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Iglesia en salida LA IGLESIA ATENDIÓ A MÁS DE 4 MILLONES DE PERSONAS DURANTE LOS PRIMEROS MESES DE LA PANDEMIA
La Iglesia atendió a más de 4 millones de personas durante los primeros meses de la pandemia
Mateo González, sdb La Conferencia Episcopal Española ha presentado su Memoria de Actividades del año 2020, en la que se recoge que hasta 680 iniciativas nuevas se pusieron en marcha para responder a la crisis del coronavirus que irrumpió en marzo de ese año. Unos proyectos a través de los que más de 4 millones de personas fueron atendidas en sus centros asistenciales. De estas propuestas por la COVID-19, 359 se centraron en el campo asistencial, 175 se focalizaron en el ámbito pastoral y de acompañamiento, 57 abordaron formación educativa, mientras que 89 fueron específicos del ámbito sanitario, que incluyeron desde la cesión de espacios con fines médicos, la compra de material sanitario y la asistencia 24 horas de capellanes hospitalarios.
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Para la directora de la Oficina de Transparencia del Episcopado, Esther Martín, el 2020 “fue un año insólito y difícil para todos”, pero “la Iglesia ha estado ahí, de una forma callada y en la sombra, haciéndose visible con su labor social multiplicada en la pandemia”. Y es que el número de destinatarios ayudados en centros específicos ha aumentado en 246.000 usuarios. Solo en actividad asistencial, la Iglesia devuelve a la sociedad el doble de lo que recibe, tal y como suscribe la auditoría de PwC para esta memoria.
Por otra parte, en materia educativa, los 2.419 centros concertados católicos suponen un ahorro al Estado de 3.895 millones de euros, a la vez que educa a 1,5 millones de alumnos. Aunque las celebraciones y colectas se redujeron, el dinero de la asignación tributaria solo supone un 23% de los ingresos que recibe la Iglesia.
De un vistaz
Hijo predilecto El cardenal Ricardo Blázquez ha sido nombrado Hijo Predilecto de Valladolid. El alcalde, Óscar Puente, le entregó el reconocimiento que el prelado aceptó como “un signo de la contribución de la Iglesia al bien común”. El obispo que lleva 12 años al frente de la diócesis castellana expresó su deseo de ser enterrado en la catedral vallisoletana. “Ha mostrado siempre sentido de la responsabilidad”, destacó Puente.
Un sínodo plural Como ocurre en todas las diócesis, la de Madrid ha cerrado la fase local del sínodo de la sinodalidad de 2023. Una consulta en la que han participado más de 600 grupos, con cerca de 12.000 personas, que han hecho llegar sus propuestas –más de 3.000 folios– sobre el futuro de la Iglesia. En la fase han participado cristianos comprometidos, pero la consulta ha llegado a los pobres y excluidos o los pertenecientes a realidades menos presentes en los ambientes eclesiales.
Campanas por Alcaraz El párroco de la localidad murciana de El Palmar puso a repicar las campanas de la Iglesia para festejar la victoria del tenista Carlos Alcaraz en el Master 1000 de Madrid. Una iniciativa que los vecinos han aplaudido. “Ha sido emocionante. Cuando he entrado en la Iglesia, han empezado a mirarme todos como diciendo ‘¿qué ha pasado?’. Les he dicho, que ha ganado”, relató el sacerdote lleno de orgullo.
Lugar seguro para los menores
A pesar de la conflictiva realidad mundial, las reflexiones y los encuentros en el Vaticano no se han reducido, al contrario, la realidad pide mucha más atención ante la situación de los menores.
Los menores han sido y siguen siendo una gran preocupación para la Iglesia. En muchas ocasiones, el papa Francisco se refiere al cuidado que la sociedad y la Iglesia han de tener de los niños y niñas.
En la nueva constitución apostólica Praedicate Evangelium, que presenta la reforma de la Curia Romana, encontramos como novedad que la Pontificia Comisión para la Protección de Menores formará parte del Dicasterio para la Doctrina de la fe. Con esta decisión el papa Francisco hace de la salvaguardia y la protección de los menores una
María del Carmen Canales, fma
parte fundamental de la estructura del gobierno de la Iglesia. Al formar parte esta Comisión de dicho Dicasterio puede ofrecer al Papa consejo y asesoramiento para la protección de los menores y las personas vulnerables.
En su discurso a los miembros de esta comisión, el Papa señala la necesidad de su continua atención, “para que la Iglesia sea no solo lugar seguro para los menores y lugar de sanación, sino para que resulte plenamente fiable en el promover sus derechos en todo el mundo. De hecho, no faltan lamentablemente situaciones en las que está amenazada la dignidad de los niños, y esto debería ser una preocupación para todos los fieles y todas las personas de buena voluntad”.
Vatican Media
¿Alegría? ¿Seguro?
Yo suelo poner casi todos los días en las redes sociales lo que llamo “Mi pensamiento para hoy”. Son frases que me hacen pensar y me gusta compartir con los demás. El día 13 de mayo, fiesta de María Mazzarello, me dije: “¡Vamos a poner una frase suya!”. Y puse “La tristeza es la madre de la tibieza”. María José, una amiga, contestó: “No estoy de acuerdo. La tristeza es esa forma de reaccionar ante acontecimientos o situaciones negativas y parte de la sensibilidad y acontecimientos de cada persona. Otra cosa es superarla o intentar superarla, poder tener esa voluntad a valentía”. Y esto me dio mucho qué pensar, porque yo en ese momento estaba viviendo un momento de mucho dolor. Tanto que ni la contesté.
Tristes o alegres razones
Y creo que María José tiene toda la razón. La tristeza no es algo malo, es algo natural. Lo que no sería natural es que nos suceda algo doloroso y siguiéramos alegres. Los psicólogos nos dicen que el dolor en esos momentos no hay que evitarlo, hay que atravesarlo. Como esos aros de fuego. Traspasarlo. Experimentarlo. Dejarse alcanzar por él y asimilarlo. En esta sociedad actual no queremos vivir el dolor. Enseguida nos anestesiamos. Tenemos muchas pastillas para ello. Pero el dolor de una pérdida, de una muerte, por ejemplo, es bueno sentirlo, porque primero parece que nos devasta; pero luego, cuando va consumiéndose, consolida nuestras almas. Nos ayuda a afrontar el futuro. Lo que no se procesa, luego sale por otro lado o necesitamos seguir anestesiándonos de continuo.
La alegría salesiana
Entonces, ¿por qué insisten tanto Madre Mazzarello y Don Bosco en el tema de la alegría, hasta llegar a decir: “Nosotros hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”? Pues yo creo que en esto también María José tiene razón. Nos invitan a tener esa voluntad y valentía. Porque el dolor es algo transitorio, pero la tristeza puede convertirse en un “estilo de vida” y, si vivimos siempre con un poso de tristeza… cuando nos sentimos tristes, ¿cómo vivimos, cómo funcionamos? A menos revoluciones: ritmo más lento, menos entusiasmo… ¿Una vida más tibia igual?
Así que abracemos el dolor cuando llega. Permitámonos llorar por lo que nos “toca”, por lo que perdemos y añoramos, pero no lo hagamos nuestro compañero porque, como dice el proverbio chino: No puedes evitar que las aves de la tristeza pasen por encima de tu cabeza, pero puedes evitar que hagan un nido en tu cabello.
Irune López Aresti, CC.SS.