decía por entonces que a los toreros les gustaba mucho jugar al frontón porque aprendían a correr hacía atrás y eso les iba muy bien para en la plaza hacerlo sin perder de vista al toro... Cuando regresé de Ita-

Años difíciles aquellos.

Sí, lo fueron pero tengo que decir que en mi casa no pasamos hambre, la verdad. Mi familia era modesta, mi madre ante la situación que vivía, tras la guerra, montó un negocio que a fuerza de trabajo le fue bien; no tuvo equivocaciones, sí sacrificios, y salimos adelante. Creo que a mujeres como ella, que fueron muchas, el país les debe un homenaje.

Desde hace más de 50 años su oficio es el de “ser otro”. Pero hoy no imposta a nadie.

Viste la conversación de casi un monólogo, de modo que en este vis a vis nos lo pone fácil; otra cosa será transcribir después todo. El Algarrobo habla de su vida, remontándose a aquellos tiempos en los que era un crío, hijo de una de las primeras mujeres separadas de este país, una mujer luchadora que consiguió sacar adelante a una prole de varios pelones.

“Vivíamos en la calle Villanueva, muy cerca del Hotel Wellington. En frente de mi casa había una frutería donde se vestía Barajas, el picador de Manolete”, nos dice.

Pregunta | Le vería salir para la plaza.

Respuesta | Sí, sí, venía un coche de caballos a recoger a los picadores, se sentaban tres y tres. Y los chiquillos le seguíamos corriendo calle Alcalá abajo. Mi madre no me dejaba pasar más allá de La Cruz Blanca, en la esquina de Conde Peñalver con Goya. Recuerdo que a los chavales nos impresionaba la fortaleza de Barajas y también cuando un amigo algo más mayor que tenía un estanco nos hablaba de un torero que se anunciaba como Antoñete y que vivía por General Pardiñas.

Su barrio.

Sí, cerca también de mi casa estaba el frontón El Hogar de la Pelota, al final de Villanueva

¿De dónde venía eso?

Luis era un hombre increíblemente elegante en su actitud, parecía un intelectual. Era íntimo amigo de Ortega. Le conocí ya retirado. Él contaba que un día, anunciado en Pamplona con Manolete, a quien por lo visto no le gustaba mucho torear allí, al ver por la ventana que la bandera del hotel se agitaba mucho, se fue a la habitación de Manolete y le dijo: ‘Oye, Manolo, has visto que hace mucho viento. Creo que tienes que aliviarte esta tarde’. Tras un silencio, contaba El Estudiante que Manolete le respondió: ‘Con viento o sin viento, yo vengo a cortar las dos orejas, Luis’. Era, sin duda, el ejemplar pundonor de alguien que quería mandar en esto. El Estudiante toreó antes y después de la Guerra Civil, pero no fue hasta torear una serie de corridas junto a Manolete, cuando consiguió comprarse una finca en Guadalajara.

lia, tuve la suerte de conocer a quien fue mi maestro, a Manuel Alexandre, íntimo amigo de Fernán Gómez. Él fue quien me trajo al Café Gijón y siempre decía que su frustración era no haber sido torero, por culpa del miedo que le pudo, por eso se hizo actor. Cada año veíamos juntos cinco o seis corridas de san Isidro. Fue él quien me presentó a un torero extraordinario del que Manolete decía que le gustaba torear con él porque le quitaba el miedo, me estoy refiriendo a Luis Gómez El Estudiante.

Sé que le gustó la película de Trueba, por eso dígame ahora, por favor, si para usted ¿Vivir es fácil con los ojos cerrados?

Uff, muchas veces uno ve solo lo que quiere ver y lo cierto es que a veces es mejor no mirar. Creo que tenemos la necesidad de mirar hacia adentro para intentar reflejar en la sociedad los defectos que tenemos individualmente, porque tenemos muchos. Los colectivos no son más que un relleno de individualidades, por eso es importante abrir los ojos, pero para todo, no sólo a favor del egoísmo.

Habla de valores, pero ¿cree quizá que estamos ante una crisis de valores?

Sí, pero no sólo en España. Yo que he viajado mucho, que he vivido en otros países, le diré que las sociedades que dieron un salto cualitativo, como le ocurrió a la nuestra a mitad de los 70, con la llegada de la democracia, pueden caer en una pérdida de valores, y todo por el intenso fulgor del oro. Esa cosa que lo

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ENTREVISTA

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i hay gente que quiere seguir yendo a ver a sus toreros, nadie debería prohibírselo” de la época, Perico Beltrán –tan asiduo al Gijón, que decía que el Café era parte de su mobiliario–. Entre ellos, vi verdaderas discusiones sobre en qué consistía cargar la suerte o citar al hilo, por ejemplo. Había veces que casi llegaban a las manos por defender cada uno su criterio. Era curiosísimo.

más importante es vivir bien y no preocuparse de lo demás. Recuerdo cuando era crío que los curas decían que cuando se tenía hambre se podía robar un plátano, o un tomate, y que no era pecado; eso parece que ha cambiado. Hoy hay demasiada despreocupación, demasiado interés por ganar dinero rápido y con el mínimo esfuerzo, poco respeto por el trabajo bien hecho. La gente quiere ser el número Uno o el Dos de su colectivo, pero eso es peligroso porque si eres el Cuatro entonces te frustras. Es mejor buscar tus propias satisfacciones, que no necesariamente tienen que estar en lo económico... ¡Vaya!, creo que me estoy metiendo en un jardín...

Nada, mece usted mu bien el percal.

Jeje... le diré que mi madre era aficionada, pero de esas que iba poco a la plaza. La mujer tenía la costumbre de ver un par de corridas cada temporada; una de ellas, la de la Beneficencia. Recuerdo acompañarla una tarde en la que la toreaba Domingo Ortega.

Debió ser sobre el 47 ó el 48. Ortega no estuvo bien ese día.

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Estuvo un tiempo sin ir a los toros, ¿cómo y por qué volvió?

Pues fue cuando estando rodando la serie de Curro Jiménez, en uno de los capítulos el director, Mario Camus, contrata a Roberto Domínguez. Hicimos muy buena amistad, Roberto era un chico serio y afable; su tío, Fernando Domínguez decía que torear era fundirse en la tierra. Y esa definición siempre la he relacionado con un cuadro de Goya en el que hay dos hombres que se están dando mazazos hundidos en la tierra. Aunque no tenga en apariencia nada que ver, yo lo interpreto con cómo es el toreo, quieto, aguantando el envite del toro... Hasta ese momento, en mis preferencias taurinas no entraba el toreo tremendista, tampoco ese toreo que llamaban sevillano. ...

Le digo otra referencia: aquí –por el Café Gijón– había un pintor que era un verdadero apasionado de los toros y que igual Raúl del Pozo te habló de él, de Pepe Díaz, vivía justo aquí arriba; también venía un escritor roto

Aprendería mucho...

Bueno, de toros no sé más que lo habitual...

El torero, no sé si el toreo, necesita unas condiciones muy particulares para ejercer su profesión. Los toreros que solo tienen valor terminan siendo tremendistas y no tienen interés artístico alguno. Además, ser torero conlleva un plus de responsabilidad. Destacar sólo el valor no sería acertado, porque para ponerse delante no sólo se necesita valor, también inteligencia, arte, capacidad y, sobre todo, saber medir ese tiempo que están en la cara del toro. Es igual que nos pasa a los actores, estando en escena es vital el tiempo, medir los tiempos; de hecho, cuando hacemos pausas excesivas o muy cortas, perdemos mucha convicción.

En el toreo se dice “parar, templar y mandar”.

Bueno, en la interpretación también existen esos tres tiempos. Cuando estás interpretando, muchas veces –en el teatro, por ejemplo– estás delante de un público que puede ser tan peligro como el toro.

Que se puede llevar usted una voltereta, vamos.

Sí, sí, jaja, alguna, alguna. Yo, particularmente, no me he llevado muchas, pero colectivamente sí que tengo unas pocas, sí. Recuerdo una en el Teatro Marquina un día que un señor se levantó y dijo muy enfadado: ‘¡Muy mal el actor, muy mal la dirección!’, después golpeó el escenario con el paraguas y se marchó. Fue en una obra de Jaime Salón, pero no recuerdo cuál.

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...

Algo que me llama poderosamente la atención es que gente muy inteligente, gente que he conocido posteriormente, de repente resultaba que era gente muy aficionada a los toros. Y para mí, cuando alguien que me parece una persona inteligente es aficionado a algo, aunque yo no lo sea, me llama la atención y me genera gran admiración, un Pedro Trapote, por ejemplo, al que conozco por amigos comunes y con el que compartí mesa hace unos días. Venía de ver a José Tomás en Jerez, y allí se había encontrado con un buen amigo mío, el periodista Miguel Ángel Aguilar, otro grandísimo aficionado; o el mismo Sabina, un hombre lleno de sensibilidad y que es un loco del toreo.

Sí que lo es, pero no se deja entrevistar.

Sí, sí, lo sé, además ahora tiene una intermediaria que lo “cuida”, no lo hace por maldad sino por el bien de él, y es difícil que se deje.

La verdad es que hace tiempo que no le veo, la última vez fue cuando cantó con Serrat. ...

Otro que era muy aficionado era Fernando García Tola... Pero creo que lo que me dio a mí la oportunidad de discernir sobre la sensibilidad por el toro, como animal, fue el haber conocido a Luis Gómez El Estudiante. Era inteligente, se había autocultivado intelectual-

mente, le importaban los derechos humanos; tenía ideología de derechas y era bastante católico, pero me entendía fenomenal con él. Era íntimo amigo de Manolo Alexandre.

Me dijo usted por teléfono que él, Alexandre, fue testigo de la muerte de Granero.

Vamos a ver, sí, él contaba que iba con su padre, que era viudo, a la plaza de toros vieja.

Cuando muere Granero –1922, Madrid–, él debía tener unos 7 u 8 años. Y siempre contaba lo de que le metió el pitón por el ojo... ... ¿Sabes?, yo he llegado a jugar al póker, en casa de Pepe Díaz, teniendo sobre la mesa como mantel, un capote de Antoñete. Pepe era muy amigo de Antonio Bienvenida, fíjate que conocí al Papa Negro. Mi madre tenía un grupo de amigas que se reunían los sábados en un sitio enfrente de donde vivían ellos, en General Mola, 3. Cuando murió Antonio me cogió en Italia, donde trabajaba; entonces creo que estaba rodando Barrabás, con Anthony Quinn.

Usted fue especialista de cine, como Manuel Vidrié.

Sí, Manolito Vidrié era especialista, como yo; eso sí, él era muy guapo, tenía mucho éxito con las mujeres, y a mí eso me ponía de malas ideas, jeje. Es una bellísima persona.

Sé que se tiene que ir, pero dígame antes, ¿ve a la Fiesta como marca España?

Que es parte de nuestra cultura, no hay duda. Eso sí, hablo sólo de los festejos en plaza, no de los populares de calle. La corrida es una acto volitivo por el que hay pagar. De ella encontramos referencias en los grandes artistas de la historia, Goya o don Pablo Picasso, sin irnos más lejos. Me parece que la Fiesta sí es una referencia de lo español, creo que las sociedades no adelantan nada prohibiendo cosas... Otra cosa es entrar en el tema de las subvenciones o apoyos, podríamos discutir qué es más necesario por ejemplo... Soy una persona de izquierdas y doy prioridad a solucionar los problemas de la educación, pero he hablado con mucha gente y el asunto está muy dividido. Yo, desde luego, si de mí dependiera, no cerraría una sola plaza. Detrás de cada festejo, no sólo está el empresario, sino que hay un esfuerzo a veces superlativo; en otra época, cuando había hambre verdaderamente, era una manera de salir de la pobreza, ahora ya no es así. Pero que hoy, como está todo, que se cuestione que a un toro se le da muerte a estoque, cuando hay tanta desigualdad en el mundo y problemas de mayor calibre, pues francamente me parece hasta frívolo. Si hay gente que quiere seguir yendo a ver a sus toreros, nadie debería prohibírselo.

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REPORTAJE

Los minutos de silencio en Las Ventas en un protocolo

Minuto de silencio en memoria de Víctor Barrio.

Texto: David Plaza Fotos: Juan Pelegrín

Las Ventas. Dicho acuerdo se hizo público el pasado 4 de julio.

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Ese vicio contagioso que tenemos las personas de pedir explicaciones –ahora también en forma de consultas ciudadanas, como si los representantes públicos hubiesen sido elegidos para no tomar decisiones– campa a sus anchas por las diferentes formas de manifestación que contiene la red de redes. La proliferación de solicitudes recibidas en los últimos meses ha producido las correspondientes polémicas y peticiones de porqués. Todos creemos tener derecho a una explicación. El siguiente protocolo pretende responder al debate abierto. Tras un período de análisis, se han establecido los siguientes requisitos:

l silencio, trueno que remueve conciencias y sentimientos, estuvo siempre reservado a hechos relevantes. En el ámbito taurino aflora de forma espontánea sólo como prolegómeno de algo bueno que puede ocurrir o como indiferencia a lo que ha sido irrelevante. Existe también el silencio solicitado. 60 segundos como acto de dolor, respeto y luto. Hasta la fecha, los minutos de silencio en Las Ventas se regulaban por el sentido común. Dados los acontecimientos taurinos –y extrataurinos– sucedidos últimamente, parecemos vivir en un vacío constante.

Con la entrada de nuevos canales de comunicación y, por lo tanto, nuevas formas de expresión, las peticiones se realizan por ‘tierra, mar y aire’. Probablemente estén más que justificadas, pero “ante la incertidumbre y falta de homologación respecto a la autorización de minutos de silencio en la plaza de toros de Las Ventas”, Taurodelta, el Centro de Asuntos Taurinos y el colectivo de presidentes de la plaza suscribieron a principios de julio un protocolo por el que se regulan las condiciones que se deben reunir para la autorización de minutos de silencio en

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• Fallecimiento de toreros en activo y como consecuencia del ejercicio de su profesión. Desafortunadamente, el matador de toros, Víctor Barrio, fue el primero en recibir un minuto de silencio en cumplimiento de este apartado.

• Fallecimiento de destacados toreros, ganaderos y empresarios que hayan mantenido una estrecha e importante relación con la Plaza de Madrid.

• Fallecimiento de personajes públicos de gran relevancia social que hayan destacado por su valoración positiva de la Tauromaquia.

El minuto de silencio en la Plaza de Las Ventas debe corresponder en su significado con la categoría, la historia y el simbolismo de esta plaza en el entorno internacional taurino. También, con la positiva repercusión mediática y de opinión pública que tenga su realización.

• Aniversarios de la muerte de mitos de la Tauromaquia, siempre que el día coincida con espectáculo programado. El de Joselito El Gallo, se cumple escrupulosamente todos los 16 de mayo. Coincidiendo con la feria de San Isidro se honra la memoria del que fue considerado “Rey de los toreros” y promotor de Las Ventas, junto a su gran amigo, el arquitecto José Espeliú.

Se deben considerar como hechos relevantes a efectos de autorizar un minuto de silencio los siguientes:

• Sucesos de gran repercusión en la sociedad española, que motiven una amplia reacción internacional,

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ocurridos tanto en nuestro país como fuera de él. Un claro ejemplo fue el salvaje atentado de Niza que cometió un terrorista suicida contra cientos de personas y por el que se guardó el correspondiente minuto de silencio el pasado 17 de julio.

El protocolo deja bien claro que todos los hechos no incluidos en los apartados anteriores no serán tenidos en cuenta como susceptibles de ser rememorados en público en la Plaza de Madrid. De esta manera queda reflejado y por escrito ante futuribles polémicas. Y propicia mecanismos de coordinación, siempre necesarios en un recinto con la actividad que genera Las Ventas y que, por tanto, está sujeta por calendario a que se puedan producir hechos luctuosos.

El equipo que ha coordinado, redactado y aprobado este protocolo, recalca también en el texto remitido a prensa (generalista y especializada) y a todos los canales de comunicación de los que dispone tanto empresa, como Comunidad de Madrid, que la propuesta de realización del minuto de silencio partirá únicamente de: la empresa de la Plaza de Toros, el presidente del festejo o el Centro de Asuntos Taurinos. Por lo tanto, las peticiones que vengan de cualquier colectivo (sean asociaciones de aficionados, de empresarios de profesio-

Morante guardando un minuto de silencio en recuerdo de Joselito El Gallo.

nales taurinos…) habrán de canalizarse a través de una de las tres partes con capacidad para efectuarlo si así lo considerase conveniente.

Tras la realización de la petición, la autorización del minuto de silencio dependerá en última instancia del presidente del festejo, previa consulta con el representantes de la propietaria del inmueble (Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid) y de la empresa gestora de la plaza.

El presidente del festejo también será el encargado de trasladar a los actuantes la circunstancia del minuto de silencio y deberá autorizar el contenido de lo que vaya a comunicarse por megafonía a los espectadores, cuyo detalle deberá ser conformado previamente por las tres partes: presidente, Co-

munidad de Madrid y empresa gestora (Taurodelta).

En este protocolo tampoco se contemplan medidas, como colocar las banderas a media asta, ya establecidas por la Comunidad de Madrid cuando ésta decreta luto oficial, lo que supone que los edificios públicos de la administración regional ondeen a mitad del mástil. Tampoco cabe regulación en este texto sobre concentraciones voluntarias en repulsa de algún acto execrable, que han venido produciéndose en la puerta grande por parte de trabajadores de la comunidad y de la empresa gestora.

A partir de ahora los aficionados no sólo sabrán por qué todos los 16 de mayo hay un minuto de silencio en honor y gloria de Gallito. Los minutos de silencio de Madrid ya tienen protocolo.

Minuto de silencio en recuerdo de Gallito guardado el 16 de mayo de 2016.

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ESCUELAS TAURINAS

Taurodelta organiza la VI edición del Certamen CAM-Canal Plus Texto: Gonzalo Izquierdo Bienvenida Foto: Centro de Asuntos Taurinos de la CAM

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or primera vez la empresa gestora de Las Ventas se hará cargo de llevar a cabo el prestigioso certamen que recorrerá cinco municipios de la Comunidad de Madrid en la recta final del verano.

La principal novedad del Certamen de Escuelas Taurinas, organizado por el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid y Canal Plus, es la incorporación de la empresa Taurodelta como organizadora de los cinco festejos que componen el calendario.

De esta forma, los festejos de promoción que Taurodelta organiza a lo largo de la temporada para ayudar desde la base a los jóvenes que quieren ser toreros asciende a 34 festejos entre novilladas sin picadores y clases prácticas.

Como en años anteriores, el Certamen comenzará con una fase clasificatoria que se celebrará en los municipios de Miraflores de la Sierra (15 de agosto), Colmenar Viejo (19 de agosto) y Guadalix de la Sierra (9 de septiembre).

Los hierros escogidos para esta primera fase en la que cada aspirante lidiará un novillo son: Sánchez-Herrero, Santos Alcalde y Pérez Angoso, respectivamente.

La semifinal se celebrará el día 10 de septiembre en Brunete con novillos de Carriquiri. Esta localidad, de gran tradición taurina, no ha podido celebrar festejos en los últimos años por falta de presupuesto. El representante de Taurodelta, Víctor Zabala, explicó la importancia de certámenes como este no sólo para ayudar a los futuros toreros, “no es fácil dar festejos taurinos hoy en día. Este Certamen también ayuda a los municipios favoreciendo la presencia de festejos taurinos”.

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Organizadores y alcaldes colaboradores del VI Certamen de Escuelas de Tauromaquia de la Comunidad de Madrid.

Hugo Costa, director de Canal Plus Toros, aseguró que “es una lástima que este año hayan coincidido las fechas y sólo podremos retransmitir en directo la final”. Ésta tendrá lugar el 24 de septiembre en la serrana plaza de San Agustín del Guadalix con novillos de Santos Alcalde.

Además, Hugo Costa reafirmó el compromiso de su cadena para con la cantera: “Nos hace mucha ilusión ser parte de la organización y trataremos de volver a retransmitir el Certamen completo como se merecen los chicos que sueñan con ser toreros”.

Manuel Ángel Fernández, como director gerente del Centro de Asuntos de la Comunidad de Madrid, conoce las complicadas circunstancias de los que empiezan, “no vamos a dejar de apoyar a los jóvenes valores, a las Escuelas Taurinas y a los Municipios que luchan por la fiesta. Pretendemos dar una oportunidad para su progreso y para su promoción”.

Un total de dieciocho alumnos se disputarán estar en la final. De ellos

doce son novilleros matriculados en las escuelas taurinas de la Comunidad de Madrid (del Batán, Arganda del Rey-Fundación El Juli, Colmenar Viejo y Navas del Rey), mientras que los otros seis son provenientes de las escuelas de Albacete, Guadalajara, Jerez de la Frontera, Salamanca, Nimes (Francia) y la Escuela de Vila Franca de Xira (Portugal).

Víctor Zabala valoró la predisposición de la Comunidad de Madrid y su atención a los jóvenes: “Hay que agradecer al Centro de Asuntos Taurinos su apuesta por la cantera desde hace seis años.

Tanto la CAM como Taurodelta somos conscientes de la importancia de ayudar a los futuros toreros“.

Durante las cinco ediciones anteriores de este Certamen el aficionado ha visto a muchos jóvenes mostrar su ilusión y su torería. La becerrada del 9 de septiembre anuncia un apellido glorioso para la Historia de la Tauromaquia: Rafael Camino toreará un novillo de la legendaria divisa charra de Pérez Angoso. Todo un aliciente.

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Alejandro Adame impone su ritmo en el inicio de El Camino hacia Las Ventas 2016 El más pequeño de los hermanos Adame debutó de luces y consiguió ser el mejor valorado de los nueve que ya han pasado por el certamen.

Completaron el cartel otros dos firmes aspirantes a la final: Alberto Martín, de la Escuela Taurina de Colmenar Viejo; y Alfonso Ortiz, de la Fundación ‘El Juli’.

La terna salió a hombros en la novillada más completa de lo que va de Camino.

En el festejo celebrado en Valdelaguna se lidiaron de nuevo novillos de Flor de Jara. Cayó herido el novillero Cristóbal Ramos ‘Parrita’ con una cornada de 10 centímetros entrando a matar. Su falta de oficio con los aceros facilitaron el desenlace. En esta novillada destacaron también Álvaro Sánchez, que salió a hombros, y Aarón Rodríguez que fue todo actitud.

Alejandro Adame causó una gran sensación en su debut de luces.

Texto: Gonzalo Izquierdo Bienvenida Foto: Álvaro Marcos

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l Camino hacia Las Ventas 2016 arrancó en Villalaba con una buena novillada de Flor de Jara. Uno de los finalistas de la edición del 2015, Ángel Téllez dejó buena sensación como novillero en pleno progreso con un importante depósito de valor. El representante de la Escuela de Tauromaquia ‘Miguel Cancela’ de Colmenar Viejo, Sergio Díaz, mostró su disposición en una tarde que supuso su debut de luces. El más novel de la terna tuvo dificultades en la suerte suprema y la administración de los tiempos, pero su expresión invita a esperar a que se vaya rodando. Completó el cartel del primero de los ocho festejos que componen el Camino el alumno de la Fundación El Juli –Escuela de Arganda del Rey– Alejandro Rodríguez que pese a sufrir dos fuertes volteretas demostró casta y ambición en todos los tercios.

La siguiente novillada se celebró en Las Rozas de Puerto Real con erales

del hierro San Isidro, antes Giménez Indarte, en la que hizo su debut Alejandro Adame. El más pequeño de los Adame es en este momento el novillero mejor valorado por el jurado de los nueve que han participado en el certamen. Torea de nuevo el 26 de agosto en Collado Mediano y si consigue mantener o mejorar su media es posible que llegue a la final de la Feria de Otoño.

Pero aún queda Camino y el novillero lo sabe.

La ilusión va añadida a la presión, pero Adame pese a su corta trayectoria quiere asumir grandes retos, “siempre he tenido en mente prepararme para Madrid. Voy a luchar por llegar a esa final”, asegura el mexicano con decisión.

La familia Adame está representada en los tres escalafones del toreo a pie y para el más pequeño es todo un sueño cumplido ya que “me hace muchísima ilusión estar los tres en activo y espero que algún día podamos estar los tres vestidos de luces en un patio de cuadrillas”.

El Camino avanza a la vez que el verano que ya espera las paradas de Tielmes el 7 de agosto con novillos de Baltasar Ibán, el 16 en Perales de Tajuña con erales de El Torreón, en Collado Mediano con reses de Fernando Peña el 26 de agosto y después en septiembre la recta final será Hoyo de Manzanares el 10 de septiembre con los santacolomas de Pablo Mayoral y San Agustín el día 19 con novillos de Jandilla. Por último, la final que este año acoge un formato completamente distinto.

PREMIO AL GANADOR DE 2016 Taurodelta ha programado para la mañana del 2 de octubre la final de El Camino hacia Las Ventas dentro de la Feria de Otoño como en años anteriores.

Pero en esta ocasión además de los seis erales para los novilleros sin picadores mejor valorados al final de la temporada, se lidiarán dos utreros para la presentación con picadores del triunfador del año pasado: Carlos Ochoa.

De esta forma se premia al vencedor del Camino 2016 dándole la oportunidad de participar en esta novillada mixta de ocho novillos.

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HABLANDO EN PLATA

Carlos Ávila: “Eficacia es la palabra que resume lo que debe tener un banderillero” Texto: David Plaza Foto: Juan Pelegrín

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ejó de enfundarse el ‘chispeante’, pero si no lo dijera cualquiera creería que está para torear mañana mismo. Delgado y fuerte como un junco, continúa con esas buenas costumbres de hacer a diario vida de torero. Hace ejercicio de todo tipo: correr, andar, bicicleta, golf… y, por supuesto: torear para mantener en buen estado la mente y el espíritu. En sus ratos libres hace sus pinitos en la poesía.

Y cada vez que baja al pueblo donde reside, Villaviciosa de Odón (Madrid), desprende una simpatía arrolladora. Se conoce cada una de las esquinas del pueblo, saludando a buena parte de sus vecinos, que lo reconocen y aprecian.

Así es Carlos Ávila, matador de toros, banderillero: torero.

El toreo lo heredó de su padre, también profesional. Conoció algunos de los secretos, mientras que el resto se los legaron en la escuela de tauromaquia de Madrid que acababa de echar a andar de la mano de un grupo de grandes profesionales dirigidos por Enrique Martín Arranz. El conocido taurino le bautizó con el sobrenombre de Carlos Ávila.

“Fue en la plaza de Carabanchel. Íbamos a torear y me preguntó mi nombre y le contesté: Carlos Morueco Gil. Entonces me dijo que de dónde era, de Ávila, le respondí. Pues a partir de ahora te anunciarás Carlos Ávila”. Y así hasta hoy. En aquella época, Carlos toreó con la escuela en una fiesta del PCE y le brindó un novillo nada menos que a Santiago Carrillo.

El aprendizaje en las sin caballos de Madrid, Ávila y Toledo con animales de gran tamaño no fue en balde. “Tenías la ventaja de que si estabas bien te ponían en el pueblo de al lado”.

Pregunta | Cuentan que algo de dinero les quedaba después de pagar a todo el mundo Respuesta | Algo sí. De novillero con ca-

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ballos estuve cinco años, hubo un año en el que llegué a sumar 43 novilladas y me sobró para comprarme una furgoneta. Mataba lo que salía en el Valle del Tiétar, Francia… pero pese a lo duro, era un goce torear. ¿Toreó en Madrid?

El día que debuté di una vuelta al ruedo, pero con tan mala suerte que el último novillo me lesionó un brazo y me impidió repetir. El año siguiente comencé triunfando en Valdemorillo, luego me pusieron en Madrid y las cosas ya no me fueron tan bien.

Tomó la alternativa en Cenicientos El mes de junio de 1984, de manos de Morenito de Maracay y Gallito de Zafra, una corrida de Víctor y Marín. ¿Con ilusión?

Por supuesto, quería darle un mayor impulso a mi carrera. Lo que pasa es que las cosas no salieron como buscaba. Me pasé ocho o nueve temporadas matando dos, tres… el año que más nueve corridas de toros. No tenía pensado hacerme banderillero, pero mis compañeros Yestera, Chocolate… con los que entrenaba, me animaron a hacerlo y di el paso en 1993. Tenía 33 años.

¿Y le costó cambiar el chip?

No. Tuve muy claro que para que el barco navegara el capitán es el que tiene que triunfar. ¿Recuerda el primer día que salió ya como hombre de plata?

Cómo para no acordarme, fue en Madrid en una corrida de toros. Hacía unos días que había matado una corrida de toros en Ávila, corté una oreja pero no me había encontrado bien, al día siguiente me fui a la Unión de Picadores y Banderilleros para sacarme el carnet. No sé cómo, pero se enteró Román Lucero y me ofreció torear ese mismo domingo en Madrid. ¿Qué tal le fue en esa primera temporada?

Toreé treinta y pico, pisando grandes ferias. Superó todas mis expectativas.

Y al año siguiente ya encontró colocación.

Ese invierno me llamó Victoriano Valencia y me ofreció ir con Pedrito de Portugal.

Después, le llamó César Rincón.

Así fue, estuve hasta que se retiró por primera vez. Luego me llamó Uceda

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Leal, después Miguel Abellán, Matías Tejela; a continuación con Manuel Díaz, “El Cordobés”, y el último año otra vez con Matías Tejela. Me corté la coleta en Villaviciosa de Odón. ¿Qué época es la que guarda con mayor cariño?

Todas. No sabría decirle. He tenido la oportunidad en los años que no iba en el grupo especial de salir con otras grandes figuras en mano a mano o corridas como único espada. Con todos lo matadores con los que estuve guardo una relación tremenda.

Quizá con Matías Tejela, que es con el que más tiempo he estado, tenga un recuerdo un poco más especial.

También fue a las órdenes de Víctor Barrio.

Toreé mucho con él cuando lo llevaba Josele. ¿Alguna vez le pidió consejo?

Le tenía muchísimo aprecio y cariño y por eso le arreaba mucho… En alguna ocasión me dijo que se fiaba mucho de mí…

Y, fíjate… (se le entrecorta la voz y se produce un largo silencio). ¿Tiene la impresión de que su generación fue la que empezó a prepararse físicamente más?

Pues no sabría decirle. Tengo compañeros que entrenan poco y no les hace falta porque en la cara del toro resuelven. En lo que se refiere a mí, siempre fui un obseso por el entrenamiento y tener en las manos un capote o una muleta. El mejor ejercicio es torear de salón, pero a mí también me gustaba el atletismo. En Villaviciosa había un equipo donde entrenaba el atleta Chema Martínez y me llevaba a los chavales. Ahora sigo haciendo lo mismo y me faltaría algo si no cogiera mi capote, muleta y me fuera a entrenar. ¿Qué es lo más complicado de la labor de un banderillero?

Tener ilusión. Y técnicamente, que cuando salga un toro malo tu matador no lo vea tan malo y que si sale uno muy bueno taparse al

máximo posible. La palabra que lo resume todo es eficacia. ¿Cambiar el oro por la plata le supuso también cambiar el manejo de los trastos?

He intentado que no, pero no niego que la expresión si varió algo para poder llevar lo más largo posible con el capote a los toros, para “abrir los caminos a los toros”, como dice el maestro Muñoz. ¿Y cómo entendía la forma en la que había que lidiar los toros?

Soy partidario de que el capotazo tiene que ser sometiendo a los toros, enganchar y llevarlos lo más lejos posible. Irse de lejos, pegarle uno y que se te vaya a tres metros puede hacer ver en el público un toro que no es. La inercia puede ser muy mentirosa cuando en el primero se te va a tres metros pero ya en el tercero se te queda debajo. Por eso siempre he entendido la lidia enganchando y sometiendo a los toros. ¿En quién se fijaba?

En muchos, pero hay uno que cuando era matador y, después, cuando me hice banderillero –y que me perdonen los demás–, que era el Pali. Tenía una forma de pegar un capotazo muy especial, con una facilidad muy difícil de imitar. Con los palos era muy sobrio. El otro día tuve la suerte de verle torear a su edad en casa de Felipe Garrigues y fue un deleite. ¿Y en quién se fija?

Hay un gran nivel, muchos muy buenos. Ahora mismo hay un porcentaje altísimo de grandes toreros. ¿Se fue con satisfacción?

El toreo tiene sus momentos y el día que dije que me iba lo hice contento y con la admiración de mis compañeros. Ese año, a final de temporada la Unión de Picadores y Banderilleros me dio un homenaje. Ha sido de los que más orgullo y emoción me ha producido. Ser banderillero fue la mejor decisión que pude tomar.

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LAS RAZONES DEL AFICIONADO

Hechos y prejuicios Texto: José Carlos Arévalo Fotografía: Juan Pelegrín

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or ejemplo, doscientos alpinistas mueren al año en España, costosos equipos humanos se juegan la vida para salvarlos, y nadie dice ni pío.

Por ejemplo, se calcula que cerca de mil bañistas se ahogan todos los años en España, y nadie pide que se cierren las playas.

Por ejemplo, las hordas futbolísticas provocan altercados, heridos, a veces, muertos, y exigen la intervención de grandes contingentes con armas defensivas, y a nadie se le pasa por la cabeza la interdicción del fútbol.

Por ejemplo, millones de animales destinados al consumo viven encajonados, se nutren artificialmente y mueren industrialmente, y (casi) nadie exige una reforma productiva de la industria pecuaria.

Por ejemplo, ríos y mares se han convertido en vertederos químicos y de basura provocando la extinción milenaria de especies vegetales y animales subacuáticas, y nadie toma decisiones drásticas.

Por ejemplo, la industria ha logrado durante un siglo más muertes que las guerras, y nadie se rebela ante el hecho de que el accidente mortal (casi) se haya convertido en una muerte natural.

Por ejemplo, la agricultura química y extensiva han diezmado peligrosamente especies silvestres e insectívoras necesarias para el equilibrio de los ecosistemas agrarios, y nadie parece haberse dado cuenta.

Por ejemplo… hay bastantes ejemplos más.

Evidentemente, el progreso tecnológico ha ido acompañado de una insólita anemia ética y cultural, y por eso la sociedad actual se toma el rábano por las hojas. Porque una locura es que, en este contexto de autodemolición lúdica e industrial, el cazador y pescador deporti-

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vos y el torero sean los paradigmas del mal. ¿Cuál es su pecado?

Posiblemente, la sinceridad. Cazar, pescar y torear es regresar al origen, a la lucha equilibrada de las especies. Lucha de subsistencia. Combate por la alimentación que exige el riesgo y la muerte. Bajo leyes naturales que limitaban la muerte de las presas y garantizaban la continuidad de sus especies, y bajo leyes culturales que estipulaban el uso preceptivo de determinadas armas y como la veda, que en el caso del toreo es el largo invierno.

En el cazador y en el pescador deportivos, la predación ya no está motivada por la nutrición (aunque se comen las piezas capturadas), sino que es un ejercicio nostálgico y lúdico, un regreso a la vida natural del hombre en la tierra.

Y en el torero, gracias a las cualidades cinéticas del toro, una restauración dramática y argumental, ritualizada y estética, del combate original, fundacional, del hombre con la naturaleza agresiva (y también el toro se come).

Los siglos han enriquecido culturalmente dicho combate. Del torneo medieval hereda un código ético. Del juicio de Dios, un arquetipo mítico. Del siglo de las luces, un método conceptual, la tauromaquia. Del templo, la liturgia.

Del foro, un orden democrático. Y del campo primigenio, la dehesa, el habitat privilegiado del toro. Esa suma configura

un universo cerrado puesto al servicio de un único acto: la prueba del hombre ante el animal agresivo, no un combate del hombre contra el toro. En el toreo, que el hombre venza al toro es irrelevante, lo que importa es cómo lo venza, cómo lo lidie su inteligencia, cómo lo toree su sensibilidad. Y, paralelamente, también es un juicio que evalúa al animal a través de la amplia gama de comportamientos que va desde la bravura hasta la mansedumbre. De ahí que la lidia sea tanto una celebración de las virtudes humanas como un reconocimiento admirativo del comportamiento animal. ¿Por qué esta restauración mítica (íntima y espectacular) del pleito primigenio entre el hombre y la naturaleza agresiva merece el anatema y condena de una parte de la sociedad española? ¿Será por el global influjo ternurista que anestesia la mala conciencia provocada por su pasividad ante la destrucción humana de la naturaleza?

Por cierto, nada tenemos en contra de la aventura del hombre en la montaña, ni contra los deportes agonales, pero sí detestamos su salvaje alienación competitiva. Tampoco impugnamos la industria agrícola, ganadera y pesquera, aunque rechacemos su salvaje depredación, no sometida a leyes más eficaces. Y nos indigna que el ecosistema de la tauromaquia, un vigente paradigma ecológico, sea presa del analfabetismo animalista y del progresismo folclórico.

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LA IMAGEN DEL MES

In memoriam

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sta era una foto más. Una de tantas. El 29 de mayo pasado Víctor Barrio se perfila para matar a Camarín, de Baltasar Ibán. Nunca pensé que esta foto iba a tener la menor importancia.

Víctor lo tenía todo para convertirse en uno de esos toreros que hacen del ruedo de Madrid su casa. Un torero al que le quedaban muchas tardes por hacer el paseíllo soñando con salir a hombros, tocando el cielo, camino de la calle de Alcalá.

Ahora ya no habrá más paseíllos, no habrá más fotos y esta ha adquirido un relieve para el que no estaba destinada. Es la última foto en Las Ventas de un torero que, dejando un enorme vacío, ha alcanzado la gloria eterna.

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Texto y foto: Juan Pelegrín

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