3 minute read

«MUCHOS DE NUESTROS ESPACIOS ESTÁN

SIENDO REVESTIDOS DE CIERTAS CONDICIONES DIFERENCIADAS, CON TECNOLOGÍA, HACIÉNDOLOS UN ESPACIO MUCHO MÁS MÓVIL, VERSÁTIL Y QUE LA PEDAGOGÍA VAYA

ALINEADA A ESTO».

Advertisement

pedagogía vaya alineada a esto. Pedagogía, espacios y tecnología, ese es el trinomio que estamos moviendo para centrar mejor el aprendizaje de los chicos, de acuerdo a las necesidades del mundo y de todos nosotros. Otro ejemplo es la casa del maestro, que la remodelamos, ahora el trabajo es más recirculante, en equipo; igual hicimos en psicopedagógico. El cambio es en alumnos y maestros.

¿Estos espacios se planearon antes de la pandemia?

Sí, de hecho la pandemia lo detuvo un poco. Habíamos señalado en la gestión institucional el cambiar el paradigma del colegio, hacerlo progresivo y meternos en un valor que no es tan tangible, que es el uso de la tecnología. Siempre hemos sido muy reconocidos por la robótica, pero se quedaba como una circunstancia memorable en un grupo de alumnos. En este tiempo, hemos ido avanzando en certificaciones de profesores, hemos tecnificado más el colegio y esto se veía venir. Ahora tener el proyecto STEAM en horario escolar no significa que podamos descansar. Tenemos que seguir avanzando, porque desde otro lado el Chat GPT ya está brindándonos otra mirada. Su crecimiento significa que tenemos que movernos y seguir actualizándonos.

¿El proyecto STEAM es la base de este nuevo modelo de estudio en Juan XXIII?

Es el primer cambio transgresor, concreto y visible, cuando nuestros laboratorios de física, química y biología se acoplaron al proyecto STEAM, donde además entran materias como la ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas. Es el proyecto más poderoso al ojo de todos, pero debajo nosotros ya teníamos tres años certificando profesores. país?

¿Cómo fue que se gestó la idea de este proyecto STEAM en el colegio?

Los campamentos escolares ayudaron mucho. Conocer universidades de Canadá, Nueva Jersey, Oxford, ir a China; todo eso abre horizontes. Hace algunas semanas volví de España, donde visité tres escuelas de innovación. Sé que hay más por hacer pero no quiero que me lo cuenten, quiero verlo desde los alumnos, cómo aprenden y qué hacen con lo aprendido. Nosotros no compramos equipos, valoramos el perfil, y en Juan XXIII tenemos un perfil precioso de estudiantes con diversas habilidades.

Hasta donde tengo conocimiento, no hay colegio que esté ofreciendo metodología STEAM en horario escolar. Lo pueden tener en talleres, como lo tuvimos nosotros hasta hace poco, pero ahora estamos en un paso más allá; y la custodia ya no es de solo un área, ahora tenemos ciencia con matemáticas, ciencia con inglés, ciencia con comunicaciones, etc. Son muchos los factores que entran, pues las habilidades no están secuestradas en una sola materia. están compartidas, repartidas.

¿Los talleres extracurriculares se mantienen?

¿Con este proyecto, hoy el colegio es un referente en el

En la tarde han quedado los talleres de siempre, pues ya habíamos alcanzado un nivel alto en Robótica, y que se siguen actualizando. Lo que hacemos es que en el horario escolar vemos que la metodología pueda calificar al alumnos para saber si alguien es más programador, más ensamblador, más de investigacion, si es más creativo, si es mejor en el cuaderno de ingenieria, difusión audiovisual. Eso dispara mucho talento y colaboración.

Ahora tienen otro proyecto como la Bibiloteca Infantil…

Tenemos en paralelo dos proyectos de remodelación, y si hay una remodelación es porque hay un nuevo enfoque. En la biblioteca el nuevo enfoque se llama “Mundo Qí”, que significa este elemento interno, central de la persona, que busca el equilibrio entre el entorno externo e interno. Así, la biblioteca se vuelve un espacio para que el alumno sienta una respuesta personal a través de la lectura, los cuentos y la imaginación. El otro es un espacio que se nos había habilitado en el sótano de Inicial para implementar una ludoteca. Siempre pensamos que tener una era necesario, y coincide cuando más tenemos que reforzar las habilidades socioemocionales, afectivas, colaborativas, sociales en los niños tras la pandemia que vivimos. Creemos que su espacio acogedor, de juego, sin estructuras mayores, va a lograr muy buenos resultados en nuestros pequeños.

Siente que después de un año y medio tras el regreso, ¿los chicos ya volvieron a la normalidad?

Al inicio llegaron todos muy respetuosos y controlados, pues el efecto de contagio aún era latente. Además, al no vernos la boca, hicimos énfasis en mirarnos más, y esto creo que ayudó a la buena conexión. Hemos aprendido a leer las miradas. Pero luego de liberarnos de las mascarillas, ya los siento más espontáneos, un poco más traviesitos por algún lado, con sus juegos y bromas. Sin embargo, también reconozco que hay trabajo por hacer en este espacio de afectaciones psicológicas. Hemos podido ver la capacidad de resiliencia de los estudiantes… Exacto, y el ejemplo más vivo que tengo del empoderamiento de los chicos, a pesar de la pandemia, son nuestros campeones mundiales de robótica, que este año se convirtieron en profesores de los profesores. En el curso de preparación de los maestros, los chicos se convirtieron en sus pequeños acompañantes y, rápidamente, pasaron a ser pequeños asesores, mientras que el maestro se convirtió en aprendiz y se dejó guiar por el estudiante. Esto se ha dado de una manera tan natural que me hace ver que estamos por el camino correcto. Para nosotros el máximo ejemplo para probar que hay un buen nivel de aprendizaje es cuando eres capaz de hacerle aprender al otro, y hacer aprender al maestro sin perderle el respeto, yo creo que eso hace que valga la pena todo nuestro trabajo.

This article is from: