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Un eslabón olvidado en la historia de Bolbaite

Por Vicente Bellver Albiñana, filólogo y docente ubilado.

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Recuerdo muy bien que allá por la década de los noventa del siglo pasado, cuando despertó en mí la curiosidad de los orígenes arábigos de Bolbaite, y, puesto que mi dedicación profesional era y sigue siendo la filología,empecé mis averiguaciones centradas en el topónimo ALBAIT inquiriendo dentro de mis círculos amistosos bolbaitinos, ya que veía que entre la población estaba asumido con absoluta certeza y sin ningún tipo de duda la autenticidad histórica de dicho topónimo. Las respuestas eran afimaciones sin rigor histórico; expresiones vagas e impersonales como “dicen”, “se cuenta”, “se sabe”, “fulanito o fulanita nos contó”… Con esta confiaza en la tradición oral estábamos descuidando los registros históricos, los archivos, la documentación escrita que afianzala historia y va asentando los hechos, las acciones y las reacciones. Contar, escribir historia seriamente requiere una gran responsabilidad; cada vez más se exigen resultados que alcancen la excelencia del método científic. Verdades que la historia puede ser manipulada, abunda la historia contada por el vencedor que silencia al derrotado; puede haber narración contada con arte, con una supuesta objetividad, “sineiraet studio” como subrayaba el excelente historiador clásico latino Tácito, es decir, sin ira ni apasionamiento, o con supuesta rigurosidad. Cierto, hay muchas maneras de contar y escribir historia, pero todos disponemos de libre albedrío para enjuiciar. ¿Manipulación, falsedad, encubrimiento, silenciamiento, deformación, sensacionalismo, mutilación, soluciones vagas, información sesgada, “medias tintas”… o rigor, objetividad, veracidad, contrastación, exploración, verificación, análisis…? El hecho es que actualmente disponemos de más recursos y muchas más herramientas que debidamente utilizadas, y según en manos de quién recaiga la responsabilidad, se pueden elaborar informes, narraciones, conclusiones, diagnósticos… de mayor calado que nuestros antepasados.

“Es Bolbaite de fundación árabe, aunque se han hallado algunos vestigios romanos. Sus fundadores la llamaron Albait, que signica albergue o caserío”. Nos consta que esta declaración fue publicada en el libro de fiestas patronales de Bolbaite en el año1967, siendo alcalde del municipio Joaquín Argente Gimeno. Oficiamente, mientras no se demuestre otra cosa, podemos afimar que es la primera vez que se reconoce registrado por escrito en los anales de la historia de Bolbaite con voluntad expresa de hacerlo público a toda la población los orígenes arábigos de Bolbaite bajo la denominación de Albait, considerándolo topónimo originario. Y, como al principio de esta redacción hemos dejado ver, sólo se valida en historia todo aquello que se expone documentalmente con pruebas demostrables y objetos, elementos o utensilios evidentemente conservados que la avalen. Dicha frase forma parte de un escrito que ocupa poco más de cuatro páginas titulado “Historia de Bolbaite”, donde se narra en unas cuantas pinceladas sin extenderse ni profundizar en la historia de nuestro pueblo. Escrito anónimo sin figurarla autoría del texto; craso error desde nuestro punto de vista, pues tal escrito de cierta importancia, para bien o para mal, merece un nombre y apellidos. No obstante, tras haber analizado la redacción del texto y comprobar que cuantitativamente y cualitativamente años más tarde se repiten los mismos párrafos en otra publicación, pero en esta ocasión fimados, atribuimos su autoría a Julia Cabeza Redondo (San Sebastián

1912 - Bolbaite 2004), quien ejerciera de maestra del pueblo de Bolbaite desarrollando su labor docente ininterrumpidamente durante 48 años hasta 1982, año de su jubilación, con setenta años cumplidos. En el año1955, ostentando la alcaldía Ramón Argente Sales, se le concedió el honor de asumir las funciones de Cronista Oficial de Bolbait.

Al decir sin más de Bolbaite que “sus fundadores la llamaron Albait, que significaalbergue o caserío” se nos dio un relato sesgado, a medias tintas, con un sabor de boca insatisfecho, pues ha sido la frase que en muchos de nosotros nos ha producido desvelo e insomnio, hambre de saber más y descubrir la fuente originaria de tal información. Procediera de donde procediera la rotunda información de la cronista Julia Cabeza, era una información mutilada, falta de credibilidad, y no sabemos, ni nunca lo sabremos, si ella conocía o no la fuente de donde procedía tan relevante información. Sin citar el capital documento escrito en 1610-1611 de tan importante autor, el cronista oficialdel Reino de Valencia, Gaspar Juan Escolano (Valencia 1560-1619), de quien procedía el relato, tal afimación realizada por nuestra cronista resultaba vacilante, dudosa y poco creíble a la luz de los acontecimientos históricos que deben ser rigurosamente comprobados, contrastados y examinados. Incluso, conocido tal documento por la comunidad científicade estudiosos de la toponimia e historiadores en general, no había siquiera consenso ni unanimidad en el resultado concluyente de los orígenes del topónimo Bolbaite, surgiendo divisiones y ofreciendo otras propuestas.En nuestro libro “BOLBAITE, estudio toponímico e histórico contextual” que presentamos el 7 de octubre de 2022 en las excelentes instalaciones de la Casa de la Cultura de Bolbaite ante una nutrida audiencia que permaneció expectante e interesada en la explicación, aportamos luz y ofrecimos una exposición aclaratoria de estas controversias que nos permiten salir de dudas con la presentación de sólidos argumentos basados en escrupulosos estudios filológicos y documentación histórica.

Este mismo relato histórico sobre Bolbaite publicado por vez primera en 1967, como en un párrafo anterior hemos dicho, volvió a publicarse con algunas leves variaciones en 1976: “La población de Bolbaite, aunque con vestigios romanos, es de fundación árabe. Sus fundadores la llamaban Albait, que significaalbergue o caserío”. En esta ocasión el escrito llevaba la fima de la cronista Julia Cabeza Redondo. Se publicó en

el “BOLETÍN BOLBAITE” editado por CLUB

JOVEN, año V noviembre-diciembre 1976, de publicación trimestral regularmente con una tirada de 450 ejemplares, que se distribuían por todo el pueblo gratuitamente e incluso se hacía el esfuerzo de hacer llegar ejemplares a gente de raíces bolbaitinas emigrada al extranjero. Además del escrito publicado en este Boletín en el que Julia Cabeza colabora haciendo referencia a los orígenes arábigos de Bolbaite, con su reconquista comandada por el caballero de apellido Del Boch, breve referencia a las revueltas musulmanas de Al-Azraq y los sucesivos dueños a los que fue entregada la población como Ferrán Cueto, Pascual Maçana, la familia Marrades (escasa o ninguna alusión a los Fabra, Cabanilles y los Pardo de La Casta), en un anterior Boletín publicado en septiembre del mismo año 1976 expone un estudio basado en un trabajo de 24 páginas de extensión del arqueólogo José Chocomeli (18931946), “La primera exploración palafítica en España” (1945), donde el autor en sus investigaciones llevadas a cabo anteriormente al año 1945 entorno a La Ereta del Pedregal, en el término de Navarrés, que limita con Bolbaite, situada en el antiguo lago que fue La Marjal de Navarrés, un pequeño altozano con una extensión aproximada de 1.600 metros cuadrados que sobresale algo de lo que supone debió ser lecho de la laguna para constituir una construcción palafítica, remontándose a la etapa del neolítico (6000-3000 a. C.), al menos en sus estratos más profundos, hace la observación de su gran parecido con los “steinbergers” o los “crannogs” de Irlanda y Escocia, plataformas de madera utilizadas como viviendas construidas sobre aguas poco profundas, considerado el montículo en el que se asienta el poblado, en parte natural y en parte articial. Sin embargo, en fechas posteriores, a partir de 1946, arqueólogos como Pla Ballester, E. A. Llobregat, Domingo Fletcher y otros de la misma escuela opinan que el material más cuantioso hallado es propio del eneolítico finalo Bronce inicial (20001600 a. C.) según estudios realizados con C14 en todos sus niveles y según nosotros destacamos en nuestro libro “BOLBAITE, estudio toponímico e histórico contextual” citado anteriormente.

La cronista Julia Cabeza Redondo siguió colaborando en la redacción del “BOLETÍN BOLBAITE” en los siguientes tres números editados a razón de uno por trimestre, divididos sus escritos en capítulos a lo largo del año 1977, y centró la historia en la rebelión de los moriscos reacios a abandonar la Península tras el Real Decreto de expulsión ordenado en 1609 por el rey Felipe III alzándose en armas y cometiendo saqueos y asesinatos; concretamente los moriscos de La Canal se sublevaron el 20 de octubre de ese mismo año atrincherándose en la Muela de Cortes. Finalmente la rebelión fue sofocada por el Tercio de Lombardía capitaneado por el Marqués de Caracena, siendo conducidos los rebeldes supervivientes al puerto de Alicante para embarcarlos fuera de la Península. Aunque en la narración de esta historia la autora no cita las fuentes documentales de donde procede su información, hemos comprobado que entresaca resumidamente los párrafos de la obra del cronista historiador Gaspar J. Escolano, “Décadas de la historia de la insigne y coronada ciudad y Reino de Valencia”, localizados a partir del capítulo LII y siguientes del libro X. Y hasta aquí conocemos lo transmitido y publicado sobre la historia de Bolbaite por parte de la cronista ocial del pueblo Julia Cabeza Redondo.

Resultará grato recordar a muchos bolbaitinos/-as esa publicación regular del “BOLETÍN BOLBAITE” que inició su andadura en 1971. Además de colaborar en él Julia Cabeza Redondo en la sección de historia de Bolbaite, hubo un grupo de jóvenes con efervescente sangre bolbaitina a florde piel y con un entusiasmado plan volcado en Bolbaite que participaron desinteresadamente en la redacción, y autofinanciandocon coraje y valentía ellos mismos el proyecto con las cuotas mensuales de sus socios y asumiendo riesgos económicos, creando diversas secciones: temas relacionados con el sistema educativo y asuntos escolares, Joaquín Fombuena; escritos literarios, José Fco. Torres, Bernardino “Dino” Albuixech y Teresa Sales; obras de urbanización, Fabián Moll; asuntos agrarios, Antonio Giner; entrevistas, Margarita García y J. Fco. Torres; festejos, Felicidad Perales; actividades deportivas, Ramón Serrano; cine, Estanislao Martínez; humor, José Fco. Estarlich; sobre las actividades del Club Joven, Francisco Albuixech; ilustrador de portada, Abel Monteagudo. Eran los años setenta del siglo pasado y un aire fresco y nuevo penetró en Bolbaite no sólo con la presencia de estos atrevidos jóvenes aficionadosal periodismo, sino con la creación de actividades culturales, deportivas, lúdicas y de ocio: Teatro, biblioteca, cine, música, competiciones deportivas, jornadas de campamento, festivales, semanas culturales… con la constitu- ción regulada de una Junta Directiva encargada de elegir responsables en cada una de las comisiones organizadoras, como, por ejemplo, en el año1976 Pedro Monteagudo era responsable del cine, José Fco. Albuixech de la biblioteca, Joaquín Fombuena del Boletín, Bernardino “Dino” Albuixech del teatro, Abel Monteagudo de la música y M. Teresa Baldoví responsable del grupo de menores de catorce años. Y el “alma mater” de todo ello tenía nombre y apellidos, José Garrido Segarra, cura párroco recién llegado a Bolbaite que trajo nueva savia a la juventud bolbaitina. Eran los años en que agonizaba un viejo régimen político-social y transitábamos esperanzados hacia la democracia con altos vuelos de libertad. El Boletín creado en 1971 mantuvo su edición sin interrupción hasta 1978; después de una desconexión temporal se intentó revitalizar su lanzamiento, pasándose a denominar “El Finistrón”, pero al tercer número fue abortada su publicación indefinidamentepor circunstancias que no vienen al caso dar su explicación en este espacio.

Lo que inició Julia Cabeza Redondo al “dejar caer” la denominación de origen ALBAIT nos ha servido de estimulo e incentivo para precisar, ampliar y documentar la historia de Bolbaite en nuestro libro recién publicado en octubre del pasado año 2022, “BOLBAITE, estudio toponímico e histórico contextual”. No obstante, historia se hace mientras se vive; básicamente todos estamos haciendo historia. Que generaciones futuras recuerden nuestros orígenes y nuestro pasado, ello va a depender del valor que nosotros, aquí y ahora, le concedamos a la conciencia histórica. Todo tiene su importancia; hasta cada uno de los registros en los boletines publicados por esos entusiastas jóvenes (que hoy son sexagenarios) tiene su valor histórico sin desperdicio, porque habla de un pueblo y su gente, pues ya queda trasnochada aquella clase de historia que hablaba sólo de guerras, conquistas, listas de reyes, héroes y esclavos, ya que en la base de todo hecho histórico hay hombres y mujeres. Y en la historia el protagonista contundente siempre es el pueblo.

NOTA BENE: J. Fco. Torres Martínez colabora aportándonos una copia del primer escrito oficial de Julia Cabeza Redondo que se remonta a diciembre de 1955 y mecanografiao por ella misma presentándose con estas palabras: “En el último trimestre del año 1954 tuve el honor de ser designada cronista oficial de este pueblo, cuyo nombramiento me obliga a registrar sus principales acontecimientos”. En el escrito que consta de 16 páginas hay voluntad patente por parte de la autora de redactar un resumen de los acontecimientos ocurridos en Bolbaite a lo largo del año 1955 dignos de ser resaltados, además de figurarlos primeros apuntes locales sobre los orígenes y trayectoria histórica de Bolbaite condensados en apenas 4 de las 16 páginas. Dicho escrito mecanografiadofue presentado ante las instituciones locales queriendo hacer constar su cumplimiento en el desempeño de la tarea que le había sido encomendada, la de cronista oficialde Bolbaite. El texto no tuvo mayor difusión mediática y su conocimiento estuvo en manos de unos pocos particulares. Por lo que respecta al relato histórico, que es el que nos interesa subrayar, la misma narración histórica fue repetida, grosso modo y con ligeras variaciones y alguna ampliación, en las publicaciones de los años 1967 y 1976-77, pero esta vez aireada públicamente.

P. D.: Mis agradecimientos personales a Eva García Estarlich y Francisco José García Martínez; juntos desempolvamos viejos escritos olvidados en el baúl de los recuerdos.

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