Nelly Vázquez Bernard

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Vivencias de una infancia: Nelly Vรกzquez Bernard

18 de enero 2007 Sala de Exposiciones del Programa de Artes Poulares Antiguo Cuartel de Ballajรก, Primer Piso Barrio Ballajรก, Viejo San Juan, Puerto Rico


Nelly Vázquez Bernard: Vivencias de una infancia Mensaje del Director Ejecutivo El Instituto de Cultura Puertorriqueña se enorgullece en rendir homenaje a doña Nelly Vázquez Bernard, gran maestra artesana. Moldeando barro a mano con suma maestría doña Nelly creó un mundo maravilloso lleno de estampas que muestran aquel Puerto Rico de nuestros abuelos, vivo aún en la memoria. En julio de 1999, con motivo de la celebración de los 44 años del ICP se celebró el Primer Festival Cultural.Allí se mostró una colección de su obra y se le otorgó la Medalla de Excelencia Artesanal, máximo galardón conferido a maestros y maestras artesanas por nuestra institución. En el 1996 el Centro de Artes Populares presenta El que lo hereda no lo hurta, exhibición colectiva en la que acompañan a doña Nelly sus dos hijas, también ceramistas, Dhara y Aixa Rivera Vázquez. Hoy en el marco de las 37 Fiestas de la calle San Sebastián, la recordamos, le dedicamos esta Feria de Artesanías y ofrecemos al público que nos visita una muestra de su obra fecunda que ya forma parte de la historia artesanal puertorriqueña.

Dr. José Luis Vega

Mensaje de la Directora de Artes Populares Una vez más el Programa de Artes Populares reconoce la importancia de la obra de doña Nelly Vázquez Bernard como precursora de un estilo único que ha influenciado toda una generación de artesanos y artesanas ceramistas en Puerto Rico. Reconoce la excelencia que la caracteriza y la muestra en esta Sala de Exhibiciones del Programa de Artes Populares para que todo el que la visite se deleite y sepa porqué ocupa un sitial de preferencia en la historia artesanal puertorriqueña. Por sobre todas las cosas, gustaba de compartir sus conocimientos con niños y adultos, siendo los niños sus predilectos, a quienes consideraba los mejores críticos de su trabajo. Doña Nelly dejó su cuerpo el pasado mes de octubre. Su obra, sin embargo, permanece entre nosotros y es parte del patrimonio de este pueblo al que tanto amó. A nosotros nos toca reciprocar sus querencias honrándola por siempre. Vaya a ella este merecido homenaje.

Marinés Bengoa Duprey Enero 2007


La historia de la maestra artesana, doña NellyVázquez Bernard, y su relación con el barro es hermosa. Utilizando este material primordial y noble creó un mundo maravilloso a través de sus estampas, muchas de estas, inspiradas en las historias que su abuela le contaba. Y como ella misma dijera: “Las grabé en mi mente y en mi corazón”. (Nelly Vázquez Recrea su Niñez, Sección Por Dentro, El Nuevo Día. 13 de febrero 1995) Por esto cada estampa tiene su historia particular. Evidencian una niñez feliz y como era la vida en los pueblos y los campos de aquel Puerto Rico de nuestros abuelos, sus costumbres y muy en especial los juegos infantiles. ¿Quién no ha visto un grupo de niños jugando peregrina, gallitos de algarroba, canicas o trompos bailando? ¡Cuan hermoso luce el cielo frente al Morro colmado de chiringas cualquier tarde de verano! Es como si doña Nelly nos recordara la importancia de adjudicarles vigencia perpetua a estos juegos para el disfrute de nuestra población infantil actual, que en demasiadas ocasiones se mantiene sedentaria frente a computadoras y televisores. Los niños son protagonistas de la gran mayoría de sus obras, no solo porque ilustran la propia niñez de la autora, sino porque, dicho por ella misma, éstos eran su inspiración y sus mejores críticos. Doña Nelly trabajaba modelando barro rojo a mano. Su trabajo es un maridaje armónico y felíz entre la temática tradicional y las técnicas utilizadas en la cerámica contemporánea, destacándose el uso que daba a los esmaltes. Sus piezas se distinguen por la combinación eficaz de


áreas sin esmaltar, que exponen el color rojo intenso del barro, superficies lisas, texturas y composiciones de color que lograba mediante la aplicación estratégica de distintos tipos de esmaltes y óxidos. Sin lugar a dudas fue una innovadora de la cerámica artesanal puertorriqueña. Piezas magistrales como Caja de muñecas, Parque de las palomas, Baúl antiguo o Reyes magos cansados pero felices de haber cumplido con su labor, entrañan recuerdos de una niñez feliz. No así El Circo Ana. Sobre esta pieza nos relata Doña Nelly: “Frente a la Escuela Palmer, había un solar baldío, allí pusieron la carpa de un circo pobre, recuerdo que tenía remiendos. Eran tan pobres que no tenían animales. (En mi circo de barro a mi me dio mucha pena y les incluí algunos). La artista del circo era una niña de mi edad y se llamaba Ana. A esa niña la explotaban con bailes y canciones impropios para una niña de su edad. El pueblo entero se escandalizó pero Ana se convirtió en mi mejor amiga. Por eso El Circo Ana. Ana cantaba una canción que decía así: “Me casé con un enano, y a la hora de dormir le puse la cama alta y no se podía subir …. ¡Malrayo parta a los hombres, el demonio se los lleve! Ensacando a mi papito y a mi novio que me quiere”….


Mamá dijo: “¡No se vayan a aprender esa vulgaridad!” Años después hice el circo en barro. Coloqué a todos los niños del barrio, pero no puse a Ana. Su pobreza y la explotación de aquella niña no la pude revivir en barro. Todos le llaman El Circo Ana pero Ana no está ahí.” (Abniel Marat, 45 Rostros de Nuestra Artesanía, División de Artes Populares, Instituto de Cultura Puertorriqueña, 2000) Tranquila, con amor y sin alarde enseñó a muchos, especialmente a niños, a trabajar el barro de la misma manera que ella lo hacía, modelado a mano. Ella es ejemplo de la verdadera maestría artesanal, modelo que pueden emular las presentes, nuevas y futuras generaciones de artesanas y artesanos sin miedo a equivocarse. Su fecunda y hermosa producción es muestra de su gran dominio de la técnica. Siempre estuvo dispuesta a compartir sus conocimientos, no necesariamente por ser una experta en la mecánica de la pedagogía pues fue maestra por muchos años. Doña Nelly sentía que era “…fuente de inspiración a los niños de mi tierra…” y que su obra es “… testimonio de mi compromiso con el rescate y preservación de las tradiciones de la cultura de Puerto Rico…” (Idem) Así recordamos a doña Nelly Vázquez Bernard y la mantenemos viva en nuestra memoria por siempre.


Créditos Dr. José Luis Vega Director Ejecutivo Marinés Bengoa Duprey Directora Programa de Artes Populares y Artesanías Coordinación Nanette Torres Miguel Díaz Yogina Irizarry Programa de Artes Populares y Artesanías Diseño Montaje Marinés Bengoa Duprey Fotografía Periódico El Nuevo Día / Ramón Korff Foto de archivo Marta Cuevas Juan B. Troncoso Santiago Programa de Artes Populares y Artesanías Textos Marinés Bengoa Duprey Diseño Gráfico Jorge A. Negrón Vega Programa de Museos y Parques Instituto de Cultura Puertorriqueña Impresos Jesús Ortiz Alméstica Oficina de Documentos Instituto de Cultura Puertorriqueña La mayor parte de las piezas que componen esta muestra pertenecen a la colección de artesanías del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Las siguientes personas han apoyado este esfuerzo con piezas de su colección personal y de las colecciones de las entidades públicas y privadas que representan: Dhara Rivera, José Rodríguez, Director de la Oficina de Desarrollo Artesanal de la Compañía de Fomento Industrial y Yolanda Sánchez, Oficial de Relaciones Públicas de la Corporación Bacardi. Agradecemos su generosidad.


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