La muestra se vertebra en torno a la apariencia “real”, la mímesis. Pero nunca hay una mirada “pura”: el autor necesita expresar con lenguaje propio, libre y creativo sus fantasías y su “forma de ver”, su diégesis.
Los autores tienen historias, edades y vivencias muy distintas. Pese a ello, sus procesos miméticos y diegéticos confluyen en una ruta común: la plata. La gelatina de plata exige un conocimiento profundo del proceso y el alma de la fotografía. Precisa ser trabajada con lentitud, con conocimiento, con esmero…sólo así puede ofrecernos joyas únicas.
Nuestros orfebres son: Juan Carlos Vázquez. Fotografía lo que ve; en esta ocasión ha visto Etiopía. Rubén Morales, obsesivo esteta perfeccionista, nos enseña sus recuerdos imaginados en un bosque. Andrea Sánchez Elía, joven talento. Está conociendo el mundo desde su Leica, y aquí nos enseña la India. Flore, que persigue sueños ocultos tras la realidad, y reflexiona sobre el paso del tiempo.