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Vivir en familia

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Con-vivir … vivir

VIVIR en familia -con

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ablar de vivir en familia en estos momentos tiene su aquel. En eso prácticamente consis te hoy nuestra vida. Habitualmente la cosa es más llevadera, porque tenemos ratos para oxigenarnos unos de otros. Eso siempre viene bien. Pero ahora, ¿cómo hacerlo sin acabar saliendo en los periódicos?

La verdad es que yo empiezo a estar saturada de consejos. Por la tele, por las redes, por la radio. Hasta los anuncios. Siempre con lo mismo. Y se nos va ponien do como una nube en la cabeza. Así que sólo quiero compartir con vosotros mi humilde reflexión después de 4 semanas en casa viviendo con mi familia.

H

Familia y confinamiento, mezcla explosiva

Estos días me ha venido mucho a la cabeza una “técnica” psicológica que explicaron un día en un conocido programa de la tele que empieza por hache: consiste en intentar tratar a los de casa como si fueran tu vecino. Porque con un vecino “no nos pasamos”, intentamos ser educados. Buen sistema.

Ahora bien, esto hasta cierto punto. A mi marido, mis hijos, mi madre, a veces he de decirles cosas un poco comprometidas (con el vecino pasaríamos. ¿Para qué meterse en esos jardines?). Pero con los de casa hay que hacerlo sí o sí. Entonces ahí está Don Bosco –se cazan más moscas con una gota de miel…– y Mary Poppins –con un poco de azúcar…–. Estas estrategias suelen ayudar bastante.

Pero, ¿qué pasa cuando el azúcar se agota y a al guien le sale el pronto? Y hay roces, y discutimos. Pues nada. No pasa nada. Lo preocupante es que no se dieran entre 4 personas, 24 horas en 60 metros cua drados. Si la cosa sube de tono, yo voto por hacer como en el baloncesto: ¡Tiempo muerto! Cada cual a su “batcueva” o a sus cascos para airearse un poco. Después, si merece la pena, lo hablamos. Si no, a otra cosa mariposa (qué bonito es el perdón).

Y si todo falla. Está el sabio consejo de Luis Fer nando, nuestro Delegado regional de Cooperadores: ¡Una tarta! Una tarta lo arregla todo (en mi caso, me jor que la haga mi hijo, que es el experto).

Y es que convivir es vivir con… Con lo que toque… Con lo que somos.

Aunque, a veces, por múltiples situaciones, en al gunas familias la con-vivencia no es tan fácil e incluso dolorosa. Vivamos también con ellas en nuestra mente y nuestra oración. ¡Ah! Y a muchos os toca vivir con adolescentes (que de ellos nunca se acuerda nadie en todos esos men sajes). Desde aquí todo nuestro apoyo. Ánimo, adolescentes. Sois lo más.

Irune López Aresti

Orientadora

Para reflexionar

FA MILIAS CON ADOLESCENTES 2.0 Roberto Antón Santiago

(2019), EDITORIAL CCS, Madrid, 144 p.

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