Porque ¿Quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos. 1a Cronicas 29:14
Editorial
Marzo 20 de 2011 No. 11
Informativo
La tarea nos llama Los primeros misioneros evangélicos que llegaron a México, aprtovechando la liberalidad de las leyes de Reforma, encontraron un pueblo agobiado por la ignorancia, el fanatismo, el alcoholismo y la virtual esclavitud laboral. No se conformaron a los males del siglo, sino que trataron de rescatar a los oprimidos. A la par de predicar el Evangelio, organizaron ligas de temperancia, cooperativas de trabajadores, escuelas, dispensarios de salud. Hicieron de las Escrituras libro de texto para enseñar a leer y a entender la sana relación con Dios. Casi 150 años después de iniciado ese esfuerzo, las iglesias evangélicas actuales batallan para acomodarse a esa doble tarea de la redención de las almas y el rescate físico de las personas. Son otros o parecidos los males del siglo 21. Pero ahora, como en el Siglo 19, la convocatoria es a ser agentes del cambio para una sociedad enferma. Ahora como entonces, hay que arrodillarnos para pedir el apoyo de Dios en nuestra tarea de salvar a México. En nuestro siglo como en el siglo 19, tenemos que transformar la piedad contemplativa en acciones sociales de solidaridad con nuestro pueblo. Jorge Villegas