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Courtney Barnett
“ M e l l e v a u n r a t o d a r m e c u e n t a l o q u e quiero decir” Mujeres música en la 2018 .....
Con el lanzamiento de su segundo LP, Tell Me How You Really Feel, la australiana vuelve a poner el grito en el cielo. El próximo 26 de febrero se va a presentar en Niceto Club.
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P O R LY N D S E Y H AV E N S
courtney barnett se agacha al entrar a una habitación verde al fondo del Prospect Park Bandshell de Brooklyn. El cuarto está lleno de espejos iluminados y decorado con fotos de artistas como Surjan Stevens. Toda vestida de negro y tomando una taza de café, se acomoda en el futón y se prepara para la última entrevista de la jornada. Más tarde ese día, va a encabezar una fecha en ese mismo venue. Pasaron tres años desde que Barnett irrumpió como el nuevo éxito del rock alternativo crossover. Su debut de 2015 le valió una nominación al Grammy por Mejor Artista Nueva, ha tocado en festivales como Lollapalooza y Coachella, y en Saturday Night Live. Ahora, la australiana de 30 años admite que sufre de miedo escénico. “Demuestra que te importa”, dice. En el medio de la gira promocional de su segundo LP, Tell Me How You Really Feel, que lanzó en mayo y alcanzó el Nº 4 del chart Billboard Top Rock Albums, Barnett está serena: “Doy la idea equivocada del stoner relajado –dice–. Pero yo no soy stoner”, aclara. Después de que su gira del verano boreal concluyera en el Newport Folk Festival de Rhode Island, en julio, y antes de que comenzara una serie de shows por los Estados Unidos el 29 de septiembre, volvió a Melbourne para tomarse un respiro. “Es hora de volver a casa”, afirma.
¿Qué es lo mejor que compraste durante una gira? - En una época coleccionaba globos de nieve. Se puso muy difícil. Un par de veces me frenaron los de seguridad porque era mucha cantidad de líquido.
Cuando empezaste, ¿cómo era arreglar para tocar comparado con ahora? - Me mudé a Melbourne y no toqué música durante un rato, porque no sabía a dónde ir. No conocía a nadie. Solo trabajé full time y empecé a encontrarme con gente en los pubs. Trabajé en uno que tenía música en vivo y conocí a otros músicos, y para mí era una locura conseguir un gig. Empecé a llamar a todos los venues y decirles: “Dame un gig”. Y ellos respondían cosas como: “¿Cuánta gente podrías traer?”. Y yo: “Al menos quince amigos”. Y ellos: “No, malísimo”.
Al crecer, ¿trataste conscientemente de encontrar o escuchar más mujeres en el rock? - Estaba con bandas dominadas por hombres, y creo que nunca pensé “Puedo hacer eso”, lo cual está bien. Ni siquiera descubrí muchas bandas lideradas por mujeres hasta más tarde. Vi The Punk Singer [sobre la banda Bikini Kill, de Kathleen Hanna] un par de años atrás, e incluso eso fue algo nuevo para mí, porque cuando estaba creciendo escuchaba Nirvana y esas cosas. Nunca supe de las cosas del Riot Grrrl: Bikini Kill y Sleater-Kinney. Todos descubrimos cosas a nuestro propio ritmo. Existió desde siempre e inspiró siempre a personas distintas en épocas diversas, pero siempre pienso cuán diferente pudo haber sido mi vida si tan solo me hubiera expuesto a otra música.
¿Por qué pensás que algunas personas están ansiosas por etiquetar a la música con géneros? - Es complicado, porque hay personas que son despistadas y otras que tratan de ser útiles y de magnificar sus ideas reveladoras. Pero es difícil salir con alguna respuesta sólida, porque eso aliena a las personas. El modo en que diferentes grupos de personas son descritas o sexualizadas es interminable, pero es definitivamente mejor que la gente hable de esto y esté advertida de aquello ofensivo e innecesario.
Tu último álbum se titula Tell Me How You Really Feel. ¿Sos buena para decir cómo te sentís? - Cuando crecí justo accedimos a Internet y a programas de chat tipo ICQ y MSN. Chateaba con mis amigos y con mis novios. Pero de alguna manera, siento que disminuyó mi habilidad para comunicarme. Creó esta barrera, esta distancia. Ahora, odio las llamadas telefónicas y los mensajes grabados. Me generan ansiedad.
¿Por qué será más sencillo expresarse a través de la música? - Pienso que en cierto nivel no es espontáneo. Digo, la música sigue siendo espontánea, pero después de trabajar en canciones durante años, se vuelven confortables. Me lleva un rato darme cuenta lo que quiero decir y entenderlo. Me gustaría ser elocuente y ser capaz de expresarme, pero realmente lucho. Es realmente frustrante. Incluso me fue difícil leer un poema en el casamiento de mi hermano [a principios del año pasado]. Simplemente fracaso. Y en mi cabeza pienso “No te pongas nerviosa. Todo lo que hacés es incomodar a otras personas. Quedate tranquila”. Y no lo estaba.
Una vez dijiste que sos compla- ciente con las personas. ¿Cómo hiciste para luchar contra eso en este álbum? - Es esa idea de no querer causar drama. Crecí en una familia muy tranquila. Tengo el tipo de perso- nalidad que, por ejemplo, la sientan en una mesa de restaurante al lado de una ventana donde entra frío y dice: “Ok, está bien”. Y hay muchas capas de eso, del resentimiento que trae. Pienso mucho en que este ál- bum estaba explorando esas cosas, esa bronca y frustración y de dónde vienen. Hay una frase en “I'm Not Your Mother, I'm Not Your Bitch” que dice: “Me pongo más a la defen- siva / cuando sé que estoy equivoca- da”. Creo que cobra sentido por toda mi vida. Pero luego en este mundo de odio y de personas amenazadas y con miedo a lo desconocido, es un mecanismo de defensa natural. Esta- ba haciendo el duelo por muchas de esas cosas.