2 minute read
en familia REENCONTRARNOS DESDE EL CORAZÓN
en familia vivir Reencontrarnos desde el corazón
Cuando era pequeña recuerdo vivir la Navidad como un tiempo de alegría, ilusión, fiesta, descanso, Iglesia, Jesús y más ratos en familia. Si cierro los ojos y llevo mi mente a esos mágicos instantes, el ambiente siemLa Navidad es el tiempo propicio para reencontrarnos con los pre estaba lleno de alegría, paz interior y amor, cimentando y preparando todo lo que vendría des-demás desde el corazón, pués. Tanto es así, que, mientras construyendo momentos crecía, estas primeras vivencias humanos y espirituales, sobre me ayudaron a entender algo retodo, en familia. velador: la Navidad era un momento de mucha fuerza emocional y el significado estaba en mi propio corazón. Cuando fui consciente de esto, todo se transformó.
Advertisement
Corazones transformados
Desde este momento, cada Navidad intento parar y entender que el nacimiento de Jesús llega para recordarnos que son instantes de construcción humana y espiritual. El decorado es importante, pero colocar el foco dentro de nosotros para ordenar el caos, es mucho más generoso porque nos ayuda a limpiar lo que se ha dañado, priorizar lo que realmente es importante y reubicar todo aquello que estaba perdido.
Y aunque este camino de autoconocimiento implique pagar un peaje emocional, en él la culpa no tiene mucha cabida porque nos llena de derrota y desilusión. Es más sano asumir desde la humildad y el cariño que nos tenemos a nosotros mismos, para sentir que todo aquello a lo que no pudimos llegar o llegamos mal, tiene una segunda oportunidad. Solo nosotros con ayuda del amor de Dios seremos capaces de visualizar esta idea, este compromiso y esta nueva realidad.
Cuando llegamos a este punto, reencontrarnos con los demás desde el corazón es más trascendente porque lleva implícito un trabajo personal consciente que va alimentando nuestro bienestar personal y espiritual.
Por tanto, teniendo en cuenta que el proceso de construcción humana no es fácil, sin duda la familia es el primer pilar que necesita alentar, cimentar y cuidar. Nuestros hijos necesitan entrenadores de vida que ayuden a buscar el verdadero sentido de la Navidad desde la unidad y la esencia de comunidad. Esta experiencia solo se puede enseñar cuando el lenguaje que utilizamos pasa por el corazón con delicadeza, utilizando gestos que calmen todo el bullicio externo y sintiendo continuamente que somos ejemplo.
Llegados a este punto todo cobra un sentido más profundo y estaremos educando realmente para la vida. ¿Lo intentamos?
Jorge Arias / Laura Alcántara
Para reflexionar
CÓMO FUE EL NACIMIENTO DE JESÚS
Alberto Mainardi, (2016), EDITORIAL CCS, Madrid, 68 p.