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Crenoterapia, la cura con aguas medicinales

Con la denominación “crenoterapia” se agrupan los métodos terapéuticos relativos a la utilización de las aguas medicinales o minerales. Las que forman parte de la crenoterapia son aquellas aguas naturales que, por razón de su temperatura y mineralización, se utilizan con fines terapéuticos.

Es muy importante el diferenciar la crenoterapia de la hidroterapia, dos términos utilizados con cierta confusión, ya que ambas terapias tienen en el agua sus causas y sus efectos.

En las prácticas hidroterápicas se emplea el agua como vehículo capaz de provocar frío, calor y sus temperaturas intermedias, limitándose sus propiedades a los efectos que provoca el agua según su temperatura y las diversas formas de aplicación: baños, duchas, chorros, percusión, baño vital, etc. El único elemento usado para la mejora es el agua, sin importar las sustancias que podemos encontrar en ella.

Sin embargo, en las aplicaciones crenoterápicas el agua que se utiliza debe tener necesariamente propiedades medicamentosas para que se pueda tener en cuenta dentro de esta terapéutica. Las aguas utilizadas pueden ser muy diferentes entre sí, pero la temperatura debe ser uniforme. Esta cuestión se debe tener muy en cuenta según la finalidad terapéutica a la que sea dirigida.

El correcto uso de las aguas minero-medicinales no es materia fácil, y su prescripción como remedio a una enfermedad determinada debe estar sujeta a las características individuales de la persona, dolencia que sufre, edad, constitución, estado psíquico y fortaleza, siendo tan importante la elección del agua adecuada como su aplicación, baño, irrigación, inhalación, etc.

A pesar de que pueblos como los asirios, egipcios o fenicios y otros muchos utilizaban los manantiales de agua medicinal, fueron los griegos y romanos quienes hicieron que esta práctica alcanzase tal auge que hoy en día sigue perdurando.

Las aguas minerales según su temperatura se clasifican en:

• Frías, menos de 22 grados.

• Templadas, 23-32 grados.

• Calientes, 33-42 grados.

• Muy calientes, +43 grados.

En las aplicaciones crenoterápicas el agua que se utiliza debe tener necesariamente propiedades medicamentosas

Tipos de aguas:

• Aguas sulfatadas cálcicas: indicadas en afecciones urinarias, litiasis, cólicos nefríticos, cistitis, afecciones del aparato digestivo y biliar.

• Aguas sulfatadas sódicas y magnésicas: tienen propiedades purgantes debido a su poder de provocación en las contracciones peristálticas.

• Aguas sulfurosas: se dividen en sulfuradas sódicas y sulfuradas cálcicas. Las acciones principales de dichas aguas es que son parasiticidas y están especialmente aconsejadas en las afecciones de la piel, enfermedades de los bronquios y pulmones, así como dolencias de los órganos genitales femeninos.

• Aguas cloruradas: aconsejadas para personas debilitadas a consecuencia de enfermedades recientes, afecciones de huesos y articulaciones también mejoran, se pueden usar en forma de inhalación para afecciones respiratorias, excepto asma.

• Aguas bicarbonatadas: facilitan la contractilidad intestinal y la evacuación estomacal. Indicadas también para la atonía gastrointestinal.

• Aguas ferruginosas: normalmente se administra en formato de bebidas, y están indicadas en estados nerviosos producidos por debilidad, en particular neurastenia, clorosis, anemia.

• Aguas oligominerales: son las aguas que contienen menos de un gramo de sustancia sólida por litro, sin que sea predominante ninguno de los componentes que la integran. Este tipo de aguas son las que habitualmente se utilizan como agua de mesa. •

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Roberto San Antonio-Abad, Presidente y responsable de Formación, de la Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales (COFENAT)

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