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Callejeando por Bolbaite

Por José Fco. Torres Martínez

Es una tarde soleada de febrero de este 2023 y con la merienda en la mano subimos con nuestros nietos a la Ermita a buscar “piedresicas”. Creo que todas las generaciones de nuestro pueblo lo hemos hecho a lo largo de los tiempos. Del mismo modo que, sin poderlo evitar, nos asomamos a mirar todo el valle que desde allí se divisa. De repente Jairo, con su exultante inocencia dice ¡Mira yayo, mira! Eso es Bolbaite, yo vivo allí. Casi sin acabar la frase, Hugo con su incipiente madurez, le dice: eso él ya lo sabe, que él también vive en Bolbaite.

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Como si de un resorte automático se tratara, mi mente y mis ojos se quedan clavados en el pueblo y me digo ¡Cómo ha cambiado! Me pasan fugazmente imágenes, cosas que había y ya no las hay. Por un instante me veo tentado de empezar a explicarles a Hugo y Jairo todos esos cambios, pero la tarde es para otra aventura: merendar y buscar “piedresicas”.

Esa noche, al calor de la lumbre como antaño, Loli y yo empezamos a tirar de recuerdos y repasar las cosas del pueblo que nuestra memoria nos permitía ir enumerando. Sea como fuere las “piedresicas” nos han traído a estas páginas. Y es que creo que todos los niños, muchísimos jóvenes y bastantes adultos desconocerán o no recordaran las actividades y ubicaciones que en nuestro pueblo ha habido y han desaparecido. Yo propongo en estas páginas hacer un recorrido a través del tiempo y callejear por nuestro pueblo describiendo aquellos sitios y vivencias sirviéndonos de las actuales. Es muy posible que olvidemos algo, pero qué mejor ocasión para que quien advierta ese olvido nos lo haga saber para que en el futuro sea recordado.

La propuesta, cronológicamente, la iniciaremos desde los tiempos en que mis padres y abuelos me hablaban de su época. Eso nos lleva, con mucho riesgo, a los años 30 del siglo XX, incluso antes.

Empezamos el paseo, nuestro punto de encuentro y partida es al finaldel Ravalet, donde conflue con la calle Honda y denominamos Los Vanacloches o Huerto de Abel. Seguidme hacia la Plaza de La Iglesia y mirar, aquí en el nº 7 tuvo el estanco en los años 40 Rosario la Garsía. Justo al lado el horno de las Pastoras y allí en el número 2 estaba la peluquería de Rosarito y en el nº 1 tenía tienda de ropa Amparo la Estanquera. Si miramos hacia arriba, hacia la calle Castillo, la primera casa era la almazara del tío Piquero y os diré que en el mismo Castillo Moro mi abuelo iba a escuela hacia el año 1890. Por detrás del edificiodel Ayuntamiento entra hoy el policía local a sus dependencias. Antes entraban por el mismo sitio, a un edificioantiguo, las chicas a escuela y posteriormente estuvo la vivienda del secretario municipal y del guarda forestal. Los chicos también iban a escuela aquí, pero la entrada era por otra puerta, por la cuesta. Estamos en plena plaza de la Iglesia y aquí entre los años 30 a los 60 hubo un auténtico centro comercial. En lo que hoy son los números 5 y 6 el tío Capoll tenía tienda de ultramarinos, el cine Ideal donde “tiraba” el cine el tío Juan Vicente de Chella y el casino de la Plasa. Todo se cerró, pero en los años 70, con la revolución de Club Joven volvió a ser cine, teatro, bar, biblioteca y centro de reunión. Si miramos al edificiocon el nº 7 os diré que en el primer piso las chicas fueron una temporada ahí a escuela, los chicos tuvieron la sede de la O.J.E con el simple nombre de “El Sentro” y bajo sus escaleras estaba el calabozo. En la planta baja se ubicó durante los años 60 y 70 el centro de control de la cría de gusanos de seda de toda la comarca. Allí conocimos a Benjamín y Jesús, delegados de Lombard S.A. que distribuían la “simiente” de gusanos de seda para criarlos en las casas y allí se llevaba, se pesaba y cobraba la cosecha de capullos de seda. En septiembre de 1975 se gestionó aquí la que sería la ÚLTIMA cosecha de gusanos de seda de toda España.

A la izquierda está la calle Mariano Benlliure, el Rabot. En ella, el nº 8 tuvo una especie de trinquete y en el nº 10 el estanco el tío Pepe la Morena. Enfilamosla calle Larga y vemos el nº 4 y recordamos el montaje de la tómbola de Acción Católica. En un pequeño cuarto del nº 3 Juanet montó sucesivamente pescadería y zapatería. Pero en el nº 5 estuvo la mítica tienda de electrodomésticos de Enrique Baldoví. Montaba personalmente los televisores y descubrimos que con una lámina de plástico, como por arte de magia, la pantalla de blanco y negro se transformaba en “colores”. El nº 16 tuvo la carnicería de Visentica l’Alejandrina y en el 20 Casimiro Mompó tenía su joyería, óptica, relojería, incluso telas para confección. Justo enfrente podíamos tocar a la puerta 17 y tener servicio de taxi de Secundino Cuquerella. Hoy vemos todavía en el nº 19 la tienda de ropa de La Sariera y el nº 21 tenía la tienda Federico Cuquerella o de la Polisona, también la barbería de Joaquín el Barbero y posteriormente peluquería Gema Cuquerella. Enfrente, en el nº 28 tuvo el tío Agustinet (Agustín Montoliu Abad autor del himno a San Francisco) su albardonería en los años 30, posteriormente tienda Matilde la Polla y después reparación de calzado y confección de “albarcas” Pepe Lera. Acaba la calle Larga con la carnicería del tío Rufino en el nº 30

Perdonad, pero para seguir un orden tenemos que volver calle Larga arriba para bajar por la calle del Río. Mirar, tenemos el número 3, donde estuvo el medico D. Graciano cuando vino a Bolbaite y aquí el 5 donde JosefinaSalvat, Josefinita,sellaba las quinielas, en un pequeño cuarto del nº 9 tuvo la albardonería el tío Chufa, en el nº 8 estuvo la almazara de Joaquín Bravo y en el nº 10 la carnicería del tío Pepe el Carnisero, todo esto por allá por los años 30 y 40. En la “replaseta” siguiente el nº 14 albergó el estanco del tío Antonio el Estanquero y posteriormente tienda de ropa de su hermana María.

Enfilamosahora la calle Parda, oficialmentecalle Canalejas. El nº 2 tuvo la fábrica de queso Antonio González, el 6 la tienda de regalos La Picaladora de Paco Tarsan, posteriormente de material fotográco. En el nº 10 tuvo carnicería Pepe el Vaquero y el 12 vio la barbería de Jaime el Ratal. Si subimos al carrerón de arriba nos encontraríamos reubicado a Pepe Lera el zapatero y en el 11 tenía peluquería

Carmen la Mansia, el 14 tuvo el horno panadería de Amparo la Patilla y posteriormente de Candidín. En el nº 16 estaba el horno de Carmelo (que era de Las Martines) pero tras ser derruido se convirtió en un moderno comercio de electrodomésticos y de “todo un poco” (pregunte por lo que no vea) regentado por Pepico Valentín y Teresa la Aragonesa. Allí en el nº 13 instaló hasta su cierre la carnicería Carmen la Chellina y en el 20, donde vemos ahora dos viviendas estaba el casino de Fernando, el 26 fue pescadería con Teresita Sales. En el nº 30 está la actual ubicación del estanco de Amparo la Estanquera y anteriormente también tienda de ropa. El 15 conoció peluquería (Javi Peluqueros) y floristría. En lo que sería el nº 17 hoy está la Cooperativa Agrícola de Bolbaite y la oficinabancaria de Cajamar, pero anteriormente había dos casas y en la recayente a la calle Honda las Chamonas vendían vino, gaseosas y refrescos en general. El actual número 34 y 36 son en sí un paradigma. En principio era una casa y allí se representaba el teatro en Bolbaite, con posterioridad se parte en dos casas y en el 34 hemos conocido sucesivamente la tienda de la tía Arcadia, el comercio de revistas de Ana Segura y el comercio de Tere la Sapatera. En el 36 hemos conocido carnicería de Carmen la Chellina, heladería de Dolores la Mansia , habitaciones de hospedaje de Dolores la Muñosa y recayente a la calle Honda el bar El Polvorín en sus sucesivas etapas.

Estamos en lo que llamamos El Barranco, el sector de la calle Honda que va desde el puente hasta la subida al Calvario. Nos colocamos en el nº 2, donde hoy tenemos el comercio de comestible de Francho y Verónica, pero antes fue heladería de Pepe y Gracia siendo después oficinabancaria de Bancaja. El 4 hoy alberga la carnicería de Dalio que anteriormente fue almazara de los Bravo pero antes destilería de alcoholes. El 6 siempre lo hemos conocido con el horno de la Serrana (Liberato) y oficinade correos al mismo tiempo. En el 8 hemos visto la guardería de la tía Aurelia y carnicería de Maria la LLuiseta. El 10 tuvo la fábrica de gaseosas, refrescos, polos y hielo Espumosos Albuixech, pero antes hubo un bar del tío Pepe Julia. A continuación teníamos la carpintería de Pepe el Fustero, también fue pescadería Pepi y floristeía. En el 12 carpintería de Salvador Gómez y posterior bar La Pachanga. Lo que hoy es la entrada a la calle Nueva, oficialmenteSanta Cecilia, era la herrería de Pepe el Herrero hasta su derribo en los años 40, con lo que se abre la calle. Hoy en el 16 vemos la farmacia de Tadeo Benavent, al lado hemos conocido pastelería y corresponsalía bancaria. Al otro lado, el nº 3 siempre tuvieron su molino los Polop, posteriormente guardería el Molino y peluquería de Esther. El siguiente edificiofue locutorio telefónico cuando solo existía un teléfono en el pueblo y hospedaje de Dolores la Patilla. En el nº 20 ha habido tienda de comestibles en diferentes etapas, desde Pepa la Simona, pasando por Vivin, Mauricia, Teresa la Sapatera y Francho. En el 22 siempre hemos visto carnicería, primero del tío Pepe el Carnisero, después de Antonio Moltó (El Chellino) y luego de Paco el Dalio y Carmen la Palopa. Enfrente, entre los números 7 y 9 han habido sucesivamente el casino de Capoll, tienda de ropa de María la Estanquera, almacén de bebidas de Pedro la Felisia, electrodomésticos de Pepe el Capoll, reparación de relojes de D. Ignacio Cerra, peluquería/barbería de Pili y Francisco el Molinero. Arriba en el siguiente número estuvo la tienda de comestibles de Rosario la Garsía. Y al lado derecho estuvo, hasta su demolición, el horno del Calvario que comunicaba a las dos calles y que entre otros regentó Quico Polsera y la tía Irene. También hubo un pequeño cuarto donde Paco el Sapatero reparaba calzado. Luego Pepe el de Gema construyó el actual edificioy ahí hemos conocido el taller de motos de Francisquin y la peluquería de Rosarito y Filiberto. En el nº 26 siempre hemos visto el horno de Rullo, aunque también recuerda alguien barbería de Joaquín el Rullo. En el 15 había una almazara de la familia Argente y al lado Rafel el Barseló vendía bebidas, recambios de gas butano y rellenaba con “bensina” las “misteras”. Justo enfrente volvemos a encontrar a Paco el Sapatero en su taller. Seguidamente, donde la calle hace la rinconada, encontramos a Milio el Sistiller con su taller de cestas de caña y mimbre, al tío Miguel Ángel de albardonero y a Ramón el Sumieres en su taller de carpintería haciendo somieres para camas. Saltamos al número 40, donde frente al escaparate de “ca” Miralles se encendían los ojos de los niños mirando muñecas, soldaditos, monedas de chocolate o carbón dulce para pedir a los Reyes Magos. Dentro un mundo de sensaciones de artículos de ferretería, utensilios, comestibles y hasta servicio de cristalero. Enfrente, justo donde empiezan “las escalericas” tenía la carpintería el tío Pirraña, hoy justo al lado está la oficia de correos. En el nº 46 Casanova tenia despacho de pan y en el 48 Froilán Herrándiz tuvo carnicería, justo al lado de arriba Rosario Aliques Albuixech, Rosarito puso su primera peluquería.

Saltamos al 64 donde tenía tienda de ropa Encarna la de Pañero y en el nº 74 estaba la tienda de ropa de la Pañera. Por toda la calle venimos notando un olor peculiar y es que en el nº 80 está Salvador el Herrero atendiendo el herraje de caballerías. Hoy si nos dirigimos hacia la plaza veremos que está la oficinade la Mancomunitat. Antes de eso biblioteca y almacén municipal, construido sobre parte del Huerto del Cura. Y al lado de la herrería tenemos a Joaquinito el Barbero en su barbería. En la esquina siguiente estuvo el estanco de Antonio el Estanquero, a continuación en el nº 88 tuvo su primera peluquería Rosarito. Subimos la pequeña cuesta y en el nº 100 estuvo la carpintería de Salvador el Cresensio. No hay más en la calle Honda, nos damos la vuelta y bajamos hasta el cruce con el Calvario. Aquí encontramos la tienda de comestibles de Meregildo y Nati, en el nº15. Más adelante, en el nº 30, tenía Francisco Novella el Sebolla su taller de forrar garrafas con caña y mimbre. Allá al fondo en el nº 95 vemos las escuelas, construidas sobre al solar de las que se construyeron en 1955, las cuales se edicaron sobre el viejo cementerio.

Por seguir el orden numérico de los edificiosvolvemos al Barranco para enfilarla calle Santa Cecilia, recordando que en el lateral de lo que hoy es farmacia tuvo verdulería Vicente Terol. En el 2 la carpintería de Eliseo Gómez, en el 4 la herrería de Pepe el Herrero, en el nº 1 salón de baile donde Los Paulas tocaban los éxitos del momento. Al lado el Musical, en su mismo emplazamiento, pero con edificionuevo donde también se hizo baile y convites. En el nº 5 tuvo su primera peluquería Pili la del Guardamonte, en el 12 D. Andrés Lagares tenía su consulta médica. El actual nº 17 eran las Casas de los Maestros, y hubo guardería con el nombre Santa Bárbara, que regentaron la Tieta Teresita y Lolita la Dulera. Hoy es el Centro Cívico con biblioteca, centro de día y guardería La Tieta. Justo después viene el Consultorio Médico que anteriormente fue la Casa del Médico. Ahí, donde el nº 21 estuvo la farmacia de Tadeo Benavent y el local de baile de Los Paulas. No existía el puente actual y abajo en el río estuvo varios años el campo de futbol con sus grandes partidos contra Chella o Antella, como dice la canción.

Ya hemos recorrido la parte vieja, El Lugar. Vamos al puente viejo que fue construido después de que la riada de San Miguel (1919) arrasara el existente. Pasemos a La Peña y hacia la derecha vemos las escaleras que suben a la calle San Pedro. Allí en el nº 2 tenía su taller de “embogar” sillas Joaquín el Peluso. Pero encarrilemos la calle principal, la Ramón y Cajal y ya en el nº 6 hemos conocido servicio de taxi de Rafel el del Taxi, Tienda de comestibles de Encarna la Toledana, video club el Puente y hoy bar. En el 10 trabajaba la hojalata Gregorio Tapias. La tía Paca la Chata tenía tienda de ultramarinos en el 1, donde en un trozo de la casa se instaló por vez primera la farmacia de Tadeo Benavent estando en la casa contigua nuevamente reubicada la peluquería de Rosarito, en el 5 tuvieron molino los Perales, después taller de bicicletas Vicente el Borrego y finalmenteRelojería joyería Casimiro Mompó. En el bajo de San José nº 1, recayente a Ramón y Cajal hemos conocido floristeríay el Bazar Bea. En el nº 9 tienda de comestibles de Filomena. El 11 tenía la almazara de la cooperativa y almacén de abonos, posteriormente salón social y actualmente supermercado. En el nº 16 vemos trasladado a Vicente Montoliu con su taller de bicicletas y motos, venta de Mobylette y mulas mecánicas Agria. El 21 albergó el importante salón de baile y teatro del tío Valero (Si, el de todo son leches). En el lateral del nº 23 sala de futbolines y por su fachada clínica del médico D. Graciano, en el 25 bar y pub, el 34 autoservicio Mª Ángeles, pub y actualmente bar. El 36 fue almacén de fertilizantes y garrofas, con posterioridad ropas La Tienda y Bañero Bar. En el nº 27 se instaló el primer Consum en Bolbaite, posteriormente bazar de Hassan y Nahuel, comestibles de los hermanos Aliaga, verdulería Pepa y hoy bazar Judith.

Ya en la plaza Nueva, la de la Luminaria, subimos por la avenida del Oeste donde siempre hemos visto el Ana Pub y en el nº 1 el taller de automóviles de Pepito el Herrero. En el nº 5 la tienda de ropa de Angelita y Gabriel, posteriormente panadería San José. En el nº 7 el actual bar Peluso y enfrente en 1956 se construyó el lavadero Las Peñetas. Fue derribado y se alzó la Casa de la Cultura, por donde han pasado biblioteca, hogar de los jubilados y amas de casa. El 15 la herrería de Salvador Bañón y en el 16 verdulería de Pepa. Nos dirigimos a la calle San Francisco, pero si nos asomamos al cruce con San Vicente podríamos ver en su día al Tío Jaime el Sariero haciendo artesanía de esparto o a Vicente Cherone haciendo capazos de esparto. En San Francisco vendía vino y bebidas el tío Pepe el Lilo en el nº 38 y hoy vende miel Sento en el 23. En el nº 19 estuvo el horno de Carmen la Guitarra y justo al lado, el gran emprendedor Pepico Va- lentín tenía electrodomésticos, material eléctrico y reparto de gas butano. Tal como estamos bajando aquí a la derecha el nº 11 tuvo guardería Francisca la Parrera y al lado clínica D. Graciano el médico y medio tienda de cosméticos de Teresa Estarlich, la Tereseta. Más abajo, en el nº 22 entramos a pedir unas empanadillas en Pensat i Fet, donde antes estaba La Parra, ultima casa del pueblo en los años 30. En los años 50 se construyó un complejo de ocio con el nombre de El Boreal, constaba de bar (El Perol), sala de cine cubierta y pista de verano para cine y baile. Ocupaba lo que hoy son los números 7, el 5, donde Víctor Navarro tiene su taller fallero y el 3 donde en su día también hubo tienda de congelados de Tere la Puntalera y pub Test. Enfrente tenemos el nº 6, donde la entrañable Tieta Teresita tuvo su guardería infantil. Llegamos a la calle Valencia, hacia la izquierda tiene su peluquería Yaiza, pero giramos hacia la derecha a buscar la calle Calvo Sotelo. A la izquierda, allá al fondo del todo tuvo su fábrica de caliqueños El Corso. Girando a la derecha en el nº 5 hubo video club y bazar Olympo, luego tienda de comestibles de los hermanos Aliaga. En el nº 1 inició en su día la fabricación de cepillos de esparto José Sales Montoliu, José el Catalán, posteriormente Antonio Rodríguez el Espartero pasando a denominarse Industrial Bolbaite. Aquí nos topamos nuevamente con el monumento a la Luminaria y encarrilamos la Avenida del Catorce. Aún estamos viendo en el nº 1 la discoteca Selu, y después del carrerón, donde hoy está cafetería Fabiola, hubo heladería y anteriormente Mª Ángeles Ruiz tuvo tienda de ropa de piel. Al otro lado de la avenida encontramos el bar Avenida, mítico Bar Nuevo con su máquina de discos. En el 6 encontramos a Javi Peluqueros y en el 8 teníamos el taller metálico de Pio, que antes lo tenía en el nº 2. Siguiendo en el mismo lado de la avenida nos topamos con la actual pizzería Topogigio, que antes fue pub Magoo. Más adelante tuvo su taller mecánico Richi y al lado sigue desde su inauguración y tras haber sufrido un incendio Foto Flash. Si al llegar a la siguiente esquina miramos hacia la derecha, veremos la casa donde Águeda y Esmeralda Sanchiz tuvieron su guardería. Seguimos por la avenida y al llegar a las Casas del Catorce recordamos que en el actual Nº 1 de la Calle La Fuente estuvo la yesería de Paco el Barseló y donde hoy hay un jardincillo con un olivo hubo una casa donde José Boure, Pepín, tuvo un bar. Giramos nuevamente hacia el pueblo y se- guimos viendo en el nº 35 Cristalería Canal. Un poco más adelante, en lo que hoy es carril lateral del paseo, hubo un quiosco de bebidas que regentó Milio el Sistiller.

Giramos hacia la plaza de la Alegría y recordamos que en el nº 5 tuvieron su almacén de artesanía de mimbre, bolsos y artículos de piel Paco y Ana. En el nº 2 sigue el taller mecánico de Pepe el Pubil y en el nº 9 recientemente hay un gimnasio con el nombre de Batcueva.

Estamos llegando al finalde nuestro recorrido. Nos asomamos a la calle Santa Bárbara y a nuestra derecha queda lo que fue la carpintería de Pepito el Fustero. Giramos a la izquierda y en el nº 12 conocimos la tienda de chucherías y regalos de Cristina Bravo, en el 7 la Gestoría Coloma y anteriormen- te la tienda de ropa Creaciones Lara. Y qué decir del nº 8. Aún está el cartel de Bar Megias, mítico y referencia obligada para toda una generación que acudió allí a comer, cenar u almorzar.

Hemos salido nuevamente a la avenida del Catorce y hemos acabado nuestro recorrido. Sé que estamos cansados, hemos recorrido todo el pueblo, lo hemos recorrido física, mental y emocionalmente, más si cabe lo hemos recorrido en el tiempo. Seguro que nos hemos acordado de algo que nos contaron alguna vez nuestros padres o abuelos. Tal vez desde ahora veamos de otra forma Bolbaite. Yo por mi parte me voy al puente viejo y desde allí, en el recuerdo, seguro que veré pasar a tantas y tantas lecheras que repartían leche casa por casa y como no, a La Patronilda con su capazo de “tramusoooos y cacauheeets” y a Paco el Bambero con su cesta de “bambas”.

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