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uenta una leyenda que hace mucho pero mucho tiempo, en un rincón muy escondido de la Patagonia, existía un lugar maravilloso, lleno de bosques, praderas, animales y aves silvestres, donde se encontraba un hermoso río de aguas puras y cristalinas junto al cual vivía una comunidad Huilliche muy feliz y conocida por cuidar y respetar el medio ambiente.
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ntre los habitantes de los clanes aledaños se rumoreaba que la gente de ese lugar tenía virtudes extraordinarias, que no envejecían y tenían una conexión especial con la naturaleza y los animales. Se comentaba también que en el río había enormes pepitas de oro que brillaban como estrellas encendidas en las noches de luna llena.
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n la época de la conquista de América, estos rumores llegaron a los reyes de España, quienes al enterarse de estas supuestas riquezas no dudaron en enviar a sus tropas a ese lugar para llevarse los tesoros y secretos de la eterna juventud. Los habitantes de ese pueblo al enterarse de que serían saqueados se pusieron muy tristes y su Lonco que era líder muy sabio encomendó a todos los jóvenes a idear un plan para salvar el lugar. Ante su desesperación, ofreció la mano de su única hija llamada Ayalén que era la joven más pura, hermosa y bondadosa de ese lugar a quien consiguiera el objetivo.
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ue así como el valiente Ñancuan no dudó en ir al encuentro de una kalku que vivía en la Quebrada del Diablo en los faldeos del volcán Osorno y le pidió que le preparara una pócima para oscurecer el río y así poder esconder los tesoros. Ñancuan y Ayalén habían mantenido su amor en secreto desde la infancia y no concebían la idea de ser separados. La malvada kalku ante la insistencia del enamorado accedió, pues vio la oportunidad de capturar el alma de los habitantes y la esencia de la eterna juventud.
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l séptimo día y luego de sortear innumerables peligros, el joven Ñancuan regresó a su aldea y vertió la sustancia en el río oscureciéndolo de inmediato y dejándolo más negro que una noche sin luna. Los habitantes fueron rápidamente a esconderse al bosque pues los huincas ya se encontraban muy cerca.
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legado el momento del atraco, los españoles al pasar por ese lugar encontraron una aldea abandonada y sólo vieron un río de aguas turbias y muy oscuras que bautizaron como Río Negro y se fueron pensando que todo era sólo una leyenda.
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l día siguiente, el río volvió a ser claro y transparente y los habitantes salieron de sus escondites. Todo era alegría y risas pues sin necesidad de pelear habían vencido a los conquistadores. Hombres, mujeres y niños se dirigieron al río a bañarse mientras entonaban bellas canciones y agradecían el coraje del joven Ñancuan, pero al sumergirse en dichas aguas no sospechaban que sus cuerpos quedaban impregnados con el hechizo de la kalku.
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legó el momento en que el valiente joven se casaría con la bella Ayalén. Todo era amor y vivirían finalmente felices para siempre. La ceremonia fue maravillosa hasta que llegó el momento del beso del verdadero amor.
E
sto provocó que el hechizo de la kalku hiciera efecto y todos los habitantes de la comunidad fueran convertidos instantáneamente en árboles formando un denso bosque y quedando así capturados sus cuerpos y sus almas para siempre. Cuentan que desde ese entonces los árboles que crecen en ese lugar son mágicos, están conectados entre ellos y transmiten vibraciones y esencias espirituales pues contienen el alma y las virtudes de sus habitantes originarios.
Relatos ancestrales de la Familia Nahuelpán Adaptación de Leonardo Molina con la colaboración de Marcela Montes. ILUSTRACIONES: CATALINA VERA khaydriel PRODUCCIÓN: ALEXIS REYES Patrocina:
Registro de propiedad intelectual N° 303.518 - ISBN: 978-956-398-827-7 La leyenda del Río Negro Copyright © Todos los Derechos Reservados