Porque ¿Quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos. 1a Cronicas 29:14
Editorial
Abril 10 de 2011 No. 14
Informativo
La urgencia de contarlo Un efecto prodigioso de la enseñanzas y milagros de Jesús era que quienes lo veían y escuchaban no resistían la urgencia de contárselo a otros. Dice un autor que Jesús no escribiò nada por su puño y letra; tampoco había periódicos ni medios electrónicos que cubrieran sus andares. Lo conocemos a El y a sus enseñanzas a través de los testimonios de los hombres de su tiempo. Esa urgencia de comunicar las Buenas Nuevas, la sigue teniendo el creyente contemporáneo. Quiere que otros conozcan las bondades del Evangelio de Jesús. Hay que contarlas de boca en boca, en la calle, por las casas,en los medios de información, en los palacios, en las escuelas, donde quiera que haya almas ávidas de la Verdad y la esperanza de vida eterna. En esa urgencia y en esa magnitud hay que aplicar en nuestro tiempo la Gran Comisión: Ir a enseñar y predicar el Evangelio a toda criatura. La larga marcha empieza con un paso: cuente las Buenas Nuevas a los más próximos: a los de su casa, a sus vecinos, a sus compañeros. Y ya entre todos, vamos a proclamar al Salvador en los medios masivos. Jorge Villegas