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La alimentación en el síndrome de Down
En el mundo, un bebé de cada mil nace con síndrome de Down, una alteración genética en la que hay un cromosoma de más. Todos estos bebés tienen características físicas especiales y un desarrollo físico y mental retrasado. Además, algunos van a tener uno o varios problemas médicos: malformaciones del corazón, enfermedades del tiroides, alteraciones digestivas y del sistema inmune, y enfermedades de la sangre incluyendo leucemia.
Cada persona con síndrome de Down es única. Algunas tienen muy pocas o ninguna complicación médica y un desarrollo físico e intelectual bastante cercanos a lo normal; mientras que otras están más afectadas y /o sufren mayor discapacidad intelectual.
Desde que nacen, es importante que estas niñas y niños estén bajo la supervisión de pediatras especializados que puedan detectar y tratar precozmente las complicaciones que puedan surgir.
¿Deben llevar una dieta diferente los niños y niñas con síndrome de Down?
Dependiendo de las enfermedades que padezcan puede que sea necesaria una dieta especial supervisada por su pediatra y un nutricionista. Por ejemplo, la enfermedad celíaca es más frecuente en estos niños, lo que obligaría a eliminar el gluten. Los problemas tiroideos también pueden precisar ajustes en la dieta.
Al margen de estos problemas específicos, todos los pacientes con síndrome de Down se benefician de una dieta lo más saludable posible, ya que, por diversos motivos, son más vulnerables a los efectos de una mala alimentación.
• Cuando son bebés, la falta de tono muscular puede dificultar la alimentación y ocasionar que no ganen peso de forma adecuada. Si esto ocurre hay que consultar con el pediatra y con un nutricionista pediátrico lo antes posible.
• Más adelante, el riesgo de obesidad es más alto que en la población general, por lo que es importante limitar los alimentos superfluos, ricos en grasas saturadas y azúcares y pobres en otros nutrientes (bollería, embutidos, harinas refinadas, postres lácteos azucarados, fritos, etc.).
• También son más proclives al estreñimiento, y por ello es esencial proporcionar una dieta rica en fibra: cereales integrales, legumbres, verduras y frutas deben ser la base de la alimentación diaria.
• Los niños y niñas con síndrome de Down tienen más tendencia a padecer caries y otros problemas de dientes y encías. Además de cuidar la higiene bucal y seguir revisiones periódicas con el odontopediatra, es fundamental limitar al máximo el azúcar y los alimentos azucarados. •
Miriam Martínez Biarge, Médico Pediatra, www.creciendoenverde.com | info@creciendoenverde.com