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Vivir la vida

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Cosas de Don Bosco

Cosas de Don Bosco

Confiar

uchas veces se dice que la vida sólo se vive una vez. Yo creo que no es así. Se vive mu chas veces, tantas como momentos vividos. Por eso, creo que hay que aprovechar y disfrutar cada momento, cada instante, cada pequeño detalle. Pero tenemos tendencia a pensar en el futuro, en lo que deseamos, en lo que no tenemos y nos gustaría tener, en lo que tenemos que hacer, en definitiva, en supe rarnos cada día, como si nunca llegáramos a la meta.

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Me gusta pensar que a vivir se aprende viviendo, cada día descubrimos algo de nosotros mismos y de los que nos rodean, y aunque no siempre sea algo po sitivo, son momentos que van guiando nuestro camino por la vida. Cada etapa tiene un aprendizaje; en la niñez son nuestros padres los que guían nuestra vida y vamos creciendo bajo su paraguas. Llegamos a la adolescencia, en la que nos creemos los dueños de nuestra vida, nos comemos el mundo y nada nos pue de parar. Es en esta etapa cuando realmente empezamos a tomar conciencia de nuestra vida de forma autónoma, y nos atemorizamos ante ese vacío, ante esa falta de protección, seguimos aprendiendo a vi vir. En la edad adulta ya creemos que lo hemos aprendido todo, que hemos vivido mucho y nos queda poco por vivir. Nada más lejos de la realidad; nuevos tra bajos, nuevos amigos, nuevos roles, cambios y mo

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mentos que hacen que cada día sea una nueva vida. Esa es la magia con la que se llega a la madurez, sa biendo que la vida nos está esperando cada día, en cada esquina, en cada pequeño detalle.

Pueden los que creen que pueden

¿Y ahora? Hoy la vida se nos ha dado la vuelta, ¿qué podemos hacer? Hoy más que nunca surge la nece sidad de creer, creer en nosotros mismos, conocernos y aceptarnos tal y como somos y que cada paso de la vida nos sirva para crecer y aprender. Para creer ne cesitamos confiar, porque se cree desde la confianza, en uno mismo y en los demás, decía Virgilio: “Pueden los que creen que pueden”. Realmente muchas veces nos frenan nuestras creencias negativas acerca de nuestras posibilidades o “incapacidades”, cuando la verdad es que no sabemos de lo que somos capaces hasta que lo intentamos, y para eso tenemos que creer que podemos, tiene que haber un triunfo de la volun tad y un aprendizaje continuo. Eso es la vida.

Creer, confiar, en definitiva, aprender a vivir, y dis frutar del momento y de las personas que hacen que mi ‘yo’ tenga sentido. Hoy más que nunca.

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