A Ana I., que todo lo hace posible
UNAS TARJETAS DE VISITA MUY ESPECIALES
Agradezco, en primer lugar, la deferencia que el autor ha tenido hacia mi persona al proponerme hilar unas líneas acerca de su reciente libro virtual, de lo cual me siento muy honrado. José Luis Campal, el perpetrador de la fechoría, nos brinda ahora su última obra de poesía visual: la serie Tarjetas de visita, en formato virtual y para disfrute general, planeada y concebida durante este 2013. Podría hacer aquí mil referencias a la vida profesional, así como a sus trabajos a lo largo de los años, de este gran amigo, pero estaría de más, porque los que amamos la literatura y cuanto tiene que ver con ella lo conocemos de sobra. El objetivo de la presente serie visual no es, para aclarar posibles susceptibilidades que bien pudieran surgir, despellejar a monstruos sagrados de la literatura, sino todo lo contrario, homenajearlos con creatividad y extremada admiración. Y José Luis se encuentra
suficientemente abastecido de imaginación, observación, agudeza y saber hacer con esa pasión y exigencia personal a la que ya nos tiene tan mal acostumbrados.
Desde un principio he visto crecer esta exposición de tarjetas, cuyo primer punto de difusión fue su muro (tapia, como gusta de decir él) de Facebook, como una parodia sana pero enriquecedora o como homenaje, incluso como una exageración o exaltación de determinados momentos de las vidas de los grandes literatos y artistas que integran este nutrido repertorio de 71 tarjetas de visita; una serie digna de ver e interpretar, pues, como ya sabemos, sólo lo siente quien lo vive, y los demás tendremos ahora la oportunidad de interpretarlo a nuestro libre albedrío. Lo que José Luis Campal nos ofrece, una vez más, es creatividad llevada a su máxima expresión.
Felipe J. Piñeiro (León, julio de 2013)