vivir en familia
Reencontrarnos desde el corazón
C
uando era pequeña recuerdo vivir la Navidad como un tiempo de alegría, ilusión, fiesta, descanso, Iglesia, Jesús y más ratos en familia. Si cierro los ojos y llevo mi mente a esos mágicos instantes, el ambiente siempre estaba lleno de alegría, paz inLa Navidad es el tiempo propicio terior y amor, cimentando y prepara reencontrarnos con los parando todo lo que vendría desdemás desde el corazón, pués. Tanto es así, que, mientras construyendo momentos crecía, estas primeras vivencias me ayudaron a entender algo rehumanos y espirituales, sobre velador: la Navidad era un motodo, en familia. mento de mucha fuerza emocional y el significado estaba en mi propio corazón. Cuando fui consciente de esto, todo se transformó.
Corazones transformados Desde este momento, cada Navidad intento parar y entender que el nacimiento de Jesús llega para recordarnos que son instantes de construcción humana y espiritual. El decorado es importante, pero colocar el foco dentro de nosotros para ordenar el caos, es mucho más generoso porque nos ayuda a limpiar lo que se ha dañado, priorizar lo que realmente es importante y reubicar todo aquello que estaba perdido. Y aunque este camino de autoconocimiento implique pagar un peaje emocional, en él la culpa no tiene mucha cabida porque nos llena de derrota
y desilusión. Es más sano asumir desde la humildad y el cariño que nos tenemos a nosotros mismos, para sentir que todo aquello a lo que no pudimos llegar o llegamos mal, tiene una segunda oportunidad. Solo nosotros con ayuda del amor de Dios seremos capaces de visualizar esta idea, este compromiso y esta nueva realidad. Cuando llegamos a este punto, reencontrarnos con los demás desde el corazón es más trascendente porque lleva implícito un trabajo personal consciente que va alimentando nuestro bienestar personal y espiritual. Por tanto, teniendo en cuenta que el proceso de construcción humana no es fácil, sin duda la familia es el primer pilar que necesita alentar, cimentar y cuidar. Nuestros hijos necesitan entrenadores de vida que ayuden a buscar el verdadero sentido de la Navidad desde la unidad y la esencia de comunidad. Esta experiencia solo se puede enseñar cuando el lenguaje que utilizamos pasa por el corazón con delicadeza, utilizando gestos que calmen todo el bullicio externo y sintiendo continuamente que somos ejemplo. Llegados a este punto todo cobra un sentido más profundo y estaremos educando realmente para la vida. ¿Lo intentamos? Jorge Arias / Laura Alcántara
Para reflexionar CÓMO FUE EL NACIMIENTO DE JESÚS Alberto Mainardi, (2016), EDITORIAL CCS, Madrid, 68 p.
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Boletín Salesiano diciembre 2021 • 27