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Jóvenes vidas vocacionadas UN AMOR CARGADO DE ALEGRÍA
Un amor cargado de alegría
Dicen que el lugar donde mejor se habla el castellano es en Valladolid. Pues en esta histórica ciudad, referencia para la lengua española, nació Jaime en 1993, en el seno de una familia cristiana que, desde la más tierna infancia, trató de dar una buena educación a su hijo. Entró como alumno en el Colegio Salesiano de Arévalo. Y tras finalizar el bachillerato, realizó la carrera de ingeniería industrial. Trabaja como ingeniero en el sector del automóvil. Teresa nació en Madrid en 1991, también en el seno de una familia que se preocupó, desde pequeña, por dar una educación cristiana a su hija, por eso, la matriculó en el Colegio Salesiano de Madrid-Estrecho, donde realizó toda la educación primaria, secundaria y el bachillerato. Trabaja como ingeniera en el sector del ferrocarril.
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Entre los jóvenes de las presencias salesianas surge el amor. Son muchos los casos entre diferentes casas o en cada una de ellas. La opción vocacional del matrimonio cristiano es el ejemplo de Jaime y Teresa que publicamos en este número.
Por una vocación matrimonial
Sus historias vocacionales se iniciaron en el centro juvenil de las respectivas casas salesianas donde se encontraban como alumnos, y de una manera muy particular, en las experiencias de los campamentos de verano, ya que fue ahí donde tuvieron la oportunidad de conocerse, gracias a que ambas casas compartían el mismo lugar para llevarlos a cabo, en Pirineos. Así lo recuerdan: “Nuestra historia comienza en nuestros centros juveniles: La Balsa (Madrid-Estrecho) y Boscoarévalo (Arévalo); nos conocimos en los campamentos de verano siendo aún unos chavales; después, fuimos animadores de grupos de confirmación”.
A partir de aquí, comenzó una relación a través de la cual fueron madurando su opción vocacional: la de formar una familia cristiana, con el estilo y el carisma de San Juan Bosco. Este acontecimiento tuvo lugar el pasado septiembre, fecha en la que se casaron. Jaime y Teresa han querido decir sí al Señor y seguirle a través de este hermoso proyecto que supone el matrimonio cristiano. Ellos creen que mediante esta respuesta vocacional están siendo invitados “a amar mucho, a amar en todos los ámbitos de nuestra vida; y a que ese amor se manifieste con alegría”.
Desde muy pequeños se entusiasmaron con la gran figura de Don Bosco. Admiran de él su fe inquebrantable y su alegría constante. También a ellos les gustaría contar con esas dos virtudes que hicieron santo al apóstol de los jóvenes.
Tienen una mirada positiva sobre la juventud actual. Consideran “que andan un poco perdidos en un mundo tan complejo que no cumple con sus expectativas; por eso, necesitan gente que los amen incondicionalmente y que sepan estar ahí para ellos, sin juicios ni etiquetas”. Teresa continúa como animadora de un grupo de fe de jóvenes universitarios.
Conocen a muchos jóvenes con inquietudes vocacionales. A todos ellos les proponen: “Tened paciencia, no pretendáis que Dios os diga siempre lo que queréis escuchar; tened capacidad para leer en profundidad la historia de vuestras vidas”.
Jorge Juan Reyes, sdb