Edición del 18 de dic Sección Deportes

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ESPECIAL

Viernes 18 de Diciembre de 2020

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MUERE EL FAMOSO CRONISTA DE BOXEO Y LUCHA LIBRE

ALFONSO MORALES...

A SU MANERA... Pierde la batalla ante una enfermedad renal Le hablé por teléfono y me trato maravillosamente, sin darse cuenta que no había acudido a la cita. Le dije que ojalá nos pudiéramos ver, tomarnos un café por los viejos tiempos y me dijo que sí, pero igual, nunca nos volvimos a sentar frente a frente... Con su singular estilo y llamándome como lo hizo desde la primera transmisión que compartimos, con mi nombre completo me dijo “Edgar Valero Berrrrrrospe.... Yo te llamo y nos vemos...” La siguiente vez que supe de él fue esta tarde cuando me enteré que acaba de morir... Fue un gran narrador sin duda. No era una persona fácil, y lo se porque lo conocí cuando tenía 12 años y empezaba a transmitir las funciones de lucha libre con el “Mago” Septien en la Arena México, justo en la época en la que mi padre, José Luis Valero Meré, era la máxima autoridad en ese tema en el periodismo deportivo de México. Siempre se comportó caballeroso, político y dicharachero. Su personalidad finalmente se desdobló cuando a la muerte de Enrique Llanes, heredó el histórico espacio televisivo de “La Cabalgata Deportiva” Gillette, que se transmitía al acabar el partido del mediodía en el Canal 2. Alfonso Morales te gustaba o no. Pero, como me dijera hace algunos años una amiga, no pasaba desapercibido. Hizo amigos por todos lados y en el centro de la ciudad de México caminaba con una tranquilidad y seguridad como nadie, lo conocían hasta las piedras rodantes de las calles y era respetado, querido, admirado. No le ganó el ego enorme que tenía, pero muchas veces estuvo a punto de que así fuera, aunque no era necesario ocuparlo. Tenía su lugar.

SU LUGAR El querido “Doc” se ganó su lugar

a pesar de las enormes críticas que lo comparaban con Enrique Llanes, pero tuvo la humildad de aprender, de leer y leer, pero pasaba de lo sobrio a lo banal en un suspiro y luego, casi inmediatamente regresaba a la cordura y a las formas elegantes. Lo normal en él, era exclamar admirando a su interlocutor, quien quiera que fuera. El “Wagen”, el de las tortas en la esquina de Televisa Chapultepec, Víctor Manuel Rabanales o Julio Cesar Chávez. No se guardaba nunca sus ideas y eso también le causó serias confrontaciones. Pero no le importaba, estaba seguro de quien era y qué quería. Cuando llegué a Televisa, para mi fue un suceso personal, a pesar de que ya había intentado trabajar allí en varias ocasiones, incluyendo aquella en la que estuve menos de cinco minutos frente a Teodoro Cano, de quien después fue jefe en Televisa Deportes, yo sabía que alternar con el Doctor Morales no iba a ser sencillo. Me puso a prueba, me lanzó todo tipo de “toritos” en las primeras funciones en las que trabajamos juntos, pero pasé la prueba, me gané su respeto profesional y supo honrar la situación. Yo también honré siempre su estatus. Siendo quien coordinaba las funciones de boxeo en la televisora, jamás le falté al respeto o puse en duda su jerarquía como narrador. Nunca he sido así, pero con él y con don Jorge “Sonny” Alarcón, fue todavía más cuidadoso. El Doctor se encontró de pronto un día, que, siendo especialista en basquetbol, pero amante de todos los deportes, le llegó así, como lo que mencioné de la Cabalgata Deportiva, de manera inesperada, la oportunidad de transmitir la pelea de las Zetas, el famoso combate entre los dos campeones mundiales de peso gallo mexicanos, Carlos Zárate el del Consejo y Alfonso Zamora el de la Asocia-

EL DATO

El reconocido cronista de boxeo y lucha libre el doctor Alfonso Morales, cuyo verdadero nombre era Gilberto Alberto Morales Villela, dejó de existir luego de un problema renal. Su sobrino Leonardo Riaño lo confirmó en redes sociales “Hace unos minutos falleció mi tío, mi gran maestro y amigo El doctor Alfonso Morales. Su hermana Lulú, su hermano Armando, Ofe y yo lo hemos acompañado en una dura pelea frente a una deficiencia renal. Gracias a todos por su cariño a un enorme ser humano”. En la década de los noventa, el doctor Morales –siquiatra de profesión- fue columnista de esta casa editorial.

ción, corría entonces 1975.

EL PROMOTOR Resulta que el promotor de Azteca Promotions, Rogelio Robles y su socio, Ricardo Maldonado, no quisieron aceptar lo que consideraron una ofensiva oferta de parte de Televisa para transmitir la pelea, y prefirieron “regalar” los derechos a Canal Once para que se transmitiera en México, y el “Doc” se la “echó” sólito... Fue un aviso de que atrás de los grandes maestros Sonny Alarcón y don Antonio Andere, venía “alguien” que, si bien no lo hizo para hacerles sombra, tenía su estilo y llegaría a ser tan famoso como ellos. Para cuando llegó 1998, y ya habíamos superado nuestras diferencias profesionales, el Doctor, Roberto Sosa y yo éramos el equipo número uno de transmisiones de boxeo. Un lugar especial tenía para los eventos súper especiales don Jorge Alarcón, a quien no quemábamos en infiernitos. A las grandes noches en Las Vegas, Nueva York, Miami, Denver, Reno, Los Angeles, Salt Lake City, Atlantic City, Phoenix, El Paso,

El doctor Alfonso Morales. Descanse en paz.

Nashville, Dallas, San Diego, Houston y no sé cuantas ciudades más, los enviados éramos el Doc, Sonny y yo. Algunas otras elegí que fuera Roberto Sosa quien tomara el lugar que yo podía haber reclamado de forma permanente para mí, pero no lo hice.

BOXEO Transmitimos juntos peleas de Chávez, Tyson, Leonard, Norris, Morales, Barrera, Zaragoza, Holyfield, Castillo, Arce, De la Hoya, Márquez, y una constelación auténtica. Dos noches se quedaron marcadas en mi memoria para siempre... Cuando el 18 de septiembre de 1998 narramos la revancha de Julio César Chávez y Oscar de la Hoya y cuando Cristian Bejarano ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Sydney en Australia en Septiembre del año 2000. En la primera fui de comentarista en medio de dos monstruos. Morales y Alarcón. No había espacio para las payasadas de poner a tres narradores como en alguna ocasión se hizo en Televisa con los juegos de la Selección Nacional o el Clásico América-Guadalajara. En el boxeo hice que se respetaran los canones y entonces, Sonny narraba los rounds nones y Morales los pares. Yo la hacía de analista. Esa pelea de Julio y Oscar, debe haber sido la más vibrante transmisión que hayamos compartido. Cada quien, con su estilo, cada quien en su papel, con autoridad absoluta en el tema y sin las payasadas que se escuchan ahora en las transmisiones. En la de Bejarano, no hubo tiempo para muchas reflexiones, al fin, boxeo olímpico, pero esa fue la última vez que don Jorge Alarcón hizo una transmisión de un evento deportivo en vivo. El Doctor y yo alternamos con

él. Tres meses después murió a consecuencia de metástasis en los huesos. Hace unos dos años quise entrevistar al Doc, no para que fuera precisamente una entrevista, sino porque me enteré que andaba muy mal anímicamente, ya le estaba pegando, según supe, el Alz-Heimmer. Le llamé y lo invité a mi programa de radio. Dijo que sí, pero no llegó a la cita. Luego le hablé por teléfono y me trato maravillosamente, sin darse cuenta que no había acudido a la cita. Le dije que ojalá nos pudiéramos ver, tomarnos un café por los viejos tiempos y me dijo que sí, pero igual, nunca nos volvimos a sentar frente a frente... Con su singular estilo y llamándome como lo hizo desde la primera transmisión que compartimos, con mi nombre completo me dijo “Edgar Valero Berrrrrrospe.... Yo te llamo y nos vemos...” La siguiente vez que supe de él fue esta tarde cuando me enteré que acaba de morir... Alfonso Morales fue quien fue. Vivió como quiso... Creo que la famosa canción de “A mi manera”, aplicaría perfectamente para describir su vida... Hay seres humanos que transitan por el tiempo con pasmosa calma, como si no transcurriera, caminan despacio, otras ves aprisa, pero sin definir el rumbo, yo no se si el Doc supo cual sería su rumbo en la vida, pero algo que sí se es que seguramente no le preocupaba mucho, lo suyo, lo de él, siempre fue ser simplemente Alfonso Morales. Yo me quedo con esa fortuna de haberlo presentado en interminables transmisiones con el “Primer episodio en la voz de mi querido Doctor, Alfonso Morales...”.


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