DANIEL IBARZABAL
Donde fragua el fundamento
A finales del siglo XIX y hasta principios del XX, la escultura parecía estar atrapada en su pasado, incapaz de acompañar a la pintura y a otras disciplinas en el experimentalismo radical, sorprendente y realmente nuevo que desembocaría en la creación del arte abstracto. Pero afortunadamente los escultores, viéndose obligados en muchos casos a renunciar a principios milenarios como la figura o la forma concreta y el volumen, encontraron una vez más esa “forma”. Rompieron con lo clásico, empezaron a crear lo que pensaban, a esculpir ideas, a trabajar en lo que no se ve. Podríamos agrupar gran parte de estas ideas de la estructura del siglo XX en dos grandes movimientos: la geometría y el biomorfismo. Es decir, las formas altamente racionales y constructivistas y las formas más elementales de la naturaleza. El mundo cuadrado frente al redondo. A mí me interesan los dos. No me parece que la forma de la rama del pruno del jardín sea menos interesante y abstracta al mismo tiempo, que unos poliedros de hierro intentando delimitar un horizonte imaginario. Durante el proceso de creación, en el cual el objeto o la figura ya no es solo la materia sólida, sino la suma que esta hace con el espacio, uno a veces prefiere las líneas o los cubos y otras; sin embargo, la propia escultura te lleva a elegir curvas y círculos para definir de manera simbólica, por ejemplo, el paso del tiempo. A menudo, el arte no gusta porque no se entiende, estando el ojo más acostumbrado al arte neoclásico, romántico y al naturalismo en su representación de la vida. Pero hoy las tendencias de la pintura o la escultura no aspiran a mostrar la vida tal como es sino a crear otra realidad, cambiar de perspectiva y de ideas preconcebidas. Por eso, entender la escultura moderna no puede convertirse en un obstáculo, para mí tiene que entrar primero por los sentidos y sólo después por la razón, mi propósito es crear una obra lo suficientemente abierta para que cada uno la interprete como quiera. Intenten ver lo que miren y sentir lo que toquen. Daniel Ibarzabal.
ISLA DE LUZ I 2020 Hierro 12 x 12 x 12 cm
ISLA DE LUZ II 2020 Hierro oxidado 12 x 12 x 12 cm
AMÉRICA VI 2012 Hierro 33 x 10 x 23 cm
El artista se mueve entre lo artesanal y lo industrial, la utilización de ambas técnicas le permite tratar el hierro, que es como dibujar en el aire. Unir las partes, conseguir ligereza en los volúmenes, formular un lenguaje escultórico es “dibujar en el espacio”, como decía Julio González, gran renovador de la escultura del siglo XX y padre de la escultura moderna en hierro. Llegar a la abstracción a través de una descomposición de planos, dando protagonismo al vacío y generando una suerte de esculturas multifunción es lo que consigue Daniel Ibarzabal, soldando aristas, líneas, planos, huecos y perfiles.
El resultado de este trabajo hará que podamos perdernos entre sus esculturas, descubriendo desde un atardecer de intensa presencia energética y cargado de subjetividad, hasta sus figuras pluriformes múltiplos de cuatro que transforman en 12, 18 o 24 las posiciones de cada escultura. Blanca Soto
50 VUELTAS AL SOL I 2018 Bronce Edición 15 10 x 25 x 5 cm
50 VUELTAS AL SOL II 2018 Bronce Edición 3 10 x 25 x 4 cm
BIDEAN XIV 2016 Hierro 18 x 38 x 8 cm
BIDEAN XIX 2016 Hierro 40 x 35 x 30 cm
BIDEAN XXII 2015 Hierro 45 x 140 x 30 cm
BIDEAN XXV 2016 Hierro 18 x 35 x 12 cm
BIDEAN XXXI 2020 Hierro 15 x 25 x 15 cm
JOKU II 2018 Hierro 18 x 18 x 18 cm
JOKU III 2018 Hierro 18 x 18 x 18 cm
JOKU IX 2019 Hierro 15 x 15 x 15 cm
JOKU X 2019 Hierro 16 x 16 x 16 cm
Manuel Rodríguez Aseijas en su texto sobre la obra de Daniel Ibarzabal, escribe y lo describe como un hombre polifacético y transversal y así ocurre con su obra. Daniel es un hombre apasionado e inusual en un universo donde es difícil separarse de la inercia que nos arrastra a un mundo dominado por lo materialmente inmediato. Lucha contra su absorción en la unidimensionalidad predominante, y reorienta el rumbo de lo vital hacia el arte, hacia lo estético. Su obra parte - en cierta medida - del “Quosque Tandem”, pero sin convertirlo en una religión. Aunque también se abre a otras realidades más iluminadas, de culturas urbanas y sonidos diversos y complejos. Su arte se interesa por la geometría y los campos de fuerza. Busca la experiencia fáctica de la vida, con una mirada que no es inmediata en la representación sensible, sino desvelando lo invisible tras la materia y la forma. La forma como respuesta al enfrentamiento con el vacío. El universo metafísico de sus mayores se agranda y enriquece con su experiencia vital, con sus otras vidas ampliamente orientadas en personas y perfiles, en ese mismo mar donde navega el pez que vive a la sombra de frondosos árboles de luz.
JOKU XVII 2020 Hierro 32 x 22 x 6 cm
ORTZIMUGAN III 2018 Hierro 52 x 116 x 10 cm
ORTZIMUGAN VII 2020 Hierro 42 x 24 x 6 cm
ORTZIMUGAN VIII 2020 Hierro 40 x 20 x 5 cm
ORTZIMUGAN IX 2020 Hierro 30 x 20 x 15 cm
Vista exposición ISLA DE LUZ, 2021, Galería Blanca Soto Arte, Madrid
ISLA DE LUZ, 2021, 4 Grabados, Poema M. Padorno, 54 x 42 cm
Igual que veo algunas de sus esculturas como dibujos, los grabados que nos presenta Daniel los percibo casi como esculturas encerradas en una superficie plana. En ellos podemos advertir claramente la forma pero también la sensación de peso, de solidez y la textura del metal. Hay que darse tiempo para buscar la belleza y el equilibrio de lo que no se ve: las líneas, la solidez y el peso, pero también los espacios vacíos, los huecos, incluso, las sombras que proyectan. En definitiva, mirar, buscar, tocar, disfrutar y sentir. José Beirán
CV Nacido en Zumárraga, 1968. Se licencia en la Universidad de Kentucky (USA) y obtiene un MBA en el IE Business School de Madrid. Ha desarrollado su carrera profesional en grandes compañías ocupando distintos puestos de responsabilidad. Desde hace casi treinta años reside en Madrid con su mujer, Patricia y sus hijos Lorea y Asier. A lo largo de los años ha viajado por los cinco continentes, con los ojos lo más abiertos posibles, aprendiendo a mirar.
Llega al arte a través de doce años de prolongadas conversaciones con el pintor y poeta Manuel Padorno, quien introduce con detalle y mimo no solo en la aproximación a la pintura y la literatura sino también a la escultura y la arquitectura. La obra de Malevich, Rothko, Pollock, Millares, Brancusi, Oteiza, Chillida, Chirino, Palladio, Ghery, Moneo, entre otros, se le hace familiar. Como lenta respuesta a esta intensa inmersión, sobre todo en la escultura, Daniel comienza a experimentar con alambre y arcilla; continúa con madera, dibujos, collages y grabados hasta llegar, por fin, a trabajar en hierro, material tan afín a sus raíces. (Zumárraga está en el corazón de Gipuzkoa, en el valle del hierro). Aprende el oficio de la forja y ahí sigue en la fragua, buscando su camino… de hierro. Exposiciones Individuales: 2021 Isla de Luz. Galería Blanca Soto, Madrid. 2020 Daniel Ibarzabal. Centro de Arte Anabel Segura, Alcobendas, Madrid. 2018 Daniel Ibarzabal. Rumson Gifts, Atlanta, USA. 2014 Daniel Ibarzabal. Centro de Interpretación La Antigua, Zumárraga, Gipuzkoa. 2010 Daniel Ibarzabal. Casa de cultura, Zumárraga, Gipuzkoa. Exposiciones Colectivas. 2018 Estampa 2018. Galería Obra Gráfica Original. Madrid. 2010 Curvas Imposibles. Casa Marga, Manzanares El Real, Madrid. 2009 SIAP´09. Madrid
Agradecimientos: José Beirán Ogamipress Óscar Rojas Manuel Rodríguez Espacio Manuel Padorno
Créditos: Fotografías realizadas por Carmen Prieto Remón. Realización y maquetación del catálogo: Galería Blanca Soto, Margarita Callizo y Martino Ariano.