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A fondo LA CONGREGACIÓN SALESIANA TIENE UN NUEVO SANTO: SAN ARTÉMIDES ZATTI
La Familia Salesiana tiene un nuevo santo: San Artémides Zatti
El 9 de octubre, el papa Francisco canonizó al salesiano coadjutor Artémides Zatti, junto a Juan Bautista Scalabrini, en una celebración dominical en la plaza de San Pedro en el Vaticano ante 40.000 fieles.
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Celebración de la canonización en la plaza de San Pedro en el Vaticano el 9 de octubre. El salesiano coadjutor Artémides Zatti fue un ejemplo vivo de gratitud”. Con estas palabras, pronunciadas durante la homilía de la misa del 9 de octubre, el papa Francisco indicó a todos los fieles presentes en la plaza de San Pedro en el Vaticano el modelo del “santo enfermero” y “pariente de todos los pobres” que fue el salesiano coadjutor Artémides Zatti, en el día en que fue proclamada su santidad ante la Iglesia universal. A las 10:15 horas comenzó la celebración eucarística con el Rito de Canonización de Zatti y de Juan Bautista Scalabrini, obispo y fundador de la Congregación de los Misioneros de San Carlos y de la Congregación de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo. La celebración de la canonización el 9 de octubre fue el momento central de un fin de semana en el que la Congregación Salesiana vivió una serie de actos muy importantes en torno a la figura de San Artémides Zatti. Y tuvo unos protagonistas especiales, los cerca de 650 coadjutores salesianos de todo el mundo, entre ellos unos 60 de España, que participaron en los actos programados en Roma. Además, 250 de ellos continuaron, del 10 al 14 de octubre, una peregrinación por los lugares santos salesianos de Turín.
Misa del Rector Mayor
El sábado, 8 de octubre, comenzó con una misa presidida por el Rector Mayor, don Ángel Fernández Artime, en la sala “Pablo VI” del Vaticano. A ella acudieron cientos de salesianos, miembros de la Familia Salesiana y devotos del que sería proclamado nuevo santo de la Familia Salesiana un día después. En total, cerca de 3.000 personas.
En la homilía, el Rector Mayor dibujó el perfil de Zatti: recordó el testimonio que el salesiano coadjutor ofreció en 1915 con motivo de la inauguración de un monumento en memoria del padre Garrone, figura central de su vocación, y la frase de Zatti que dio lema a su canonización: Creí, porque sabía por experiencia que María Auxiliadora lo ayudaba de manera visible; prometí, porque siempre fue deseo ayudar a su prójimo en algo; y habiendo Dios escuchado a su siervo, sanó”.
Misa presidida por el Rector Mayor en el Aula “Pablo VI” del Vaticano el pasado 8 de octubre.
EN LA SIGUIENTE PÁGINA: Peregrinación de los salesianos coadjutores a los lugares de Don Bosco en Roma con motivo de la canonización de Artémides Zatti.
Saludo entre el papa Francisco y el Rector Mayor en la audiencia especial del sábado 8 de octubre.
El Rector Mayor remarcó su consagración: “Encontró en la figura del salesiano coadjutor el estilo de compromiso para trabajar directamente con los pobres. Su consagración religiosa, vivida en su profesión de enfermero, fue el conjunto de su vida dedicada a Dios y a sus hermanos”.
También destacó su fuerte devoción mariana: “Toda su vida estuvo guiada por el gran amor de Nuestra Señora. Siempre en los labios y en muchos momentos el Rosario entre sus manos, al final del día o antes de una cirugía importante, como han escrito quienes han convivido con Artémides”, afirmó.
Don Ángel concluyó su homilía definiendo a Zatti como “un modelo de creyente y de salesiano coadjutor”, asegurando que “será un santo intercesor por las vocaciones en la Iglesia y en la Congregación Salesiana, en particular, en la hermosa vocación de los salesianos coadjutores”.
Tras la Santa Misa se celebró un acto en el que se dieron testimonios sobre Zatti, de personas que estuvieron o están muy vinculadas con la figura del salesiano coadjutor.
Audiencia con Francisco
A continuación, sobre las 12 del medio día, tuvo lugar la audiencia especial con el papa Francisco en la misma sala “Pablo VI” del Vaticano.
En su discurso, el Pontífice destacó varios aspectos de la figura de Zatti: como el de ser migrante. Mientras que en el contexto de las migraciones del siglo XIX muchos migrantes perdieron sus raíces y con ello su fe, los Zatti, en cambio, se mantuvieron fieles. Por eso, después de conocer a los Salesianos en Bahía Blanca (Argentina), Zatti tomó la decisión de hacerse uno de ellos.
Francisco recordó su celo incansable por todos los enfermos, fruto de la promesa hecha en su juventud después de ser curado milagrosamente de la tuberculosis que padeció. Precisamente su unidad con Dios le permitió actuar como lo hizo por los necesitados: “El
intenso trabajo y la incansable disponibilidad a las necesidades de los pobres estaban animados por una profunda unión con el Señor en la oración constante, la adoración eucarística prolongada, el rezo del rosario…”, comentó el Papa.
Y destacó el Zatti coadjutor. Citó las palabras de Artémides que dan forma al lema de canonización –Creí, prometí, sané– y el episodio cuando las pronunció. “Para el nuevo santo estas palabras expresaban un programa de vida, una vida que –como observó el Papa– una vez recuperada ya no es de su propiedad, sino enteramente para los pobres”, y vivió esta misión en comunión con sus hermanos salesianos.
Peregrinación de los salesianos coadjutores
En la tarde del sábado, unos 650 salesianos coadjutores de todo el mundo llenaron las calles de Roma para descubrir juntos, como hermanos consagrados en el mismo carisma, los lugares de Don Bosco en la capital de Italia.
Don Bosco y Zatti, santos en Roma fue el lema de la peregrinación. Gracias a la colaboración de salesianos, de varios acompañantes y guías, los participantes divididos en grupos lingüísticos hicieron un recorrido por las casas de Don Bosco en Roma, los lugares más visitados por él, las posibles casas salesianas que buscaba en la ciudad, etc.
Artémides Zatti, nuevo santo
La celebración de canonización en la plaza de San Pedro en el Vaticano estuvo presidida por el Papa y por el Prefecto para la Causa de los Santos, Mons. Marcello Smeraro.
Con la solemnidad que merece una celebración de este tipo, la Santa Misa comenzó por el rito de canonización de Artémides Zatti y de Juan Bautista Scalabrini. El Cardenal Smeraro se dirigió al Santo Padre para presentar la petición y proceder a la canonización de los dos beatos. Smeraro leyó una breve biografía de ambos y el Papa pronunció en latín la fórmula solemne de canonización con la que les declaró santos.
Vatican Media
Vatican Media
En el momento de la homilía, el sucesor de Pedro profundizó en las lecturas del domingo. Dos aspectos subrayados en particular por el Pontífice: el caminar juntos y la gratitud.
Caminar juntos es la característica de los diez leprosos curados por Jesús. “Comprobemos si en nuestra vida, familia, trabajos… somos capaces de caminar junto a los demás, de escuchar, vencer la tentación de atrincherarnos en nuestra auto referencia y pensar sólo en nuestras necesidades”, invitó el Papa.
Posteriormente, el Santo Padre destacó el valor de la gratitud, siguiendo el modelo del Samaritano, del único de los diez leprosos curados que vuelve a agradecer a Jesús: “Esta es una gran lección. Cada día nos beneficiamos de los dones de Dios, pero muchas veces vamos por nuestro propio camino olvidándonos de cultivar una relación viva con Él. (…) Y, de esta forma, acabamos pensando que todo lo que recibimos cada día es obvio y debido”. Al contrario, observó Francisco, “la gratitud, sabiendo decir ‘gracias’, nos lleva más bien a afirmar la presencia de Dios-amor”.
Sobre el salesiano coadjutor elevado a los altares, el Papa reiteró: “Con su bicicleta, Zatti fue un ejemplo vivo de gratitud: curado de tuberculosis, dedicó toda su vida a gratificar a los demás, a sanar a los enfermos con amor y ternura. Lleno de gratitud por lo que había recibido, quiso decir su ‘gracias’ asumiendo las heridas de los demás”.
A la conclusión de la celebración, el Papa saludó con afecto al Rector Mayor y a algunos cardenales salesianos. Fue numerosa la presencia salesiana en el Vaticano. Unos 60 salesianos coadjutores viajaron de las dos inspectorías de España. También sus dos inspectores, Fernando García, de Salesianos Santiago el Mayor, y Ángel Asurmendi, de Salesianos María Auxiliadora. Con el saludo de Francisco en su papamóvil a los fieles presentes en la plaza de San Pedro concluyó unos días muy especiales para la Congregación Salesiana.
Redacción Vatican Media
Tapiz con la imagen de San Artémides Zatti en el Vaticano.